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UNA APROXIMACIÓN A LA COMPRENSIÓN DEL FENÓMENO SOCIAL DEL

DUELO SIN CUERPO PRESENTE A TRAVES DE LAS VOCES DE LOS


FAMILIARES VÍCTIMAS, EN EL DISTRITO DE BUENAVENTURA, EN EL
PERIÓDO 2014-2015

LEIDY JOHANNA RENTERÍA CASTILLO


MARÍA COLOMBIA ZUÑIGA HINESTROZA

UNIVERSIDAD DEL PACIFICO


PROGRAMA DE SOCIOLOGÍA
BUENAVENTURA, 2018
UNA APROXIMACIÓN A LA COMPRENSIÓN DEL FENÓMENO SOCIAL DEL
DUELO SIN CUERPO PRESENTE A TRAVES DE LAS VOCES DE LOS
FAMILIARES VÍCTIMAS, EN EL DISTRITO DE BUENAVENTURA, EN EL
PERIÓDO 2014-2015

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR AL TÍTULO DE SOCIÓLOGA

LEIDY JOHANNA RENTERÍA CASTILLO

MARÍA COLOMBIA ZUÑIGA HINESTROZA

Director
DR. AGUSTÍN HERRERA QUIÑONES

UNIVERSIDAD DEL PACIFICO


PROGRAMA DE SOCIOLOGÍA
BUENAVENTURA, 2018
Nota de aceptación:

Aprobado por el Comité de Grado, en


cumplimiento de los requisitos exigidos
por la Universidad del Pacífico para
optar al título de Socióloga.

_____________________________
Jurado 1

_____________________________
Jurado 2

Santiago de Cali, Marzo 2 de 2018


DEDICATORIA

A la familia,

a mi familia y,

a las familias que,

en esperanza,

le apuestan al estudio,

como camino de depuración y humanidad.


AGRADECIMIENTO

Al Espíritu de Dios,

que trasciende fronteras y,

fortalece la comunión,

en el sufrimiento y adversidades.

Al Misterio del silencio,

cuya melodía,

descubre el significado

de los mundos,

historia y realidades.

A la vida,

regalo, requinto, música,

sangre, llanto y recuerdo.

A las existencias,

caminos de incertidumbre,

Al binomio padre/madre,

hermano/hermana

compañero/compañera

maestra/maestro,

vecinas/vecinos,
todos ellos y ellas,

inmersos en el proceso de aprendizaje,

que aproxima a ser humano.

A la Universidad,

pertinente gratitud,

por la experiencia de universalización

del conocimiento.
TABLA DE CONTENIDO

1. EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN.........................................................................10
1.1 ESTUDIOS PREVIOS................................................................................................10
1.1.1 Buenaventura: un puerto sin comunidad (Centro de Memoria Histórica, 2015). 10
1.1.2 Las experiencias de duelo de las madres de la candelaria (Quintero Duque,
Rodríguez Mira, & Zapata Correa, 2017).....................................................................11
1.1.3 La construcción de sentido de la desaparición forzada en el proceso de memoria
de hijos e hijas en Colombia (Guatavita Garzón, 2014)...............................................12
1.1.4 Formas de comprensión de duelo colectivo a partir de elementos de la memoria
colectiva en un grupo de personas familiares - víctimas de desaparición forzosa
(Gonzalez Gómez & Velarde Jaramillo, 2011).............................................................12
1.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA....................................................................13
1.3 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA........................................................................16
1.4 SISTEMATIZACIÓN DEL PROBLEMA.................................................................16
2. JUSTIFICACIÓN.............................................................................................................16
3. OBJETIVOS.....................................................................................................................18
3.1 OBJETIVO GENERAL..............................................................................................18
3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS......................................................................................18
4. MARCO REFERENCIAL................................................................................................19
4.1 MARCO TEÓRICO....................................................................................................19
4.1.1 El contexto sociopolítico de la desaparición forzada en Buenaventura: la
geografía del terror........................................................................................................19
4.1.2 La geografía del terror: la desaparición forzada como forma de invisibilizar el
conflicto........................................................................................................................22
4.1.3 Aproximaciones teóricas y testimoniales al duelo sin cuerpo presente...............26
4.2 MARCO CONTEXTUAL..........................................................................................35
4.3 MARCO JURÍDICO...................................................................................................37
5. DISEÑO METODOLÓGICO...........................................................................................41
5.1 FASES DE LA INVESTIGACIÓN............................................................................41
5.2 ALCANCE..................................................................................................................42
6. DEVELANDO LOS SENTIDOS DEL DUELO SIN CUERPO PRESENTE A TRAVÉS
DE LOS RELATOS DE LOS FAMILIARES VÍCTIMA....................................................43
6.1 TERRITORIO, DUELO SIN CUERPO PRESENTE Y SENTIDOS........................43
6.2 SENTIDOS DEL DUELO EN LOS RELATOS DE LOS FAMILIARES.................45
6.3 RECUSRSOS PARA LA EXTERIORIZACIÓN DEL DUELO................................46
6.4 LA DESAPARICIÓN FORZADA COMO MEDIDA PREVENTIVA DE UNA
JUSTICIA ESPIRITUAL..................................................................................................47
7. RESULTADOS Y DISCUSIÓN......................................................................................49
CONCLUSIONES................................................................................................................51
REFERENCIAS....................................................................................................................52
LISTA DE FIGURAS

Figura 1 Importancia del puerto de Buenaventura para el mundo........................................10


Figura 2 Localización del municipio de Buenaventura........................................................32
LISTA DE FOTOS

Foto 1 Rituales en el Pacífico...............................................................................................34

1. EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

1.1 ESTUDIOS PREVIOS

1.1.1 Buenaventura: un puerto sin comunidad (Centro de Memoria Histórica, 2015)

En este trabajo de memoria histórica se aborda al municipio de Buenaventura desde su


importancia en el Pacífico sur y muestra su desarrollo entre los antagonismos propios
socioterritoriales de las comunidades afro y el enclave portuario que conecta la economía
nacional e internacional (Ver Figura 1).

Figura 1 Importancia del puerto de Buenaventura para el mundo


Fuente: (Centro de Memoria Histórica, 2015).

Además el trabajo de investigación traza la transformación del conflicto y sus respectivos


repertorios de violencia, desde la aparición de los grupos armados como las Farc, la llegada
de los paramilitares en cabeza del Bloque Calima, el período de posnegociación y el lugar
de la institucionalidad como parte del conflicto por acción u omisión. De igual manera en el
estudio se destacan aspectos relevantes en torno a procesos de resistencia y
reterritorialización, en el que lo sagrado y lo humano convergen para hacer frente a la
permanencia en el territorio controlado por los Grupos Armados Ilegales (GAI).

Desde el punto de vista metodológico, el estudio aporta un interesante empleo de técnicas


cualitativas y cuantitativas de investigación para analizar los datos y los hechos, y utiliza
como herramienta, la entrevista en profundidad, la cual puede aportar elementos
importantes a través de las narraciones sobre la manera cómo los sujetos o las
colectividades significan los hechos, al tiempo que se convierte en un instrumento útil de
reconocimiento y expresión de aquellas verdades silenciadas por los poderes de los GAI.

1.1.2 Las experiencias de duelo de las madres de la candelaria (Quintero Duque,

Rodríguez Mira, & Zapata Correa, 2017)

Este estudio pretende describir las experiencias de duelo de madres que sus hijos han sido

víctimas de desaparición forzada, en la ciudad de Medellín. El estudio establece cuatro

categorías de análisis como son: la experiencia del duelo, las manifestaciones del duelo, la

dimensión social del duelo y los recursos para la elaboración del duelo. Este trabajo a nivel

metodológico aporta el análisis cualitativo y fenomenológico descriptivo que pretende

interpretar las categorías seleccionadas a partir de los relatos de tres madres que han sido

víctimas de la desaparición forzada de sus hijos. El estudio encuentra que la experiencia del

duelo es vivida o significada muy distintamente por cada persona, aunque se encuentra

como puntos comunes, la necesidad de saber la verdad y el uso de Dios como recurso para

la elaboración del duelo.


1.1.3 La construcción de sentido de la desaparición forzada en el proceso de memoria

de hijos e hijas en Colombia (Guatavita Garzón, 2014)

En este trabajo investigativo, el autor se propone reconstruir, a partir de los diferentes

actores, el sentido de la desaparición forzada en el proceso de memoria de los hijos. Como

resultado del trabajo desarrolla una mirada histórica al fenómeno de la desaparición forzada

en Colombia. Posteriormente hace hincapié en los procesos subjetivos frente a la

desaparición forzada como el duelo, la evocación, el miedo y el desarraigo. También hace

un valioso aporte de esos procesos intergeneracionales entre padres e hijos.

Como resultado del estudio, le otorga a la memoria un doble papel: por una parte puede

llegar a ser transformadora o liberadora, pero por otro lado puede consistir en lo contrario.

Esta investigación aporta elementos metodológicos etnográficos como una hermenéutica de

los hechos culturales, a nivel antropológico; sin embargo también aporta técnicas de la

Investigación Acción Participativa, propia del trabajo en comunidad, y en la que se asume a

los actores, no como informantes, sino como mediadores en la construcción del

conocimiento objeto de exploración.


1.1.4 Formas de comprensión de duelo colectivo a partir de elementos de la memoria

colectiva en un grupo de personas familiares - víctimas de desaparición forzosa

(Gonzalez Gómez & Velarde Jaramillo, 2011)

El estudio realiza una descripción de los diferentes tipos de violencia y resalta que la

desaparición forzada es un tipo de violencia que se asume de diferente forma por parte de

los familiares sufrientes. El estudio de carácter fenomenológico llega a la conclusión que

los ejercicios de memoria colectiva pueden ser mitigadores o contribuir con la elaboración

del dolor, con sus particularidades propias de ese duelo sin cuerpo presente.

A partir de esta expresión podemos decir que la memoria colectiva puede facilitar el
proceso del duelo, el hecho de recordar la situación vivida y conmemorarla. Aunque
debemos pensar en que la víctima en la desaparición forzada pasa por una doble ausencia, la
ausencia del cuerpo y la ausencia del sujeto. La víctima queda fijada para siempre en el
imaginario y pasa a ser el centro de las políticas de Derechos Humanos, que ya no pueden
orientar su camino al hombre sino sólo a la figura de la misma desaparición, en otras
palabras podemos mencionar que este proceso de duelo, se vivencia como una “muerte
suspendida” por tanto su proceso de elaboración se da a partir de un “rito reparador”; lo
anterior lo entendemos como un significado del duelo colectivo en estas personas. Una de
nuestras entrevistadas Amparo (comunicación personal) narra que “Es muy bueno uno estar
en grupo porque, a veces, aunque no debiera decir, por que se le olvida un poco lo que ha
pasado, lo que le ha pasado a uno, en cambio uno en la casa se acuerda más de todos esos
problemas que hemos tenido y uno en la casa siempre está como más solo, y tiene uno días
que son más tristes todavía, y son días más crueles por que uno tiene días que recuerda
más” (Gonzalez Gómez & Velarde Jaramillo, 2011, pág. 49).

1.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La violencia a la que han estado expuestos los habitantes de Buenaventura, desde su época

más reciente, los años 90, ha dejado una huella incontable de acciones de violencia sobre el
cuerpo, las familias, el territorio y la memoria individual y colectiva que se cuentan por

centenares. En términos de estadística conocida se reconoce que desde 1990 hasta 2012 se

cometieron 4.799 homicidios; entre 1990 y 2013 se perpetraron 475 desapariciones

forzadas; además se cometieron 26 masacres y se desplazó a 152.837 personas de su

territorio (Centro de Memoria Histórica, 2015, pág. 213).

Sin embargo, el panorama de violencia en el territorio ha tenido una particular evolución.

Con la llegada del paramilitarismo en el año 2000 y hasta el año 2004, las acciones

violentas giraban en torno a masacres, homicidios o secuestros, lo que era causa del

desplazamiento de la población. En este escenario, los repertorios de violencia 1 pretenden

una masificación del terror en el territorio que permita el control estratégico de la zona y

una aparente disciplinización o adhesión por la fuerza a aquellas estructuras criminales.

Estos hechos estaban a la vista de todos, pero la tendencia de los repertorios de violencia,

casi siempre dejaban los cuerpos de los muertos expuestos en los lugares o en los ríos, pero

sus familias sabían cuál había sido su destino, por tanto su duelo emergía alrededor del

cuerpo del familiar muerto para realizar sus ritualidades particulares.

En este sentido, la instauración de lógicas de terror basadas en la ejecución simultánea y


articulada de masacres, amenazas, torturas, desmembramientos de cuerpos,
desapariciones forzadas, desplazamientos y confinamientos, se centró en la
demostración y difusión de escenas macabras a través de la destrucción tanto de
espacios simbólicos como de los cuerpos de las víctimas. De esta forma, los grupos

1
El conjunto de prácticas que los integrantes de un grupo armado aprenden y sobre los cuales desarrollan una
serie de disposiciones y destrezas, que luego ejecutan en los campos de batalla. Acogiendo el símil de un
escenario de teatro, Tilly señala cómo las organizaciones armadas se asemejan a actores que han aprendido un
libreto, que representan en los escenarios de la guerra ejecutando repertorios de violencia conocidos. En
general para sorprender al enemigo y sacar ventaja. Sin embargo, una de las características de los repertorios
de violencia es que reiteran en el tiempo y siguen un protocolo de actuación más o menos preestablecido,
justamente por eso, pueden ser aprendidos e inculcados mediante entrenamientos militares (Wills, María
Emma, 2011, pág. 67).
paramilitares utilizaron la masacre como espectáculo para propagar el terror (Centro de
Memoria Histórica, 2015, pág. 272).

Otro escenario de violencia, se constituyó con el período de posnegociación que se realizó

con los paramilitares. En este período, los repertorios de violencia cambiaron a formas más

silenciosas de actuar, con el propósito de hacer menos teatral la violencia, pero no menos

cruel para las comunidades y sus familias, ya que se impuso la desaparición forzada como

repertorio de violencia, a través de las “casas de pique”:

En este escenario creado para la destrucción de los cuerpos y el sufrimiento extremo


confluyen dos lugares: el lugar para la tortura y el lugar para la desaparición, los cuales
se articulan de manera sincrónica a la inoperancia del aparato de justicia, a la ausencia
de garantías de protección a la población civil en un contexto altamente militarizado, y
al silencio y la pasividad de la sociedad en su conjunto frente a la ejecución pública del
horror. Asimismo, las casas de pique o picaderos 112, términos utilizados por la gente, se
articulan a la vez con un sistema comunicativo del terror que busca, con el rumor,
mantener la resonancia sobre la forma degradada como se ejecuta la violencia (Centro
de Memoria Histórica, 2015, pág. 281).

En este sentido, la nueva dinámica del conflicto y su tendencia al uso de repertorios de

violencia que intentan invisibilizar las geografías de terror hacia afuera pero magnificarlas

al interior del territorio y los lugares simbólicos, así como intentar crear un imaginario de

miedo a través de la desaparición forzada, en el que el cuerpo no puede ser visto, ni

reclamado, ni investigado, ni recordado de la forma tradicional de los rituales propios de las

comunidades, dejan una nueva sensación sobre el cuerpo y el territorio de las familias, esto

es una nueva manera de experimentar el duelo: un duelo si cuerpo presente.

De allí que si bien las estadísticas son importantes para comprender las dinámicas del

conflicto, no resultan ser suficientes para intentar describir esas relaciones simbólicas que
guardan las personas con un duelo sin cuerpo presente, por que en las cifras se velan los

sentidos, las semánticas del dolor o los recursos restitutivos que el relato puede ofrecer u

ocultar para quienes son los sintientes de las evocaciones de sus familiares a los que aún no

se les puede dar con certeza un lugar terreno o sagrado.

De este modo, una aproximación, a través del relato, de los sentidos del duelo sin cuerpo

presente, cobra un gran interés.

1.3 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA


¿Cuáles son los sentidos que le otorgan los familiares al fenómeno social de duelo sin

cuerpo presente, en el contexto de los repertorios de violencia del municipio de

Buenaventura?

1.4 SISTEMATIZACIÓN DEL PROBLEMA

¿Cuáles son las características del conflicto armado en Buenaventura, entre el año 2013 y
2015?
¿Cuáles son las características del duelo sin cuerpo presente?

2. JUSTIFICACIÓN

Describir la reorientación de los repertorios de violencia en los últimos años en el

municipio de Buenaventura, al tiempo que la aparición del fenómeno social del duelo sin

cuerpo presente, por su gran magnitud e impacto sobre el territorio, la comunidad y sus

universos simbólicos, se justifica, no solo por ser un fenómeno de gran impacto estadístico,

sino porque aquellos repertorios de violencia reconfiguran, irrumpen y transforman las

relaciones, los imaginarios, los supuestos culturales, los valores simbólicos y religiosos, así

como la forma en que los habitantes transitan el territorio.


Sin embargo, estas transformaciones no son dables en el marco de los informes de las

agencias, los medios de información masiva, los constructos teóricos acerca de los temas de

referencia, sino que es necesario que los actores, a través del relato y la interpretación

develen los sentidos de la experiencia del duelo sin cuerpo presente, como una forma de

construcción de la realidad o las realidades en torno a un hecho común derivado de las

geografías del terror impuestas por las dinámicas del conflicto en Buenaventura. Esta

inserción de la conciencia en el mundo o como parte del mundo es lo que Berger Y

Luckmann sitúan como:

Objetos diferentes aparecen ante la conciencia como constitutivos de las diferentes esferas
de la realidad. Reconozco a mis semejantes, con los que tengo que tratar en el curso de la
vida cotidiana, como pertenecientes a una realidad muy diferente de las figuras
desencarnadas que aparecen en mis sueños. Los dos grupos de objetos introducen tensiones
muy diferentes en mi conciencia y les presto atención de maneras muy diferentes. Mi
conciencia, pues, es capaz de moverse en diferentes esferas de realidad. Dicho de otra
forma, tengo conciencia de que el mundo consiste en realidades múltiples (Berger &
Luckmann, 2003, pág. 36).

Por otra parte, este tipo de investigación documental con énfasis en los relatos, permite una

mirada compartida entre quien funge como conocedor de ciertas realidades que tal vez no le

son próximas, aunque no descocidas, y aquellos que fueron sus más cercanos protagonistas

para que recuperen, consoliden o rehagan el ejercicio de memoria histórica. En este sentido

la temporalidad de la experiencia a través del relato tiene superposiciones, significaciones y

resignificaciones (Jelin, 2001), lo que hace de la interpretación del relato de la experiencia

del duelo sin cuerpo presente una polifonía histórica de las voces.
Finalmente, este trabajo sobre la comprensión del duelo sin cuerpo presente, en

Buenaventura, en los últimos años, es importante desde el punto de vista académico porque

le permite al sociólogo colocar en diálogo teorías interdisciplinares, técnicas de

investigación social y tradiciones propias de las realidades espacio - temporales y

simbólicas que se entretejen en el trabajo de campo.

3. OBJETIVOS

3.1 OBJETIVO GENERAL

Caracterizar los sentidos de las experiencias de duelo sin cuerpo presente en el municipio

de Buenaventura, en el período 2014 – 2015.

3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS


Describir la situación sociopolítica del municipio de Buenaventura en el período 2014 –
2015.

Conceptualizar el duelo sin cuerpo presente como un fenómeno social.

Identificar los sentidos del duelo sin cuerpo presente a través de los relatos de los familiares
que padecieron este fenómeno social.

4. MARCO REFERENCIAL

4.1 MARCO TEÓRICO

4.1.1 El contexto sociopolítico de la desaparición forzada en Buenaventura: la


geografía del terror

Después de la Constitución de 1991 que dio paso a la Ley 70 de 1993 en la que se

reconocía la presencia de las comunidades negras en sus territorios ancestrales y de las


cuales podrían hacer uso en forma colectiva, los episodios de violencia azotaron a la región.

De tal modo, siendo el territorio del pacífico una zona biodiversa, de importancia minera,

fluvial y estratégica para el comercio interno y externo y la privatización del puerto de

Buenaventura, la Ley 70 de algún modo incitó a los actores legales e ilegales a tomar

posesión de los territorios2 bajo la tutela de una dinámica económica y estratégica y militar

para la financiación de la insurgencia. Pero por otra parte, la retoma del territorio por los

paramilitares con su ideario de la lucha contrainsurgente y la protección de las

comunidades, resultó en el despojo de las tierras, el control territorial, el desplazamiento

forzado y la atomización de las mafias, que en cohabitación con agentes institucionales

incidieron en el territorio.

…la década de los noventa con la privatización del puerto aumentan los intereses y los
capitales de las élites pertenecientes a los centros económicos del país, no solo por el
incremento de la importación y exportación de bienes y servicios sino también por los
dividendos que emergieron de las actividades relativas a la operación portuaria que fue
privatizada desde 1993. A su vez, durante esta década y como resultado de la política
antidroga surgió lo que se denominó la tercera generación de narcotraficantes, estructuras
que resultaron luego de la detención de los grandes capos de la droga pertenecientes al
Cartel de Medellín y al de Cali. Esta tercera generación 29 conformó el proceso de
atomización de la mafia (Centro de Memoria Histórica, 2015, pág. 86).

Esta alianza entre paramilitares, narcotraficantes y las élites económicas del Valle del

Cauca, a la par de un creciente deterioro de las condiciones de vida de la población urbana

de Buenaventura que recrudeció en la aparición de bandas delincuenciales, se convirtió en

2
A pesar de los grandes avances en esta ley, no se puede afirmar que es una ley a favor de las comunidades
negras. Es una ley que a regañadientes reconoció ciertas cosas para la comunidad pero las dejó indefensas
frente a los planes de saqueo y con poca capacidad organizativa e institucional para hacer frente a la
reconquista que se venía implementando. Si bien la ley no dio poder a la comunidad de parar la invasión de
los nuevos territorios colectivos y no reconoció a todas las tierras de las comunidades, tiene otra gran falencia
respecto a lo urbano (Loingsigh, 2013, págs. 62 - 63).
el escenario propicio para que estos Grupos Armados Ilegales, lograran un influjo en el

territorio y unas demarcaciones territoriales y operacionales para cada uno de sus fines:

La modalidad de inserción de los grupos armados ilegales con presencia nacional a través
del anudamiento que hicieron de las bandas, adjudicó al conflicto violento de Buenaventura
un carácter diferenciado, por comuna, de acuerdo a las particularidades que las bandas
tenían en cada uno de los territorios. Es así como los barrios de Bajamar con presencia de
esteros y puertos naturales han sido proclives a las disputas relacionadas con las rutas de
transporte marítimo de tráfico de estupefacientes y de armas; los barrios que colindan con el
tramo del oleoducto del Pacífico que pasa por el área urbana han sido escenario de disputas
por el robo de combustible; las comunas con áreas rurales que se destinan a labores
agrícolas han sido proclives a disputas por ser corredores estratégicos de ingreso al puerto,
por la siembra de cultivos de uso ilícito o por el desarrollo de la minería criminal (Centro de
Memoria Histórica, 2015, págs. 99 - 100).

Así fue como las incursiones armadas de los paramilitares que disputaban el territorio con

la guerrilla, tenían que ser magnificadas en la memoria colectiva de los habitantes, de allí la

incursión de los repertorios de violencia como masacres, violaciones, desplazamiento

forzado etc., que generaron un gran panorama de terror, una geografía del terror, entre el

año 2000 y 2004. Así lo narra Diana3:

Yo recuerdo que uno no podía ni salir, porque uno no sabía si iba a llegar. La gente le
contaba a uno unas cosas inhumanas. Que en el rio había descabezados y uno solo pensaba
en sus familiares, en los hijitos de uno. Mire que donde uno hace sus cosas y ahora tener
que ver descabezados o sangre allí. Imagínese Ud. Que le salga a uno esos muertos por allí.
O que sean familiares de uno y uno tener que recordar eso cada vez que uno este por allí
(Diana, 2017).

Esta geografía del terror, como lo indica Oslender (2004) sobre el uso continuo del terror en

una región produce paisajes de miedo, que también se dejan leer en ese sentido y se dejan

3
Personaje supuesto para efectos de reserva de la identidad.
significar por el significado de los otros y las experiencias de esos significados, en tanto

habitantes del territorio.

Así entonces, en el testimonio de Diana se pueden identificar cuatro aspectos importantes.

El primero es que su recuerdo está atravesado por la mirada y las subjetividades de los otros

(“La gente contaba”), lo que demuestra el lugar social del fenómeno. El segundo aspecto,

se atiene al lugar referencial de lo acontecido frente a sus propios familiares, a su

descendencia, a su núcleo más inmediato. El tercer elemento, hace alusión a la nueva

significación tanto del lugar del rio (“hace sus cosas”) como el carácter animista que se le

otorga a la irrupción del muerto en un lugar inesperado (“que le salgan a uno esos muertos

por allí”), como un tránsito en el lugar de los vivos y sus haceres y el lugar de los muertos y

sus nuevos apareceres. Finalmente, se destaca el hecho que los familiares víctimas pueden

reconocer a ese muerto allí en el rio y lidiar solamente con el recuerdo de lo trágico, tanto

sus causas como consecuencias, pero que estuvo dable para enterrarlo, para la expresión de

su ritualización y su vivencia del duelo. Esta actitud frente a la muerte y su posterior

elaboración ante el rito como mito es lo que denomina Allué (1998) como la eficacia del

mito.

En el ritual funerario, según el discurso manifiesto, los símbolos que lo definen y

estructuran tienen como finalidad guiar al difunto, prepararlo y disponerlo para su destino

definitivo. No obstante, en el discurso latente su finalidad es otra porque el ritual sirve para

controlar lo aleatorio, lo episódico y para apaciguar la angustia que nos produce el cadáver

y la idea de la muerte (Allué, 1998, pág. 69).


4.1.2 La geografía del terror: la desaparición forzada como forma de invisibilizar el
conflicto
En Buenaventura, después de la negociación con los paramilitares, en el año de 2004, se dio

un cambio en la estrategia de los repertorios de violencia, se pasó de la teatralización de

masacres espectaculares en las que se dejaban los cuerpos expuestos y las marcas sobre el

territorio, a una modalidad menos identificable a la luz de los medios, la investigación por

parte de las autoridades y el desconocimiento de la opinión pública internacional, como lo

fue la desaparición forzada.

De acuerdo con cifras oficiales del Sistema de Información Red de Desaparecidos y

Cadáveres, la desaparición forzada tuvo un gran incremento después del año 2004, que

representó una cifra de 38 desaparecidos, alcanzando su punto más alto en el 2008, con 68

casos registrados, (SIRDEC); para el año del 2013 se presentaron alrededor de 40 casos.

Pero esta cifra de desapariciones forzadas parece aumentar a 81 casos registrados en el

2014, según la Comisión intereclesial de Justicia y Paz (2015). Par el año 2015, según las

autoridades y algunos medios de comunicación revelan que a noviembre de este año ya se

han presentado 41 casos (El País, Consultado el 11 de noviembre de 2017, en

http://www.elpais.com.co/judicial/en-buenaventura-han-desaparecido-41-personas-en-el-

ano-2015.html ).

Según el Centro de Memoria Histórica, la desaparición forzada está en el marco de los

repertorios sociales como estrategia de control y quiebre de las relaciones sociales, pero

también coincide en afirmar que se convirtió en una forma de invisibilizar el conflicto pero

tiene como efecto un mayor control de la población.


La desaparición forzada responde a una estrategia de control y desestabilización social,

razón por la cual la población más afectada ha sido en su mayoría hombres, líderes sociales

y población de bajos ingresos (Centro de Memoria Histórica, 2015, pág. 227).

La desaparición forzada se constituyó en una modalidad de violencia que posibilitó ocultar


la evidencia de la intensidad de la guerra. Bajaron los indicadores de homicidios pero la
desaparición aumentó78. El carácter ambiguo que produjo el desconocimiento del destino
final de las víctimas posibilitó incrementar además el dominio armado de la población a
través de la configuración del repertorio del terror (Centro de Memoria Histórica, 2015,
pág. 196).

4.1.2 El duelo sin cuerpo presente: un constituyente de la mirada social

Así las cosas, con el cambio de las modalidades de violencia empleadas por los GAI, que

pasaron de la geografía del terror teatralizada en los escenarios de masacres, amenazas,

controles y homicidios, ahora a contenerse en modalidades más individualizadas y menos

protagónicas, pero no menos crueles, crecientes y eficaces para controlar a la población a

través de la desaparición forzada, es que se anudan las condiciones para que el resultado de

la desaparición forzada –que es el duelo sin cuerpo presente–, en el municipio de

Buenaventura, pueda acometerse desde una mirada social y desde una perspectiva

sociológica. En el testimonio de Francisco, se pueden reconocer estas huellas sociales del

duelo sin cuerpo presente:

Si llegaron mis hermanas, bien de mañanita, con la noticia que mi sobrino no aparecía.
Y como ya uno sabe que aquí cualquier persona que se pierda uno sabe que ya la han
desaparecido, entonces ya uno se da cuenta que toca esperar, porque ni preguntar se puede
porque Ud. sabe como es la cosa acá, que lo tienen a uno es con miedo de ver que tanta
gente hoy está con uno y luego se pierden sin uno entender. Uno espera lo peor, pero si es
mucha angustia de ver la desesperación que le da a uno estar en esa situación. Ve uno llorar
a las hermanas, a los sobrinos y a los familiares de uno que lo buscan a uno por si uno les
puede ayudar por ser el mayor, pero eso es muy duro, entra la desesperación a uno también.
Se le coloca la cabeza a uno que se le va a estallar porque ya la gente le ha comentado a uno
como es la cosa y ahora vivirlo en carne propia (Francisco, 2017).

A través del relato, se pueden visualizar las huellas de la configuración social de sentido

acerca de un fenómeno que cobra importancia para una comunidad en un territorio, cuando

expresa que “y como ya uno sabe…persona que se pierda….la han desaparecido”

(Francisco, 2017). Esto demuestra la importancia social de la desaparición forzada y en su

posterior resultado, el duelo sin cuerpo presente, en el punto nodal de una sociología que no

interrogue el lugar de la guerra como fenómeno político exclusivamente, sino que aperture

el sufrimiento humano como instancia para la comprensión de los atributos que la alteridad

de la violencia confronta los mundos y significaciones de los actores en un territorio “ya

uno se da cuenta que toca esperar, porque ni preguntar se puede porque Ud. sabe como es

la cosa acá” (Francisco, 2017). Blair, retomando los interrogantes de Nordstrom, ha

coincidido en la perspectiva sociológica que no se ocupa del lugar de la guerra, sino del

lugar protagónico del sufrimiento humano.

En efecto, las ciencias sociales han sido poco avaras en la reflexión sobre el dolor y
el sufrimiento de las guerras. Al ignorarlo, han subestimado su capacidad de
reacción y su inmenso potencial político. Este último es puesto en evidencia con
mucha claridad al abordar el tema de la memoria y su ligazón con la violencia de
una sociedad. Por esta vía se conjugan la reflexión académica y la acción política
generando debates importantes en las sociedades que viven enormes dramas llenos
de dolor y sufrimiento ligados, la mayoría de ellos, a la guerra. Las sociedades se
enfrentan así al dolor de la pérdida y exigen de procesos de elaboración del duelo
social a través de la recuperación de su memoria colectiva (Blair, 2002, pág. 9).

En la perspectiva de Blair, se expresa claramente que el sufrimiento se convierte en el lugar


por donde debe transitar la compresión del escenario de la violencia para que se de paso a
elaboraciones del duelo colectivo. Esto no supone que en el duelo individual y el duelo
colectivo se adviertan igualdades o características totalizantes entre el uno y el otro, sin
embargo, posibilita que la emergencia del dolor de los otros expresados en sus relatos
permitan a las sociedades aproximarse a verdades que reconozcan los hechos, los
signifiquen y los rehagan, para asumir puentes de reconciliación entre el pasado y el
presente y la visión de futuro. Así lo ratifica Ignatieff:

Las sociedades y las naciones no son como las personas, pero sus dirigentes pueden influir
en ese proceso misterioso que lleva a los individuos a saldar cuentas con un pasado
colectivo doloroso. Negar a los muertos es convertirlos en un sueño, en una pesadilla. Sin
reconocimiento de los hechos, sin apología, el pasado nunca vuelve a su puesto y los
muertos acechan como los fantasmas ( Ignatieff, 1999, pág. 179).

De esta manera el duelo sin cuerpo presente puesto en el lugar del relato posibilita a las
ciencias sociales elementos de sentido individuales y colectivos, para asumir un camino de
convergencia entre los hechos, los sentidos, las prácticas sociales, las reparaciones sociales
y las apuestas de futuro.

En este caso es como si la sociología, la familia y sus individualidades se reencontraran


para tramitar nuevos caminos para asumir el dolor que deja la desaparición forzada y el
duelo sin cuerpo presente. Esto se mueve como un símil entre lo que las ciencias sociales
significan para una sociedad y lo que le ocurre al individuo, en comparación con ese auxilio
que los familiares le solicitaban al señor francisco:

…los familiares de uno que lo buscan a uno por si uno les puede ayudar por ser el mayor,
pero eso es muy duro, entra la desesperación a uno también. Se le coloca la cabeza a uno
que se le va a estallar porque ya la gente le ha comentado a uno como es la cosa y ahora
vivirlo en carne propia (Francisco, 2017)

Esto coloca de manifiesto que la sociología debe vivir en carne propia el relato del duelo

sin cuerpo presente y el duelo sin cuerpo presente encontrar camino para rehacerse en los

hallazgos de la sociología.

4.1.3 Aproximaciones teóricas y testimoniales al duelo sin cuerpo presente

Para cada cultura el enfrentarse a la muerte ha sido un lugar común, sin embargo el

abordaje de la muerte, desde un campo disciplinar, es más bien reciente y pretende irrumpir

en esa esfera de tabú ligada a la cultura occidental (Allué, 1998). De este modo, puede

aducirse que tanto en el plano individual y social, las culturas coinciden en este

afrontamiento de la muerte a través o frente a un universal: el ceremonial.

Cualquier cultura de la que se trate, el cuerpo del muerto atraviesa un ceremonial y los

círculos íntimos de familiares o de vínculos más lejanos, en el plano social, tramitan este

fenómeno a través de lo que se le ha dado el nombre de duelo. O sea que la muerte genera

por así decirlo, dos procesos: el duelo y el ceremonial.

En sentido estricto el duelo ha sido visto desde una relación intrapsíquica a partir de los

desarrollos del psicoanálisis. Para Freud el duelo es el evento de reacción a una pérdida del

ser amado y que dependiendo de la intensidad con que se asuma esa renuncia puede

contraer la pérdida por el interés al mundo exterior. Es como si la libido que se yergue

sobre el objeto amado transitara de lo que la aferra en el recuerdo al objeto y la realidad que

le confronta con su no existencia. Este proceso lo explica Freud de la siguiente manera:

…el examen de la realidad ha mostrado que el objeto amado no existe ya, y demanda que la
libido abandone todas sus relaciones con el mismo. Contra esta demanda surge una
resistencia naturalísima, pues sabemos que el hombre no abandona gustoso ninguna de las
posiciones de su libido, aun cuando les haya encontrado ya una sustitución. Esta resistencia
puede ser tan intensa que surjan el apartamiento de la realidad y la conservación del objeto,
por medio de una psicosis optativa alucinatoria. (Confrontar el estudio que precede). Lo
normal es que el respeto a la realidad obtenga la victoria. Pero su mandato no puede ser
llevado a cabo inmediatamente y sólo es realizado de un modo paulatino, con gran gasto de
tiempo y de energía psíquica, continuando mientras tanto la existencia psíquica del objeto.
Cada uno de los recuerdos y esperanzas que constituyen un punto de enlace de la libido con
el objeto, es sucesivamente sobrecargado, realizándose en él la sustracción de la libido. No
nos es fácil indicar, por qué la transacción que supone esta lenta y paulatina realización del
mandato de la realidad, ha de ser tan dolorosa. Tampoco deja de ser singular que el
doloroso displacer que trae consigo, nos parezca natural y lógico. Al final de la labor del
duelo vuelve a quedar el Yo libre y exento de toda inhibición (Sigmund, 1981, pág. 1843).

Esa libertad con que el Yo queda después del proceso de duelo es porque, según Freud, en

este proceso no se manifiesta una disminución del amor propio, sino que solo se expresa

como una realidad representada como desierto. En este sentido el duelo como trabajo o

como labor intrapsíquica cumple la función de volver lo insoportable soportable. Pero si

esta labor de trabajo del aparato psíquico no se efectúa en el marco de la relación doliente,

objeto amado/muerto y su cuerpo, sino en el marco de la desaparición forzada, entonces

cuál sería el camino tramitado por la angustia, el dolor y el duelo. Díaz (2017) ha propuesto

que para los casos de desaparición forzada, la angustia y el dolor en el duelo se mezclan, ya

que la libido puesta en el objeto amado pero desaparecido es el vínculo que la sostiene y es

fuente de dolor; lo anterior se traduce como que la respuesta de dolor es la que sostiene el

vínculo entre el desaparecido y su recuerdo en la vida psíquica.

El dolor por el desaparecido se presenta como un afecto que el sujeto conscientemente no


desea, lo que se vislumbra en su continuo lamento de que ha dedicado toda su energía a la
tristeza y ha abandonado el resto de sus intereses y de su vida. Sin embargo, en el plano
latente el dolor se perpetúa como la única posibilidad de satisfacción pues permite al sujeto
sostener el vínculo con el objeto y no confrontarse con la renuncia (Díaz Faciolince, 2002 ,
pág. 2).

Esta latencia que se perpetúa del dolor en los casos de duelo sin cuerpo presente, tiene un

lugar muy importante en la ritualización o el ceremonial. En primera instancia porque no se

renuncia a la pérdida del objeto amado a través de la psiquis, debido a que el desaparecido,

al no tener su cuerpo para el ceremonial, sigue respondiendo al vínculo que la libido

sostiene con el objeto a través del recuerdo y la generación del dolor. Y como segunda

instancia, este dolor se expresa en una ritualística o ceremonial propio de tradiciones y

prácticas más intimistas en el ámbito familiar, como son los altares para los muertos.

También muy originarios de los pueblos africanos pero que subyacen a la representación

por diversos medios de ese otro que no nos acompaña, pero que esta en esa latencia entre el

mundo de los vivos y el recuerdo de los muertos.

Puede decirse que en el duelo sin cuerpo presente, el vínculo intrapsíquico con el

desaparecido o su objeto libidinal, se intentan resolver a través del recuerdo doliente de los

rituales, cuya eficacia es mantener el vínculo doliente con ese no presente. Así lo hace notar

Allué:

La eficacia es un elemento característico del rito. En el ritual funerario, según el discurso


manifiesto, los símbolos que lo definen y estructuran tienen como finalidad guiar al difunto,
prepararlo y disponerlo para su destino definitivo. No obstante, en el discurso latente su
finalidad es otra porque el ritual sirve para controlar lo aleatorio, lo episódico y para
apaciguar la angustia que nos produce el cadáver y la idea de la muerte (1998, pág. 69).

Sin embargo en los rituales, propios de los dolientes que han padecido la desaparición

forzada, su eficacia está puesta en la perduración del vínculo como dolor a través del

recuerdo. Así lo confirman los siguientes testimonios de personas que han tenido que

afrontar el duelo sin cuerpo presente en Buenaventura.


…Cuando a mi me toco sentir eso. De saber que a mi hermano me lo habían desaparecido.
Uno siente un dolor grande que Ud. No se imagina. Uno al principio no lo cree….Uno sin
saber si está vivo o muerto o que le estarán haciendo esos malditos…Para tenerlo cerca en
la casa de mi abuela le tenemos un altarcito y yo le tengo puesto en mi casa una vela con
vaso con agua y su foto….a veces le ponemos flores…Y cuando una está allí frente a ese
altarcito se le remueve a uno todo, se le vienen las lágrimas, como si se le fuera a salir el
pecho y uno recuerda todo como una película. Mi mamá dice que cuando ella está allí siente
que mi hermano está cerca que se le eriza la piel a ella (Diana, 2017)

Estuvimos como un mes así. A la esperanza de que llegara mi sobrino. Pero pasaban los
días y nada. La gente de la familia prendía velas, rezaba, se hablaba con los conocidos de él
para saber donde había ido a parar. Cómo será que hasta trajeron a una persona que sabía de
tabaco para saber qué le había pasado. Cogió una foto de mi sobrino y prendió tres tabacos
y los “voltió” (volteó) y se los fumaba a la imagen de él. Las hermanas, la mamá y las tías
estaban esperando lo que dijera la señora…unas lloraban, otras decían que sentían frio. Yo
como si he sido fuerte para esas cosas solo sentí que me soplaban en el oído, pero no decía
nada. Hasta que se le metió algo a la señora en el cuerpo y temblaba y hablaba raro y decía
que lo buscaran por la Fortaleza (Francisco, 2017).

Yo no dejo de colocarle mi velita al muerto de mi esposo que me lo desaparecieron. Yo le


pongo flores, le rezo, le dejo su comida que más le gustaba allí. Me siento allí con el y se
me vienen a la cabeza y al alma sentimientos encontrados. Como ansiedad, desesperación,
tristeza. Si es un gran dolor que uno no sabe explicar pero que luego uno se siente un
poquito mejor. Yo si no lo abandono, le sigo hablando como cuando estaba acá con
nosotros (Elodia, 2017).

Mi difunto padre me enseñó cómo se tenía que preparar un muerto para que su muerte se
vengara si este había fallecido matado o asesinado. Esto como se hacía: al muero se le
hacen unas oraciones secretas. Se le pone un látigo en el ataúd. Se le hacen unas oraciones
secretas. Eso si no lo puedo enseñar, pero de que si es verdad eso, si es verdad (Emerita,
2017).

En fin que fuimos a la ley a poner el denuncio, llevamos papeles, hicimos una cosa y otra,
en fin hicimos de todo. De eso ya hace 4 años. A mí un día me dijeron que no lo buscara
más, porque yo ya no iba a saber nada de él. Eso me lo dieron los amigos que andaba con
él. Yo sé que ellos lo desaparecieron porque si me lo hubieran matado y lo hubieran dejado
por ahí por cualquier parte donde uno lo encuentre, pues ellos saben que uno puede preparar
a su muerto, uno a veces no quiere que la cosa se quede así (Martha, 2017).

Sin embargo, a pesar que los testimonios revelen que la ritualización permite el vínculo

entre el doliente y el desaparecido, que no se reconoce totalmente como muerto; se puede

advertir que el anhelo por el cuerpo se mitiga en la ritualización y puede dar paso a una

elaboración del duelo como acto transformador, así sea de una forma ambivalente. Ya que

solo considerar el trámite del duelo en los efectos de desaparición forzada, deja de lado la

posibilidad que la ritualización y su simbolización en las prácticas diarias, puedan culminar

con la valoración del que ya no está. En este sentido se pueden acometer dos caminos: el

primero, la ritualización del dolor; el segundo, la elaboración del duelo a través de la

ritualización sin el cuerpo presente, pero que la realidad le devela su no existencia. En este

sentido Díaz ha expresado:

…aunque la lógica de la desaparición forzada empuja a que la respuesta común sea la


permanencia en un dolor suspendido, existen mecanismos colectivos y particulares que
pueden ayudar a que un sujeto movilice los obstáculos e ingrese en la elaboración del duelo.
El planteamiento del duelo como acto creador que pone un límite al goce, concepción que
toma vida en los sujetos que tras la desaparición de un ser amado deciden hablar de ello,
nos permite afirmar que, además de algunas salidas colectivas, existe en lo particular la
posibilidad de elaborar el duelo tras la desaparición forzada. Esta salida implica que el
sujeto que ha perdido a alguien por desaparición está concernido en su proceso y es
responsable de la elección, por el dolor o por el duelo, que hace tras la pérdida del objeto
amado. Optar por la vertiente del duelo implica el reconocimiento de la castración que la
pérdida del otro devela. Mientras que el taponamiento de la falta perpetúa al sujeto en el
dolor e implica para él la vertiente del goce, el reconocimiento de ella lo moviliza hacia la
elaboración del duelo tras la cual el sujeto asume una creación simbólica frente a su vida y
reencuentra las vías de su deseo (2002 , pág. 5).
4.1.4 Religiosidad, espiritualidad y prácticas del mundo de los muertos

En este aspecto, en cuanto elementos fundamentales con un profundo enraizamiento

antropológico, toda esta producción de tipo espiritual, emerge y se actualiza como un

mecanismo estratégico que alimenta la resistencia, sobre todo en condiciones en donde la

vida está expuesta a múltiples aniquilaciones ofertadas desde una estructura generadora de

muertes, en donde la esperanza trata de fortalecerse a través de valores, saberes, rituales y

concepciones religiosas, todas aquellas relacionadas con el mundo inmaterial, de donde no

se reciben estrategias responsables y causantes de muertes, desalojos y sufrimientos.

Siendo así y ante la incapacidad de las familias victimas y sobrevivientes de un conflicto

absurdo, algunos miembros de aquellas familias afectadas por las masacres y asesinatos,

acuden a las prácticas mencionadas como mecanismo de refugio y factores reivindicadores

en nombre de los matados.

Estas prácticas religiosas, generalmente fueron alimentadas por un catolicismo popular,

desde donde se acuña la denominada religiosidad popular que se nutre de creencias y

veneración a los santos, lugares sagrados y acontecimientos que se revisten de significado

simbólico y con carácter mítico. Por lo tanto, al contemplarse lo mítico y lo religioso frente

al duelo, provocado por la desaparición forzada y la victimización de las familias, aquellas

se convierten en un fenómeno sociológico con su respectivo impacto.

En esta construcción de conocimientos relacionado específicamente con los efectos de la

violencia, tales como el duelo sin cuerpo presente, se alude a unas prácticas míticas

religiosas como mecanismo de resistencia, frente a la violencia asesina que penaliza a las

familias víctimas y sobrevivientes del conflicto. Pero todo aquello no implica desarrollar
específicamente aquellas manifestaciones de los ritos fúnebre afrocolombiano en el Distrito

de Buenaventura, tal como en su momento lo desarrollaron; Rincón Castañeada, &

Portocarrero Mosquera (2011). Sin que esto signifique no hacer alusión a los mismos.

En esta perspectiva, se contempla un sincretismo en donde se conjugan diversa tendencias

y procedencias (Yorua, Maasai, Islam, Vusu, con influencia africanas y neoafricanas). Y

algunas interpretaciones de diversas vertientes cristianas tardías, con algunas tendencias

ideolizadas. Con esto se precisa que frente a la misma afectación producida por la

violencia, no es lo mismo la celebración y duelo por parte de los católicos, como por otras

confesiones y congregaciones, con otros matices religiosos. Que, incluso rechazan algunos

rituales tradicionales de la comunidad con influencia católica o neoafricanas. Es decir, no

es posible la aceptación de la brujería y otras prácticas con significación semejante. Aun en

este sentido la invasión religiosa genera tipos de resignación frente a la tragedia provocada

por la guerra y la violencia.

Estas prácticas mítico/religiosas son diferentes en el Pacifico Colombiano, aun en razón de

los contextos rurales, en donde se realizan los tipos de despedidas fúnebres. En

Buenaventura, se conservan en los sectores más populares y fuerte enraizamiento rural, los

rituales y una profunda veneración a los muertos. Esta situación es cambiante sobre todo

cuando el cadáver es llevado a la sala de velación. Pero aun así perdura el rezo del Ave

María y los rosarios, solo se silencian los cantos en dichos escenarios pero perviven

cuando la velación se realiza en el respectivo domicilio. En donde se acompañan de

distintos rituales, ceremonias y rituales. Se destaca el hecho como los velorios se convierten
en punto de encuentro y momento celebrativo del vecindario, por lo tanto, requieren su

respectivo ritual e incluso vestido/luto.

El velorio y última noche

El primer momento, una vez se tiene el cadáver las familias preparan un cuasi altar para

celebrar el velorio, sin omitir detalle de acuerdo a la tradición. Es aquí que las familias

victimas a consecuencia de las violencias (asesinatos y desapariciones) se sumen en un

dolor mayor, cuando el cadáver de sus parientes, hijos, etc. No aparece. Por lo tanto, esa

ausencia no permite el velorio de cuerpo presente, ni la última noche, ni mucho menos

cerrar el duelo.

Lo referente a la última noche, es aquella despedida simbólica, con la cual, se cierra el

ciclo de la novena y, al día siguiente se visita la tumba y se llevan las flores y velones al

cementerio.

La música y las expresiones rituales

Siendo la música un elemento con una inigualable significación espiritual, por esa misma

razón, bajo la modalidad de alabao, para los mayores, anima el acompañamiento en

velorios, exequias, últimas noches y aniversarios todo lo relacionado con el cadáver, es

ritual y en esa medida puntual, nada debe omitirse porque de lo contrario se queda en deuda

con el ánima. Lo ritual es celebrativo y gira en torno a la persona en condición de

difunto/cadáver de ese hecho es relevante el cuerpo/cadáver, en cuanto que la ausencia de

este, impide lo ritual.


Como también los arrullos para los niños y menores de edad cuando se celebra el chigualo

(en el sur del pacifico), y el guali (en el norte del pacifico). En estas celebraciones de niño

participan activamente los padrinos, sobre todo cuando en esta se incorpora la danza ( ver

Foto 1).

Foto 1 Rituales en el Pacífico

Fuente: González, A; Rodríguez, J. (2009).

Se manifiesta que dadas las tradiciones y saberes, todo lo relacionado con el difunto es

sacramental, es decir signos visibles que testifican una realidad invisible como es la muerte,

pero real. Por eso, tanto la vida como la muerte, producen su propio ritmo y celebraciones,

con los cuales, se acompañan de entrada y de salida.

4.2 MARCO CONTEXTUAL

El Distrito Especial, Industrial, Portuario, Biodiverso y Ecoturístico de Buenaventura

creado por la Ley 1617 de 2013, se encuentra localizado en la parte izquierda de la

cordillera Occidental sobre la Costa Pacífica. Limita al norte con el Departamento del

Choco, al sur con el cauca, al oriente con los municipios Calima, Dagua, Cali y Jamundí, y

por el oriente con el Océano pacifico.


De igual manera, el Distrito de Buenaventura presenta unas características particulares,

dentro de ellas se destaca el hecho de estar localizada a 7m.s.n.m, con un clima

predominantemente cálido y de mucha humedad (Ver Figura1).

Figura 2 Localización del municipio de Buenaventura

Fuente: Institución geográfico Agustín Codazzi –


IGAD.

Buenaventura, considerada centro y corazón emocional del Pacifico Colombino,

experimenta elevados índices de “empobrecimiento “debido a la marginación y exclusión a

la cual, históricamente se le ha sometido, por parte de los gobiernos locales,

departamentales y Nacional. Pero no obstante esas condiciones, registra un valor en materia

de ubicación marítima, lo cual es representativo para el desarrollo portuario. Esta posición

estratégica en términos económicos, tanto de las economías ilegales como de las economías

legales y sus proyectos de inversión, han convertido el territorio en “caldo de cultivo” para

que surjan diferentes tipos de violencia que reorganizan las relaciones entre los pobladores,

su territorio y la institucionalidad, pero que se entrecruzan con sus creencias que

redimensionan el fenómeno de la violencia en el territorio.


4.3 MARCO JURÍDICO

Se produce en 1789. La declaración de los Derechos del Hombre y Ciudadano. Formulada

en Francia. En su artículo 7 dice “Ninguna persona puede ser acusada, detenida ni

encarcelada sino en los casos determinados por la ley y según las formas prescritas en ella.

Los que solicitan, facilitan, ejecutan o hacen ordenes arbitrarias deben ser castigados”

Como un avance en este horizonte en el año 1983. La Organización de Estados Americanos

(OEA), emitió su resolución 666 XIII-0/83 que toda desaparición forzada debería

calificarse de crimen contra la humanidad. Las condiciones y exigencias, hacen que la

Asamblea General de la Naciones Unidas, en 1992, firme la Declaración sobre la

protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas.

En 1994-1996, la Convención Interamericana sobre Desapariciones forzada de Personas, es

uno de los principales tratados internacionales en materia de derechos humanos. Fue

adoptada por la Organización de Estados Americanos (OEA) el 9 de junio de 1994 y entro

en vigor el 28 de marzo de 1996, luego de alcanzar la segunda ratificación como está

establecido en la Convención y como resultado del desarrollo jurídico del problema a parir

de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Más reciente en el 2006, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el texto de la

Convención Internacional para la Protección de todas las personas contra las desapariciones

forzadas de las Naciones Unidas, cuya firma fue celebrada en París el 6 de febrero de 2007,

estableciendo una serie de obligaciones universales jurídicamente vinculantes para los

estados signatarios. La convención fue el primer instrumento jurídico en establecer

mecanismo que permitan dictar sentencias definitivas y obligatorias en casos interesantes y


particulares expresamente reconocidas por los Estados partes interesados. La convención

considera la desaparición forzada en su preámbulo como delito de lesa humanidad.

Convenios de Ginebra, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin

carácter internacional (Protocolo II). En 1991, la Constitución Política de Colombia. La

Carta Magna en su artículo 12 confirma que ningún colombiano será sometido a

desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes. En

su artículo 14, demanda que todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibiendo

protección del Estado y las autoridades, gozan de los mismos derechos, libertades y

oportunidades sin ninguna discriminación alguna. El Estado promoverá las condiciones

para que la igualdad sea real y efectiva y adoptara medidas en favor de grupos

discriminados o marginados e igualmente menciona que el Estado protegerá especialmente

a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se encuentren en

circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas

se cometan. En su artículo 19 garantiza la libertad de culto y su divulgación religiosa en

forma individual o colectiva. En su artículo 22 menciona la paz como un derecho y un

deber de obligatorio cumplimiento.

En el 2005, Ley 986, la cual adopta medidas de protección a las víctimas del secuestro y a

sus familias y dicta otras disposiciones como pago de salarios prestaciones sociales a las

victimas (artículo 15, 16), así como también instrumentos de protección en salud y

educación las familias victimas (artículos 17-19).

En 2007, sentencia C-394 de 2007. Serán beneficiadas las familias y las personas que

dependan económicamente de los afectados, según decisión tomada la semana pasada por

la Corte Constitucional mediante una sentencia de exequibilidad condicionada integradora


y con efectos retrospectivos, acogiendo así planteamientos presentados por la defensoría del

pueblo. Esto quiere decir, que este y otros beneficios, no solo serán para las víctimas del

delito de secuestro sino también para los afectados por delitos como la toma de rehenes y

desaparición forzada (Defensoría. Gov.co…, 2014).

Sentencia C-400/03, es deber del Estado y la sociedad impedir que las consecuencias de los

delitos de secuestro y desaparición forzada tienen respecto a la relación laboral, hagan

obligatorio el acceso a la atención en salud de la familia del afectado. Así, de la misma

forma en que permanece la obligación por parte del empleador, público o privado, de

cancelar el salario del trabajador secuestrado o desaparecido, debe hacerse extensiva dicha

protección a los aportes a la seguridad social en salud.

4.3.1 Intervención del estado ante los tipos de violencia que afectan a la población y

contribuye a su respectiva degradación que la sumerge en un permanente estado de

conflicto

En cualquier caso, la ley plantea la obligatoriedad de denunciar hecho cuando la violencia

es ejercida sobre niños. Por otra parte, también se encuentra reglamentada con su

respectivo marco jurídico por las leyes 1257 de 2008, la violencia intrafamiliar. De igual

manera se adopta la declaración sobre la eliminación de la violencia. Se puntualiza que el

análisis del marco normativo vigente en Colombia debe estar de acuerdo con la ley

fundamental. Es decir, referida a la constitución política de Colombia, norma de norma.


Algo más siendo el Estado el que posee el control sobre las armas, de esa misma manera

debe garantizar la paz, como un derecho constitucional, tal como se puntualiza en el art. 22

(C.P.C 1991).

5. DISEÑO METODOLÓGICO

Este trabajo de monografía se fundamenta en un estudio exploratorio de carácter

cualitativo, en el que se emplea la investigación documental con la cual se pretende conocer

posturas, nociones, conceptos y analizarlos frente al tema de estudio del duelo sin cuerpo

presente. Por otra parte, se hace hincapié en los relatos de las fuentes primarias, a través de

entrevistas semiestructuradas, que permitan comprender la subjetividad que rodea los

testimonios alrededor del duelo sin cuerpo presente.

5.1 FASES DE LA INVESTIGACIÓN

Fase 1
En esta fase se buscaron los referentes teóricos alrededor del tema de estudio que

permitieron establecer un marco teórico para aproximarse al estudio del duelo sin cuerpo

presente. En esta fase se acopiaron las fuentes secundarias a través de libros, revistas,

portales web o fuentes electrónicas.

Fase 2
En esta fase se realizaron las entrevistas semiestructuradas para indagar los sentidos

manifiestos en el relato acerca de la manera como los actores significan el duelo sin cuerpo

presente.

Fase 3
En esta fase se realizaron los análisis de las nociones teóricas frente a los sentidos de los

relatos frente al tema del duelo sin cuerpo presente y se establecieron las conclusiones.

5.2 ALCANCE
Este trabajo monográfico pretende aproximarse al sentido del duelo sin cuerpo presente a

través de los testimonios de las familias que han padecido este fenómeno que por su

magnitud en el territorio, se convierte en un fenómeno social.


6. DEVELANDO LOS SENTIDOS DEL DUELO SIN CUERPO PRESENTE A
TRAVÉS DE LOS RELATOS DE LOS FAMILIARES VÍCTIMA

Para develar los sentidos de los familiares frente al duelo sin cuerpo presente, se tuvo en

cuenta los elementos comunes que aparecían en las historias revisadas. Al tenor de este

trabajo, se encontró cuatro ejes. El primero consiste en la forma en que los familiares

significan el territorio. El segundo es la manera como significan el duelo. Tercero es

develar los recursos que emplean para exteriorizar su duelo como elaboración. El cuarto es

el develamiento alrededor que la desaparición forzada tiene auge a partir de las


consecuencias ritualísticas que los familiares puedan hacer con el cuerpo del muerto para

afectar a los vivos.

6.1 TERRITORIO, DUELO SIN CUERPO PRESENTE Y SENTIDOS

De acuerdo con los relatos, la relación con el territorio se ve particularmente alterada por el

auge de la desaparición forzada así como por el duelo sin cuerpo presente. Se puede decir

que lo que es una relación efectiva y predecible para personas que no han padecido el

fenómeno de violencia, tales como ir al campo, lavar, trabajar al margen de sus casas,

recorrer los caminos, ocupar con su red familiar una vivienda; ahora se tornan estos

espacios muy contingenciales por las nuevas geografías del terror que ha demarcado la

desaparición forzada. La seguridad de volver o la contingencia que en el lugar del rio

pudiese ser objeto de manifestaciones animistas, confirman la contingencialidad del sentido

que se le otorga ahora al territorio. Como lo expresa Diana:

Yo recuerdo que uno no podía ni salir, porque uno no sabía si iba a llegar…Mire que donde
uno hace sus cosas y ahora tener que ver descabezados o sangre allí. Imagínese Ud. Que le
salga a uno esos muertos por allí. O que sean familiares de uno y uno tener que recordar eso
cada vez que uno este por allí (2017).

Por otra parte, si la noción de territorio también se extiende o comprende el espacio de la


casa, se observa cómo el lugar de la habitación humana, el regocijo de los vivos y las
interacciones familiares, se tornan sincréticas entre lo humano y lo divino. Esto significa
que el duelo sin cuerpo presente transforma el espacio exclusivo de los vivos en una
comunión con el mundo de los muertos, ya que en la gran mayoría de relatos la presencia
de ese duelo y sin cuerpo, se le reserva un lugar de encuentro en la casa.

…Para tenerlo cerca en la casa de mi abuela le tenemos un altarcito y yo le tengo puesto en


mi casa una vela con vaso con agua y su foto….a veces le ponemos flores…Y cuando una
está allí frente a ese altarcito se le remueve a uno todo (Diana, 2017).
Pero pasaban los días y nada. La gente de la familia prendía velas, rezaba, se hablaba con
los conocidos de él para saber donde había ido a parar. (Francisco, 2017).

Yo no dejo de colocarle mi velita al muerto de mi esposo que me lo desaparecieron. Yo le


pongo flores, le rezo, le dejo su comida que más le gustaba allí. Me siento allí con el y se
me vienen a la cabeza y al alma sentimientos encontrados (Elodia, 2017).

Es que uno no puede olvidarse del muerto niña. Allí en su casa lo debe tener. Y más que fue
así sin saber donde está para que no lo hagan sufrir más, sino para que le haga a Ud. justicia
(Emerita, 2017).

Todos los familiares de nosotros tenemos nuestras cosas. Y sabemos cosas. Entonces en
nuestra casa no le falta a él su altar (Martha, 2017).

De este modo, el territorio no solo es lo ubicable como espacio físico, sino que las

relaciones que lo transitan, hacen de esa espacio físico una nueva territorialidad con nuevos

sentidos construidos por las experiencias de los otros, uno mismo y las condiciones que

emergen de los repertorios de violencia, que para el caso de los familiares víctimas de

desaparición forzada asumen dos sentidos del territorio. El primero lo que se puede

describir en la abstracción de los conceptos; y el segundo, en la significaciones, en el

sentido, o lo que ha venido a simbolizar el territorio en el plano de lo trascendente.

6.2 SENTIDOS DEL DUELO EN LOS RELATOS DE LOS FAMILIARES

…Cuando a mi me toco sentir eso (Diana, 2017). Uno espera lo peor, pero si es mucha
angustia de ver la desesperación que le da a uno estar en esa situación. (Francisco, 2017) …
A mí un día me dijeron que no lo buscara más, porque yo ya no iba a saber nada de él.
(Martha, 2017).

En estos relatos, se deja entrever que el duelo como realidad ya está en el imaginario de los
familiares en Buenaventura, porque en las frases “…me tocó” “…estar en esa situación”
“…no lo buscara más”, evidencian un significado compartido por una situación externa o
un poder más o menos definible. En términos cognitivos esto es como si en mi imaginario
yo ya hubiese sido puesto en relación con ese fenómeno, pero que no es lo mismo
escucharlo, verlo sufrir que padecerlo.

Por otra parte, si bien es cierto que la experiencia del duelo sin cuerpo presente es dolorosa,
los relatos muestran de una manera más o menos clara, que el duelo no es vivido de la
misma manera. Y eso está en proporción con la relación que guarde el desaparecido con el
familiar.

En los relatos, en que son mujeres madres u hermanas o esposas, el sentido de dolor se
expresa con mayor intensidad, a través de frases como: Uno siente un dolor grande que Ud.
No se imagina” (Diana, 2017)… “se me vienen a la cabeza y al alma sentimientos encontrados.
Como ansiedad, desesperación, tristeza. Si es un gran dolor que uno no sabe explicar (Elodia,
2017)… “se le parte el alma, la presión le aprisiona a uno todo” (Emerita, 2017).

En cambio en el caso del señor Francisco, su testimonio, recalca que su estado emocional o su
sentido es un poco más difuso y se relaciona con el estado emocional de sus otros familiares y por
la responsabilidad que le lega el hecho de ser buscado como referente de padre. Si bien no se puede
hacer una generalización, sí abre la posibilidad a que el duelo sin cuerpo presente, al igual que cada
interacción humana, es una construcción social y emocional de carácter simbólico y de forma
episódica.

Los relatos muestran que hay una continuidad actuante entre lo profano y lo sagrado a través de
prácticas rituales cotidianas, como un altar, las fotos, las velas y las emociones que se sienten,
cuando al frente de estas representaciones, se evidencian fenómenos de diálogo, manifestaciones
corporales(erizar), o soplos leves en el oído como muestra de la presencia del desaparecido. Esto es
una muestra que en la cultura afrocolombiana, los antepasados, muertos bajo cualquier
circunstancia, logran conectarse con el familiar a través de ritos no institucionalizados, sino fruto de
prácticas ancestrales.

Yo si no lo abandono, le sigo hablando como cuando estaba acá con nosotros (Elodia,
2017).

6.3 RECUSRSOS PARA LA EXTERIORIZACIÓN DEL DUELO


Si bien es cierto que el llanto es la manifestación del dolor frente a lo no controlado, en el

mundo humano, y más frente a la exteriorización del dolor; la elaboración del duelo o su

exteriorización, pasa por prácticas ancestrales no reglamentadas por un poder

gubernamental. Sino que se hacen más presentes en el ritual dentro de la casa, que como

intimidad o matriz, se mueve entre la expresión del llanto, el dolor, la desesperación, pero

también la aceptación y cierta manera de comprensión que poco a poco permite un cierre o

elaboración parcial del duelo. Así entonces se tiene expresiones como:

Y cuando una está allí frente a ese altarcito se le remueve a uno todo, se le vienen las
lágrimas, como si se le fuera a salir el pecho y uno recuerda todo como una película. Mi
mamá dice que cuando ella está allí siente que mi hermano está cerca que se le eriza la piel
a ella (Diana, 2017).

Me siento allí con el y se me vienen a la cabeza y al alma sentimientos encontrados. Como


ansiedad, desesperación, tristeza. Si es un gran dolor que uno no sabe explicar pero que
luego uno se siente un poquito mejor (Elodia, 2017).

El ritual aparece como esa dimensión mediadora entre ese mundo real agobiante y ese otro

mundo espiritual y sufriente frente al recuerdo del desaparecido, pero como una nueva

forma de conciliarse y sentirse mejor. Es una forma de convertir en acto de duelo a partir de

la ritualística de la cultura en la que se combinan las prácticas, las oraciones, los diálogos,

la música, los tambores.

6.4 LA DESAPARICIÓN FORZADA COMO MEDIDA PREVENTIVA DE UNA


JUSTICIA ESPIRITUAL

Es un hecho real que la desaparición forzada fue muy empleada por los GAI para obstaculizar los

procesos de justicia y las investigaciones judiciales que permitieran hallar a los responsables. Sin

embargo, en los testimonios de los entrevistados se encuentra una particular alusión al hecho de lo
que el familiar del muerto no desaparecido puede hacer en el marco de las prácticas religiosas

africanas o ancestrales con ese cuerpo para que el espíritu cobre venganza.

Esta práctica conocida como preparar al muerto busca que el espíritu persiga a su o a sus asesinos.

Teniendo en cuenta que los actores legales e ilegales, le guardan cierto recelo o respeto a este tipo

de aspectos fenoménicos de los tabú religiosos frente a la muerte, o que por su participación en la

cultura obtén por la participación del mundo esotérico, a través de la adivinación, prácticas yoruba,

o como se le conoce con el nombre de Santería; es muy probable que el control de la contingencia

de esta realidad espiritual, sumado a la variable evasión de justicia, pueda advertirse como una

nueva razón par utilizar la desaparición forzada no sólo como intimidación de la población, ni como

evasión jurídica, sino como una nueva forma de la evasión de la justicia espiritual que pueda ser

causada por esta creencia. Así lo destacan los testimonios de Francisco, Emerita y Martha.

Cómo será que hasta trajeron a una persona que sabía de tabaco para saber qué le había
pasado. Cogió una foto de mi sobrino y prendió tres tabacos y los “voltió” (volteó) y se los
fumaba a la imagen de él. Las hermanas, la mamá y las tías estaban esperando lo que dijera
la señora…unas lloraban, otras decían que sentían frio. Yo como si he sido fuerte para esas
cosas solo sentí que me soplaban en el oído, pero no decía nada. Hasta que se le metió algo
a la señora en el cuerpo y temblaba y hablaba raro y decía que lo buscaran por la Fortaleza
(Francisco, 2017).

Mi difunto padre me enseñó cómo se tenía que preparar un muerto para que su muerte se
vengara si este había fallecido matado o asesinado. Esto como se hacía: al muero se le
hacen unas oraciones secretas. Se le pone un látigo en el ataúd. Se le hacen unas oraciones
secretas. Eso si no lo puedo enseñar, pero de que si es verdad eso, si es verdad (Emerita,
2017).

Yo sé que ellos lo desaparecieron porque si me lo hubieran matado y lo hubieran dejado por


ahí por cualquier parte donde uno lo encuentre, pues ellos saben que uno puede preparar a
su muerto, uno a veces no quiere que la cosa se quede así (Martha, 2017).
7. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

De acuerdo con el trabajo de investigación teórica y el desarrollo del trabajo de campo, a

través de las entrevistas a los familiares víctimas de desplazamiento forzado y como efecto

el padecimiento del duelo sin cuerpo presente, se pudo encontrar que en el proceso de

afrontamiento del duelo, aparecen reconfiguraciones de sentido frente a los espacios

comúnmente habitados por los familiares vivos y que ahora enfrentan la situación de duelo.

En este sentido se pudo evidenciar que el territorio ya no es una realidad fáctica sino un
espacio contingencial, en el que su uso particular, se ha transformado, fruto de las

geografías del terror, entre ellas el desplazamiento forzado. Los sentidos de la casa como

uso para habitarla, cambian radicalmente por la experiencia de ahora contener un ex

miembro familiar en el plano ritual, haciendo parte de las dinámicas cotidianas del plano

real e interactuando en el imaginario de la familia.

En tanto al sentido que se pude develar a partir de las interpretaciones de los relatos, se

encuentra que el sentido y la elaboración del duelo, dependen de circunstancias muy

particulares de los familiares y su proximidad emocional o parental con el desaparecido. Se

reconocen fuertes contenidos emocionales y expresiones que lo respaldan, para el caso de

los familiares de género femenino y que ocupan el lugar de madres, esposas o hermanas.

Sin embargo en el caso de los hombres y cuyo lugar es el tío como sustituto de figura de

padre, las emociones puestas en el relato son más bien distantes y provienen más de la

conmoción familiar que del duelo por el familiar víctima de desaparición. Sin embargo,

este aspecto requiere de una mayor profundidad en estudios posteriores a partir de relatos

en los que se haga énfasis en esta categoría.

Se logra evidenciar el lugar protagónico del ritual como práctica cotidiana para realizar la

elaboración del duelo, en el que parece establecerse una continuidad entre lo profano y lo

sagrado, lo terrenal y lo mistérico. Se puede entender el ritual como acto, como posibilidad

de elaboración del duelo sin cuerpo presente, sin que se allane al dolor insoportable de la

perdida y sin que desaparezca plenamente el dolor. El ritual aparece como una forma de

recordar, mitigar y transformarse.


Por otra parte se encuentra como un aspecto interesante y que no fue previsible en los

tópicos de la investigación, que la desaparición forzada y su consecuente duelo sin cuerpo

presente, obedeciera a lógica, prácticas y ritualísticas en que los perpetradores de estos

repertorios de violencia quisieran controlar los efectos de la justicia espiritual;

especialmente a través de los ritos de preparar el cuerpo, a los que pudieran acudir los

familiares. Esta nueva condición es muy importante porque aporta dos formas de controlar

las contingencias de la guerra: Primero las contingencias del dominio y por el otro las

contingencias de lo sacro.

En síntesis, se puede decir que el sentido del duelo sin cuerpo presente, no puede

acometerse desde lógicas abstractas sino desde la significación cultural de la construcción

episódica del fenómeno y su elaboración proximal.

CONCLUSIONES

El trabajo sobre los sentidos asignados a los fenómenos de la vida social y desde una

perspectiva singular, posibilita develar los sentidos más o menos cercanos a las emociones

de los testimoniantes y permite establecer al investigador ciertas posturas interpretativas

que se pueden someterse a discusión.


Sin embargo, el proceso de duelo sin cuerpo presente es una experiencia social con sentidos

episódicos que coinciden en la forma en que se sitúa y resignifica el territorio,

especialmente el lugar de la casa.

En esta elaboración se exterioriza el duelo a través de las prácticas rituales, permitiendo

oberturas, transiciones y espacios para revivir, y mitigar el dolor. Por otra parte se reconoce

que dentro de las razones para perpetrar la desaparición forzada se coloca de manifiesto una

posible persecución espiritual o lo que hemos denominado control a la contingencia

espiritual.

Finalmente, puede decirse que los sentidos frente a las experiencias requieren de un trabajo

interdisciplinar que permita develar los aspectos más relevantes de las historias no contadas

desde los discursos oficiales, las estadísticas o las teorías, que por sus propias abstracciones

no permite situar el dolor, los sentimientos, las experiencias en el entramado de la cultura.

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