Está en la página 1de 2

OVILLEJOS_CERVANTES Al Gran Cero de Antonio Machado

¿Quién menoscaba mis bienes?


¡Desdenes! (Del apócrifo Abel Martín)
Y ¿quién aumenta mis duelos? Cuando el Ser que se es hizo la nada
¡Los celos! y reposó, que bien lo merecía,
Y ¿quién prueba mi paciencia? ya tuvo el día noche, y compañía
¡Ausencia! tuvo el hombre en la ausencia de la amada.
Fiat umbral Brotó el pensar humano.
De este modo en mi dolencia y el huevo universal alzó, vacío,
ningún remedio se alcanza, ya sin color, desubstanciado y frío,
pues me matan la esperanza, lleno de niebla ingrávida, en su mano.
desdenes, celos y ausencia. Toma el cero integral, la hueca esfera,
que has de mirar, si lo has de ver, erguido.
¿Quién me causa este dolor? Hoy que es espalda el lomo de tu fiera,
¡Amor! y es el milagro del no ser cumplido,
Y ¿quién mi gloria repuna? brinda, poeta, un canto de frontera
¡Fortuna! a la muerte, al silencio y al olvido.
Y ¿quién consiente mi duelo?
¡El cielo! El ciprés de Silos
Enhiesto surtidor de sombra y sueño
De este modo yo recelo que acongojas el cielo con tu lanza.
morir deste mal extraño, Chorro que a las estrellas casi alcanza
pues se aúnan en mi daño devanado a sí mismo en loco empeño.
amor, fortuna y el cielo.
Mástil de soledad, prodigio isleño,
¿Quién mejorará mi suerte? flecha de fe, saeta de esperanza.
¡La muerte! Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
Y el bien de amor, ¿quién le alcanza? peregrina al azar, mi alma sin dueño.
¡Mudanza!
Y sus males, ¿quién los cura? Cuando te vi señero, dulce, firme,
¡Locura! qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
Dese modo no es cordura
querer curar la pasión, como tú, negra torre de arduos filos,
cuando los remedios son ejemplo de delirios verticales,
muerte, mudanza y locura. mudo ciprés en el fervor de Silos.

PIDO LA PAZ Y LA PALABRA UN SONETO A CERVANTES


Escribo Horas de pesadumbre y de tristeza
en defensa del reino paso en mi soledad. Pero Cervantes
del hombre y su justicia. Pido es buen amigo. Endulza mis instantes
la paz ásperos, y reposa mi cabeza.
y la palabra. He dicho Él es la vida y la naturaleza,
«silencio», regala un yelmo de oros y diamantes
«sombra», a mis sueños errantes.
«vacío» Es para mí: suspira, ríe y reza.
etcétera. Cristiano y amoroso y caballero
Digo parla como un arroyo cristalino.
«del hombre y su justicia», ¡Así le admiro y le quiero,
«océano pacífico», viendo cómo el destino
lo que me dejan. hace que regocije al mundo entero
Pido la tristeza inmortal de ser divino!
la paz y la palabra.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente, Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
y parece que un beso te cerrara la boca.
. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
y te pareces a la palabra melancolía. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Me gustas cuando callas y estás como distante. Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Déjame que me calle con el silencio tuyo. Unamuno
Hay ojos que miran, -hay ojos que sueñan,
.
hay ojos que llaman, -hay ojos que esperan,
Déjame que te hable también con tu silencio hay ojos que ríen -risa placentera,
hay ojos que lloran -con llanto de pena,
claro como una lámpara, simple como un anillo. unos hacia adentro -otros hacia fuera.
Eres como la noche, callada y constelada.
Son como las flores -que cría la tierra.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. Mas tus ojos verdes, -mi eterna Teresa,
los que están haciendo -tu mano de hierba,
.
me miran, me sueñan, -me llaman, me esperan,
Me gustas cuando callas porque estás como ausente. me ríen rientes -risa placentera,
me lloran llorosos -con llanto de pena,
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. desde tierra adentro, -desde tierra afuera.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
En tus ojos nazco, -tus ojos me crean,
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto. vivo yo en tus ojos -el sol de mi esfera,
en tus ojos muero, -mi casa y vereda,
tus ojos mi tumba, -tus ojos mi tierra.
Neruda Pablo

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,


y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.


La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.


Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.


Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.


La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.


Mi alma no se contenta con haberla perdido.

También podría gustarte