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Taller de Producción de textos.

Fernández Cadei Ana Laura


Prof. De Lengua y Literatura.
Legajo: 24915

Consigna: Buscamos dos o tres poemas en los que se identifique que hay un “Yo” que habla
directamente sobre su identidad.

El remordimiento
Jose Luis Borges

He cometido el peor de los pecados


que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego


arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.

Oda a la inmortalidad
William Wordsworth
Fue uno de los más importantes poetas románticos ingleses. Con Samuel Taylor Coleridge, contribuyó a la
evolución de la época romántica en la literatura inglesa con su publicación conjunta de Baladas líricas en 1798

Aunque el resplandor que


en otro tiempo fue tan brillante
hoy esté por siempre oculto a mis miradas.

Aunque mis ojos ya no


puedan ver ese puro destello
que en mi juventud me deslumbraba.
1
Aunque nada pueda hacer
volver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos,
porque la belleza subsiste siempre en el recuerdo.

En aquella primera
simpatía que habiendo
sido una vez,
habrá de ser por siempre;
en los consoladores pensamientos
que brotaron del humano sufrimiento,
y en la fe que mira a través de la muerte.

Gracias al corazón humano


por el cual vivimos;
gracias a sus ternuras, a sus
alegrías y a sus temores, la flor más humilde al florecer
puede inspirarme ideas que, a menudo,
se muestran demasiado profundas
para las lágrimas.

2
El carro de la vida
Alexandr Pushkin
Fue un poeta, dramaturgo y novelista ruso, fundador de la literatura rusa moderna. Su obra se encuadra en
el movimiento romántico.

Aunque a veces la carga es pesada,


el carro avanza ligero;
el intrépido cochero, el canoso tiempo,
no se baja del pescante.

Nos acomodamos por la mañana en el carro,


alegres de partirnos la cabeza,
y, despreciando el placer y la pereza,
gritamos: ¡Adelante!

A mediodía se ha esfumado ya el arrojo;


trastornados por la fatiga y aterrados
por las pendientes y los barrancos,
gritamos: ¡Más despacio, loco!

El carro sigue su marcha; ya a la tarde,


a su carrera acostumbrados, soñolientos,
buscamos posada para la noche,
mientras el tiempo azuza a los caballos.

El prisionero
Alexandr Pushkin

Estoy entre rejas en húmeda celda.


Criada en cautiverio, un águila joven,
mi triste compaña, batiendo sus alas,
junto a la ventana su pitanza pica.

La pica, la arroja, mira la ventana,


como si pensara lo mismo que yo.
Sus ojos me llaman y su griterío,
y proferir quiere: ¡Alcemos el vuelo!

3
¡Tú y yo somos libres como el viento, hermana!
Huyamos, es hora, do blanquea entre nubes
la montaña y brilla de azul la marina,
donde paseemos sólo el viento. ..¡y yo!

"Invictus"
William Hentley
Se trata del poema más celebre de Hentley escrito en el mismo año de su muerte. Los versos son
trascendentes puesto que eran aquellos que Nelson Mandela se recitaba a sí mismo durante sus años en prisión
por las políticas racistas en Sudáfrica. El temple de uno de los hombres más importantes del siglo XX radica en las
atinadas y poderosas palabras del escritor inglés, quien no tiene miramientos en retratar algunas de las joyas de la
existencia humana: la esperanza, la libertad y la resistencia.

Más allá de la noche que me cubre,


negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que puedan existir
por mi alma inconquistable.
En la azarosas garras de las circunstancias
no he gemido ni llorado.
Sometido a los golpes del azar
mi cabeza sangra, pero está erguida.
Más allá de este lugar de ira y llantos
yace sino el horror de la sombra,
Y aún la amenaza de los años
me halla y me hallará sin temor.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.

4
"Nuestro miedo más profundo"
Marianne Williamson

Las palabras de la activista y fundadora de "La Alianza de la Paz" relatan aquello que hay dentro de
nosotros, que nos hace humanos más allá de toda posesión material: nuestra libertad. Consumidos por los placeres
y objetos, dejamos de lado nuestra esencia.

Nuestro miedo más profundo no es el de ser inapropiados.


Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta.
Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, precioso talentoso y fabuloso?
Más bien, la pregunta es: ¿Quién eres tú para no serlo?
Eres hijo del universo.
No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.
Nacemos para poner de manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros, como lo hacen los
niños.
Has nacido para manifestar la gloria divina que existe en nuestro interior.
No está solamente en algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno.
Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer
lo mismo.
Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás".

5
"No te rindas..."
Mario Benedetti
La esperanza de un mejor futuro plasmada en las letras de un gran escritor latinoamericano. Se trata de
múltiples versos que hablan con sinceridad respecto a la determinación
y perseverancia frente a la vida.
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo.
Aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda,
y se calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
porque lo has querido y porque te quiero
porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa,
ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos.
Desplegar las alas
e intentar de nuevo.
Celebrar la vida y retomar los cielos.

6
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.
Porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

"Un aviador irlandés prevé su muerte"


William Butler
Escrito en 1918, en el marco de la Primera Guerra Mundial, el poema fue publicado hasta un año después
debido a sus referencias políticas. Se trata de múltiples versos en forma de soliloquio, en palabras de un aviador
que describe sus últimos pensamientos antes de su inminente muerte. El poema plantea el hecho de tener que
morir por alguien más, en este caso un piloto irlandés que muere en defensa del Reino Unido, del cual Irlanda
buscaba su independencia. Ante la eventualidad de la muerte, y su vida entregada a una causa en la que no cree,
el piloto se entrega a su fatal destino.
Sé que en algún lugar entre las nubes
he de hallar mi destino;
no odio a quienes son mis enemigos,
no amo a quienes debo defender;
mi país es Kiltartan Cross,
mis paisanos los pobres de Kiltartan,
ningún posible fin ha de quitarle nada
o hacerles más felices de lo que eran.
Ni leyes ni deberes me ordenaron luchar,
ni estadistas ni masas entusiastas,
un solitario impulso de deleite
me empujó a este tumulto entre las nubes;
todo lo sopesé, de todo hice memoria,
los años por venir me parecieron
vano aliento,
vano aliento los años transcurridos
en igualdad con esta vida y esta muerte.

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