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EL EXPRESO, Domingo 21 de Septiembre de 1997.

cuerpo C

s \\-$A caligrafía de Arguedas. la en ese tiempo es- ramos de la distancia


Cartas deJosé María Arguedas a Pedro Lastra Posteriormente vienen posa del poeta chi- que mantuvo con Ne-
cuatro apéndices, en los leno Jorge Teiller, y ruda. En fin, para el
Edición, prólogo y notas de Edgar O'Hara cuales se incluye un diálo- que posteriormen- que ya está iniciado en
go entre Edgar OIHara y te deriva en la par- la historia de la litera-
Ediciones Lom, Colección Entre Mares Pedro Lastra y un material tida de ella, Sybila tura hispanoamerica-
na de la segunda mitad
Santiago,Agosto de 199% gráfico conteniendo tam-
bién fotos.
Arredondo, al Perú
con sus hijos para de nuestro siglo, de la
151 páginas Se trata entonces de un vivir con el escritor. vida y obra de José Ma-
ría Arguedas, este libro
libro bastante completo, Actualmente esta
no el primero y seguramen- escritora permane- sin duda es un texto va-
osé María Arguedas (Pe- cual destacó. te tampoco el último sobre ce desde hace años liosísimo, para el lec-

I rú 1911-1969) y Pedro
astra (Chile, 1932) tuvie-
ron una profunda amistad
que no sólo los unió a ellos
Nuestro compatriota
Pedro Lastra por su parte
es poeta, académico en Es-
tados Unidos, experto en la
la correspondencia y la
obra de José Mana Argue-
das.
apresada en aquel
país bajo los cargos
de ayudista del gru-
po Tupac Amaru.
tor común nos parece
que este texto no le
capturará la atención.
Suponemos que Edad
A través de la lectura
sino que a ambos países. literatura hispanoamerica-, del material expuesto el Un desenlace alta- O'Hara lo sabe y este
Eran los años 60, los años na y en los años 60 partici- lector va descubriendo de- mente dramático Epistolario, debida-
del Boom de la Literatura pó en la Editorial Universi- talles íntimos de una etapa que ya había tenido mente anotado, docu-
Hispanoamericana: Vargas taria de Chile como su ase- de la vida y la obra del es- un no menos duro mentado y apoyado in-
Llosa, García Márquez, sor. critor peruano, además es golpe en 1969 cluso con una especie
Rulfo, Cortázar. Además de la presenta- testigo de una amistad en- cuando José María de teoría de análisis de
El gran novelista perua- ción Edgar O'Hara y de una trañable del escritor por su Agueda después de un in- dro Lastra. Sabemos de su la correspondencia del es-
no fue autor de Agua nota de Pedro Lastra, el li- "hermano" Lastra y nues- tento de suicidio fallece proceso creativo, su admi- critor peruano (O'Hara es
(Cuentos) y Yawar Fiesta bro está dividido en la re- tro país que tanto bien de- tras una larga agonía. ración e interés intelectual un poeta y ensayista del Pe-
(Novela) entre otras obras producción de cartas, no- clara que le hace cada vez La correspondencia só- por la cultura indígena pe- rú) está no muy secreta-
que se caracterizan por el tas y tajetas del archivo que viaja hasta acá, incluso lo toca sutilmente el hondo ruana, en la que se había mente dedicado a los admi-
predominio de lo indígena, personal del literato chile- por razones de tratamiento problema sicológico de1 es- criado por circunstancias radores de Arguedas, un
el idioma quechua, el tratá- no (Correspondencia facsi- sicológico. critor que terminaría tan casuales sin pertenecer a escritor atormentado que
miento lírico de los temas, milar) que abarca práctica- trágicamente. Leemos más esta etnia, pero amándola y se une a la oscura galería de
mente toda la década del Ahí ejerce un papel im- los artistas suicidas. Su
y en general una visión casi portante la destacada doc- directamente de sus peri- difundiéndola de manera
autobiográfica cuyo objeti- sesenta. Después viene una pecias editoriales, sus preo- constante. Por las cartas sa- obra, sus amigos, su co-
sección de transcripción tora, ya desaparecida, Lola rrespondencia se encarga
vo es mostrar la realidad de Hofhann. Aparece tam- cupaciones económicas, su bemos de la amistad-que
un sector de la nación Pe- del material anterior, bien- amor por Santiago de Chile cultivó con los Parra, prin- de hacerlo, sin embargo,
venido para el caso de los bién, entre líneas, el ro- inmortal.
ruana. También la antro- mance, seguramente furti- del cual es sin duda respon- cipalmente Nicanor y Ro-
pología fue un área en la lectores que no pudieron sable y directo testigo Pe- berto, y por eiias nos ente-
desentrañar la impulsiva vo que Arguedas tiene con Gabriel Castro Rodr&uez

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