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AGUAS SUBTERRANEAS

ELIZABETH ROJAS      
LADY ROZO LÓPEZ 
FABIÁN CAMILO CUBILLOS    
CESAR CHÁVEZ
NICOLAS GIRALDO MORA

GRUPO: 03

PRESENTADO A: Prof. ARMANDO CELIS CALDAS

ÁREA DE: GEOLOGÍA

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA


SEDE BOGOTA
FACULTAD DE INGENIERÍA
BOGOTA, D.C
NOVIEMBRE 03 DE 2009
INTRODUCCION

La hidrogeología es la ciencia que estudia el origen y la formación de las aguas


subterráneas, así como, su almacenamiento, circulación y distribución de las aguas
terrestres en las zonas saturadas y no saturadas de las formaciones geológicas;
teniendo en cuenta sus propiedades físicas y químicas, sus interacciones con el medio
físico (suelos y rocas), biológico y sus reacciones a la acción del hombre.

Dentro de este contexto, cabe resaltar que el conjunto de investigaciones


hidrogeológicas que han de realizarse debe proporcionar una base segura para la
ejecución de las estimaciones y pronósticos cuantitativos del recurso hídrico
subterráneo.

El agua subterránea es el agua que circula en la zona saturada de los acuíferos y que
es posible de captar por obras de ingeniería (pozos, drenes).

En este trabajo se quiere dar a conocer una introducción al estudio del agua que se
encuentra en la corteza terrestre. El tema debe por lo menos tener un reconocimiento
de cada ingeniero civil y mas que un conocimiento superficial de quienes van a estar
relacionados con la ejecución de obras ingenieriles en el campo. Particularmente todos
los que sean responsables de llevar a cabo la exploración del subsuelo que antecede
al diseño y la construcción de cualquier proyecto de ingeniería civil deben estar bien
familiarizados con la hidrológica del agua subterránea. De este modo se citaran
conceptos básicos para el conocimiento de las aguas subterráneas y su relación en la
ingeniería en general.
OBJETIVOS

 Analizar el comportamiento del agua subterránea dentro de la corteza terrestre


y su influencia en los proyectos de ingeniería.

 Identificar los procesos que se llevan a cabo en el ciclo hidrológico, asi como
su influencia en el medio ambiente principalmente en los suelos.

 Conocer la distribución del agua subterránea así como las zonas donde
participa el flujo de agua.

 Identificar la clasificación de las aguas subterráneas según su origen,


mineralización y propiedades hidráulicas.

 Comprender el concepto de calidad relacionado con el agua asi como las


características de esta.
HIDROGEOLOGÍA

Se define como la ciencia del agua subterránea, que tiene como objetivos el estudio
de la influencia de los materiales que constituyen el subsuelo sobre los depósitos de
agua o acuíferos, el análisis físico-químico de las estructuras hidrogeológicas, la
determinación espacial y temporal del origen, distribución y demás propiedades del
agua subterránea; todo encausado hacia un mejor conocimiento de los métodos y
técnicas que se utilizan en la prospección, captación, explotación y gestión del recurso
de agua subterránea. El objetivo principal del estudio práctico del agua subterránea
consiste en determinar la cantidad de agua en movimiento, ya que ello indica el
volumen disponible para satisfacer las diversas necesidades del hombre.

CICLO HIDROLÓGICO

Se denomina ciclo Hidrológico al movimiento general del agua, ascendente por


evaporación y descendente en primer lugar por las precipitaciones y en segunda
medida en forma de escorrentía superficial y subterránea. El ciclo hidrológico es un
proceso en el cual una pequeña cantidad de agua que existe en la atmósfera tiene la
particularidad de moverse o circular de forma constante entre la atmósfera, la tierra y
el mar, que se produce mediante la precipitación y la evaporación.

El movimiento del agua a través del sistema tierra-atmósfera se inicia con la


producción de vapor de agua por evaporación y transpiración procedente del agua y la
superficie terrestre. El agua permanece en la atmósfera por condensación y se
deposita en la tierra y las superficies de agua por precipitación (lagos, glaciares) o
pasa al subsuelo como agua subterránea, o bien se evapora o transpira (para iniciar el
ciclo siguiente), volviendo al mar por medio del flujo de los ríos.

FASES DEL CICLO

a) Evaporación: Corresponde a la parte de agua que se devuelve a la atmósfera


desde la superficie del suelo o desde las hojas de los árboles. A este último
fenómeno se le denomina Intercepción, y en lluvias de corta duración sobre zonas
de bosque puede devolver a la atmósfera una gran parte del agua precipitada sin
haber tocado el suelo.

b) Infiltración: Divide al agua entregada a la superficie del suelo en flujo superficial y


agua en el suelo, pudiendo seguir caminos como:

 Evaporación: Se evapora desde el suelo húmedo, sin relación con la posible


vegetación.
 Transpiración: Las raíces de las plantas absorben el agua infiltrada en el suelo,
una pequeña parte es retenida para su crecimiento y la mayor parte es
transpirada.
 De esta forma, la suma de Evaporación + Transpiración, forma la
Evapotranspiración.
 Escorrentía sub-superficial: Corresponde al flujo de agua que tras un corto
recorrido subterráneamente vuelve a salir a la superficie.

c) Escorrentía Superficial: El agua de las precipitaciones que no es evaporada ni


infiltrada, escurre superficialmente. Aún así, puede ocurrir que:

 Una parte es evaporada: desde la superficie de ríos, lagos y embalses también


se evapora una pequeña parte (proporcionalmente pequeña, si consideramos el
total de una gran cuenca, pero puede ser muy importante en lugares áridos que
se abastecen con un embalse).
 Otra parte, puede quedar retenida como nieve o hielo o en lagos o embalses
(escorrentía superficial diferida).
 Finalmente una parte importante es la escorrentía superficial rápida que sigue su
camino hacia el mar.

DISTRIBUCIÓN DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS.

Cuando llueve, parte del agua discurre por la superficie, parte se evapora y el resto se
adentra en el terreno. Esta última vía es la fuente primaria de prácticamente toda el
agua subterránea. La cantidad de agua que sigue cada uno de esos caminos, sin
embargo, varía mucho en función del tiempo y del espacio. Los factores que influyen
en esta variación son el grado de la pendiente, la naturaleza del material, la intensidad
de la lluvia, y el tipo y cantidad de vegetación. Densas lluvias que caen sobre
pendientes empinadas donde las capas subyacentes están compuestas de materiales
impermeables provocarán obviamente un elevado porcentaje de agua de escorrentía.
A la inversa, si la lluvia cae de manera suave y uniforme sobre pendientes más
graduales compuestas por materiales que son fácilmente penetrados por el agua, un
porcentaje mucho mayor del agua se infiltrará en el suelo.

Algo del agua que se infiltra no viaja muy lejos, porque es retenida por acción
molecular como una capa superficial sobre las partículas sólidas. Una porción de esta
humedad se evapora de nuevo en la atmosfera. Gran parte del resto es utilizado por
las plantas entre épocas de lluvias.

El agua que no es retenida en este cinturón de humedad del suelo se infiltra hacia
abajo hasta que alcanza una zona donde todos los espacios libres de del sedimento y
la roca está completamente llenos de agua. Esta es la zona de saturación. El agua
situada en el interior se denomina agua subterránea. El límite superior de esta zona
se conoce como el nivel freático. Extendiéndose hacia arriba desde el nivel freático se
encuentra la franja capilar, en la cual, el agua subterránea es mantenida por la tensión
superficial en diminutos pasajes comprendidos entre los gramos de suelo o de
sedimento. El área situada por encima del nivel freático que abarca la franca capilar y
el cinturón de humedad del suelo se denomina zona de aireación. Los polos no están
saturados, si no llenos fundamentalmente de aire.

ZONA DE AIREACIÓN:

Se extiende desde la superficie hasta el nivel freático. En esta zona los espacios
abiertos o poros, se encuentran llenos principalmente, de aire. Se compone de tres
partes: a) la capa de agua del suelo que yace inmediatamente debajo de la superficie,
de la cual extraen las plantas la humedad necesaria para su desarrollo. b) la capa
intermedia que se encuentra debajo de la capa de agua del suelo, en donde el agua
llega por gravedad y pasa hacia la zona más interna, y c) la zona capilar que yace
sobre la zona de saturación, el agua está suspendida por fuerzas capilares y por lo
tanto su espesor depende de la textura de la roca o del suelo y puede ser cero cuando
los poros son grandes.

ZONA DE SATURACIÓN:

En esta zona, todas las aberturas o poros están completamente llenos o saturados de
agua. La superficie superior de esta zona es el nivel freático, también llamado nivel
piezométrico.

El nivel freático, el límite superior de la zona de saturación, es una característica muy


significativa del sistema de aguas subterráneas. El nivel freático es importante para
predecir la productividad de los pozos y explicar los cambios del flujo de las corrientes
y los manantiales, así como las fluctuaciones del nivel de los lagos.

Aunque no podemos observar directamente el nivel freático, su elevación puede


cartografiarse y estudiarse en detalle allí donde los pozos son numerosos porque el
nivel del agua coincide con el nivel freático. Estos mapas revelan que el nivel freático
raramente es horizontal, como cabría de esperar. En cambio, su forma suele ser una
réplica suavizada de la topografía superficial, alcanzando sus mayores elevaciones
debajo de las colinas y luego descendiendo hacia los valles. En las zonas pantanosas,
el nivel freático coincide precisamente con la superficie. Lagos y corrientes ocupan
generalmente áreas lo bastante bajas como para que el nivel freático esté por encima
de la superficie del terreno.

Varios factores contribuyen a la irregularidad superficial del nivel freático. La causa


más importante es que el agua subterránea se desplaza muy despacio y a velocidades
variables bajo diferentes condiciones. Debido a ello, el agua tiende a “apilarse” debajo
de las áreas altas entre valles de corrientes fluviales. Si la lluvia cesara por completo,
esta “colinas” de agua freática se hundirían lentamente y se aproximarían de manera
gradual al nivel de los valles. Sin embargo, se suele añadir nuevo suministro de agua
de lluvia con la suficiente frecuencia como para evitar esto. No obstante, en épocas de
mucha sequía, el nivel freático puede descender lo suficiente como para secar los
pozos poco profundos. Otras causas de la falta de uniformidad del nivel freático son
las variaciones de precipitación y permeabilidad de un lugar a otro.

Por el contrario, en las regiones áridas donde el nivel freático está bastante por debajo
de la superficie, el agua subterránea no puede contribuir al flujo de la corriente. Por
consiguiente, las únicas corrientes permanentes en esas áreas son las que se originan
en las regiones húmedas y luego atraviesan por casualidad el desierto. Bajo esas
condiciones, la zona de saturación situada debajo del suelo del valle es abastecida por
infiltración desde el cauce de la corriente, que, a su vez, produce un pandeo hacia
arriba del nivel freático. Las corrientes que proporcionan agua al nivel freático de esta
manera se denominan corrientes influentes.

ACUÍFEROS

Aquellos cuerpos de roca o de sedimento permeable, a través de los cuales se mueve


el agua subterránea. Los cuerpos de grava o de arena son buenos acuíferos lo mismo
que la arenisca aunque poco efectivos debido a la presencia de material cementante
entre sus granos, la arcilla no es acuífero. Normalmente, los acuíferos tienen una zona
de recarga que se halla en la parte alta de las montañas donde aflora la formación
geológica y por donde penetra el agua en las épocas de lluvias, pero debe recordarse
que la infiltración es de algunos centímetros o pocos metros por día, debido a la
tortuosidad del recorrido del fluido, por lo que el tiempo que tarda en alcanzar el
acuífero, es del orden de semanas o meses, fenómeno que limita la reposición del
volumen de agua extraída.

Clases de acuíferos

ACUÍFERO LIBRE O NO CONFINADO: Es aquel en el que la presión del agua está a


la presión atmosférica, por lo tanto no está confinado por una capa superior
impermeable.

ACUÍFERO CAUTIVO O CONFINADO: Es aquel que está a mayor presión que la


atmosférica y por lo tanto al efectuar una perforación, el agua asciende hasta un nivel
superior al del techo del acuífero o sea la zona freática.

ACUÍFERO SEMICAUTIVO: El techo o el sustrato (o ambos) del acuífero pueden estar


constituidos por una formación hidrogeológica semipermeable. Esto permite el
intercambio de agua con otros acuíferos, bajo ciertas condiciones hidrodinámicas
favorables como son la diferencia de cargas hidrostática o de presiones.

CLASIFICACIÓN DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS

En la mayoría de las clasificaciones, las aguas subterráneas se dividen en tipos y


variedades según la composición química y la mineralización, el origen y las
condiciones de yacimiento, el carácter de las rocas acuíferas, las propiedades
hidráulicas, el régimen de movimiento, la zona climática de yacimiento, la temperatura
y otros indicios.
Con respecto al origen, las aguas subterráneas se dividen en: de infiltración, de
condensación, de sedimentación, juveniles y regeneradas (de deshidratación).

Según las condiciones de yacimiento y el carácter de las rocas acuíferas, las aguas
subterráneas se dividen en:

Aguas intersticiales, que yacen y circulan en los horizontes del suelo y en los
depósitos friables, deferentes en cuanto al origen, granulometría y composición
mineralógica, y de manto principalmente cuaternario.

Aguas de capa, que yacen y circulan en las capas de rocas sedimentarias y que se
subdividen en aguas intersticiales de capa y aguas de fisura de capa.

Aguas de fisura, que yacen y circulas en las rocas sedimentarias, magmáticas y


metamórficas compactas, atravesadas por fisuras de meteorización.

Aguas filonianas de fisura, que yacen y circulan en ciertas grietas tectónicas abiertas y
en las zonas de trastornos tectónicos.

Según la mineralización y la composición química, teniendo en cuenta la cantidad de


residuo seco (mineralización), se dividen en superdulces (hasta 0,01 %), dulces (0,01-
0,1 %), poco salobres (0,1-0,3 %), muy salobres (0,4-1,0 %), saladas (1,0-3,5 %),
salmueras (3,5 %).

Según las propiedades hidráulicas, se dividen en aguas a presión (o bajo presión) y


aguas sin presión.

Según los factores climáticos que determinan en sumo grado el régimen de las aguas
subterráneas, es decir, la variación (en función del tiempo) del rendimiento de los
horizontes acuíferos, la composición, la temperatura y el nivel de dichas aguas, éstas
se dividen en zonales, azonales e intrazonales.

CIRCULACIÓN DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS.

Aunque existen ríos subterráneos, no son frecuentes. En cambio, existe agua


subterránea en los espacios porosos y en las fracturas que quedan en las rocas y en
los sedimentos. Por tanto al contrario de cualquier impresión de flujo rápido que un río
subterráneo pueda evocar, el movimiento de la mayor parte de del agua subterránea
es extraordinariamente lento, de poro a poro (velocidades típicas de unos pocos
centímetros al día).

La energía que hace moverse al agua subterránea la proporciona la fuerza de la


gravedad. En respuesta a la gravedad, el agua se mueve desde áreas donde el nivel
de agua es elevado a zonas donde el nivel freático es bajo. Esto significa que el agua
gravita hacia un cauce de corriente, lago o manantial. Aunque algo del agua tome el
camino más directo hacia debajo de la pendiente del nivel freático, gran parte sigue
caminos curvos, largos, hacia la zona de descarga.

Los conceptos modernos de la circulación del agua subterránea fueron formulados a


mediados del siglo XIX. Durante ese periodo, Henri Darcy, un ingeniero francés que
estudiaba el abastecimiento del agua de la ciudad de Dijon, en el centro-este de
Francia, formuló una ley que ahora lleva su nombre y que es básica para comprender
el movimiento del agua subterránea. Darcy encontró que si la permeabilidad se
mantiene uniforme, la velocidad del agua subterránea aumentará conforme lo haga la
pendiente del nivel freático. La pendiente del nivel freático, conocida como gradiente
hidráulico, se determina dividiendo la diferencia vertical entre los dos puntos de
recarga y descarga (una cantidad conocida como carga hidrostática) por la condición
del flujo entre esos puntos. La ley de Darcy puede expresarse por la siguiente formula:

V = K.*b/l

Donde V representa la velocidad, h la carga hidrostática, l la longitud del flujo y K un


coeficiente que representa la permeabilidad del material.

Las velocidades de la circulación del agua subterránea son muy variables. Aunque una
velocidad característica de muchos acuíferos es de unos 15 metros al año (unos 4
centímetros al día), se han medido velocidades 15 veces superiores en materiales
excepcionalmente permeables.

CALIDAD DEL AGUA SUBTERRÁNEA

Generalmente, los intersticios a través de los cuales fluye el agua en el suelo son muy
pequeños, lo que restringe considerablemente el volumen de consumo y proporciona
una acción filtrante de las partículas que se encuentran en suspensión en el agua, lo
que afecta las propiedades físicas, químicas y biológicas del agua del subsuelo.

Calidad física: Físicamente, el agua del subsuelo es generalmente clara, incolora, con
poca o ninguna sustancia en suspensión y tiene una temperatura relativamente
constante, lo que es producto de la percolación lenta a través del suelo. En contraste
las aguas superficiales son a menudo turbias y contienen considerables cantidades de
materia en suspensión, particularmente cuando estas corrientes cerca de áreas
pobladas.

Calidad química: El agua es uno de los mejores solventes universales conocidos por el
hombre. El grado lento de percolación a través de la corteza terrestre, proporciona el
tiempo suficiente para que muchos de los minerales que la conforman, se incorporen a
la solución, dándole características que puedan limitar su uso, como la presencia de
iones de Fe, Ca, Mg, Mn, C, Na, K, F, NO3, SO4, sólidos totales disueltos, pH y gases
disueltos como O, SO2, CO2.

Calidad microbiológica: Las aguas subterráneas, especialmente aquellas que se


encuentran a mayores profundidades, generalmente están exentas de organismos
muy pequeños, normalmente presentes en las aguas superficiales. Este es uno de los
beneficios que resultan de la acción de la filtración lenta al circular el agua a través del
suelo; además, la falta de oxígeno y nutrimentos en el agua del subsuelo, la vuelve un
medio inapropiado para que los organismos patógenos se desarrollen y multipliquen.

Contaminación del agua subterránea


El agua subterránea tiende a ser dulce (es decir, de muy baja salinidad) y potable
(puede ser bebida sin riesgo). Sin embargo en ocasiones las capas freáticas son
demasiado ricas en sales disueltas como para ser consumida, y eso mismo puede
resultar inconveniente también para otros usos determinados. La circulación
subterránea tienden a depurar el agua de partículas y microorganismos, pero en
ocasiones éstos llegan al acuífero por contaminación debida a los usos humanos,
como fosas sépticas o residuos agrícolas. El agua subterránea puede contaminarse
por otras causas antropogénicas (debidas a los seres humanos), como la infiltración
de nitratos y otros abonos químicos muy solubles usados en la agricultura, que suele
ser una causa grave de contaminación de los suministros en llanuras de elevada
productividad agrícola y densa población.

Algunos contaminantes se originan de la erosión natural de las formaciones rocosas.


Otros contaminantes provienen de descargas de fábricas, productos agrícolas, o
químicos utilizados por las personas en sus hogares y patios. Los contaminantes
también pueden provenir de tanques de almacenamiento de agua, pozos sépticos,
lugares con desperdicios peligrosos y vertederos. Actualmente, los contaminantes del
agua subterránea que más preocupan son los compuestos orgánicos industriales,
como disolventes, pesticidas, pinturas, barnices, o los combustibles, como la gasolina.

Otro capítulo lo forman los abonos químicos minerales, especialmente los nitratos, que
son el contaminante inorgánico más conocido y quizás uno de los que genera mayor
preocupación. El nitrato se origina de diferentes fuentes: aplicación de fertilizantes,
pozos sépticos que no estén funcionando bien, lagunas de retención de desperdicios
sólidos no impermeabilizadas por debajo y la infiltración de aguas residuales o
tratadas.

El agua subterránea en áreas costeras puede contaminarse por intrusiones de agua


de mar cuando la tasa de extracción es muy alta, causando que el agua del mar
penetre en los acuíferos de agua dulce. Este problema se puede aplazar diseñando
apropiadamente la ubicación de los pozos y excavando otros pozos que ayuden a
mantener el agua salada lejos del acuífero de agua dulce, pero es inevitable a la larga
mientras la extracción supere a la recarga por agua dulce.

La contaminación del agua subterránea es especialmente grave por su persistencia.


Es una consecuencia de su pequeña tasa de renovación y largo tiempo de residencia.
Además el agua no tiene la accesibilidad necesaria para usar procesos artificiales de
depuración como los que se puede aplicar en caso de necesidad a los depósitos
superficiales.

EXPLORACIÓN DEL AGUA SUBTERRANEA

El agua se puede encontrar casi en cualquier parte bajo la superficie de la Tierra, pero
para ser utilizada como un recurso, ésta debe encontrarse en cantidades que puedan
satisfacer las expectativas, fluir sin interrupción hacia los pozos durante largos
periodos de tiempo a velocidades razonables y ser de buena calidad.
Los lugares elegidos para la construcción de pozos domésticos o aljibes,
generalmente son localizados por personas que usan una vara en forma de horqueta u
otra clase de “varas mágicas” a las que les atribuyen poderes sobrenaturales, La
búsqueda de agua por estos medios, llamada rabdomancia o radiestesia, data, cuando
menos, desde los tiempos de Moisés y su uso persiste, en razón a que las aguas
subterráneas están distribuidas tan ampliamente, que se obtienen resultados positivos
en cualquier sitio escogido al azar. Si a estos adivinadores se les preguntara en donde
no hay agua bajo la superficie y si sus predicciones se comprobaran mediante
perforaciones, los resultados estadísticos revelarían la falta de fundamento de sus
métodos, pero esto nunca se ha hecho porque a nadie se le ha ocurrido gastar dinero
tratando de no encontrar agua.

La localización de un nuevo acuífero o la perforación de un buen pozo productor en un


acuífero ya conocido se basa en las actividades siguientes:

Examen detallado de las condiciones geológicas de la superficie, especialmente en lo


referente a la clase y permeabilidad de las rocas, la dirección e inclinación de las
capas y la localización de fallas, fisuras o diaclasas, y otras aberturas grandes,

La exploración del subsuelo por el método sísmico y eléctrico u otras técnicas


modernas que den información de las secciones transversales geológicas, sobre la
profundidad y espesor de los acuíferos existentes.

El inventario de los pozos existentes en la zona y análisis de los registros de


funcionamiento para conocer la profundidad, espesor y descripción de las formaciones
rocosas penetradas, variaciones del nivel del agua y del cono de abatimiento, etc.

Hay ciertos indicadores superficiales de aguas subterráneas que se pueden apreciar a


simple vista, como son: los accidentes del terreno, la estructura y densidad de la red
hidrográfica, los manantiales, los lagos, la vegetación, etc. Generalmente hay más
agua en el subsuelo de los valles que en el de las colinas; la presencia, en regiones
áridas, de plantas que requieren mucha humedad, constituye un buen indicio de la
existencia de agua subterránea a poca profundidad; las corrientes superficiales, los
arroyos, manantiales, pantanos o lagos, indican las presencia de alguna forma de
agua del subsuelo, etc.
CONCLUSIONES

 Como recurso, el agua subterránea representa el máximo depósito de agua


dulce asequible para los seres humanos. Desde el punto de vista geológico, la
acción disolvente del agua subterránea produce grutas y dolinas.

 El agua subterránea es el agua que llena completamente los espacios porosos


del sedimento y las rocas en la zona de saturación de la superficie. El límite
superior de esta zona es el nivel freático. La zona de aireación está por encima
del nivel freático, done el suelo, el sedimento y la roca no está saturados en
agua.

 El agua subterránea se mueve en curvas serpenteantes que son un


compromiso entre el empuje hacia abajo de la gravedad y la tendencia del
agua a desplazarse hacia zonas de presión reducida.
BIBLIOGRAFÍA

 L. Mijailov. HIDROGEOLOGÍA. URSS, 1985. Traducción al español por T.


Velásquez, editorial Mir, 1989.

 H. Zambrano S. Introducción al estudio de las ciencias de la Tierra


(GEOCENCIAS). Editorial Universidad Surcolombiana, Colombia, 2003.

 LEGGET Paul F, Geología Aplicada A La Ingeniería Civil, Mcgraw-Hill, México,


1986, Pág. 8-2.

 CONSORCIO DE AGUAS, Ciclo Natural Del Agua, [en línea] URL:


http://www.consorcioaa.com/cmscaa/opencms/CAA/el-agua/ciclo-natural-del-
agua.htm (Consultada: 31/10/2009/ Hora 14:25).

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