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Bermeo Gamboa
TESIS
SOBRE
EL
FRACASO
TESIS
SOBRE
EL
FRACASO
ISBN: 978-958-46-9767-7
E-mail: lucasxix@yahoo.es
Cel: 3175687935
El contenido del libro es de exclusiva responsabilidad intelectual del autor.
Este libro no podrá ser reproducido en todo o en parte, por ningún medio im-
preso o de reproducción sin permiso escrito del titular del Copyright.
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Helse Berkal
ACUMULACIÓN DE RUINAS
Regresando de la escuela,
recuerdo un día cuando un niño
sin propósito alguno
se me atravesó en el camino
y me dio un golpe en la cara.
No fue la caída, fue el vértigo
No fue el suelo, fue el mundo,
que me alertaron,
que no era un sueño la infancia.
DEFINICIÓN
Está acabando,
pronto no habrá imágenes.
Será como al principio
volver al lenguaje puro,
la metáfora original,
la que no dice nada,
nadie la ve,
no está oculta,
ya no puede observarse
sólo es posible recordarla
obligándonos a hacer silencio.
1. «Lo mejor es contentarse con los frutos espontáneos, sin pedir más».
Lao Tse (Tao Te Ching).
ESBOZO
Emily Dickinson
***
Esfuerzo inútil por conservar los fragmentos de un poema
inacabado, esfuerzo inútil por conservar las ruinas de una
civilización derrotada. Lo mejor no fue escrito, lo mejor
ha sido destruido.
***
El poema es creado a imagen y semejanza de la
mediocridad del poeta, pero es recreado por el genio del
lector.
***
Seguros de tu fracaso por piedad te ayudarán. Seguros de
tu talento, inmisericordes te darán la espalda, cerrarán
todas las puertas y te dejarán morir de hambre.
***
Lo que bien comienza, bien acaba: se amaban, pero él la
despreció. Ella fue feliz; él murió en paz.
***
El que puede escribir una máxima sobre el fracaso ha
triunfado.
***
Ha llegado ese momento de la vida en que debes empezar,
¿debes esforzarse por terminar? No, la obra del fracaso es
inconclusa.
2. «La ruina es el trabajo bien urdido del diablo,/ consecutivo y lento./ Ningún
hombre ha fallado en un instante:/ es la ley del fracaso ir resbalando». Poema
997, traducción de José Manuel Arango.
DE LO ANTERIOR:
DAN PARTE SUS FAMILIAS QUE LES IMPIDIERON LA CALMA,
SUS AMIGOS QUE SE NEGARON A LA JUSTA GENEROSIDAD,
Y EL ESTADO PÚBLICO QUE SE ABSTUVO DE ATENDERLOS.
(A coat): W. B. Yeats
***
La gran proeza es haber sido poeta sin dejar de ser hombre.
Muéstreme cómo.
***
Hablar de poesía como lo que es, nada importante: «Deje
eso allí, que son poemas de Horacio, no pierda su tiempo.
Mejor lleve este recetario para cocinar papas».
***
Ninguna tesis es absoluta, el fracaso admite tres
argumentos en contra: la música, la muerte y la memoria
(una es mi esposa y las otras dos mis hijas).
***
Sobre los consejos y las opiniones: el buen poeta siempre
está equivocado.
***
Herman Melville: un fracaso en el mar y un fracaso en la
oficina son la prueba de la presencia y la ausencia de Dios.
***
Si tienes tanto espacio, guarda también lo vacío.
***
No De superación como podría pensarse, es De consolatione,
el género de este libro.
***
Triunfo de caballeros: será del mejor perdedor la victoria.
***
¿Cómo sería la exacta expresión del fracaso en un
endecasílabo?
I
Vamos en la frágil calle de lo humano
con miembros entumecidos, yendo sin rumbo
a través de un íntimo laberinto,
donde vida y muerte pierden sentido,
y oculta permanece la salida.
ESBOZO
El poder condena.
PROYECTO
ESBOZO
Antes que nada fue un hombre que no pudo ser un gran poeta
y aun así escribió lo único que sabemos para soportar
esto tan real que es inevitable, ¿la muerte? No, la vida.
***
Lección de estética: ganar nunca ha sido gran cosa, perder
con belleza es todo.
***
Parece que esta noche he vagado toda la vida en las
tabernas. Por favor, Penélope, culpa a los dioses y ábreme
la puerta.
***
Éxito del fracaso: el sincero entusiasmo por algo hecho sin
demasiado esmero y sin ninguna finalidad.
***
No sería ridículo si estuviéramos seguros de nuestra
intrascendencia, nos apena la conciencia de ser observados
y de sospechar que a alguien le importe, y de haberlo
defraudado.
***
Está dicho que para nosotros: aquí el látigo, allá la flor.
***
Es difícil ser poca cosa sin antes no haber sido grande, sólo
un dios que se haga hombre podría llegar a este mundo
siendo lo más bajo de su especie.
***
Aun sabiendo que fracasaremos es necesario que alguien
nos dé antes su bendición.
***
La mayoría opta por compartir la misma pesadilla y dejarse
sólo para sí mismos los sueños.
***
El poema es mapa guía para un tesoro, la primera pista nos
lleva a otra y ésta a otra y así sin término, quien encontró
riqueza fue que se perdió.
***
Le pasó al más valiente de los hombres que, antes de morir,
con la mirada de quien pisa en falso se prendió de la mano
de su esposa.
***
Como a cantar el triunfo del enemigo es obligado el
prisionero, así el deber del poeta moderno.
***
No alcanzar jamás incluso al más lento, ser Aquiles detrás
de la tortuga.
***
***
Tus actos serán la prueba ¿para qué? De tu absolución o
condena. Entonces ¿mis poemas no han servido para nada?
***
Endecasílabo: «El hombre se ha roto en mil astillas».
EL PERFECTO FRACASO
I
El tacto es una esperanza sin fondo
por donde se precipitan los cuerpos
y el amor surge como un grito que se apaga.
II
III
LADO A
Paso I
Paso II
«Finito es el fracaso
pero infinita la aventura».
***
Empieza a perder, poco a poco déjalo todo. No posees nada,
eres todo ahora.
***
Un poeta es quien engendra ironías de su vida: si tiene un
gran temor engendra esta ironía llamada Valentía, si pierde
todo engendra esa otra ironía llamada Victoria.
***
Sumer, Egipto, Grecia y Roma: ruinas y fragmentos. La
belleza de lo perdido.
***
Para escribir en la pared de un baño público: todo poeta es,
en verdad, un hijo de puta como cualquier otro hijo de puta
que no escriba versos.
***
Acaso Dios, que es buen crítico, sabrá valorar mis escritos;
castigándome por mi mediocridad, no por mi herejía.
***
Texto para placa conmemorativa: «A la orilla de este río vivió
un poeta, debe su fama a la avalancha de invierno que se llevó
su casa, vida y obra. Dios y Heráclito lo bendigan, su pueblo
no lo olvidará».
***
El tiempo es lo que se mueve mientras esperamos, para
detenerlo hace falta que toda la humanidad sea atendida en
esta oficina, en ese caso, si me llaman, yo cedo el turno.
***
Por pura virtud me he negado a ganar nada, ningún rey
derrotado ha perdido tanto como yo.
***
Caminando hacia atrás he dado la vuelta varias veces,
alcanzando a reconocer en el semblante de algunos limosneros
la alcurnia de los reyes que gobernaban cuando inicie mi
marcha.
***
¿Qué clase de mundo es este donde sólo recibe ayuda quien
no ha cometido errores?
***
El que hace de su nombre un escudo para proteger a otros del
error y la deshonra, sabe que todas las oraciones piden su
absolución.
A LO QUE VIENES
En un atardecer,
me agradecerás la noche, como yo a mi padre;
no hay más heredad. El sueño,
del que no tendrías memoria,
si un impertinente no te hubiera despertado.
Y al amanecer,
me culparás del día, como yo a mi padre;
regresar condenado a la realidad. La vida,
goteo insoportable de agua en una llave,
que te saca del sueño y te devuelve a la pesadilla.
LAS INFANTAS
Yo me abucheo y me lamento
y todo cuanto me falta también te falta,
porque la ambición es un vacío imposible de llenar.
Borrador 2
Borrador 3
***
Sin pedirlo, ayuda al que no tiene remedio, pierde con él.
***
La vida es una puesta en abismo que empieza en cada
despertar cuando me digo: «Aún sigo aquí».
***
Desconfía de la doble negación que hace afirmar a los demás.
El que niega no comunica ni reitera.
***
Arrancados por el viento y desperdiciados por la tierra caemos
los frutos podridos sin brillo bajo el glorioso sol.
***
El olvido es un argumento de facto para el fracaso: cuanto
más pronto ocurra menos dura el ridículo.
***
Apreciar la belleza de un poema es comprobar lo terrible del
mundo, recordar la melodía de un verso es cerciorarse de que
la realidad no está hecha para nuestro goce.
***
Sobre la historia universal de la derrota: todas las calaveras
que se hallaron en Waterloo estaban sonriendo.
***
Obra de caridad: un cuerpo desnudo nunca se le niega al
perdedor.
***
Ningún hombre culto condescendería a la vulgaridad de ganar
en algo, aun mereciéndolo.
***
Al ver lo inacabado después de tanto afán, cuando
comprendes el inalcanzable objetivo que te has impuesto,
sabes que tu tarea terminó.
OPUS CITATUM
***
—Me hace dichoso ver que hay en el mundo alguien que es
completamente feliz —murmuraba un hombre fracasado,
contemplando la estatua maravillosa.
***
— «Pierde tranquilo: tienes que morir». Cartas a Lucilio,
XCVIII, Séneca.
***
Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
***
—Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y
sé que es más versado en desdichas que en versos. Su libro
tiene algo de buena invención; propone algo, y no concluye
nada.
(I, 6)
(I, 22)
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
Miguel de Cervantes
***
Poema dedicado a Ticón, dios pobre, y atribuido a un tal
Perses, el tebano, de quien se dice, tal vez como algún día del
autor de este libro donde se cita, que sus obras «son
intrascendentes, pero no carecen de un cierto encanto
simple»:
***
«Los dioses labran desdichas para que a las generaciones
humanas no les falte qué cantar».
Odisea: Homero
***
«La enseñanza que nos imparten consiste básicamente en
inculcarnos paciencia y obediencia, dos cualidades que
prometen escaso o ningún éxito. Éxitos interiores, eso sí. Pero
¿qué ventaja se obtiene de ellos? ¿A quién dan de comer las
conquistas interiores? A mí me encantaría ser rico, pasear en
berlina y malgastar dinero».
Jakob von Gunten: Robert Walser
***
— «¿Sois rico?» «No.» «¿Sois pobre?» «Muy pobre.» «¿Y vais
a añadir a la pobreza el ridículo del mal poeta? Malgastaréis
toda vuestra vida, seréis viejo. Viejo, pobre y mal poeta ¡ah!,
¡señor, qué triste papel!». (Jacques El fatalista) Denis Diderot.
***
La única gloria que pretendo con mi vida es haberla vivido
tranquila; tranquila no según Metrodoro o Arcesilao o
Aristipo, sino con arreglo a mí mismo. Puesto que la filosofía
no ha sabido hallar ninguna vía para la tranquilidad que sea
buena en general, ¡que cada uno la busque en su fuero interno!
***
— «No hizo nunca nada importante, pero no hizo nunca mal
a nadie. Se divirtió».
(Memorias de un hombre inútil)
Francesco Caravita di Sirignani.
***
— «Canto lo que se perdió y temo lo ganado,
camino en una batalla que se vuelve a librar,
mi rey es un rey perdido, y soldados perdidos mis hombres;
y aunque los pies corran al Alba y al Ocaso,
siempre caen sobre la misma piedrecita».
***
— «Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso
y tratar a esos dos impostores de igual manera».
***
«Me aterroriza pensar que podría tener éxito en la vida».
***
— «Todos aman a los ganadores, menos los británicos»,
diálogo en la película Wimbledon (2004).
***
— «Son héroes, no vivirán con vergüenza como tú», diálogo
en la película Un domingo cualquiera (1999) de Oliver Stone.
***
— «El derrotado no debe consolarse con las posibles
retaliaciones de la historia, sino con la nuda excelencia de su
causa». «El que no duda del valor de su causa no necesita que
su causa gane. El valor de la causa es su triunfo». «La vocación
auténtica se vuelve indiferente a su fracaso o a su éxito».
«Tener razón es una razón de más para no lograr ningún
éxito».
Escolios a un texto implícito: Nicolás Gómez Dávila
***
«El gusto por la ganancia productiva debe reemplazar, en el
hombre maduro, el gusto por la pérdida». I
***
— «En mi alma podrida atufa el hedor a triunfo
la cabalgata de mi cuerpo en ruinas
a donde mis manos para mostrar la victoria
se agarran al poema y caen
y una vieja muestra su culo sonrosado
a la victoria
pálida del papel en llamas,
desnudo, de rodillas, aterido de frío
en actitud de triunfo».
***
— «No sólo ejecuto marchas para las seguras victorias, ejecuto
marchas para los vencidos y los muertos.
¿Has oído que está bien ganar la batalla?
Yo afirmo que perderla está bien, las batallas se pierden con
el mismo coraje con que se ganan.
Yo doblo y redoblo para los muertos,
Suenan mis clarines por ellos con el regocijo mayor de que
soy capaz.
¡Vivas a los vencidos,
Y a aquéllos cuyas naves de guerra se hundieron en el mar,
Y a aquéllos que se hundieron en el mar,
***
«La vida, guerra en tierra extraña».
***
—Fragmentaria dispersa de Emily Dickinson sobre el
fracaso:
*
Rendirme con la tierra a la vista
más aliviado sería,
que ganar mi península azul
y perecer de alegría.
*
Y si perder fuese alegre
y feliz fuese el dolor
¡qué jubilosos los dedos
que esto recogieron hoy!
*
Consideran más dulce el triunfo
los que no han triunfado jamás.
Para captar un néctar
hace falta necesitar.
Ninguno de la roja hueste
que cogió la bandera ahora,
una definición tan clara
podría dar de la victoria,
***
***
— «Tú eres en verdad justo, Señor, si contiendo
contigo; pero, señor, también mi demanda es justa.
¿Por qué prospera la senda del impío? ¿y por qué
Ha de acabar en desencanto cuanto yo emprendo?
***
Sentirá entonces, penetrándole, un reposo húmedo. Será la
tristeza. Algo tibio. Íntimo, casi fraterno. Decididamente
poético. Eso. Poético. Se sentará entonces, sin mirar a nadie.
Le punzarán algunas miradas furtivas. De reojo. No deberá
hablar casi. Ni insultar. Deberá callar largamente. Sentirá
entonces, creciéndole, un orgullo callado, quieto. Será la
dignidad. Lo tomará del hombro, llenando con blandura el
silencio que acompaña a los fracasos. No deberá llorar. Nunca.
Tal vez apretar fuertemente la mandíbula. Un instante. Se
pondrá de pie. Sentirá entonces, en el pecho, detrás de los
labios, un escozor denso y aguachento. Será el romanticismo,
que envuelve en una gasa tenue todas las derrotas. Tomará
entonces su frágil fama, su trémulo orgullo antes impecable,
se vestirá con ellos cuidadosamente, casi con cariño, y se
marchará.
Defensa de la derrota
Roberto Fontanarrosa
***
Bartleby, el escribiente de Herman Melville, trata sobre la
«Inutilidad esencial», según Borges en el prólogo que escribe
para esta obra. Tomó lo dicho y defino: «El fracaso es esa
inutilidad esencial de todo proyecto humano».
***
«Como todo el estoicismo no pasa de un severo epicureísmo,
deseo en lo posible hacer que mi desgracia me divierta».
***
«Acuérdate, desde ahora, en todo suceso que te induzca a la
aflicción, de utilizar este principio: No es eso un infortunio,
sino una fortuna soportarlo con dignidad».
***
«Es gloria… haber sido probado, haber tenido nuestra
pequeña calidad y haber lanzado nuestro pequeño hechizo.
La cosa es hacer que a alguien le importe».
***
«Nada de esto es insólito, nada inesperado; molestarse por
estas cosas es tan ridículo como lamentarse de que lo salpiquen
a uno —en el baño, o lo empujen— en un lugar concurrido, o
lo manchen en medio del fango. En la vida, la situación es la
misma que en el baño, en la multitud, en el viaje: unos
agravios te los lanzarán a la cara, otros te vendrán encima.
Vivir no es cosa deliciosa. Has emprendido un largo camino:
tendrás que resbalar, tropezar, caer, fatigarte y exclamar: «¡Oh
muerte!», es decir, mentir. En un lugar abandonarás a tu
compañero, en otro lo sepultarás, en otro lo temerás: a través
de semejantes contrariedades deberás recorrer esta ruta
escabrosa».
***
«Y —sin luchar— le rindo la bandera».
***
«Y así nos comportamos: humildemente, pero con absoluta
confianza. Todos, sin excepción, somos un poco enérgicos,
pues la mediocridad y la miseria en que vivimos nos llevan a
creer firmemente en las pocas conquistas que podamos hacer.
Nuestra fe en nosotros mismos es nuestra modestia. Si no
creyéramos en nada, no sabríamos cuan poquita cosa somos».
***
«Nada tiene tanto éxito como el fracaso.
Nada fracasa tanto como el éxito».
***
«Los que no sienten a la mujer como una potencia extranjera,
ingobernable y maléfica; los que no consideran a la sociedad
como un círculo erizado de espadas; los que no ven en las
cosas más simples -una piedra, un boleto de ómnibus, una
mancha del pantalón- el signo de la adversidad, ésos, no sé
cómo pueden vivir, pero son, sin duda, los triunfadores».
***
«Intentó vagas acciones, concibió ciertos planes,
y en su fracaso miserable fue destruido para siempre.
Quizá su fin se haya narrado en algún sitio y se ha perdido;
o bien la historia ha desdeñado,
con justicia, tener en cuenta, en su poder,
un incidente sin importancia».
***
Dios hacía engañosa la esperanza del héroe;
desertabas, Victoria, con la suerte cansada.
***
¡Oh, señores y dueños de la tierra!
¿Esta es la obra que le dais a Dios,
esta cosa monstruosa de alma ahogada?
¿Cómo podréis erguir esta figura,
darle de nuevo la inmortalidad;
devolverle la luz de su mirada;
reconstruirla en la música y el sueño;
enderezar infamias milenarias,
pérfidos daños, incurables duelos?
***
Enseñar a fracasar: en una entrevista (Educación y democracia,
1995) Estanislao Zuleta considera como paradigma del
maestro a Baudelaire, porque le daría al alumno la
«Oportunidad (…) para que se identifique con los fracasados,
para que no se decida por los exitosos».
***
— A causa persa, parole assai. Proverbio italiano. «Cuando se
pierde una causa no faltan palabras».
***
Sosegaos conmigo y pensad cuán inútil es el esfuerzo, y extraña
la voluntad, y la propia meditación, que no es más útil que el
esfuerzo, ni más nuestra que la voluntad. Pensad también que
una vida que no quiere nada no puede pensar en el decurso
de las cosas, pero una vida que lo quiere todo tampoco puede
pesar en el decurso de las cosas, porque no puede obtenerlo
todo. Y obtener menos que todo no es digno de las almas que
buscan la verdad. Hijos, más vale estar a la sombra de un árbol
que conocer la verdad, porque la sombra del árbol es
verdadera mientras dura, y el conocimiento de la verdad es
falso en el conocimiento mismo. Más vale, para un
entendimiento justo, el verdor de las hojas que un gran
pensamiento, porque el verdor de las hojas puedes enseñarlo
a los demás, y nunca podrás enseñar a los demás un gran
pensamiento. Nacemos sin saber hablar, y morimos sin haber
llegado a saber decir. Nuestra vida pasa entre el silencio de
quien calla, y el silencio de aquél que no ha sido entendido y,
en torno a esto, como una abeja que revolotea en un lugar sin
flores, ancla, incógnito, un destino inútil.
En el jardín de Epicteto: Fernando Pessoa
***
«Sólo un inglés es capaz de sonreír a su adversario y aun de
felicitarle por el golpe maestro que pudo poner fin al combate.
Con un ojo hinchado y dos costillas rotas, el inglés parece
triunfar siempre de otros púgiles más fuertes, pero menos
educados para la lucha y cuya victoria pudiera celebrarse en
la espuerta de la basura. El inglés, en efecto, ha sabido
dignificar la lucha, convirtiéndola en juego, más o menos
violento, pero siempre limpio, donde se gana sin jactancia y
se pierde sin demasiada melancolía. Aun en la lucha trágica,
que no puede ser juego, la del hombre con el mar, el inglés es
el último en perder elegancia. Todo esto es verdad. Mas
cuando no se trata de pelear, ¿de qué nos sirven los ingleses?
Porque no todas las actividades han de ser polémicas».
***
«Discreción en la victoria y elegancia en el fracaso».
***
«No importa: también él está vencido,
ha luchado cuanto pudo.
Y en su negro desencanto,
ya tan sólo una cosa tiene en cuenta
con orgullo: que hasta en su falta de éxito,
muestra al mundo el mismo coraje indómito».
Demetrio Soter: Constantino Kavafis
***
—«La única ejecutoria de nobleza, en nuestro tiempo, es la
derrota».
***
«La vida…, ese misterioso arreglo de lógica implacable con
propósitos fútiles! Lo más que de ella se puede esperar es
cierto conocimiento de uno mismo…, que llega demasiado
tarde…, una cosecha de inextinguibles remordimientos. He
luchado a brazo partido con la muerte. Es la contienda menos
estimulante que pueden imaginar. Tiene lugar en un gris
impalpable, sin nada bajo los pies, sin nada alrededor, sin
espectadores, sin clamor, sin gloria, sin un gran deseo de
victoria, sin un gran temor a la derrota, en una atmósfera de
tibio escepticismo, sin demasiada fe en los propios derechos,
***
«Llega el momento en que algo sin importancia, sin sentido,
nos obliga a despertar, y mirar las cosas tal como son».
***
«Ninguna casa es duradera
edificada sobre las ruinas de la de tu vecino».
***
La vida a mi alrededor en mi pueblo:
tragedia, comedia, valentía, verdad,
coraje, fidelidad, heroísmo, fracaso.
***
«Es aquel que ríe al perder y cuando cuenta las nobles
apuestas».
Lepanto: G. K. Chesterton
***
***
«La estrella del destino rige a los poderosos y a los violentos.
Durante años se convierte en la esclava servil de un solo
hombre. Como sucedió con Alejandro, César y Napoleón.
Rarísimas veces, en el espacio de los tiempos, impulsada por
su caprichosa veleidad, se entrega al azar a un cualquiera.
Rarísimas veces —momentos maravillosos de la historia de
la Humanidad— el hilo de los hados se detiene un instante
en la indiferente mano de un hombre que se siente más
asustado que feliz ante la borrasca de responsabilidades que
le empuja entonces a tomar parte en el heroico espectáculo
del mundo, y la mano deja escapar el hilo que había retenido
unos segundos. Son poquísimos los que se dan cuenta de ese
***
Ha caído sobre nosotros la más profunda y mortal de las
sequías de los siglos: la del conocimiento íntimo de la
vacuidad de todos los esfuerzos y de la vanidad de todos los
propósitos.
La educación del estoico: Fernando Pessoa
***
Poema de Tristan Corbière, citado por Paul Verlaine en Los
poetas malditos:
EPITAFIO
(…)
(…)
***
«Vamos, compadezcamos a los que están mejor que nosotros».
***
Lo peor no ha llegado si podemos decir: «esto es lo peor».
***
Hacen comparaciones y ejemplos elocuentes
de una probabilidad irrefutable
de todo ésto me dicen
lo elemental es lo difícil
luego por mi cuenta y riesgo
ensartando una aguja me saco un ojo.
***
«Yo para mí no sirvo; ella, si me desea que me tome. Marchó
a la ruina».
***
—Se aprende más en la derrota que en la victoria, pero…
¡prefiero esa ignorancia!
—He cometido el peor de los pecados. No he sido millonario.
—¡Desdichado el mendigo que no conoce el placer de dar!
***
Soy el que anda en tinieblas, viudo, ajeno al consuelo,
príncipe de Aquitania de la torre abolida,
sé que ha muerto mi estrella… Mi laúd constelado
luce aquel negro sol de la melancolía.
***
«Yo nací para ejemplo de desdichados, y para ser blanco y
terreno donde tomen la mira y asiesten las flechas de la mala
fortuna».
Segunda parte del Ingenioso Caballero
Don Quijote de la Mancha (II, 10)
Miguel de Cervantes
***
«La conciencia de la vana gloria de los poderosos.
Medita y sopesa todo eso con atención el poeta».
***
—Sobre Diógenes de Sínope, también llamado el cínico o
Can Celeste:
Decía que «debemos alargar las manos a los amigos con los
dedos extendidos, no doblados».
***
«Voto a Dios, que me espanta esta grandeza».
***
«La historia de mi vida es la historia de la pugna entre mi
ferviente deseo de escribir y una serie de circunstancias que
conspiraron para impedírmelo».
***
De los sonetos amorosos de Francisco de Quevedo asimilando
el amor perdido como el fracaso: amamos tanto el triunfo y
su poder, anhelamos con egoísmo ser exitosos, por encima de
cualquier afecto, por eso fracasar equivale, sentimentalmente,
a la ruptura con una persona amada, puesto que significa el
***
«¡Ay! ¿Y de qué el lamento? Ha nacido el hombre para penar».
***
«Aunque nunca, nunca llegaré a ser un hombre importante,
y esta profética certidumbre me hace temblar con extraña
satisfacción. Un día me vendrá un ataque, uno de esos ataques
que fulminan de verdad, y entonces todo se habrá acabado:
***
«Oh qué importa que una rueda partida
en mi carro me haga renunciar a la victoria.
Con excelentes vinos y bajo amadas rosaledas
humedeceré las horas de la noche. Antioquía me pertenece.
Soy el más admirado de sus jóvenes.
Soy la debilidad de Balas, su idolatría.
Mañana dirán que fue injusto el resultado de la carrera.
(Pero, incluso si tuviera el mal gusto de exigirlo,
mis cantores dirían que, aun con una rueda rota, mi carro
llegó el primero)».
***
«¡Oh, si en aquellos instantes Grouchy fuera capaz de
arriesgarse audazmente, de desobedecer las órdenes recibidas
por convencimiento propio ante los hechos, Francia estaría
salvada! Pero aquel mediocre y apocado hombre se limita a
atenerse a la disciplina».
***
Siempre que en cualquier situación tuve un rival o la
posibilidad de tener un rival, enseguida renuncié sin vacilar.
Es una de las pocas cosas en la vida de las que nunca dudé.
Mi orgullo nunca soportó que compitiera con otros, con el
pavoroso añadido de la posibilidad de la derrota. Tampoco
pude participar nunca en juegos de competición. Siempre
perdía con rencor y despecho. ¿Por considerarme superior a
todos? No, nunca me consideré superior en el ajedrez ni en el
whist. Por simple orgullo, un orgullo desbordante y
sanguinario, que ningún esfuerzo desesperado de mi
inteligencia puede contener ni apaciguar. Siempre me aparté
del mundo y de la vida, y el embate de cualquiera de sus
elementos siempre me hirió como un insulto a media voz, la
rebelión súbita de un lacayo universal.
***
«Podemos preferir el momento en que Larsen se sintió
aplastado por el hambre y la desgracia, separado de la vida,
sin ánimos para inventarse entusiasmos. (…) Sintió que
también le era posible escuchar el hambre, que había pasado
ahora del vientre a la cabeza y a los huesos».
***
«Aunque nunca, nunca llegaré a ser un hombre importante,
y esta profética certidumbre me hace temblar con extraña
satisfacción. Un día me vendrá un ataque, uno de esos ataques
que fulminan de verdad, y entonces todo se habrá acabado:
se acabará este caos, esta nostalgia, esta ignorancia, todo, todo,
esta gratitud e ingratitud, estas mentiras e ilusiones, este
creer-saber y este nunca-saber-nada-sinembargo. Pero yo
quiero vivir, sea como sea».
***
«Ésta es la desgracia», pensó, «no la mala suerte que llega,
insiste, infiel y se va, sino la desgracia, vieja, fría, verdosa.
No es que venga y se quede, es una cosa distinta, nada tiene
que ver con los sucesos, aunque los use para mostrarse; la
desgracia está, a veces. Y esta vez está, no sé desde cuándo;
anduve dando vueltas para no enterarme, la ayudé a engordar
con el sueño de la Gerencia General, de los treinta millones,
de la boca que se rio sin sonido en la glorieta. Y ahora,
cualquier cosa que haga serviría para que se me pegue con
más fuerza. Lo único que queda para hacer es precisamente
eso: cualquier cosa, hacer una cosa detrás de otra, sin interés,
sin sentido, como si otro (o mejor otros, un amo para cada
acto) le pagara a uno para hacerlas y uno se limitara a cumplir
en la mejor forma posible, despreocupado del resultado final
de lo que hace. Una cosa y otra y otra cosa, ajenas, sin que
importe que salgan bien o mal, sin que no importe qué quieren
decir. Siempre fue así; es mejor que tocar madera o hacerse
bendecir; cuando la desgracia se entera de que es inútil,
empieza a secarse, se desprende y cae».
***
«La vida, con sus feroces leyes, no es para algunos sino una
cadena de desalientos y de impresiones malas y aterradoras.
Los seres como Schacht nacen para sentir una aversión
permanente y dolorosa. Le gustaría aceptar y dar la
***
Tengo todas las condiciones para ser feliz, salvo la felicidad.
***
«A los hombres que destruyen impelidos por el ciego afán de
crear, otros hombres oponen la compasión y el desprecio de
un pesimismo viril. Estos son los hombres cuya conciencia
acepta su condición humana, y que acatan, orgullosos y duros,
las innaturales exigencias de la vida».
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«Estoy contento porque hace un rato sentí la desgracia, y era
como si fuese mía, como si sólo a mí me hubiera tocado y
como si la llevara adentro y quién sabe hasta cuándo. Ahora
la veo afuera, ocupando a otros; entonces todo se hace más
fácil. Una cosa es la enfermedad y otra la peste».
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«¡Qué feliz soy de no poder descubrir nada digno de
consideración o estima en mi persona! Ser humilde y seguir
siéndolo. Y si alguna mano, una circunstancia, una ola me
levantasen y llevasen hasta las alturas donde imperan el poder
y la influencia, yo mismo destrozaría las circunstancias que
me hubieran favorecido y me arrojaría a las tinieblas de lo
bajo e insignificante. Sólo puedo respirar en las regiones
inferiores».
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Hay algo de sórdido, y tanto más sórdido cuanto que es
ridículo, en la costumbre que tienen los débiles de erigir en
tragedias del universo tristes comedias de sus propias
tragedias.
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«No deseaba burlarse de nadie, nadie en particular le parecía
risible; estaba de pronto alegre, estremecido por un
sentimiento desacostumbrado y cálido, humilde, feliz y
reconocido porque la vida de los hombres continuaba siendo
absurda e inútil y de alguna manera u otra continuaba
también enviándole emisarios, gratuitamente, para confirmar
su absurdo y su inutilidad».
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«Pero yo fui engendrado y nací para la desgracia».
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«Y quién sabe si las circunstancias de este mundo son tan
absurdas que acaben encumbrándote».
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Vere magnum habere fragilitatem hominis securitatem Dei:
«Es una verdadera grandeza tener la fragilidad del hombre y
la seguridad de Dios».
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«Pero ya no le preocupaba; era como el dolor suave, conocido
y compañero de una enfermedad crónica, de la que uno en
realidad no va a morir, porque ya sólo es posible morir con
ella».
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«A los que vengan detrás de nosotros no les pedimos gratitud
por nuestras victorias, sino que recuerden nuestras derrotas.
Esto es un consuelo, el único consuelo que les queda a los que
ya no tienen ninguna esperanza de ser consolados».
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«…y se les hará una iglesia de barro para ellos solos, en la que
sus torpes esfuerzos recibirán la consagración merecida y será
glorificada su intención de crear belleza».
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«Entre nosotros, todo se concentra en lo espiritual, nos hemos
vuelto pobres para llegar a ser ricos».
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«El Coyote es siempre más humillado que dañado por sus
fracasos».
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«Hay una cierta monótona uniformidad en los destinos de
los hombres. Nuestras existencias se desarrollan según leyes
viejas e inmutables, según una cadencia propia uniforme y
vieja. Los sueños no se realizan jamás, y apenas los vemos
rotos, comprendemos de pronto que las mayores alegrías de
nuestra vida están fuera de la realidad».
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«Un artista como a mí me gustan. Es modesto en sus
necesidades; no pide más que dos cosas: su pan y su arte».
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Mejor me sabe en un cantón la sopa,
y el tinto con la mosca y la zurrapa,
que al rico, que se engulle todo el mapa,
muchos años de vino en ancha copa.
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«¿De cuantas infamias se compone un éxito?».
Honoré de Balzac
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«Todo éxito es un malentendido»
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«La poesía es el trofeo lingüístico de una derrota espiritual».
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«Sólo un hombre que sabe lo que se siente ser
derrotado puede llegar hasta el fondo de su alma».
Mohammad Ali
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«Un caballero no tiene éxito»
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«Vivir una vez más, para resistir, un momentito, a eso llamaré
vivir».
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Wittgenstein cita a Longfellow: «Con grandes cuidados
construimos erróneamente».
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Igual para la poesía, Wittgenstein: «En la carrera de la filosofía
gana el que puede correr más despacio. O aquel que alcanza
el último la meta».
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«No exijas demasiado y no temas que tu justa exigencia se
disuelva en nada».
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«¿Por qué había yo de luchar? No me cabe duda de que soy
constitutivamente inepto para cualquier desempeño».
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«El errar es el regalo más escondido de la verdad».