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La Cuestión del Sobrenatural

Síntesis elaborada por Juan Felipe Tavares de la Torre

El autor, después de exponer en forma breve y concisa algunos planteamientos de


“grandes” como Santo Tomás, Balthasar y Rahner sobre este tema, llega a desarrollar una
compilación sobre la realidad sobrenatural del hombre dada desde lo intrínseco de su ser.
Es necesario partir del hombre real en su situación concreta. Siendo el gran proyecto de
Dios la Encarnación de su Hijo se ha de tomar en consideración que ya estaba previsto
simultáneamente a la realidad del pecado en el hombre. Para caer en cuenta de ello, es
oportuno tratar de colocarnos desde la perspectiva divina del eterno presente y no caer en
una mera cronología humana que nos obligue a consentir un principio generalizado que se
pudiera formular: existo, luego recibo la gracia.
Dios se nos ha dado de modo gratuito en la Encarnación de su Hijo como modelo de toda la
Creación. Es así que decimos que Jesús es principio fundamental de toda la realidad. La
voluntad del creador constituye la naturaleza de sus creaturas, cuya trascendencia se funda
en el Logos, por el cual todo fue creado. Es normal que nos pensemos en el modo
cronológico mencionado, pues, nos pensamos existentes y luego objetos de gracia. Sin
embargo, con la venida de Jesús desde la eternidad, la comunicación con Dios ha sido
posible por el primer diseño de deiformidad de la cual gozamos. Es un don gratuito de Dios
a partir de esta realidad concreta. Por supuesto que se afirma la posibilidad del hubiera en
cuanto a la no necesidad de la Encarnación para que existiese todo esto, pero lo que existe
sí es por esta verdad divina y no se puede negar.
Vemos así cómo Dios nos ofrece su vida puesto que lo pensó desde el principio así. Él es
fiel, aunque nosotros no los seamos. Nosotros como creaturas nos sentimos llamados por
Aquel que nos ha llamado a la existencia, más aún, a vivir una comunión con Él, no por los
actos en sí, sino por lo que somos en esencia. Gozamos de estas dos dimensiones, cuerpo y
alma, que no podemos separar. Son nuestra realidad que nos permite vivir en
sobrecreaturalidad en sintonía con lo sobrenatural de Dios. No solamente por nuestra
racionalidad, sino por la relacionalidad partícipe con Dios. “La criatura alcanza la plena
perfección en la más grande participación en el Ser, el único Ser, del cual la criatura
participa”.

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