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Luis Galán
Hay quien no concibe la vida sin un buen libro en su regazo. Y nosotras somos de ese
tipo de personas: siempre en búsqueda y captura de alguna buena historia en la que
sumergirnos. Por eso no nos cansamos de recomendarte novedades literarias o libros
que merece la pena leer una vez en la vida. Pero esta vez no hemos venido a sugerirte
argumentos de novelas en sí, sino citas célebres de estas. Porque hay veces que las
palabras se quedan grabadas en nuestra memoria, y aunque pasen los años y quizá no
recordemos de lo que iba un libro en concreto, sí nos acordamos a la perfección de
una frase que leímos en el. Porque nos gustó, nos inspiró y sin saberlo puede que nos
cambiase un poquito la vida.
“Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se
desea, ni todo lo que se desea se ama”.
Octavio Paz
“Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, era la edad de la
sabiduría, era la edad de la insensatez, era la época de la creencia, era
la época de la incredulidad, era la estación de la luz, era la estación de la
oscuridad, era la primavera de la esperanza, era el invierno de la
desesperación”.
“La libertad, para realizarse, debe bajar a la tierra y encarnar entre los
hombres. No le hacen falta alas sino raíces”.
Octavio Paz
“El hombre débil se vuelve fuerte cuando no tiene nada, porque sólo
entonces puede sentir la locura de la desesperación”.
“El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado
con la soledad”.
“Cada libro, cada volumen que ves aquí, tiene un alma. El alma de la
persona que lo escribió y de aquellos que lo leyeron, vivieron y soñaron
con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien
baja sus ojos a las páginas, su espíritu crece y se fortalece”.
Pablo Neruda
“Las criaturas del exterior miraban del cerdo al hombre y del hombre al
cerdo de nuevo; pero ya era imposible decir cuál era cuál”.
“Soy lo que has hecho de mí. Toma mis elogios, toma mi culpa, toma
todo el éxito, toma el fracaso, en resumen, tómame”.
“Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para
mí tan sospechoso como el amor, pues éste penetra en el alma más que
cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el
amor. Por eso, cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se
hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas”.
“La alegría causa a veces un efecto extraño; oprime al corazón casi tanto
como el dolor”.