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No hay una sola nación que pueda considerarse autosuficiente a sí misma, y que
no necesite del apoyo de los demás países, aún las naciones más ricas precisan
de recursos de los cuales carecen y que por medio de las negociaciones y
acuerdos mundiales suplen.
Los datos demuestran que existe una relación estadística indudable entre un
comercio más libre y el crecimiento económico. La teoría económica señala
convincentes razones para esa relación. Todos los países, incluidos los más
pobres, tienen activos humanos, industriales, naturales y financieros, que pueden
emplear para producir bienes y servicios para sus mercados internos o para
competir en el exterior. La economía nos enseña que podemos beneficiarnos
cuando esas mercancías y servicios se comercializan. Dicho simplemente, el
principio de la "ventaja comparativa", que estudiaremos en el próximo tema,
significa que los países prosperan, en primer lugar, aprovechando sus activos para
concentrarse en lo que pueden producir mejor, y después intercambiando estos
productos por los productos que otros países producen mejor.
Podemos establecer que el comercio nació a finales del periodo Neolítico cuando
se descubrió la agricultura. Al principio, la agricultura que se practicaba era una
agricultura de subsistencia, donde las cosechas obtenidas eran las justas para la
población dedicada a los asuntos agrícolas. Sin embargo, a medida que iban
incorporándose nuevos desarrollos tecnológicos al día a día de los agricultores,
como, por ejemplo, la fuerza animal, o el uso de diferentes herramientas, las
cosechas obtenidas eran cada vez mayores. Así llegó el momento propicio para el
nacimiento del comercio, favorecido por dos factores:
Así los excedentes empezaron a intercambiarse con otros objetos en los que otras
comunidades estaban especializadas, objetos como armas, ánforas o recipientes
donde guardar los excedentes de alimentos, utensilios agrícolas y con
posterioridad objetos que podríamos llamar de lujo o decorativos como espejos,
pendientes, adornos para el cuerpo, ropas, etcétera.
Los fenicios son los creadores del alfabeto, padres y precursores de la fonética,
son considerados por los estudiosos como los inventores del Comercio
Internacional hace aproximadamente 4000 años.
Los comerciantes fenicios, también conocidos como cananeos, tenían necesidad
de dejar constancia escrita de sus tratos y las crónicas de sus andanzas, razón
por la cual inventaron los signos que reflejaban los sonidos de su lenguaje. Los
fenicios penetraron el mercado de tal manera que formaron redes de contactos,
uniendo clientes y bienes ligando a ambos y creando sinergias de negocios.
El comercio a través de estas rutas era un comercio directo. La mayor parte de las
mercancías cambiaban de propietario cada pocas decenas de kilómetros, hasta
llegar a las ricas cortes europeas. A pesar de eso, estas primeras rutas
comerciales ya empezaron a hacer plantearse en los estados la regulación de la
importación. Incluso hubo momentos que se prohibió el uso de la seda para la
vestimenta en el sexo masculino, con el fin de rebajar el consumo de este caro
producto.
Las Cruzadas fueron una importante ruta comercial creada de manera indirecta.
La ruta que se creó a raíz del movimiento de tropas, suministros, armas, artesanos
especializados, botines de guerra, etc., reactivó la economía de muchas regiones
europeas.
A partir del siglo XVI empezó a adquirir mayor relevancia; con la creación de los
imperios coloniales europeos, el comercio se convirtió en un instrumento de
política imperialista. La riqueza de un país se medía en función de la cantidad de
metales preciosos que tuviera, sobre todo, oro y plata. El objetivo de un imperio
era conseguir más riqueza al menor coste posible. Esta concepción del papel del
comercio internacional, conocida como mercantilismo, predominó durante los
siglos XVI y XVII.
El comercio internacional empezó a mostrar las características actuales con la
aparición de los Estados nacionales durante los siglos XVII y XVIII. Los
gobernantes descubrieron que al promocionar el comercio exterior podían
aumentar la riqueza y, por lo tanto, el poder de su país. Durante este periodo
aparecieron nuevas teorías económicas relacionadas con el comercio
internacional, teorías que analizaremos en el siguiente tema de este módulo.
1. Azteca.
2. Colonial.
3. Independencia.
4. Porfiriato.
5. Revolución y Planes de desarrollo (1919-1974).
6. Apertura Comercial (1975-2008).
1. Azteca
La civilización azteca sintetizó lo mejor de las culturas creadas por otros pueblos
indígenas. Su comercio se organizaba alrededor de los mercados llamados
“tianguis”, donde realizaban sus trueques. El más importante era el Tenochtital. En
la sociedad azteca existían dos clases de comercio: el metropolitano y el exterior.
2. La Colonia
La base de la economía española durante su época imperial (S. XVI-S. XVIII) eran
sus colonias, y sobre todas ellas la Nueva España. España realizó los primeros
pasos para una tímida liberación del comercio internacional en 1765, cuando
permitió a las colonias comerciar entre sí. El mundo colonial tenía una gran
dependencia económica y comercial respecto a Europa. Existían dos clases
principales de comercio en Nueva España: el que provenía de la metrópoli y el
procedente de otras tierras americanas y las Islas Filipinas. La producción en la
Nueva España durante todo este periodo a las necesidades económicas que
dictaba la corte desde Madrid, y esto retrasó su desarrollo económico.
3. La Independencia
Cuando en 1814 México declara su independencia, el futuro del comercio exterior
se vuelve incierto. Las primeras reformas relacionadas con el comercio exterior las
realiza Iturbide en 1822, año en el que se estableció el primer arancel que se
aplica en el periodo independiente de México. La regla general en este periodo era
el libre comercio, con alguna excepción como las que estableció el presidente
Vicente Guerrero al crear un arancel sobre el aguardiente y otros productos.
4. El Porfiriato
En este periodo se produjo un gran desarrollo de la economía mexicana. Hubo
una importante inversión extranjera (especialmente estadounidense sobre los
recursos minerales del país). Aumentó considerablemente el comercio exterior.
Entre 1874 y 1910 el valor de las exportaciones pasó de 27.5 millones a 146
millones de dólares. Se establecieron aranceles para evitar las desigualdades que
generaban las relaciones comerciales con los Estados Unidos.
1.2 mercantilismo
Esta corriente económica o teoría del comercio exterior surge en el Siglo XVI
(años de 1.501 a 1.600), después del feudalismo (Siglo IX – XV), ya que en cada
feudo comenzaron a quedar excedente de la producción que se hacía para el
consumo y sostenimiento del mismo y surgieron los mercaderes que eran los
encargados de intercambiar y negociar estos bienes. Con el paso del tiempo
llegaron a tener mayor poder que el señor feudal y a entenderse directamente con
el monarca, por lo que la figura del feudo se fue terminando, la producción,
introducción de nuevas tecnologías y el comercio era lo más importante y permitió
la consolidación de los Estados – Nación.
Este conjunto de ideas económicas se desarrolló durante los Siglos XVI, XVII y
principios del XVIII y que se caracterizó por una fuerte intervencionismo del Estado
y un alto proteccionismo, como política comercial aplicable en este época. Se
generaron varias revoluciones que dieron paso a un nuevo pensamiento y al
desarrollo de una nueva corriente. Algunos de los cambios fueron:
Cada uno de los países europeos aplicó políticas comerciales para acumular
riqueza, Inglaterra desarrolló su industria naval, lo que permitió aumentar el
intercambio comercial entre los países europeos y de estos con sus colonias, así
junto con el desarrollo industrial esta nación se consolidó como potencia comercial
y económica de la época.
Italia no se quedó atrás, pero utilizó una política poblacioncita, incentivó el ingreso
de personas de otros países para trabajar en el país y de esta forma aumentó la
mano de obra disponible, desarrollo su industria, aumentó las exportaciones de
bienes con valor agregado y también se convirtió en un país comercializador,
compraba bienes en asía a bajos precios y los vendía en los países europeos a
altos precios.
Mercantilismo
Durante este periodo, la política comercial sufrió distintos cambios y vivió una
época de revoluciones que dieron paso a un nuevo pensamiento y al desarrollo de
una nueva corriente.
1. Acumulación de riqueza
Esta corriente daba tanta importancia al comercio internacional que para algunos
representantes mercantilistas, la única forma de adquirir riquezas era mediante el
intercambio con otras naciones y que el bienestar de una nación dependía de la
riqueza acumulada.
2. El Estado-Nación
3. Dinero-riqueza
Durante el capitalismo comercial nació el dinero metálico (oro y plata) como medio
de cambio y llegó a ser símbolo de riqueza, por lo que su acumulación era vista
como bienestar para las naciones. Así, esta corriente creía que una balanza
comercial positiva (exportaciones mayores a las importaciones) generaría un
aumento en la riqueza nacional y por ende, un mayor crecimiento económico, lo
que se reflejaría en un aumento del empleo y un Estado con mayor poder.
En este punto vale la pena resaltar que, aunque los mercantilistas defendían la
protección a las importaciones, esta corriente diferenciaba aquellas compras que
debían restringirse y aquellas que no. Así, el estado debía desincentivar las
importaciones de los bienes de lujo y de bienes manufacturados, pues no servían
para causar riqueza, y por otro lado, debía permitirse la compra e ingreso de
materias primas que pudiesen ser usadas como insumos por productores
nacionales.
Igualmente, esta corriente pensaba que el Estado debía intervenir y restringir las
exportaciones de bienes considerados indispensables para la producción nacional,
ya que vender este tipo de productos era ayudar a otros países a enriquecerse.
Por otro lado, así como los mercantilistas tenían clara la protección que el Estado
debía ejercer, sabían que la tasa de cambio era un tema bastante complejo, pues
así como había movimiento de mercancías, existía un movimiento de medios de
pago (títulos o bonos expedidos con base en el oro que tenía). Así, los déficits o
superávits en la balanza comercial ocasionaban desbalances en el sistema
monetario internacional, por lo que los mercantilistas intentaban que el dinero no
saliera de la nación, pues no solo era disminuir su riqueza, sino que los obligaba a
conocer la tasa de cambio del país con el que negociaban.
Por lo anterior, para algunos mercantilistas, entre los que se destacan Edward
Misselden, Antonio Serra y Thomas Mun, las variaciones en la tasa de cambio
eran inevitables pues los superávits en la balanza comercial incrementaban el
circulante en la economía, lo que se reflejaba en el nivel general de precios. Así,
un incremento en los importes se reflejaba en cambios en el poder adquisitivo de
la moneda y en la relación con la moneda del país con el cual se negociaba.
Teoría clásica
Pensamiento económico que tuvo lugar entre los siglos XVIII, XIX y primera mitad
del siglo XX, donde se rechazó la intervención del Estado y se estudió la relación
entre capital y trabajo en los procesos de producción, pues para los pensadores
de la época la importancia no estaba solamente en estudiar cómo se creaba la
riqueza, sino en identificar cómo esta se distribuye entre los factores de
producción e identificar dónde se creaba más valor.
Así, entre las principales teorías que aportaron a esta corriente, se encuentran:
Así mismo, según Ricardo Torres Gaytán, en su libro Teoría del comercio
internacional, “Hume consideró que, a largo plazo, mucho dinero era perjudicial
porque provocaba el aumento de precios y salarios. Solo era benéfico
temporalmente, en tanto que no surtiera efectos sobre los precios y los salarios, ni
cesara de estimular la producción”.
Así, esta teoría introduce por primera vez los términos de intercambio y explica
que los países deben conocer qué producen más barato pero igual de importante
es conocer qué bienes están recibiendo a cambio y las capacidades que tienen
para producir estos. Es decir, para Ricardo el valor de los bienes que se entregan
es el valor de los productos que se reciben. Es importante resaltar que en esta
teoría elvalor del trabajo es el principal elemento en el valor del bien que se
produce.
“El modelo toma en cuenta 2 países, Inglaterra y Portugal, y dos productos, paños
y vinos, y mide la eficiencia en la producción de cada uno de estos bienes por la
cantidad de horas que debe emplear un trabajador en producir una unidad.
4. Teoría de la demanda recíproca
Considerado como uno de los pioneros de la economía moderna, Jhon Stuart Mill
(1806-1873) desarrolló sobre el trabajo de David Ricardo su propia teoría del
comercio internacional titulada Teoría de la demanda recíproca o el intercambio
provechoso.
En este trabajo, Mill quiso demostrar que “el índice real que las mercancías se
intercambian depende de la extensión y la elasticidad de la demanda de cada país
para el producto del otro país, o de la demanda recíproca”, para lo cual partió de
dos postulados: 1) la teoría de Smith que explica que el beneficio derivado del
comercio internacional tiene su origen en la especialización de los países, y 2) la
exposición de David Ricardo acerca de que el beneficio bruto está determinado
por las diferencias de los costos comparativos.
Así, para este economista inglés, el intercambio comercial entre dos socios es el
resultado de los gustos y situaciones económicas de los consumidores de cada
uno de ellos por lo que, los productos y sus cantidades que cada país necesita
importar de otro, se equilibra con las exportaciones que el uno le envía al otro, ya
que los países pagan sus compras internacionales (importaciones) con las ventas
(exportaciones) que realizan, lo que infiere que el costo real de las importaciones
de un país está compuesto por el valor de producción de las mercancías que
exporta para poder importar.
5. Teoría de las ventajas competitivas
Este mismo actor, señala en su libro que los elementos que desarrolla la teoría de
Porter son:
Teoría neoclásica
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la economía europea presenció algunos
cambios en su estructura gracias a incrementos en la productividad del trabajo que
se dieron por el uso de nuevas técnicas de producción y de capital. Lo anterior no
solo dio fuerza a la industria, sino que incrementó el salario de los trabajadores y
por ende, el nivel de vida de la población aumentó.
Por consiguiente, este periodo no solo fue testigo de una revolución productiva,
sino que el papel ejercido por las actividades comerciales y financieras tomó más
fuerza, lo que trajo consigo nuevas ideas relacionadas con el desarrollo de los
países.
Así, nace la idea de que cada factor contribuye al proceso productivo de acuerdo a
su aportación marginal y se hacen cambios importantes a los modelos
desarrollados por los clásicos, que si bien fueron respetados, se aterrizaron más a
la realidad y se hicieron correcciones para tratar de mejorar los principios
generales de la teoría clásica.
Así mismo, los neoclásicos asociaron el capital con el trabajo como factores
generadores de los valores económicos, ya que se dieron cuenta de que las
mercancías no solo se cambiaban en proporción al trabajo, sino que el capital
también jugaba un papel importante.
En la segunda mitad del siglo XX, el economista argentino Raul Prebisch (1901-
1986) analizó distintos elementos económicos planteados anteriormente y
concluyó que la división internacional de trabajo impuesta por otras teorías había
convertido a algunos países en productores de bienes agrícolas y materias primas
y a otros en productores de bienes manufacturados, por lo que el intercambio de
estos bienes favorecía a unos (manufacturas) y perjudicaba a otros (agrícolas y
materias primas), ya que los países productores de bienes primarios y agrícolas
debían entregar cada vez mayor cantidad de bienes para obtener la misma
cantidad de manufacturas. Lo anterior fue titulado “Deterioro en los términos de
intercambio”.
Según este planteamiento, las razones teóricas para que se diera el deterioro eran
las siguientes:
1. Rendimientos decrecientes.
Esta teoría explica que cuando hay un factor de producción fijo y otros variables,
los rendimientos son decrecientes, situación que se da en la agricultura y en la
minería donde al tener un factor fijo (lote de tierra) e incrementar el factor variable
(trabajo), los rendimientos de los trabajadores tiende a disminuir por falta de
espacio. Situación que no sucede en la producción de bienes manufacturados.
Lo anterior hace que unos países exporten bienes con productividad decreciente a
cambio de bienes con productividad creciente, lo que produce en un deterioro de
los términos de intercambio.
2. Elasticidad del ingreso de la demanda.
Este término mide la proporción en que aumenta la demanda por un bien cuando
se presenta un incremento en los ingresos y para Prebisch la elasticidad del
ingreso de la demanda de los bienes primarios y agrícolas es baja y decrece,
mientras que la elasticidad de los bienes manufacturados es alta y crece, lo que
también ocasiona un deterioro en los términos de intercambio.
3. Incorporación de tecnología.