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II. La Patristica 1
II. La Patristica 1
Palabras claves:
Roma, Asia Menor, Siria, Alejandría, Apologistas griegos, filosofía griega, herejías
Objetivos:
Dar a conocer el estudio y conocimiento de la doctrina, obras y vida de los Padres de la
Iglesia Primitiva.
Resumen:
Se da este nombre a la ciencia que tiene por objeto el estudio y conocimiento de la
doctrina, obras y vida de los Padres de la Iglesia primitiva.
DESARROLLO TEMÁTICO
1.LA PATRISTICA
“La supremacía del obispo de Roma fue impugnada por la patrística. Juan Crisóstomo,
Ambrosio, Olegario, Jerónimo y Agustín, no entendieron que la Iglesia estaba formada
sobre la persona de Pedro (super petrum), sino sobre la roca (super petram), es decir,
sobre la confesión de fe del pescador”.
Pastor Darío Silva-Silva
Se da este nombre a la ciencia que tiene por objeto el estudio y conocimiento de la
doctrina, obras y vida de los Padres de la Iglesia primitiva. Los tratados que se han
elaborado sobre el tema o la colección y recopilación de los escritos de los Padres
también reciben el nombre menos usual de “Patrología”. En este caso nuestra atención
se dirigirá básicamente hacia las tendencias doctrinales y teológicas que se pueden
encontrar y distinguir en los Padres y sus escritos, comenzando por los llamados “Padres
apostólicos”, pasando por los apologistas griegos, continuando con las escuelas
teológicas y sus más destacados exponentes, para terminar con San Agustín de Hipona.
Además de éstos, existen otros escritos cristianos de la misma época que sólo se
discutirán cuando sea necesario para aclarar algún punto relacionado con las obras
de las Padres apostólicos. Por lo pronto se debe señalar que para el propósito que se
persigue en este punto, se hará caso omiso de las diferencias particulares entre uno
y otro de los Padres apostólicos para poder agruparlos y estudiarlos teniendo en
cuenta sus características comunes que permiten distinguir tres grupos o tendencias
teológicas incipientes asociadas con tres centros geográficos de expresión y
desarrollo teológico como son: Roma como representante del cristianismo latino
occidental; la escuela de Asia Menor y Siria en oriente; y la escuela de Alejandría en
Egipto, también en la parte oriental del imperio romano.
Arístides, que compuso la que puede ser la más antigua apología que poseemos
actualmente.
Justino Mártir, el más importante de los apologistas griegos del siglo II tanto por la
profundidad y originalidad de su pensamiento, como por la extensión y variedad de
sus obras. Las que han llegado a nuestros días son sus dos Apologías y su
“Diálogo con Trifón”
Taciano, discípulo del anterior y autor de la apología llamada “Discurso a los
Griegos” y el “Diatessaron” primer intento que se conoce para armonizar los cuatro
evangelios.
Atenágoras, el “filósofo”, contemporáneo de Taciano y autor de las obras “Súplica
a favor de los cristianos” y “Sobre la resurrección de los muertos”.
Teófilo, obispo de Antioquía y autor de la apología “Tres libros a Autólico”
Hermias y su “Burla de los Filósofos Paganos”
El Discurso a Diogneto, apología de autor desconocido, incluida en ocasiones
dentro de los Padres Apostólicos. Algunos estudiosos afirman que ésta es la
perdida apología de Cuadrato, argumento que de ser cierto haría de ella la
apología más antigua que nos ha llegado hasta hoy, desplazando de este honroso
lugar a Arístides.
Hay, adicionalmente a las anteriores, algunas otras apologías perdidas en el sentido
de que no han llegado hasta nuestros días sino a través de la cita o mención de las
mismas por parte de otros escritores eclesiásticos antiguos. Estas son la Apología de
Cuadrato (la primera obra de este tipo según Eusebio de Cesarea), el “Diálogo entre
Jasón y Papisco acerca de Cristo” de Aristón de Pella, las apologías de Milcíades y
Apolinario de Hierápolis, así como la Apología de Melitón de Sardis dirigida al
Emperador Antonino.
Loa Apologistas, en su esfuerzo por presentar su fe de tal modo que pueda ser
comprendida por los paganos, se ven obligados a sistematizar su pensamiento, y así
se puede decir que éstos son los primeros pensadores sistemáticos del cristianismo.
En esta tarea de sistematización y en su doctrina del logos, que abre el camino al
diálogo entre la fe cristiana y la cultura clásica, estriba el valor de la obra de los
Apologistas. Por lo anterior, no se puede enmarcar la obra de los Apologistas dentro
de una o más de las tendencias teológicas relacionadas previamente; pero si se
pueden distinguir en ellos algunas de las características que se observan ya en éstas.
Justino se enfrenta en sus apologías a dos problemas básicos: Por una parte, el
de la relación entre la fe cristiana y la cultura clásica, y por otra, el de la relación
entre el A.T. y esa fe. En relación con el primer asunto, Justino encuentra varios
puntos de contacto entre la filosofía pagana y la fe cristiana. El principal de ellos
es su utilización de la doctrina del logos o Verbo, término teológico usado por el
apóstol Juan en sus escritos para referirse al Cristo preexistente (Jn. 1:1) que
encuentra su equivalente en la ya tradicional doctrina filosófica griega del logos,
cuya aparición y desarrollo inicial se dio entre sus primeros filósofos. En este
sentido Justino se ubica dentro de la tendencia teológica alejandrina pues el
primero en intentar la unión de la tradición filosófica griega con la tradición
judaico-cristiana utilizando este mismo punto de contacto fue el filósofo judío
alejandrino Filón. En su planteamiento de la doctrina del logos Justino toma
elementos del estoicismo (los conceptos del logos seminal y las semillas del
logos) y los funde con su filosofía básicamente platónica, aunque afirmando
siempre que la verdad total sólo puede ser conocida en el Verbo encarnado. De
ahí ese carácter extraño del pensamiento de Justino, tan claramente platónico,
pero al mismo tiempo tan profundamente cristocéntrico. La doctrina del logos de
Justino, en su afán por hacer una distinción clara entre El Verbo y Dios, tiende a
subordinar el primero al último. Atenágoras en cambio, aunque expone una
doctrina del logos similar a la del primero; se esfuerza en mostrar la unidad del
Verbo con el Padre evitando así la tendencia subordinacionista de Justino. La
distinción entre el Verbo interior y el Verbo pronunciado característica de Filón
también aparece en Atenágoras y se volverá más explícita en los “Tres libros a
Autólico” de Teófilo de Antioquía quien se refiere al logos inmanente, que existía
siempre en la mente o corazón de Dios y al logos expresado. Adicionalmente hay
que decir que Teófilo es el primer autor cristiano que utiliza la palabra “Triada”
para referirse a Dios en claro anticipo al termino “Trinidad” que fue el que
finalmente se impuso. Por otra parte Melitón de Sardis, uno de los autores cuyas
obras apologéticas se han perdido, nos dejó una homilía sobre la pasión llamada
la Homilía Pascual en la que a pesar de presentar un agudo contraste con Justino
en cuanto los conceptos filosóficos no juegan papel alguno en ella; es en esta
obra donde encontramos por primera vez la afirmación de que en Cristo hay “dos
naturalezas”. La introducción de estos términos y distinciones sutiles en el
campo de la teología cristiana y particularmente de su cristología es de suma
importancia, pues pronto fue aceptada y empleada por algunos de los teólogos
más influyentes que, debido a la variedad de matices y la consiguiente
ambigüedad semántica de muchos de estos términos en una misma cultura, así
como su diferente significado en culturas diferenciadas (Occidente y Oriente);
vacilaron entre una y otra posición y sólo a través de una controversia larga y
amarga se llegó a clarificar la doctrina cristiana en lo que a esto se refiere.
En relación con la valoración negativa de la filosofía pagana clásica, Taciano
también se refiere al logos o Verbo como el centro de la doctrina cristiana, pero
utiliza el término en un contexto netamente bíblico sin buscar puntos de contacto
con la filosofía griega pues en su “Discurso a los Griegos” emprende un ataque
contra la validez de esta filosofía esforzándose en demostrar la superioridad de lo
que él llama “religión bárbara”, señalando de este modo al contenido del A.T.,
sobre la cultura y religión helénicas. En este propósito el principal argumento de
Taciano consiste en la prioridad cronológica de Moisés sobre Homero, tesis que
desarrollada hasta sus últimas consecuencias indica, en palabras de Taciano,
que “Moisés es más antiguo que los antiguos héroes, guerras y divinidades, y
más vale creer al que se aventaja en edad que no a los griegos, que fueron a
sacar de esa fuente sus enseñanzas sin entenderlas” o, dicho de otro modo, que
cualquier cosa buena que se encuentre en la religión helénica ha sido
simplemente copiada del A.T. Hermias por su parte pone de manifiesto un
desprecio total hacia la filosofía pagana, mostrando en su obra las
contradicciones de los sabios de la antigüedad de un modo irónico y punzante.
Para concluir hemos de puntualizar que, aún entre los apologistas que más
utilizan los instrumentos filosóficos, como Justino y Atenágoras, doctrinas tales
como la de la encarnación y la resurrección de los muertos, que resultan
repugnantes al espíritu helénico, no pierden su carácter central. Por lo tanto, la
penetración del helenismo en la teología cristiana no pasa de ser formal hasta
este momento, influyendo poco o nada en el contenido doctrinal. En la medida en
que posteriormente lo formal vaya dando paso al contenido, la Iglesia se verá
envuelta en grandes luchas doctrinales.
Recursos Adicionales:
Youtube. (2011, Abril 4) Policarpo el discípulo de Juan. Consultado en:
http://www.youtube.com/watch?v=em-D5ju3rog&feature=youtu.be
Bibliografía Básica:
Justo L. González. AÑO. Historia del Pensamiento Cristiano. Editorial Caribe.
Bibliografía complementaria:
Criterios de Evaluación:
Lectura de las conferencias.
La capacidad de argumentación.
Capacidad de síntesis.
Lectura de las conferencias.