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Pérdida aguda de la visión

Por 

Christopher J. Brady 
, MD, Wilmer Eye Institute, Retina Division, Johns Hopkins University School of Medicine

Última modificación del contenido jul. 2019

La pérdida de visión suele considerarse aguda si evoluciona en minutos o un par de


días. Puede afectar uno o ambos ojos y todo el campo visual o parte de él. Los
pacientes que presentan pequeños defectos de campo visual (p. ej., causados por un
pequeño desprendimiento de retina) pueden describir sus síntomas como visión borrosa.

Fisiopatología

La pérdida aguda de visión tiene 3 causas generales:

 La opacificación de las estructuras normalmente transparentes a través de


las cuales pasan los rayos de luz para alcanzar la retina (p. ej., córnea,
humor vítreo)

 Anomalías retinianas

 Anomalías que afectan el nervio óptico o las vías visuales

Etiología

Las causas más frecuentes de pérdida aguda de visión son

 Oclusiones vasculares de la retina (oclusión de la arteria central de la


retina o de la vena central de la retina)
 Neuropatía óptica isquémica (a menudo en pacientes con arteritis temporal)
 Hemorragia del humor vítreo (causada por retinopatía diabética o
traumatismo)
 Traumatismo

Una pérdida de visión (seudopérdida súbita de la visión) puede manifestarse en principio


como un inicio súbito. Por ejemplo, un paciente que presenta una reducción de la visión
en un ojo de larga data (causada posiblemente por una catarata densa) toma conciencia
súbitamente de la reducción en el ojo afectado cuando se cubre el ojo sano.
La presencia o ausencia de dolor ayuda a clasificar la pérdida de visión (véase
tabla Algunas causas de pérdida aguda de visión).
La mayoría de los trastornos que producen pérdida total de la visión cuando afectan
todo el ojo pueden perjudicar sólo parte de éste y producir sólo un defecto campimétrico
(p. ej., oclusión de una rama de la arteria retiniana o la vena retiniana, desprendimiento
local de retina)..

Causas de la ceguera infantil

Una persona funcionalmente ciega es aquella que no ve nada (ciego total) o que solo
posee una percepción de la luz u otros destellos. Las causas de esta discapacidad
residen en:

- Enfermedades de origen hereditario: como cataratas congénitas, renitis, miopía


degenerativa, etc.

- Enfermedades de origen congénito: atrofía del nervio óptico, pérdida de la agudeza


visual, rubéola durante el embarazo.

- Trastornos de origen traumático: en la retina, excesiva administración de oxígeno en


la encubadora, retinopatía diabética, desprendimiento de la retina.

- Trastornos producidos por tumores, virus o tóxicos: tumor en la retina, inflamación y


degeneración del nervio óptico.

Las causas menos frecuentes de pérdida aguda de visión incluyen

 Uveítis anterior (trastorno frecuente, pero que habitualmente produce dolor


ocular de suficiente intensidad como para llevar a la evaluación antes de
que se pierda la visión)
 Retinitis agresiva

 Algunos fármacos (p. ej., metanol, salicilatos, alcaloides del cornezuelo del
centeno, quinina)

Evaluación

Anamnesis
Antecedentes de la enfermedad actual: deben describir la pérdida de visión en
términos de inicio, duración, progresión y localización (si es mono o binocular y si afecta
la totalidad del campo visual o alguna parte específica). Los síntomas visuales
asociados importantes incluyen "moscas volantes", luces centelleantes, halos alrededor
de las luces, distorsión de la visión de colores y patrones rasgados o en mosaico
(escotomas centelleantes). Debe interrogarse al paciente sobre la presencia de dolor
ocular, si es constante o si ocurre sólo con el movimiento ocular.

Revisión por aparatos y sistemas: debe investigar síntomas extraoculares de posibles


causas, que incluyen claudicación mandibular o lingual, cefalea temporal, dolor muscular
proximal y rigidez (arteritis de células gigantes) y cefaleas (migraña ocular).

Antecedentes médicos: deben buscar factores de riesgo conocidos para trastornos


oculares (p. ej., uso de lentes de contacto, miopía grave, cirugía o traumatismo ocular
reciente), factores de riesgo para enfermedad vascular (p. ej., diabetes, hipertensión) y
trastornos hemáticos (p. ej., anemia falciforme o trastornos como la macroglobulinemia
de Waldenström o el mieloma múltiple, que pueden causar un síndrome de
hiperviscosidad).
La anmnesis familiar debe indagar cualquier antecedente de cefaleas migrañosas.

Examen físico
Se controlan los signos vitales, incluida la temperatura.

Cuando se considera el diagnóstico de un ataque isquémico transitorio, se debe realizar


un examen neurológico completo. Se palpan las sienes en busca de los pulsos, dolor al
tacto o nodularidad sobre el recorrido de la arteria temporal. Sin embargo, la mayor
parte del examen se enfoca en el ojo.

El examen ocular consiste en:


 Medir la agudeza visual.

 Evaluar los campos periféricos por confrontación.

 Evaluar los campos visuales centrales con una grilla de Amsler.

 Examinar los reflejos fotomotores directos y consensuales utilizando la


prueba de la linterna oscilante.

 Evaluar la motilidad ocular.

 Examinar la visión de colores con láminas de colores.

 Examinar los párpados, la esclerótica y las conjuntivas utilizando una


lámpara de hendidura siempre que sea posible.

 Examinar la córnea con tinción de fluoresceína.


 Examinar la cámara anterior buscando células e inflamación en pacientes
que presentan ojo rojo o inyección conjuntival.

 Controlar el cristalino para cataratas utilizando un oftalmoscopio directo o


una lámpara de hendidura.

 Se mide la presión intraocular.

 Realizar una oftalmoscopia, preferentemente después de dilatar la pupila


con una gota de un simpáticomimético (p. ej., fenilefrina al 2,5%) o un
cicloplégico (p. ej., ciclopentolato al 1% o tropicamida al 1%); la dilatación es
casi completa después de unos 20 minutos. Se examina todo el fondo del
ojo, incluidos la retina, la mácula, la fóvea, los vasos y sus bordes.

 Cuando las respuestas fotomotoras son normales y se sospecha pérdida


funcional de visión (pocas veces), controlar el nistagmo optocinético. Si no
se cuenta con un tambor optocinético, puede mantenerse un espejo que se
hace mover con lentitud cerca del ojo del paciente. Si el paciente puede ver,
los ojos normalmente siguen el movimiento del espejo (se considera que
existe nistagmo optocinético).

Signos de alarma
La pérdida aguda de visión es por sí misma un signo de alarma; la mayoría de las
causas son graves.

Interpretación de los hallazgos


El diagnóstico de la pérdida aguda de la visión puede iniciarse de manera sistemática.
Los patrones específicos de déficit del campo visual ayudan a sugerir una causa. Otros
hallazgos clínicos también sugieren una causa de pérdida aguda de la visión:
 La dificultad para ver el reflejo rojo durante la oftalmoscopia sugiere una
opacificación de las estructuras transparentes (p. ej., causada por úlcera
corneana, hemorragia del humor vítreo o endoftalmitis grave).
 Las anomalías retinianas que son suficientemente graves como para
producir pérdida aguda de visión son detectables durante la oftalmoscopia,
sobre todo si las pupilas están dilatadas. El desprendimiento de
retina puede mostrar pliegues retinianos; la oclusión de las venas retinianas
puede mostrar hemorragias retinianas pronunciadas y la oclusión de las
arterias retinianas puede mostrar una retina pálida con una fóvea rojo
cereza.
 Un defecto pupilar aferente (ausencia de respuesta pupilar a la luz con una
respuesta consensual normal) con un examen por otra parte normal (a
excepción, a veces, de una papila óptica alterada) sugiere una anomalía del
nervio óptico o la retina (es decir, anterior al quiasma óptico).

Además, pueden ser útiles los siguientes hechos:

 Los síntomas monooculares sugieren una lesión por delante del quiasma
óptico.

 Los defectos simétricos y bilaterales (homónimos) del campo visual sugieren


una lesión posterior al quiasma óptico.

 El dolor ocular constante sugiere una lesión corneana (úlcera o abrasión),


inflamación de la cámara anterior o aumento de la presión intraocular,
mientras que el dolor ocular con el movimiento sugiere neuritis óptica.

 Las cefaleas temporales sugieren arteritis de células gigantes o migraña.

Estudios complementarios
Se evalúa la velocidad de eritrosedimentación, la proteína C reactiva y un recuento de
plaquetas en todos los pacientes que presentan síntomas (p. ej., cefaleas temporales,
claudicación mandibular, mialgias proximales, rigidez) o signos (p. ej., sensibilidad o
induración a la palpación de la arteria temporal, retina pálida, edema de papila) que
sugieran isquemia del nervio óptico o la retina para excluir una  arteritis de células
gigantes.
Otras pruebas se enumeran en la tabla Algunas causas de pérdida aguda de visión. Los
siguientes son de particular importancia:

 Una ecografía para visualizar la retina si no es claramente visible con la


dilatación pupilar y la oftalmoscopia indirecta realizadas por un oftalmólogo.

 Una RM con gadolinio para diagnosticar esclerosis múltiple en los pacientes


que tienen dolor ocular con el movimiento o un defecto pupilar aferente,
sobre todo cuando aparece una hinchazón del nervio óptico en la
oftalmoscopia.

Tratamiento

Se tratan los trastornos causales. Cuando la causa es tratable el tratamiento debe


comenzar de inmediato. En muchos casos (p. ej., trastornos vasculares), es improbable
que el tratamiento salve el ojo afectado, pero puede disminuir el riesgo de que ocurra el
mismo proceso en el ojo contralateral o de una complicación causada por el mismo
proceso (p. ej., accidente cerebrovascular isquémico).

Conceptos clave

 El diagnóstico y el tratamiento deben realizarse lo antes posible.

 La pérdida de visión aguda monoocular con un defecto pupilar aferente


indica una lesión del ojo o del nervio óptico por delante del quiasma óptico.

 Se considera una lesión del nervio óptico, sobre todo isquemia, en pacientes
con pérdida de visión o defecto pupilar aferente monoocular y en aquellos
con o sin anomalías del nervio óptico en la oftalmoscopia que no tienen
anomalías en el examen ocular.

 En pacientes con pérdida de visión monoocular aguda, dolor ocular e


inyección conjuntival, se deben tener en cuenta la úlcera de córnea,
el glaucoma agudo de ángulo estrecho, la endoftalmitis o la uveítis anterior
grave.

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