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1) Introducción………………………………………………………Pg. 1
3) Conclusión………………………………………………………....Pg. 12
4) Referencia Bibliográfica……………………………………….......Pg. 14
Introducción
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Los Derechos Reales
Concepto
¿Qué son los derechos reales? Según (Petit 1876) “Los derechos
reales, que consisten en los diferentes beneficios que el hombre puede
obtener de una cosa, son en número limitado.” (Pg. 229). Esto quiere decir
que consisten en beneficios para el individuo que los tiene y que existen
varios derechos reales. En la obra de Petit, “Tratado Elemental de Derecho
Romano”, nos explica que las legislaciones modernas tienen más o menos
los mismos derechos reales que aquellos que existían en Roma, por lo
tanto, aprender acerca de ellos es de suma importancia para realmente
entender hasta qué punto tenemos derechos sobre las cosas. Es importante
recalcar que en el derecho romano los esclavos eran considerados cosas,
por lo tanto los derechos reales que serán analizados en este documento
aplican también a los esclavos. Los derechos reales fueron reconocidos y
organizados por dos tipos de derechos en la antigua Roma, el derecho civil
y el derecho pretoriano. Ahora bien, los derechos reales en roma se
dividían entre aquellos reconocidos y organizados por el derecho civil y
aquellos admitidos y sancionados por el derecho pretoriano. Dos de los
derechos reales más importantes son los de propiedad y los de posesión,
dos derechos relacionados, pero a su vez muy diferentes. En primer lugar
se explicará y analizará el derecho de propiedad seguido por el de posesión
y finalmente se establecerá una diferencia entre ambos.
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El derecho de propiedad, o mancipium para los romanos, sobre un
objeto es el derecho real más completo que se puede tener sobre una cosa
ya que le da un dominio absoluto sobre una cosa al que lo posea. Los
romanos usaron varios vocablos para definir este derecho, según Morineau
Iduarte y Iglesias Gonzales (1998) “Los romanos usaron diferentes
vocablos para designar al derecho real de propiedad. El más antiguo es el
término mancipium, después usaron la palabra dominium y, finalmente, la
de proprietas”. Recordemos que las cosas pueden ser muebles o inmuebles,
por lo tanto, es importante recordar que el derecho de propiedad no está
limitado a terrenos o edificios, el derecho de propiedad puede aplicarse
incluso a cosas tan simples como un lápiz o un libro. Cuando se tiene el
derecho real de propiedad sobre una cosa lo que se obtiene es beneficios,
los cuales se resumen en tres conceptos, el uso, el fruto, y el abuso. El uso,
que para los romanos se llamaba el jus utendi o usus es la facultad de
servirse de la cosa, de usarla, de aprovechar los servicios que ofrece la cosa
fuera de sus frutos. El fruto, también llamado el jus fruendi o fructus, es el
derecho de gozar de los frutos, o beneficios, que produce una cosa, por
ejemplo, si un individuo vende un objeto del cual él tenía el derecho de
fruto, puede gozar del dinero que obtuvo de la venta. Finalmente, el abuso,
conocido en Roma como el jus abutendi o abusus es el poder de consumir
la cosa, de disponer de ella como al individuo le plazca, destruyéndola o
enajenándola, es decir que este derecho le otorgaba al individuo la facultad
de vender la cosa, regarla, quemarla o hacer lo que él quisiera hacer con
ella. En la propiedad se obtienen estos tres beneficios sobre una cosa y por
ende se puede hacer con ella lo que le plazca, sin embargo, había ciertas
restricciones que la ley imponía sobre este derecho real, por ejemplo, la ley
de las XII tablas prohibía al propietario de una propiedad edificar o cultivar
su campo hasta la línea divisoria de los fundos vecinos, siendo obligatorio
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dejar libre un espacio de dos pies y medio. La propiedad se divida en dos
clases de propiedad que a continuación explicaremos.
Clases de Propiedad
La copropiedad
En Roma y en la actualidad se dan casos en las que varias
personas tenían el derecho de propiedad sobre un mismo objeto, en cuyo
caso todas tenían los mimos derechos reales sobre la cosa. La copropiedad
era una forma en la que el derecho real de propiedad era limitado ya que
ninguna parte podía actuar sin que las otras estuvieran de acuerdo aun
cuando dicha parte tenía el derecho de propiedad, que como establecimos
antes le da al individuo la habilidad de disponer de la cosa de una manera
absoluta. La propiedad de cada una de las partes está limitada por el
derecho del contrario. La salida que se inventaron los romanos para este
dilema es que la cosa era dividida en partes iguales que se le asignaba a
cada uno de los propietarios y en las que si podían ejercer su derecho de
propiedad de una manera exclusiva.
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La Extinción de la Propiedad
El derecho real de propiedad que tenía un individuo sobre una
cosa podía extinguirse por las siguientes razones:
-Cuando la cosa dejaba de existir, es decir que era destruida; en caso
que fuera parcialmente destruida, la propiedad subsiste sobre el resto.
-Cuando la cosa deja de ser jurídicamente valida como propiedad
privada, por ejemplo, la manumisión de un esclavo o que el estado
destinara un terreno a alguna institución publica como un cementerio.
-Cuando se tiene propiedad sobre un animal salvaje y que este
recobre su libertad, por ejemplo, si escapara.
El derecho real de propiedad es perpetuo, es decir que no es afectado
por el tiempo y el propietario puede ejercerlo toda su vida, por lo tanto si
ninguno de los enunciados expuestos llegase a suceder la propiedad jamás
se extinguiría. La propiedad podía transmitirse, pero no podía extinguirse
con el tiempo, es decir que aun cuando el propietario moría podía dejarle el
derecho de propiedad a alguien más, por ejemplo, sus hijos.
La Transmisión de la Propiedad
En Roma propiedad no podía transferirse ad tempus, es decir, que no
podía transferirse de forma temporal, cuando se le cedía a otra persona la
propiedad no se puede recuperar después de un tiempo determinado o
cuando se cumplía cierta condición, una vez transferida esta ya era final. El
individuo al que se le transfiere la propiedad queda reconocido como el
propietario quiritario. La única forma en la que podía regresársele al amo
original la propiedad era mediante una acción personal en la que se le
obligaba al adquiriente a devolver la propiedad. Este sistema tenía como
objetivo el respetar la voluntad de las partes manteniendo el interés del
tercero sobre todo lo demás. En las legislaciones actuales si es posible
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transmitir el derecho de propiedad a otra persona bajo ciertas condiciones,
y de cierta forma gracias al sistema de la acción personal en Roma había
alguna posibilidad de que se pudiera transmitir la propiedad bajo ciertas
condiciones por lo que nos hacemos la siguiente interrogante, ¿Habrán los
romanos en algún momento decidido adoptar este sistema en el que si era
posible que se transmitieran derechos de propiedad temporalmente? La
respuesta es inconclusa ya que los textos acerca de esta materia son muy,
en las palabras de Eugenio Petit, “obscuros” y no dejan claro si adoptaron o
no ese sistema.
Elementos de la Posesión
Para poseer algo era necesario el hecho y la intención. La posesión
estaba conformada por la reunión de dos elementos, el corpus y el animus
possidendi o simplemente animus. El corpus simplemente es tener la cosa
físicamente en mi poder y el animus es la intención que tengo de tener la
cosa bajo mi poder, en declararme como amo de la cosa. Dicho esto
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podemos afirmar que los propietarios que tienen estos dos elementos
poseen la cosa de igual manera que la poseería un ladrón ya que tiene el
objeto físicamente bajo su poder y tiene la intención de ser si amo, si no
fuera así cual sería el punto de que se hubiese robado la cosa? Aquellos
individuos que tengan a una cosa físicamente bajo su poder, pero no tengan
intención de ser su amo, legalmente no poseen esa cosa, dicho esto se
explica lo siguiente, estos sujetos que tienen el objeto en su poder, pero no
tienen la intención de ser su amo, se les denomina retentores. Los
retentores son el instrumento de la posesión de otro, en otras palabras, solo
se las están guardando y dado que no poseen la cosa en términos legales no
pueden obtener el beneficio del uso al menos que el poseedor le indique lo
contrario. Algunos ejemplos de retentores son los colonos, el usufructuario,
el depositario y el comodatario. En un principio la posesión solo podía
referirse a cosas materiales ya que era necesario satisfacer el elemento
corpus para poseer algo, sin embargo más adelante se aceptó la posesión de
cosas incorporales, como los derechos y se creó la figura de la quasi
possessio o iuris possessio con el objetivo de reconocer la posesión de esos
derechos que eran cosas incorporales. El corpus podía adquirirse a través
de una persona como un hijo o un esclavo pero para obtener el animus era
necesaria la capacidad jurídica para adquirir la posesión. Las personas que
por algún impedimento no podían convertirse en propietarios no podían
obtener el animus. Finalmente la posesión se extinguía por la pérdida de
cualquiera de los dos elementos de la posesión o ambos.
Clases de Posesión
Los romanos crearon una distinción entre las clases de posesión,
clasificándolas en posesión justa e injusta y la posesión de buena fe y de
mala fe. La posesión justa, también conocida como la posesión no viciosa,
era aquella que se obtenía sin perjudicar al anterior poseedor, dicho esto es
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lógico asumir que la posesión injusta es exactamente lo contrario; al
obtenerla se perjudico o daño al anterior poseedor. Se le denomina a una
posesión “injusta” cuando se obtiene por violencia, clandestinamente o en
virtud de un precario, cuando el que tiene una cosa que se le había
concedido en uso, casi como decir que se le había prestado, se niega a
devolverla al poseedor original. Adicionalmente se denomina de buena fe a
aquella posesión en la que el poseedor cree que tiene el derecho a la
posesión y de mala fe a aquella en la que el poseedor sabe que no tiene el
derecho a la posesión y aun así decide tomarla, un excelente ejemplo de
esto sería un ladrón que como habíamos dicho antes puede perfectamente
ser el poseedor de una cosa, pero se clasificara como una posesión de mala
fe. El poseedor de buena fe tiene varios beneficios; con el transcurso del
tiempo él puede obtener el derecho real de propiedad sobre la cosa por
medio de la usucapión. Adicionalmente él puede gozar de los frutos de la
cosa hasta que el verdadero dueño reclame la cosa que el poseedor posee,
tiene también el derecho a los gastos necesarios que tuvo que hacer para
conservar la cosa e inclusive puede retener bajo su posesión a la cosa hasta
que le sean pagados dichos gastos. Por otro lado, el poseedor de mala fe
jamás podrá convertirse en el propietario de la cosa y se encontrará
obligado a devolver todos los frutos de la cosa, solo tenía derecho a
recuperar los gastos necesarios. Cualquier poseedor podía pedir la
protección posesoria por medio de los interdictos, sin importar si era un
poseedor de buena o mala fe, siempre y cuando no hubiera obtenido la cosa
injustamente, es decir violentamente, clandestinamente o en precario.
La Protección Posesoria
El poseedor contaba con interdictos, que eran un procedimiento
judicial, cuyo objetivo era atribuir la posesión de una cosa a una
determinada persona, para obtener la protección de su posesión frente a la
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posibilidad de que fueran despojados. Existían dos tipos de interdictos,
aquellos que se usaban bajo la amenaza al poseedor de despojarlo de su
cosa, es decir que se usaban para retener la posesión, denominados
interdicta retinendae possessionis y aquellos que se usaban después de que
el despojo ya había pasado, es decir que se usaban para recuperar la
posesión, denominados interdicta recuperandae possessionis. Dentro del
grupo de interdicta retindae possessionis, que eran los interdictos para
conservar la posesión, encontramos dos interdictos. Existía uno referente a
los bienes inmuebles denominado el interdicto uti possidetis que buscaba
conservar la posesión de los bienes inmuebles del poseyente actual del
bien, sin embargo, aquellos poseedores que consiguieron el bien inmueble
de forma viciosa o injusta no podrían utilizar este interdicto y el pretor le
ordenaría regresar el bien inmediatamente. El segundo Interdicto que
encontramos dentro de los retindae possessionis es el Interdicto utrubi que
se usaba para conservar los bienes muebles. Se le otorgaba el objeto al
litigante que hubiera poseído el objeto por más tiempo en el último año. Al
igual que los primeros interdictos los interdicta recuperandae possessionis,
que son aquellos usados para recuperar un bien, existen varios interdictos.
El primero es el interdicto unde vi que se usaba para recuperar la posesión
en casos en los que el poseedor había sido despojado por la fuerza, y este
puede ser de dos formas, el regular que viene siendo el vi o el vi armata
que es cuando fue despojado por hombres armados. El siguiente es el
interdicto de precario que lo otorgaba el magistrado para pedir la
restitución de una cosa mueble o inmueble que se había dado en precario
cuando el precarista se negaba a devolverla. El magistrado ordenaba al
precarista que devolviera la cosa. Finalmente tenemos el interdicto de
clandestina possessione que se daba contra la desposesión oculta y
maliciosa de un inmueble. Todos los edictos mencionados anteriormente no
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pueden ser utilizados si se ha obtenido la posesión de forma injusta o
viciosa.
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Conclusión
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legales relacionados con los derechos reales, dictaba las limitaciones que
tenían estos derecho y lo más importante es que ofrecía soluciones a los
problemas o altercados que podían ocurrir entre los ciudadanos cuando se
peleaban por decidir quién tenía que derecho sobre cualquier objeto, por
ejemplo creo los interdictos para proteger al poseedor del despojo y creo
también leyes para proteger al propietario bonitario de cualquier acto
malicioso del propietario quiritario. La legislación romana ofrecía una
salida a todos esos problemas y al mismo tiempo establece como se
obtienen los beneficios de los derechos reales. Un ejemplo clave de esto es
la usucapión que determinaba que se le otorgaría el derecho de propiedad
sobre un objeto a aquel que lo ha poseído por un año si es un bien mueble y
dos años si es un bien inmueble y si el verdadero dueño no aparece y por lo
tanto no se opone a esto. En fin la conclusión más importante que se puede
sacar después de entender este tema es que la legislación ofrece salidas
para todo problema y siempre, desde los tiempos romanos, las leyes han
otorgado a los ciudadanos derechos y obligaciones en los cuales se ha
basado nuestra legislación actual y cuyo objetivo siempre es el bienestar
común.
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Referencia Bibliográfica
-Morineau Iduarte, Marta, and Román Iglesias Gonzales, 1998, Derecho Romano. 4ta
edición. Mexico: Oxford.
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