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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Estrategias para el abordaje de la dimensión espiritual desde la psicología


clínica
Gloria Cajiao de Pérez1 , Alejandra Melo Amaya, Natalia Velasco Ospina 2

Resumen
La presente investigación tuvo como objetivo explorar y analizar las prácticas y
estrategias desarrolladas por profesionales de la psicología y líderes espiritua les
para el abordaje de la dimensión espiritual en aras de aportar desde esta
dimensión a la atención clínica en Colombia. Para tal fin se realizó una revisió n
de la literatura desarrollada en torno a la relación entre terapia y espiritualidad,
que permitió definir algunas categorías de análisis, a partir de las cuales se
elaboró un modelo de entrevista a profundidad. Se adelantaron 11 entrevistas a
cinco líderes espirituales de diferentes tradiciones, cinco psicoterapeutas y un
médico que tiene formación como terapeuta, quienes incluyen en su consulta el
abordaje de la espiritualidad, de manera intencionada. Con el material resultado
de las entrevistas se desarrolló un análisis de contenido, de donde emergiero n
nuevas categorías de análisis. Por medio de este proceso se identificaron algunas
definiciones de la espiritualidad en el ámbito de la psicoterapia, así como la
descripción de prácticas para el abordaje de este constructo en el ámbito clínico.
De este mismo proceso, emergen algunas consideraciones éticas a ser tenidas en
cuenta.

Palabras clave: espiritualidad, terapia, abordaje, prácticas.

Capítulo primero
Introducción
La psicología como disciplina tiende a tener una perspectiva cada vez más cercana al
desarrollo del potencial humano que a la mirada centrada en la falencia (Aspinwall y
Staudinger, 2007) lo que exige una comprensión cada vez más integral e integradora de la
realidad humana; en esta búsqueda, la disciplina ha ido ampliando su espectro de
comprensión, incluyendo más dimensiones en las explicaciones concernientes a lo que

1 Psicóloga. Especialista en Psicología Médica y de la Salud. Directora del trabajo de grado


2 Psicólogas que optan por el título de Especialistas en Psicología Clínica y Autoeficacia personal

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sucede con un sujeto, en un tiempo y espacio determinados, de manera que su posibilidad de


incidir en la transformación de determinadas conductas pueda ser más eficiente, por cuanto
más abarcadora es su mirada. Así, la espiritualidad ha sido entendida como una de las
dimensiones que permiten ampliar los marcos de comprensión (Melo, 2010).
El interés que la psicología ha mostrado hacia la espiritualidad como campo de estudio no
es reciente y mucho menos se limita a una sola vertiente epistemológica (Rivera, López y
Zavala, 2014). De la misma manera las tradiciones sagradas involucran en su comprensión
del ser humano una concepción de psicología, relativa a la comprensión y trabajo
intrapersonal, sin que esto se limite a la mirada de algunas religiones. Esta atención quizá se
centra en lo que plantea Merlano (2002) como una de las preguntas centrales para abordar el
desarrollo: ¿Cuál es el potencial del ser humano? Desde la psicología o desde las tradiciones
sagradas, el interés por acercarse a la respuesta de esta extraordinaria pregunta, parece tener
más aspectos en común de los que podría pensarse, quizá porque la búsqueda por la
trascendencia es tan inmanente al ser humano, como su deseo por comprender las razones de
sus actos.
Es necesario detenerse en este punto para explicitar que cuando se hace referencia en este
documento a la psicología se piensa en la disciplina, que no se agota ni explica desde una
única perspectiva o corriente. Al tiempo, resulta necesario advertir que por tradiciones

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sagradas, se entiende las vías de transmisión experiencial de enseñanzas y prácticas


espirituales (Zatman, 2015), en ellas se condensan tanto las prácticas de tipo religioso como
el acercamiento a la espiritualidad que no se limita a la religiosidad pero que se encuentra
ligado a un origen divino.
Para comprender en qué momento o de qué manera la espiritualidad emerge como tema
explícito de interés para la psicología, no se puede perder de vista que se trata de un campo
disciplinario, lo cual significa que es una construcción social y por lo mismo evidencia y
sintetiza un momento histórico, unas condiciones específicas en que diversos intereses
convergen para dar voz a temas que resultan relevantes. Diferentes autores, cada quien desde
su perspectiva, han hecho aportes importantes para consolidar un bagaje epistemológico que
permite comprender la espiritualidad como dimensión de la vida humana y que lleva a
desarrollar el marco conceptual y metodológico necesario para su estudio y abordaje.
Un acercamiento a ese recorrido epistémico, requiere tener presente lo que enuncia
Almendro (como se citó en Duque, Lasso y Orejuela, 2011) cada escuela es hija de su tiempo
y que trata de dar respuesta a los seres humanos contemporáneos y venideros , y enfatiza que
la búsqueda por avanzar hacia una psicología en la que el conocimiento sea más integrativo,
requiere recuperar lo válido de diversas –o aún divergentes- perspectivas.
El recorrido parece comenzar con William James (1842 – 1910), quien desde el
Funcionalismo busca acercarse al estudio de la conciencia y la personalidad, bases
ineludibles de los desarrollos posteriores de la psicología; ya desde su época, James
mencionaba que la conciencia es un producto de la evolución, que cambia y fluye
constantemente. Paralelo a este planteamiento explica la personalidad como dividida en tres
partes: Mi o yo material; Mi social; Mi espiritual. Se trataba entonces, de una parte de la
personalidad, lo que fue transformándose continuamente a través de otros teóricos hasta ser
comprendida como una dimensión en sí misma. Se presentan a continuación algunos de los
más representativos, tanto por su impacto en posteriores desarrollos, como por lo novedoso
que resultaron sus planteamientos en la época a la que pertenecieron (Rivera et al., 2014).
Erich Fromm (1900 – 1980, Alemán), Sigmund Freud (1856 – 1939, Austriaco) y Carl
Jung (1875 – 1961, Suizo), centraron su mirada en los aspectos positivos y negativos de la
religión, pero abrieron el camino hacia la mirada de la dimensión espiritual como
constitutiva, deseable y favorable para la vida del ser humano (Yoffe, 2006).
Allport (como se citó en Quiceno y Vinaccia, 2009) ilustra cómo la gente puede asumir la
religión de formas diferentes y hace una distinción entre la religión madura, en la que la
persona es dinámica y de mente abierta, y la religión inmadura, en la que la persona es

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egoísta y generalmente representa los estereotipos negativos que tiene sobre la religión. Más
adelante, esta diferencia se define como “religión intrínseca” (fe genuina, sentida, devota) y
“religión extrínseca” (asistencia a la iglesia para obtener el estatus social) . Este autor
restringe su mirada a las prácticas de fe o religiosidad, lo que aun siendo una mirada limitada
de la espiritualidad, es un aporte importante para que la psicología tenga en cuenta este tema
como determinante en la vida humana y no se le adjudique a una fantasía que empobrece o
limita el desarrollo del potencial racional.
May (como se citó en Henao, 2012), psicólogo frecuentemente relacionado con el
humanismo, la diferencia en sus planteamientos tiene que ver con una perspectiva más
tendiente hacia dimensiones trágicas de la vida. Mantuvo la tendencia de equiparar
espiritualidad y religiosidad y llegó a aseverar que el ateísmo tenía una relación casi
inequívoca con la neurosis. Aportó de manera importante al estudio empírico de la relación
entre una práctica religiosa y el desarrollo humano.
Batson (1943, como se citó en Quiceno y Vinaccia, 2009), amplía la relación entre
religión y espiritualidad desde la perspectiva de la psicología, planteando tres orientaciones
que puede tener el ser humano es su búsqueda espiritual: la religión como medio, la religión
como final y la religión como búsqueda. Uno de los aportes más significativos de este
psicólogo social estadounidense, fue el surgimiento de la Teoría de la Empatía y del
Altruismo, a partir de la cual explica que es posible un altruismo genuino en el que tanto los
procesos motivacionales como lo de comportamiento, están orientados hacia la búsqueda del
bien del otro; lo significativo de este aporte es que la motivación por el bien de otra persona
deja de estar centrada en obtener algún beneficio propio.
Psicología Humanista: Surge en Estados Unidos al término de la segunda Guerra Mundial,
en las décadas de los 50 y 60; más tarde, en la década de los 70, este enfoque llegó a
Alemania y a otros países de Europa. También llamada tercera fuerza de la psicología junto a
la primera fuerza (el psicoanálisis) y la segunda (el conductismo). Sus raíces se hunden en
diferentes psicologías existencialistas que inmigraron a los Estados Unidos de América
durante el dominio nazi, los cuales hicieron importantes aportes a la creación de esta tercera
fuerza, que posteriormente se difundió por Europa y otras partes del mundo (Henao, 2012).
La psicología humanista otorga un lugar central a la experiencia espiritual por su potencial
emancipador; de acuerdo a sus diferencias conceptuales y aún en técnicas de intervención, el
humanismo tiene diferentes corrientes entre las que se cuentan: “Psicoterapia centrada en la
persona de Carl Rogers (Norteamérica); la terapia gestáltica, de Fritz Perls (Europa); la

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Bioenergética de Wilhelm Reich, y el análisis existencial (o logoterapia), de Viktor Frankl”


(Duque et al., 2011, p. 102).
En 1967 un grupo de psicólogos humanistas consideraron que la dimensión espiritual aún
estaba pobremente abordada, dado que para esa época convergían intereses de muchos
sectores por las tradiciones místicas y las filosofías orientales, así como por los saberes
ancestrales y nativos, a la par que la experimentación con psicodélicos, y todo este contexto
“dejó absolutamente claro que una psicología completa y válida para todas las culturas debía
incluir observaciones de áreas tales como los estados místicos, la consciencia cósmica, las
experiencias psicodélicas, los fenómenos de trance, la creatividad e inspiración religiosa,
artística y científica” (Grof, 2010, p. 127). De esta manera, surge esta perspectiva de la
psicología que otorga un lugar central a la conciencia, considerando que hay diferentes etapas
de desarrollo de ésta y distintas formas de abordarla, lo cual puede favorecer un crecimiento
integral del individuo que no deje por fuera, ni otorgue un lugar de menor importancia a la
espiritualidad.
Ellison (1983, como se citó en Sánchez-Herrera, 2009) describe el concepto de bienestar
espiritual, como un sentido de armonía interna, generado a partir de la relación de una
persona consigo misma, con los otros, con el orden natural y con un ser o un poder superior.
Este psicólogo establece una clara distinción entre religiosidad y espiritualidad al otorgar a
esta última un carácter mucho más existencial.
Psicología de la religión y la espiritualidad: De acuerdo con los planteamiento de Yoffe
(2006) esta perspectiva surge a comienzos del siglo XX en EE.UU y Europa, su interés se ha
centrado en estudiar la relación entre religiosidad y afrontamiento; se ha centrado en el
estudio de temas tales como la experiencia religiosa, la conversión, la fe, las prácticas y
creencias religiosas y espirituales, los diversos modos de participación religiosa y de
afrontamiento religioso (Yoffe, 2006).
En esta última década, la psicología positiva, ha hecho una contribució n conceptual
significativa al desarrollar el concepto de espiritualidad para la disciplina, distinguiéndola de
religiosidad y acercándola a la comprensión de la trascendencia. Continúa haciendo
importantes desarrollos para la construcción de formas de evaluación y escalas de medición
que ayuden a esclarecer rutas de intervención. En el campo de los cuidados paliativos, se han
dado los mayores desarrollos desde esta perspectiva. De acuerdo con Rodríguez, Fernández,
Pérez y Noriega (2011) “La espiritualidad, por su parte, se ha descrito últimamente en el
contexto científico y terapéutico como la cualidad que impulsa al ser humano a trascender y a
darle un propósito a su existencia, buscando los medios necesarios para lograr estos objetivos

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mediante una vinculación significativa con Dios (según la concepción que se tenga de él) y/o
con los demás, dentro o fuera de las instituciones religiosas” (p. 43).
Este brevísimo recorrido histórico, acerca de los diversos acercamientos que ha tenido la
disciplina a la dimensión espiritual, exige tener presente que la psicología no es una sola,
pues sus fundamentos epistemológicos varían de acuerdo a la perspectiva desde la que se
ubique. En palabras de Duque et al. (2011) “Cuando cada psicología propone, por ejemplo,
una metodología particular, ésta se corresponde a su vez con unos principios teóricos, unas
nociones sobre la naturaleza de la realidad psicológicas del ser humano e incluso con la
manera como concibe la realidad misma, entre otras cosas” (p. 41). El abordaje de temáticas
o problemáticas específicas, aportará a la construcción de campos disciplinarios, pero que no
están exentos de responder a intereses de diversa índole (personales, políticos, económicos,
académicos, religiosos, entre otros). Por ello se ha mencionado el tiempo y lugar de los
diferentes autores y escuelas, pues ello hace más claro comprender porque se pone énfasis en
algunos aspectos y otros se dejan de lado en cada postulado.
Todo lo anterior va delineando así el interés específico de las autoras, cual es el de
conocer las estrategias y técnicas empleadas por profesionales de la psicología que tienen, de
manera intencional, una mirada sobre la espiritualidad.
Sin embargo, el interés no se limita a reconocer la práctica de profesionales de la
psicología, pues, como se ha mencionado, hay reciprocidad entre las tradiciones sagradas y la
psicología, en tanto el acercamiento de estos dos campos de actuación ha permitido abrir
escenarios de investigación.
De acuerdo con un documento de circulación interna de la Fundación de Estudios
Transpersonales, en el cual se lee que: “En general las Tradiciones Sagradas en su dimensión
externa (Religión) tienen sus divergencias, pero en su dimensión interna
(espiritualidad/mística) presenta rasgos convergentes, unos denominadores fundamentales
semejantes a la luz que es incolora, pero que sin dejar de ser luz, proyecta los colores del arco
iris” (Zatman, 2015, p. 6). Se reconoce en esta definición una coincidencia con el abordaje
que hasta el momento ha desarrollado la psicología, que lentamente ha ido comprendiendo
que si bien la religiosidad tiene que ver con la espiritualidad, no son sinónimos.
Más adelante el texto aclara cuales son los denominadores fundamentales a que se hace
referencia en la cita anterior: Visión intrapersonal/ Con relación al ser humano: referida a
esclarecer la pregunta ¿quién soy?; Visión interpersonal/ Con relación a lo social: apunta a
construir el deber ser y el reconocimiento de la sacralidad de la existencia de otros seres
humanos; Visión transpersonal/ Con relación a lo Universal, la naturaleza, la vida: relativa a

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la cosmología y la realidad, tanto inmanente como trascendente de la existencia (Zatman,


2015).
A juicio de las autoras, el primero de los denominadores, tal como es descrito, evidencia
un claro acercamiento a la psicología, de hecho el texto lo nombra explícitamente como una
“psicología sagrada”, a partir de la cual el ser humano busca desarrollar un profundo trabajo
de autoconocimiento para descubrir lo que hay de sagrado en su propia existencia.
Todo esto lleva a ampliar la perspectiva de la investigación, buscando conocer, también
desde la voz de diferentes líderes espirituales, cuáles son las estrategias por medio de las
cuales acompañan ese descubrimiento, potenciación y desarrollo de la dimensión espiritual
en las personas y que comprensiones sustentas sus abordajes.
Así las cosas, los intereses que emergen en las autoras al reconocer estos recorridos
históricos y epistemológicos, se concretan en la siguiente pregunta de investigación: ¿cuáles
son las estrategias desarrolladas por profesionales de la psicología y líderes espirituales para
abordar la dimensión espiritual?
Es necesario aclarar que no fue nunca interés de la investigación establecer distinciones
según la religión, como tampoco lo fue hacerlo según la escuela o corriente de la psicología
con la que se identificaban los profesionales en ese campo; más bien, se esperaba encontrar
elementos que permitieran enriquecer los hallazgos de las investigaciones previas realizadas
en esta misma línea, para identificar elementos metodológicos que aporten al abordaje y
desarrollo de la dimensión espiritual desde el ejercicio de la atención clínica en Colombia.
Para finalizar, es importante hacer hincapié en la contextualización de esta investigación,
pues como lo señalaban Quiceno y Vinaccia (2009) “la mayoría de las investigaciones han
sido desarrolladas y publicadas en países anglosajones, y es de anotar la escasa investigación
empírica sobre el tema en América Latina, a pesar de la importancia histórica y cultural de la
religión y la espiritualidad en las poblaciones hispanoparlantes” (p. 332). Es siempre una
invitación abierta, como en casi todos los campos de investigación de la psicología, a
adelantar desde nuestra propia mirada socio-histórica, desarrollos pertinentes y ajustados a
nuestra realidad.

Justificación
La Espiritualidad es un tema que ha sido abordado por múltiples disciplinas a lo largo del
desarrollo de la Humanidad. En el campo de la psicología la espiritualidad ha sido un
constructo de estudio a través del tiempo con distintas miradas y perspectivas. Hoy en día

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varias corrientes y enfoques de la psicología continúan aportando elementos que permiten


establecer su importancia y lugar en el desarrollo humano.
El ser humano es un ente dinámico y en constante cambio, siempre en búsqueda de
explicaciones que den sentido a su existencia y que le permitan avanzar hacia la
trascendencia de sí mismo y de sus actos (Frankl, 1979) ; aún en la sociedad contemporánea,
caracterizada por el afán de producción y que pareciera darle poca importancia a la búsqueda
intrapersonal, parece ampliarse el número de personas con deseos de seguir un camino de
transformación y de encuentro interpersonal más profundo (López, 2012).
Novo (2012) señala que en la sociedad actual la transformación personal ha dejado de ser
un asunto de minorías poco visibles y hoy en día se extiende a un público amplio, donde la
cultura del cambio interno reorienta el valor de la autorrealización del individuo, enfatizando
la búsqueda personal y el trabajo transformador con uno mismo. Este enfoque no busca
reajustar al individuo al orden social existente, ni mejorar su eficacia social, sino que más
bien trata de realizar su potencial como individuo. Dado lo anterior, el presente trabajo anima
aportar más conocimientos e información sobre cuáles estrategias son utilizadas para
favorecer el desarrollo y amplitud de la dimensión espiritual en el ser humano.
Por otra parte, es de interés de las investigadoras compartir estos conocimientos con
psicólogos interesados en la práctica clínica con el fin de que puedan aportar y orientar más a
quienes les consultan sobre el reconocimiento y desarrollo de la dimensión espiritual, y en
general a todas aquellas personas con las que tengan un acercamiento, ya que el abordaje de
esta dimensión no se limita al contexto clínico, sino que además puede tener aportes
significativos en el campo de la promoción y la prevención, así como en el de la salud, en
cuanto a ampliar y fortalecer el repertorio de habilidades de afrontamiento ante situaciones
negativas o adversas (Salamanca, Fonseca, Flechas y Moreno, 2014).
El papel del psicólogo en el área clínica y de la salud ha sido relevante e importante para
generar cambios positivos en las personas y favorecer la calidad de la vida de los pacientes.
Por tanto, se ha incrementado la necesidad en los terapeutas de adquirir más conocimiento,
experiencia y herramientas para mejorar su labor y darle mayor efectividad a sus terapias.
Adicionalmente, alguno psicólogos han dejado ver la necesidad de trabajar y desarrollar la
dimensión espiritual para fortalecer las habilidades de afrontamiento y resolución de
dificultades de las personas.
De acuerdo con Rye, Wade, Fleri & Kidwell (2013) las intervenciones psicológicas
enfocadas en fortalecer el crecimiento de la dimensión espiritual, han generado cambios
positivos y efectos dinámicos que aportan a mejorar la calidad de vida del paciente. Por

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ejemplo, en unidades de cuidados paliativos, han avanzado en la intervención de estilos de


afrontamiento de tipo espiritual tanto en pacientes como en familias. Rodríguez (2011),
muestra que la espiritualidad favorece el afrontamiento de la enfermedad al final de la vida en
aspectos tales como retomar aspectos significativos de su vida y poner orden en su plano
familiar o profesional. En la misma línea, Bermejo, Lozano, Villaceros y Gil (2013),
realizaron un estudio donde comprueban que la atención espiritual en pacientes oncológicos
ayuda a sentirse esperanzado, a encontrar significado y comprender el sentido de vida frente a
la situación adversa.
En este orden de ideas, es preciso contextualizar que el presente trabajo corresponde a
una línea de investigación de la facultad de Psicología de la Universidad El Bosque, a lo
largo de la cual se han hecho aproximaciones a la espiritualidad como tema esencial de tres
trabajos de grado previos, en los que se ha abordado la intervención y acompañamiento
espiritual en cuidados paliativos, la rehabilitación cardíaca; también se han generado aportes
a la validación de instrumentos y estrategias de promoción espiritual. En este marco, es
interés de la presente investigación, aportar a la Facultada de Psicología conocimiento sobre
las estrategias que profesionales de psicología y líderes espirituales están utilizando
actualmente para el abordaje de la dimensión espiritual.
A partir de lo anterior, se pretenden analizar tanto las comprensiones como las prácticas
desarrolladas para abordar la dimensión espiritual, que efectivamente están siendo usadas por
profesionales en psicología. Adicionalmente, se observa todavía la necesidad de profundizar
en la distinción disciplinaria entre la espiritualidad y religiosidad; por tal razón, se pretende
aquí enfatizar en esta diferencia haciendo aportes para la mejor comprensión del constructo.
Tomando como base la pregunta de investigación, cual es ¿cuáles son las estrategias
desarrolladas por profesionales de la psicología y líderes espirituales para abordar la
dimensión espiritual? Es necesario plantear que si bien existen estrategias que permiten el
abordaje de la espiritualidad como vía para contribuir al bienestar de las personas, debe
reconocerse que en este campo los pronunciamientos disciplinarios han estado más centrados
en el qué, dejando de lado el cómo. Así que para aportar en este propósito, se propuso
ampliar la indagación hacia líderes de diferentes tradiciones espirituales, con el fin de obtener
y ampliar conocimiento sobre las perspectivas, enfoques y propuestas de abordaje. Al
respecto, es necesario puntualizar que si bien la espiritualidad es de amplio interés para la
psicología no es el centro de la misma, por tanto, es enriquecedor ampliar la mirada sobre
este constructo acudiendo a quienes tienen como ejercicio profesional la aplicación,
formación y desarrollo del mismo.

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En resumen, se pretende contribuir al ejercicio profesional de la psicología y transmitir


conocimiento al personal interesado en abordar la espiritualidad en el ser humano,
entendiendo que no solo se trata de tener una mirada más integral, sino que la dimensión
espiritual es en sí misma integradora, por cuanto permite poner en juego valores, principios,
deseos, búsqueda internas, contacto con otros, la relación con el medio, la trascendencia de
los propios actos y, en últimas, la manera como todo ello se vuelve acto concreto; más aún
permite evidenciar los efectos que se producen a partir de la mayor o menor coherencia entre
las diferentes dimensiones que nos constituyen.

Objetivo general
Explorar y analizar las prácticas y estrategias desarrolladas por profesionales de la
psicología y líderes espirituales para el abordaje de la dimensión espiritual en aras de aportar
al desde esta dimensión a la atención clínica en Colombia.
Objetivos específicos
Identificar las prácticas desarrolladas para el abordaje de la dimensión espiritual en
Colombia.
Indagar por los enfoques, estrategias y técnicas de las prácticas.
Delinear elementos metodológicos que aporten al desarrollo de la dimensión espiritual en
el ejercicio de la atención clínica terapéutica en Colombia.

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Capítulo Segundo
Aproximaciones de la psicología al abordaje de la espiritualidad
“Espiritualidad es trascender. Una buena estrategia, mejor aún, la única para encontrarle
un sentido a la vida. Eso pide ir más allá de lo aparente y percibir una intención divina en el
universo, un plan de amor en el que todo está bien ordenado, incluso eso que ves como
trágico o absurdo” (Morale, 2006).
El ser humano es un ente integral y holístico compuesto por diferentes dimensiones como
la social, biológica, psicológica, cognitiva, cultural y espiritual. Ésta última, cuando es
concebida como dimensión se considera importante e innata en el individuo, pero en
ocasiones restringida (Lukas, 2008). Aunque la espiritual es un constructo amplio, dinámico
y expansivo, en la presente investigación se parte de la base de que es viable para el ser
humano acercase a su comprensión y abordaje, y que ello puede aportar de manera
significativa en la posibilidad de trascender la inmediatez de sus actos y a la vez encontrarle
sentido o significado más profundo a las experiencias más concretas.
Considerando el interés que la psicología ha mostrado en la vivencia de la espiritualidad,
resulta necesario preguntarse, cuál puede ser el papel del psicólogo clínico respecto al
abordaje de la dimensión espiritual en el ser humano. La tarea del psicólogo no es solo
diagnosticar, evaluar e intervenir; también se espera que pueda ser es un guía y orientador
que pueda ayudar a la persona a enfrentar sus dificultades, a explorar sus fortalezas, a
construir o encontrar herramientas que mejoren su calidad de vida y, sobre todo, a impulsar la
valiosa tarea de dotar de sentido su vida (Lukas, 2008).
Para alcanzar este objetivo, la disciplina ha desarrollado estrategias, terapias y técnicas
para ayudar al ser humano a resolver los desajustes en las diferentes áreas de vida, sin
embargo, en relación con la espiritualidad no resultan tan evidentes como frente a otras áreas,
dimensiones o temáticas (Oblitas, 2008); así en el presente capítulo se presentan

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comprensión del constructo que nos ocupa y de lo que la disciplina ha avanzado en formas
para su abordaje en el campo de la psicología clínica.

Diferencia entre religiosidad y espiritualidad


Antes de profundizar en la relación entre espiritualidad y ejercicio psicológico, es
necesario establecer la diferencia entre los constructos de religiosidad y espiritualidad, pues
en la revisión de antecedentes adelantada para esta investigación, se evidenció que se tiende a
confundirlos o a emplearlos como sinónimos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2012) la espiritualidad incluye los
aspectos de la vida humana relacionados con las experiencias que trascienden los fenómenos
sensoriales. No es lo mismo que religioso, aunque para muchos la espiritualidad favorece el
componente religioso; se percibe vinculado con el significado y el propósito de la vida y, al
final de ésta, con la necesidad del perdón y la reconciliación. A partir de esta definición, se
puede esclarecer que la religiosidad puede ser un medio que contribuye a fortalecer y
desarrollar la espiritualidad de las personas a través de ritos, oraciones, signos y
celebraciones. Mientras que la espiritualidad se relaciona con una experiencia de intimidad,
que trasciende y permite encontrar sentido a la vida y abordar preguntas sobre la existencia.
En la misma línea, Martínez (2006) propone que la espiritualidad y la religiosidad tienen
en común la creencia en la existencia de una dimensión trascendental de la vida pero difieren
en que la religiosidad tiene que ver con la aceptación de creencias asociadas al culto de una
figura divina y la participación en actos públicos y privados relacionados con ella, y la
espiritualidad describe lo privado, la relación de intimidad entre el ser humano y lo divino, y
las virtudes que se derivan de esa relación.
Se considera que las prácticas religiosas y el desarrollo de la espiritualidad son fuentes de
crecimiento y ambas constituyen mecanismos de afrontamiento; sin embargo, el presente
estudio se centrará en la espiritualidad y cómo ésta puede ser abordada desde la psicología
clínica.
Hay que mencionar también que la religión puede llegar a ser dogmática, en tanto que la
espiritualidad tiene un carácter de mayor flexibilidad; sin embargo, la religión puede dar una
forma y delinear prácticas concretas para la vivencia de la espiritualidad. En el manual de
psicología positiva, Pargament & Mahoney (2004) hacen hincapié en esta distinción y
sugieren que la religión es institucional, dogmática y restrictiva, en tanto que la espiritualidad
es personal, subjetiva y mejora la calidad de vida.

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Según un estudio realizado en los Estados Unidos por Pargament (Como se citó en
Worthington & Steven, 2016) aproximadamente el 74% de la muestra se definía como un ser
“espiritual y religioso”, el 19 % como “espiritual pero no religioso”, el 4% como “religioso y
no espiritual” y el 3% refirieron que no se consideraban “ni espiritual ni religioso”; de
acuerdo con el autor, los contextos religiosos influyen en la auto definición del 81% de los
encuestados, además concluye que la experiencia religiosa ha influido (positiva o
negativamente) en quienes dicen no ser religiosos. Lo que lleva a pensar que la relación entre
religiosidad y espiritualidad es muy estrecha, pero también que se trata de experiencias
significativas, más que de conceptos estáticos a los que las personas se acogen.
Se hace necesario entonces acercarse a reconocer de qué manera se ha definido la
espiritualidad como un intento por comprenderla.

Definiciones en torno a la espiritualidad


Se trata de un constructo que ha tenido diversos acercamientos y que ha pretendido ser
definido también por la psicología, y dependiendo del enfoque, énfasis y creencias se ponen
de relieve algunas características o se presta mayor atención a otras. Pero, ¿De dónde
proviene el termino espiritualidad? Fukuyama, Puig, Bagss, Wolf & Leong (2014),
consideran que el termino espíritu viene de la raíz latina “Spiritus”, que significa respirar.
Para estos autores, se trata de un término que puede describirse de acuerdo con el énfasis que
se ponga, por ejemplo puede decirse que se trata de la relación que hay con un Dios, un
todopoderoso, o con la conexión con esas fuerzas externas y superiores; también puede
definirse como el significado, propósito de vida y dimensión transpersonal.
Definitivamente la espiritualidad también puede definirse en términos de una fortaleza
susceptible de ser desarrollada. De hecho, en el manual de fortalezas y virtudes de la
psicología positiva, Peterson & Seligman (2004) presentan una propuesta interesante al
conceptualizar la espiritualidad como la fortaleza transcendental prototípica, vista como la
creencia y el compromiso con los aspectos transcendentales de la vida (divino, sagrado, ideal
o universal).
Por esta condición de trascendencia, se adjudica a la vivencia de la espiritualidad la
posibilidad de que la persona se cuestione frente al sentido de su vida y se considera que es la
misma espiritualidad la puede presentar o ayudar a encontrar un camino para construir el
significado de la vida. Sessanna, Finnell, Underhill, Chang & Peng (2011), sostienen que la
espiritualidad es el intento de la persona por comprender el sentido y propósito de su propia
vida e incorporar una práctica religiosa o la creencia en la existencia de un ser superior. En

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un sentido muy cercano pero sin dar protagonismo a la religión, Nolan, Saltmarsh & Leget
(2011) consideran que la espiritualidad es la dimensión dinámica que relaciona la forma en
que las personas experimentan, expresan y/o buscan un significado, propósito y
transcendencia, con la forma en que conectan con el momento, consigo mismos, con los
demás, con la naturaleza y/o con lo sagrado.
La espiritualidad es un constructo dinámico que involucra también el concepto de “lo
sagrado”, en tanto implica el reconocimiento de algo profundo, existencial y personal. En el
Manual de psicología positiva, la espiritualidad es definida como “la búsqueda de lo sagrado”
Pargament & Mahoney (2004) presentan dos elementos clave; en primer lugar búsqueda, que
lleva a pensar la espiritualidad como un proceso que involucra el esfuerzo de descubrir
aquello considerado sagrado; este es justamente el segundo elemento, lo sagrado, que
involucra el concepto de un ser superior, de lo divino y lo trascendente. En esta perspectiva
una persona espiritual es aquella que busca conocer y experimentar lo que percibe como
trascendente.
A partir del planteamiento anterior, se hace posible comprender que para algunos seres
humanos la espiritualidad envuelve la idea de una búsqueda individual, personal e íntima,
búsqueda que está sujeta a aquello que la persona entiende e interpreta como sagrado.
Sosteniendo lo anterior, King (1992) argumenta que la espiritualidad se trata de un sistema
integral, holístico y dinámico, a partir del cual el individuo pone en práctica aspectos de su
religión o su filosofía para llevar a la plenitud su ideal de desarrollo espiritual.
De otro lado, emerge desde una perspectiva más cognitiva que experiencial, el concepto
de inteligencia espiritual. Gardner (2001) ha sido uno de los expertos en la teoría de las
inteligencias múltiples, argumentando que no solo un CI (coeficiente intelectual) determina la
inteligencia, sino que el ser humano puede desarrollarla en diferentes direcciones y de
distintas formas. Desde esta teoría, Gardner (2001) argumenta que existe una inteligencia
espiritual, a partir de la cual el ser humano es capaz de trascender, experimentar estados
elevados de conciencia, influir en las actividades cotidianas y relacionarlas con un sentido de
lo sagrado, y desde donde tiene la posibilidad de utilizar recursos espirituales para resolver
problemas de la vida.
Adicionalmente, Zohar y Marshall (2001) rescatan que ni el CI ni la inteligencia
emocional son suficientes para explicar la complejidad de la inteligencia del hombre, la
riqueza e imaginación humana. Para los autores la inteligencia espiritual (IES) difiere del CI
y la inteligencia emocional (IE) porque tiene el poder de transformación y facilita el
crecimiento personal del individuo; además, la IES brinda al ser humano un centro activo y

14
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

unificador que da sentido a las cosas, ayudando a forjar nuevos rumbos y guiando su
expresión de lo interior. En resumen, “La IES es la inteligencia que descansa en esa parte
profunda del ser que está conectada con la sabiduría más allá del ego o de la mente
consciente” (Zohar y Marshall, 2001, p. 24).
De acuerdo con Wigglesworth (2013) la inteligencia espiritual es la capacidad de actuar
con sabiduría y compasión manteniendo la paz interior y exterior independientemente de las
circunstancias en que se encuentre la persona. Además, éste tipo de inteligencia es un
potencial individual y requiere ser desarrollada. En la actualidad se sigue estudiando y
ampliando el concepto de inteligencia espiritual, pues se considera de competencia de la
psicología y especialmente del campo clínico, entendiendo que los terapeutas pueden ayudar
a sus consultantes en la potenciación de su inteligencia espiritual para favorecer sus
habilidades de autoeficacia.

Necesidades espirituales. El ser humano nace con algunas necesidades frente a las
cuales desarrolla estrategias y destrezas para poder suplirlas; desde este planteamiento, el
psicólogo Abraham Maslow plantea la idea de la pirámide de necesidades, ubicando desde la
base hacia arriba respectivamente las fisiológicas, de seguridad, de filiación, de
reconocimiento y de autorrealización (Maslow, 1991). En la misma lógica, se considera que
se tienen necesidades de tipo espiritual, por ejemplo, la de ser reconocido como persona, la
de tener esperanza, la de poder identificar la trascendencia de los propios actos y de re
significar la propia vida.
De acuerdo con Benito, Barbero, Dones y Gómez (2014) el ser humano tiene ciertos
recursos/necesidades espirituales que están divididos en tres niveles: nivel intrapersonal
(consigo mismo), nivel interpersonal (relación de la persona y con los otros) y nivel
transpersonal (relación de la persona con lo trascendente). El nivel intrapersonal, es la
coherencia que experimenta la persona entre los propios valores y lo que piensa, siente, dice
y hace. El nivel interpersonal, describe la vivencia de amar y ser amado, y la necesidad de
perdón y de reconciliación. El último nivel, transpersonal, es el sentido de pertenencia con un
ser superior y la capacidad de la persona de expandir el ser más allá de las experiencias
cotidianas, a lo sublime o a lo sagrado, no necesariamente con un contenido religioso.

Espiritualidad y enfermedad. Es muy común relacionar espiritualidad con bienestar; de


hecho, varios autores plantean que tener una amplia dimensión espiritual es crear bienestar.
Así, Taylor, Chatters, y Levin (como se citó en Worthington & Steven, 2016) plantean que el

15
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

bienestar espiritual se refiere al estado positivo que contribuye a dar sentido y significado al
propósito de vida, reduciendo los efectos psicológicos de eventos traumáticos en la vida,
crisis del ciclo vital, enfermedades y factores estresores.
Justamente por estar tan íntimamente asociada la espiritualidad al bienestar, uno de los
ámbitos en que más se ha trabajado con el abordaje de esta dimensión es en el de la salud y la
enfermedad, de manera particular en los cuidados paliativos. En éste campo, han sido
diversos los estudios desarrollados por múltiples áreas de la medicina y la psicología. Los
hallazgos indican que la espiritualidad favorece estilos de vida y comportamientos más sanos,
lo que se asocia a un menor riesgo de enfermedades y a una actitud diferente cuando se
pierde la salud, lo que justifica plenamente su uso en los programas de apoyo psicosocial
dirigidos al tratamiento de enfermedades crónicas y de alto riesgo (Navas y Villegas, 2006).
Existen momentos o situaciones límite en la vida que, en ocasiones pueden implicar una
disminución o pérdida de bienestar subjetivo, de sentido de vida, de direccionamiento de la
existencia, constituyéndose estas ocasiones en oportunidades para reflexionar, cuestionarse y
buscar diversas formas de afrontamiento. La espiritualidad puede ser una vital herramienta,
no solo para mejorar la salud física y mental, sino también para enfrentar situaciones críticas,
tal como como una enfermedad significativa, la pérdida de un ser querido u otras formas de
sufrimiento humano. De hecho, Benito et al. (2014), mencionan que la espiritualidad es un
poderoso recurso para trascender el sufrimiento y los obstáculos en el proceso de morir y
encontrar la paz, pues la persona puede desprenderse de sus creencias y aceptar la
incertidumbre en el proceso de morir.
Para la persona que ha perdido el gozo de una buena salud y que posiblemente debe
realizar un proceso de cierre en su vida, la espiritualidad se convierte en el estilo de
afrontamiento más adaptativo y valioso, tanto para los pacientes como para sus familiares. La
espiritualidad no solo mitiga los sentimientos de vacío y sufrimiento, sino que además mejora
la comprensión de su existencia, sentido de vida y concepto de muerte. Por ejemplo, para
Bernal, Meiss y Giordano (2015), la espiritualidad en el paciente con cáncer es tan
importante como el estado físico y psicosocial en cuanto al aporte que hacer a su calidad de
vida y a la evolución de la enfermedad, sobre todo en las etapas finales de la enfermedad
terminal.

Espiritualidad y Neurociencias. Las neurociencias han permitido avanzar en el


reconocimiento de la vivencia espiritual, como mucho más que una idea. Actualmente, y con
mayor frecuencia, se desarrollan estudios de orden neurocientífico relacionados con la

16
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

espiritualidad, gracias a los cuales es posible evidenciar que las prácticas espirituales y la
conexión del ser humano con su dimensión espiritual está directamente relacionado con
cambios cerebrales y neurobiológicos. De acuerdo con Newberg & Waldmanm (2009) se han
documentado los procesos neurobiológicos de diversas experiencias espirituales y religiosas,
incluido el perdón. Esto ha permitido encontrar en las neuroimágenes tomadas del flujo
cerebral sanguíneo de practicantes budistas y cristianos, que la espiritualidad está mediada
por las estructuras pre frontales, que están asociadas a diferentes procesos cognitivos. Esto ha
llevado a pensar que las experiencias de tipo espiritual están involucradas con la generación
de cambios positivos en el procesamiento de la información.
Paralelamente, Williamson & Hood (2016), refieren que las prácticas espirituales y
religiosas como la meditación, la oración y algunos cultos demostrativos, cambian el
funcionamiento del cerebro y los niveles de neurotransmisores como dopamina, serotonina y
GABA. También, se ha evidenciado que durante las practicas espirituales existe una
disminución en la actividad del lóbulo frontal y un incremento en la actividad de tálamo y los
lóbulos parietal y temporal, en donde se ubica el sistema límbico, encargado de regular las
emociones.
Autores como Fukuyama et al (2014), proponen que el desarrollo del sentido de identidad
se da a través del hemisferio izquierdo, mientras que en el derecho se presenta el proceso de
imaginación, lo que han podido relacionar con las prácticas que proponen “estar en el
momento presente”, ya que se activa el mismo hemisferio; sucede igual con el monitoreo de
la actividad cerebral frente al sentimiento de unidad, el silencio, el fluir, la sensación de
atemporalidad y amplitud, los estado meditativos y la vivencia de paz interior, estados y
prácticas desarrollados por diversas corrientes religiosas y psicológicas para abordar la
espiritualidad.

Espiritualidad y ejercicio clínico de la psicología


¿Él psicólogo clínico tendría la tarea de abordar la espiritualidad en los pacientes?, éste
cuestionamiento habría podido pasar por la mente de varios psicólogos que ejercen el área
clínica y posiblemente ha sido un tema de estudio para algunos terapeutas. Sea cual fuese el
enfoque de cada profesional, reconocer la espiritualidad como parte esencial del ser humano
podría ampliar la perspectiva del terapeuta. Tal como es argumentado por Santiago (2011), el
estudio de la espiritualidad es una tarea necesaria para una mejor compresión de la realidad
humana. Partiendo de la comprensión del ser humano como ente integral, cuyas dimensiones

17
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

no pueden escalarse en orden de importancia, la psicología en su perspectiva clínica no puede


apartar la mirada de la experiencia espiritual.
Considerando que los estudios que abordan la espiritualidad, presentan evidencia del
impacto positivo en diversas áreas de la vida, ya que los diversos elementos que la componen
o prácticas que la favorecen, proveen fuerza y apoyo, y son favorables para el mejor abordaje
de la salud mental, entonces la espiritualidad merece un lugar importante en la práctica
clínica; de hecho, es recomendable que el psicólogo considere incluir en su entrevista y
evaluación inicial un cuestionario o instrumento para evaluar la espiritualidad, bien sea como
dimensión o como experiencia (Barnett, Shale, Elkins & Fisher, 2014).
En su libro Psicología Espiritual, Lukas (2008) argumenta que hoy en día hay más
población con mayores alteraciones psíquicas y se requieren más atenciones psicológicas; en
este contexto, la meta de la psicoterapia ha de ser ayudar a la persona a elaborar un proyecto
de vida que le dé sentido a la existencia, dentro de lo cual la intención específica en abordar
la espiritualidad puede ser el estímulo para encontrar tal sentido. En palabras de la autora:
“El objetivo de la psicoterapia debe ser ayudar a la persona a elaborar un proyecto de su
existencia que le permita realizarse, y desarrollar el coraje para llevarlo a cabo. No basta en
absoluto que un análisis retrospectivo de su pasado hasta su niñez temprana. No es suficiente
desatar nudos y superar complejos, pues la verdadera superación de sus problemas solo podrá
producirse cuando se le abra un nuevo futuro, la integración plena de sentido en un mundo y
un medio igualmente dotados de sentido” (Lukas, 2008, p. 15).

Estrategias utilizadas para abordar la espiritualidad


La espiritualidad se entiende como innata, pero ¿ cómo la persona alcanza la experiencia
de trascender? probablemente la práctica, técnica, estrategia o experiencia vivida sean vías
válidas para abordar la espiritualidad, independientemente de las creencias. King (1992)
categoriza las vías posibles en tres niveles: el primero es la práctica o experiencia vivida, el
segundo es la enseñanza que surge de la práctica y por último, el estudio crítico de las
experiencias y enseñanzas que se han desarrollado.
Se trata entonces de un proceso dinámico y reflexivo, que, aunque se trate de un intangible
puede explorarse y acompañarse de acciones concretas en las que la persona busca establecer
plenitud consigo misma, con los demás y con lo trascendente (Benito, Barbero y Payás,
2008).
De acuerdo a lo referido en el Handbook de psicología positiva (Pargament & Mahoney,
2004), las personas pueden tener una gran variedad de vías o maneras para descubrir y

18
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

conservar lo sagrado, que incluyen: tradiciones religiosas, grupos no tradicionales


espirituales, programas y asociaciones. En algunos casos esas vías incluyen sistemas de
creencias relacionados con alguna religión o tradición por ejemplo el Budismo, Hinduismo,
Cristianismo, Judaísmo, entre otros, así como formas de práctica tales como: orar, leer textos
sagrados, meditar, hacer yoga, practicar la contemplación a través de alguna forma de arte o
realizar una obra social.
Barnet et al. (2014) concuerdan en este sentido, al afirmar que la espiritualidad puede ser
practicada con o sin una religión formal. Incluso, prácticas como la observación en silencio,
escuchar, agradecer, realizar una actividad de creatividad y contemplar la naturaleza, ayudan
a expresar y explorar la espiritualidad.
Partiendo de la premisa que la dimensión espiritual del ser humano es una excelente vía y
herramienta para generar bienestar en la persona, y que el psicólogo clínico puede ser el
puente para ampliar ésa dimensión, y con base en la pregunta guía de esta investigación, se
describirán algunas de las estrategias y/o técnicas que han sido estudiadas y utilizadas para
abordar la espiritualidad.

Perdón. El perdón ha sido una práctica base para diversas religiones y esto ha llevado a
algunos investigadores a interesarse en sus efectos, comprobando los impactos que tiene en la
vida de las personas, por ejemplo han encontrado que ayuda a personas con depresión, abuso
de sustancias, ansiedad y desórdenes alimenticios, además incrementa los niveles de salud
física (Harris & Thoresen, como se citó en Fukuyama et al., 2014).
El perdón puede ser una puerta a tener conexión con la dimensión espiritual y genera
cambios positivos en el ser; “Cuando los sujetos perdonan, sus pensamientos, sentimientos y
acciones hacia quien es objeto del perdón se transforman en más positivos” (Casullo, 2005, p.
67).

Oración. La Oración es la practica más antigua y comúnmente utilizada por las personas
para conectarse con su dimensión espiritual. Ésta práctica ha aportado en: los procesos de
alivio de enfermedad, en el incremento en la calidad de vida, reducción del estrés, en el
afrontamiento de eventos estresantes y en el manejo de dolor. (Barnes, Powell-Griner,
McFann, & Nahin, como se citó en Barnett et al, 2014).
Una encuesta realizada al personal sanitario de una unidad de cuidados intensivos
determinó que el 73% de los pacientes integraban su práctica de oración, el 81% del personal
de salud recomendaba a sus pacientes orar y al 79% la familia le solicitaba orar por la

19
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

recuperación del paciente.(Tracy et al., como se citó en Barnett et al, 2014).

La meditación. “La meditación significa entrar en tu inmortalidad, entrar en tu


eternidad, entrar en tu divinidad” (Bhagwan, 1995).
La meditación ha sido definida de distintas maneras, se trata de un término amplio
asociado con conceptos filosóficos, religiosos, espirituales, psicológicos, entre otros.
Diversas corrientes y campos de estudio han tratado de definir la meditación dependiendo del
enfoque y creencias asociadas; sin embargo, ya que no es objetivo del presente, solamente se
presentarán generalidades sobre la meditación y las formas específicas sobre las que se han
desarrollado investigaciones en las últimas décadas.
Independientemente del enfoque o técnica que se utilice, la meditación es un proceso de
introspección donde el individuo puede –puede que no- generar conexión con su dimensión o
experiencia espiritual. Según Dürckeheim (1989) la meditación es el instrumento de apertura
al ser esencial, donde meditar es igual a transformase, lo que traduce que el ser humano tiene
la posibilidad de cambiar, conectándose con su más profunda esencia.
La meditación también puede ser un proceso integral de la conciencia dirigido a potenciar
la evolución de la psique, el aspecto espiritual y moral que determina el actuar de las
personas y su estilo de vida (Sánchez, 2011).
Para Chophel (2000), la meditación significa familiarizarse con los aspectos positivos de
nuestra mente; a través de esta práctica, es posible transformar el cuerpo, la palabra y la mente,
acercándose al ideal de compasión, amor y sabiduría.
Existen muchos métodos y ejercicios diferentes de meditación, y es más que un proceso de
relajación, pues el acto de meditar necesita una mente alerta y concentrada. La práctica regular
se puede realizar de acuerdo a un objetivo específico, como por ejemplo el manejo del estrés,
el control del dolor, disminución de sintomatología por enfermedades, o por metas más
generales como potenciar el desarrollo humano integral (Sánchez, 2011).
Las siguientes citas permiten resumir algunos de los aspectos más significativos de esta
práctica:
“La meditación es simplemente un extraño método quirúrgico que extirpa todo aquello que
no es tuyo y salva solo aquello que es tu autentico ser” (Bhagwan, 1995).
“La meditación consiste simplemente en ser; ser sin hacer nada, sin acción, sin pensamiento,
sin emoción. Simplemente eres, y ello es” (Osho, 2013).

Meditación trascendental. La meditación trascendental (MT) es una técnica que nace en

20
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

la India desde el siglo XX y ha sido develada por el físico Maharishi Mahesh Yogi de la
tradición védica. La MT es una técnica que permite a quien la practica mejorar su calidad de
vida, disminuir niveles de estrés y desarrollar su pleno potencial; además, permite entrar en
un estado de paz interior y favorecer el crecimiento personal (Chapman, 1976).
Según Broome, Orme-Johnson & Schmidt-Wilk (2005), la MT produce un estado
psicofisiológico de descanso total, reducción de los niveles de ansiedad de rasgo, mejorar la
salud psicológica y es coadyuvante en la disminución significativa del consumo de sustancias
como cigarrillo, alcohol y SPA. De hecho, en un estudio de Alexander, Swanson, Rainforth,
Carlisle, Todd & Oates (1993), desarrollado con una población de trabajadores que
practicaban la MT, encontraron altos niveles de cambios psico-fisiológicos tales como:
disminución de la ansiedad, de la tensión laboral, del insomnio, de niveles de fatiga, así como
en el consumo de cigarrillo, al tiempo que se daba un aumento en la efectividad de los
empleados, mejores niveles de satisfacción laboral y mejoría en la relaciones interpersonales.
En resumen, la MT es un tipo de meditación diseñado y adaptado para personas de
occidente, donde su práctica diaria por 20 minutos puede generar efectos positivos en la salud
mental, generar bienestar y dar un descanso profundo físico y mental (Chapman, 1976).

Meditación Budista. La mayoría de los escritos sobre meditación Budista, insiste n en


aclarar que la meditación no es una tipo de relajación, ni estado de hipnosis y tampoco es poner
“la mente en blanco”. A través de la meditación Budista se ponen en práctica los principios del
Zen; de hecho, la meditación es una vía para incrementar la capacidad de consciencia. Según
Suzuki (1964) los propósitos del Busdismo-Zen están relacionados con disciplinar la mente,
para que se convierta en su propio maestro a través de una visión apropiada de su naturale za ;
la meditación consiste en abrir el ojo mental para poder ver la verdadera razón de la existenc ia.
La meditación Budista tiene dos técnicas, la primera es la Samatha y la segunda es la
Vipassana. La meditación Samatha tiene el objetivo de tranquilizar la mente y expandir la
perspectiva, y se constituye en la preparación para la meditación Vipassana. Según Calle
(2009), la meditación Vipassana es un tipo especial de meditación mostrada por Siddharta
Gautama (Buda), que se refiere a la visión más profunda, clara y penetrativa, donde se logra la
liberación definitiva de la mente, que según Buda es un modo supra consciente de ver las cosas,
su última naturaleza, poniendo fin a las corrupciones de la mente. Para llegar a ver lo que es
tal cual es, se requiere de una percepción pura, una atención libre de juicios, prejuicios y una
cognición profunda, cualidades que la práctica constante permiten alcanzar.
Mindfulness. “Mindfulness es poner atención a algo en particular: con un propósito, en

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

el momento presente y sin juzgamientos” (Kabat-Zinn, 1994, p.4).


Mindfulness no tiene una traducción al español, sin embargo, se puede entender como
“consciencia plena” o “plenitud mental”. La práctica de mindfulness ha existido por más de
2.500 años en la tradición Budista, sin embargo, hace poco tiempo está siendo parte de las
prácticas psicológicas difundidas en occidente (Masterpasqua, 2016). De acuerdo con Bishop
et al. (2004), mindfulness se divide en dos componentes; el primero es autorregular la
atención de la experiencia inmediata que está viviendo la persona, y el segundo, es una
orientación hacia la apertura, la curiosidad y la aceptación de la experiencia inmediata en la
que se está viviendo.
Ladner, Aten, McMinn & Worthington (2011) aclara que la práctica de mindfulness no es
dogmática y ayuda a las personas a concentrarse en una experiencia de vivir el momento sin
juzgamientos, ser más conscientes de las sensaciones, pensamientos y emociones en el
momento presente. Además, tiene tres beneficios claramente identificados: disminución de
los niveles de estrés, fortalecimiento en la regulación emocional y autocontrol, y disminución
de síntomas que causan ansiedad y depresión.
De acuerdo con Sánchez (2011) la práctica de mindfulness se puede realizar de manera
formal (en un contexto especial de meditación) o informal en la vida cotidiana. El autor,
menciona también, que los efectos de la meditación y del mindfulness se reflejan de forma
integral, es decir, abarcan más áreas que los objetivos específicos con que se da inicio a la
práctica; de manera que sus efectos positivos se dan en el bienestar psicológico y fisiológico
general, ayudando a alejar preocupaciones o pensamientos intrusivos respecto a un problema
o afección, generando mayor conciencia de la experiencia vital completa.
En resumen, Mindfulness es una capacidad humana universal y básica, que consiste en la
posibilidad de ser conscientes de los contenidos de la mente momento a momento; es, en
últimas, la práctica de la autoconciencia (Simon, 2006).

Expansión de la consciencia. Murray (2002) argumenta que la psicología tradicional ha


visto la experiencia religiosa o meditativa como conceptos separados de la consciencia, pero
en su opinión, esta disciplina debería estudiar el concepto de conciencia relacionado con la
meditación, pues considera que la última es una experiencia de ampliación o expansión de la
primera. El ser humano puede elevar su consciencia a través de: (a) Encontrar una mente
imparcial, es decir experimentar el mundo escuchando, observando, aprendiendo pero sin
juzgar; (b) Expandir la visión, lo que significa vernos a nosotros mismos como una unidad y
siendo parte del mundo; (c) Experimentar el momento, concentrarse en lo que se está

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

haciendo en el mismo instante y mitigar las distracciones; (d) Actuar espontáneamente, que
es estar motivado por el momento en vez de la costumbre; (e) Acoger el vació de la mejor
manera, es decir liberar el estrés, dejar ir el miedo y la ansiedad a través de la risa, por
ejemplo.

Diálogo Socrático. “La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”


(Sócrates). El diálogo socrático (DS) es una técnica para develar la propia verdad de cada
persona mediante preguntas denominadas socráticas; fue creado por el filósofo Sócrates,
quien buscaba favorecer procesos de autorreflexión en sus discípulos, mediante
cuestionamientos continuos con los que esperaba que el individuo considerara otros puntos
de vista que le permitieran ampliar su perspectiva (Martínez, 2012).
El DS es una técnica muy utilizada en la psicología clínica, por la potencia que tiene para
generar un procesos reflexivos en los que el consultante pone en discusión sus propias
perspectiva. Según Jaramillo-Moreno (2010) el paciente y el terapeuta, inician un recorrido
en el que se busca la definición precisa de las cosas o de los eventos, permitiendo un insigth,
que lleva a mejorar la toma de decisiones, ampliar las habilidades para la solución de
problemas y promueven un pensamiento más crítico.
En relación con la dimensión espiritual, el diálogo socrático se convierte en una
herramienta especial para que la persona a través de la reflexión sobre las que considera sus
verdades y creencias pueda encontrarse tranquila y abiertamente con su vivencia de la
espiritualidad y pueda reconocer otros puntos de vista que pueden llegar a enriquecer y
ampliar su experiencia.
En el abordaje de la espiritualidad y la meta-cognición, el DS despliega recursos basados en
el auto-distanciamiento, la auto-trascendencia, el auto-conocimiento, la auto-aceptación y la
autorregulación (Jaramillo-Moreno, 2010).

Logoterapia. “Cuando los arquitectos pretenden apuntalar un arco con riesgo de


hundirse, aumentan la carga en la clave, para que así sus piezas se unan con mayor fuerza. De
la misma forma, si los terapeutas procuran fortalecer la salud mental de sus pacientes, no
deben tener miedo a aumentar la tensión interior, si con ello les conducen a reorientar o
encontrar el sentido de sus vidas” (Frankl,1979, p.128).
La logoterapia fue creada por el neurólogo y psiquiatra Viktor Frankl, durante su
experiencia en los campos de concentración de Auschwitz en la segunda guerra mundial. La
logoterapia está centrada en la existencia humana y sobretodo en la búsqueda de sentido y

23
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

significado de la vida. Para Frankl (1979) la esencia de la existencia consiste en la capacidad


del ser humano de responder responsablemente a las demandas que se le plantean en cada
situación particular.
Según Oblitas (2008) la logoterapia es un enfoque existencial que ayuda al individuo a
solucionar problemas o discusiones filosóficas o espirituales, tales como el significado de la
vida, de la muerte, del sufrimiento, del trabajo y del amor. En este sentido, el logoterapeuta
tiene la tarea de brindar a sus pacientes las mejores posibilidades para que ellos reconozcan
nuevas alternativas a sus problemas, y al tiempo ampliar la mirada sobre su dimensión
espiritual; en palabras de Frankl: “La función del logoterapeuta consiste en ampliar y
ensanchar el campo visual del paciente hasta que visualice responsablemente el amplio
espectro de valor y de sentido contenido en su horizonte existencial” (Frankl,1979, p.128).
El principal objetivo de esta perspectiva de abordaje es favorecer la autorrealización,
pensando que se hace posible en la medida en el que el hombre encuentre su más profundo
sentido de vida y existencia particular.

Aportes de la psicología positiva


“La espiritualidad es un proceso que habla de las mejores potencialidades del ser humano.
la capacidad de ver, buscar, conectar , sostener y transformar lo sagrado” (Pargament &
Mahoney, 2004, p. 654).
Finalmente, ya que la presente investigación se enmarca en una especialización cuyo
enfoque es la psicología positiva, resulta oportuno incluir los importantes aportes que hace
este enfoque al abordaje de la espiritualidad en la práctica clínica de la psicología.
La psicología positiva busca abordar el estudio de los seres humanos desde una
perspectiva que se dirige hacia las potencialidades, recursos, tendencia hacia el bienestar,
cualidades y aspectos positivos de la persona. Por tanto, desde éste énfasis, su principal
objetivo es investigar y aportar al desarrollo de las fortalezas y virtudes humanas y el efecto
de las mismas en la vida individual y colectiva. Cuadra y Florenzano (citado en Godoy, 2004)
señalan que a nivel individual, el fin de la psicología positiva es indagar acerca de las
habilidades personales, la sensibilidad, el talento, el perdón, la espiritualidad, entre otros
aspectos.
Hacia mediados del siglo XX, los psicólogos tuvieron la tendencia de ignorar la
espiritualidad, verla como patológica o tratarla como un proceso básico que se podía reducir
en las funciones psicológicas, sociales y fisiológicas; por fortuna, esa tendencia se fue
transformando, en lo que la psicología positiva a hecho un significativo aporte al desarrollar

24
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

diversas investigaciones por medio de las que ha difundido la importancia que tiene atender a
la espiritualidad y otorgar un lugar significativo a su exploración y desarrollo dentro de la
consulta psicológica. Como principales razones se identifican: en primer lugar, la espiritualidad
es un hecho cultural, en segunda instancia, el desarrollo de esta dimensión tiene efectos en
varios aspectos de la salud mental y física, y, finalmente, la espiritualidad ha sido uno de los
constructos con menos atención psicológica según lo reporta la APA (Pargament & Mahoney,
2004), a pesar de la evidencia antropológica de su existencia a lo largo de toda la historia de la
humanidad.

25
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Capítulo Tercero
Método

Tipo de investigación
La presente investigación se inscribe en el paradigma hermenéutico, que de acuerdo con
Mardones y Ursua (1994) es entendido como un modo de aproximación que se centra en el
reconocimiento de las particularidad de un ámbito de estudio determinado. Se caracteriza por
desarrollar un método ideográfico, que permite ahondar en la descripción de objetos,
identificando las características que les hacen individuales y únicos, de manera que la
manifestación de la singularidad del sujeto que investiga tanto como la del objeto de estudio
son comprendidas como manifestaciones de lo interior, y esas dos interioridades se ponen en
juego al momento de la investigación, creando contexto específicos para comprensiones
específicas.
Desde la perspectiva de la hermenéutica, la separación entre hombre y entorno social
resulta imposible, pues es en esta interacción en la que emergen las explicaciones y, en
últimas, la realidad. En este sentido, “Los sujetos a cuya investigación se compromete la
psicología no están simplemente sujetos a la influencia de la sociedad, como suele llamársela,
sino que vienen configurados por ella basta la más profundo” (Mardones y Ursua, 1994, p.
16).
De acuerdo con el paradigma y con el objeto de investigación, esta investigación se
suscribe al enfoque cualitativo, entendido como un proceso que “apunta a la comprensión de
la realidad como un proceso histórico de construcción a partir de la lógica de los diversos
actores sociales, con una mirada “desde adentro”, y rescatando la singularidad y las
particularidades propias de los procesos sociales” (Galeano, 2012, p. 20).
La investigación cualitativa es la que “produce datos descriptivos: las propias palabras de

26
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

las personas, habladas o escritas, y la conducta observable” (Taylor y Bogdan, 1998, p. 20).
Los autores señalan que se trata de una forma de acercarse al mundo empírico lo cual es
interés central de las investigadoras, que buscaron en todo momento acceder desde una
perspectiva holística, tanto a los entrevistados como a los contextos en que desarrollan sus
abordajes, considerándolos como un todo, incluyendo su pasado, es decir la manera en que
han construido sus comprensiones acerca de la espiritualidad, y su momento presente, esto es
la forma en que adelantan las prácticas para el abordaje.

Participantes
Se definieron criterios de selección para definir los participantes de la investigación, a
partir de los cuales se extendió invitación a 15 persona y finalmente se realizaron 11
entrevistas. El primer criterio fue contar con igual número de participantes en ambos grupos
de análisis: líderes espirituales y terapeutas; en relación con la experiencia específica en el
tema se decidió que fuera de mínimo de cinco años, con diversidad en campos de aplicación,
esto con el fin de dar diversidad en los perfiles y estrategias de intervención diversas.
También se buscó contar con participación equitativa de hombres y mujeres, buscando tener
en cuenta la perspectiva diferencial de género, así como un rango de edad por encima de los
35 años, con el fin de tener también un cierto nivel de experiencia vital.
De otro lado, en el caso de los terapeutas, se buscó que tuvieran por lo menos un artículo
publicado, que hubiesen participado en eventos o charlas o que tuvieran un desarrollo
específico frente a la temática central de la investigación.
Los participantes que finalmente hicieron parte de la investigación cuentan con los
perfiles enunciados a continuación.

Líderes espirituales.
Participante 2. Formación profesional como fisioterapeuta de la Universidad El Rosario,
especialista en columna y mano. Se ha desempeñado como docente de esta área del
conocimiento en las Universidades El Rosario, Javeriana y Manuela Beltrán; fue
coordinadora de prácticas de quemados de mano en El Rosario. Hace 18 años tuvo un
proceso de acercamiento, iniciación y formación con tradiciones indígenas Mexicanas y
Colombianas, desde donde inicia su trabajo espiritual que define como “una suma de dos
tradiciones que, es una sola, no nos difiere de nada. Nos difiere la forma en que nos vestimos,
qué cantamos, pero todos volvemos nuevamente a re-conectarnos nuevamente con qué, con
los cuatro elementos, con que somos aire, agua, fuego y tierra. Rezamos a un dios que nos

27
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

nutre que es un elemento, que es el sol y volvemos a la madre tierra, y nos sentamos en la
madre tierra porque es nuestra madre y la que nos da todo para vivir. Entonces uno vuelve a
reconectarse con todo eso y de ahí́ sale el trabajo espiritual que yo sigo hace 18 años”
(Entrevista 2, realizada el 7 de marzo de 2016). Durante este tiempo ha tenido que pasar por
diversos procesos de iniciación y rituales en los que líderes indígenas le han ido dando
instrucción para avanzar en el desarrollo de diferentes formas de sanación. Actualmente,
realiza procesos grupales y colectivos de sanación espiritual y reconexión con medicinas y
tradiciones indígenas y hace parte del Consejo de Abuelas de Colombia, que es un organismo
de mujeres mayores de 52 años representantes de diferentes tradiciones; representa a la
comunidad Fuego Sagrado de Itzachilatlan, Bakatá.

Participante 4. Directora nacional de la Fundación Maharishi de Colombia, que es la


filial nacional de la organización mundial reconocida para el entrenamiento en meditación
Trascendental. Trabajo dirigiendo la organización hace más de 30 años; estudió directamente
con Maharishi en la Universidad Védica Maharishi en Holanda y en Estados Unidos. Durante
este tiempo se ha dedicado a enseñar meditación trascendental y los programas avanzados.
Además, dirige algunos proyectos especiales, como el que realizan en colaboración con los
Hogares Claret. La fundación Maharishi Colombia, es una entidad que con personería
jurídica establecida en Colombia y hace parte de una organizació n mundial que tiene su sede
en Holanda. Empezó a meditar a los veinte años y después de cuatro años de práctica se fue a
Holanda para dar inicio a su formación.

Participante 8. Imam y pensador musulmán, director del Centro Cultural Islámico de


Colombia; nació en el seno de una familia llanera y católica, pero la curiosidad y la
investigación lo llevaron a convertirse al Islam. Estudió Ciencia Política, Teología y Filosofía
Islámica en la Universidad de Imam Jomeini, en Irán. Analista Internacional, consultado
permanentemente por medios de comunicación nacional e internacional. Escritor de diversos
artículos sobre la Civilización Islámica. Invitado permanente a congresos y seminarios
internacionales en Egipto, Indonesia, Irán, Iraq, Libia, Marruecos, Argelia, Corea del Sur,
España, Líbano. Representa la visión de un Islam occidental, latinoamericano y del trópico.
Defiende un Islam del pluralismo, la mística (Irfan y Sufismo), la filosofía trascendental, y un
humanismo islámico. Fundador y difusor del Dialogo y Alianza entre Civilizaciones en
Colombia. Propone la creación de un Estado Federal Abrahamico para resolver el conflicto

28
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

árabe e israelí. Propone una reforma universal de la academia para construir la paz en
Colombia y la cooperación Islam-Occidente.

Participante 10. Entre los años 96 y 98 tiene contacto formal con el budismo, después
viaja a la India, en donde se queda cinco años y medio realizando su formación y
entrenamiento en budismo tibetano. Regresa a Colombia en el 2006 y a mediados del 2007 es
nombrada directora del Centro de Meditación Budista Tibetana de la Tradición Luppa, hasta
el 2015, momento en que deja la dirección. Ha dictado clases de Budismo Tibetano en la
Universidad. Durante algún tiempo estuvo trabajando con el CERT –el Centro de Estudios de
las Religiones y la Teología. Dicta cursos libres de meditación y Budismo y es invitada por
diferentes universidades para desarrollar espacios de conversación y formación en el tema.

Participante 11. Sacerdote de la Compañía de Jesús –jesuita-. Su formación total en la


compañía duró cerca de 14 años, tiene estudios es latín y griego, con una fuerte intensidad en
temas de arte y literatura; cuenta con licenciatura en filosofía y maestría en teología en
Francia y al mismo tiempo estudiaba una maestría en pedagogía religiosa. Su trabajo se ha
desarrollado en diferentes áreas: trabajo comunitario, en colegios jesuitas. Entre los años 73
al 79 se desempeñó en la Casa de la juventud, trabajando con jóvenes, posteriormente entra a
trabajar al CINEP -Centro de Investigación y Educación Popular-, que parte de una red
mundial de centros sociales, el centro hace énfasis en la investigación y en el trabajo con
comunidades. Durante algunos periodos de tiempo ha estado fuera del país, haciendo
capacitación con estudiantes de teología en Latinoamérica.
Actualmente participa en un proyecto llamado: Escuela de paz y convivencia ciudadana,
que desarrolla procesos de formación social, en temas de derechos humanos. Además, lleva
cerca de 15 años desarrollando el programa: Talleres de Apoyo al cultivo de la vida interior,
con el que propone: “Revisar nuestra Visión de la Vida y aprender y practicar el Ejercicio
Espiritual cotidiano es una manera de cultivarnos. El resultado es el desarrollo de nuestro
potencial de humanidad. Este aprendizaje nos prepara para cumplir con nuestra misión: ser
una manera de presencia y acción de Dios en el mundo” J. Mejía (Entrevista realizada el 8 de
abril de 2016).

29
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Terapeutas.

Participante 3. Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia; estudios de


Especialización Instrumental en Flauta Traversa en la Universidad Nacional; Especialización
en Docencia Universitaria de la Universidad del Rosario; Estudios de Maestría en Educación
en la Universidad Pedagógica Nacional. Profesor de la Universidad del Rosario en la Escuela
de Medicina y Ciencias de la Salud, Programa de Psicología.
Ha sido profesor de la Universidad Distrital, Universidad Manuela Beltrán y de la
Universidad Pedagógica Nacional. Miembro fundador de Sasana “Asociación de Psicología
Transpersonal e Integral” y profesor en los programas de Sasana en estudios de
profundización en Psicología y Psicoterapia Transpersonal. Miembro fundador e integrante
de la Junta Directiva de ACPG -Asociación Colombiana de Psicoterapia y Procesos
Grupales- filial de la IAGP –International Association for Group Psychotherapy and Group
Processes-. 30 años de experiencia clínica en práctica psicoterapéutica y de facilitación de
talleres de desarrollo personal “Danzar la Vida”. Mentor Certificado de Danzas de Paz
Universal tradición de Murshid Samuel Lewis y el Sufi Pir-o-Murshid Hazrat Inayat Khan.

Participante 6. Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en


resolución de conflictos y máster en integración de personas con discapacidad. Cuenta con
formación en tanatología, y en trauma resiliencia. Desarrolla intervención con personas
enfrentadas a pérdidas y coordinación de proyectos sociales. Terapeuta, escritor y
conferencista internacional sobre Trauma, Duelo, Resiliencia y Crecimiento Postraumático.
En 20 años de experiencia ha acumulado aproximadamente 12.000 horas de ejercicio
terapéutico realizando intervención con personas con trauma raquimedular y sus familias,
parejas que han perdido hijos, viudos y viudas, enfermos terminales y sus familias, víctimas
de minas antipersona, de secuestrados y familiares de secuestrados. Adicionalmente ha sido
Director de Posgrados, Miembro del Consejo Académico UMB, Coordinador de prácticas e
investigación en psicología, miembro líder del equipo para la renovación del registro
calificado y la obtención de la Acreditación de Alta Calidad en la Universidad Manuela
Beltrán, par evaluador de programas de posgrado del CONACES y magistrado del tribunal de
ética del Colegio Colombiano de Psicólogos.

Participante 7. Psicóloga de Los Andes, con especialización en Terapia de Pareja y


maestría en Transpersonal Counseling Psychology. Su principal interés es por la Psicoterapia,

30
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

los problemas de relevancia social y la docencia, que la ha desempeñado en la Universidad de


los Andes y en Sasana. Co-fundadora y docente de SASANA, Asociación de Humanismo
Transpersonal. Se desempeña como psicoterapeuta en su consultorio particular, con un
énfasis en adultos y parejas. Además dirige talleres terapéuticos grupales. Experiencia como
psicoterapeuta de más de 20 años.

Participante 1. Psicólogo de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, curso Psicología


del consumidor, Especialista en Desarrollo Personal y Familiar de la Universidad de la
Sabana. Magister en Bioética de la Universidad El Bosque. Docente de diferentes
universidades y Miembro del Tribunal Deontológico y Bioético de Psicología, Zona Centro.

Participante 9. Psicólogo de la Universidad del Valle, magister en Psicoterapia de la


Universidad de Salamanca. Consultor organizacional, docente en educación superior,
facilitador de procesos de grupo y terapeuta. Coautor del libro “Fundamentos
epistemológicos de las Psicologías. Con énfasis en Psicología Transpersonal”. Miembro del
consejo editorial del Journal of Transpersonal Research y de la junta directiva de la
Asociación Transpersonal Iberoamericana. Su labor se caracteriza por el empleo de
metodologías activas (participación, interrogación, lúdica, diversión y aplicación) que invitan
a cada persona a asumir su responsabilidad y sus recursos en los procesos en que está
implicada. Su trabajo se nutre de la psicología y psicoterapia transpersonal, la creatividad, la
respiración consciente y la meditación. Se ha desempeñado como docente en algunas
universidades y tiene una importante trayectoria como terapeuta en su consultorio privado.
Participante. 5. Médico de la Universidad El Bosque, con entrenamiento clínico en el
Instituto de medicina Mente-Cuerpo de la Universidad de Harvard. Se desempeña como
conferencista nacional e internacional y recibe pacientes en su consultorio privado, con
quienes hace un abordaje integral de sintomatologías físicas y emocionales con una
perspectiva espiritual. Se centra en el desarrollo de la felicidad como proyecto de vida y en la
espiritualidad aplicada a los negocios, la salud, las relaciones y la paz interior. Es su
propósito ayudar a las personas a encontrar el camino más rápido y efectivo al verdadero
éxito, uno en donde la comprensión de cómo funciona el pensamiento, la vida y sus leyes,
permite tener negocios prósperos, almas tranquilas, relaciones armónicas, cuerpos saludables
y un gran disfrute de la vida.

31
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Instrumentos

Entrevista a profundidad. En coherencia con la intención de la investigación


cualitativa, de no buscar generalizaciones sino resaltar aquellos elementos que son propios de
una condición o situación específica en un contexto particular, esta técnica permite reconocer
los elementos más ricos y diferenciadores del tema a abordar. Según Olaz (2008), este es el
tipo de entrevista más recomendable cuando, como es el caso de esta investigación, se
pretende abordar a personas que son grandes conocedoras del tema en cuestión, así como
cuando lo que se busca es ampliar el conocimiento de un problema que no se encuentra
altamente estructurado; esto último tiene que ver con que la espiritualidad es un constructo
que en la psicología aún requiere de un mayor nivel de profundización y estructuración.
De acuerdo con las categorías identificadas en la revisión documental del marco teórico y
en coherencia con los objetivos de la investigación, se estructuró un modelo de entrevistas de
11 preguntas (Ver apéndice A) con las que se abordaron a los participantes. Por medio de las
entrevistas se buscaba indagar por los conceptos y comprensiones que subyacen a las
estrategias desarrolladas por los terapeutas y líderes espirituales, así como por las estrategias
mismas y los aspectos que las componen.

Procedimiento
Para el desarrollo de la investigación se dio inicio con la revisión documental acerca de la
la relación espiritualidad – psicología – práctica clínica terapéutica, a partir de la cual se
identificaron prácticas desarrolladas en esa relación, de donde emergieron las categorías
iniciales con base en las cuales se elaboró la entrevista a profundidad. Posteriormente se
definieron los criterios de selección de perfiles para los participantes, que incluían líderes
espirituales y terapeutas que abordaran la dimensión espiritual de manera intencionada. Una
vez establecidos y definidos los contactos con los participantes se desarrollaron las
entrevistas a profundidad que dieron como resultado un material al que se le realizó el
proceso de análisis de la información, tanto intra-discurso como inter-discurso; esto es que
cada entrevista permitió establecer un nivel de análisis en sí misma y otro nivel que estuvo
relacionado con la comparación de los diferentes discursos, entre unidades de análisis (líderes
y terapeutas) y entre los diversos actores. Durante esta parte del proceso emergieron nuevas
categorías que permitieron enriquecer y complejizar las comprensiones frente al tema y el
acercamiento a los objetivos de la investigación. Finalmente se procedió a la elaboración del
documento final.

32
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Análisis de resultados. Se utilizó la herramienta de Atlas-ti, que es un software para el


análisis cualitativo de datos, permitió extraer, categorizar, descubrir patrones e inter-vincular
segmentos de datos. El proceso inició con la categorización de cada una de las entrevistas
realizadas y desde allí se avanzó hacia los diversos análisis intra-textuales e inter-textuales
que permitieron el análisis de cada entrevista en su propio contexto, es decir sin perder el
sentido que tenía en sí misma; de igual manera se hicieron análisis inter textuales, que
llevaron a establecer elementos comunes y aquellos que resultaban novedosos,
contradictorios o demasiado específicos para las unidades de análisis (terapeutas y líderes
espirituales).
Se desarrolló desde la perspectiva del análisis de contenido, que es un “método para
estudiar y analizar las comunicaciones de una forma sistemática, objetiva y cuantitativa ”
(López, 2002, p. 168) y busca substraer de la información dada por los entrevistados,
aquellos que elementos que resultan significativos y útiles con respecto al tema de interés
para esta investigación.
Esta forma de análisis es coherente con el interés y la perspectiva de la investigación, ya
que no se pretendía probar ninguna teoría o hipótesis, por el contrario se busca aportar
nuevos cuestionamientos; ya que la psicología positiva está interesada en trabajar en torno a
la espiritualidad, resulta útil reconocer cuáles son las concepciones y formas de abordaje que
se vienen construyendo tras un constructo tan universal como divergentes en sus
explicaciones. Siguiendo a Valbuena (2010, como se citó en Páramo, 2010), se en un primer
momento se hicieron descripciones sistemáticas de los contenidos evidenciados en las
entrevistas, tanto de las categorías relacionadas con la espiritualidad desde una perspectiva
epistemológica, es decir en términos de su comprensión y elementos constitutivos; como
desde una perspectiva metodológica en términos de las estrategias de abordaje. Este primer
nivel de análisis llevó a reconfigurar las categorías iniciales pues evidenciaba que tanto las
concepciones del constructo central como las formas de abordaje evidenciadas en la literatura
eran sobrepasadas por la experiencia de los participantes.
En este sentido, una vez que se identificaron las categorías emergentes y las perspectivas
novedosas que abrían para las investigadoras, se da un segundo momento de análisis en el
que se buscó tanto interpretar como descubrir elementos que no se hacían evidentes en las
entrevistas, durante el primer momento de acercamiento. Todo este acercamiento a los
contenidos exigía no perder de vista los contextos en que emergieron, por lo que era
necesario tener claridad acerca de las diferencias que presentaban las unidades de análisis de
acuerdo a su interés para el acercamiento a la espiritualidad.

33
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Metodológicamente, es necesario mencionar que las categorías iniciales, construidas con


base en el marco conceptual y en estrecha relación con los objetivos de la investigación se
fueron transformando y ampliando no solo en cantidad, sino en el tipo de relaciones que se
tejían entre ellas, que inicialmente eran mucho más lineales y posteriormente presentaban
redes más complejas. A partir de este análisis, se llegó a la producción de textos diferentes a
los analizados, pues con base en el marco teórico construido inicialmente y en los análisis de
los textos producidos por las entrevistas, se realizaron nuevas inferencias que pretenden
generar el aporte a la disciplina con nuevos cuestionamientos (Valbuena, como se citó en
Páramo, 2010).

Consideraciones éticas
Se han tenido en cuenta varios elementos éticos para el desarrollo de la investigación. En
primer lugar los-as participantes contaron con información precisa acerca del objetivo y
alcance de la investigación, para decidir desde allí su participación. Durante el desarrollo de
los diferentes momentos de contacto, así como de las entrevistas nunca se juzgaron ni
calificaron las ideas, posturas, creencias u orientaciones de fe. El manejo de datos personales
ha sido cuidadoso, incluyendo la entrega y firma de consentimientos informados, sin cuya
lectura y firma no se dio inicio a ninguna entrevista. Las referencias de las citas textuales
extractadas de las entrevistas y referidas en el documento de la investigación, son claras y
dan crédito a todas las ideas expuestas por los-as participantes. Finalmente, se compartirá con
todos-as los-as participantes el documento final de investigación.

34
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Capítulo Cuarto
Resultados
En este apartado se presentan los resultados del análisis de contenido realizado con base
en las entrevistas realizadas a los 11 participantes, cinco de ellos líderes espirituales de
diferentes tradiciones (catolicismo, budismo, islamismo, tradición indígena) y la directora del
centro Mharishi Yoga que desarrolla el abordaje desde la perspectiva de la meditación
trascendental, que aunque no está inscrita dentro del hinduismo, está más cercana a las
características de los abordajes que se incluyen en la unidad de análisis de los líderes
espirituales, otros cinco son psicoterapeutas que tiene enfoques psicológicos diversos y cuya
práctica clínica se desarrolla en diferentes campos (terapia individual y de pareja, procesos
colectivos, acompañamiento en duelo, cuidado paliativos) y un médico que por su formación
de posgrado y de acuerdo a su modelo de intervención adelanta procesos con intencionalidad
terapéutica en su consulta, éste último participante hace parte de la unidad de análisis de los
terapeutas por el rol que desempeña.
Sobre la base de una categorización basada en el marco teórico se da inicio al análisis de
las entrevistas, en donde se evidencian nuevas categorías no planteadas inicialmente.
La categorización final permitió evidenciar nuevas categorías y relaciones entre ellas; así,
una categoría central fue la espiritualidad que incluyó cuatro elementos constitutivos:
religiosidad, trascendencia, sentido de vida y conciencia. Como parte de la espiritualidad
emerge la categoría abordaje, que permite explicar las formas de acercamiento desarrolladas
por los entrevistados en sus diferentes contextos de relación con quienes acuden a ellos; para
poder organizar la información de estos abordajes, en primer lugar de establecieron las
diferencias entre los líderes y los terapeutas y posteriormente se identificaron las estrategias
desarrolladas por ellos. Estas estrategias permitieron evidenciar enfoques y técnicas
específicas, estas últimas terminaron siendo organizadas como prácticas por su amplitud y
diversidad. Finalmente, como parte de las estrategias se identificaron en el campo específico
del quehacer de los terapeutas, los elementos que son propios del ámbito de la psicoterapia.

35
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Tabla 1
Categorías iniciales
Categoría Sub-categoría
Estrategias Técnicas
Enfoques

Espiritualidad Religiosidad
Trascendencia
Sentido de vida

Abordaje Clínico Terapia


Promoción y prevención
Intervención

Una vez se contó con la categorización final se procedió a desarrollar el análisis


identificando los aspectos específicos para las dos unidades de análisis principales: líderes
espirituales y terapeutas; para, finalmente poner en diálogo los hallazgos de ambos grupos o
unidades de análisis y evidenciar puntos de encuentro, de desencuentro y aportes a la
pregunta de investigación.
Es importante mencionar que los temas que aparecen son concebidos de manera diversa
para los líderes espirituales y los terapeutas, lo que ha enriquecido la mirada sobre la
pregunta de investigación que se planteó, en ese sentido el análisis y los resultados dan
cuenta de un campo que requiere desarrollar más investigaciones que permitan ampliar el
diálogo entre estas unidades de análisis para generar comprensiones más interdisciplinares
del problema.

Espiritualidad
A criterio de las investigadoras, poder hacer un acercamiento a las formas de abordaje y
las diversas técnicas de intervención realizadas por líderes espirituales y terapeutas
participantes de la investigación, parte de entender cómo es concebido el objeto sobre el que
se pretende hacer dicho abordaje; Por esta razón, se ha decidido dar inicio a la presentación
de los resultados con esta categoría de análisis: espiritualidad. Incluye tanto un acercamiento
a las comprensiones y definiciones construidas por los entrevistados, como los elementos

36
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

constitutivos que ellos y ellas identifican como principales para tener un mayor
entendimiento del constructo.
Es posible distinguir tres aspectos centrales dentro de las diversas definiciones dadas de
espiritualidad por parte de los entrevistados. En primer lugar definida por la presencia o
relación con un ser superior, en segundo comprenderla como dimensión del ser humano o
como contenedor de las demás dimensiones y, finalmente, la espiritualidad como lugar de
encuentro consigo, con los otros y lo otro, entendido esto último como el entorno, la
naturaleza, el cosmos. Se abordan cada uno a continuación.

La espiritualidad como relación con un ser superior. Si bien hay una diferencia
significativa entre las concepciones de espiritualidad de los terapeutas frente a las de los
líderes espirituales, en relación con la necesidad o no de la conexión con un ser superior o
divinidad para hablar de espiritualidad, en ambos casos se considera que es un aspecto que
puede estar presente cuando la definición de lo espiritual implica la relación o presencia de
un ser superior suele estar cercana a las ideas de la religiosidad, es decir que este aspecto se
hace presente en la mayoría de los líderes espirituales, y aunque no es el aspecto más
relevante dentro de las concepciones de los terapeutas, si ocupa un lugar significativo para
algunos.
Dado que el ejercicio de los líderes espirituales se enmarca en una tradición espiritual,
entendida como una forma de religiosidad determinada, y que a la base de los principios que
las rigen se encuentra la identificación con la imagen de un ser supremo, así como diferentes
formas de acercamiento a la divinidad, la espiritualidad se tiende a relacionar con la búsqueda
del conocimiento interno -de sí mismo- fundamentada en el conocimiento de una fuerza
externa o superior que se refleja en la imagen o forma humana. Tanto las vías para ese
conocimiento como las características de la divinidad estarán determinadas por los preceptos
y principios de cada tradición. Para el líder de la tradición Islámica, la espiritualidad es una
misma fuerza que se particulariza de acuerdo con las condiciones culturales e históricas de
los grupos humanos que reciben un mensaje o establecen una relación con determinadas
formas de manifestación de lo divino: “Es decir, las espiritualidades han tomado las formas
del recipiente donde llegan, cultural o civilizacional. Entonces, esa agua toma el color del
recipiente donde llega y a través de la historia, ese primer motor originador de todo es el
Creador: Dios, Alá, Jehová, Yahvéh, no importa el nombre que se le dé. Él se ha manifestado
y esos mensajes que ha enviado son múltiples, y el corazón y el núcleo atómico de todo ese
mensaje es lo espiritual” (Participante 8, Comunicación personal, 23 de marzo de 2016).

37
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Al planteamiento anterior habría que sumar que no solo se considera que lo divino se
manifiesta en las formas humanas llamadas religión o tradiciones espirituales, sino que se
considera que hay un papel activo de lo humano, en la medida que la persona debe hacer
conciencia de aquello divino que le habita y reconocer así su propia sacralidad y
potencialidad de hacerlo evidente y presente; en palabras del líder católico , la espiritualidad
es “aprender a vivir nuestra condición humana integralmente y saber que el papel de Dios es
el que trabaja permanentemente en tu interior creándote y recreándote a ti, como la mujer que
tienes que ser” (Participante 11, Comunicación personal, 8 de abril de 2016). Esta forma de
hacer presente lo divino en cada quien, invita a hacer presente otro elemento significativo en
las entrevistas y es la importancia de reconocer la espiritualidad como acto que exige la
coherencia entre aquello en lo que se cree y la manera en que se actúa.
Se conciben entonces dos órdenes en los que la espiritualidad se hace palpable desde la
relación con un ser superior. En palabras de un psicólogo entrevistado “una concepción a la
vez mundana y como transmundana de lo espiritual, como que hacían eco de lo que dice el
evangelio de que “el que dice que cree en dios al que no ve y no ama a su hermano, a quien si
ve, miente” (Participante 3, Comunicación personal, realizada 9 de marzo de 2016); en el
orden que este entrevistado concibe como mundano se ubica lo que otros participantes, en
especial los líderes espirituales ubican como el cumplimiento de unas normas externas que
determinan la forma en que se da esa relación con un ser superior, pero en el orden más
espiritual o profundo se da la reafirmación de que esa búsqueda no solo se ubica en un
recorrido interno y etéreo, sino que configura en formas particulares de acción y relación con
lo humano, con lo concreto.
De acuerdo con los entrevistados, es fundamental, evidenciar la multiplicidad de formas
tanto de entender como de acercarse a la espiritualidad, y de manera especial cuando se basa
en la relación con un ser superior, pues la idea que se establezca de ese ser determinará las
formas para construir la relación con él, así como la concepción de sí mismo y de los otros.
Entonces, de una parte es necesario entender esas particularidades en las concepciones y
prácticas en torno a la espiritualidad:
“Pero hay unas prácticas de humanidad que trascienden las condiciones particulares de
cualquier persona, o sea que son como “trans-persona”, que de alguna manera nos habla de
condiciones mucho más universales sin desconocer las singulares, por un lado eso se vuelve
profundamente práctico porque es reconocer una de las fuerzas fundamentales que animan a
cada individuo y es la búsqueda de un más allá́ de donde está ahorita, o sea un sentido de
“trans-formarse”, de ir más allá́ de la forma que en un momento dado tiene su existencia, su

38
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

mente, su comprensión, sus relaciones, pero también en el sentido de una apertura a unidades
mayores, que es una dimensión esencialmente trascendente” (Participante 3, Comunicación
personal, 9 de marzo de 2016).
Esta concepción que vincula la particularidad de las relaciones con un ser superior, con
un aspecto que va más allá de las singularidades para enriquecer la vivencia de la
espiritualidad con un sentido de unicidad muy profundo, se complementa con lo mencionado
en la entrevista 1 realizada el 7 de marzo de 2016 , quien en su entrevista se refería a la
espiritualidad como la búsqueda de un principio superior al hombre mismo, que le permite
asirse a la idea de que hay algo más allá de él, no necesariamente una deidad, pero si
relacionado con el concepto de lo bueno, que no se limita a los acuerdos éticos, porque las
normas que sustentan la religiosidad pueden ser construidas de forma consensuada aun sin
que alimenten un encuentro más ético o más enriquecedor, “Entonces, lo espiritual busca
trascender el concepto de la simple norma como tal” . Lo cual resulta concordante con la
distinción que los líderes espirituales hacen entre la religión en su forma externa o normativa
y su forma interna o trascedente y más cercana a lo espiritual, que será presentado de manera
más clara en el apartado referido a la religiosidad como elemento constitutivo de la
espiritualidad.
Aunque en los dos grupos, tanto líderes espirituales como terapeutas, se considera que no
son determinantes creencias de este tipo para hablar de espiritualidad, si se identifican tanto
unas ventajas como desventajas de cualquiera de las posibilidades (tener o no tener la
relación con un ser superior al hablar de espiritualidad).
Uno de los riesgos más significativos que se encuentran en el hecho de centrar el
desarrollo espiritual en la relación con un ser superior es el dogmatismo, entendido como la
consideración de que los propios preceptos, ideas y valores tienen condición de verdad única
y absoluta y no admiten discusión; tanto líderes espirituales como por terapeutas consideran
peligroso para el desarrollo espiritual, centrarse en el cumplimiento de las leyes externas de
una religión, basados en la idea de que son los preceptos y leyes de una única tradición,
determinados por su dios, lo que define cuál es la vía de salvación y verdad espiritual. El
problema radica en que la espiritualidad, aún en la forma de una relación con un ser superior
–sea cual sea- trasciende por mucho la norma establecida, pues se vincula con la forma en
que esa relación se construye y va más allá de las condiciones y características que las reglas
pueden imprimir a esa divinidad y a la relación que con ella se establece; en palabras de un
participante de la investigación: “tu puedes decir que la divinidad es compasiva o que la
divinidad es amor, o que la divinidad es el dios del ejércitos como en el antiguo testamento,

39
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

pero todo eso pone contenidos, cualidades, entonces las cualidades siempre chocan la mente
porque si tu afirmas esto estás negando aquello. Pero los procesos del desarrollo espiritual
son tales que pueden llevar al individuo humano a niveles que son inherentes a su condición
humana” (Participante 3, comunicación personal, 9 de marzo de 2016).
Así, el riesgo que el dogmatismo imprime para el acercamiento a la espiritualidad es el
de limitar la búsqueda que lleva la relación con el ser superior, a su realización trascendente,
es decir más allá de la norma; además de llevar a extremismos en los que se niega la
posibilidad de que cada quien decida y encuentre su propia ruta de contacto con ese ser
superior.
Uno de los entrevistados considera que la espiritualidad “es la comprensión de que la
vida tiene un propósito y un sentido” cual es básicamente entender la presencia de Dios y su
funcionamiento en la propia existencia; menciona que su concepción se fundamenta en que
esa presencia debe ser una certeza y no una creencia, lo cual hace que se trate de un ejercicio
que define como científico: “Es muy sencillo: la espiritualidad medida científicamente se
hace a través de los resultados, o sea que cuando tú apliques algo que tú comprendiste de la
vida, que entendiste el sentido y el propósito y desde ahí́ tú piensas y hablas y actúas, el
resultado tiene que ser tu felicidad. O sea, si es correcto, este es el resultado” (Participante 5,
comunicación personal, 10 de marzo de 2016). Encontramos en sus afirmaciones un punto en
conexión con otros entrevistados, cual es la coherencia entre los principios y la manera en
que se actúa, en este caso, los resultados evidenciados manifiestan la intenc ión de la acción,
que en concordancia con otras posturas, no depende de la forma que adopte la creencia (es
decir no depende del dios, de la tradición espiritual, de la religión…).
Es quizá la coherencia el elemento más significativo en que concuerdan líderes
espirituales y terapeutas, que en últimas son acciones por medio de las cuales la persona va
encontrando formas de volver acto sus creencias, de hacer concreta su relación con un ser
superior y lo que este le invita o exige hacer en el mundo.

La espiritualidad como dimensión o como contendor de todas las dimensione s.


Comprender la espiritualidad como dimensión del ser humano o como contenedor de las
demás dimensiones del ser humano, implica empezar por entender que no necesariamente se
trata de miradas contradictorias sino que pueden llegar a ser complementarias; este aspecto
delinea en buena medida la manera en que se desarrollarán los abordajes y el lugar que se
otorgue a sí mismo en la relación de acompañamiento o intervención, especialmente cuando
se está en el rol de terapeuta.

40
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Cuando la espiritualidad se define como una dimensión del ser humano lo que implica es
tener una mirada más integral de la persona con quien se interactúa. La mayoría de los
entrevistados asumen que es la forma en que se ha venido asumiendo y encuentran como muy
positivo el que la psicología se interese cada vez más en el abordaje de un aspecto que
consideran constitutivo de la persona, ya que ha estado presente en las búsquedas de la
humanidad durante toda su historia y en todas las culturas; sin embargo, consideran que es
una forma poco precisa y algo limitada de referirse a este constructo.
Para la mayoría de los líderes espirituales la espiritualidad es un todo que implica otras
dimensiones de la persona, pero que toca íntimamente con la posibilidad de reconocer la
integralidad de esas dimensiones en un ser que encarna o que es manifestación de lo divino.
La espiritualidad comprendida como contendedora, permite saberse más que las dimensiones
separadas o aún más que la suma de las dimensiones, es la conciencia de la posibilidad que
tiene la persona de trascender las limitaciones que tiene en las diferentes dimensiones a través
del desarrollo de la vida interior para el pleno reconocimiento de esa integralidad.
(Participante 11, comunicación personal, 8 de abril de 2016).
En consonancia con lo anterior, una de las psicoterapeutas entrevistadas menciona: “la
espiritualidad o lo espiritual, es lo que siempre ha estado y lo que siempre será́ en todo ser
humano, entonces desde ahí́ no lo siento como una dimensión más, como un dedo más de la
mano, no. Es la totalidad. O sea, la espiritualidad es, y el cuerpo, la dimensión corporal, la
dimensión emocional, la dimensión mental, están impregnadas de eso o ciegas a eso, como
algo así́” (Participante 7, comunicación personal, 14 de marzo de 2016). La última parte de la
cita, lleva a considerar un planteamiento interesante, que establece la relación de la
espiritualidad con las dimensiones humanas reconocidas por la psicología; cuando la
psicóloga habla de la ceguera de las otras dimensiones, lleva a pensar en las vías de acceso a
lo espiritual o las vías por las que lo espiritual se hace manifiesto. Muchos de los
entrevistados consideran que lo espiritual trasciende lo que es visible y evidente, lo cual
implica que no se puede acceder a ella solamente desde la información que permite tener el
cuerpo o el intelecto; sin embargo no se trata de una relación de contradicción o negación del
cuerpo y la mente, es más bien una relación de colaboración, ya que por la vía del trabajo con
estos, es posible acercarse al reconocimiento y a la vivencia de lo espiritual.
La capacidad o condición de contener se vuelve acto y se hace concreta, “en la capacidad
de darse cuenta de su proceso interno, de lo que está sintiendo, en qué tan capaz es el
paciente de darse cuenta de lo que le está ocurriendo. Entre más puede darse cuenta de lo que
está ocurriendo, menos ciego es. La dimensión o eso espiritual que está, más permea lo que

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

pasa en el cuerpo, lo que pasa en la mente, lo que pasa en lo emocional, entonces lo espiritual
siempre está en las sesiones pero se manifiesta distinto en cada paciente (…) esa posibilidad
de observar lo que le está pasando, desde un lugar, desde esa instancia, que es capaz de
observar, eso es lo espiritual” (Participante 7, comunicación personal, 14 de marzo de 2016).
Según la entrevistada, en la medida que se agudiza la capacidad de observar se es más capaz
contener cualquier experiencia por la que esté atravesando la persona, pues el lugar desde
donde se observa está constituido por las creencias y estas se vuelven más flexibles, más
amplias para explicar lo que sucede. Entonces, se da una transformación del lugar desde el
que se gestan los entendimientos que tienen, según la cita de la psicoterapeuta, un carácter
mucho más amoroso al que la persona está acostumbrada a pensar su situación.
Para tener más luces en esta comprensión que se va tejiendo, en las afirmaciones de un
psicoterapeuta participante, explica en su perspectiva, que para hablar de espiritualidad, es
necesario hablar de la doble condición de Ser y de Humano, en la segunda se encuentran las
dimensiones que define como “del orden de la forma” que pueden ser esquematizadas y que
efectivamente han sido descritas y estudiadas desde las diferentes escuelas de la psicología,
mientras que en el “orden de la no forma” se ubica la dimensión del Ser que es “justamente
es la dimensión de la existencia misma, que está más allá́ de las palabras que usemos para
definirla. Entonces, digamos que cualquier afirmación que uno haga es un poco imprecisa.
(…) más que ser un orden abstracto, es un orden más sutil” (Participante 9, comunicación
personal, 29 de marzo de 2016).
Dar a la espiritualidad un lugar de contenedor de otras dimensiones de la existencia
humana implica que las trasciende, en términos sistémicos el todo es mayor que la suma de
las partes, pues lo espiritual no se limitaría a ser un compendio de otras dimensiones sino que
les imprime un carácter de trascendencia e interrelación del individuo con otros individuos,
con su entorno, con aquello incluso que va más allá de lo humano, pero que tiene que ver al
tiempo con lo más inmanente de la humanidad; lo cual lleva al tercer aspecto de la definición.

La espiritualidad como encuentro consigo, con los otros y lo otro. Este es el tercer
elemento que es posible distinguir en el acercamiento a la concepción de la espiritualidad, en
el que el aspecto central es que su desarrollo no puede limitarse a un proceso exclusivamente
interno, pero que de manera simultánea no puede prescindir del proceso íntimo de
reconocimiento del mismo.
De acuerdo con uno de los terapeutas, poder acercarse a una comprensión de lo espiritual
que resulte mucho más práctica y cercana a la vivencia cotidiana, requiere desligarla del

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

asunto de la creencia en dios “Creer o no creer puede hacer muy poca diferencia; en primer
lugar en la práctica, hay gente que le importa un bledo el problema de dios, enfermeras, por
ejemplo, que no se preocupan por ese problema y hay que ver la compasión, la abnegación
con la que sirven a la gente en el dolor; o la gente que está haciendo reforestación, por
ejemplo, y que son al ir de las causas del ecosistema y de la protección ambiental”
(Participante 3, comunicación personal, 9 de marzo del 2016). Desde esta perspectiva, una
práctica espiritual tiene que ver con la conciencia del otro mencionada por la líder espiritual
de tradición indígena, “una manera de llenarse con todo, ¿no? De ver que hay aire y es para
mí, pero es para todos. No hay ningún tipo de restricción en toda la gente que está sentada en
la montaña conmigo, con P es para todos igual; cae el agua, es para todos igual; cae el sol, es
para todos igual” (Participante 2, comunicación personal, 7 de marzo de 2016); pero va más
allá al considerar la conciencia de hacer parte de un todo mayor a sí mismo.
Esta comprensión, permite delinear un énfasis en la acción en el que convergen muchos
de los entrevistados: generar prácticas de reconocimiento de unos a otros, “es como una ética
del vivir, del actuar, del sentir, que sea de alguna manera “pro”, “pro-nosotros”, no
simplemente “pro-yo” (participante 3, comunicación personal, 9 de marzo de 2016). En
consonancia, un psicólogo participante refiere: “Por eso creo que quien acompaña en la vía
espiritual tiene que caminar en el profundo respeto al otro. Ser espiritual no es leerse un libro,
incluso no es tener un rito; ser espiritual es entender que más allá́ de eso todos somos iguales,
todos compartimos una realidad humana, todos nos vemos enfrentados al hecho del dolor y
del sufrimiento, y todos estamos obligados a ayudarnos en virtud de la supervivencia”.
(Participante 1, comunicación personal, 9 de marzo de 2016).
En el encuentro consigo, con otros y en el reconocimiento de esas relaciones como parte
de un todo mayor, se logra identificar un elemento que ya ha surgido: el sentido de
trascendencia; relacionado con la posibilidad de comprender a otros y a sí mismos como más
que su manifestación corporal, lo cual implica entonces que la relación puede darse también
en otras esferas que van más allá. Por ejemplo, para el psicólogo participante, cuyo trabajo
está centrado en el duelo, plantea entonces la necesidad de sensibilizarse a las diferentes
formas de presencia de los seres que fallecen, en el recuerdo, en las acciones que los hacen
presentes, en los ejercicios de memoria y de homenaje e invita a pensar la trascendencia
como la posibilidad de ir más allá de lo inmediato y de lo palpable (Participante 6,
comunicación personal, 10 de marzo del 2016).
Al respecto el psicólogo participante especialista en salud y enfermedad menciona: “la
espiritualidad es una dimensión del ser humano que tiene que ver con el hecho de que el

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

hombre trasciende el espacio y el tiempo y busca un sentido. El ser humano es capaz, en


virtud de su propia razón y de su moralidad, de preguntarse qué es lo bueno y lo justo, y hacia
allá́ va” (Participante 1, comunicación personal, 7 de marzo de 2016). Aquello hacia lo que
tiende se vincula con lo que se reconoce como trascendente y se concretiza en el encuentro
con el otro, pues es en ese encuentro en donde se hace posible dar un lugar a lo bueno, a lo
justo, a lo que no es palpable ni evidente, que al permitir construir una mirada sobre el otro
retorna una mirada sobre sí, una en la que se pone de manifiesto el carácter sagrado de la
existencia.
El terapeuta participante con enfoque transpersonal invita a pensar en la espiritualidad
como la posibilidad de ir ampliando la capacidad de hacer propia la vivencia de otros, esto
implica ampliar dar cabida a otras formas de presencia, así como a vivenciar cada
experiencia como una posibilidad en medio de muchas, pues cada vez se es más consiente de
la multiplicidad de la que se es parte. Entonces, a mayor conciencia de participación en un
todo mayor que el individuo, mayor interconexión: “La individualidad es una ilusión y la
práctica de la espiritualidad es, si se quiere, ir de-construyendo esa ilusión, a veces
cambiándola por otra que sea menos tormentosa pero bueno digamos que vamos cambiando
una ilusión por otra, eso es parte de nuestro camino” (Participante 3, comunicación personal,
9 de marzo de 2016).
Justamente el psicólogo especialista en salud y enfermedad plantea una visión que
permite articular varios elementos de los propuestos hasta el momento. En primer lugar habla
de la espiritualidad como una forma de ver la vida, que por ello mismo incluye todos los
ámbitos o dimensiones de la persona; sin embargo no se es espiritual en la individualidad,
sino en la interacción, “se es espiritual en la relación afectiva con el otro, porque busco dejar
un legado y estar en el otro, busco construir con el otro más allá́ de la experiencia inmediata”
(Participante 1, comunicación personal, 7 de marzo de 2016). Al igual que la psicoterapeuta
con enfoque transpersonal, afirma que la espiritualidad se hace concreta en el encuentro
terapéutico con el reconocimiento de lo que es el otro, es una perspectiva que permite leer,
explicar, entender y asumir la realidad del otro, así como la mirada sobre sí mismo, que se
construye siempre en relación con otro y aún con un entorno mayor que contiene a ambos
otorgando un carácter trascendente por cuanto va más allá del individuo, más allá de un
momento temporal o histórico, más allá de los preceptos culturales o de creencias religiosas,
se relaciona con la esencia de lo humano y sus búsquedas más profundas.
Asumiendo que no es en el ejercicio meramente autónomo que se desarrolla la
espiritualidad, los entrevistados hacen hincapié en la importancia de reconocer la

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

particularidad de la experiencia; y este es un aspecto que más adelante se hará central,


especialmente en relación al ejercicio terapéutico, pues un acto coherente es desarrollar ese
acompañamiento desde el respeto por la singularidad, por las visiones y decisiones que se
desprendan del ejercicio de la perspectiva espiritual que se ponga en juego. A partir de esta
idea los participantes consideran que se hace difícil llegar a definiciones últimas de la
espiritualidad, tanto por el carácter particular de la manera en que se vivencia, como por el
carácter sutil de aquello en lo que se concreta:
“Ese tipo de divisiones teóricas siempre se quedan cortas, por eso cuesta tanto escribir
sobre esto, porque yo espero el dato cuantitativo, y no es así́. Involucra un elemento
fuertemente subjetivo, que exige de ti admitir un principio, un presupuesto: no porque yo
tenga tres dimensiones de la espiritualidad he dado con la espiritualidad. Esto lo que
demuestra es que el ser humano es complejo y espiritual, tanto que acercarse a esa
concepción se le hace difícil, desborda en un momento dado su comprensión, porque me doy
cuenta de que no puedo reducir, no lo puedo reducir” (Participante 1, comunicación personal,
7 de marzo de 2016).
“Primero yo te diría que yo no entiendo esa dimensión espiritual como una dimensión
más compleja, podría decir que hasta es más elemental, tal vez. No es un nivel de
complejidad mayor respecto de la forma, para nada. Entonces yo entendería que esa
dimensión de la no forma, precisamente es tan inocente, ingenua como una sonrisa, es tan
elemental, pero lo que pasa es que es de un orden más sutil, por eso no es evidente (…) No es
de complejidad, el tema no es de complejidad, sino que es más bien un tema de tipo de
realidad; son dos tipos de realidad distintas, no es escalando la complejidad de la forma que
se logra automáticamente saltar al mundo de la no forma” (Participante 9, comunicación
personal, 29 de marzo de 2016).

Elementos constitutivos de la espiritualidad


Se identifican en las entrevistas realizadas cuatro elementos centrales que hacen parte de
la espiritualidad y a partir de los cuales se hace posible su concreción: religiosidad,
conciencia, trascendencia y sentido de vida. En estos cuatro elementos es en los que se
encuentra mayor coincidencia entre los entrevistados, ya que existen algunos aspectos ligados
de manera muy específica a los valores y preceptos de determinadas tradiciones espirituales.
No se profundizará en este aspecto por no ser el foco de la investigación, pero se presenta
una mirada general acerca de cada uno de ellos, de acuerdo con las entrevistas realizadas,
pues se considera que frente al objeto de la investigación aporta una mirada inicial de

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

elementos que posteriormente pueden ser profundizados para reconocer factores en los que se
concreta el desarrollo espiritual.

Religiosidad. Es un elemento presentado por todos los entrevistados y en ocasiones era


difícil para ellos establecer la clara distinción entre religiosidad y espiritualidad, pero al hacer
la pregunta de manera directa se establece la distinción, pues en ningún caso se afirmó que
fueran una misma cosa. Es un escenario en el que se concreta el desarrollo espiritual, está
ligado principalmente a lo institucional, lo ritual, al establecimiento de normas y reglas que
se construyen para el ejercicio de preceptos espirituales guiados por inspiración divina y que
se concretan en la actuación cotidiana.
Para la mayoría de los líderes hay una relación que no puede fragmentarse entre
espiritualidad y la religión, puesto que el camino que se recorre en ese conocimiento de lo
divino manifestado en lo mundano, está guiado por los preceptos religiosos; la distinción se
establece en las prácticas internas, las que se refieren al trabajo consigo mismo, puesto que la
religión provee los medio por los cuales las personas han de saber cuál es la conducta externa
coherente con sus principios y con el reconocimiento de esa divinidad en sí mismo y en los
otros.
Así, cada tradición espiritual tiene las tres dimensiones que invitan a la coherencia y
concordancia: la relación consigo mismo, la relación con los otros y la relación con el
universo. Al tiempo que cada una tiene unas reglas de conducta externa y unas prácticas más
internas que ubican en el plano de lo esotérico, lo trascendental y que relacionan de manera
más directa con lo espiritual. De una parte se espera que haya un encuentro coherente y un
diálogo permanente entre los diferentes niveles (internos y externos de la religión) y de otro
lado, se espera que las reglas externas de comportamiento favorezcan el desarrollo interno o
espiritual; sin embargo, se reconoce que la naturaleza de lo espiritual excede los alcances o
comprensiones de la religión y sus preceptos.
Existen dos riesgos que se reconocen en el encuentro entre los aspectos internos y
externos de la religión, asociados con el desequilibrio que puede darse entre ellos: de una
parte el fundamentalismo religioso y de otra parte la búsqueda espiritual sin norte del otro.
Para los líderes espirituales, resulta esencial no caer en ninguno de los dos, pues en ambos
casos las posibilidades de desarrollo espiritual se limitan; en el primer caso por el
desconocimiento de otros preceptos y principios como posibilidades del reconocimiento de lo
divino, así como por la imposibilidad de desarrollar un crecimiento completo del ser, y en el

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

segundo caso por la falta de una guía que permita identificar los principios que rigen el actuar
externo en coherencia con los principios de crecimiento interno.
Para los terapeutas, lo fundamental es reconocer que la religión es secundaria a la
espiritualidad, ya que como se ha mencionado esta es esencia de la existencia humana; lo que
ocurre es que la espiritualidad toma la forma de las prácticas rituales de los diferentes pueblos
para hacerse acto y concretarse. La religión tiene unos niveles de manifestación que lo
permiten: la búsqueda interna, el encuentro con la propia sacralidad, el encuentro con la
sacralidad en los otros, el ejercicio de hacer comunidad y finalmente el encuentro con la
sacralidad del entorno. Se trata de lo divino manifestándose en algo más cercano a las
posibilidades de evidencia para la percepción humana.

Conciencia. Este elemento coincidente en los relatos de los entrevistados, aunque no es


su totalidad, hay varios terapeutas y varios líderes espirituales que le dan un lugar
preponderante; en general es asumida como una condición que permite abrir paso a muchas
posibilidades de comprensión, así a mayor conciencia menor identificación con contenidos
mentales restringidos y por lo mismo mayor apertura a contemplar lo divino o sagrado de la
existencia humana que va más allá de las experiencias inmediatas y concretas. La conciencia
es una capacidad que se puede desarrollar y que invita a que las personas minimicen el juicio
que hacen sobre la realidad y por el contrario amplían su capacidad reflexiva sobre las
comprensiones y explicaciones que llevan a cabo (Participante 3, comunicación personal, 9
de marzo de 2016).
Para la tradición veda en la que se inscribe la meditación trascendental, “la conciencia
pura o la fuente del pensamiento”, es ese nivel de mayor reserva de energía, de inteligencia,
de creatividad, de armonía y de paz. Entonces, para abrir nuestra conciencia hacia esos
niveles cuando meditamos, no tenemos que hacer ningún esfuerzo, no tenemos que centrar la
mente en un objeto específico, concentrarnos” (Participante 4, comunicación personal, 10 de
marzo de 2016).
En su concepción más tradicional la conciencia es la capacidad de darse cuenta si se está
dormido o despierto, pero este darse cuenta tiene para los entrevistados un alcance más
amplio, ya que es la capacidad que permite hacer evidente ese aspecto más esencial de la
persona y que es el principio por el cual se accede al reconocimiento de aspectos que van más
allá del yo como constructo social, “es una experiencia de ver la realidad de sí mismo, en la
realidad misma desde un epicentro completamente distinto” (Participante 9, comunicación
personal, 29 de marzo de 2016).

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Trascendencia. Se trata de un elemento en el que coinciden la mayoría de los


entrevistados. Se reconoce como una capacidad de las personas para asumir su existencia más
allá de lo concreto, para comprender que no es la vivencia específica de dolor o gozo lo que
las define. Tiene que ver con la posibilidad de que la vida se prolongue en la relación que se
establece con otros y con el medio, porque deja de ser el contenido que adjudican las
cualidades y pasa a ser comprendido como una posibilidad de hacerse presente de muchas
maneras y es capaz de conectarse a una experiencia de existencia que no es individual sino
que está en conexión con otros y con el cosmos (Participante 4, comunicación personal, 10 de
marzo de 2016; Participante 3, comunicación personal, 9 de marzo de 2016; Participante 2,
comunicación personal, 7 de marzo de 2016; Participante 6, comunicación personal, 10 de
marzo de 2016).

Sentido de vida. En este caso aparece más dentro del discurso de los terapeutas que de
los líderes espirituales y es considerado como un fin al que el trabajo sobre la espiritualidad
aporta. Se trata de poder dar un lugar a las experiencias vitales que lleve al crecimiento y al
desarrollo de una perspectiva más enriquecedora de sí mismo y de la experiencia vital en
relación con otros. Según el médico y terapeuta participante se trata de poder identificar el
propósito de lo que sucede como parte de un proceso de sanación y desarrollo del ser que se
encuentra en coherencia con leyes que son a-temporales y transculturales, en últimas
“universales” (entrevista 5, realizada el 10 de marzo de 2016). Buscar un sentido de vida va
más allá del concepto de vida, pues lo que suele suceder con situaciones críticas es que
confronta esas conceptos construidos y si se da un buen proceso de introspección puede
favorecer un re direccionamiento o ampliación del sentido de la existencia a través del
establecimiento de nuevos objetivos, nuevos principios o quizá el afianzamiento de ellos
(Participante 1, comunicación personal, 7 de marzo de 2016). En palabras de un líder
espiritual es una búsqueda hacia las tendencias más naturales y poderosas de la persona, “es
una experiencia más profunda de satisfacción de estar vivo” (Participante 11, comunicación
personal, 8 de abril de 2016).

Abordaje
En este apartado se empieza por establecer las que los entrevistados y entrevistadas
consideran diferencias y límites en el abordaje de la espiritualidad, esto es, lo que compete a
líderes espirituales específicamente y lo que es de competencia de los terapeutas.
Posteriormente se presentan los enfoques identificados, y las técnicas desarrolladas.

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Diferencias, límites y acercamientos entre líderes espirituale s y terapeutas. Frente a


las diferencias que perciben entre la labor de un terapeuta y la de un líder espiritual, se
encontraron señalamientos que llevan a pensar que para algunos de los entrevistados, no hay
una distinción muy clara en el abordaje de unos y otros: “No hay una cosa que le competa a
uno y otra cosa que le competa al otro. Lo que pasa es que uno va a la universidad y le dan
unas normas y le dan unas estrategias, como ustedes dicen, y de ahí no se salen” (Participante
2, comunicación personal, 19 de marzo de 2016); según esto, la diferencia estaría en el
enfoque desde el que se plantea el abordaje, que cuenta de base con la definición de
espiritualidad, pero también se relaciona con las formas de conocimiento priorizadas. Sin
embargo, desde el análisis realizado es posible identificar distinciones en el rol que se asume
para el abordaje de la espiritualidad y que en buena medida tiene que ver tanto con el enfoque
como con la perspectiva de lo que implica el acompañamiento a quien les consulta.
Así, desde la perspectiva de los líderes espirituales, la diferencia puede estar en el tipo de
conocimiento que maneja el terapeuta, más de corte “intelectual” y académico que es el lugar
desde donde se ubica para comprender el mundo del consultante y concebir la relación
terapéutica; Una líder espiritual lo refiere de la siguiente manera: “En últimas, también el
psicólogo trata de centrar a la persona en una realidad, pero esa realidad está más basada en
realidades objetivas, situaciones objetivas de la vida. Centrarlo en situaciones en las que hay
relaciones malas interpersonales, entonces como le da, digamos, los parámetros para que las
pueda mejorar. Pero siempre se queda como a nivel del intelecto, de darle una información”
(Participante 4, comunicación personal, 10 de marzo de 2016).
Este abordaje que se considera de corte más racional, dispone a quien hace la
intervención desde un lugar en que tiene en cuenta una información determinada, que para la
lectura de los líderes espirituales no alcanza a atender todas las dimensiones de un individuo,
a diferencia de su perspectiva de abordaje que, como lo manifiestan, busca desarrollar un
trabajo más “interior”, que es menos racional y al mismo tiempo les resulta más abarcador,
pues como lo menciona una de las entrevistadas lo espiritual abarca todas las esferas y
experiencias humanas. Además, consideran que un proceso de abordaje de la espiritualidad se
ve limitado por la racionalidad, y esto está relacionado con lo mencionado en las definiciones
de espiritualidad, cuando se mencionaba que en su acercamiento hay aspectos que exceden
las categorías y formas de análisis más comúnmente utilizadas por la academia.
“(…) aquí́ yo les estoy dando mucha información porque yo soy una profesora de
meditación, pero digamos en la técnica en sí, esa es la diferencia. Un paciente va a un
psicólogo y el psicólogo pues le escucha todo su cuento. Entonces, el psicólogo analiza:

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

“bueno, qué tipo de tratamiento le hago a esta persona”, entonces le dice: “usted tiene que
hacer esto o lo otro”, si necesita medicarlo -bueno el psicólogo no da medicación- pero
digamos el psiquiatra, si usted está muy angustiado tómese este Prozac; si no puede dormir,
tómese tal cosa. Y si es el psicólogo, pues le hará́ una terapia. Ya sea que la persona va y
habla, entonces el psicólogo le dice: “no mire que es por acá́ ”, le hace identificar puntos que
no ve, pero es del intelecto, y ahí́ se queda” (Participante 4, comunicación personal, 10 de
marzo de 2016).
En la misma línea, la manera en que se define el abordaje determinará qué tan abarcador
resulta, pues permitirá acceder a diferentes tipos de información de los consultantes.
“(…) Lo que pasa es que la parte espiritual lo abarca todo, entonces me costaría difícil
poderte hacer una separación entre una cosa y otra. Porque por decir llega un paciente y
empieza el psicólogo o el terapeuta a hablarle de que hable de su parte emocional, pues creo
que el papel del terapeuta es trabajar la parte emocional. ¿Entonces cómo tú lo vas a separar
de la parte espiritual, si eso es lo que él quiere transformar? Y según nuestro punto de vista,
esas emociones están en nuestra mente y eso es lo que tenemos que transformar.
Yo creo que no se puede separar. De hecho creo que un padre o un pastor tiene que ser
un poco psicólogo para poder estar con las personas, para poder entenderlas. Yo creo que
indudablemente el papel del psicólogo, desde mi punto de vista, tiene que ser completamente
espiritual. Porque de otra forma ¿cómo?, ¿sólo pastillitas? Yo no podría decir que no”.
(Participante 10, comunicación personal, 19 de marzo de 2016).
Las diferencias entre unos y otros están dadas sobre todo en el sentido de la acción, el
enfoque y los alcances de comprensión de la dimensión espiritual que pueden tener. Estas
diferencias de abordaje se dan en términos comparativos, de acuerdo a lo que le interesa a
cada actor, así a la psicología le interesará el comportamiento humano, o el desarrollo de la
conciencia, mientras que a las tradiciones espirituales pueden tener su foco de interés en la
conexión trascedente con un ser superior; de acuerdo con un psicólogo participante “Más que
puntos totalmente divergentes, realmente hay unos puntos que se cruzan y esos puntos
permiten la interlocución con el otro” (Participante 1, comunicación personal, 7 de marzo de
2016), y esto puede aplicar tanto a la comparación entre líderes y terapeutas, como a la que se
da entre terapeutas que tienen diferentes enfoques epistemológicos.
Al respecto, algunos terapeutas consideran que la relación de la psicología con el
abordaje de la espiritualidad en el mundo académico ha tenido un distanciamiento, unas
barreras o límites, no tan claramente establecidos, pero que paulatinamente se han ido
problematizando, dando cabida a nuevos cuestionamientos y propuestas frente a la necesidad

50
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

de abordarla como foco de estudio y de tener una mirada mucho más integradora de la
realidad humana:
“[…] entro a estudiar psicología y lo primero que encuentro en información es que
espiritualidad fuera, no venga a hablar aquí de esa vaina, y eso me lo dijo un cura en la
primera semana de estudios; un cura lituano de los fundadores de la psicología aquí en
Colombia […] Entonces eso me sorprendió́ mucho, porque yo le dije, “¿cómo así, la ciencia
tiene que ser necesariamente materialista, y tiene que ser una ciencia alejada de la búsqueda
profunda de relación del hombre con lo divino?” y la verdad es que los 5 años de universidad
fueron poner entre paréntesis, pero nunca olvidado, sino sencillamente a aprender a no hablar
de ciertas cosas, por ejemplo, incluso con mis compañeros más cercanos” (Participante 3,
comunicación personal, 9 de marzo de 2016).
El tipo de acompañamiento que se desarrolla, es otra de las diferencias que se hacen
evidentes en los discursos de los entrevistados. En general puede leerse que en los
argumentos de motivación de los y las líderes espirituales, hay una búsqueda por alejarse de
lo económico y de las lógicas de mercado a las que se encuentra sujeto el actual sistema de
salud. Esto se refleja en el tipo de recursos usados en los acompañamientos, la intensidad y
duración de los mismos.
“Yo en cinco sesiones saco un paciente, mientras en una EPS, con una niña recién
egresada, duran veinticinco sesiones de fisioterapia para poder sacar a un paciente, que se ha
podido sacar en cinco sesiones. Pero teniendo en cuenta a la persona, no teniendo en cuenta
al bono, no teniendo en cuenta si me van a pagar los siete mil pesos, a ustedes les pagaban lo
mismo, doce mil pesos sesión de psicología, o catorce mil pesos una EPS; donde tú te puedes
sentar con un paciente dos horas, tres horas, sin afán y sacarle todo lo que tenga que salir, en
una sesión. Se va a mejorar en cinco sesiones, va a sacar todas las cosas sin medicaciones y
sin nada” (Participante 2, comunicación personal, 19 de marzo de 2016).
De la aseveración anterior es posible inferir que hay una lectura sobre el quehacer del
terapeuta en la que se considera que su centro no es el interés por la persona sino que se
enmarca en una relación de transacción monetaria que limita un encuentro tendiente al mejor
desarrollo y bienestar de quien consulta; si bien es cierto que no es la perspectiva común, es
posible dejar el cuestionamiento abierto acerca del lugar desde el que se está construyendo la
relación terapéutica, pues uno de los terapeutas hacía énfasis en el tiempo que se dedica a ese
encuentro como una limitante, dado que hay un cierto afán en el cumplimiento del horario
estipulado para la sesión y que entra en tensión con las necesidades específicas que plantea el
encuentro genuinamente centrado en las necesidades de quien consulta.

51
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Por su parte, los terapeutas también hacen referencia a las distintas motivaciones que los
llevaron a acercarse a la dimensión espiritual, que tiene tanto que ver con su vida personal
como con su práctica profesional, en ningún caso se trata solamente de un interés teórico o
metodológico, pues para todos ellos hubo eventos, situaciones límite, experiencias
significativas o personas que les llevaron a preguntarse por la espiritualidad; una pregunta
que con la práctica profesional se fue ampliando, de su propia vida a la de aquellos que
acompañaban. Desde su experiencia laboral, analizan la relación entre la dimensión espiritual
y la práctica terapéutica, y las dificultades que establecer esta relación conlleva en tanto es un
campo en construcción. En palabras del psicólogo con enfoque transpersonal “(…) pero yo
persisto y ahoritica me asombra ver que digamos, eso mismo, lo que en cierto sentido me
posiciona, como que fue un ir creando un campo, legitimando una serie de dimensiones
humanas para la psicología que en realidad no estábamos viendo y seguimos aún sin ver; es
por nuestra torpeza o un poco de etnocentrismo, porque hay otras partes en donde ese trabajo
ha sido absolutamente fomentado, con buenos recursos económicos, con comunidades de
saber bastante elaboradas; entonces hubo como una necesidad de identidad profesional y la
vez hubo también una oportunidad de ir practicando ese tipo de cosas, que afortunadamente
en mi caso han sido ininterrumpidas” (Participante 3, comunicación personal, 9 de marzo de
2016).
Se evidencia entonces que si hay un interés de acercarse a la espiritualidad desde la
racionalidad, pero que no se pretende de ninguna manera negar el carácter trascendente que la
determina.
Los recursos utilizados para el acompañamiento también difieren, en tanto responden a
diferentes formas de conocimiento y, para el caso de los líderes espirituales, se sustentan en
lógicas que se relacionan con un saber de tipo más ancestral, pero que, en algunos casos
también buscan complementar con el saber académico, como ejemplos se pueden mencionar
prácticas de medicina étnica o la llamada medicina ancestral, y la meditación. Es importante
mencionar que la meditación, especialmente la de corte trascendental ha tenido significativos
desarrollos teóricos y científicos, que son base fundamental para la manera en que es
enseñada a nuevos practicantes que decidan acercarse no solamente a la práctica para sí
mismos sino a la formación para el acompañamiento a otros.
Los terapeutas han tenido que acudir al reconocimiento y acercamiento a estas formas de
saber, no necesariamente para replicarlas en el escenario terapéutico pero si para su propio
proceso de autoexploración espiritual y más que nada para el reconocimiento de la amplia

52
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

diversidad de perspectivas y caminos que existen en el acercamiento a la experiencia


espiritual.
El abordaje de la dimensión espiritual desde la práctica de los terapeutas, presenta
diferencias entre los diferentes entrevistados en cuanto a las técnicas y el tratamiento de
dicho constructo. Pocos usan abiertamente el concepto espiritualidad, y todos coinciden en
que prefieren hablar de ella si su consultante la menciona primero. Sin embargo, la
espiritualidad si es para ellos un instrumento fundamental en su quehacer profesional, tanto
en el acompañamiento e intervención con sus pacientes como en los procesos de preparación
para los encuentros terapéuticos. Al respecto, psicóloga participante refiere:
(…) yo creo que si uno cogiera una muestra representativa de mis pacientes, yo creo que
la mayoría podrían decir que jamás aquí se toca nada espiritual. Porque los temas que trae la
gente a consulta, pues no suelen ser muy espirituales. O sea, no es una pregunta
necesariamente por dios, algo que uno pueda meter en el campo del dedo de la espiritualidad,
sino más bien son dificultades, rollos, bueno, los dolores con los que llega la gente a consulta.
[…]De todas maneras, independientemente del grado de ceguera o de no ceguera que haya,
mi gran aliado como terapeuta es la dimensión espiritual del paciente, sin nombrarlo ”
(Participante 7, comunicación personal, 14 de marzo de 2016).
A pesar de que en ocasiones pueden no referirse directamente a la espiritualidad,
desarrollan estrategias como usar otros conceptos que puedan encerrar el mismo sentido, tal
es el caso de la trascendencia. Este punto es diametralmente distinto con los líderes
espirituales, quienes tienen una mayor tranquilidad para abordar directamente el tema, pues
se acude a ellos con preguntas bastante específicas al respecto y su rol está claramente
determinado para tal efecto.
Lo anterior se relaciona con los límites en la labor que señalan particularmente dos de
los entrevistados, y tienen que ver con identificar los asuntos que requieren la atención de un
psicoterapeuta y cuáles los de un líder espiritual, cuándo una necesidad requiere la atención
de uno o de otro. Este límite se identifica tanto en la pregunta específica que tiene la persona
que consulta como en el reconocimiento claro del rol y del alcance que tiene para dar
acompañamiento a esa necesidad específica.
“(…) el lindero está allí́: en querer asumir funciones, no; cuál es la necesidad del otro y
si en esa necesidad que usted me pide yo soy competente. Un psicólogo no es competente
para hablar de Dios, a menos que él sea un religioso, y si es un religioso dejará de un lado la
psicología y hablará de Dios, pero creo que cuando empezamos a hacer esa fusión

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

empezamos a tener dificultades, porque siempre asociamos la espiritualidad a lo religioso.”


(Participante 1, comunicación personal, 7 de marzo de 2016).
Una de las diferencias que algunos líderes encuentran más marcadas entre el abordaje
que ellos hacen y el que hacen los terapeutas, tiene que ver con el trámite que se hace de las
emociones; por ejemplo, la líder de la tradición indígena menciona: “Por eso es que los
psiquiatras, yo creo que los odio [risas] embrutecen a la gente para que no sienta, ni opinen,
ni nada ¿sí? yo voy contra todas esas medicinas Psiquiátricas, eso coarta la libertad del
espíritu y del alma” (Participante 2, comunicación personal, 19 de marzo de 2016), para ella
resulta claro el nexo que existe entre la posibilidad de transitar por el mundo de las
emociones y la conexión espiritual, de manera que si uno es limitado el otro también lo será.
Sin embargo, es necesario mencionar que esta percepción acerca de la medicina psiquiátrica
no se presenta de manera generalizada en las entrevistas, pues no se preguntó al respecto.
Esta perspectiva, sin embargo, no es tan distante de la que algunos terapeutas evidencian,
pues consideran que acercarse a la espiritualidad del paciente, requiere ir más allá de las
prácticas terapéuticas tradicionales; ejemplificando, un psicólogo participante , refiere las
necesidades que se hacen presentes en el acompañamiento en cuidados paliativos y su
relación con el abordaje de la espiritualidad, que para su consideración requiere un manejo
diferente de los tiempos, del tipo de preguntas, de la postura misma del terapeuta que se basa
en el reconocimiento respetuoso del otro, de sus necesidades más trascendentes y al tiempo
más básicas: “(…) a diferencia de la clínica, que son 45 minutos, tengo el test, hago la
pregunta, me resuelve la batería” (Participante 1, comunicación personal, 7 de marzo de
2016).
Para casi todos los terapeutas entrevistados, hay un elemento central que hace la
diferencia en el abordaje, ya no entre ellos y los líderes espirituales, sino en las diferencias de
perspectiva que puede surgir entre un terapeuta que contempla la espiritualidad como parte
fundamental de su quehacer y quien no la tiene en cuenta o no la considera importante. Tiene
que ver con el lugar que se otorgan a sí mismos como instrumento fundamental para ese
acompañamiento.
“(…) cuando yo acompaño, tengo que ir yo, yo soy el instrumento, yo soy el test, tengo
que ir dispuesto a escuchar y sólo en esa escucha voy a saber qué preguntar. Es distinto. ¿Y
eso qué implica? Eso sí implica algo, y es que así́ como el que va a hacer clínica necesita
entrenarse y saber cómo aplicar una prueba, el que va a trabajar con pacientes de este orden
tiene que haberse hecho la pregunta de su propia muerte, de su propia enfermedad. Es decir,
tiene que ser una persona que al menos tenga la intención y la intuición de querer ser

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

espiritual: caminar en las mismas preguntas que le hace al otro, pero que se está haciendo a sí
mismo, o que se ha hecho, o que por lo menos está en la disposición de hacerse”
(Participante 1, comunicación personal, 7 de marzo de 2016).
Los terapeutas consideran que el abordaje de la espiritualidad es de absoluta competencia
en el ámbito terapéutico (sin que ello implique que se desconoce el rol de los líderes
espirituales en ese abordaje), de manera independiente a las creencias del psicólogo o a que
considere que es importante o no, en tanto sí es parte esencial de la vida de muchos de sus
pacientes.
“Creo que es algo que compete hasta la médula a cualquier psicólogo clínico, porque
aunque muchos psicólogos puedan ser agnósticos o escépticos, de hecho si miramos los
mismos lineamientos de la APA o ahoritica todo lo de DSM-4 y DSM-5, la categoría sobre lo
espiritual está cada vez más fuerte, más evidente, lo mismo sobre los relativismos culturales.
Lo que tenemos que entender como psicólogos, como profesionales de la psicología ahí, es
que nuestro mundo particular no puede ser el modelo desde el cual yo me monto para tratar
de trabajar con el mundo de otros, yo tengo que expandir más hacia pensar lo humano aunque
yo no sea el ejemplo de esos rasgos humanos. Yo puedo no practicar la espiritualidad pero
resulta que los humanos si practican la espiritualidad como especie, y mi obligación como
profesional de la psicología es entender más allá de un ego-centrismo qué es el psiquismo
humano, o entenderlo más allá́ de un etno-centrismo; porque por ejemplo, una de las cosas
que tenemos acá es que sentimos, a veces, que todo el mundo tiene que ser como somos aquí
en esta cultura, y no nos damos cuenta de la cantidad de reducciones o de cegueras que eso
genera” (Participante 3, comunicación personal, 9 de marzo de 2016).
A esta perspectiva, los terapeutas ponen una limitante, cual es la necesidad imperiosa de
que quien se decida por hacer este abordaje debe haber atravesado el proceso de los
cuestionamientos, búsquedas, experiencias y preguntas que sobre la propia existencia pone
este tema. Pues, como lo menciona un psicólogo entrevistado se trata de un tema que al no
limitarse a la comprensión teórica, se encuentra íntimamente ligado a la experiencia vital, no
solamente la que se reconoce en el consultante sino la del propio terapeuta, que para dar un
lugar significativo a determinada información tendrá que haberla reconocido en su propia
vida; “o sea el psicólogo puede tener información sobre la dimensión más sutil, pero si su
propia experiencia de vida no se ha visto estremecida por la necesidad de compenetrarse, de
darle un lugar, de reconocer eso en tu propia vida, muy difícilmente puedes ser un aliado para
que otro se conecte o reconozca esa dimensión. La primera objeción es porque ni siquiera la
ve” (Participante 9, comunicación personal, 29 de marzo de 2016).

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Sin embargo, los entrevistados también identifican unos puntos de encuentro que se dan
en especial en el trabajo conjunto tanto de la psicoterapia como de estas prácticas
espirituales; consideran que sus técnicas pueden servir como una herramienta para que los
tratamientos sean más efectivos. Por otro lado también se da una perspectiva de cuál debería
ser el perfil de quien hace este tipo de acompañamientos.
“A mí a veces me llama una señora “que mire que mi hija se cortó́ las venas”, pues
tráigala acá́ yo le enseño meditación, pero llévela también a la psicóloga. Nosotros no
invadimos terrenos profesionales. Digamos, que somos como una herramienta más que
ayudaría a que un tratamiento psiquiátrico, psicológico, la persona vaya mejorando más. Y
son bien diferentes, porque nosotros no entramos como en muchas cosas intelectuales, como
una persona que aprende a meditar” (Participante 4, comunicación personal, 10 de marzo de
2016).
Los terapeutas establecen relaciones entre su labor y la del líder espiritual, y en general
con el abordaje de la espiritualidad en la psicoterapia. Analizan cómo debería ser la relación
entre ellas y señalan algunas justificaciones para abordar la dimensión espiritual en su terapia
puntualizando los aspectos que esta relación posibilita.
“(…) Entonces qué hacia uno, uno hacia la parte psicológica y “vaya para donde los
Camilos haga la parte espiritual”. Pero no funcionaba muy bien porque o la gente no iba o no
obtenía lo que ellos buscaban. Entonces, eso hizo que yo dijera: ´yo tengo que profundizarme
el asunto porque en cualquier momento del proceso de duelo va a salir inevitablemente esa
parte y yo si quiero tener una respuesta útil a la persona, porque yo ya soy confiable para ella
si lo acompañé́ en un momento fuerte del dolor, me va a atender´” (participante 6,
comunicación personal, 10 de marzo de 2016).
Un aspecto que identifican como lugar de convergencia tiene que ver con los temas que
llevan a las personas de manera más contundente a preguntarse por la espiritualidad:
experiencias de enfermedad y pérdida, en especial la muerte; a algunos les lleva a acercarse a
las tradiciones espirituales para resolver preguntas, a otros les exige que en sus procesos de
elaboración emocional tengan que enfrentar cuestionamientos que emergen con la fuerza de
la desconfianza, la incertidumbre y el descreimiento; en ambos casos se requiere el actuar de
líderes y terapeutas. Los entrevistados consideran que independientemente del lugar en el que
se encuentren es necesario generar un espacio abierto y respetuoso para las preguntas y
cuestionamientos que las diferentes experiencias vitales van abriendo frente a la vivencia de
la espiritualidad, y para ello se requiere una disposición centrada en quien está atravesando su
propio drama y no en las creencias de quien acompaña.

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Enfoques sobre los que se sustenta el abordaje


En las entrevista fue posible identificar maneras particulares de comprender la
espiritualidad y que sustentan el tipo de abordaje que se hace de la misma, aspectos que ya
han sido presentados; sin embargo, se identificaron algunos aspectos en esa comprensión que
resultan útiles de presentar, ya que permitirán comprender de mejor manera las estrategias
desarrolladas por los diferentes participantes. En este apartado, ha sido más difícil encontrar
elementos coincidentes entre líderes espirituales y terapeutas, lo cual resulta coherente con
las diferencias en los roles que se mencionaron antes y con el campo de acción de cada uno
de los grupos; por esta razón se presentan los resultados diferenciados.

Líderes espirituales. Cada uno de los líderes espirituales trae consigo un tipo de
conocimiento y una interpretación distinta de la dimensión espiritual y de las prácticas que
ofrecen a sus consultantes, que se nutre de los principios que rigen la tradición espiritual en la
que se encuentra inscrito, y que atraviesa sus creencias. Estas interpretaciones están
sustentadas en diferentes paradigmas de conocimiento; algunas de ellas responden a saberes
étnicos y ancestrales, a creencias de tipo cultural y religioso, y en particular una – la
meditación trascendental- se sustenta en la ciencia y verdades que considera universales. En
general, aunque desde cada una de las tradiciones se reconozca la pluralidad de saberes, de
creencias y de caminos para acceder a la espiritualidad, el enfoque estará determinado por los
preceptos religioso propios y por ello, los abordajes se dirigirán hacia aquello que se
considera importante desde el conocimiento del líder espiritual.
Cuando los entrevistados describen algunas de sus doctrinas y bases teóricas, las
reconocen íntimamente ligadas a la cultura en la que se han desarrollado sus tradiciones así
como transformadas por la cultura en la que ellos mismos se encuentran inmersos, es decir en
la latinoamericana y particularmente la Colombiana, pero que encuentran su base sustancial
en la inspiración divina. Cuando la líder de la tradición indígena se refiere a uno de los
aspectos centrales en que basa su abordaje, menciona: “Entonces, todo maneja todos los
cuerpos, que de alguna manera es lo que ustedes conocen y que es más conocido
curiosamente con los siete chacras del individuo, que es más conocido ahora que lo que
tenemos nosotros acá́ en nuestros sitios de América del sur, entonces se ha impregnado
también” (Participante 2, comunicación personal, 7 de marzo de 2016). Así mismo, el líder
desde la tradición musulmana reconoce que el diálogo de saberes determina de manera muy
significativa la vivencia de la espiritualidad y que por lo mismo no puede ser dejado de lado

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

en el abordaje de la misma, aún que los preceptos religiosos que le fundamenten sean
universales:
“(…) Porque eso permite mirar lo que decía, cómo una cultura es un recipiente.
Entonces claro, los temas culturales excluyen, nos determinan. No es lo mismo nacer en una
ciudad, una selva de cemento, que nacer en el bosque o en la selva o sí en contacto con otro
escenario, ver grandes ríos, ver el mar, que no ver eso. Es evidente que eso nos influye y nos
determina y por supuesto, el tema de los antepasados” (Participante 8, comunicación
personal, 23 de marzo de 2016).
Estas interpretaciones y el tipo de saber o conocimiento en el que se sustentan, también
determinan la relación que se establece con otro tipo de saberes y en particular con la
psicología, que puede ser de sinergia, de negación o anulación. Para el caso de la meditación
trascendental el interés fundamental es alejarse de ser considerada cercana a la religión, pero
si mantiene como principio base el contacto y conocimiento profundo consigo mismo: “Cada
religión tiene su diferente concepto, pero en últimas es un solo Dios, llamémoslo así́; es una
sola energía, es una sola inteligencia de donde surge todo lo que existe en la creación.
Entonces, debido a que Maharishi tenía mente científica porque era un físico y matemático,
no enseñó́ nunca meditación trascendental en términos, digamos, espirituales. ” (Participante
4, comunicación personal, 10 de marzo de 2016). Esta es una perspectiva muy particular,
porque en general los líderes espirituales esperan que quienes acuden a ellos tengan claridad
acerca de la tradición a la cual pertenecen, independientemente de que tengan dudas acerca
de sus preceptos o conceptos de divinidad.
Como se mencionó, se evidencia que el enfoque de los líderes también delinea elementos
desde los cuales construyen un tipo de relacionamiento determinado con la psicología u otros
saberes que están a la base del ejercicio terapéutico. Para algunos hay una pérdida de sentido
cuando en la terapia no se reconoce la espiritualidad como elementos significativo:
“(…) es obvio que aunque la palabra terapéutico tiene que ver con curar el espíritu y
originalmente esa era la idea, pues de la psiquis, del espíritu, curarlo. Esa idea original se fue
perdiendo en el mundo occidental, cuando divorció el mundo espiritual del mundo físico.
Como es que el mundo occidental separó todas las ciencias […] estamos muy multi-
determinados, pero eso requiere un esfuerzo de estudio, de nosotros mismos, de la sociedad.
Eso requiere un esfuerzo multidisciplinario, en el cual nuestros profesionales formados
buscando título no más, no están muy interesados muchas veces” (Participante 8,
comunicación personal, 23 de marzo de 2016).

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Para otros, como la líder de la tradición indígena, prácticas empleadas en escenarios


terapéuticos que incluyen la medicación psiquiátrica, se equiparan con las prácticas
individuales en las que hay consumo de sustancias psicoactivas, lo fundamental para ella es
que estas sustancias coartan la libertad del espíritu y no permiten reconocer qué es lo que
sucede con la persona en diferentes niveles:
“(…)Ahora, hay otros muy deschavetados que de pronto si toca medicar, pero que más
deschavetado todo eso que se meten: la marihuana, el opio, porque ahora hay opio y heroína
en Bogotá, y que están ahí chifloretos porque ya no pueden vivir sin eso, y entonces hay
gente que ya no puede vivir sin Sanax, la gente tiene que tomar Sanax todo el rato. Porque es
que es tantas las cosas que energéticamente no cuadran pero es que simplemente la familia no
está en orden. En constelaciones uno ha visto mucho esquizofrénico y bipolar que se cuadra,
porque entonces saca uno a los espíritus que están por ahí volados, las energías voladas de los
excluidos, de los muertos que no tienen paz y ¡pum! se cuadran y ya no toman Sanax, no, ya
no toman Sanax; o ya no está, no está metiendo alcohol todo el tiempo, tomar alcohol es otra
medicina” (Participante 2, comunicación personal, 7 de marzo de 2016).
Justamente en relación con esos diferentes niveles en los que es necesario hacer el
abordaje, se ubican el sentido o el objetivo del acompañamiento desde las tradiciones
espirituales. La líder de tradición indígena, las ceremonias buscan “organizar toda la parte
física, mental, emocional, espiritual y del alma” (Participante 2, comunicación personal, 7 de
marzo de 2016). Que se encuentra en sentido muy cercano a lo planteado por la líder
espiritual participante cuando menciona lo que las personas encuentran con la práctica de la
meditación trascendental: “Allí́ lo que encontramos (en la fuente de pensamiento) es un nivel
de quietud de la conciencia, de la mente, descanso profundo, tranquilidad, relajación e
inteligencia pura. Y luego esa inteligencia la manifestamos en el campo objetivo de nuestra
vida. En procesos de pensamiento más claros, mayor coordinación mente cuerpo”
(Participante 4, comunicación personal, 10 de marzo de 2016).
Estos y otros testimonios recogidos en las entrevistas llevan a plantear que desde las
diversas tradiciones se reconoce es el potencial interno de la persona, por ser manifestación
de lo divino o de algo más que sí mismo, de manera que el abordaje se sustenta en esa idea
para que el individuo logre hacerlo consciente y posteriormente pueda manifestar esa
conciencia en el relacionamiento que establece consigo y con otros.
Los líderes entrevistados también se refirieron al trabajo que realizan con poblaciones
específicas como mujeres, infancia, o familia en general, que de acuerdo a sus respuestas se
realiza acorde a su óptica particular y según sus saberes. Hay una mención especial a la

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

familia desde varias dimensiones; primero, en cómo se establece la relación con los grupos
familiares de los consultantes, particularmente en prácticas rituales que culturalmente son
más ajenas que otras; segundo, en prácticas que están enfocadas principalmente en la familia
como eje de trabajo, en indagar por su origen, su composición, su relacionamiento, esto bajo
la idea de que no es posible avanzar en los procesos de desarrollo espiritual si no se reconoce
el linaje; y tercero, en la familia y su posible crisis como una de las causas principales de una
sociedad que consideran se encuentra en decadencia.
Aunque algunos de ellos reconocen que hay ciertas necesidades diferentes con niños y
con mujeres, no se identifica una perspectiva de género o de generación, lo cual resulta
llamativo porque en ningún momento se nombra el lugar que de las personas mayores, que se
esperaría que tuvieran un reconocimiento de sabiduría especial que es mencionado por los
preceptos de las diferentes tradiciones. Solamente la líder de la tradición indígena refiere que
hay condiciones particulares de las mujeres que requieren un abordaje diferenciado:
(…) tenemos también trabajo para las mujeres, sólo para mujeres, y porque ha llegado
también que las mujeres hemos perdido la feminidad, lo femenino, no lo feminista, lo
femenino. […] Las feministas hicieron súper buen trabajo en los años setenta, el mejor trabajo
del mundo para igualdad de derechos y de deberes de la mujer. Pero se quedaron también en
un rechazo total a lo masculino y nosotras queremos volver a ser femeninas sin rechazar a los
varones, sin rechazar a lo masculino porque no podemos vivir sin lo masculino. Entonces, esa
integración de lo femenino y lo masculino de este momento es bien importante. […] La única
diferencia, es que las mujeres en luna si tienen otro tipo de trato, pero no como lo dicen: no
que esa mujer es enferma, no porque esa mujer es maldita, no porque esa mujer es terrible
cuando está con su menstruación, sino todo lo contrario, que tiene todo el derecho a estar
guardada y quieta, para poder estar en ese momento de luna” (Participante 2, comunicac ió n
personal, 7 de marzo de 2016).
Resulta llamativo que sea esta la única perspectiva que proponga un trabajo con un enfoque
diferencial claramente establecido, puede tener que ver con la cosmogonía y el lugar que tiene
la mujer dentro de las concepciones indígenas, pero vale la pena también preguntarse de qué
manera los terapeutas tienen en cuenta este tipo de diferencias en sus abordajes, de manera
específica en torno a la espiritualidad será necesario poner en diálogo las concepciones
culturales que acercan, determinan o ponen en tensión la vivencia del género y de la
espiritualidad.

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Terapeutas. Según las respuestas de los terapeutas entrevistados, la manera en que se


construye un enfoque para el abordaje de lo espiritual se puede dividir en dos momentos: un
encuentro desde la experiencia personal y otro desde el abordaje conceptual. El primero de
ellos tiene que ver con la comprensión que tienen de esa dimensión desde lo que ha sido su
trayectoria, su experiencia personal, en la que se evidencia un devenir del concepto, que va
enriqueciéndose a partir del encuentro con distintos saberes y conocimientos. En este
momento, los entrevistados relatan cómo han sido sus acercamientos a esta dimensión, sus
inquietudes por el tema espiritual, sus motivaciones para abordarlo.
“Entonces yo me adentré por ahí y en el transcurso de mi carrera he tenido la oportunidad
de explorar ese mundo de la espiritualidad en diferentes religiones, en diferentes filosofías;
pero digamos que bajo esta definición de que la vida tiene un propósito y un sentido,
entonces yo me adentré en investigar cuál era el propósito y el sentido de todo, de todo lo que
me pasa, y me encontré información para explicar cada una de las cosas que les pasan a las
personas con un propósito y un sentido en la vida.” (Participante 5, comunicación personal,
10 de marzo de 2016).
“(…) ahora viene un nuevo problema en agregar, como que encontrar nuevas
concepciones de lo espiritual no cuestionaba la esencia de lo que ya yo traía, no sé por qué,
sencillamente siento que el asunto era más conocer y validar la experiencia del otro y ese otro
podría ser alguien muy antiguo o podría ser otro que estuviese viviendo cercano a mí,
contemporáneo, pero había comprensiones que para mí tenían algo de interesante. Entonces,
hay un gran periodo en donde digamos la espiritualidad la veo fundamentalmente como un
espiritualidad teísta, de buena manera hay una referencia de la condición humana a un
creador o a un principio absoluto” (participante 3, comunicación personal, 9 de marzo de
2016).
Durante ese primer momento, se da un proceso en el que, por vía del análisis
experiencial, los terapeutas van encontrando mucho más pertinente reconocer la experiencia
religiosa o teísta y la relación con un ser supremo (que puede ser la de creer o no creer), tan
solo como una parte de la comprensión que es necesario hacer de la espiritualidad y no como
el aspecto que la define de manera central. De alguna manera, las explicaciones y formas de
aproximación que ofrecen las determinadas tradiciones espirituales y sus formas religiosas,
dejaron de ser suficientes para explicar lo que la experiencia consigo mismos y con otros,
muy diversos tanto en sus contextos como en sus creencias, les iba mostrando frente a la
espiritualidad.

61
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

El segundo momento se relaciona con el abordaje de la dimensión espiritual que se da


desde la psicología, específicamente desde el enfoque o escuela psicológica desde donde
sustentan su intervención (se identifican principalmente: psicología, humanista,
transpersonal, cognitivo, conductual, piscología positiva); y sucede un proceso muy similar,
al relatado anteriormente. Las respuestas son más descriptivas de cómo se aborda esa relación
y relatan experiencias de lo que para ellos implicó ingresar a la formación universitaria
teniendo previamente inquietudes experienciales o racionales por lo espiritual. En general
mencionan una ruptura inicial de lo académico con estos saberes que pueden no considerarse
válidos (o científicos), sin embargo también mencionan que en la búsqueda se encuentran
categorías (o paradigmas - un poco más de carácter omnijetivo-, o constructos teóricos –
sobre todo filosóficos-) en las que la dimensión espiritual si tiene cabida desde la psicología,
lo cual les permite generar espacios de encuentro entre la experiencia propia y el rigor
científico.
“(…) y empecé desde mi formación en pregrado. Cuando yo entré a estudiar psicología,
yo en ese momento estaba en el convento y entré a estudiar a una universidad de corte
conductual fuerte, que era la Konrad Lorenz. Cuando empecé a identificar la conducta, la
forma de abordarla, los constructos y demás, Dios no aparecía, es más, siempre se señalaba
el concepto de metafísica opuesto y contrario a la psicología. Y entonces había momentos en
los que yo decía, oiga sí, la ciencia sí responde a esto y explica tata ta tata, y había un
momento en el que yo decía, va a llegar un punto en el que la ciencia va a confrontar por el
origen, necesariamente, y cómo lo explico, entonces voy a tener que dudar de Dios. Y
entonces eso empezó a generarme ruido. (…) Cuando dejé de buscar responder a la ciencia
desde Dios, y a Dios desde la ciencia, el asunto se fue regulando, y me fui dando cuenta que
no son opuestos: que creer en Dios no significa que el conocimiento del hombre desaparezca
o no sea real, al contrario, desde mi experiencia de fe, Dios nos da la posibilidad de pensar,
Dios nos ha dado inteligencia y como Dios no está sujeto a nuestras categorías, eso significa
que Dios me da la posibilidad hasta de dudar de él y eso no hace que Dios deje de existir”.
(Participante 1, comunicación personal, 7 de marzo de 2016).
Realizan una descripción de su práctica terapéutica de acuerdo a la escuela a la que se
suscriben y cómo se manifiesta la dimensión espiritual allí, de cómo es el abordaje que hacen
de ese constructo con sus pacientes. Descripción en la que también se pueden encontrar
algunos referentes teóricos que sustentan la categoría o el enfoque bajo el que trabajan.
“La transpersonal como une la parte de la disciplina desarrollada en occidente con los
conocimientos de las grandes tradiciones espirituales, acerca de hasta dónde puede llegar

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

nuestra psique o nuestra conciencia, entonces es una perspectiva de la psicología que le


implica a uno un camino de trabajo interior.” (Participante 7, comunicación personal, 14 de
marzo de 2016).
“Es importante decirle esto, cuando yo procuro invitar a alguien a que mire más allá́ de la
dimensión personal, nunca lo hago desde un espectro moral. Para mí la espiritualidad no tiene
que ver con un acto moral más sublime, eso es otra vez el mundo de la forma. Simplemente
llamó allí desde un lugar, de una realidad más real, no desde una moralidad.” (Participante 9,
comunicación personal, 29 de marzo de 2016).
“En medicina-mente-cuerpo la punta de lanza es la espiritualidad, digamos que se han
venido investigando las diferentes aproximaciones de la forma de pensar, o sea en qué
consiste primero mi especialidad, el impacto que tiene la parte mental y emocional sobre la
salud y sobre el proceso curativo. (…) Entonces la idea mente-cuerpo es, se busca que esta
carga de emociones y sentimientos salga y se pueda manejar el estrés desde las técnicas de
manejo del estrés, en la parte mental, de meditación, de relajación, pero también el cambio de
interpretación que es desde donde se originan los sentimientos.” (Participante 5,
comunicación personal, 10 de marzo de 2016).
“(…) yo trabajo a la “rogeriana”: centrado en el cliente, en primer lugar. Lo que me
interesa es ver qué categorías, qué recursos tiene (…) Procuro trabajar con el lenguaje que el
consultante me presenta en las etapas iniciales, como sondear el mundo desde donde el otro
viene.” (Participante3, comunicación personal, 9 de marzo de 2016).
“Entonces, ahora con algo de concepto y con la experiencia que no he dejado, de esa
intuición primero, me di cuenta que acompañar en el cuidado paliativo implicaba eso, y que
la espiritualidad implicaba eso, que no era necesariamente hablar de Dios. Porque, si yo no
hablaba de Dios, Dios no dejaba de existir, y que si no lo mencionaba ni le hablaba de la
virgen y demás, no significaba que yo le hablaba de Dios, porque le hablaba de las cosas
buenas, hablaba de lo que podíamos hacer, de hablar con no sé quien, y su familia. Y eso
era.” (Participante 1, comunicación personal, 7 de marzo de 2016).
Se evidencia entonces una distinción con los líderes espirituales en relación con el
enfoque, pues este se construye y de-construye continuamente, alimentado por elementos
conceptuales, por las propias experiencias, por los aspectos de enfoque que diferentes
escuelas de la psicología puedan brindar y por la mirada misma del paciente frente al tema.
Es, se podría decir, una ruta de navegación más que un determinante.
Justo porque la mirada del paciente resulta significativa para la definición del enfoque del
terapeuta, relatan algunas experiencias con consultantes de dan cuenta de dicho enfoque y

63
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

ejemplifican cómo se da la relación con ellos. Para el psicólogo entrevistado , cuyo trabajo
está principalmente centrado en el acompañamiento al duelo, es justamente esa indagación
por la mirada que el paciente tiene lo que da sentido a la mirada por lo espiritual, es decir que
desborda cualquier concepto previo que se tenga al respecto:
“(…) cada vez que me encuentro con agnósticos o ateos, la percepción que a uno mismo
como psicólogo le queda, es que el proceso es más largo, más tortuoso; porque se remite en
muchos casos, por ejemplo, a ser un proceso que se asimile desde lo racional. E insisto, uno
va descubriendo y se les comparte a ellos, qué hace falta para trabajar la trascendencia,
acercarse a un concepto de espiritualidad. Y lo que les decía ahorita, fíjense que en muchos
casos, esa ha sido una oportunidad que esas personas tienen, para repensar su concepto acerca
de la espiritualidad.” (Participante 6, comunicación personal, 10 de marzo de 2016).
Más aún, un elemento que es posible encontrar tanto en lo evidente como en lo más sutil
de las reflexiones de los terapeutas tiene que ver con el carácter integrador de la
espiritualidad frente a las experiencias humanas, es un lugar desde el cual se comprenden y se
explican esas experiencias; por lo mismo, como es expresado por varios de los entrevistados,
no es necesario considerar que solamente si se habla de temas que aludan abiertamente a lo
espiritual se hace un abordaje de ello, sino más bien se trata de esa mirada integradora y
trascendente con la que se acerca el terapeuta y a la que invita al consultante para asumir su
situación particular. En palabras de un terapeuta entrevistado , se trata de acompañar lo que
denomina despertar interior (y que se equipara a lo que otros entrevistados definen como la
experiencia espiritual o el camino de desarrollo o ampliación de la conciencia):
“(…) en primera instancia hay un poco como del conocimiento, el bagaje previo; a qué
me refiero, de todas maneras mi mente almacena información acerca de lo que es el
despertar, y yo puedo en mi mente estar escuchando el drama personal de un consultante o la
situación de quien tengo ahí́ al frente, y escuchar su relato personalizado acerca del suceso.
Pero, al mismo tiempo, como tengo la otra información la contrasto con esa otra información
de fondo que me dice, que también hay algo que va más allá́ de esa identidad personal y que
está sucediendo allí́. Y cuando yo logro compenetrarme con ese otro lugar, con esa otra
dimensión del ser, entonces procuro evidenciarlo ante la persona, siempre de una manera
respetuosa. Pero cuando yo digo sacudo, es porque yo no soy un ser despierto, un ser
despierto seguramente podría más fácilmente acompañar el despertar, pero yo por lo menos
le pego un sustico al yo para que se dé cuenta que él no es lo último que existe”.
Se trata entonces de estar al lado del consultante con una perspectiva que permita ampliar
las posibilidades de comprensión frente a lo que está viviendo, a partir de una mayor

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

conciencia de sí mismo, integrando el reconocimiento de ser parte de algo más grande que
también le habla de su esencia y que relativiza la identificación con la emoción o el
pensamiento, es decir que no es solamente eso lo que lo define. (Participante 9, comunicación
personal, 10 de marzo de 2016).

Las prácticas concretas: estrategias, técnicas y herramientas


Aunque conceptual y teóricamente es posible distinguir estos tres conceptos, en las
narraciones de los entrevistados en ocasiones se usan como sinónimos, incluso cuando se
refieren a los recursos empleados para el abordaje; por esta razón se presentan en un solo
bloque de análisis distinguiendo los que son presentados por los líderes espirituales y los que
son desarrollados y utilizados por los terapeutas. Este apartado responde de manera más
directa a la pregunta de investigación, pues permite evidenciar con mayor especificidad lo
que se está haciendo por parte de los participantes para abordar la espiritualidad con quienes
acuden a ellos; habiendo desarrollado el análisis en torno a las concepciones y enfoques sobre
los que se sustentan, tendrá más sentido acercarse al reconocimiento del actuar, y por lo
mismo se debe tener en cuenta lo mencionado en esos apartados anteriores para poder tener
una mejor comprensión de lo que aquí se menciona.
Se presentan en primer lugar aquellas prácticas que fueron descritas por los líderes
espirituales y que no se mencionan en el discurso de los terapeutas, posteriormente las que
son descritas solamente por los terapeutas y finalmente aquellas en las que se encontraron
coincidencias. En cada apartado se presentan las prácticas, agrupadas de acuerdo a la acción
central que se realiza.

Líderes espirituales. Al indagar por estrategias casi todos hacen referencia al uso de
técnicas y herramientas dentro del acompañamiento que realizan; son variadas y algunas
complementarias entre sí, ya que se emplean algunas en simultaneo y otras como
seguimiento. Los entrevistados realizan una descripción de las técnicas que emplean en el
acompañamiento espiritual, su origen, su objetivo, quiénes participan, cada cuánto deben
practicarse; sin embargo, no se evidencia ningún criterio uniforme en esos elementos,
dependen en gran medida del líder y su criterio personal, que en últimas está guiado por los
preceptos que dispone la tradición espiritual inspirados en un origen divino o en un ser
superior.
Establecen relaciones entre las distintas técnicas que manejan; en la mayoría de casos
estas técnicas son complementarias entre sí, y sólo en uno de ellos se considera que hay una

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

técnica principal y las demás son accesorias, es el caso de la meditación trascendental. Por
otro lado, en el caso de los líderes pertenecientes al islam y religión católica, hacen referencia
a la forma como se realiza el acercamiento a sus consultantes y aspectos más de contexto que
una descripción como tal de sus propios ritos, pues aunque estos tienen un lugar significativo
no son la principal vía para el acompañamiento en el desarrollo espiritual de las personas.

La meditación. La meditación es empleada de diversas maneras y de hecho tiene


sustentos y alcances diversos de acuerdo a la tradición en la que se haya desarrollado, incluso
algunas de las técnicas de tipo corporal son reconocidas como formas de meditación en
movimiento. Un elemento común en todas las perspectivas desde las que es desarrollada, es
la disposición de la persona para el reconocimiento, encuentro o contacto con lo más esencial
de la existencia; la preparación apunta a diferentes esferas de la vida: cuerpo, mente, emoción
y finaliza con el desarrollo de estados de conciencia ampliados a los habituales (estos son
vigilia y sueño). Se encuentran la meditación budista y la meditación trascendental, cuyo
punto de encuentro es el trabajo sobre la mente, bien sea para el control de los pensamientos,
para la calma del discurso interno o para ampliar la lógica desde la cual se comprende el
mundo:
“La meditación para calmar la mente es lo que yo llamo “pre”, los ritos preparatorios, es
una preparación para hacer una meditación más profunda. Si tú no tienes una mente tranquila
pues no puedes centrar la menta en nada; entonces simplemente lo que uno hace es que lleva
la atención aquí́ a la entrada de la nariz, y se es consciente de la sensación de cómo entra y de
cómo sale el aire, sin forzar nada, en la tradición mía –por lo menos, hasta donde yo voy- no
me han enseñado a que hay que forzar nada; sino una respiración muy natural, uno siente
cómo entra, cómo sale, si de pronto uno se enganchó con algún sonido o viene un
pensamiento, y uno empieza a hacer una elaboración sobre ese pensamiento, y se queda y se
le olvida completamente tiene que tratar de recordar nuevamente cuál es la instrucción, y la
instrucciones es simplemente llevar la atención a la respiración” (Participante 10,
comunicación personal, 19 de Marzo 2016).
“La meditación trascendental es una técnica completamente diferente de cualquier tipo de
técnica de autodesarrollo que exista hoy en día. ¿Y por qué́ es tan diferente? porque no
requiere esfuerzo. Es una técnica que no exige concentración, no tiene que ver con el control
mental de tratar de poner la mente en blanco o hacer unas visualizaciones o rezar. Es una
técnica que utiliza la tendencia natural que tiene nuestra mente de ir a áreas que le causen
mayor satisfacción, mayor conocimiento y mayor felicidad. ¿Por qué́ razón? porque

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

normalmente nosotros siempre estamos con nuestra mente hacía afuera, de aquí́ para allá́ .
Esta línea representa en la mente objeto referente, ¿referente a qué? a situaciones, a personas,
objetos, siempre estamos hacia afuera y estamos conectados hacia afuera, ¿a través de qué?
de los sentidos. Los sentidos son los canales que llevan nuestra interioridad hacia afuera y
trasteamos toda la información hacia adentro. […] En la meditación trascendental lo que
hacemos es experimentar poco a poco niveles menos activos del proceso del pensamiento.
Vamos llevando la mente a un nivel más calmado como las olas en el océano, que en la
superficie son muy agitadas y luego vamos encontrando mayor calma y mayor quietud”
(Participante 4, comunicación personal, 10 de Marzo 2016).
Dentro de la meditación trascendental se identifica el uso de mantras como un elemento
central, que permite emplear las ondas de los sonidos como un vía para la quietud de la menta
a través de la cual será posible llegar a niveles de conciencia más profundos cada vez.

Uso de medicinas tradicionales. En el caso de la la meditación trascendental la medicina


ayurvédica se emplea como un complemento, solo en caso que la persona considere que
desea ampliar sus prácticas de cuidado y cultivo de sí mismo a través del cuidado del cuerpo;
en la tradición indígena se utilizan para el contacto con dimensiones o estados de la
conciencia que están de manera directa más relacionadas con la espiritualidad y que buscan
limitar la racionalización de la experiencia para poder disponerse de manera más abierta y
tranquila a la vivencia:
“Damos medicinas, traemos medicinas del norte, medicinas del sur, nosotros aquí́ en
Colombia no damos yagé́ o ayahuasca, solamente un indio del putumayo viene y nos da
medicina o lo llamamos. Hemos recibido la instrucción del norte y se toma peyote que es la
medicina del norte, que es el padre” (Participante 2, comunicación personal, 7 de Marzo 2016).

Reconocimiento del linaje familiar. se hace uso de las constelaciones familiares como
parte de acciones más amplias, especialmente referidas por la líder de la tradición indígena
que refiere una especie de sincretismo al describir como en algunos de los rituales que se
desarrollan ella puede identificar antepasados de las personas que no han resuelto situaciones
emocionales y que aunque no estén vivos pueden afectar la vida actual de su descendencia; a
partir de este reconocimientos, posteriormente se hace un abordaje que es descrito como
poner en orden el linaje familiar y que lleva a la persona a avanzar en la solución de
determinadas problemáticas. Otra manera de hacer este reconocimiento es a través de
conversaciones en las que el líder pregunta e invita al reconocimiento de la ascendencia de la

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

persona que consulta, como parte de un proceso de conciencia que les permite tanto al líder
como a quien busca la ayuda, saber quién es y sobre qué se sustentan sus creencias, valores,
principios; este acercamiento también se relaciona con la identificación de problemas físicos,
emocionales y mentales que no se circunscriben al individuo sino que se relacionan con la
historia familiar, en donde también reside parte de la sanación, de manera que se evidencia el
carácter interpersonal de la espiritualidad. El líder espiritual Islámico lo menciona de la
siguiente forma:
“Lo primero que le preguntan es quiénes son sus padres. Entonces le dicen: “J Z, hijo de
Arturo” en el caso de nosotros, entonces lo obliga a repetir hijo de tal, de tal, ahí nombra su
genealogía. Claro, eso me obliga a repensar quienes son mis antepasados. De paso sirve para
saber qué enfermedad tuvieron. Por eso ahora, una de las preguntas médicas es: “bueno y de
qué sufrieron sus padres”, o sea, si es importante los antepasados, no es un tema solamente
religioso. O sea, si influye el conocer eso en la ciencia, en los médicos, porque hay gente que
operan y es hipertenso, si es diabético, si tuvo cáncer, o sea que problemas tuvo, he ahí́ la
importancia de los antepasados. Nosotros no queremos, y de ahí que uno debe tratar de conocer
con exactitud quiénes son los antepasados. (Participante 8, comunicación personal, 7 de Marzo
2016).
Entonces, volviendo al tema de los antepasados, yo debo reencontrarme con ellos porque
es una forma de reencontrarme conmigo mismo, porque es una forma de dialogar con ellos.
De hecho dialogo con ellos, cuando no están presentemente, es una terapia. A mucha gente le
digo, le pregunto, de esa gente que viene aquí, amigos o musulmanes, “bueno y como fue tu
relación con tus padres”. Uno encuentra que muchas de esas relaciones fueron traumáticas, ni
siquiera se curaron. Les recriminamos muchas cosas a nuestros padres, porque todos tenemos
algo que recriminarles a nuestros padres, porque no son perfectos, ni más faltaba. Pero uno
tiene que sanar muchos temas y decir: “bueno”, dialogar con los padres como si estuvieran,
porque están aquí e ir a su tumba” (Participante 8, comunicación personal, 23 de Marzo
2016).

Espacios de información. También se identifica el acercamiento desde la información


mucho más estructurada con el fin de que sustente el desarrollo de las prácticas a que se
invita a las personas; no se busca en ningún caso hacer un proceso de formación, pero si se
evidencia la intención de que la persona tenga la oportunidad de comprender de qué se trata,
cuáles serán los alcances y beneficios y logre evidenciar el sustento que hay tras la práctica;
esto es especialmente evidente en la meditación trascendental, ligado claramente con su

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

intención de no ser relacionados con una religión. Según líder especialista en meditación
trascendental explica: “esta conferencia es parte del curso [risas]. Así que hará parte del curso
porque es una conferencia informativa, general. Y ya el curso si toma cuatro días, dos horas
cada vez, donde aprendemos toda la técnica”. (Participante 4, comunicación personal, 7 de
Marzo 2016).

Acercamiento individual y reconocimiento de las características propias de cada


persona. se relaciona de manera más específica con elementos y acciones que desarrolla el
líder para establecer un relacionamiento con la persona que le consulta. Incluye la indagación
de aspectos diversos relacionados con aquellos sobre los que posteriormente se ha de tener
incidencia con las diversas prácticas, salud física, estructuras de creencias, condiciones socio
económicas, formas de establecimiento de relaciones interpersonales; aunque no todos los
líderes entrevistados refirieron que emplearan este acercamiento a las condiciones
individuales de las personas, algunos de ellos las consideran como muy importantes en la
medida que les permite hacer una primera “intervención” al cuestionar la relación entre ello y
el desarrollo espiritual. El líder Islam lo plantea así:
“Entonces sí es importante estudiar al individuo, claro, la posición económica, no es para
hablar del estrato de clase o la casta, es para saber esa posición social cómo ha sido utilizada.
Porque hay gente que tiene recursos pero no viaja, gente que tiene plata pero no viaja, no sale
ni siquiera de su región. Entonces, esa persona cómo progresa espiritualmente, cómo conoce
el mundo, qué lee. No es suficiente con que alguien me diga que es católico o que es evangélico.
Sí, eso es un punto de referencia, pero eso no es suficiente. Que le den qué lugares visita,
porque no es lo mismo pasársela en una biblioteca, en una sala de conciertos, que en una cantina
o taberna, pues obvio que son diversiones diferentes.
Entonces claro, todo eso determina un individuo, los influye, termina enfermándonos, o
enfermando a la sociedad. ¿Qué tipo de amigos tenemos? eso es importante, uno estar en
compañía de gente buena, o sea, de unos vecinos, gente que vive armoniosamente, que con
personas conflictivas. Pues, como somos un imán que atraemos todo lo que hay en el medio,
bueno o malo, somos como un imán, entonces ¿dónde nos limpiamos? es la pregunta. Por
más que brille uno los zapatos, los embole, se llenan de polvo, de barro, la pregunta es ¿cómo
los limpiamos?” (Participante 8, comunicación personal, 23 de Marzo 2016).
En relación con las estrategias y técnicas empleadas en el abordaje la mayoría señala
abiertamente su relación con la espiritualidad, solo en uno de los casos no se menciona esta

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

palabra en tanto temen que se considere no científica o netamente asociada a la religiosidad


(Participante 4, comunicación personal, 10 de marzo de 2016).
A la descripción de las diversas prácticas desarrolladas por los entrevistados, subyace una
noción propia de lo que es el conocimiento y los modos de su producción, cada una
sustentada en paradigmas diferentes, en las que se alude por ejemplo a: saberes ancestrales y
étnicos, creencias religiosas y tradicionales, producción científica y universalista. Y es
mediante este tipo de saberes y conocimientos que los entrevistados sustentan y legitiman el
poder o la efectividad de sus prácticas, esto ha sido profundizado en los apartados anteriores,
tanto en la concepción de espiritualidad como en los enfoques; sin embargo dos de las
entrevistadas aquí permiten evidenciar la forma en que se concreta esta relación:
“Bueno, primero, por qué no se enseña en términos de espiritualidad. Porque
desafortunadamente en occidente, la espiritualidad siempre está asociada a religión y el
conocimiento de Maharishi Mahesh Yogui, es una técnica científicamente validada -porque
él era un científico- pero eso no significa que no desarrolle la espiritualidad, profundamente
la desarrolla”. (Participante 4, comunicación personal, 10 de marzo de 2016).
“Entonces todo es a base del ritual, todo es a base de la acción. No hay una tradición
escrita, no es una tradición oral, porque es en el hacer esta tradición indígena en todo el
mundo. Los muiscas, uno va donde los muiscas y es en el hacer” (Participante 2,
comunicación personal, 7 de marzo de 2016).

Terapeutas. Los terapeutas entrevistados refirieron una amplia gama de prácticas


desarrolladas que se mencionan a continuación y que se estructuran principalmente desde la
comprensión que los profesionales tienen acerca de la espiritualidad como perspectiva que
lleva a asumir la realidad de las personas desde un lugar integrador, que tiene en cuenta la
totalidad del ser y que busca que el paciente rompa la identificación y totalización de su
identidad con la situación por la que está atravesando; así, las prácticas desarrolladas
evidencian la forma en que se asume al paciente y a la relación terapéutica y se centran
mucho menos que en el caso de los líderes espirituales en exploraciones específicas sobre
temas que se podrían considerar netamente espirituales.
Distinción entre lo percibido y lo interpretado. Se incluyen aquí diversas formas de
acercamiento que buscan en últimas acudir a la instancia de mayor amplitud de conciencia
del paciente para que su capacidad de recibir y contener la propia experiencia se vaya
ampliando y le permita establecer distancia entre su esencia y su experiencia vital. Se

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

relaciona con el reconocimiento de una capacidad de trascendencia en el ser humano, que se


hace concreta en la posibilidad de trascender lo más inmediato. Se identifican aquí:
La “pausa”, referida por un terapeuta (entrevista 3, realizada el 9 de marzo de 2016)
como práctica favorece el distanciamiento de los pensamientos y emociones automáticos,
busca favorecer en la persona una mirada sobre sus propios procesos, en los que asume una
posición de observador, que lleva a un mayor nivel de conciencia acerca de sí mismo y de los
lugares desde los que interpreta y juzga sus experiencias. Para llegar a esta “pausa” se
utilizan técnicas diferentes tales como la conciencia sobre la respiración antes de hablar
acerca de lo que está sintiendo o pensando, de manera que se rompe con el automatismo y se
abre la posibilidad de otras formas de comprensión y alternativas diferentes de experiencia
emocional, el distanciamiento de las emociones cuando se describen situaciones que incluso
no tienen nada que ver con la situación que molesta al paciente.
Entrenamiento de la atención, a través de técnicas diversas como la atención a la
respiración, la observación del propio cuerpo, la observación del ambiente, de los procesos
propios de pensamiento sobre el mundo sensorial y experiencial. Lo que se pretende es más
que nada que los pacientes identifiquen que hay una distancia entre lo que sucede y lo que
interpreta y que es justamente sobre las propias interpretaciones sobre las que tiene
posibilidad de transformación, que finalmente incidirá en la relación que establece con
aquello con lo que se encuentra. La terapeuta con enfoque transpersonal hace referencia a una
práctica que se inscribe en este lugar y explica lo que busca con esta forma de abordaje y la
manera en que desde este lugar se apela a la esencia espiritual del paciente sin hacer
necesariamente mención de ello:
“(…) una estrategia que está siempre es: “date cuenta”. Hay oportunidades en que con
pacientes yo les digo: “nota como te das cuenta”, eso es una invitación muy directa o: “nota
lo que acabas de decirme, nota como tu tono de voz cambió, qué está pasando en tu cuerpo
cuando me dices esto”. O sea, son todas intervenciones que yo creo que uso con cualquier
paciente, de cualquier nivel, pero están acudiendo a lo mismo, o sea, estoy invitando a la
misma instancia que para mí, es como la instancia despierta que hay en el paciente, la… es
que no quiero decir dimensión espiritual, pero sí, la dimensión espiritual, la parte despierta”
(Participante 7, comunicación personal, 14 de marzo de 2016).
Mindfulness, relacionado con el trabajo corporal como vía para el entrenamiento de la
atención y la mayor capacidad para diferenciar entre la descripción y la interpretación.
Dentro de la práctica de mindfulness también se identifica la atención sobre los eventos
positivos, como una forma de evidenciar aquello sobre lo que no se hace consciencia de

71
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

manera permanente y que al hacerlo conduce a la persona a ampliar su posibilidad de


observación sin focalizarse en lo negativo.

La utilización de metáforas. Es empelada en diferentes escenarios, para los procesos de


duelo se presenta como una manera de hablar de la trascendencia del ser querido que ha
fallecido, como la mariposa en su proceso de metamorfosis o como la vela que se hace luz a
través de la combustión de sus materiales (entrevista 6, realizada el 10 de marzo de 2016).
También en la lógica de la metáfora, otros terapeutas emplean el arte como posibilidad para
la exploración con los pacientes, bien sea a través de la invitación a interpretar obras de
artistas para evidenciar lo que les evoca y desde allí favorecer el desarrollo de nuevas formas
de comprensión de la realidad desde la base de que una interpretación no es necesariamente
la realidad de lo percibido; o a través del uso de materiales para la exploración emocional del
paciente, que, de acuerdo con el participante 7 (comunicación personal, 14 de marzo de
2016), permite al paciente expresar lo que hay manifiesto en un nivel consciente, pero
también encontrarse con información que no es consciente y que le permite al paciente entrar
en contacto con emociones o ideas que no le eran tan claras.

Prácticas a través del lenguaje. En las que no solo se busca la exploración y


reconocimiento de la vida del paciente, sino que además se comprende como un campo para
el desarrollo de la atención; de esta manera, tanto el terapeuta como el paciente entran en un
ejercicio de mayor conciencia de lo que se dice, de cómo el lenguaje evidencia “mundos de
realidad, y esos mundos pueden ser tremendamente restrictivos o mucho más esclarecedores,
muchos más llenos de posibilidad, por ejemplo cuando esos lenguajes afirman cualidades,
afirman oportunidades que la persona no reconoce en sí misma ” (Participante 3,
comunicación personal, 9 de marzo de 2016).
En relación con el abordaje desde el lenguaje, el psicólogo con trabajo en cuidados
paliativos invita a aproximarse desde la pregunta, pero una pregunta que se centre en el
reconocimiento de la necesidad del paciente; desde su experiencia en cuidados paliativos lo
ve de manera clara y lo comparte refiriendo cómo desde la pregunta es posible acercarse a la
vivencia de la espiritualidad del paciente sin ser invasivo, invalidante y sin imponer la propia
mirada:
“(…) ¿estás preocupado por qué va a pasar después?, ¿hay algo que estés necesitando en
este momento?, ¿hay alguien que te preocupa más que los otros? Son preguntas que abren. La
pregunta abre o cierra conversaciones. Si yo te pregunto ¿crees en Dios?, es una pregunta

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

que cierra, no es una pregunta que abre: Si, No. Pero si yo pregunto ¿cómo has vivido
durante la vida ese concepto de Dios? Pero si yo me muevo desde mi necesidad, entonces yo
voy a pensar qué está haciendo él de bien y que está haciendo él de mal. (…) Cuando yo
empiezo hacer esas preguntas él me va diciendo qué es lo que necesita” (Participante 1,
comunicación personal, 7 de marzo de 2016).
Es posible evidenciar que esta forma de preguntar, acerca de las necesidades del paciente
se puede ampliar al todo el ámbito psicoterapéutico, en donde la pregunta por el dolor del
otro y lo que requiere de la relación terapéutica debe primar por sobre la intención de
direccionamiento del terapeuta, máxime cuando se ponen en juego preguntas sobre las
creencias, que se encuentran a la base de la forma en que la persona ha definido su vida. Al
respecto (entrevista 1, realizada el 7 de marzo de 2016) insiste en que para poder preguntar
se requiere escuchar y observar desde un lugar empático, empatía que no se puede desarrollar
sin la disposición básica del tiempo, no es desde el afán por hacer el proceso rápido y
efectivo que se logra el establecimiento de una relación de reconocimiento. Esto significa que
es necesario el establecimiento de una relación de profundo respeto y afirmación del otro
como conocedor de sí mismo y del terapeuta como un acompañante que tiene por principal
intención acercarse a ese conocimiento, no definirlo. Todo esto permitirá que posteriormente
se llegue a la posibilidad de la acción en el acompañamiento, que también puede estar
centrada en la pregunta, pero que estará dotada de un sentido diferente al tener un nuevo
conocimiento de la situación más íntima del paciente:
“Cuando yo logro adentrarme, entonces, en esas preguntas puedo ser empático con el
otro y entonces no me siento a preguntar “que cómo estás”, no, sino que hoy te puedo
preguntar “¿te llamó tu hija, tu hijo?, ¿vino a visitarte tu amigo?, ¿quieres que busquemos a
alguien en especial para conversar?” Si ves, entonces, me adelanto a la pregunta, no es de mi
necesidad, sino desde la necesidad del otro. Y eso es espiritualidad, esas son las acciones
concretas de la espiritualidad, no son otras, eso es” (Participante 1, comunicación personal, 7
de marzo de 2016).
En relación con el abordaje de temas específicamente de corte espiritual, el psicólogo
especialista en enfermedad y salud hace referencia a un aspecto relevante que fue
mencionado por los terapeutas en diversas ocasiones, especialmente en relación con una
perspectiva ética. La pregunta como vía para aproximarse a las creencias de la persona o por
la vía en que los consultantes plantean sus inquietudes, del tipo “¿vale la pena creer en
Dios?”, pueden ser la puerta para un diálogo abierto en el que la persona logra exponer sus,
ideas, creencias y contradicciones, “la pregunta lo que hace es develar cosas, pero el hecho de

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

que yo pregunté no significa que yo creería en eso. Si yo me pregunto por la vida, con la
pregunta yo no creé la vida, la vida era anterior a mi pregunta y el hecho de que yo no me lo
preguntara no significa que la vida no existiera. Entonces, la pregunta es: ¿yo tengo la
necesidad de imponerle semejante peso a este ser humano, al final de su vida o de cara a su
enfermedad porque yo considero que debe creer en algo? Si yo respeto la dignidad como un
elemento de unicidad, un elemento de particularidad, entonces yo sé que soy yo quien debe
estar preparado para entender que finalmente de lo que vamos hablar es de dignidad y de
sentido de vida, y que ese sentido de vida yo lo puedo alcanzar por diferentes vías; en
últimas en función de lo bueno y del justo. Lo puedo hacer en virtud de lo trascendente y de
lo espiritual también” (Participante 1, comunicación personal, 7 de marzo de 2016).
Aquí el tema ético está centrado, de nuevo, en la no imposición del terapeuta al paciente,
tanto de las creencias como de las necesidades. Son las del paciente las que son centrales, no
para cuestionarlas o direccionarlas, sino para acompañarle en la exploración de ellas como
vía para su propio crecimiento.

El trabajo consigo mismo. es una de las prácticas que los profesionales evidencian como
fundamentales y mencionan que la herramienta principal de trabajo para un abordaje de la
espiritualidad en el ámbito terapéutico es el terapeuta mismo. Para la gran mayoría el trabajo
con este tema ha significado un proceso de constantes cuestionamientos, de enfrentarse con
las propias creencias y de hacer un trabajo de exploración profundo, tanto de la vida interior
como de diferentes perspectivas, tradiciones, prácticas, en el que cada vez hay una menor
tendencia al juzgamiento y una mayor disposición a la comprensión.
En esos procesos de búsqueda y reconocimiento, tanto hacia dentro como hacia fuera,
han logrado desarrollar una capacidad de auto indagación y auto observación que les permite,
ahora con sus pacientes, acompañar procesos también de búsqueda. Para la psicóloga con
enfoque transpersonal los proceso de crecimiento y de trabajo con ella misma son la
herramienta más concreta:
“Si y los días en que estoy digamos atascada o desconectada, este tema de la
espiritualidad que nos atraviesa y que está allí, hay días que está a flor de piel y hay días que
estamos enceguecidos. Entonces cuando estoy más ciega, esas sesiones de terapia [risas] pues
no me hacen muy feliz y me vuelvo torpe de pronto e irrespetuosa también, no sé. Entonces,
por eso sí siento que definitivamente uno es la primera herramienta del trabajo terapéutico, es
mi estado, mi estado interno, mi disposición al encuentro con el otro, porque de ahí depende
todo lo que sigue, todo lo que yo puedo evocar en mí, hacer presente en mí para el otro, pero

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

además lo que puedo invitar al otro a que evoque de sí mismo ” (Participante 7, comunicación
personal, 14 de marzo de 2016).
En ese descubrimiento y reconocimiento de los propios procesos, los terapeutas refieren
que han tenido que cuestionar sus propias creencias y encontrarse con posturas o tendencias
que no resultan coherentes con la comprensión que van construyendo de lo espiritual, de
manera que se van gestando situaciones de encuentro y desencuentro que van fortaleciendo
su mirada sobre el ser humano, una en la que la espiritualidad es elemento integrador y
definitivo para los procesos de cambio; todo ello es lo que finalmente se pone en juego en el
encuentro terapéutico. El reto generalmente está en mantener la coherencia entre esa mirada y
la forma en que se construye la relación.
“Creo que hay que desarrollar también una competencia y es la de la escucha y del
silencio. En consulta tendemos a hablar mucho, con un paciente debemos es escuchar más y
hablar menos, porque de allá viene la serenidad. Mira que cuando se está́ en consulta el
excesivo silencio del otro incómoda, además, tenemos el prejuicio de que debemos tener la
respuesta, pero con el paciente no. Yo le puedo decir no sé, pero me estás dejando una gran
pregunta y esa puede ser la ocasión para poder conversar con el otro, para caminar con el
otro. Sobre todo, porque con el paciente yo no tengo la última verdad ni la última respuesta,
es decir, que yo no soy la medida y el otro ha caminado la vida, yo no lo puedo embolatar,
porque mientras no haya perdido la conciencia, es decir, mientras esta persona todavía tenga
la posibilidad de la lucidez, de preguntar y resolver, pues él sabe cuando estoy haciendo
preguntas estúpidas o cuando yo estoy queriendo decirle que es lo bueno y lo malo. A esta
altura cómo le voy yo a cambiar eso, es irrespetuoso, es no respeto por la dignidad ”
(Participante 1, comunicación personal, 7 de marzo de 2016).
Al hablar del trabajo con ellos mismos y cómo se constituye en un pilar fundamental para
el abordaje de la espiritualidad, mencionan diversas formas en que se hace. Describen
espacios de formación que trascienden lo formal; prácticas continuas con ellos mismos en las
que han encontrado una alternativa que les resulta útil, pero insisten en la necesidad de que se
trate de un trabajo continuo; trabajo de tipo corporal que alimenten la integración de las
diferentes áreas de la vida; prácticas específicas relacionadas con sus creencias; prácticas de
meditación y de silencio. Frente a este trabajo, resulta interesante que aunque las consideran
para sí mismos no suelen decir a sus pacientes que las practiquen, a menos que aquellos
consulten directamente por algún tipo de prácticas o que ya las tengan como parte de sus
repertorios de exploración, tiene que ver con la distinción que todos ellos hacen entre su rol y
el de los líderes espirituales.

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Para finalizar este apartado debe insistirse en que las prácticas para el abordaje espiritual
desarrolladas y empeladas por los terapeutas pueden listarse, identificarse y profundizar en su
análisis, pero que como lo refiere uno de los entrevistados: “(…) esto no puede ser de simple
técnica porque el ser humano no responde solamente a eso, es mucho más complejo”
(Participante 1, comunicación personal, 7 de marzo de 2016), y por lo mismo el trabajo
consigo mismo resulta central, de lo contrario cualquier herramienta quedara falta de
sustento.

Puntos de encuentro. Se identifican y agrupan algunas de las formas de abordaje en las


que hay interrelación entre los dos grupos de análisis, bien sea porque hacen referencia a una
misma forma o porque sus objetivos y alcances son muy cercanos. En buena medida se
reconoce desde los mismo entrevistados la interacción y complementariedad de sus
abordajes.
Los líderes espirituales establecieron relaciones entre sus propias prácticas y la
psicología, en general es una relación de sinergia, en la que tanto la terapia psicológica como
las prácticas por ellos ofrecidas se pueden realizar simultáneamente; consideran que sus
prácticas pueden ofrecer otras técnicas que la psicología no reconoce y que podrían llevar a
hacer que el tratamiento fuera más efectivo.
“(…) en Hogares Claret, cómo es nuestra terapia allá. El profesor de meditación
solamente hace su yoga, pranayama, meditación o curso avanzado. Pero el niño también tiene
que ir a su terapia con el psicólogo, tiene que ir a su terapia con el psiquiatra, si es que está en
psiquiatra y con su trabajadora social. Toda esa sinergia ayuda a que el niño salga más
rápido”. (Participante 4, comunicación personal, 10 de marzo de 2016).
Consideran que las prácticas de desarrollo espiritual y los procesos psicoterapéuticos
tienen más puntos de convergencia que de distancia; es necesario avanzar en la búsqueda de
la espiritualidad tanto menos racionalizada como menos alienada por las creencias religiosas,
más centrada en el reconocimiento experiencial de aquello que es más esencial de la vida
humana. De acuerdo con el líder espiritual católico (Participante 11, comunicación personal,
8 de abril de 2016), quien llevan más de 20 años realizando procesos que llama de “cultivo de
la vida interior” basado en las propuestas del psicólogo alemán Karlfried Dürkheim junto con
la perspectiva jesuita de la vida católica, se trata de volver a Dios más una experiencia que
una creencia en la que no hay rechazo de ninguna parte de la existencia humana, sino por el
contrario una mayor sensación de integración, en la que los ejercicios o prácticas espirituales
llevan paulatinamente a alcanzar el máximo potencial como individuos y como especie.

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Técnicas de tipo corporal. Que buscan la conciencia espiritual y la reconexión mente –


cuerpo – espíritu; al mismo tiempo buscan favorecer la conciencia trans-personal, entendida
como el hacer parte de algo más que sí mismo: danzas de paz universal, biodanza, caminatas
en laberinto o en la naturaleza, yoga (de diversos estilos), prácticas de respiración, limpiezas
energéticas a través del cuerpo que buscan el equilibrio de las diferentes áreas de la persona.
Un ejemplo:
“(…) danzas de paz universal, que es un trabajo espiritual. Es un trabajo de aprender a
danzar y a cantar las tradiciones del pueblo, de todos los pueblos. Entonces, cantamos y
danzamos, mantras o canciones que tienen un ritmo y que se hacen en círculo” (Participante
2, comunicación personal, 7 de Marzo 2016).
Trabajos más específicamente centrados en la conciencia corporal, buscando identificar
la forma en que determinada emoción se manifiesta en el cuerpo, a través de una tensión, un
dolor, un movimiento o cualquier forma que surja en el espacio de exploración, el terapeuta
va guiando al consultante para que explore de manera profunda ese encuentro entre emoción
y cuerpo reflejándole lo que observa y dejando de lado el relato racional del paciente,
permitiéndose reconocer como determinadas emociones están asociadas a otros eventos o
relaciones de la vida que le llevan a tener una mirada más amplia respecto de la experiencia
actual. Al respecto, psicóloga entrevistada menciona:
“Entonces, al volcar la mirada aquí, esa entrada a lo emocional, cuerpo, ambas cosas, es
fácil una puerta de entrada a una línea o un hilo emocional que ha atravesado a la persona
quizá desde muy atrás, entonces ya no es solamente el tema del jefe, sino que es el tema del
papá o el tema del su relación con las parejas, y es el mismo hilo doloroso. Cuando uno hace
esta inmersión uno no sabe qué tan profundo puede ser ese hilo y por lo tanto, la experiencia
en el paciente se puede ir más profunda, más profunda, a un dolor más original, que se
manifiesta hoy en la relación con el jefe” (Participante 7, comunicación personal, 14 de
marzo de 2016).
La oración. Es referida por varios de los entrevistados, se menciona como una práctica
que hace parte del trabajo de acompañamiento a otros, tanto como una forma de establecer
conexión clara entre las prácticas propias de la tradición en la que la persona se encuentra y el
trabajo de su vida interior. Sin embargo, desde la descripción líder católico, es posible hallar
significativas similitudes con las comprensiones que se ubican tras la meditación:
“Pero miren qué concepciones tenemos de la oración. Hace mucho tiempo, a mí me ha
llegado como cuatro veces por correo, ponderando el poder de la oración. Es una muchacha
que sale en la tarde al final de día, que trabaja y va para su casa. Pero hay un callejón que

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

corta camino, está oscuro y al final hay un tipo como sospechoso. Entonces ella se pone,
invoca a Dios y se pone en las manos de Dios y pasa, pero al día siguiente oye una noticia de
que al día siguiente, después de ella pasó una muchacha y el tipo la violó. El tipo está
detenido y que ella fue a la cárcel y habló con él: “oiga yo pasé ayer por ahí y usted por qué
no me hizo nada”, y le dice -el tipo- “porque usted iba acompañada”. ¡Qué belleza la oración!
Dios como pidió́ le dijo que la acompañara. Pero la gente no se da cuenta que la otra que no
rezó ni nada, Dios como quien dice, le dijo: “mijita, no pidió pues tome”. Y la gente no se da
cuenta de lo que está diciendo, es decir, que si yo no oro y no pido Dios no me da. Es como
que si el niño se cayó al río y no le pidió a la mamá que lo sacara, que se ahogue. Por eso el
tema de los mapas, así pensamos de Dios, él no nos da sino lo que le pedimos, sino cuando le
pedimos, y yo digo la oración no es para moverle el corazón a Dios, es para abrir el nuestro y
recibir, tal vez no todo lo que pidamos, pero si lo que nos conviene, pero no somos capaces,
entonces la relación de Dios con nosotros es puro negocio, yo doy él me da” (Participante 11,
comunicación personal, 8 de Abril 2016).
Junto con la oración, son referidas otras prácticas propias de cada tradición que son
recomendadas por los líderes espirituales como fuente de trabajo espiritual, ya que conectan
con las diversas formas de la tradición en el reconocimiento del componente más
trascendental que constituye los preceptos propios de cada una. Aquí se encuentran las
peregrinaciones, la visita a los lugares sagrados, tiempos especiales y dedicados a rememorar
y celebrar aspectos o maestros significativos, rituales de paso.
Algunos de los terapeutas hacen mención a la oración como práctica que dispone a las
personas para experimentar el mundo de una forma diferente, tiene que ver con una
disposición similar a la que permite la meditación y empleada en el espacio terapéutico desde
el reconocimiento de sus formas de interacción con lo divino, en muchos casos una vez se
hace esa identificación se invita al paciente a mantener esa práctica en tanto le resulte útil y
coherente con sus creencias.

Ceremonias y rituales colectivos. Buscan la sanación espiritual, la particularidad en este


caso es que involucran varios de los aspectos que se abordan con otras de las técnicas y
estrategias, pues le apuntan a un trabajo físico, emocional, espiritual, al encuentro con el otro
desde el reconocimiento de la sacralidad en él y en sí mismo; dentro de los mencionados se
encuentran: Temazcal, inipi (sauna sagrado), siembra de la menstruación para las mujeres, y
los propios de cada tradición espiritual, frente a los que los líderes son claros en mencionar
que es necesario cultivar una vida en comunidad que se concreta en estos escenarios pero que

78
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

no se agota allí, como tampoco se agota el sentido de trascendencia en la asistencia a los


rituales establecidos.
“Entonces ese es el camino espiritual. El camino espiritual es la tradición que yo utilizo,
entonces si soy musulmán, importa que oremos cinco veces al día, mínimo; que hagamos el
ayuno cuando viene el mes de ramadan porque nos purifica, interna y externamente; cuando
uno hace la peregrinación es un viaje” (Participante 8, comunicación personal, 23 de Marzo
2016).
En el caso de la meditación trascendental, la ceremonia hace parte del proceso completo,
pues es una manera de reconocer la antigüedad y tradición en la que se inscribe; la directora
del centro Maharishi Yoga lo resume de esta manera: “Ahora bien, debido a que esta técnica
(meditación transcendental) viene de esa tradición de maestros vedas, cuando la persona
aprende a meditar, el primer día la persona debe asistir a una instrucción personal en donde el
profesor, antes de enseñarle el mantra, realice una ceremonia de gratitud a los maestros de
donde viene esta técnica.
Entonces, esta ceremonia no es una ceremonia de conversión religiosa, ni nada que se le
parezca. Es una forma específica en donde el profesor da gratitud a esos maestros y a su
tradición. Nombra todos los maestros, de los maestros, de los maestros y el alumno por
tradición debe traer para ese día unas flores, que representan la armonía de la naturaleza; unas
frutas, que simbolizan la abundancia de la tierra; y un pañuelo blanco y nuevo, que simboliza
la pureza del conocimiento. Eso se hace el primer día de aprendizaje. El profesor canta en
sanscrito y nombra a todos estos maestros, maestros, maestros, entrega las ofrendas y luego le
pasa a la persona su mantra y la forma como lo va a usar” (Participante 4, comunicación
personal, 10 de Marzo 2016).
Uno de los terapeutas también hace mención a los rituales como parte de su proceso de
abordaje. Lo que hace es invitar a transformar los rituales cuando se está en proceso de duelo,
de manera que se permita en ellos la presencia del ser querido fallecido a través de una
transformación de su modo de estar presente (entrevista 6, realizada el 10 de marzo de
2016). También en relación con los procesos de duelo, el terapeuta, menciona el empleo de
elementos simbólicos y metáforas que le permiten a los pacientes contactar con dos aspectos
centrales, uno es el proceso de transformación de todos los seres, de manera que permita
comprender que tanto la presencia de quien ha fallecido es diferente pero no es ausencia,
como que la relación con ese ser también se ha transformado. Menciona como las más
empleadas por el las mariposas, las velas y los que define como “objetos-tesoro”, al respecto
refiere:

79
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

“(…) yo de mi ser querido, de mi papá guardé unos anteojos, de mi mamá guardé este
escapulario o este anillo y la gente lo porta y eso es como una forma de evocar la presencia
del ser querido. Entonces, cuando tienen momentos difíciles o etcétera, sacan miran, incluso
una fotografía, le dicen cosas y eso espiritualidad. Esa trascendencia va contigo a todos lados,
esa es una forma inmanente de presencia. Es como esos cuatro aspectos. Son elementos que
no pueden faltar para decirle a la gente: “uno puede seguir conectado con el ser querido” y
eso es espiritualidad” (Participante 6, comunicación personal, 10 de marzo de 2016).

Espacios de tipo grupal o colectivo. Se trata de la identificación de las prácticas de tipo


comunitario o encuentros colectivo para evidenciar recursos, formas de relación que se
establecen, prácticas de tipo religioso o de tipo espiritual y la forma en que estas son
interpretadas y enriquecen o no la cotidianidad, espacios de encuentro consigo mismo, y el
reconocimiento de valores o principios que sean significativos o que en algún momento le
hayan resultado protectores.
En el caso de los líderes espirituales son referidos encuentros, talleres y retiros que
incluyen trabajo individual y colectivo, con el objetivo de evidenciar y sanar situaciones
críticas, dificultades de tipo emocional y encontrar a partir de ello el bienestar cognitivo y
afectivo, que son considerados a la base del desarrollo espiritual. Se identifican en este grupo
los círculos de mujeres, retiros en lugares que permitan el contacto con la naturaleza y que
estén apartados de la ciudad, que para el caso de la líder de la tradición indígena se hace en
ciclos anuales en los que van aumentando los días hasta completar en el cuarto año nueve
días de retiro en una montaña como parte de un proceso de sanación y conexión con lo
sagrado.
Los terapeutas hacen referencia a cursos y encuentros colectivos para identificar aspectos
desde el nivel individual pero que puedan ponerse en conversación a nivel grupal. El médico
participante menciona que desde su práctica lo que las personas hacen es una identificación
de cómo se encuentran en cada uno de los aspectos que desde su perspectiva componen el
trabajo espiritual, bien sea través de algunos test o de preguntas que subjetivamente les
permitan darse cuenta de en qué aspecto o área hay dificultades, posteriormente el trabajo se
centra en el acompañamiento por medio del diálogo socrático en busca de dos objetivos:
aceptar y comprender cuál es el sentido de lo que se está experimentando y cuál el
aprendizaje. Una vez se clarifican los dos, la persona logra identificar qué es lo que tiene que
transformar en su vida para alcanzar un estado de paz interior (entrevista 5, realizada 10 de
marzo de 2016). También se incluyen en este punto los grupos de apoyo para familiares en

80
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

procesos de duelo, en donde se desarrollan actividades como la escritura de cartas al familiar


fallecido con el fin de entrar en un contacto con la nueva forma de presencia de ese ser, que
trasciende lo físico, al respecto el psicólogo especialista en duelo aclara:
“Un ejercicio, que por ejemplo yo hago en los grupos de apoyos es, escríbale una carta a
su ser querido y dígale que ha pasado con su vida desde que él se fue. Después, otro ejercicio
que hago es, ahora préstele su mano a su ser querido y permítale que él le conteste esa carta
que él le escribió́ . Pero hago un énfasis, insisto y en eso si soy tajante, esto que le estoy
compartiendo yo, no tiene nada que ver con esoterismo, ni con espiritismo, ni nada de esas
cosas, porque en duelo pasa mucho eso. La gente angustiada por querer oír a su ser querido
va y se mete en cosas que no son” (Participante 6, comunicación personal, 10 de marzo de
2016).

La relación que se establece. En cuanto al relacionamiento con quienes solicitan


acompañamiento a los líderes espirituales, principalmente se describen los primeros
acercamientos y el seguimiento al trabajo con cada uno y, excepto en un caso, no se
menciona que deba tratarse de un proceso sistemático o continuo.
Se mencionan como acciones específicas en ese relacionamiento: encuentros mensuales
con seguimientos esporádicos si son propiciados o buscados por la persona que consulta;
espacios individuales que surgen como efecto de los espacios colectivos y que dependen
también del interés de la persona por profundizar en algún tema que haya identificado como
problemático o porque al consultar al líder por algo que ha surgido en una ceremonia grupal
éste le indica la necesidad de una práctica individual para un mejor trabajo o para la sanación
de un aspecto específico; entrevistas individuales frente a dificultades personales o
cuestionamientos sobre la propia espiritualidad, en este caso el centro está en saber cómo y
desde dónde se está definiendo la persona y qué tanta coherencia hay entre sus creencias y las
prácticas espirituales que lleva a cabo en lo cotidiano; también se indaga por el efecto que
tienen en la vida de las personas esas prácticas que llevan a cabo y de qué manera se refleja el
cultivo de la vida espiritual en la relación consigo mismo, con los demás y con el medio. En
su gran mayoría, lo entrevistados tienden a poner cuestionamientos a las prácticas cotidianas
de las personas para evidenciar el efecto transformador que puedan tener y la manera en que
ello se relaciona con un acercamiento cada vez más claro a lo sagrado o a la divinidad como
es reconocida en cada tradición.
Cuando hay situaciones muy complejas por el estilo de vida, los niveles de riesgo o la
historia de la persona, se genera un relacionamiento más cercano, permanente y con un

81
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

mayor uso de de prácticas y técnica interconectadas, Líder espiritual describe este caso en el
acompañamiento que hacen desde su fundación a los hogares Claret, en donde llegan niños
en situación de vida en calle y fuertes condiciones de maltrato, menciona incluso el trabajo
interdisciplinario:
“A los chicos les hacemos de todo, porque ellos viven en situaciones muy lamentables.
Sistemas nerviosos muy alterados de muchos años o de vivir en la calle. Tener unos niños
que han estado en la guerrilla, niños que han sido delincuentes allí́ no más en el cartucho,
tenemos niños que están ahí porque se robaron un celular en Transmilenio, los cogió la
policía, entonces Bienestar los manda para allá. Entonces a esos niños si se les da todo, se les
da yoga, meditación, pranayama, el modelo védico, aromaterapia. Nosotros hemos ido
entrenando personal de ellos. En este momento, la estructura de ellos es que ya tienen todos
los profesores, de todas las áreas ahí́” (Participante 4, comunicación personal, 10 de marzo de
2016).
En varias de las entrevistas los terapeutas refieren la importancia del vínculo que se
establece con los consultantes, que consideran en sí mismo como una estrategia o
herramienta. Esta relación se caracteriza por tres aspectos fundamentales: el vínculo es
contendedor y firme para que la persona sienta que es seguro acercarse a espacios de
indagación que antes no había contemplado; hay autenticidad en el terapeuta para
comprometerse con el reconocimiento de la realidad del paciente desde la manera en que este
la percibe; y, finalmente, reconocer que la capacidad de transformación reside en el
consultante y que el terapeuta es capaz de hacerse a un lado en las ocasiones en que es más
evidente el cambio, con el fin de que el paciente reconozca en sí mismo esa capacidad.

Los escenarios de intervención


Interesa aquí evidenciar los escenarios de intervención clínica en que los terapeutas
entrevistados ponen en juego las prácticas desarrolladas para el abordaje de la espiritualidad,
se evidencia en uno de ellos el ámbito de los cuidados paliativos, a este se le ha dedicado una
investigación previa en la línea por lo que no se profundizará; frente a la pregunta
investigativa interesaba reconocer el aporte a la práctica clínica, y se identifican dos
escenarios, uno de ellos la promoción de la espiritualidad, que surge de manera aislada y
poco intencionada en una de dos de las entrevistas, mientras que el espacio de la psicoterapia
es en el que se encuentra un mayor énfasis.
En relación con la promoción, el doctor entrevistado (Participante 5, comunicación
personal, 10 de marzo del 2016) menciona que muy pocas personas llegan con preguntas

82
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

acerca de lo espiritual pero que a través del abordaje que hace de las dificultades que
presentan, busca llevarlas a hacerse el cuestionamiento, como una forma de promover la
espiritualidad como forma de entender la existencia. Para psicoterapeuta entrevistada la falta
de acciones de promoción tiene que ver con un sesgo sobre la disciplina, tanto en los
consultantes como en los psicólogos:
“Si, nosotros los psicólogos tenemos esta perversión [risas] de siempre de mirar, bueno
¿cuál es el problema? o sea si no tienes un problema no tenemos nada que hablar. Entonces
claro, nosotros estamos sesgados porque no estamos relacionándonos con la totalidad de la
realidad. Aunque de todas maneras, pues lo que llega qué es, lo real también. Por lo menos,
en mi consulta pues yo no veo casos patológicos de enfermedades mentales complejas, no.
Yo lo que atiendo es como lo cotidiano, lo que pasa en la vida, cotidiano, entonces digo
también: “pues sí yo busco el problema”, pero lo que llega aquí́ es lo que pasa en la vida,
entonces no creo que sea tan sesgada la muestra. Y de todas maneras, hay cierto espacio
también en la consulta para hablar de lo positivo que está pasando. Claro, la gente no viene a
consulta porque “mira, quiero contarte como” (…) Vengo a consulta para poder poner en
palabras esta maravilla que me está pasando”. No, no, no, no suele ser así́, no sé, pero sabes,
que eso que dices sí me hace pensar que nosotros, me refiero en general los seres humanos,
podemos fácilmente caer en ver más lo negativo, medio vaso vacío y no puntuar en lo
positivo” (Participante 7, comunicación personal, 14 de marzo de 2016).
Frente a esa actitud que la entrevistada identifica como tendencia en la mirada sobre lo
negativo, ella misma refiere que los cursos de mindfulness son un espacio propicio para la
promoción de una perspectiva diferente sobre la vida, desde la que las personas puedan
ampliar el foco de valoración, de manera que se está permeando la cotidianidad con una
perspectiva del mundo y de sí mismo que es distinta a la usual.
En relación con la psicoterapia como lugar para el abordaje de la espiritualidad, los
terapeutas entrevistados establecen dos aspectos centrales: las perspectivas y y el lugar de la
espiritualidad en la psicoterapia.
Para todos ellos, comprender la psicoterapia como un escenario en que se considere la
espiritualidad como eje central de comprensión y actuación lo que otorga un carácter
diferenciador de su abordaje y de sus prácticas; lo que se busca es que avanzar en una mirada
integradora acerca de los diferentes aspectos, áreas y frentes de la vida humana, que lleve a
que las personas logren integrar cada vez más sus propias experiencias a procesos de
crecimiento y trascendencia, que tiene mucho con ver con el significado que se atribuye a

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

esas vivencias, significado que se sustenta en el lugar desde el que se perciben y el marco
desde el que se construyen las interpretaciones.
“(…) Es como un gran enunciado, cuando estamos conflictuados por lo que sea, porque
yo quiero que esa persona me reconozca en mi trabajo o en mis méritos, pero no me siento
visto como yo quiero ser visto, entonces yo veo que hay conflictos, que hay fragmentación; y
es posible que bajo ciertas formas de funcionamiento, eso que aparece como fragmentado y
disperso, se pueda ir integrando dentro de unidades de significado mayor. En líneas
generales, ese es el principio que yo veo como esencial a lo que es la practica espiritual en
psicoterapia y en la vida” (Participante 3, comunicación personal, 9 de marzo de 2016).
Esta apuesta por la capacidad integradora, tiene una condición importante que ha sido
mencionada anteriormente y está relacionada con el lugar de comprensión del terapeuta. De
acuerdo con los participantes, es necesario asumir que la forma particular en que el terapeuta
comprende y define el mundo no puede limitar su acercamiento a diferentes esferas de la vida
humana o a maneras diversas de comprender cada una de esas esferas. Hay dos propuestas
que se complementan y que evidencian el lugar central de la espiritualidad que no depende de
la forma en que se pone en juego sino de la comprensión que se tiene de ella. De una parte se
encuentra la creciente mirada de la espiritualidad como campo o tema de investigación, que
poco a poco va despojándose de ese carácter no-científico o poco académico:
“Y pues hay una cantidad de documentación, si ustedes leen por ejemplo las guías para el
trabajo espiritual de la Asociación Americana de Counceling, ellos insisten en que todo
consejero o todo psicólogo que trabaje dentro de la psicoterapia tienen que tener por lo menos
ciertas habilidades culturales y ciertas habilidades de indagación espiritual especiales, pero a
veces nosotros creemos que eso es algo anticientífico, en nuestra academia en cierto sentido
es muy (se superponen voces). Pero yo creo que eso ha cambiado, por ejemplo, dentro del
mismo discurso de las terapias de tercera generación, y todo el esfuerzo grande que ha hecho
la psicología positiva para generar por ejemplo ese mapeo de las virtudes positivas y de lo
que es el florecer humano y eso va ligado absolutamente de prácticas espirituales”
(Participante 3, comunicación personal, 9 de marzo de 2016).
Y, de otro lado, ya que no se pueden desconocer los marcos restringidos sobre los que se
han construido algunas miradas acerca de la espiritualidad, se hace un abordaje de la misma
sin que se le mencione directamente; en esta postura lo significativo es que no porque no sea
oportuno nombrarlo, todos los entrevistados coinciden en que aun así debe dársele un lugar
claro, por lo menos desde la perspectiva del terapeuta:

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

“(…) habría que decirte que no es que no toque lo espiritual, lo que pasa es que no lo
nombro, que es diferente. Yo sí toco lo espiritual en todos los espacios en donde trabajo,
porque pues eso para mí́ es como constitutivo de lo que me gusta, de lo que le apuesto.
(…) Exacto, no le doy un nombre propio porque el escenario no resistiría ese nombre,
porque ese nombre puede estar asociado a cosas desde cristianos vendiendo biblias en
adelante, entonces yo no uso la denominación, pero claro que el trabajo por supuesto tiene un
foco espiritual y eso es lo primero” (Participante 9, comunicación personal, 29 de marzo de
2016).

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Capítulo Quinto
Discusión
La espiritualidad emerge como tema explícito de interés para la psicología desde diversas
perspectivas, no se debe perder de vista que un campo disciplinar es una construcción social,
pues evidencia y sintetiza un momento histórico, unas condiciones específicas en que los
intereses convergen para dar voz a temas que resultan relevantes.
Es de interés para las investigadoras aportar a la facultad de psicología conocimiento
sobre las estrategias que profesionales de psicología y líderes espirituales están utilizando
actualmente para el abordaje de la dimensión espiritual en el campo de lo terapéutico.
Retomando la pregunta de investigación, -¿cuáles son las estrategias desarrolladas por
profesionales de la psicología y líderes espirituales para abordar la dimensión espiritual?-, es
necesario mencionar que la información recabada permitió dar respuesta ampliamente a la
pregunta planteada, y más aún llevó a un replanteamiento de algunos de los conceptos
empleados en su formulación, tal es el caso de las estrategias y de la espiritualidad como
dimensión. En ambos casos se presentan en los resultados los sustentos suficientes para poner
en discusión los dos conceptos.
Respecto de las estrategias debe mencionarse inicialmente que fue necesario hablar de
prácticas, puesto que se consideró que este es un concepto mucho más abarcador dada la
amplitud encontrada, relacionada no solo con la cantidad sino con la fundamentación, medios
y alcances evidenciados. De acuerdo con De Moreno (s.f.) una práctica es una actividad que
implica elementos de construcción social, tiene una intención determinada y un objetivo y en
ella intervienen no solo las acciones sino también las percepciones de todos los que
participan en su desarrollo, actuando en calidad de agentes activos, así, esta perspectiva
permite incluir de manera mucho más completa lo que se encontró como formas de abordaje
desarrolladas por los entrevistados y además dispuso más claramente las bases para la

86
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

organización y análisis de los hallazgos de acuerdo a la acción central que permitía condensar
varias de las prácticas.
En relación con la concepción de la espiritualidad como dimensión, se encuentra una
importante riqueza en los resultados, ya que fue posible aportar en la ampliación de la mirada
sobre el constructo, que deja ver la importancia de no asumirlo desde una mirada
reduccionista que exija establecer una única forma de concebirlo, ya que el carácter
experiencial resulta determinante en su comprensión, por lo que la vivencia particular incidirá
de manera significativa y en ello reside mucho de la riqueza que debe tenerse en cuenta para
desarrollar formas de abordaje que resulten útiles.
Para dar respuesta a la pregunta de investigación se plantearon objetivos específicos
tendientes a identificar las prácticas, indagar por los enfoques, estrategias y técnicas y
delinear elementos metodológicos; todo ello buscando abonar al cumplimiento del objetivo
macro, cual era explorar y analizar las prácticas y estrategias desarrolladas por los dos grupos
de entrevistados claramente definidos: líderes espirituales y profesionales de la psicología.
Al respecto, los hallazgos dan cuenta de las comprensiones desarrolladas por los
entrevistados, que van más allá de la descripción de los enfoques o las técnicas, de hecho las
engloba y plantea elementos de mayor profundidad que presentan una oportunidad
interesante para avanzar en su análisis en futuras investigaciones.
Frente al interés por hacer aportes a la disciplina, es posible delinear elementos
metodológicos en cuatro sentidos: la perspectiva epistemológica, desde dónde comprender la
espiritualidad; desafíos éticos para el abordaje; el diálogo entre los enfoques y las prácticas; y
finalmente la reflexión profunda sobre el aporte del abordaje clínico de la espiritualidad.
Para el desarrollo de estos elementos se presentan a continuación puntos de discusión que
permiten poner en diálogo los resultados con los aspectos teóricos que dan sustento a la
investigación.

Comprensiones alrededor de la espiritualidad


La espiritualidad como fortaleza o afrontamiento : Este es un elemento que emerge con
fuerza desde la perspectiva de la psicología positiva, y al que algunos autores (Peterson &
Seligman, 2004) le apuestan como la fortaleza que conlleva el compromiso con aspectos
trascendentes de la existencia. Dado que en los hallazgos no se encuentra evidencia de esta
manera de comprender la espiritualidad, así como una referencia muy limitada a la
promoción como formas de abordaje, vale la pena retomar en futuras investigaciones el
aporte que la espiritualidad entendida desde la perspectiva de las fortalezas y los

87
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

afrontamientos puede hacer a diversas problemáticas o situaciones de consulta en las que no


es claro su lugar. Son diversos los estudios que han buscado esta relación en el campo del
duelo, de la enfermedad terminal y de los cuidados paliativos, pero vale la pena ampliar estas
investigaciones hacia el campo específico de la práctica de la psicología clínica.
Espiritualidad como dotación de sentido y significado: Permite comprender el carácter
integrador que tiene la espiritualidad al favorecer que las experiencias individuales tengan un
lugar de conexión con la sacralidad propia y de otros o del medio. Dentro de las entrevistas
realizadas, los terapeutas reconocen que es uno de los aportes significativos que el abordaje
de la espiritualidad tiene en el trabajo terapéutico, pues lleva a dotar de un sentido más
profundo las vivencias dolorosas o difíciles para avanzar hacia un lugar de crecimiento y
mayor conexión con otros y coherencia con los propios principios y valores.
Relación entre religiosidad y espiritualidad : De acuerdo con los desarrollos teóricos, es
bastante clara la diferencia entre los dos elementos de análisis, y aunque es posible el
desarrollo de una sin la otra, tanto en la teoría como en la práctica se identifican elementos
que las juntan y formas en las que su separación puede significar un riesgo. Lo fundamental
es no perder de vista que no son sinónimos y que son entidades independientes que no se
determinan pero tampoco se excluyen; además, de acuerdo a la experiencia particular tendrán
mayor o menor conjunción, puede incluso que no logren puntos de encuentro y es algo que
no ha de forzarse, más bien que requiere un reconocimiento claro de cómo se da esa relación.
Hay un punto de coincidencia aquí: Cuando la espiritualidad es definida desde la
perspectiva de la creencia en fuerzas externas o en una o varias divinidades que imprimen sus
propias características en la existencia humana, quienes así lo vivencian deben ser testimonio
con sus actos de dichas características, siguiendo los preceptos que les son dados y a los que
acceden por inspiración divina.
En las referencias teóricas se menciona que la religiosidad es un medio que aporta al
desarrollo de la espiritualidad; sin embargo, los hallazgos de la investigación permiten
ampliar esta comprensión y hacerla menos lineal, pues el aporte se reconoce en doble vía y
depende en gran medida de la coherencia que se dé entre la vivencia de las dos. En este
aspecto aparecen como riesgos principales de una vivencia religiosa sin la suficiente
profundidad espiritual, el dogmatismo, el fundamentalismo religioso, el cumplimiento de
normas externas que no se acompañan por un proceso de desarrollo interno y sin el
reconocimiento de la sacralidad fuera de sí mismo o fuera del fenómeno religioso. Pero, de
otro lado, especialmente para los líderes espirituales, la práctica espiritual sin un marco

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

religioso claro puede significar una falta de claridad en las reglas externas que permitan
claridad en la concreción cotidiana de dicha práctica.
En últimas, lo que se hace evidente es que debe existir una coherencia clara entre las
acciones más concretas, las formas de relación, el comportamiento y las creencias más
profundas que sustentan y encausan el desarrollo espiritual, y si es que este está de la mano
con una religión será fundamental preguntarse qué tan alineados se encuentran los preceptos
y las acciones.
Espiritualidad y su relación con la consciencia, la coherencia y la trascendencia : Estos
tres elementos surgen de manera significativa tanto en las comprensiones que se han
desarrollado alrededor de la espiritualidad como en los efectos o fines que se buscan alcanzar
con su abordaje. En los tres casos se enfatiza en la capacidad creciente del ser humano de
darse cuenta y comprender, que en ninguna circunstancia se da sin el desarrollo de un trabajo
activo de su parte.
En relación con la coherencia se mencionó anteriormente la importancia de mantener
consistencia entre lo que se cree y lo que se hace, pero tiene que ver también con el hecho de
encarnar y hacer acto lo que se considera sagrado. Esto implica las otras dos capacidades, la
posibilidad de asumir que la existencia humana va más allá del acto concreto y entra en
conexión con algo más que la persona misma, esto es la trascendencia; y la conciencia como
capacidad de darse cuenta en un sentido muy amplio y muy profundo, al poder verse a sí
mismo y al mundo desde lugares que antes no fueron contemplados, minimizando el juicio
que se hace sobre la experiencia, es decir viviéndola en plenitud tal como es y recibiendo de
ella todo lo que es posible recibir.
Vale aquí mencionar que lo sagrado como concepto aparece de manera muy aislada en
las entrevistas realizadas, pero es mencionado por algunos autores como Pargament &
Mahoney (2004) quienes mencionan que la espiritualidad es un proceso que involucra el
esfuerzo de descubrir lo sagrado. Desde esta perspectiva una persona espiritual es aquella que
busca conocer y experimentar lo que percibe como sagrado.
¿Espiritualidad como dimensión? En la mayoría de la literatura consultada y aún en las
primeras comprensiones que guiaron este trabajo de grado, se da por sentado que la
espiritualidad es una dimensión más de todas las que han sido objeto de estudio de la
psicología pero que invita a tener una mirada mucho más integral de la experiencia humana,
sin embargo, es necesario poner en discusión esta mirada e invitar a futuras investigaciones a
desarrollar nuevos aportes que la profundicen.

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Resulta muy interesante el que los hallazgos lleven a preguntarse si es la espiritualidad


una dimensión si es un aspecto integrador o un elemento transversal; integrador por cuanto la
experiencia que se tiene por medio de las dimensiones de la vida humana adquiere un sentido
más profundo al ser observada desde la perspectiva que brinda la espiritualidad, ya que la
vivencia de lo trascendente o la dotación de un sentido más profundo puede abrir una
diversidad de interpretaciones y nuevos caminos de actuación. Y, transversal en la medida
que atraviesa las experiencias que se tienen en las otras dimensiones, pues de acuerdo con los
hallazgos, se considera que la espiritualidad es parte de la esencia humana y puede ser
explorada desde las diversas vías de acceso que proporcionan las otras dimensiones
(sensaciones, percepciones, lenguaje, ideas, entre otros).

Las prácticas para el abordaje de la espiritualidad


La investigación abre muchas posibilidades de profundización frente a lo que han
supuesto los desarrollos teóricos a este respecto; de manera que el supuesto inicial de la
investigación según el cual es poco lo que se ha investigado y escrito acerca del cómo hacer
el abordaje de la espiritualidad no estaba tan apartado de la realidad, dando cuenta que lo que
se logra rastrear en los desarrollos teóricos es completamente rebasado por lo evidenciado en
los testimonios de los líderes espirituales y los terapeutas.
Se presenta a continuación un cuadro comparativo que contiene lo encontrado en la
revisión documental y lo que aportan los hallazgos de la investigación. Es importante tener en
cuenta que se mencionan las categorías en las que han sido agrupadas las diversas prácticas
descritas en las entrevistas.
Se observa en la tabla que las prácticas encontradas a partir de la evidencia superan en
cantidad a las descritas en la teoría. Además, entre la teoría y las prácticas que aparecen en
este proceso solamente se comparten dos elementos, la oración y la meditación.
Como se hizo evidente en los hallazgos, las diferencias entre el tipo de prácticas de los
líderes espirituales y los terapeutas son consistentes con lo que les diferencia en términos de
enfoque, y es posible decir que hay consistencia entre sus fundamentos y sus formas de
abordaje. Al tiempo se evidencian puntos de encuentro en las prácticas que se relacionan con
el acercamiento entre algunos puntos de comprensión de la espiritualidad.

90
ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Tabla 2
Comparativos de las estrategias abordadas de la dimensión espiritual
Estrategias y técnicas Prácticas desarrolladas Prácticas desarrolladas Prácticas compartidas
según la revisión por los líderes por los terapeutas por líderes espirituales y
documental espirituales terapeutas
Perdón
Oración Oración y prácticas
propias de cada tradición
Meditación Meditación
Mindfulness
Logoterapia
Expansión de la Distinción entre lo
consciencia percibido y lo
interpretado.
Diálogo socrático Prácticas a través del
lenguaje.
Uso de medicinas
tradicionales
Reconocimiento del
linaje familiar
Espacios de información
Acercamiento individual
Utilización de metáforas
El trabajo consigo
mismo
Técnicas corporales.
Ceremonias y rituales
Espacios de tipo grupal o
colectivo

El papel del psicólogo clínico en el abordaje de la espiritualidad


La búsqueda por el sentido de vida parece ser el aspecto inicial para definir ese rol. En
este caso, cuando una persona acude a la terapia en busca de ayuda, no solo se busca realizar
una intervención en la que se hagan evidentes sus conductas, emociones y pensamientos
problemáticos o aquellos que le resultan favorables, desde esta perspectiva, será necesario
reconocer de qué manera vive aquello en lo que cree, de qué manera esas creencias le
resultan limitantes y cómo es posible otorgar un sentido de comprensión más profundo a sus
experiencias en términos de conexión con algo más que sí mismo, que en todo caso
dependerá de lo que sea significativo para el consultante. Esto último es muy importante,
pues marca una diferencia clara con el rol de los líderes espirituales, lo que ellos determinan
como centro de esa conexión estará determinado por la tradición espiritual en la que es un
líder, mientras que para el psicólogo el centro debe estar en los valores y principios del
consultante, estén estos o no enraizados en una religión, más relacionados con las
experiencias y la forma de vivir la espiritualidad de cada persona.

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

El asunto de las experiencias vitales es un elemento de capital importancia, pues el


enfoque de comprensión se nutre de diferentes fuentes, fundamentalmente la experiencia
propia y la del consultante, que encuentra sustento y algunas formas de interpretación o
comprensión desde los elementos propios del enfoque o escuela psicológica. Así, parte de la
tarea del psicólogo ha de ser la de no tener una mirada reduccionista acerca de la
espiritualidad, no intentar encajar la experiencia en un concepto único, tener por el contrario
una postura comprensiva de la particularidad de la vivencia y explorar su propia forma de
vivir la espiritualidad, sus propias dudas, temores y fortalezas al respecto, de manera que
pueda contar con un mapa de navegación que le permita acompañar la exploración del
consultante y no con un determinante desde el cuál juzgar su vivencia.

Encuentro consigo mismo y con los otros


Este aspecto es mencionado en los resultados de la investigación como un elemento en el
que la espiritualidad se vuelve acto de la manera más concreta posible; pone en diálogo la
corporalidad y el sentido de trascendencia, es decir lo más palpable de la existencia humana y
lo más sutil. Es una forma de comprenderse a sí mismo en relación con otro, que me permite
definirme pero que también me transforma en cuanto me aporta, es quizá una mirada muy
cercana a la propuesta por diferentes autores como alteridad (González, 2009), pero se
distinguiría o lo ampliaría en la medida que ese reconocimiento del propio yo en el encuentro
no se limita a la comprensión lógica sino que se amplía hacia el reconocimiento de lo sagrado
en ambos y en el encuentro mismo, además de ampliarse a algo más que lo humano, a la
naturaleza, al cosmos.
Esta mirada implica por supuesto una comprensión del encuentro terapéutico también
que se de-construye para dar cabida a este tipo de relacionamiento y que las autoras de esta
investigación consideran de interés para futuras investigaciones, por cuanto aporta en la
problematización del rol del terapeuta y por lo mismo en la ampliación de su comprensión.

El lugar de la experiencia en la espiritualidad


Se hace indispensable hacer hincapié en el papel que juega la experiencia como factor
que particulariza la espiritualidad en lo que significa para cada persona y de manera concreta
para cada relación terapéutica y por ende para cada proceso de intervención clínica
psicológica. Ya que en relación con la teoría desarrollada alrededor de la relación
espiritualidad y psicología no se profundiza en ello, resultan útiles las palabras de Jelin
(2002) al acercarse a la noción de experiencia: “se refiere a las vivencias directas, inmediatas,

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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

subjetivamente captadas de la realidad” (p. 34); en este sentido, nos ubica la autora en el
lugar de lo particular que es posible poner en diálogo con lo expuesto por Larrosa (2003): “es
siempre de alguien, subjetiva, es siempre de aquí y de ahora, contextual, finita, provisional,
sensible, mortal, de carne y hueso, como la vida misma” (p. 3).
Si uno de los elementos que fundamentan la manera en que los terapeutas conciben la
espiritualidad es la experiencia, será necesario entonces asumir responsablemente esa
vivencia, tanto la propia como la de los consultantes, pues la experiencia no puede ser
encapsulada en un concepto, no puede ser determinada por un forma estática, sino que es
dinámica, es devenir que se vuelve narración en la consulta psicológica y allí mismo es
susceptible de ser comprendida, observada, transformada o incluso trasgredida si no se le
permite ser presentada en su particular esencia.
Así, en el momento que la espiritualidad busca ser conceptualizada se despoja de su
esencia experiencial pierde entonces el potencial de dotar de sentido la propia vivencia, pues
tendrá simplemente que acomodarse a la forma establecida en que el terapeuta (o quien
acompañe) tenga determinado que debe ser y esto no se limita a la religiosidad, sino que se
extiende a cualquier forma de determinismo que quiera imponerse.

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