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LAS TEORÍAS Y LEYES CIENTÍFICAS:

De manera general, las leyes científicas son declaraciones descriptivas de


relaciones entre fenómenos observables, mientras que las teorías científicas son
explicaciones que se infieren de fenómenos observables o regularidades en esos
fenómenos (Abd-El-Khalick, 2012).

Las teorías científicas son sistemas explicativos con consistencia interna, que
están bien establecidos y justificados (Abd-El-Khalick, 2012). Según Lederman,
Abd-El-Khalick, Bell y Schwartz (2002: 50):

Las teorías sirven para explicar grandes conjuntos de observaciones,


aparentemente no relacionadas, en más de un campo de investigación. Por
ejemplo, la teoría molecular cinética permite explicar fenómenos relacionados con
los cambios en los estados físicos de la materia, las velocidades de las reacciones
químicas, y otros fenómenos relacionados con el calor y su transferencia. De
mayor importancia aún es que las teorías tienen un papel relevante en la
generación de problemas de investigación y en la orientación de investigaciones
futuras. Las teorías científicas a menudo se basan en un conjunto de supuestos o
axiomas y postulan la existencia de entidades no observables. Por tanto, las
teorías no pueden probarse directamente. Solo se pueden usar pruebas indirectas
para apoyar a las teorías y establecer su validez. Los científicos hacen
predicciones concretas a partir de las teorías, y las comprueban enfrentándolas a
datos tangibles. Un acuerdo entre tales predicciones y la evidencia empírica
permite aumentar el nivel de confianza en la teoría.

Un malentendido frecuente sobre la naturaleza del conocimiento científico se


refiere a la relación entre leyes y teoría científicas. Muchas personas creen que
“con más evidencia hay una secuencia de desarrollo mediante la cual las ideas
científicas recorren un camino hacia la aceptación final como leyes maduras”
(McComas, 1998: 54). En la base de esta creencia está la idea inadecuada de que
las ideas científicas se desarrollan partiendo de hipótesis hasta las teorías y, si
estas se confirman experimentalmente varias veces por científicos diferentes,
hasta constituir leyes de la ciencia. Ello sugiere, así mismo, que las leyes son
superiores a las teorías que las precedieron (McComas, 2004). Tal secuencia
ignora el estatus epistemológico diferente de hipótesis, teorías y leyes. Con
pruebas que las apoyen, las hipótesis pueden convertirse en teorías o en leyes,
pero la relación entre teorías y leyes científicas no es jerárquica porque sus
finalidades son distintas y son diferentes tipos de conocimiento (Abd-El-Khalick,
2012; Acevedo-Díaz, Vázquez-Alonso, Manassero-Mas y Acevedo-Romero,
2007).

Un ejemplo para distinguir entre leyes y teorías científicas sería el siguiente. Las
leyes de los gases ideales (leyes de Boyle-Mariotte, Charles, y Gay-Lussac)
establecen relaciones claras entre el volumen, la temperatura y la presión de los
gases, pero sin intentar explicar estas relaciones. En cambio, la teoría molecular
cinética sí permite explicarlas. En su proyecto The Story Behind the Science:
Bringing Science and Scientists to Life: https://www.storybehindthescience.org/,
Clough (2011) proporciona algunos materiales de historia de la ciencia para la
enseñanza de la naturaleza de la ciencia que abordan el asunto de las leyes y las
teorías científicas. En concreto, véanse los titulados: Data Do Not Speak: The
Development of a Mechanism for Continental Drift, The Role of Theory: Pendulum,
Time Measurement, and the Shape of the Earth, Pendulum Motion: The Value of
Idealization in Science, y A Puzzle with Many Pieces: Development of the Periodic
Table. Así mismo, McComas y Kampourakis (2015) también dan diversos
ejemplos de historia de la ciencia para mostrar que las leyes y las teorías son dos
tipos de conocimiento científico distintos, y que no están jerárquicamente
relacionados.

¿Qué diferencia hay entre hipótesis, ley y teoría en la ciencia?


Las teorías son una explicación amplia para una variedad de fenómenos e
incluyen muchas hipótesis y lMiembros del Parque Nacional Galápagos, donde se
gestó 'El origen de las especies', de Charles Darwin, liberan quince quelonios en
una imagen de este pasado lunes.

Dentro del método científico uno de los elementos clave es la formulación de una
hipótesis. Por ejemplo: algo cae al suelo, y cae al suelo aquí y allá, las cosas
siempre caen al suelo. Alguien se preguntó en un momento por qué ocurría eso y
formuló una primera explicación tentativa sobre ese hecho que estaba
observando. Eso es una hipótesis, una explicación que se da el observador para
un determinado fenómeno o problema y que generalmente se basa en la
experiencia previa, el conocimiento científico que posee y las observaciones sobre
ese hecho que a su vez, muchas veces, dependen del método con el que se está
analizando.

Una hipótesis es una explicación que se da el observador para un


determinado fenómeno o problema

Por ejemplo, cuando se hablaba de la evolución, Jean-Baptiste Lamarck


(Bazentin, 1744 - París, 1829) decía: el medio es el que hace que los seres vivos
cambien porque usan o dejan de usar algunas de sus características, con lo cual
el medio es el que hace que los seres se transformen. Y ponía el clásico ejemplo
de la jirafa. A la jirafa se le estira el cuello, pensaba Lamarck, porque como las
ramitas que va a comer están en los árboles que son altos, su cuello se va
estirando de tanto usarlo para alcanzarlas. Luego viene Charles Darwin
(Shrewsbury, 1809-Down House, 1882) y dice, no, no creo que sea así, yo creo
que los organismos sufren pequeños cambios que consiguen que cuando ocurre
una transformación en el medio ambiente (externo o interno) les permiten
adaptarse a esa novedad; sobrevivir y producir mayor cantidad de descendientes.
Entonces su población aumentará a expensas de otras menos capaces de
adaptarse a las nuevas circunstancias. Un observador externo lo ve como si los
organismos hubieran sido seleccionados por acción directa del ambiente pero en
realidad ha sido la condición de los organismos de tener variación y diversidad lo
que les ha dado las oportunidades para adaptarse a los cambios, sobrevivir y, a la
larga, evolucionar.

Hoy en día tenemos una teoría unificada que reúne las observaciones de Lamarck
y de Darwin, las del genetista Gregor Mendel y más recientemente las
observaciones de la genética molecular y la epigenética para explicar tanto la
diversidad de los organismos que les permite adaptarse a nuevos cambios del
ambiente como el impacto que los cambios tienen sobre los mecanismos
genéticos que en la época de Darwin y Lamarck no se conocían.

Una ley es una manera de generalizar lo que puede ocurrir cuando tienes un
conjunto acumulado de datos sobre un fenómeno determinado

En ese proceso de dar explicaciones para fenómenos surge muchas veces una
concordancia o una generalización sobre los datos que uno tiene. Por ejemplo, si
volvemos al ejemplo de la evolución, parece que siempre sobreviven los
organismos que tienen las características que les permiten adaptarse a
determinado ambiente. Cuando eso se encuentra en la ciencia, una manera
compacta de describir un fenómeno, es decir de predecir qué es lo que va a
suceder en una situación determinada, es una ley. Por ejemplo, la ley de la
selección natural que dice: siempre sobreviven los individuos más aptos. Ahí se
describe un hecho que se ha ido construyendo con las distintas hipótesis de las
que se partía. Esa ley no te explica todo el proceso evolutivo pero sí te dice una
manera de generalizar lo que puede ocurrir cuando tienes un conjunto acumulado
de datos sobre un fenómeno determinado.
Las leyes científicas pueden ser modificadas o rechazadas. Hubo un tiempo en el
que se creía que la vida surgía por generación espontánea, por ejemplo, pero el
avance del conocimiento llevó a que esa idea se rechazara. Por último, surgen las
teorías que son la construcción más compleja que elabora la ciencia. Por eso el
sueño de las personas que se dedican a la ciencia y de la ciencia en general son
las teorías unificadas porque son como súper teorías, súper construcciones de
conocimiento que resumen toda la biología o toda la física o toda un área de la
matemática o de la química.

Una nueva evidencia o una nueva forma creativa de observar el fenómeno


del que trata una teoría pueden hacer que se formule una nueva hipótesis

En física y en química se utilizan mucho las leyes. En biología, por la propia


naturaleza del conocimiento científico, más que leyes se suelen hacer
construcciones conceptuales más complejas como las teorías. Las teorías son una
explicación amplia para una variedad de fenómenos e incluyen muchas hipótesis y
leyes. Y deben tener una serie de características estructurales: deben ser
concisas, deben ser sistemáticas, deben ser predictivas y deben ser aplicables de
manera amplia. Generalmente, una teoría sobre un fenómeno determinado que es
aceptada por la comunidad científica tiene muchas líneas de evidencia por lo que
falsarlas, es decir, cambiarlas por otras, es difícil. Son muy estables. Pero eso no
quiere decir que sean inmutables. Una nueva evidencia o una nueva forma
creativa de observar el fenómeno del que trata una teoría puede hacer que se
formule una nueva hipótesis y esa nueva hipótesis puede llegar a modificar la
teoría.

Izaskun Petralanda-Jauregui es doctora Ciencias Biomédicas de la Salud


Pública y experta en bioética.

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