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Física para las

Biociencias

“La ciencia no es solo una colección de leyes, un catálogo de hechos sin mutua relación. Es
una creación del espíritu humano con sus ideas y conceptos libremente inventados. Las
teorías físicas tratan de dar una imagen de la realidad y de establecer su relación con el
amplio mundo de las impresiones sensoriales. Luego, la única justificación de nuestras
estructuras mentales está en el grado y en la norma en la que las teorías logren dicha
relación”
Einstein e Infeld, Física Aventura del Pensamiento.

La ciencia es, ante todo, una actividad humana, y en tanto tal es uno de los
fenómenos culturales más importantes de nuestro tiempo. La ciencia, sin duda,
produce conocimiento. Pero, ¿qué tiene de particular este conocimiento, que
podemos llamar, "conocimiento científico"? En principio, este conocimiento es
diferente al saber del sentido común. Lo que sabemos por sentido común suele
provenir de nuestra experiencia cotidiana, en cambio, el conocimiento científico
es un saber sistematizado, un saber que surge a partir de lo que se conoce
como investigación científica.
El conocimiento científico tiene como particularidad el ser controlable
intersubjetivamente, el tener amplio alcance y permitir hacer predicciones. La
investigación científica tiene la pretensión de describir y/o explicar los hechos
que ocurren en el mundo. Es decir, la ciencia no se limita a indicar que ciertas
cosas ocurren de tal o cual manera, sino que la ciencia pretende dar cuenta de
por qué ocurren y cómo ocurren ciertos fenómenos. Sin embargo, no alcanza
con decir que la explicación científica es dar cuenta de cómo ocurren los
fenómenos que la ciencia quiere explicar. Los filósofos de la ciencia siguen
intentando comprender la complejidad de aquello que se conoce como
"explicación científica". Nosotros no ahondaremos en este tema pero nos
quedaremos con esta idea general: la ciencia pretende explicar fenómenos.
Ahora bien, para poder dar explicaciones científicas, los científicos utilizan
conceptos. Estos conceptos posibilitan articular el conocimiento. Los
conceptos son las unidades mínimas de significación. Estos conceptos se
incorporan en afirmaciones, es decir, son utilizados para decir que ciertas
cosas son de cierto modo. Las unidades aseverativas mínimas son las
denominadas proposiciones o enunciados. Y, en particular, los enunciados
científicos nunca aparecen descontextualizados del la teoría en la que se hace
tal o cual afirmación científica. Es decir, para producir lo que se conoce como
"saber científico" se introducen nuevos conceptos, se
formulan hipótesis y leyes y se construyen teorías. Veamos, muy a vuelo de
pájaro, a qué denominamos teoría, ley científica e hipótesis científica.

Teoría
Podríamos decir que una teoría determina una clase de modelos para dar
cuenta de ciertos datos, fenómenos o experiencias correspondientes a
determinado ámbito de la realidad. No es sencillo definir qué es un modelo, ya
que los hay de muchos tipos, pero podríamos acordar en que un modelo en
ciencia es una representación de aquello que se pretende estudiar. Los
modelos son provisorios, se completarán, modificarán, cambiarán su ámbito de
validez o directamente se descartarán a medida que se acumulen evidencias
dentro de la comunidad científica que los sostiene y utiliza.
La teoría define los modelos con la pretensión de que representan
adecuadamente los fenómenos. Se postulan teorías, que definen modelos
cuando la comunidad científica considera que dicha teoría representa
adecuadamente “la realidad”. Pero atención, la teoría no dice “la verdad” sobre
la realidad, solo la describe lo suficientemente bien, hasta que una nueva teoría
lo haga mejor.
Cada disciplina científica decide qué y cómo preguntar sobre “el trozo de
realidad” que estudia. Así, el conocimiento se va construyendo con la
propuesta de modelos que intentan explicar ese “trozo de realidad”. Para
formular estos modelos muchas veces se suele recurrir al planteo de teorías
con sus correspondientes leyes.

Leyes e Hipótesis
Las leyes científicas hacen referencia a regularidades, es decir a fenómenos
que regularmente ocurren y que son, por supuesto, de interés científico. Estas
leyes describen cómo un modelo dice que se comporta una porción del mundo
estudiada.
Las hipótesis son un tipo muy especial de enunciados, se llama hipótesis
científica cualquier afirmación, ya sea simple o compleja, singular o general,
que sea susceptible de ser sometida a contrastación, prueba o examen. Por
ello enunciar bien una hipótesis es una gran guía heurística para el trabajo
científico.
Así es como la teoría dice cómo es “el mundo”, esos “trozos del mundo” de los
que quiere dar cuenta en su ámbito de aplicación específico.

La Física es una disciplina compleja y extensa. En esta cursada veremos


algunos fenómenos particulares, de interés para las ciencias biológicas en
general pero, de particular interés para las carreras que cursan. Estos
fenómenos pueden comprenderse en el marco de teorías particulares de la
Física. Cada una con su correspondiente ámbito de validez.
En el siguiente video vemos un "pantallazo" sobre cuáles son áreas de estudio
de la Física y cuáles son las teorías de la Física que se incluyen en estas áreas.
Video: https://www.youtube.com/watch?v=ZihywtixUYo
En este esquema se evidencia el ámbito de validez de las principales teorías
de la Física. Así, los fenómenos que ocurren a bajas velocidades y se producen
en objetos macroscópicos son estudiados por la Mecánica Clásica. En cambio,
fenómenos que también ocurren a bajas velocidades pero se dan en objetos
cuyos tamaños rondan los 10-9 m (o menos) suelen ser aplicaciones de
la Mecánica Cuántica. En breve veremos algunas diferencias centrales entre
ambas teorías.
Como señalamos en la presentación, esta asignatura es una Física diseñada
para las ciencias biológicas (en nuestro caso Bioquímica, Farmacia y Ciencia
y Tecnología de los Alimentos).
¿Por qué sería relevante la Física en las Biociencias?
La Física estudia los fenómenos de la naturaleza y las leyes que los rigen. En
palabras de Stephen Hawking su objetivo es "explicar de qué está hecho el
Universo y cómo funciona”. Son muchas las disciplinas que requieren de los
conocimientos particulares de la Física. Más aún de una Física en constante
transformación, que progresa por ser ella misma una disciplina científica. Ya
desde los años ´90, Harold Varmus, el entonces director del National Institute
of Health, planteaba que “La biología se está convirtiendo rápidamente en una
ciencia que demanda un análisis matemático y físico más intenso del que los
biólogos estaban acostumbrados y dicho análisis será necesario para
comprender cómo funcionan las células”. Pero este planteo no era novedoso.
Físicos de renombre como Max Delbrück y Erwin Schrödinger ya habían
reconocido la relevancia de las relaciones que pueden establecerse entre la
física y la biología moderna.
En efecto, la Física introduce conceptos esenciales para el desarrollo de otras
disciplinas del campo de las Ciencias Naturales, como son la Química o la
Biología. Por ejemplo, la Química se apoya en la Física para explicar
fenómenos químicos que van desde la naturaleza de los enlaces y el
comportamiento de los gases hasta principios de electroquímica y
termodinámica. Por su parte, la Biología se apoya en la Física para explicar
una variedad de fenómenos biológicos tales como el mantenimiento del
potencial de membrana celular, el desarrollo del potencial de acción, la
contracción muscular o el flujo sanguíneo.
Introducción a la Física
de Partículas

Es probable que se pregunten qué es la Física de Partículas, por qué estudiarla


y qué utilidad tiene en el ámbito de las ciencias de la salud. Seguramente
también asocien esta disciplina exclusivamente con la física como ciencia
exacta. Sin embargo, vale señalar que muchas herramientas de investigación
y diagnóstico que usarán en su vida profesional utilizan principios de la Física
de Partículas para su funcionamiento. Por ejemplo, en el ámbito de la medicina,
se utilizan aceleradores de partículas para la formación de imágenes con
propósitos diagnósticos y para terapia, en el caso de la oncología. También se
utilizan radiofármacos, que son de fármacos marcados con algún isótopo
radiactivo. A su vez, los rayos gamma, emitidos en el proceso de
desintegración gamma, se emplean en esterilización e incluso con fines
diagnósticos y terapéuticos.
La Física de Partículas no solo nos proporciona un conocimiento más profundo
de la naturaleza, sino que también acaba permeando a la sociedad y se
incorpora a nuestra vida cotidiana. Nosotros, como profesionales de la salud,
no podemos permanecer ajenos a la ciencia y todo lo que trae consigo. No
podemos ignorar la importancia de la física como valor científico, cultural y
social, como una forma de acercamiento al conocimiento de la naturaleza y, a
la vez, como generadora de nuevas tecnologías.
Es así como les damos la bienvenida a la Física de Partículas. ¡Comencemos
el recorrido!

En la física de partículas, se considera que la materia es el conjunto de todas


las partículas existentes y que la antimateria es una forma de materia menos
frecuente formada por antipartículas.
Si una partícula entra en contacto con su antipartícula se da
una aniquilación mutua. Esto no significa su destrucción, sino una
transformación que da lugar a la formación de otras partículas de materia o de
intercambio. Iremos viendo a lo largo de la asignatura todos estos conceptos.
Se suele utilizar una barra horizontal sobre el símbolo que caracteriza a la
antipartícula para diferenciarla de las partículas.
¿Cómo surge el estudio de la antimateria? Paul Dirac, en 1928 planteó una
ecuación que podría describir el comportamiento de un electrón moviéndose a
muy altas velocidades. Esta ecuación (por la que ganó el Premio Nobel en
1933 junto a Erwin Schrödinger) presentaba dos soluciones posibles, una para
un electrón con energía positiva y otra para un electrón con energía negativa.
Pensar en energías negativas era incompatible con la física clásica. Con estos
resultados, Dirac planteó que existirían electrón y positrón, partículas idénticas
pero con diferente carga. Así para cada partícula debería existir su
correspondiente antipartícula.

Paul Dirac (Imagen tomada de Wikipedia)

Algunos años después, en 1932, Carl Anderson, realizando experimentos para


estudiar las partículas cósmicas halló rastros de "algo con carga positiva, y la
misma masa que el electrón". Había detectado a los antielectrones, a los que
nombró positrones. Anderson publicó sus resultados bajo el título The apparent
existence of easily deflectable positives (1932).
La mayor parte de las partículas de la naturaleza tienen su correspondiente
antipartícula con igual masa y espín pero diferente carga eléctrica. Por otro
lado, ciertas partículas son idénticas a su antipartícula, como el fotón, que no
tiene carga (¡pero no todas las partículas con carga neutra son idénticas a su
antipartícula!).
Hoy se plantea que el Big Bang habría creado iguales cantidades de materia y
antimateria, pero sigue siendo un misterio por qué hay más materia en el
universo que antimateria.
No es objetivo de esta asignatura conocer detalles de estas teorías físicas,
pero dado que en muchos momentos hablaremos de antipartículas,
especialmente cuando veamos fenómenos radiactivos es importante que
tengan alguna noción sobre estos conceptos.
Para ampliar (optativo, en inglés): Conferencia Nobel de Dirac.

Masa, spin, carga y color, son propiedades de las partículas cuánticas que
iremos comprendiendo a medida que avancemos en los temas. Dejamos acá
algunas características que es necesario tener presente para avanzar en este
libro:

 Cuando se trata de partículas cuánticas se suele expresar la masa de éstas


en unidades de electronvoltios. Si bien no analizaremos en este curso
Teoría de la Relatividad, es en el marco de esta teoría que se plantea la
relación E = m·c² (equivalencia masa-energía). Esto da lugar a una unidad
de masa correspondiente al eV (despejando m de la ecuación) que se
denomina eV/c².
 El spin es uno de los números cuánticos que permiten caracterizar
completamente el estado cuántico de una partícula. Podemos decir que el
spin es una medida de lo que se denomina momento angular intrínseco de
una partícula, pero no hay que confundir este parámetro con algún tipo de
movimiento espacial. El spin puede tomar valores enteros o semi-
enteros (0,1,2,...o 1/2,3/2,...), en unidades de la constante de Planck
(¡veremos mucho sobre esta constante en próximos Talleres!). Según el
spin que tenga una partícula será su comportamiento. Por ejemplo, con
respecto a lo que se conoce como Principio de exclusión de Pauli, se da
que las partículas con spin semientero lo cumplen, mientras que las de spin
entero no. En realidad en el mundo, la cuestión es inversa al modo en que
usualmente hablamos sobre fenómenos que cumplen o no leyes o principios
de la ciencia. En este caso, si una partícula no puede tomar el estado
cuántico de otra se dice que tiene spin semientero y a eso se lo denomina
"cumplir" el principio de exclusión y para aquellas partículas que tengan
como particularidad el poder estar varias en un mismo estado cuántico se
dirá que "no cumplen" dicho principio. Por supuesto el comportamiento
según el tipo de spin que tiene una partícula es más complejo, pero por
ahora tomaremos estas ideas y las profundizaremos a medida que avanza
la asignatura. La existencia de esta propiedad se infiere a partir de cómo
responden las partículas cuánticas a determinadas condiciones
experimentales (tales como el experimento de Stern–Gerlach) en el que si
estas partículas son sometidas a un campo magnético tienen una
desviación dicotómica y no continua, como resultaría para una partícula
clásica.
 La carga eléctrica es una propiedad relacionada de las partículas que se
relaciona con el modo en que estas interactúan electromagnéticamente.
 Se habla de carga de color cuando se hace referencia a una propiedad de
determinadas partículas para interaccionar mediante lo que se denomina
interacción o fuerza fuerte (veremos esto en breve). La carga de color no
tiene que ver nada con los colores visibles usuales, sino que simplemente
son una forma de llamar y diferenciar los diferentes tipos de una magnitud
física asociada a los quarks.

Como primer paso para abordar esta asignatura veremos una Introducción a lo
que se conoce como Modelo Estándar de la Física de Partículas.
Esta teoría se ocupa de dar cuenta de cuáles son los constituyentes
fundamentales del Universo. A estos constituyentes fundamentales se los
conoce como partículas elementales y a la interacción que se da entre ellas se
las llama fuerzas. Los descubrimientos y las teorías formuladas desde los años
´30 en adelante han permitido tener una visión profunda de la estructura de la
materia. El Modelo Estándar fue desarrollado en los años ´70 y desde ese
entonces pudo dar cuenta de una importante cantidad de datos
experimentales, pero además ha permitido predecir una variedad amplia de
fenómenos.
Este modelo ofrece un cuadro bastante unificado de las interacciones entre lo
que llama partículas elementales y presenta a las fuerzas entre éstas como el
intercambio de otras partículas.
Hay dos grandes grupos de partículas que principalmente difieren en su spin y
por lo tanto en su comportamiento: fermiones y bosones.
Los fermiones presentan spin semientero y se comportan según el principio de
exclusión de Pauli. Cada fermión tiene una antipartícula correspondiente. Los
fermiones se pueden clasificar en fundamentales y compuestos.
Los bosones tienen spin cero o entero y no obedecen el principio de exclusión
de Pauli. Los bosones también pueden clasificarse en fundamentales y
compuestos.
Les proponemos, como primer paso para comprender el alcance el Modelo
Estandar, ver el siguiente video realizado por el FERMILAB (America's particle
physics and accelerator laboratory). Luego recapitularemos lo presentado en
este video. No vamos a trabajar en esta asignatura detalles profundos de la
Física de Partículas, pero creemos que es central que conozcan cuáles son,
según la Física contemporánea los constituyentes del Universo.
Video: https://www.youtube.com/watch?v=I3jtzXr69GY&ab_channel=Krizalid
Partículas Fundamentales de la Materia
Según se explica claramente en la web del CERN (European Organization for
Nuclear Research), toda la materia que nos rodea está compuesta en última
instancia de las mismas partículas fundamentales, los fermiones
fundamentales que pueden ser de dos tipos: quarks o leptones.
A su vez, en cada uno de estos tipos hay 6 subtipos que se organizan en lo
que los físicos que las han estudiado y descubierto llaman pares o
generaciones. Las más livianas y más estables conforman la primer
generación, mientras que las más pesadas y menos estables son parte de la
segunda y tercera generación. Así, toda la materia del universo está
compuesta de partículas de la primera generación, ya que las partículas más
pesadas decaen hacia las de un nivel más estable.
1- Quarks
Estas partículas reciben diferentes nombres según su
subtipo. UP y DOWN son los quark de primera generación. El resto se
denominan CHARM y STRANGE, y TOP y BOTTOM. Estos seis subtipos se
denominan sabores.
Lo característico de los quarks es que presentan, además de masa, spin y
carga eléctrica, una propiedad denominada color o carga de color. Cada sabor
de quark se puede presentar en tres colores posibles (rojo, verde o azul), que
se intercambian continuamente.
Por supuesto la propiedad de carga de color no hace referencia a la escala de
colores conocida por todos (que se relaciona con la absorción de luz visible)
sino a cómo interaccionan. A la fecha, no se han encontrado partículas con
carga color aisladas. Los quarks se encuentran confinados en grupos con otros
quarks con distinta carga color, formando partículas compuestas sin carga
color neta.
Vale aclarar que las correspondientes antipartículas también tienen carga
color. Los antiquarks pueden tener tres anticolores posibles (a veces
representados como antirrojo, antiverde, antiazul, o como cian, magenta y
amarillo).

2- Leptones
Los leptones también se organizan en generaciones:
el ELECTRÓN y ELECTRÓN-NEUTRINO, el MUÓN y el MUÓN-
NEUTRINO, y el TAU y el TAU-NEUTRINO. El electrón, el muón y el tau
tienen carga eléctrica y masa considerable, mientras que los neutrinos son
neutros y su masa es muy baja.
Los leptones carecen de carga color.
.

Fuerzas Fundamentales y Partículas Fundamentales Portadoras de Fuerzas


.

Según el Modelo Estándar, existen cuatro fuerzas fundamentales en el


Universo: la fuerza fuerte, la fuerza débil, la fuerza electromagnética y la fuerza
gravitacional.
La fuerza gravitacional es la más débil de todas las fuerzas y presenta rango
infinito. Otra fuerza con alcance infinito es la fuerza electromagnética, pero esta
fuerza es mucho más intensa que la gravitacional. Las fuerzas fuerte y débil
solo actúan a cortas distancias, es decir, no presentan alcance infinito. La
fuerza fuerte es la más fuerte de todas estas fuerzas.
Los bosones son los mediadores de fuerza, es decir, son las partículas
responsables de que estas fuerzas tengan lugar en el Universo (ya que el
Modelo Estándar plantea que las fuerzas no son otra cosa que un intercambio
de bosones entre fermiones). El modelo de intercambio de partículas plantea
que la fuerza es la expresión empírica de un intercambio de bosones en tanto
paquetes discretos de energía. Con cada fuerza fundamental evidenciada en
la naturaleza se corresponde por supuesto un tipo de bosón fundamental:
- Los FOTONES son las partículas de intercambio responsables de la fuerza
electromagnética. Así, dos partículas cargadas interactúan por intercambio de
fotones. Los fotones son los portadores de todas las formas de radiación
electromagnética, incluyendo los rayos gamma, los rayos X, la luz ultravioleta, la luz
visible (espectro electromagnético), la luz infrarroja, las microondas y las ondas de
radio.
- Los GLUONES son las partículas de intercambio responsables de la fuerza
fuerte, que mantiene unidos a los quarks formando partículas compuestas sin
carga color (como los protones y los neutrones, por ejemplo). El intercambio
de un gluón entre dos quarks (o dos antiquarks) genera un cambio de color
entre dichos quarks (o antiquarks). Este intercambio continuo de color mediado
por gluones es el mecanismo que subyace a la fuerza fuerte.
- Los BOSONES W y Z son las partículas de intercambio responsables de la
fuerza débil. La interacción débil está involucrada en la transmutación de
quarks (cambio de sabor). Así, esta interacción está involucrada en muchos
decaimientos de partículas nucleares, que implican el cambio de sabor de un
quark en otro. Como veremos cuando abordemos decaimiento radiactivo, el
decaimiento beta se explica por interacción débil.
La fuerza gravitacional según esta teoría debería tener un bosón
correspondiente. A esta partícula se la ha llamado GRAVITÓN en forma
teórica ya que nunca fue detectada. El fenómeno gravitatorio no puede ser,
hasta hoy, explicado por la Teoría Estándar y no se incluye dentro de la misma,
al menos hasta que el gravitón sea detectado. Pero deben haber oído hablar
sobre las "ondas gravitacionales" por estos días...
En la siguiente figura se resume lo descripto hasta aquí.

Partículas Compuestas
Como adelantamos en el capítulo anterior, los quarks, en tanto partículas
fundamentales, pueden interactuar para combinarse y formar partículas
compuestas sin carga de color. A estas partículas compuestas se las
denomina Hadrones. Es la fuerza fuerte la que mantiene unidos a los diferentes
quarks que conforman un hadrón.
Los Hadrones se subdividen en dos tipos: Bariones (formados por 3 quarks)
y Mesones (formados por un quark y un antiquark). Protones y neutrones, son
ejemplos de bariones, mientras que los piones, son ejemplos de mesones.
Por otro lado, según el spin que presente cada partícula se da la clasificación
que presentamos al comienzo. Así los bariones (que tienen spin semientero)
son fermiones compuestos, mientras que los mesones (que tienen spin entero)
son bosones compuestos.
Discutamos con mayor detalle ejemplos de estas partículas compuestas a la
luz del modelo estándar. Como vimos antes, protones y neutrones son
fermiones compuestos, es decir, partículas de materia compuestas. A
continuación se detallan sus principales características:
Resta finalmente hacer un breve comentario acerca de qué son los piones. Los
piones tienen spin entero, de modo que se comportan como bosones
compuestos. De hecho, son partículas intercambiadores de fuerza
(compuestas, porque están formadas por un quark y un antiquark, a diferencia
de las partículas de fuerza fundamentales que discutimos antes). Los piones
son las partículas de intercambio responsable de un tipo de fuerza que hasta
ahora no discutimos, la Fuerza Fuerte Residual, que es la responsable de
mantener unidos a los protones y neutrones en el núcleo atómico. Protones y
neutrones intercambian piones y, en este proceso, un protón se transforma en
un neutrón y viceversa (razón por la cual se habla de nucleones "al estado
protón" o "al estado neutrón").

Aprovechá para mirar estas diapositivas a modo de integración, relectura,


repaso o ampliación de algunos temas.
Diapositivas: https://docs.google.com/presentation/d/1GPp6nuIe1yJnTdM-
ExDeb2recWleFsg2QeZr4NMTllo/edit

Sears & Zemansky, Fisica Universitaria. 13ª Edición


Mecánica Clásica vs.
Mecánica Cuántica

En este libro abordaremos aspectos centrales y diferenciales de dos teorías


sumamente importantes para la física que cubren casi todos los fenómenos
que estudiaremos en esta asignatura: la Mecánica Clásica y la Mecánica
Cuántica.

Video: https://www.loom.com/share/eec04b18a4d440c288f4ff8df4de5bf2
(Explicación Karina Alleva)

La Mecánica Clásica puede estudiar partículas y ondas como fenómenos


diferentes. Para esta teoría, las partículas son objetos con masa (considerados
puntuales), los clásicos sistemas que pueden ser analizados utilizando las
leyes de Newton. Las ondas son propagaciones de alguna perturbación en el
espacio, sufren los fenómenos conocidos como difracción e interferencia. Por
ejemplo, la caída de una bola se estudia bajo un modelo de partícula mientras
que el sonido se estudia bajo el modelo ondulatorio. Fue el comportamiento de
la luz el fenómeno que puso en crisis la separación conceptual entre partículas
y ondas.
Sumado al problema de la comprensión última de la naturaleza de la luz,
algunos eventos clave para el desarrollo de la Física que se dieron hacia finales
del 1800, permitieron empezar a pensar en una nueva teoría que describiera
fenómenos no explicados por la Mecánica Clásica. Para entender el contexto
histórico, recordemos que es en 1897 que se descubre el electrón y que por
esa época también hubo grandes avances en la comprensión de los
fenómenos radiactivos, estudios que llevaron a analizar en detalle la estructura
última de la materia.
Si bien el cambio de una teoría a otra es un evento complejo que debe ser
analizado desde la historia de la ciencia y la filosofía de la ciencia,
presentaremos y estudiaremos fenómenos que la Física Clásica no podía
explicar satisfactoriamente y se consideran hoy como eventos clave en el
nacimiento de la Mecánica Cuántica (la radiación del cuerpo negro, los
espectros de emisión de gases y el efecto fotoeléctrico) y analizaremos los
principales aspectos de esta compleja teoría. Y finalmente veremos que para
esta teoría todos los objetos tiene propiedades de partícula y de onda a la vez.

La Mecánica Cuántica es una teoría que comienza a desarrollarse a principios


del siglo XX, casi al mismo tiempo que ocurre el desarrollo de la Teoría de la
Relatividad. Sin embargo los resultados que consolidan a esta teoría ocurren
principalmente a partir de 1920.
Analicemos esta cita de Jenann Ismael ("Quantum Mechanics", The Stanford
Encyclopedia of Philosophy, 2015):
“Matemáticamente, la teoría se entiende bien; sabemos cuáles
son sus partes, cómo se combinan, y por qué, en el sentido
mecánico (es decir, en un sentido que se puede responder con
la descripción del funcionamiento interno de engranajes contra
engranajes), todo se lleva a cabo de la manera que lo hace,
cómo la información que alimenta al sistema por un extremo se
convierte en lo que sale por el otro. La cuestión de qué clase
de mundo es el que describe, sin embargo, es controvertida; hay
muy poco acuerdo, entre físicos y filósofos, sobre cómo es el
mundo de acuerdo con la mecánica cuántica. Mínimamente
interpretada, la teoría describe un conjunto de hechos acerca
de la forma en que el mundo microscópico incide en el
macroscópico, cómo afecta a nuestros instrumentos de medición,
que se describen en el lenguaje corriente o en el idioma de la
mecánica clásica. El desacuerdo se centra en cómo es, o podría
ser, intrínsecamente ese mundo microscópico que afecta a
nuestros aparatos en la forma prescrita; o cómo esos aparatos
podrían ellos mismos ser construidos a partir de partes
microscópicas de la clase que la teoría describe.”

En esta cita puede verse en forma clara el aspecto más áspero de la Mecánica
Cuántica. A diferencia de la Mecánica Clásica, en la que el mundo que esta
teoría pretendía describir era comprensible ya que coincide con nuestra
percepción cotidiana en líneas generales, la Mecánica Cuántica presenta
controversias en este aspecto. Por un lado, diferentes físicos hacen diferentes
interpretaciones de algunos resultados de la aplicación de esta teoría, y por
otro, estas interpretaciones no suelen ser intuitivas.
Aceptar que no todo lo que analicemos puede ser compatible con nuestra
experiencia cotidiana con el mundo debe ser el primer paso para adentrarnos
en el estudio de algunos resultados predichos por la Mecánica Cuántica.
En esta asignatura trabajaremos una Introducción a la Mecánica Cuántica, no
abordaremos la teoría en todos sus aspectos, sino que nos centraremos en
aquellas partes de la teoría que son necesarias para el desarrollo de la Química
y la Biología contemporáneas.

El comienzo de la Mecánica Cuántica surge en el intento de explicar resultados


experimentales que parecían ser incompatibles con la Mecánica Clásica.
Ninguno de los físicos señalados como los padres de la Mecánica Cuántica
pretendieron en una primera instancia reemplazar a la física clásica por otra
teoría, de hecho resistieron bastante esta cuestión.
Al respecto, uno de los físicos responsables del desarrollo de la
Cuántica, Richard Feynman, dice lo siguiente en su libro Seis piezas fáciles. La
física explicada por un genio:
“Entonces, también se encontró que las reglas para el movimiento de las partículas
eran incorrectas. Las reglas mecánicas de la “inercia” y las “fuerzas” eran
incorrectas (las leyes de Newton eran incorrectas) en el mundo de los átomos. De
hecho, se descubrió que las cosas a pequeña escala no se comportan como las cosas a
gran escala. Esto es difícil, ya que el modo en que las cosas se comportan a pequeña
escala es muy “antinatural”; no tenemos experiencia directa con esto. Aquí las cosas
se comportan como nada que sepamos, por lo que es imposible describir su
comportamientos de un modo que no sea analítico. Eso es difícil y requiere mucha
imaginación”

Presentaremos entonces, como dijimos anteriormente, algunos fenómenos


que la Mecánica Clásica no pudo explicar y que dieron lugar al desarrollo de la
Mecánica Cuántica:
 la radiación del cuerpo negro
 el efecto fotoeléctrico
 los espectros de líneas de los gases
 las propiedades ondulatorias de algunas partículas

Aclaración: estos temas también serán abordados en diferentes momentos a lo largo de


la cursada, durante este Bloque solo discutiremos el problema que estos fenómenos
presentaban para la Mecánica Clásica de modo tal que podamos entender las bases
conceptuales de esta teoría.
La Radiación del cuerpo negro (y la Constante de Planck)
La materia caliente en estado condensado (sólido o líquido) emite radiación de
diferentes energías en forma continua. Una superficie que sea capaz de
absorber energía de todas las longitudes de onda posibles de la radiación
electromagnética se asume que es también un muy buen emisor de cualquier
energía posible. A este tipo de superficie ideal se la llama cuerpo negro.
Hacia 1900, este tipo de radiación era conocida y muy bien caracterizada:
 Se conocía que la intensidad total emitida por un radiador ideal (o cuerpo
negro) era proporcional a la cuarta potencia de la temperatura absoluta:

 𝐸 = 𝜎. 𝑇𝑒4 , Ley de Stefan-Boltzmann, donde Te es la temperatura


absoluta de la superficie y σ la constante de Stefan-Boltzmann
 Se conocía que esta intensidad no era uniforme para todas las frecuencias
y, además, que el espectro de intensidad irradiada para diferentes
frecuencias cambia con la temperatura: a mayores temperaturas la energía
total irradiada es mayor, pero el pico máximo se mueve hacia frecuencias
mayores -o longitudes de onda (λ) menores-, siendo el producto de λ
máximo por la temperatura constante (Ley de Desplazamiento de Wein)

Imagen tomada de Hyperphysics


Los resultados anteriores eran empíricos, y no fue posible explicarlos desde
primeros principios (al menos con los principios de la Mecánica Clásica). No
vamos a analizar cada uno de los intentos de explicación que se realizaron
desde la Mecánica Clásica, pero sí es importante considerar que los resultados
obtenidos por análisis teóricos sólo concuerdan bastante bien con los
resultados experimentales a longitudes de onda grandes. Según la Mecánica
Clásica la cantidad de radiación emitida sería proporcional a los modos de
radiar (osciladores) y todos los modos de radiar deberían tener igual
probabilidad de ocurrir, así el número de modos de radiación sería proporcional
al cuadrado de la frecuencia.
La curva empírica demuestra que a longitudes de onda pequeñas la intensidad
tiende a cero, mientras que desde la Mecánica Clásica se predecían valores
que tendían a infinito, resultado que se conoció como “catástrofe ultravioleta”.

Fue Max Planck quien dedujo una función empírica, esto es que no se
desprende desde primeros principios, hoy denominada Ley de la Radiación de
Planck, que concordaba muy bien con los resultados experimentales.
Para llegar a esta ecuación que se ajusta bien a los datos experimentales,
Planck tuvo que hacer una suposición: planteó la existencia de osciladores en
la superficie del cuerpo negro, asociados a las cargas de las moléculas. Y
luego, asumió que:
i- La energía de los osciladores está cuantizada, es decir que los
osciladores del cuerpo negro que vibran a una frecuencia dada, sólo podían
tener cierto valores de energía: E= nhv (n, número entero positivo llamado
número cuántico, v frecuencia de oscilación y h constante de Planck).
ii- Los osciladores emiten o absorben energía en cantidades discretas y lo
hacen solo cuando cambian su estado cuántico.

La visión clásica asume que todos los modos de oscilar en el cuerpo negro son
igualmente probables, ya que se podría, según la mecánica clásica, ir
agregando cantidades infinitesimales de energía a cualquiera de estos
osciladores y estos seguirían emitiendo. Sin embargo, según la hipótesis de
Planck no se puede agregar energía de a cantidades infinitesimales, sino que
se agrega de a paquetes o cuantos discretos cuya magnitud resulta
proporcional a la frecuencia. Así, a frecuencias muy altas, habría menos modos
posibles, con lo cual estas emisiones son menos probables. De este modo se
explica que la intensidad irradiada a frecuencias altas sea menor bajo la
hipótesis de Planck que según las predicciones de la mecánica clásica.

De aquí surge lo que hoy es la famosa Hipótesis de Planck, el planteo de que


la energía radiante solo existe en pequeños paquetes discretos (cuantos) que
son proporcionales a la frecuencia de la radiación (la frecuencia puede
encontrarse en algunos libros como v y en otros como f).
𝐸 = ℎ𝑓,
y su expresión derivada:
ℎ𝑐
𝐸= ,
𝜆
Estos son los valores de la constante de Planck en diferentes sistemas de
unidades:
.
Valores de h Unidades

6.62606957(29) ×10 -34 J×s


4.13566733(10) × 10 -15 eV×s

6.62606896(33) × 10 -27 ergio×s


.
En aquellos fenómenos donde resulte más útil usar la frecuencia expresada en
términos de radianes por segundo, o lo que se conoce como frecuencia
angular, se incluye el factor 1/2π dentro de la constante de Planck. La
constante resultante se denomina Constante de Planck Reducida o Constante
de Dirac y se expresa como ħ :


ħ=
2𝜋

Atención:
Planck no fue quien encontró fundamentos teóricos en su planteo, sino que
sostuvo que lo hallado era un artilugio matemático.

El Efecto Fotoeléctrico
Este fenómeno es la emisión de electrones que ocurre cuando sobre un dado
material incide una radiación electromagnética.
El efecto fotoeléctrico fue descubierto y descripto por Heinrich Hertz en 1887,
y su explicación teórica fue realizada por Albert Einstein en 1905 en la
publicación titulada “Heurística de la generación y conversión de la luz”.
Hertz observó que había una corriente eléctrica que ocurría con facilidad entre
dos esferas cargadas eléctricamente si las superficies se iluminaban con
alguna luz determinada y no con cualquier tipo de luz. Es decir, que había
alguna barrera energética a superar para que ocurra la corriente. A su vez,
Wilhelm Hallwachs y Philipp Lenard estudiaron cómo variaba
esta fotocorriente en función del voltaje, la frecuencia y la intensidad de la luz.
Se planteó que la corriente generada por la luz se debía a que la energía de
esta luz "arrancaba electrones" del material iluminado.
Los resultados hallados en los experimentos mostraban que:

o los electrones se emitían inmediatamente
o el aumento de la intensidad de la luz provocaba un aumento en el
número de electrones, pero no de su energía cinética máxima
o la luz roja no lograba generar corriente, esto es arrancar electrones, no
importa cuán alta fuera su intensidad
o una luz muy poco intensa de luz violeta lograba arrancar electrones, que
si bien eran pocos, presentaban muy alta energía cinética

No nos detendremos mucho en los detalles de estos experimentos pero sí


enfatizaremos que la Mecánica Clásica no podía explicar estos resultados:
para esta teoría una luz más intensa debía tener más energía y por lo tanto
generar más corriente independientemente de su color (el cual se relaciona
con su frecuencia!).
En 1905, Albert Einstein desarrolló un análisis de estos experimentos
basándose en la hipótesis que 5 años antes Max Planck utilizó para encontrar
la ecuación que describiera los resultados experimentales de la radiación del
cuerpo negro. Einstein postuló que la luz estaría compuesta por paquetes
energéticos, llamados fotones. En palabras de Einstein:
"De hecho, ahora me parece que las observaciones de la 'radiación de cuerpo negro',
fotoluminiscencia, producción de rayos catódicos por luz ultravioleta y otros grupos
de fenómenos concernientes a la emisión y transformación de la luz aparecen más
comprensibles bajo el supuesto de que la energía de la luz está distribuida
discontinuamente. De acuerdo con el supuesto que contemplamos aquí, en la propagación
de un rayo de luz que sale de un punto la energía no está distribuida continuamente
en un espacio que se vuelve más y más grande, sino que ésta consiste en un número
finito de cuantos de energía localizados en puntos del espacio, los cuales se mueven
sin dividirse, y sólo pueden ser absorbidos o generados como un todo. (Einstein,
1905)"
El fotón sería la entidad que Planck llamó cuanto desde un planteo matemático
y teórico pero sin confiar en que algo así pudiera darse en la naturaleza. En
rigor, tampoco Einstein adoptó una mirada corpuscular de modo inmediato. La
hipótesis del cuanto de luz fue rechazada por la comunidad de físicos durante
casi dos décadas (Cassini y Levinas, 2008), ya que muchos veían un retorno
a la teoría corpuscular -ya teóricamente- superada y por otro lado, el propio
Einstein sostenía que su planteo de los cuantos de luz era incompleto para
explicar todos los fenómenos luminosos dado que no podía dar cuenta, por
ejemplo, de los fenómenos ópticos.
Como vemos, no es sencillo el cambio de una teoría por otra, y la Mecánica
Cuántica no fue la excepción.
Ahora bien, aceptando la explicación dada por Einstein para el efecto
fotoeléctrico, la energía de un fotón estaría dada entonces por:

𝐸 = ℎ𝑓
A su vez, y según la teoría de la relatividad (que no estudiaremos en este
curso), toda partícula con energía debe tener una cantidad de movimiento aún
cuando no tenga masa en reposo (caso de los fotones). Así la cantidad de
movimiento asociada a un fotón será E = pc , esto es p = E/c , siendo la
dirección del movimiento del fotón la dirección en que se mueve la onda
electromagnética.
Los espectros de líneas de los Gases
A comienzos del siglo XIX se probó que cada elemento en estado gaseoso
presenta un espectro de líneas característico. Y era relevante explicar por qué
se daba este fenómeno.

Las líneas espectrales fueron interpretadas como transiciones electrónicas


entre diferentes estados energéticos en el átomo. Pero esta interpretación
presentaba un problema a la física clásica ya que si en el átomo había
diferentes niveles energéticos en los que se encontraban los electrones, estos,
al estar girando alrededor del núcleo deberían irradiar energía (las cargas
aceleradas irradian energía electromagnética) y por lo tanto deberían perderla
quedando inestables hasta caer en forma de espiral al núcleo. Es decir, no hay
un modelo clásico que pudiera explicar la estabilidad de los electrones en
órbitas y dar cuenta de los espectros de líneas.
Fue el físico Niels Bohr, aprovechando el concepto de fotón y de niveles de
energía, hizo una propuesta explicativa novedosa hoy conocida como “el átomo
de Bohr”. Este modelo daba cuenta bastante bien de los resultados
experimentales. Bohr publica su propuesta en un trabajo llamado “Sobre la
constitución de los átomos y las moléculas” en el año 1913 y la introducción a este
trabajo comienza con la siguiente cita:
“El modo de considerar a un problema de este tipo ha, sin
embargo, sufrido alteraciones sustanciales en los años
recientes debido al desarrollo de la teoría de la radiación de
la energía, y la afirmación directa de los nuevos supuestos
introducidos en esta teoría, encontradas por experimentos sobre
fenómenos muy diferentes como el calor específico, el efecto
fotoeléctrico, los rayos Röntgen etc. El resultado de la
discusión de estas cuestiones parece ser un reconocimiento
general de la inadecuación de la electrodinámica clásica para
describir el comportamiento de los sistemas de tamaños
atómicos. Cualquiera sea la alteración en las leyes del
movimiento de los electrones, parece ser necesario introducir
en las leyes en cuestión una cantidad ajena a la electrodinámica
clásica, i.e. la constante de Planck, o como es frecuentemente
llamada, el cuanto elemental de acción.”
Desde el nuevo punto de vista se puede considerar que:

 El espectro de líneas de un elemento es el resultado de la emisión de


fotones con energía específica (esto es frecuencia determinada y color
determinado si se da la energía en el espectro visible)

 La emisión de este fotón se da cuando la energía interna del átomo cambia


una cantidad igual a la energía de ese fotón

 Si esto es así, cada átomo podría existir teniendo solo un conjunto definido
de valores de energía interna posibles, y estos niveles energéticos posibles
son propios de cada átomo

Así, según este nuevo modelo, cuando el átomo pasa de un nivel de energía a
otro, emite un fotón cuya energía es igual a la diferencia de energía de los
niveles energéticos inicial y final.
Dado que la energía de un fotón es 𝐸 = ℎ𝑣, la diferencia energética entre
el estado final y el inicial sería igual a 𝐸𝑓 − 𝐸𝑖 = ℎ𝑣

El átomo de Bohr
Bohr, al proponer un nuevo modelo de átomo postuló que en este modelo:
 El electrón se movería alrededor del núcleo en órbitas circulares sin emitir
radiación.
 Cada órbita estable tendría una energía definida
 Un átomo sólo irradiaría energía, en forma de fotón, cuando un electrón se
mueva de una órbita a otra
 El momento angular del electrón estaría cuantizado y sería múltiplo entero
de h/2π (no analizaremos de dónde surge este dato en detalle pero proviene
de relacionar la frecuencia angular de la luz emitida con la velocidad angular
del electrón), siendo L = mvr = nh/2π donde n puede ser 1, 2, 3, …
correspondiendo cada n a un valor de radio permitido (luego se llamaría a
este n, número cuántico principal).
Si bien este modelo se ajustaba bien a varios datos experimentales, seguía
presentando dificultades para explicarlos en forma completa, por ejemplo no
da cuenta de por qué ciertas líneas espectrales son más brillantes unas que
otras, y toma al electrón como teniendo posiciones y momento determinados
simultáneamente.
El desarrollo posterior de la teoría cuántica y los planteos de Schrödinger
permitieron refinar el modelo de átomo compatible con la teoría cuántica.

Una de las interpretaciones propuestas para los resultados de los experimentos


realizados con partículas pequeñas, es la conocida como Interpretación de
Copenhagen. Esta propuesta explicativa fue desarrollada durante los años 1925
a 1927 por Niels Bohr y otros físicos como Werner Heisenberg y Max Born. Y
si bien sigue siendo la más conocida, ha recibido objeciones varias y otras
interpretaciones han sido propuestas.
De acuerdo a esta propuesta interpretativa, los sistemas físicos no tienen
propiedades definidas antes de ser medidos, así la Mecánica Cuántica sólo
predice probabilidades de que una medición pueda producir un determinado
resultado. La medición misma afecta al sistema causando que el conjunto de
probabilidades se reduzca a uno de los tantos valores posibles. A esta
particularidad de la conoce como “colapso de la función de onda”.
En Mecánica Clásica se puede definir el estado de una partícula dando cuenta
del lugar en el que se encuentra y su estado de movimiento en cualquier
instante de tiempo. En cambio, en el estudio de las partículas pequeñas
(ámbito de validéz de la Mecánica Cuántica) esta descripción no es posible ya
que existen limitaciones fundamentales sobre la precisión con la que pueden
determinar velocidad y posición de cada partícula. Así, estos aspectos se
estudian en términos de probabilidades.
Así el llamado Principio de Incertidumbre de Heisenberg señala que la posición
y momento de una partícula no pueden ser simultáneamente medidas con
precisión, hay un mínimo para el producto de las incertezas de estos
parámetros. Lo mismo ocurre para el producto de las incertezas en energía y
tiempo.
Estas indeterminaciones no están relacionadas con los instrumentos de
medición ni con la calidad de los experimentos, sino que proviene de las
propiedades inherentes a la materia según el modo de describir la naturaleza
que tiene la Mecánica Cuántica. Se dice que existe una incertidumbre
fundamental tanto en la posición como en la cantidad de movimiento de una
partícula cuántica.

Una vez aceptada la propuesta cuántica, el modo de hablar de partículas en


esta teoría presenta puntos en común con el lenguaje de la mecánica
ondulatoria. Y así como para describir un movimiento ondulatorio clásico se
utiliza una función de onda, en este contexto se trabaja también con una
función de onda cuántica.
Veamos cómo plantea Schrödinger en su publicación de 1926 esta cuestión:
"La teoría que se reporta en las siguientes páginas está basada
en las muy interesantes y fundamentales investigaciones de L.
de Broglie sobre lo que él llama “ondas de fase” y cree
asociadas con el movimiento de puntos materiales, especialmente
con el movimiento de un electrón o un protón. El punto de vista
tomado aquí, que fue primero publicado en una serie de papers
Alemanes, es que los puntos materiales consisten de, o son nada
más que, sistemas ondulatorios. Esta concepción extrema puede
ser errónea, de hecho no se ofrece aún la mínima explicación
de por qué solo estos sistemas ondulatorios parecen realizarse
en la naturaleza como correspondientes a puntos másicos de masa
y carga definida. Por otra parte, el punto de vista opuesto,
que niega tanto el descubrimiento de ondas de L. de Broglie y
trata solo el movimiento de puntos materiales, ha llevado a tan
graves dificultades en la teoría de la mecánica atómica -y esto
después de un siglo de desarrollo y refinamiento- que parece
no solo no ser peligroso, sino más bien deseable, por un tiempo
al menos, permitir una tensión exagerada a su contraparte. Al
hacer esto, debemos por supuesto reconocer que una correlación
rigurosa de todas las características de los fenómenos física
puedan probablemente ser abordados sólo por una unión armónica
de estos dos extremos”
Cada partícula está representada en la mecánica cuántica por una función de
onda Ψ (posición y tiempo), siendo Ψ*Ψ una medida de la probabilidad de
encontrar a la partícula en una dada posición en un determinado tiempo.
La función de onda es continua, y representa toda la información medible de la
partícula. Esta función de onda es parte de la Ecuación de Schrödinger que
permite cálculos energéticos de la partícula.
La ecuación presentada por Schrödinger cumple, en la Mecánica Cuántica, el
lugar conceptual que cumplen las Leyes de Newton y el principio de
conservación de la energía en la Mecánica Clásica, esto es, predice el
comportamiento de un sistema cuántico. La comprensión de las propiedades
de un sistema cuántico se basa en las soluciones que se encuentren de esta
ecuación para cada sistema.
Atención! Debe tenerse presente que a diferencia de las ondas mecánicas o sonoras, la función de onda de una partícula no
describe una onda de este tipo, no se debe pensar en una onda material que se desplaza por algún medio.

Veamos uno de los casos más simples para representar. Supongamos una
partícula de masa m que se mueve en una dimensión solamente (paralela al
eje x) en presencia de una fuerza conservativa que tiene solo componente en
el eje x dándose así la energía potencial U(x).
Para este caso, la ecuación de Schrodinger toma la siguiente forma:

No entraremos en detalle de las múltiples formulaciones posibles si la situación


es más compleja o si hay variaciones en varios ejes espaciales o en el tiempo.
Sí es importante saber que las soluciones a esta ecuación pueden describir el
comportamiento de una partícula cuántica en forma completa.
Ahora bien, una cosa es encontrar soluciones y datos energéticos sobre una
partícula cuántica a partir de hallar soluciones a esta ecuación y otra es ofrecer
desde los parámetros de la ecuación misma una interpretación que explique
cómo se comporta la partícula. En este aspecto, la ecuación presenta
diferentes interpretaciones posibles.
Max Born le dio a la función de onda una interpretación diferente de la que De
Broglie y Schrödinger le habían dado. Para Born lo que se predice con esta
ecuación es la probabilidad de encontrar a la partícula en una zona dada del
espacio. Por esta interpretación probabilística de la Mecánica Cuántica, Born
recibió el premio Nobel en 1954. Durante la Conferencia Nobel, Born afirma:
"El trabajo en la escuela Göttingen, que dirigí en aquella época
(1926-I927), contribuyó a la solución de una crisis intelectual
en la había caído nuestra ciencia como resultado del
descubrimiento de Planck sobre el cuanto de acción en 1900".
La Conferencia Nobel de Max Born es una excelente síntesis de todo lo visto
hasta ahora. En uno de sus párrafos finales el físico dice:
"Para ir al último punto: podemos llamar a algo para lo cual
los conceptos de posición y movimiento no pueden serle asociados
del modo usual, una cosa o una partícula? Y si no podemos, cuál
es la realidad a describir para la cual se ha creado nuestra
teoría? La respuesta a esto ya no es la física, sino la
filosofía, y lidiar con esto profundamente significa ir más
allá de los límites de esta charla. He dado mis puntos de vista
sobre esto en otro sitio. Aquí solo diré que estoy enfáticamente
a favor de la retención de la idea de partícula."
Como vimos en para la Teoría Estándar, la idea de partícula es la que ha
sobrevivido hasta el día de hoy en la Física contemporánea.
Bonus Track: Si bien el siguiente video no tiene subtítulos en castellano es
bastante útil para ilustrar lo que estamos discutiendo. En cuanto tengamos los
subtítulos o algún video similar en español lo agregamos.
Video:
https://www.youtube.com/watch?v=YoQYnhHQ95U&ab_channel=AhmedSulei
man
La función de onda aplicada al átomo de Hidrógeno y los números cuánticos
Como paso final de este tema veremos que cuestiones propias de la química
tienen su fundamento físico. Los números cuánticos que caracterizan a los
elementos de la tabla periódica surgen al resolver la ecuación de Schrödinger
aplicando restricciones o condiciones de contorno adecuadas para cada
situación física. El caso de una partícula confinada en una caja tridimensional
puede ser usado para mostrar cómo surgen los números cuánticos para el
átomo de hidrógeno.
Recordemos que según el modelo de Bohr, en el átomo de hidrógeno había
electrones moviéndose en órbitas fijas circulares, como si fueran partículas
newtonianas pero con valores cuantizados de su momento angular. Sin
embargo, y más allá de su utilidad, el modelo de Bohr es un modelo que no se
puede generalizar a átomos con más de un electrón y que no predice bien las
propiedades magnéticas del átomo. Este modelo explica algunas cuestiones
de los espectros de líneas pero no todas! y además es un modelo con mezcla
conceptual de teorías desarrollado durante el proceso de gestación de la teoría
cuántica.
Si se consideran ciertas restricciones geométricas a la ecuación de
Schrödinger de modo tal que se pueda aplicar al átomo de hidrógeno, se
obtienen como soluciones los llamados “números cuánticos”. Para este caso
suelen tomarse coordenadas esféricas (r, θ y Ø) y así la ecuación se puede
resolver en forma exacta. La solución a la ecuación se obtendrá como producto
de tres funciones, una dependiente de solo una de las tres coordinadas y la
solución de cada una da lugar a los número cuánticos asociados con los niveles
de energía del átomo de hidrógeno.

Imagen tomada de Hyperphysics.com

Así R se asocia al número cuántico principal (n), Ө al número cuántico orbital (l)
y Φ al número cuántico magnético (m)
La idea de número cuántico puede ser definida como el conjunto de valores
numéricos que dan soluciones aceptables de la ecuación de Schrödinger para
el átomo de hidrógeno.
De acuerdo con el principio de exclusión de Pauli ningún par de elementos
pueden tener idéntico conjunto de números cuánticos, así el conjunto de los
números cuánticos limita el número de electrones que pueden ocupar un
estado determinado.
En la solución de la ecuación de Schrödinger para el átomo de hidrógeno
surgen tres números cuánticos (principal, orbital y magnético) por geometría
espacial y hay un cuarto número, agregado ad hoc, para el espín del electrón.

Imagen tomada de Hyperphysics.com

El modelo de átomo que surge a partir de planteo teórico de Schrödinger logra


mejores predicciones que el modelo de Bohr. Este modelo explica
adecuadamente las líneas de emisión espectrales y puede dar cuenta de las
alteraciones que sufren los niveles energéticos cuando existe un campo
magnético o un campo eléctrico (efecto Zeeman y efecto
Stark respectivamente).
El modelo con el que se trabaja actualmente responde a un modificaciones
presentadas por Dirac, donde se toma en cuenta la contribución del spín del
electrón.
Así, la Mecánica Cuántica deja un nuevo modelo de átomo, en la que no hay
lugares certeros donde se pueda encontrar un electrón. Este modelo plantea
la existencia de orbitales atómicos. Es decir, los estados físicos estacionarios que se
obtienen resolviendo la ecuación de Schrödinger independiente del tiempo no
representan la posición concreta de un electrón en un dado lugar del espacio, sino que
representan una región del espacio en torno al núcleo atómico en la que la probabilidad
de encontrar al electrón es elevada.
Densidad de probabilidad de ubicación de un electrón para los primeros niveles de energía.
Imagen tomada de Wikipedia.

Se observó que átomos o electrones que eran asumidos como partículas (esto
implica que son localizables en regiones concretas del espacio), podían exhibir,
en algunas condiciones experimentales, un comportamiento ondulatorio (esto
es que eran capaces de generar patrones interferencia).
Este fenómeno contrasta con los resultados del efecto fotoeléctrico que ofrece
una prueba bastante sólida de que la luz se comporta como compuesta por
partículas de energía determinada (E = hv). También era sabido que la luz
genera patrones de interferencia y se difracta.
De estos resultados complejos y aparentemente contradictorios surge lo que
se llamó dualidad onda-partícula.
Lo interesante es que no solo los fotones tienen este comportamiento
particular, esto es ser partículas capaces de generar patrones de difracción o
interferencia, sino que también otras partículas, tales como los electrones,
responden de este modo a los experimentos.
El experimento de la Doble Rendija (fenómeno de interferencia que será visto
en detalle más adelante) fue y es una demostración de que tanto la luz como
la materia pueden presentar características, clásicamente definidas, de ondas
y de partículas. Este experimento es clave para mostrar la naturaleza
probabilística de los fenómenos que explica la mecánica cuántica.
En 1924 Louis-Victor De Broglie, inspirado por el comportamiento dual onda-
partícula de la radiación, planteó la posibilidad de que la materia tuviera un
comportamiento semejante al de la luz. Esto es, que los objetos físicos que
consideramos como partículas (electrones, átomos, etc.) pudieran presentar
propiedades ondulatorias. Dicho de otro modo, dado que desde la mecánica
cuántica se postula que la luz está compuesta por fotones cuyo
comportamiento está determinado por propiedades de propagación de ondas
asociadas, De Broglie, analógicamente, analizó la posibilidad de que una
partícula cualquiera tuviera asociada una onda.
Si una partícula actúa como una onda, debe poder asociarse a esta partícula
una frecuencia y una longitud de onda determinada. De Broglie planteó
entonces que una partícula con masa en reposo m, moviéndose a velocidad v,
debe tener una longitud de onda asociada λ en relación a su cantidad de
movimiento p = mv.
De acuerdo con la ecuación de Einstein, la frecuencia de un fotón de energía
E es 𝑣 = 𝐸/ℎ y la longitud de onda se calcula como 𝜆 = 𝑉/𝑣
Para el caso en que la velocidad es c, 𝜆 = 𝑐/v = ℎ𝑐 /𝐸
Recordando que la cantidad de movimiento del fotón es p = E/c, tenemos que λ
= h/p=h/mv
En consecuencia, por analogía se puede formular el Postulado de Broglie:
La longitud de onda y la frecuencia de la onda asociada a una partícula de impulso p y energía
total E están dadas por:

𝜆 = ℎ/𝑝
𝜈 = 𝐸/ℎ

y el movimiento de la partícula está regido por la propagación de la onda


asociada.
La Mecánica Cuántica implica un cambio conceptual profundo sobre qué
entendemos por materia. En este marco teórico una partícula ya no está
definida por un punto geométrico localizado en el espacio. Para la Mecánica
Cuántica los aspectos de onda y de partícula de la materia no son
contradictorios.
Si el movimiento de la partícula se describe por medio de la onda asociada, la
posición de la partícula estará determinada por la onda. Así, la distribución
espacial de una partícula se define con una función llamada función de
onda (similar a la que se usa para ondas mecánicas!) y la probabilidad de
encontrar la partícula en un dado lugar está relacionada con la amplitud de la
onda en ese lugar.

Aprovechá para mirar estas diapositivas a modo de integración, relectura,


repaso o ampliación de algunos temas.

Diapositivas:
https://docs.google.com/presentation/d/1l1tgqfIjmqCqysJtbEirEkp42ql4eq_YQ
Zf4P8v4BJg/edit

Sears-Zemansky, Física-Universitaria,13ava-Edición, Pearson Ed.


Hyperphysics: http://hyperphysics.phy-astr.gsu.edu/hbasees/hframe.html

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