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BUENOS AIRES,
EL DELTA DEL
PARANÁ Y EL RÍO
DE LA PLATA.
Observatorio de
Derechos Ambientales.
@defensoriacaba
Este nuevo informe del Observatorio de Políticas Ambientales confirma que tanto
el Río de la Plata como el Delta del Paraná constituyen un tema estrechamente
relacionado con nuestra ciudad, con su sistema normativo y sus responsabilidades
como Estado y con sus recursos económicos y ambientales. En consecuencia, con los
intereses y los derechos de sus habitantes. Esto se debe tanto a razones históricas y
legales como a razones ambientales.
Cuando la provincia de Buenos Aires cedió al Estado nacional una parte de su
territorio para instalar la Capital Federal lo hizo incluyendo la costa y las aguas
que le eran propias hasta entonces. En aquel momento, la ribera porteña no fue
excluida, lo cual es lógico porque el derecho público no permite separar los ríos de los
territorios terrestres que atraviesan. El dominio de los ríos corresponde a los Estados
en que estos se encuentran. Como resultado de ello, con la aprobación de la nueva
Constitución de la CABA (1996) nuestra ciudad resultó continuadora de la titularidad
del dominio que hasta entonces correspondía a la Nación, la cual solo interviene en
la regulación de la navegación.
En resumen, la Ciudad de Buenos Aires es mucho más grande de lo que suele creerse,
pues incluye una inmensa porción del Río de la Plata, tal como lo establece el artículo
8 de la Constitución local cuando dice que “se declara que la Ciudad de Buenos Aires
es corribereña del Río de la Plata y del Riachuelo, los cuales constituyen en el área de
su jurisdicción bienes de su dominio público”.
Esta definición de nuestro texto constitucional tiene amplios alcances. En efecto, el
mismo artículo establece que “la Ciudad tiene el dominio inalienable e imprescriptible
de sus recursos naturales y acuerda con otras jurisdicciones el aprovechamiento
Todas las ciudades se mueven. Lo peculiar de Buenos Aires es que se mueve hacia
el agua; su costa es una ribera móvil en constante avance sobre el Río de la Plata.
Nuestra ciudad, entonces, crece de dos maneras: hacia arriba, con el desarrollo de
la construcción, y hacia el agua, ganándole terreno al río: con esta lógica se cons-
truyeron la Terminal de Retiro, el Aeroparque –que sigue avanzando sobre el agua–,
el Correo Central, el Luna Park y tantas otras instalaciones. En 150 años, la Ciudad
ocupó 30 km2 pertenecientes al río.
Aguas arriba el paisaje de la costa porteña se continúa naturalmente en el Delta del
Paraná, y así como la Ciudad sigue avanzando sobre el Río de la Plata, el Delta no
cesa de crecer velozmente aguas abajo. En 120 años avanzó 9 kilómetros; es por
eso que hoy podemos observar la formación de nuevas islas frente a las costas de
San Isidro.
Además –y tal como lo indica la Constitución local–, la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires ya no termina en la Costanera. Desde el año 1996, se extiende hasta algún
lugar todavía no determinado del Río de la Plata. En efecto, el Art. 8º de la Constitu-
ción declara que “la Ciudad de Buenos Aires es co-ribereña del Río de la Plata y del
Riachuelo, los cuales constituyen en el área de su jurisdicción bienes de su dominio
público. Tiene el derecho a la utilización equitativa y razonable de sus aguas y de los
demás recursos naturales del río, su lecho y subsuelo”.
Es lógico que los constituyentes tomaran esa decisión. Primero, porque en su mo-
mento la Provincia de Buenos Aires cedió a la Nación parte de su territorio para
formalizar la Capital Federal (lo cual incluía la costa y su proyección sobre el Río de
la Plata) y después, porque la flamante Ciudad Autónoma de Buenos Aires dio con-
tinuidad al dominio que hasta ese momento tenía el Estado nacional. No obstante,
Vemos el mismo tramo “horizontal” (es decir, este-oeste) y después un fuerte cambio
en la pendiente. A partir de allí, tenemos la costa enfrentada a islas que se han ido
formando después de que Moussy trazara su mapa. La línea clara tiene una longitud
de 3,8 kilómetros, que es lo que ha avanzado la costa entre el mapa de Moussy y la
foto satelital. O sea, un promedio de 27 metros por año, que no tienen por qué ser
siempre al mismo ritmo, ni del mismo modo en el mismo lugar.
Por su parte, Pittau, Sarubbi y Menéndez analizaron diversos mapas históricos y
concluyeron que: “Se identificaron dos frentes principales de avance: uno en torno al
Paraná Guazú y otro asociado al Paraná de las Palmas. A su vez, en cada uno de ellos
se distinguieron dos sub-frentes al norte y al sur. Las tasas de avance son variables:
alrededor de 0 y 25 metros por año asociados al Paraná Guazú en los sub-frentes
norte y sur respectivamente y de 100 y 50 metros por año en los sub-frentes norte y
sur del Paraná de las Palmas”10.
En cualquier caso, “en un horizonte temporal no muy lejano, el Delta habrá avanzado
hasta llegar frente al Área Central de la Región Metropolitana, (y seguirá de largo). Tal
proceso deriva de un fenómeno que hoy permanece en cierta forma oculto, pero de
consecuencias muy importantes, y es el hecho mencionado que mientras el proceso
de avance del Delta ocurre por arriba del nivel del agua, por debajo de ese nivel, el
fondo del río se eleva sin pausa al sedimentar millones de metros cúbicos de fangos,
año tras año”11.
Los humedales costeros tienen el mismo origen natural que las islas del Delta, porque
son el resultado de la decantación de los sedimentos que arrastra el río Paraná sobre
el Plata. Estos humedales aparecían en los mapas de la ciudad y en los planos de las
propiedades hasta que fueron desecados, algunos en realidad y otros en apariencia.
Un humedal no es un hueco en la tierra que después se llenó de agua. Un humedal
es el resultado de una cierta dinámica hídrica, que tiene que ver con la topografía del
lugar, las precipitaciones y las características del agua subterránea. Por este motivo,
un humedal tapado es un sitio especialmente sensible a las variaciones del agua
subterránea, ya que suelen estar alimentados por la primera napa (freática). En otras
palabras, cuando se produce un ascenso de napas, las zonas más afectadas serán
los viejos humedades aparentemente desaparecidos.
Buenos Aires pasa a ser una de las pocas ciudades del mundo con una costa móvil.
Buenos Aires no ha estado de espaldas al río. En realidad, su relación con el río es
mucho más compleja, ya que el río ha sido su área de expansión16.
Como siempre, aparece algún pequeño problema dispuesto a arruinarlo todo: la
pendiente. El agua de lluvia, para salir, necesita tener una pendiente adecuada. El
agua del río, para no entrar durante las sudestadas, lo mismo. Pero lo que tenía una
• El paisaje futuro no será el de un río abierto, sino el de una costa pantanosa. Esto
puede sufrir alteraciones por el ascenso del Río de la Plata como consecuencia
de la subida del nivel del mar por el cambio climático, pero este fenómeno no lo
evitará.
• El Luján es un río de un caudal mucho menor que el Plata, lo que requerirá de
importantes inversiones adicionales para obtener el agua potable y evacuar las
excretas.
• Actualmente el Luján arrastra los contaminantes de las industrias que descargan
al arroyo Morón y al río Reconquista, además de las descargas cloacales de esa
cuenca. Al desembocar en el Plata, gran parte de esos contaminantes se diluyen
antes de llegar a la costa porteña. Pero al alargarse el Luján hacia Buenos Aires,
esos contaminantes llegarán hasta la zona en que se encuentran ahora las tomas
de agua para consumo público.
• El dragado de los canales de navegación para mantener activo el Puerto de Buenos
Aires puede generar formas de sedimentación que afecten en forma perjudicial la
costa porteña.
Se trata de algunas situaciones entre las muchas posibles, en las cuales se requiere
la defensa de los intereses de los habitantes de la Ciudad.
El Río de la Plata cuenta con un tratado internacional27 en el que se fija no uno sino
varios límites, según se trate de las aguas, del lecho y subsuelo o de las islas.
Los ríos son bienes de dominio público, según establece el artículo235, inciso c)
del Código Civil y Comercial, que dice que lo son: “c) los ríos, estuarios, arroyos y
demás aguas que corren por cauces naturales, los lagos y lagunas navegables, los
glaciares y el ambiente periglacial y toda otra agua que tenga o adquiera la aptitud de
satisfacer usos de interés general, comprendiéndose las aguas subterráneas. (…) Se
entiende por río el agua, las playas y el lecho por donde corre, delimitado por la línea
de ribera que fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias”28.
El dominio de los ríos pertenece a las provincias en donde se encuentran, sean estos
navegables o no navegables, provinciales o interprovinciales.
Respecto de este tema, es ilustrativo el debate parlamentario sostenido en el Senado
de la Nación en septiembre de 1869, entre el Dr. Vélez Sarsfield y el Gral. Bartolomé
Mitre29. En este debate se consagra la tesis del dominio provincial de los ríos. El
mismo es transcripto en sus partes principales por Miguel Marienhoff en su obra
Régimen y legislación de las aguas públicas y privadas30. Vélez Sarsfield sostiene
que el dominio (en este caso el Río de la Plata) pertenece a la Nación, basándose en
la comparación de la legislación entre los Estados Unidos y la República Argentina
según el siguiente argumento: si bien en los Estados Unidos prevaleció el principio
de que los Estados son propietarios del suelo cubierto por las aguas de los ríos
navegables, este principio no puede ser aplicado en la República Argentina, ya que
en nuestro caso, la Nación tiene derechos preexistentes a la Constitución Nacional.
En cambio, el Gral. Bartolomé Mitre replicó:
(…) tan federales eran los Estados Unidos cuando se dieron su primera y
segunda Constitución, como lo éramos nosotros después de salir de la guerra
PROYECTOS LEGISLATIVOS
Existen varios proyectos sobre este tema, presentados en la Legislatura de la Ciudad
de Buenos Aires, sin que ninguno de ellos haya sido aprobado hasta ahora:
Proyecto de Jorge Giorno41. Solicita al Poder Ejecutivo del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires que por intermedio de quién corresponda se dirija al Congreso de la
Nación con el fin de delimitar la Jurisdiccionalidad de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires sobre las aguas del Río de la Plata, desde los límites ya establecidos, hasta la
divisoria internacional de aguas, partiendo de:
Límite Norte: A partir del último mojón determinado por la Ley 21039/75, B.O.
10/10/1975, A.D. 120.5, Plancheta Nº 01 del Plano de Zonificación, año 2000, Ley
449. Art. 125º, que parte del Mojón A, hacia el Noroeste, en un ángulo de 153° 52’
00 al Oeste, en una línea recta de 680 metros, con respecto a la línea longitudinal de
la Avenida General Paz, según el Expediente P/A. 36/24/59 de la Secretaría de Estado
de Transporte y Obras Públicas.
Límite Sur: A partir de la divisoria de aguas del Riachuelo, Km. 0, Plancheta Nº 19 del
Plano de Zonificación, Año 2000, Ley 449, Art. 125ª.
Proyecto de Gustavo Béliz42: Propone la fijación de los límites del dominio y jurisdicción
de la ciudad sobre el Río de la Plata y sus islas, según puntos geodésicos que define
el proyecto, teniendo en cuenta la geografía costera de la ciudad y el Tratado del
Río de la Plata. No se refiere a la administración del área, que implícitamente deja
para una legislación posterior. Reproduzco los aspectos sustantivos (los restantes
artículos se refieren a la normativa ya vigente).
Artículo 3° - Los límites de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sobre el
Río de la Plata en cuanto al dominio del lecho y del subsuelo del río son: la
línea recta imaginaria que atraviesa el río desde el punto en donde el límite
terrestre Norte de la ciudad intercepta la línea costera del Río de la Plata
La Ciudad de Buenos Aires no tiene una costa consolidada sobre el Río de la Plata. Se
trata de una costa móvil, resultado de la deposición de sedimentos arrastrados por el
río y el posterior relleno artificial.
Se trata del mismo proceso geológico que forma las islas del Delta del Paraná.
Por consiguiente, el avance de la costa porteña es el primer paso en el proceso de
creación de islas frente a la Ciudad de Buenos Aires.
Este proceso geológico es irreversible.
A pesar de ello, tanto los poderes públicos como las iniciativas privadas, hasta ahora
han puesto mucho más el acento en el desarrollo inmobiliario sobre la zona costera,
que en la prevención de riesgos ambientales o la protección del patrimonio natural.
En nuestro sistema constitucional, los ríos están bajo dominio y jurisdicción de las
provincias que atraviesan o que son ribereñas, salvo la navegación, que está regulada
por el Estado nacional.
Existen sólidos argumentos jurídicos por los cuales la Ciudad debería efectuar
reclamos sobre la porción del Río de la Plata que le corresponde.
Existe asimismo un mandato constitucional (aún incumplido) de fijar los límites de
dominio y jurisdicción de la CABA sobre el Río de la Plata. Estos límites solo pueden
ser fijados por el Congreso Nacional, pero es conveniente que la CABA genere una
propuesta propia.
Hay proyectos legislativos que reflejan diversos puntos de vista partidarios, pero sería
superador consensuar un proyecto unificado.
1 Bharadwaj, K. Geografía física: una apreciación del paisaje. Editorial Discovery, 2009.
2 Sarmiento, Domingo F. El Carapachay, Buenos Aires, 1867.
3 Escardó, Florencio. Geografía de Buenos Aires, Buenos Aires, Eudeba, 1971.
4 Zabala, Rómulo y Gandía, Enrique de. Historia de la Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Municipalidad
de la ciudad de Buenos Aires, 1980.
5 Ídem.
6 La cita de Burmeister, tomada de un texto de 1867, está en Rusconi, Carlos: Investigaciones arqueológicas
al sur de Villa Lugano, cit. en: Silvestri, Graciela: El color del río, Universidad Nacional de Quilmes, 2003.
7 Costa, Luis Alberto. “Breve historia ambiental de la relación Ciudad-Río en la Región Metropolitana de
Buenos Aires”. Revista D4, del Colegio de Arquitectos del Distrito IV de la Provincia de Buenos Aires. Nº
31, diciembre de 2002.
8 Martin de Moussy, V. Carte des provinces d´Entre Ríos, de Santa-Fe et de la Bande Orientale. Gravé par
L. Kautz, Paris, Imp. Lemercier, 1865.
9 Google Earth.
10 Pittau, Marcos, Sarubbi, Alejo y Menéndez, Ángel. “Análisis del avance del frente del delta del río Paraná“,
INA, Laboratorio de Hidráulica, en: http://www.histarmar.com.ar/DeltaParana/AnalisisAvanceDelta.htm.
11 Costa, Luis Alberto. “Breve historia ambiental de la relación Ciudad-Río en la Región Metropolitana de
Buenos Aires”, Revista D4, del Colegio de Arquitectos del Distrito IV de la Provincia de Buenos Aires. Nº
31, diciembre de 2002.
12 Mapa topográfico simplificado, en: https://www.flickr.com/photos/nicofoxfiles/8622269635.
13 En:
https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Ciudad_de_la_Trinidad_en_el_Puerto_de_Santa_Mar%C3%A
Da_de_los_Buenos_Aires.jpg (detalle de la costa).
14 Geólogo Fernando Máximo Díaz, comunicación personal.
15 Mensuras de la ciudad de Buenos Aires: ribera del Río de la Plata y Riachuelo 1771-1909. - 1a ed. -
Buenos Aires, Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, 2007.
16 Buenos Aires, un paisaje cultural excepcional. Dirección General de Patrimonio, Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires, 2004 (edición electrónica) y 2006, edición impresa.
17 Ídem.
18 Codignotto, Jorge. “Un poco de historia de los factores físicos costeros”, nota al APRA, 2020.