Está en la página 1de 15

El Comercio Internacional

Luis F. Agramunt y María Fernanda Andrés (FCE – UNL)


lagramunt@fce.unl.edu.ar
mfandres@fce.unl.edu.ar

Con la colaboración de JTP María Eugenia Giovino (FCE)

I - EL COMERCIO INTERNACIONAL

El comercio internacional es considerado como una parte muy importante del crecimiento
económico global, principalmente si partimos del supuesto de que ninguna nación cuenta con la
capacidad suficiente para producir todo lo que su economía necesita para desarrollarse; o,
aunque así lo fabrique, no todos sus bienes serán de la mejor calidad. A su vez, aquellos productos
desarrollados con excelencia, puede que sean el resultado de un consumo mayor de recursos y
de costes más elevados que los utilizados por otra nación para producir los mismos bienes.

Retomando el concepto comercio internacional se puede afirmar que el mismo refiere al conjunto
de transacciones comerciales de productos y servicios que se realizan entre los distintos países y
sus mercados.

Cabe aclarar que, los términos comercio internacional y comercio exterior no son sinónimos ya
que, si bien es cierto que son conceptos similares con muchos aspectos en común, no son
idénticos. Su principal diferencia radica en la amplitud del término. “El comercio internacional
hace referencia al comercio de todos los bienes y servicios a nivel mundial. Mientras, el concepto
de comercio exterior suele utilizarse para mencionar las transacciones de un país frente al resto
del mundo”.1

Las compras, en el marco internacional, son las importaciones que realizan los residentes
(empresas, instituciones y personas) en el resto del mundo, las cuales tienen como contrapartida
una salida de divisas. Éste es el motivo y objetivo principal por el cual un país se involucra en el
comercio exterior: IMPORTAR. Esto se debe a que, a nivel de país (o social o macroeconómico),
las importaciones constituyen un mecanismo por el cual se obtienen, entre otros, los siguientes
beneficios:
● Pueden adquirirse bienes que no pueden producirse localmente por carencia de
recursos productivos, o que no se fabrican en condiciones adecuadas de precio, calidad,
entrega, etc., por escasez de dichos recursos.
● Permite la adquisición de tecnología y bienes de capital que se volcarán a la
producción nacional, con el consiguiente incremento de la riqueza del país y el
mejoramiento de su desarrollo.
● Posibilita, en la mayoría de los casos, la reducción de los precios internos, al crear un
mercado competitivo y dar posibilidad a las industrias de recurrir a insumos de más bajo
precio o mejor calidad.

1
José Francisco López (2019) “Diferencia entre comercio internacional y comercio exterior”.
En cambio, las ventas corresponden a las exportaciones con destino a una región ubicada más allá
de las fronteras nacionales, generando como contrapartida una entrada de divisas. Éstas, se
convierten en el medio o instrumento del intercambio internacional, o, dicho de otra forma, la
exportación, por el ingreso de divisas que produce, coadyuva, junto con los créditos y las
inversiones, a hacer frente al pago de las importaciones y de la deuda externa.

Además, la exportación es factor dinámico del crecimiento económico, por el efecto multiplicador
que provoca sobre toda economía al utilizar recursos naturales, capitales, tecnología, mano de
obra y servicios diversos, muchas veces ociosos o subempleados. Si el crecimiento también va
acompañado por un mejoramiento en el nivel de vida de la población, también la exportación
habrá posibilitado el desarrollo del país.

Ambos movimientos internacionales (importación y exportación) ya sea de productos o de


servicios, se contabilizan en la balanza comercial, cuyo saldo (superávit o déficit) es un indicativo
muy importante de la competitividad que presenta un determinado país para con el resto del
mundo.

Es importante destacar que quienes comercian a nivel internacional poseen economías abiertas,
es decir que sus Estados permiten que se efectúen transacciones con el resto del mundo o bien,
tienen al menos acuerdos de comercio exterior con algún país en particular.
Los países interesados en intercambiar bienes y servicios con otros suelen suscribir acuerdos o
convenios comerciales para facilitar y potenciar los procesos de intercambio. De ese modo, cada
uno busca sacar provecho para el desarrollo de su/s negocio/s. Esto se debe, principalmente a
que las partes cuentan con un interés común el cual, mediante la concreción de un acuerdo
comercial, puede obtenerse. Esto ocurre gracias a las sinergias que resultan como consecuencia
de la puesta en marcha del tratado, en donde los resultados se potencian de manera tal que por
sí mismas no hubiere sido posible.
Bajo estos intercambios, los países pueden perfeccionarse en la producción y comercialización de
determinados bienes a costos menores y de formas más eficientes que otras naciones,
aprovechando así ventajas comparativas, tanto en recursos como en tecnología o ubicación. De
esta manera, las personas y organizaciones puedan acceder también a productos y servicios que
localmente no son fabricados o su producción es insuficiente para satisfacer la demanda local.

Ahora bien, ¿es posible afirmar entonces que cualquier país con economía abierta puede importar
y/o exportar lo que desee, al precio que le convenga y en las cantidades que le resulte más
conveniente? Depende, ya que el comercio exterior presenta reglas de juego. Si las respuestas a
la pregunta se encuentran acogidas por estas normativas, entonces la respuesta será “sí”; de lo
contrario, la nación deberá actuar bajo los límites y condiciones establecidas a nivel mundial.

Estas transacciones son reguladas, por ejemplo, por normativas de control de los productos
(sanitarios, seguridad, etc.), por controles de procedimientos (trámites burocráticos, registros,
etc.) o de tributación (impuestos, aranceles, etc.).
Si bien estas reglas de juego se establecen a nivel internacional y son reguladas por organismos
supranacionales, dentro de cada nación también existen entidades que se ocupan de velar por el
cumplimiento de estas normativas como así también de determinar a través de leyes,
regulaciones o políticas, cambios en el juego en resguardo del comercio local, sin incumplir con
las normas generales.

Usualmente existe un organismo público encargado de controlar y regular la entrada y salida de


bienes de un país. En Argentina esta actividad la realiza la Dirección General de Aduanas (DGA) y
es por tanto la autoridad competente en la aplicación de la legislación que regula el despacho
aduanero, así como los sistemas, métodos y procedimientos a los que deben sujetarse las
aduanas.
Ahora bien, ¿cómo repercute el comercio exterior a nivel empresarial o microeconómico? La
importación les permitirá a los agentes económicos acceder a materias primas, insumos, bienes
de capital, tecnología o productos terminados que el mercado interno no produce o no satisface
convenientemente. Por su lado, las exportaciones, brindarán importantes beneficios al
empresario, tales como:
● Incrementar o ampliar mercados, frente a la estrechez del mercado interno, lo que
supone una mejor distribución de los riesgos comerciales y financieros.
● Reducir o eliminar los eventuales desniveles cíclicos de la demanda interna que
provoca la reducción o eliminación de los prejuicios económicos y financieros que producen
las caídas de ventas internas por factores imprevistos (lo que no significa, bajo ningún
concepto, que la exportación sea considerada como un negocio coyuntural, en lugar de
permanente, como imprescindiblemente debe ser).
● Eliminar, o al menos reducir la capacidad ociosa productiva.
● Producir una mejor absorción de los costos fijos, con el consiguiente mejoramiento
del rendimiento general de la empresa.
● Ser un razonable sistema de auto seguro de cambio, pues, si bien no elimina el riesgo
cambiario de aquellas empresas que importan materias primas, insumos o bienes de
producción o que toman capitales en el exterior, lo reduce en buena medida.
● Brindar prestigio, lo que generalmente produce un efectivo impacto promocional en
el mercado doméstico, que se traduce en mayores ventas y en un mejor tratamiento por
parte de proveedores, prestatarios de servicios y de organismos oficiales.

Asimismo, no se debe olvidar que, el comercio exterior también puede ser perjudicial para las
empresas locales, especialmente en aquellas menos eficientes. En efecto, la mayor competencia
de las empresas de otros países puede presionar a la salida de las empresas locales que no son
capaces de adaptarse y atraer las preferencias de los clientes. No obstante, esto no es perjudicial
para los consumidores ni para la sociedad en general. De hecho, este es el objetivo del libre
mercado, promover la competencia para que solo los más eficientes puedan quedarse y satisfacer
de la mejor forma posible la demanda de los consumidores (con menores precios y mayor
calidad).
En resumen, si una nación desea iniciarse en el comercio internacional, no sólo deberá abrir su
economía al mundo y estudiar sus necesidades comerciales locales; sino que además deberá
conocer, respetar y velar por el cumplimiento de las normas establecidas en el ámbito
internacional; contar con organismos nacionales capaces de cumplimentar el trabajo de estas
reglas de juego; desarrollar estrategias que permitan potenciar su nación a través de acuerdos
comerciales y establecer medidas que acompañen a sus empresas e instituciones a adaptarse de
manera eficiente a los cambios que ocurrirán en su entorno próximo como consecuencia de la
apertura comercial.
I I - LAS TEORÍAS DEL COMERCIO INTERNACIONAL

El estudio de las causas que determinan el intercambio de bienes y servicios entre las diferentes
naciones es el fundamento de las teorías del comercio internacional. Intentan explicar por qué los
países comercian entre sí, qué tipo de bienes intercambian y a qué precio.

Considerando que la economía es la ciencia de la escasez y que tiene el propósito de resolver el


problema derivado de bienes limitados para la satisfacción de las múltiples necesidades del
hombre, su objeto es el estudio de los fenómenos que le son propios. Tales fenómenos no son
otros que: a) la producción, es decir el proceso de dotar de utilidad a los bienes y servicios; b) la
circulación y el cambio, el primero de eminente carácter económico y que analiza la traslación
espacial y temporal de los bienes y el segundo de preponderante contenido jurídico en tanto y en
cuanto hace al dominio del bien, constituyendo ambos lo que se denomina habitualmente
comercio; c) la distribución, que centra su estudio en la remuneración de los factores productivos
que hacen al proceso de dotar de utilidad a los bienes: y d) el consumo, vale decir la aplicación
efectiva de los bienes y servicios a la satisfacción de las necesidades humanas.

En este marco de la ciencia económica, las teorías del comercio internacional centran su atención
en uno de los fenómenos descriptos, el comercial, vale decir el que hace al análisis de la circulación
y el cambio. Es por ello que incursiona en los análisis de intercambios, de mercado y de precios.

La preocupación por los temas referidos al comercio internacional es muy antigua y podríamos
volver muchos siglos atrás para determinar sus orígenes. Sin embargo, es desde mediados del siglo
XVIII y simultáneamente con el momento en que la economía comienza a adquirir la categoría de
ciencia con los esfuerzos de Adam Smith (1723 - 1790) por sistematizar el conocimiento en su
"Tratado Acerca de la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones" (1776).Es entonces
cuando el comercio internacional comienza a adquirir trascendencia y a constituirse en una de las
actividades que más impacto ha tenido en las transformaciones económicas y sociales que se han
venido produciendo hasta el presente.

Puede afirmarse que, en ese siglo, con los aportes de Quesnay, Cantillon, Hume, Turgot, Stewart
y obviamente Smith, se sientan las bases de la de la economía política y dentro de ella de la
economía internacional tal cual llega hoy.

La Teoría de la Ventaja Absoluta

A partir de entonces el capitalismo, con un basamento sobre todo comercial, se va transformando


progresivamente en un capitalismo de perfil industrial y la supresión continua de obstáculos y
barreras al comercio que se habían establecido en siglos anteriores conjuntamente con el
desarrollo de los medios de transporte, facilitan un intercambio creciente entre países.

En este momento histórico caracterizado por la formidable expansión de la actividad productiva


y del intercambio entre naciones, la teoría del comercio internacional fundamenta el creciente
comercio internacional en un hecho que en principio puede resultar incontrastable: un país ha de
exportar todo aquello que puede producir más barato que otro e importar lo que otras naciones
pueden ofrecer más barato. Es así como surge el concepto de "ventaja absoluta", entendiéndose
que es aquella que un país tiene en la producción de un bien si sus costos son más bajos que los
de otros países a los precios y tipos de cambio existentes.

En los postulados que desarrolla A. Smith en su "Riqueza de las Naciones", estas "ventajas
absolutas" son la base central del análisis y son las que dan lugar a que la riqueza creada tenga la
posibilidad de ser intercambiada por aquellos bienes que el sistema productivo no está en
condiciones de ofrecer al individuo o que lo hace de una forma más cara o peor. La riqueza para
Smith residía en el trabajo anual que un pueblo podía desarrollar en un período de tiempo
determinado. La mayor productividad que ese trabajo podría adquirir, otorgaba a ese pueblo una
riqueza adicional. La mayor productividad del trabajo se sustenta, en el pensamiento
smithsoniano, en la división del trabajo.

Crear más riqueza para Smith era la consecuencia de la división del trabajo y la mayor eficiencia
lograda a través de ella, la forma de competir en los mercados internacionales logrando ofertar
en mejores condiciones y nutrirse en el intercambio de los bienes en los que se era más ineficiente.
El concepto de "ventaja absoluta" puede parecer así irrefutable. Sin embargo, cabe preguntarse:
¿Qué pasa si un país tiene ventajas absolutas en todas sus producciones? ¿Exportaría todos sus
productos y no importaría nada? Aun siendo así, ¿Por qué exportaría esta nación?, ¿Qué haría con
las ganancias de sus exportaciones?
La respuesta a estas preguntas dio lugar al desarrollo de otra idea, la de las "ventajas relativas".

La Teoría de la Ventaja Relativa

Fue David Ricardo (1772-1823) quien en su obra "Principios de Economía Política y Tributación"
(1817) desarrolla el principio de las ventajas comparativas que en lugar de centrarse en los costos
absolutos o en los productos individuales, pone la atención en un esquema de razonamiento más
complejo y cercano a la realidad, al considerar los costos en términos de bienes escasos tal como
la economía encuentra su razón de ser.
Para Ricardo, la idea de valor se asocia a la cantidad de trabajo necesario para producir un bien
en las condiciones menos favorables. Siendo la dotación de trabajo un bien escaso, vale decir que
no existe trabajo en cantidad ilimitada, dicha dotación y la cantidad individual de trabajo que
requiere cada producto determina necesariamente la producción máxima obtenible en unidades
físicas.

En la obra de este destacado economista británico se ejemplifica con el conocido caso del paño y
el vino y las condiciones de producción en Inglaterra y Portugal. En términos más genéricos se
podría referir a dos naciones ideales, Nación Azul y Nación Verde y a los productos A y B.

Suponiendo que las naciones ideales cuentan con una dotación de recursos productivos que les
permiten producir A o B o una combinación de ambos. Si se simplifica el caso determinando que
el recurso productivo exclusivo es el trabajo y que la Nación Azul dispone de 500 horas hombre
en el período n (por caso, un año) y la Nación Verde dispone de 800 horas hombre en igual período
de tiempo, si cada una de las naciones dedicase todos sus recursos a producir uno u otro de los
bienes considerados obtendría una cantidad igual a la dotación total de trabajo dividido el trabajo
requerido por cada uno de los bienes.

Si en la Nación A tanto el producto A como el B requiriese de 10 horas hombre para ser producidos,
esta nación podría obtener 50 unidades de A si exclusivamente produjese estos bienes o si los
dedicase a producir B también obtendría una cantidad de 50 unidades, pero nada de A. Podría
también desear producir 30 de A y 20 de B o cualquier otra combinación dentro de la "curva de
posibilidades de producción" de dicha nación. En el Gráfico No.1 se expresa este ejemplo.

GRÁFICO No. 1

Fuente: Elaboración Propia

En el eje de las abscisas quedan expresadas las cantidades del bien B que pueden producirse y en
el de las ordenas del bien A. Cualquier combinación en la curva ab es factible y se aprovechan
enteramente los recursos productivos disponibles. Por el contrario, los puntos contenidos dentro
del área por debajo de la curva resultarían ineficientes para la nación, ya que se desperdiciarían
factores productivos al quedar sin aplicación. Así una combinación de 18 unidades de A y 20 de B
es perfectamente posible, pero se dejan de producir otras 12 unidades de uno u otro de los bienes
existiendo recursos para llevarlos adelante.

El caso de la Nación Verde es similar, aunque obviamente ajustado a sus propios costos internos.
Si éstos contemplan 8 horas hombre para producir A y 5 para producir B, su “curva de
posibilidades de producción" queda definida por cd en el Gráfico 2.

GRÁFICO No. 2

Fuente: Elaboración Propia


Ambas naciones están en condiciones de producir eficientemente dentro de sus respectivas
"curvas de posibilidades de producción". Sin embargo, ¿Qué ocurre si alguna de ellas pretende
consumir por encima de sus máximas posibilidades de producción? ¿Podrá hacerlo?

Si se sigue el criterio de las ventajas absolutas ello no sería posible para la Nación Azul ya que la
misma produce ambos bienes de manera más cara que la Nación Verde y, por tanto, ¿Por qué
querría la Nación Verde venderle sus bienes a la Nación Azul si ésta no tiene nada para otorgarle
mejor que lo que por sí puede realizar?

La respuesta al planteo anterior viene dada por la explicación del aprovechamiento de esta ventaja
relativa y dicha respuesta es simple: porque les conviene a ambas naciones. Expliquémoslo:

La Nación Verde es más competitiva que la Nación Azul en ambas producciones, A y B. En la


primera produce el bien utilizando 8 horas hombre mientras que la otra nación utiliza 10 horas
hombre. En el bien B la relación es de 5 a 10 horas hombre. Sin embargo, en esta última es más
eficiente, tiene la mayor ventaja competitiva ya que lo hace un 50% más barato mientras que el
bien A lo obtiene sólo con un 20% menos de costo.

La teoría de Ricardo plantea la conveniencia que la Nación Verde dedique todos los recursos
posibles a producir aquel bien para el que obtiene la mayor ventaja competitiva, e intercambie
con el resto del mundo (en este caso, con el país Azul) sus excedentes de manera de poder obtener
los bienes que no produzca. De esta manera ambas naciones se favorecen. Siguiendo este
razonamiento la Nación Verde produciría exclusivamente 160 unidades del bien B (800 horas
hombre que es su dotación total de recursos -trabajo dividido 5 horas hombre que es el costo de
producción de cada unidad). De la misma manera la Nación Azul produciría exclusivamente aquel
bien en el que obtiene la menor desventaja competitiva (el bien A), pudiendo obtener 50 unidades
(500 horas hombre de dotación dividido 10 horas hombre de costo por unidad).

Tras la decisión de producción asumida la situación queda en los siguientes términos:

Nación Azul 50 unidades de A Costo: 500 horas hombre


Nación Verde 160 unidades de B Costo: 800 horas hombre

Si se considera que ambas naciones están en condiciones de intercambiar con la otra todo su stock
de productos (obviamente un supuesto, ya que es probable que demanden internamente parte
del mismo y sólo puedan estar en condiciones de intercambiar los excedentes, es decir la parte
del producto que excede las necesidades del propio productor, considerado el mismo a nivel de
nación). Si fuera así y la relación de intercambio se fijase en 1 unidad de A por 1,5 unidades de B,
la Nación Azul podría vender todo su stock (50 unidades de A) a la Nación Verde y recibir de ésta
75 unidades de B (50 por 1,5). Tras este intercambio la situación de las naciones es la siguiente:

- Nación Azul 0 unidades de A (exportó 50 a la Nación Verde) 75 unidades de B


(importó 75 de la Nación Verde)
- Nación Verde 85 unidades de B (exportó 75 a la Nación Azul) 50 unidades de A
(importó 50 de la Nación Azul)
La Nación Azul dispone tras el intercambio de 75 unidades de B, cantidad equivalente a 750 horas
hombre de trabajo si las debiera hacer a los costos internos actuales (10 horas hombre por
unidad). Vale decir que accedió a un producto, entendido en términos de conjunto de bienes y
servicios producidos por un país en un período de tiempo determinado, superior al que podría
lograr con la dotación de factores productivos de que dispone, en este caso 500 horas hombre.

Este mayor producto la Nación Azul lo logra sin perjudicar a la Nación Verde, la que por el contrario
también accede a un nivel de producto superior, ya que las 85 unidades de B representan 425
horas hombre y las 50 unidades de A importadas de la Nación Azul son equivalentes a 400 horas
hombre considerando sus propios costos de producción (8 horas hombre por unidad).
En consecuencia, cuenta ahora con un total de producto equivalente a 825 horas hombre, superior
a las 800 horas hombre que constituye su dotación de factores productivos.
La especialización en las producciones donde cada país tiene las mayores ventajas competitivas y
el intercambio de bienes con el resto del mundo, genera beneficios para todos los participantes.
Ello siempre y cuando el intercambio esté realizado dentro de una "razón de cambio" o "relación
real de intercambio" determinada.
En el ejemplo del caso utilizado, si la relación de intercambio en lugar de ser 1,5 de B por cada 1
de A hubiere sido de 2 de B por 1 de A, la Nación Azul se encontraría con un excedente mayor y la
Nación Verde en una situación desfavorable, disponiendo ahora de bienes por el equivalente a
700 horas hombre cuando aplicó 800 horas hombre a producir las 160 unidades de B de las cuales
intercambió 100 y obtuvo 50 de A. Lo contrario ocurriría si la relación de intercambio se situara
en 0,8 unidades de B por cada unidad de A y en este caso sería la Nación Azul la que se vería
perjudicada no encontrando justificativos en la especialización y el intercambio internacional.

En consecuencia, las ventajas de esta especialización y del intercambio consecuente de los


excedentes productivos, requiere una relación de intercambio determinada que asegure que
ambas naciones se favorezcan. Esta relación de intercambio depende de las condiciones de la
demanda de cada uno de los bienes en los diferentes países las que a su vez están condicionadas
por la renta nacional, su distribución y los gustos y preferencias de los consumidores entre otros
factores.

La conclusión de esta teoría (sostenedora conceptual del desarrollo comercial del siglo XIX) es que
cada país se especializará en aquellos bienes que produzca con mayor eficiencia, tanto para su
consumo propio como para la exportación, e importará aquellos bienes que produzca de modo
menos eficiente.

La teoría de la ventaja comparativa demuestra en principio que el libre comercio mejora la


asignación de recursos y conduce a resultados más eficientes y, en definitiva, a un mayor grado
de bienestar. Sin embargo, omite explicar las razones por las que en muchas ocasiones esta
libertad es restringida a través de la aplicación de medidas proteccionistas (aranceles o tarifas,
cuotas de importación, primas compensatorias, restricciones para-arancelarias, etc.) o
distorsionado con medidas de favorecimiento de la producción y exportación local llegando a los
casos extremos del dumping.
El modelo Hecksher-Olhin

David Ricardo consideraba que el único recurso productivo para producir bienes era el trabajo, ya
que la especialización productiva vendría marcada por el costo laboral unitario, es decir, el salario
dividido por la productividad.
En la realidad hay países que exportan bienes, no porque la productividad del trabajo sea mayor
en esos sectores, sino porque hay otros factores (materias primas, capital o demanda) que hacen
que su precio sea más bajo. Un ejemplo claro son los países de la OPEP, que exportan petróleo
principalmente porque disponen de grandes cantidades de esta materia prima.
Los primeros estudios sobre la utilización de varios recursos productivos fueron realizados por los
economistas suecos Hecksher y Ohlin5. El objetivo era explicar la participación relativa de los
distintos países en las importaciones mundiales a partir de las diferentes dotaciones de factores
de producción. Partiendo de una situación de competencia perfecta en el mercado de factores y
de productos, se predice que cada país tenderá a exportar aquellos bienes intensivos en el factor
productivo del que tiene mayor oferta, en relación al otro factor. Por ejemplo, el trigo necesita
grandes espacios de tierra cultivable; este factor de producción es muy abundante en Estados
Unidos y su costo es bajo; por tanto, el costo relativo de producir trigo es relativamente bajo y por
ello Estados Unidos dispone de una ventaja competitiva en este producto, que debería exportar:
La aplicación práctica de este modelo indica que aquellos países con mano de obra barata
tenderán a exportar bienes intensivos en trabajo, pues serán competitivos en su producción,
mientras que los intensivos en capital tenderán a exportar bienes abundantes en este recurso
productivo. No obstante, estudios realizados por el premio Nobel W. Leontieff para la economía
norteamericana (caracterizada por su gran potencial en capital y tecnología) muestran
divergencias con este principio, ya que en determinadas etapas las exportaciones de Estados
Unidos eran más intensivas en mano de obra y menos en capital que sus importaciones.

Esta evidencia empírica, conocida como la paradoja de Leontieff puede explicarse por la falta de
homogeneización de los factores productivos de trabajo y capital:

 El factor trabajo es diferente para cada país, en función del sistema educativo, programas
de formación, condiciones del mercado de trabajo, etc.

 El capital tampoco es homogéneo, incluso dentro del mismo sector para distintos países.
Así, por ejemplo, Volkswagen desarrolla un proceso de producción distinto -más intensivo
en mano de obra- en Brasil que en Alemania.

La tecnología permite abaratar el costo de otros recursos productivos -incluido el trabajo- en la


producción total. Se puede afirmar que la tecnología es un factor decisivo para explicar la
especialización productiva de cada país y su posición en el comercio internacional, hecho que
Ricardo no consideraba.

La Teoría del Comercio Internacional y el Ciclo de Vida del Producto

El desarrollo de esta teoría pertenece al norteamericano R. Vernon y se basa en considerar que


muchos productos experimentan un ciclo de vida que se inicia en un país industrializado cuando
una empresa diseña y fabrica un nuevo producto y comienza a exportarlo, pasa en una segunda
fase a otros países industrializados donde entra en producción, para pasar a fabricarse finalmente
en países en vías de desarrollo y desde allí exportarse al país en donde comenzó el ciclo.

A medida que un producto se mueve desde una fase inicial en la que requiere grandes inversiones
en investigación y desarrollo, a procesos de producción más intensivos en mano de obra no
especializada, será más atractivo de fabricar en mercados extranjeros. El modelo se refiere
solamente a productos manufacturados y producidos en Estados Unidos, si bien se puede aplicar
a otros países industrializados. Es un modelo dinámico que muestra cómo las ventajas
competitivas de los países se van modificando a medida que el producto avanza en su proceso de
comercialización.

El modelo establece que el ciclo de vida de un producto manufacturado pasa por cuatro etapas
sucesivas y diferenciadas: introducción, crecimiento, madurez y declive, las que pueden apreciarse
en el cuadro No.1:

Cuadro No.1:

Introducción Crecimiento Madurez Declive

Se produce sólo en el país de origen

Se exporta a otros países desde el país de


origen

Surgen competidores en países


desarrollados

El país de origen produce en el exterior

Se produce en países en vías de desarrollo

Se exporta al país de origen

El modelo no hace referencia al alcance y duración de cada etapa, presentando limitaciones


diversas, pero es útil para un acercamiento a las diferentes interpretaciones del comercio
internacional 6.

La Teoría de la Ventaja Competitiva de las Naciones

Michael Porter, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard y autor de numerosas obras de


alcance mundial, en "La Ventaja Competitiva de las Naciones" (1989), desarrolla un análisis
sumamente difundido, acerca de las causas que determinan que las naciones crezcan y se
favorezcan del comercio internacional.
Para Porter la prosperidad de una nación no se hereda, sino que se crea. No depende (como
plantean los economistas clásicos) de la dotación de recursos con que se cuenta, con la tasa de
interés o con el valor de la moneda, sino que es función directa y principal de su capacidad para
innovar y mejorar.
En un mundo que tiende a la competencia en los mercados globales, el rol de las naciones es cada
día más importante. La base de la mayor competencia de un país reside cada vez más en la
creación y asimilación de conocimiento, donde los factores locales juegan un rol preponderante.
Así los condicionantes culturales, económicos, institucionales y sociales hacen a la formación de
la ventaja competitiva con que un país participa del contexto internacional de los negocios.

Ningún país ejercita estas competencias diferenciales para todas sus producciones, sino que
existen sectores e industrias dentro de cada uno que tienden a ser más exitosas y a obtener una
ventaja reconocida internacionalmente.

Por tanto, los sectores que logran ventajas competitivas de alcance internacional en cada uno de
los diferentes países, buscan permanentemente innovar en el sentido más amplio del término, o
sea diseñar nuevas tecnologías, nuevos productos, nuevos enfoques de marketing, etc. La clave
para ello es la información, la que o no está disponible para los competidores y que se puede
aprovechar o simplemente aquella que la competencia no alcanza a ver, a pesar de resultar
evidente. Se trata en estos casos de ver en el lugar adecuado y mantener criterios amplios.

Pero, ¿por qué determinadas empresas, instaladas en algunas naciones son permanentemente
innovadoras?

La respuesta según Porter está en cuatro grandes atributos de una nación que constituyen lo que
él mismo ha dado en llamar el "diamante de las ventajas competitivas":

· Condiciones de los factores;

· Condiciones de la demanda;

· Industrias relacionadas y de soporte;y

· Estrategia, estructura y rivalidad.

La posición nacional con respecto a los factores de la producción, han sido para Smith y Ricardo y
aún en la teoría de Hesckher-Ohlin los que determinan los flujos de comercio. Sin embargo, Porter
sostiene que por sí mismos estos factores no determinan nada, sino que deben ser mediante las
aplicaciones del conocimiento, adecuadamente transformados y especializados de forma que
sirvan en particular a un sector o industria que permitan la creación de una ventaja competitiva
diferente y única.

Al respecto es digno de mencionar el caso de Japón y Argentina tan bien descriptos en su


oportunidad por el economista norteamericano W. W. Rostow al decir que en el mundo "existen
cuatro tipos de países, los desarrollados, los subdesarrollados, Japón y Argentina", queriendo
simbolizar con ello que una isla como Japón, sin ninguna dotación destacada de factores
productivos en términos clásicos, ha logrado competir exitosamente y desarrollarse merced a la
utilización intensiva del factor quizá menos presente en la imaginación de muchos: la materia gris.

Del mismo modo que la condición de los factores, el carácter y no necesariamente el tamaño de
la demanda interna, favorecen la innovación y la competitividad de las naciones. Siguiendo con el
ejemplo japonés, las condiciones en que se desarrolla el consumidor japonés hacen necesario para
los mismos que los productos sean compactos, de bajo consumo y alta prestación. Es así como sus
industrias se especializaron y compiten exitosamente en cualquier mercado en productos tales
como autos, computadoras, grabadoras, videos, etc.

El contar con industrias relacionadas que sean internacionalmente competitivas, es otro atributo
que una nación puede ofrecer a sus agentes para ser exitosas en el mercado mundial. La existencia
e importancia de las industrias relacionadas puede también verificarse en el caso japonés, donde
su éxito en el mercado de los teclados musicales electrónicos no sorprende tanto si se conoce su
dominio tanto de los instrumentos tradicionales (acústicos) como el de la electrónica de consumo
(audio, TV, video).

Las circunstancias nacionales tanto como el contexto crean tendencias muy fuertes en la creación
de innovaciones, la organización y el gerenciamiento o management de las empresas. En Italia los
competidores internacionales exitosos son Pymes de capital privado y generalmente empresas
familiares. En Alemania las empresas tienden a ser estrictamente jerárquicas en las prácticas
organizativas y de management. Ningún sistema de management es universalmente apropiado y
la competencia de un sector nacional determinado resulta de la convergencia de las prácticas
organizacionales y aquellas favorecidas por el país que pueden ser traducidas en ventajas
competitivas. En este sentido la motivación individual hacia el trabajo es otra fuente importante
de ventaja competitiva: el talento es un recurso escaso en todas partes.

Estos atributos, según Porter, definen el diamante, pero éste es en sí mismo un conjunto y por
tanto sólo funcionará en una unidad de concepto. Para ello se requiere finalmente un liderazgo
político y empresario que favorezca la creación de estas ventajas competitivas.
Las teorías examinadas (y muchas otras que no se enuncian en este trabajo) explican las causas
del comercio internacional y las razones del mayor o menor éxito de la participación de los países
en los flujos de intercambio mundial.
Cabría ahora preguntarse qué beneficios reporta el comercio exterior, entendido éste como la
relación de un país y sus agentes económicos con el resto del mundo, lo que para el profesor Juan
C. Marquez Sosa (1996) determina que debiéramos hablar de "comercio exterior argentino,
boliviano o coreano" pero nunca de comercio exterior en abstracto.
CITAS BIBLIOGRÁFICAS

-1- BERNAL MEZZA, Raúl- (1996) “La Globalización: ¿Proceso e Ideología?”. Revista Realidad
Económica, N° 139
-2- CASTRO, Jorge- (1997). "La Globalización del Capital y el Interés Nacional", 8° Jornadas
Bancarias de la República Argentina, Bs. As "En orden inverso, esta secuencia, es decir en primer
lugar las inversiones extranjeras directas, luego el comercio internacional y por último el producto
global, es la fórmula del capitalismo en su fase de globalización."

-3- CORIAT, Benjamín, (1995) "Globalización de la Economía y Dimensiones Macroeconómicas de


la Competitividad", Revista Realidad Económica del Instituto Argentino para el Desarrollo
Económico,130
-4 -LEVITT, Theodore, (1983) "The Globalization of Markets", Harvard Business Review, 61, 3 mayo-
junio, Pág. 92-102.

-5- NIETO CHURRUCA, Ana y LLAMAZARES GARCÍA-LOMAS, Olegario (1998) Marketing


Internacional. Ediciones Pirámide, pág. 44-46.

-6- NIETO CHURRUEA, Ana y LLAMAZARES GARCÍA-LOMAS, Olegario (1998) Marketing


Internacional. Ediciones Pirámide, pág 49-52.
-7- Morena, Carlos Eduardo (1995) Material de estudio preparado para el curso de "Comercio
Exterior Argentino" del Magíster en Comercialización Internacional de la FCE - UNL

-8- Organización Mundial del Comercio (OMC). Hecho en el Mundo:


http://www.wto.org/spanish/res_s/statis_s/miwi_s/miwi_articles_s.htmúltimo acceso 8 de
marzo de2012.

-9– El Grupo de los Veinte. G-20: http://www.g20.org/es/g20/ique-es-el-g20último acceso 8 de


marzo de2012.

-10– Comisión Europea. Asuntos Económicos y Financieros. El Euro:


http://ec.europa.eu/economy_finance/euro/index_es.htmúltimo acceso 8 de marzo de2012-

-11- Steinberg, Federico. (2010) ¨La crisis financiera global y las relaciones económicas entre
Estados Unidos y China¨ - Real Instituto Elcano y Universidad Autónoma de Madrid, Junio.
BIBLIOGRAFÍA

Economipedia. Comercio Exterior. https://economipedia.com/definiciones/comercio-


exterior.html acceso 22 de marzo de 2020.

Economipedia. Diferencia entre comercio internacional y comercio exterior.


https://economipedia.com/definiciones/diferencia-entre-comercio-internacional-y-comercio-
exterior.html acceso 24 de marzo de 2020

DÍAZ MIER, Miguel Angel. "Del GATT a la Organización Mundial del Comercio"- Editorial Síntesis,
Madrid, 1996.

HOUCK, James P. "Comercio Exterior Agrario - Fundamentos y Análisis"- Ediciones Mundi-Prensa,


Madrid, 1988.

JARILLO, José Carlos y otro- "Estrategia Internacional"- Editorial Mc Graw-Hill, Madrid, 1991

MARQUEZ SOSA, Juan Carlos- "Comercio Exterior". Eudecor 1997.

NIETO CHURRUCA, Ana y LLAMAZARES GARCÍA-LOMAS, Olegario. "Marketing internacional"


Pirámide, Madrid, 1998.

O'KEAN, José María- "Análisis del Entorno Económico de los Negocios" Editorial Mc Graw-Hill,
Madrid, 1997.
ONTIVEROS, Emilio y otro- "La Guía del Euro"- Escuela de Finanzas Aplicadas, Madrid, 1998

PAMPILLÓN OLMEDO, Rafael. "Análisis Económicos de Países" Editorial Mc Graw-Hill, Madrid,


1993.

PORTER, Michael E. "La Ventaja Competitiva de las Naciones".

VARELA, Manuel y VARELA, Félix, "Sistema Monetario y Financiero Internacional"- Pirámide,


Madrid, 1996.

También podría gustarte