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MOdeRnisMO

Versus
PostMOdernisMO
Por Richard Wo/in

.~
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I
i :-

U no de los debates más relevantes en la actualidad es el qu e se refiere a la declinaci ón del proyecto


de modernidad que configuró la historia cultural de Occidente en los últimos tres siglos y la emergen-
cia de lo que se ha denominado la "condición postmoderna".
El artículo que se presenta a continuación* recupera este debate, delineando el clima cultu ral
contemporáneo (con especial énfasis en el postmodernismo) como expresión de una ten dencia histórica
más amplia hacia la cibernetización de la sociedad, en el cual el "fi n del hombre" sería una idea
calurosamente aplaudida y el discurso estético modernista perdería su arista crítica en aras de un a
reconciliación falaz con la realidad. .
Desde esta perspectiva, si lo moderno puede ser identificado con el legado del ilumin ismo, el
postmodernismo surge como un detractor de la modernidad que deja atrás el historicismo, la cohe-
rencia racional y el sentido deloalor del ser humano. (N. de la T.)

Es bien sabido que en s~" Introd ucción" a los Ensayos sobre aconte~i m ientos culturales no ocurre, de ninguna manera, si-
Sociología de la Religión (1920), Max Weber se aboca a estudiar mult áneamente. Al judaísmo le deb emos el adve nimie nto de
el, problema de la especificidad cultural de Occidente. Weber la teología sistem ática y monoteísta ; a la antigua Gr ecia , el na-
plantea su investigación de la siguiente manera: ¿Por qué sólo cimiento del concepto racion al ; al Ren acimiento, la emergen-
en la civilización occidental los fenómenos culturales han de- cia de los principios de la experimen tac i ón cient ífica y de la
mostrado poseer un valor y un significado universales? Weber perspectiva en las artes; y a la Reforma, el apa re cimiento del
cita a continuación un cúmulo de fenómenos culturales -la "as cetismo en -este- mundo" propio de la ética protestante, .
teología sistemática, el concepto racional, los métodos de ex- qu e se ha vuelto el rasgo cualitativo de la extraor dinaria racio-
perimentación científica, la música racional armónica, la am- nalización de la conducta, car acterística del espíritu capitalista.
plia utilización de la perspectiva en el campo de la pintura, la Sólo cuando se les ha permitido a todas las variables antes
conducta burocrática en las organizaciones y la búsqueda de mencionadas combinarse en un "ethos" único y comprehen- ' •
racionalidad en los asuntos económicos, que son particulares a sivo -usualmente design ado por Weber con la categoría de
Occidente e ilustrativos de su auto-reconocida uni versalidad. " raciona lización"- surge en el más amplio senti do del té rmino
Sin embargo, la emergencia histórica de estos distintos la " mod e rn idad" . Su emergencia corresponde al proceso .his-
tórico mundial de cr istalización que atrav iesa al periodo mo-
• Versión resumida derno en sus inicios , es decir , los siglos XV, XVI Y XVII . Sin
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embargo, no adquiere su forma definitiva sino hasta el siglo descrito como su "función cúltica"; esta última contrasta con
XVIII . con la tran sición de la era absolutista a la moderna. el " valor de exhibición" del arte, es decir, el status totalmente
Como ha señalado Jürgen Habermas, es durante este periodo secularizado que el arte alcanza en el siglo XVIII , cuando
que se institu ye el qu iebre absoluto entre las sociedades tradi- llega a jugar un" rol constitutivo en la formación de la esfera
"I cionales y modernas.
Esta es la época qu e atestigua la irrevocable transición entre
pública burguesa.
En años recientes, ha surgido un importante debate sobre la
las socied ades cuya visión de mundo es " cosmológica" y aque- periodización del modernismo literario en relación a su perte-
llas cuya visión de m undo es " des centra da" o " diferenciada" . nencia al siglo XX o a la vanguardia h istórica, debate atizado
En consecuencia, la sociedad ya no se cara cteri za por la predo- por el estudio de Peter Bürger The theory of avantgarde (1974).
minan cia de un sistema valora tivo único . monolítico. que con - De acuerdo a Bürger, lo que está en juego es una transforma-
forma y estructura los varios subsistemas parciales . En cambio. ción de la cantidad a la calidad en la esfera del arte burgués
estos últi mos pueden seguir sus propias " lógicas in ternas" . autónomo. En tanto que uno de los rasgos característicos del
Ello per mite una pr oliferación sin precedentes de " esferas de modernismo estético era un ataque intencional contra todo lo
valor" que func iona n autónomamente, y que se vuelven la rú- tradicional - en las bien conocidas palabras de Rimbaud " hay
brica de la era moderna. Las esferas de valor fundamentales que ser absolutamente moderno"- estos ataques, con toda su
liberad as en este pro ceso son las de la ciencia . la moralidad y vehemencia, se quedaban cortos en su desafío a la "institu-
el ar te . Hoy, sería insuficiente señalar que el le- ciónde arte" burguesa constituida como tal en el
gado d e la modernidad está puesto en duda siglo XVIII. Esto quiere decir que . no irn-
-en realidad , ha sido víctima de un asalto porta cuán radicales fueran, estas obras
frontal desde todoslos ángulos.Los es- permanecían , en última instancia, to-
critos d e los socialis tas utópicos a talmente consistentes con el ideal
princip ios del siglo XIX aún re- de autonomía estética; en esen-
zumaban el optimismo cara cte- cia , sus valores eran entera-
rístico de las filosofías de la mente estéticos.
hist o r ia propias del ilu mi- De acuerdo a Bürger, este
nismo. A finalesdelsiglo, ta- ya no es el caso con la van-
les entusiastas expectativas guardia del siglo XX , una
- todavía un tema esenc ial tendencia artística que se
en e l trabajo de Marx -, convirtió en un sinónimo
hab ían su cumbido a un a de la proliferación de " is-
serie de de silusionadas ten- mos" estéticos surgidos en
d en ci as a n ti rraciona 1istas lasdos primeras década s de
asociadas a la "decadencia", este siglo : futurismo ; cons-
al"v ita lismo"y al " nihilismo " . tructivismo, dadaísmo , y el
Este án imo inte lectual, tan vi- más importante , surrealismo.
gor oso en las dos últimas déca- La vanguardia se distingue, no
das del siglo pasado, marca un re- tanto por un ataque a las obras de

t
I
chazohi stórico definitivoa la herencia
de la modern idad ; y su exponente más
forrnida ble.Nietzche.es a menudo festejado
arte tradicionales, sino por un ataque
al ideal de las obras de arte " per se"
como algo separado de la praxis de la vida; es
como el "padrino" espiritual d e los intentos con- decir, definidas por el valor de la autonomíaesté-
temporáneos para escapa r del legado mod ernista-raciona- tica tal como está establecida por la " institución de arte"
lista I -intentos- asociados al esta nda rte de lo " postrnode r no" burguesa. En términos claros. es el principio mismo de au-
o del " postmodernismo". tonomía el que se vuelve insoportable para la vanguardia
Para precisar más la naturale za de esta controversia, el pr e- históric a, o sea, el ideal de la cultura a fir mativa burguesa
sente ensayo se focalizará en la últim a de las esferas de valor como una esfera de bellas ilusiones, en la que pueden disfru-
antes mencionadas - la esfera de la racion alidad estética- para tarse los valores que son negado s en el ámbito de la vida ma-
delimitar con precisión su significado en el debate " Moder- terial. 2
nismo versu s postmo dernismo". Habría que señalar algunas observaciones a la útil clasifica-
Cuando hab lamos del arte en términos de su sign ificado ción de Bürger. Es necesario y fructífero distinguir entre el
par a el paradigma d e la mod ernidad , nos referimos al derecho modernismo literario y la vanguardia del siglo XX, una distin-
absoluto de l artista a la autoe xpresión independiente. Noso- ción a menudo insuficiente en el discurso crítico angloameri-
tr os, los modern os, asumimos este derecho como algo autoevi- cano en el que los dos son considerados como sinónimos bajo
dent e, cuando en realidad, es un logro de origen re ciente. el rubro de "modernismo". En verdad. las objetivaciones esté-
posteri or a los siglos en que el arte esta ba totalmente inserto ticas de la vanguardia contienen a veces un ataque radical al
en la legitimación de lo que Weber llamaba " a utoridad tradi- concepto tradicional de la " obra de arte integral" , que aún
cional" - sea en la form a del mit o (La !liada de Homero), de para el modernismo sería difícil refutar.
la reli gión (la pintura cristiana medi eval) o del derecho divino A la inversa, es fácil ver que el modernismo literario•.a pe-
de los reyes (el arte cortesano). Esta inserción del arte en las sar de ser iconoclasta hacia las restricciones de la tradición,
vision es del mund o tradicionales es 10 qu e Walter Benjamin ha
, Sobre este punto. véase el ensayo de Marcuse " El carác ter afirmativo de la
I Ci ll ~s Dele uze: Ni etzrhr and Philosophy, New York . 1983. cultura". en Cultu ra y Sociedad, B. Aires, ed. Sur .

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mantiene un compr omiso con varios pilares claves del pro- zan ". ~ Este carácter efímero es el res ultado de la renuncia
gra ma esteticista - sobre todo , con el principio de la " obra de del concept o de "obra de arte integral" en aras d el efecto
arte integral" como un fin en sí mismo. En este sentido, extrae stético. El surrealismo no cae en esta trampa, y por
debería apreciarse al modernismo por su consisten cia con ese motivo sus ob ra s conservan hasta ho y su status como ejem-
el desarrollo de la línea estética iniciada con la idea del plos de vang uardia. Bürger no reco noce el hecho de que, a
" arte por el arte" . pesar de la not oriedad que ha re cibido la pr oclama de André
1',
Sin embargo, la caracterización de Bürg er de la Breton , "practicar la po esía ", e l surrealismo con serva su
vanguardia en términos del slogan " la superación lealtad a los prin cip ios de la autonomía esté tica . Desde
del arte en el ámbito de la pra xis d e la vida" es el punto de vista de la historia de l movimiento, esta lealtad
precipitada , y sobr e todo, simplista. Est e fue con firmada por la decisión de Breton, en 1929, de pre-
punto de vista tiene cierta plausibilidad en servar los pod eres soberanos d e la imaginación es té t ica
los casos del construct ivismo ruso (com- por sobre los deseos de Ara gon de colocarlos a disposición de
prometido con transformar al arte en Stalin .
un camarada-en-armas en el proceso Desde una perspectiva con temporánea, es un hecho innega-
de modernización social y d e in- ble que los esfuerzo s de la vanguardia histó rica han entrado
dustrialización) y el futur ismo en un a pr ofund a crisis. El dil ema al que han sucumbido pre-
italiano (para el cu al el arte senta los siguientes rasgos: estos movimien tos eran tan depen-
serviría como un emplaza- dientes del shock, la provocación y el escándalo (especialmen te
miento apocalíptico de los en el caso del dadaí smo) que , una vez que estas tácticas artísti-
valores marciales). Es cas se volvieron familiar es, pred ecibles y rutinarias, también se
claro qu e su lazo con volvieron convencion ales.
determinados pro- En palabras sencillas, esto qui ere decir que lo novedoso se
gr amas históricos ha vue lto trad icional, se ha convertido en el nuevo canon
de t ransforma- estético, y ha alcan zado un tipo de respetabilidad burguesa
ción social ha que habría sido un anatema para sus creadore s. Uno de los
dotado a es- primeros en detectar el fenóm en o de la "recupera ción del mo-,
dernismo" fue Lionel Trilling, qu ien , por esa razón, se reh usó
a enseñar a Joyce , a Kafka, a Prou st, etc. en sus seminar ios
de la Universidad de Columbia , para no con tribuir a la do-
mesticación universal de esos auto res y de sus impu lsos radi-
cales.
La crisis de identidad de la van gua rdi a se ve agravada po r el
ca- hecho de que qui zá su principi o central de construcción -el
rácter pr incipio del mon taje- se ha con vert ido ahora en el "modus
efímero. operandi" normal de la industri a publicitaria, interesada en -,
Lo mismo " impactar" al espectador par a qu e aprecie la singular idad de
podrí a d e- sus productos.
cirse de las El problema que sur ge es e l siguien te: ¿cuál es el status
"provocaciones del legado vanguardis ta en relación al arte conte mpor á-
d ada ístas ". U na neo?
vez que la actitud de La respuesta a esta pregunta se articula en torno a la evalua-
" épater le bourgeois" ción de las diversas corrientes artísticas de la posguerra asocia-
se ha vuelto un programa das al término " postrnoder nismo" . Qu izás el punto de refe-
estético, sus obras pronto rencia básico para el fenómeno del " postmodemismo" sea la
cesan de crear shock, y, para acogida que se br indó en Estados Unidos a la vangua r d ia
indudable consternación de sus . histórica despu és de la II Guerra Mundial , aunque cierta-
creadores originales , p ronto ha- mente ésta es una tendencia que se ha hecho sentir también
llan su nicho en Museos y cursos de al otro lado del Atlántico (donde estu vo quizá mejor repre-
Historia Moderna del Arte. Sin em- sentada por la nueva novela de Robbe-Grillet y Sarraute). Ini-
bargo, en el caso del sur realismo -Indu- cialmente, sus exponentes más conocidos fuero n los expresio-
dablemente el más carismático y prolífico nistas abstractos de la "Escuela Neo york ina de Pint ura " , una
de los movimientos de vanguardia del siglo generación de artistas americanos influidos decisivamente
XX-, el esquema clasificatorio de Bürger re- por la comunidad surrealista exiliada durante los años de la
queriría de una re visión. Como se ha sugerido guerra . La Escuela de Nueva York de los años 50 estuvo tan
previamente, el programa estético de las vanguar- influida por su antecedente histórico inm ed iato, el surrea-
dias orientado a fundir el arte y "la praxis de la vida " lismo, qu e podría ser considerada como una etapa de transición
se sostiene sobre el signo de lo efímero o, como señalaba entre esta vanguardia histórica y el postmodernismo. Lo que
Adorno en una ocasión refiriéndose a la estética Bre- es especialmente notable en esta escuela es el olvido de toda
chtiana-Sartreana del "compromiso" , tales "obras de arte se preocupación por relacionar el arte y la vida cotidiana, y las
asimilan cuidadosamente a la existencia en contra de la cual
protestan, en formas tan efímeras que desde el primer día per- , T . W. Ad orn o: " Comrnitment" , en Th e essentia! Franlifur / Sthool Reader, A.
tenecen a los seminarios en los que inevitablemente finali- Arat o and E. Gebhardt, eds, New Yor k. 1978. p. 301. ,J

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concomitantes implicaciones políticas de este programa -una lugar de ello , el presagio del "fin de la razón " de la T eoría
problem ática central para mu cho s de los movimientos van- Crítica explotó dramáticamente en la década de los 60 como
guardi stas. resultado de los vigorosos movimientos de protesta asociados a
El otro rasgo digno de atención del expresioni smo abstracto la contracultu ra ya la Nueva Izquierda. Por supuesto, es una
es el hecho de que lleva al extremo el ataque vanguard ista a la ironía histórica el curso de los eventos. Fue pre cisamente la
estética ro mántica del "ge nio", en su renuncia total a las capa- crítica generada por Adorno, Marcuse, etc. -quienes señala-
cidades dadas del artis ta (Ej.: la música aleatoria) . Por esta ron que no había "escape" del contemporáneo impasse socio-
razón, se sitúa bajo el signo regre sivo del eclipse del sujeto (una histórico- la que encendió la imaginación de los políticos radi-
tendencia comparable a la de la nueva novela), un fenómeno cales de esa época ; y esto, para gran asombro de los propios
que se volverá , cada vez en mayor med ida, una característica teóricos críticos -con las notables excepciones de Lowenthal y
de la sensibilidad postmo de rna . Marcuse .
Sin embargo, no es sino hasta la década de los 60 que el La devaluación del modernismo clásico y el consiguiente én-
fenómen o del postmodernismo apare ce abiertamente en el es- fasis en los potenciales emancipadores de la así llamada "cul-
cenario cultural norteamericano . Es nue vamente el campo de tura de masas" derivan, en parte , de la percepción de la inuti-
la pintura el que lleva las rienda s en este sentido: pop , op , arte lidad del modernismo en relación con fines políticos
corporal, minimalismo, " happe nings", etc. El efecto produ- re volucionarios inmediatos. En este sentido, cabe destaca r dos
cido por estas obras de arte es el de la falsa inmediatez; ellas puntos:
poseen la inmediatez de la exper iencia estética dadaísta, ex- l . Si se es fiel a la perspectiva socioevolucionista desarro-
cepto el shock, que se ha institu cionalizado y domesti- llada al principio del presente ensa yo, es un problema
cado. El programa vanguard ista de re integración de digno de duda si el rol del arte en las sociedades pos-
arte y vida se desvir tuó . tradicionales debiera ser conceptual izado de
Este programa estaba orie ntado a reconciliar acuerdo a líneas que subrayen ciertos " fines po-

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I
la cultura y la vida mate rial, una vez que ésta
hubiese sido transformada a tr avés de las
fuerzas de la embriaguez esté tica. El
líticos re volucionarios inmediatos".
2. El diagnóstico propio de esta pers-
pecti va extrae una conclusión ilegí-
arte postmodern ista, por el contra- tima al asumir que la obsolescencia
rio, adopta una benigna ética de de la teoría de la Escuela de
conformidad . En esencia, lo Frankfurt sobre la " unid i-
que se pregona es una mensionalidad " tamb ién
nue va re con cili ación implica negar su aproxi-
entre el arte y la rea - mación a la Kultur -
lidad ; en este sen tido, . kritik, es decir, que la
el post modern ismo actúa distinción entre la "alta"
como si ya se hubiera logrado cultura y la "cultura de ma-
la tr an sfor mación ra dical de la sas" ya no es válida, o que (en la
vida material. Como rea lment e no versión extrema de esta tesis revi-
ha sucedido así, lo que resu lta es, sim- sionista) la " cultu ra de masas" se ha
plemente, la falsa reconciliación del arte vuelto superior en su potencial emancipa-
autónomo. dor a la inaccesible "a lta cultura" del mo-
Aunq ue la influencia inicial del postmoder- dernismo clásico.
nismo fue más intensa en la esfera de las artes vi- Este segundo punto merece una explicación . Es
suales, no permaneció confinado a ella. Casi no hubo un hecho innegable que la naturaleza del capitalismo
un sólo ámbito artístico que no fuera tocado por este tardío - y de su cultura- ha atravesado cambios significa-
nuevo cu lto de la inmediatez estética. Piénsese, por ejem- tivos desde la "unidimensionalidad" de la época de la gue-
plo, en las esculturas neodada ístas de Rauschenberg, las poéti- rra fría. Esta era una época de sofocante conformismo, Y'.
cas "ensaladas de palabras" de inspiración " beat" , el " living- salvo excepciones marginales, de acomodo cultural. Desde
theater " , el " nuevo period ismo " de Tom Wolfe, las novelas esta perspectiva, la turbulencia política (el movimiento anti-
de William Burro ughs y Donald Barthelme, la fusión de estilos gue rra) , social (el movimiento pro-derechos civiles) y cultural
clásico y pop en la música de Phillip Glass, y, más reciente- (la contracultura) de la década siguiente, habrían parecido vir-
mente , el eclecticismo a-histórico de Michael Graves y Philip tualmente como inimaginables . Es indudable que los movi-
Johnson. mientos sociales de esta década desafiaron seriamente la hege-
La de valuación postmodernista del modernismo clásico se monía político-cultural del sistema so cial. Su legado
ha tr aducido, simultáneamente, en la valorización de la cul- representa un parteaguas histórico que, a pesar de intentos
tura de masas, especialmente entre los ansiosos críticos cultu- recientes ("El Imperio contraataca") por movilizar nueva-
rales de orientación izquierdista -una posición contrapuesta al mente los valores conservadores tradicionales (la política

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planteami ento de la Escuela de Frankfurt sobre la "industria
cultu ral " , que data de 1940. En parte, este aparente rechazo
edípico del punto de partida de los fundadores de la moderna
de guerra fría , el fundamentalismo religioso, la " supply-
side econornics", el antimodernismo cultural) es imposible
borrar. El saludable cinismo surgido en torno a la política
Kulturkritik de izquierda, deriva de la correcta percepción de de los partidos burocráticos tradicionales y su política
una nueva era sociohistórica, que no corresponde a la época exterior imperialista, la nueva temática universal sobre la
de -la "unidimensionalidad" o del "mundo totalmente admi- opresión de las minorías , los derechos de las mujeres, la rui-
nistrado" de la primera generación de teóricos críticos. En na del medio ambiente , etc., constituyen parte indispen-
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sable y relevante de este legado. La nueva conciencia esti- sudamericana, y aun en el rock (Talking He ads, Brian Eno).
mulada por estas revueltas socioculturales ha sido heredada 2. Al mismo tiempo, es un hecho que la tendencia predomi-
por los "nuevos movimientos sociales" de los 70 y los 80 , nantemente en los últimos 15 años ha sido la recuperación
-los mo vimientos femeninos, .anti-nuclear, ecologista, (re-integración) de los impulsos oposi cion ales de la contra-
etcétera. cultura. Es decir: las aspi r aciones de esta últ ima han si-
Sin embargo, el punto central es que no deben so- do en gran medida , neutralizadas y transformadas en el
brestimarse los avances realizados, sino que más " chic" cultural de los "estilos de vida" narcisistas de la clase
bien hay que valorar realistamente la extrema media.
fragilidad de estos avances. En el ámbito cultu- Estas circunstancias llevan a la conclusión de que las secuelas
ral el balance es muy precario. La ruptura de históricas inmediatas del ataque de la contracultura a los valo-
las esferas públicas oposicionales que sur- res tradicionales decadentes ha redundado en un nuevo pe-
gieron en los 60 aceleró la discusión de riodo de estabilización, en el cual, más qu e haber sido supri-
un cúmulo de inquietudes sociales pre- mida por completo, la imagen radical de la contracultura ha
viamente reprimidas, lo cual se tra- sido rápidamente incorporada dentro dentro del sistema valo-
dujo en el debilitamiento de un rativo que intentaba derribar, lo que ha conducido, como se
conjunto de tabús culturales. Al señalaba previamente, a la apariencia de democrat iza ció n
mismo tiempo lo que ha suce- (pluralismo seudocultural) sin su contenido (la transfor ma-
dido , de hecho , es la prolife- ción real de la vida material, tal como lo demandaba el nue-
ración de una seudo-demo- vo radicalismo cultural). De esta man era , el resu ltado neto
cracia cultural sin un • de esta situación, al menos por ahora , parece ha ber sido la
contenido democrático. - J'•. falsa reconciliación del antagonismo entre cultura y vida ma-
Esto es, hemos sido terial.
testigos de la di- Ho y, la abolición de la diferencia entre la cultura autóno-
i
seminación de ma y la industria cultural se acelera por la mentalidad a-
una aparente histórica, antihumanista del postestructuralismo. Estas doctri-
diferencia- nas dejan de lado dos de los más importantes legados iluminis-
tas -el historicismo y el sentido del infinito valor del ser
humano individual- como ficciones históricas temporales de
las cuales la era contemporánea de la posth istoria se ha libe-
rado sin problemas. " Como lo demuestra la arqueología de
nuestro pensamiento -observa Foucault- el hombre es una in-
vención reciente. Y quizá , una in vención próxima a su fin".
Sin embargo, como lo aclara Foucault en otro pasaje , el fin del
len- hombre es una eventualidad que debe ser bienvenida, mas no
c ia , y temida : "Ya no es posible pensar en nu estra época más
"otredad" que como en el vacío dejado por la desaparición del hombre.
cultural , a Porque este vacío no es una deficiencia, no es una laguna
expensas de la que deba ser llenada. No es ni más ni men os que el de splie-
realización de gue de un espacio en el cual es pos ible, una vez más, pensar ...
los valores imagi- Para todos aquellos que aún desean habl ar sobre el ho m bre ,
nados por la esfera su reinado , o su liberación , a todos aq ue llos que aú n se
cultural en el ámbito preguntan sobre qué es el hombre en su esencia, a todos aque-
de la vida material. El re- llos que desean tomarlo como punto de partida para alcan zar
sultado neto de la inst itu- la verdad... Podemos responder sólo con un a filosófica carca-
cionalización de la contracul- jada... "4
tura y de sus valores es la De manera similar, en su ensayo " Los fines del hom bre" ,
ilusión omnipresente de emanci- Jacques Derrida lamenta la interpretación antropocéntrica
pación ("la nuestra es una cultura que la categoría de He idegger, el Dasein, recibió ent re los
en la que todo está permitido"), sólo existencialistas franceses -traducida erróneamente como "rea-
para negar de manera más efectiva la lidad humana" (una " trad ucción monstruosa" , 'afirma De-
posibilidad de su realización. rrida). Este mismo autor sugiere en una línea programática:
Hay que enfatizar simultáneamente dos " Lo que es difícil de pensar hoyes en un fin del homb re que
conclusiones en tomo a la afirmación del valor no esté organizado por una dialéctica de verdad y negatividad,
de la cultura de masas: un fin del hombre que no sea una teleología en la prime-
l. Después del despertar cultural de los ra persona del plural" . No hay duda, sin embargo -conti-
60, como resultado del cual las sociedades capitalistas núa Derrida- que sería deseable e l descubrim iento de una
avanzadas perdieron su carácter unidimensional , no perspecti va a través de la cual pueda pensarse " el fin del
se puede proclamar -como Adorno- que todo lo que hombre"."
surge de la esfera de la cultura de masas es, en sí mismo ,
retrógrado y afirmativo. De hecho, existen momentos impor-
• Miche l Fo ucalt: El orden de las cosas.
tantes de "alteridad" en el vasto desierto de conformismo cul- " j acques Derr ida: " T he Ends or man" , en Margins 01 Philosophy, Chicago,
tural, por ejemplo en los filmes de Woody Allen, en la novela 19l12.

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En estos textos, las "afinidades electivas' ; entre el postes- nos de continuidad, contiene claramente rasgos de identidad
tructuralismo y el postmodernismo son tra icionadas por el de- hostil a la proliferación de la diferencia. El nuevo ideal es
seo común de liberarse del peso de una ind ividualidad respon-el reino de los significados totalmente libres de la tiranía
sable y autónoma; lo que surge así es una celebración " en del " referente" , es decir, significados incondicionados. En
'1' familia " del " fin de la historia" concebida simplemente como síntesis, éste es el ideal del "texto" postmodernista (por
una prolongación de las actividades del nuevo "yo" , amorfo y ejemplo Paradis, de Philippe SoIler). También debemos.
libidinal. ¿Es este movimiento el látigo emancipador que dice liberarnos del legado humanista de Descartes y (en parte)'
ser, o es simplemente una instancia de regresión, un intento de Freud, partidarios ambos del ideal de un " yo" coheren-
-neoirracionalista de inspiración nietzcheana para escapar del te y racional, el cual existe sólo a expensas del "otro" al
rigor del Mündigkeit kantiano (que posee connotaciones de au- que suprime. Sin embargo, aunque una crítica al humanis-
tonomía, madu rez y responsabilidad)? ¿Es la fuerza sin .ilusio- mo es un fenómeno saludable en el contexto de una cultura
nes de la desmitificación radical que señala ser, o es un es- que oportunistamente invoca los valores de esta tradición
fuerzo de st r ucti vo por parte de los "descontentos" para como una desviación hipócrita de los sufrimientos e injusticias
deshacer los rigores impuestos por el ego racional como parte que subyacen en su interior, el comentario frívolo sobre
de la lógica de civilización/ ind ivid mición? ¿Es, en una línea la abolición inmediata de este legado provoca la sospecha de
más positiva, un signo del retorno periódico de las fuerzas a
que está ligado las fuerzas de una inminente barbarie (esto
reprimidas y marginaliza- último es la verdad real es-
das por una civilización re- condida tras la idea nietz-
presiva, fuerzas - en la tra- cheana del "eterno re-
dición de la Kulturkritik torno"). En términos
antiburguesa (Ro ussea u, ciertos, la muerte del indi-

¡
1
los románticos, Nietzche,
etc.)- cu yas advert encias
deberí a m o s tene r e n
vid uo y el fin de la histo-
'ria, -más que ser motivos
de regocijo- son perspecti-
cuenta , a un cuando no to- vas inminentes que deben
memos mu y en seri o las ser combatidas a cualquier
implicaciones nihilistas de . precio. .
su crítica? ¿Es simplemente ¿Qué significa hablar de
un síntoma de de cl ina - barbarie en una supuesta
ción, un gr ito desesperado era postmoderna? Los peli-
por liberarse de los omni- gros amenazan desde dos
potente s me canismos de ángulos. Por una parte,
social iza c ió n q ue d ej an existe la amenaza de una
cada ve z menos espac ios regresión total tras la ·dife-
de la vida social sin tocar renciación de las esferas
en ar as de su expansión? ·de valor características del

¡ ¿O es, finalmente, un mo-


mento perverso de "ide n-
tificación con el opres or",
la expresión de un sent í-
Iluminismo, como resul-
tado de lo cual los varios
subsistemas de acción so-
cial estarían en peligro de
miento de clara impoten- ser subsumidos bajo una
cia frente a un inminente visión de mundo única, to-
cataclismo social -definido L- ....;;. ..1 talizadora. Ésta es una ten-

ya sea como " fin de la historia " o " fin del hombre"- transfor- dencia que se puede ver funcionando en el reciente resurgi-
mado ento nces en un deseo masoquista por abrazar la catás-miento 'del fundamentalismo religioso.
trofe ? Por otra parte, existe el proyecto cada vez más real de una
Los puntos de vista del postmodernismo y del postestructu- sociedad cibernética, en la cual el principio moral de las socieda-
ralisrno coincide n en tant o ambas corrientes sugieren que la des democráticas -la autonomía individ ual- se vuelve cada vez
"era mod erna" se vuelve rápidamente una cosa del pasado, más anacrónico y es reemplazado por imperativos técnicos pro-
que los valores de esta época eran esencialmente ilusiones me- venientes de las esferas administrativas-económicas, que sur-
tafísicas y hom océntricas, y que la nueva época de la postrno- gen cada vez con mayor fuerza como el subsistema social do-
dernidad estará libre de tales ilusiones, o que quizá, en un minante.
sentido niestzcheano, se convert irá en una época de vana ilu- Más que una regresión, este desarrollo representa simple-
sión, porque los dualismos metafísicos hipócritas e inhibidores mente una extrapolación del vuelco científico asumido por la
de "verdad " y " falsedad", "bien" y "mal" , "realidad" e " ilu- racionalidad iluminista en el siglo XIX, como resultado de la
sión" habrán sido superados y predominará el juego de la "di- cual toda pretensión del conocimiento que no satisfaga los cri-
ferencia". terios formales-científicos de "racionalidad" es considerado
De acuer do a esto, debemos liberarnos de la historia y irracional.
del pen sam iento histórico en general, porque la historia, Todo lo anterior lleva a la conclusión de que la verdad
como el ámbito pernicioso de la " referencialidad", representa oculta de la glorificación postmodernista del "fin del hombre"
una condición insoportable de limitación impuesta al presente. debe encontrarse en el mundo feliz de la teoría cibernéticade
El pen sam iento histórico , que es un pensamiento en térmi- sistemas. <>

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