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Dióxido y Monóxido de Carbono 2022

Entendiendo el origen y evolución del monóxido de carbono en el aire que


respiramos

El monóxido de carbono (CO) es un gas emitido por muchas de las chimeneas


industriales que tenemos en nuestras ciudades y pueblos, por los tubos de escape
de nuestros coches, etc. Sin embargo, estos no son los únicos focos de emisión
de este contaminante, y su concentración en la atmósfera puede aumentar por
procesos derivados de la descomposición de la materia orgánica, la incineración
de residuos agrícolas, la combustión en estufas y cocinas de nuestros hogares y/o
en las calderas domésticas de biomasa.

A menudo se habla en los medios de comunicación sobre la posible peligrosidad


de este gas debido a la inhalación en sitios cerrados. Pero para poder entender
cuáles son las implicaciones de que estemos emitiéndolo tenemos que entender
cómo se origina este compuesto, y qué le ocurre una vez está en nuestra
atmósfera. Además, es muy importante que sepamos distinguir entre el concepto
de concentración de contaminante en una chimenea o tubo de escape
(concentración de emisión) y la concentración a la que la población está
realmente expuesta (concentración de inmisión).

En este artículo destinado al público en general, se ha pretendido hacer un


resumen en términos sencillos de todos estos conceptos tan importantes de
entender para que así todos podamos establecer un criterio propio sobre el origen
y evolución de este contaminante.

Fuentes de CO en la atmósfera
El CO es uno de los contaminantes atmosféricos más abundante y ampliamente
distribuido. Se trata de un gas inodoro, incoloro e insípido y por eso puede ser
peligroso, porque no lo podemos ver ni oler. Así, hay que aclarar que cuando
vemos una chimenea que emite mucho humo no necesariamente es una chimenea
que está emitiendo mucho CO, sino que puede ser una chimenea que emite
grandes cantidades de vapor de agua (humo blanco). El color del humo no es
indicativo de si tiene o no CO ya que este gas es incoloro.

Una característica del CO es que este gas es menos pesado que el aire y por ello
se acumula siempre en las zonas altas de la atmósfera. Esta es una de las razones
por la que en caso de incendio nos recomiendan andar agachados cerca del suelo.

La mayor parte del CO presente en la atmósfera es de origen natural


(contaminante biogénico). Una pequeña parte es emitida directamente, por
ejemplo, en volcanes, incendios o tormentas eléctricas, pero la mayoría se origina
en la degradación atmosférica del metano (CH4). Este compuesto es uno de los
principales contaminantes emitidos de forma natural a la atmósfera a través de

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procesos de descomposición o putrefacción de la materia orgánica (ver Figura 1).


En una atmósfera extremadamente limpia la concentración de monóxido de
carbono es muy baja y estable (0,1 ppm = partes por millón, es decir por cada litro
de aire sólo hay 0,1 microlitros de CO).

Pero el CO también puede producirlo el hombre. A este CO se le conoce como CO


antropogénico, y su principal proceso de formación es la combustión incompleta
(combustión en la que no hay suficiente oxígeno) de compuestos que contienen
carbono, como los derivados del petróleo (gas natural, gasolina, gasoil, etc.),
carbón, madera, biomasa, etc. (ver Figura 1). Un ejemplo típico de combustión
incompleta o pobre en oxígeno es la que se da en los “braseros de picón” que
tantos sustos han producido.

Vamos ahora a intentar entender por qué se forma CO en vez de dióxido de


carbono (CO2), que es el gas contaminante deseable en todo proceso de
combustión. Las reacciones de combustión de los compuestos que contienen
carbón transcurren en dos etapas. En la primera el oxígeno del aire reacciona con
el combustible y se forma CO (la reacción que hemos llamado R1). En la segunda
ese CO reacciona con más oxígeno formando ya CO2 (R2):

2 C + O2 ⇔ 2 CO (R1)

2 CO + O2 ⇔ 2 CO2 (R2)

La primera reacción es muy rápida, hasta diez veces más que la segunda, lo que
implica que, si la proporción de oxígeno es pequeña, o incluso, aun siendo ésta
suficiente, si no se produce una mezcla eficaz entre el combustible y el oxígeno,
tiene lugar una emisión de CO elevada. Este segundo hecho es la razón por la que
deberíamos hacer un mantenimiento regular a nuestras calderas en casa, puesto
que un quemador sucio produce esa mezcla imperfecta que originará la formación
de CO que podría llegar a intoxicarnos si no existe una ventilación adecuada.

Por ello, este tipo de combustiones incompletas hacen que el CO, junto con otros
contaminantes emitidos directamente a la atmósfera, sea uno de los
contaminantes típicos de épocas invernales, ya que durante estas se incrementa
el tráfico rodado, se hace un uso extendido de las calefacciones y las condiciones
atmosféricas en ocasiones pueden dificultar la dispersión del contaminante.

Otro ejemplo de combustión incompleta que produce altas concentraciones de CO


es el humo del tabaco. Este humo incluye dióxido de carbono (CO2), agua, CO,
material particulado o aerosoles, nicotina, óxidos de nitrógeno, ácido cianhídrico
(HCN), amoniaco, formaldehido, fenol y otros compuestos muy tóxicos. Aunque el
CO no es cancerígeno, algunos de estos compuestos si lo son, y por eso el tabaco
es tan malo para nuestra salud.

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La concentración de CO en el humo del tabaco puede variar entre 500-5000 ppm


(583-5830 mg/m3), que es mayor que la concentración de CO en el tubo de escape
de un coche al que se le hace un mantenimiento regular. En el aliento de una
persona fumadora se puede encontrar hasta 50 ppm de CO, aunque de media el
aliento de los fumadores tiene una concentración de 17 ppm (20 mg/m3) y 5 ppm (6
mg/m3) para fumadores pasivos.

Evolución del CO en la atmósfera


Una vez que el CO es emitido su evolución en la atmósfera depende de muchos
factores. La meteorología es uno de los factores que más influye porque va a
determinar cuánto se dispersa, o lo que es lo mismo se diluye, haciendo que la
concentración de salida por ejemplo de una chimenea pueda reducirse más de
1.000 veces a tan sólo 200 m de distancia del foco emisor. Además, el CO puede
ser eliminado de la atmosfera por diferentes procesos, entre ellos los más
importantes serían su conversión a CO2 y su eliminación biológica (eliminación del
CO por los seres vivos).

El CO no experimenta, por acción del mismo, una conversión directa a CO2 en una
cantidad importante, ya que este proceso a temperatura ambiente es incluso más
lento que a las altas temperaturas de un proceso de combustión. La vía principal a
través de la cual el CO se transforma a CO2 es a través de su reacción con el
llamado “detergente atmosférico”, el radical hidroxilo, OH· (ver Figura 1).

El OH· recibe la denominación de “detergente atmosférico” por su capacidad de


reaccionar con la mayoría de los compuestos emitidos a la atmósfera
disminuyendo sus concentraciones:

OH· + CO → CO2 + H· (R3)

Este proceso transforma un 0,1 % del CO por hora solar. Puesto que la
concentración atmosférica de OH· varía apreciablemente con el tiempo y el
espacio, el nivel de CO en la atmósfera puede presentar grandes cambios en sus
concentraciones presentando un máximo en invierno y un mínimo en verano

Como ya hemos indicado, otra forma en que el CO puede ser eliminado de la


atmósfera es por absorción a partir de ciertos seres vivos (eliminación biológica).
Existen ciertos hongos y bacterias en los suelos que absorben aproximadamente 7
mg CO/ hora m2, aunque pueden llegar incluso hasta 109 mg CO/ hora m2 de
suelo. Además, el CO también es eliminado de la atmósfera por la vegetación, la
cual puede llegar a absorber hasta 7,2 mg CO/ hora m2, esta cantidad puede
variar en función de la especie

Aproximadamente el 85% del CO atmosférico que se destruye anualmente es


eliminado por reacciones con el radical OH·, un 10% a partir de su absorción por
algunos seres vivos y el resto difunde a capas más altas de la atmósfera .
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Si tenemos en cuenta todos estos procesos de eliminación del CO su vida media


global en la parte baja de la atmosfera (medida del tiempo medio que está el CO en
la atmósfera desde su emisión hasta su eliminación) oscila entre un mes y medio y
tres meses, dependiendo del punto del planeta y la época del año.

Si comparamos este tiempo de vida con el de otros contaminantes atmosféricos


como los CFCs (CloroFluoroCarbonados, compuestos que producen la
destrucción de la capa de ozono) que pueden tener tiempos de vida de incluso
decenas de años, es un contaminante que no está en la atmósfera demasiado
tiempo, pero suficiente para que sea transportado desde donde es emitido a
cientos de kilómetros de distancia. Por tanto, hay que recordar que la
concentración de CO a la que va a estar expuesta una persona va a depender
principalmente de los procesos de dispersión que sufra este contaminante en la
parte baja de atmósfera.

En la Figura 1 se representa esquemáticamente a modo de resumen tanto las


principales fuentes como el destino del CO una vez que está en la atmósfera.

Efectos del CO en la salud


Seguro que habéis oído hablar de las personas que resultan intoxicadas alrededor
de un brasero o en un pequeño garaje con el motor en marcha. En ambos casos el
responsable es el CO. A continuación, vamos a explicar cómo esta molécula puede
producir estos efectos.

En nuestra sangre hay unas células llamadas glóbulos rojos que contienen una
molécula llamada hemoglobina cuya misión es transportar el oxígeno a todas las
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células del cuerpo y recoger de ellas el CO2 que deberá ser expulsado al exterior
por los pulmones. La hemoglobina tiene mayor afinidad por unirse al CO que por
unirse al oxígeno (200 veces más), por eso en presencia de CO será esta molécula
la que se transportará al resto del organismo. Por ello, a concentraciones de CO
por encima de 12 mg/m3, se reduce la llegada de oxígeno a órganos y tejidos,
pudiendo originar confusión mental, vértigo, dolor de cabeza, náuseas, debilidad y
pérdida del conocimiento.

El CO puede ser más dañino a concentraciones muy altas, por encima de los 55
mg/m3, lo que hace que el CO sea mucho más peligroso en entornos cerrados que
al aire libre, donde es extraordinariamente difícil que se alcancen dichas
concentraciones..

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