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Primera imagen CERO presentación

¿Cómo resignificó nuestras prácticas docentes el escenario inédito


que transita/ó la Educación en contexto del ASPO?

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Guión
Buenas tardes profesoras, personal no docente y compañeros. Para dar
inicio a esta ponencia sobre la trayectoria de nuestra experiencia queremos
expresar que la misma ha sido extensa, compleja y no sin dificultades. Ya que
fue atravesada por situaciones extraordinarias. A su vez, consideramos que
cada aspecto y momento de la misma nos sirvió para enriquecer nuestros
conocimientos y afirmar nuestra decisión de ser docentes.

Introducción - Contextualización

Apenas iniciaba el año lectivo 2020, la pandemia de Covid-19 en Argentina


obligó al Gobierno nacional y, en concordancia con ellos a los gobiernos
provinciales, a decretar el aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO)
en todo el país resultando en la suspensión de las clases presenciales por un
tiempo indefinido.
La Práctica Profesional IV, al igual que las demás unidades curriculares,
estuvo atravesada por las dificultades que trajo aparejado el contexto del
ASPO. Una situación inédita para la cual el sistema educativo en general no
estaba preparado. En ese marco, se asumió el desafío institucional de
desarrollar la materia adecuando las experiencias de práctica docente a los
requerimientos de la enseñanza mediada por las TICs y a las múltiples
manifestaciones del contexto de aislamiento, una decisión académica, ética y
política, un desafío tanto para nosotros, los alumnos, como para los docentes
responsables de este espacio curricular. Quedando así en evidencia la falta
de experiencias y de herramientas de formación para afrontar tan compleja
situación.

En este sentido, durante el primer cuatrimestre, tuvimos que ser pacientes a


la espera de resoluciones ministeriales y decisiones institucionales de cómo
proceder con las actividades académicas en este contexto donde la
cotidianeidad y la presencialidad en las aulas no era posible.
Imagen 1 COLLAGE
Pero, para dar cuenta de nuestro proceso de práctica docente, debemos
remitirnos primeramente a las experiencias docentes presenciales que
realizamos durante el período lectivo 2019, las mismas, desde nuestro punto
de vista, fueron una herramienta fundamental para poder afrontar esta
experiencia de la virtualidad. Durante aquel ciclo lectivo, con todos nuestros
aciertos y errores, pudimos aprender e incorporar una importante cantidad de
habilidades pertinentes a la profesión que, a nuestro parecer, nos posibilitaron
desenvolvernos de la mejor manera posible en tanto a la planificación de una
clase con todas sus instancias, en tanto a la importancia de la continuidad en
una unidad didáctica, en tanto a la creatividad, construcción y selección de
material propio, solo por mencionar algunos ejemplos que podemos brindar.

En lo referente a la reflexión de la Práctica Profesional transcurrida en el


presente año lectivo (2020-2021), la misma nos demanda, luego de atravesar
sentimientos y actividades inéditas en el sistema educativo en general, pero
particularmente en nuestra experiencia. la necesidad de resignificar nuestras
prácticas, de indagar críticamente aquello a lo que “estábamos
acostumbrados”, para habilitar otras miradas y estrategias como docentes.
Imagen 2 Hombre encrucijada
Nuestro lugar como Estudiantes - Practicantes / Docentes - Practicantes
Marta Aiello (2011) con respecto a la Formación Docente sostiene que es
“como un desarrollo personal que consiste en la búsqueda y adquisición de
una cierta forma para ejercer un trabajo, un oficio, una profesión (..) un trabajo
de sí mismo y sobre sí mismo (...)”, la práctica docente es percibida, de
alguna manera, como “ni-ni” “ni capitán, ni marinero”, lo que remite
indudablemente al lugar de indeterminación, irresolución en el que nos
encontramos como residentes “(...) situación de carencia respecto a una
posición a la que aspira, la de docente, a la vez que se ratifica una posición
previa, que se está abandonando, la de alumno [...] Es una búsqueda de
reconocimiento del sujeto practicante en su conflictividad, en la tensión que
implica una transición (Edelstein y Coria, 1995). Es así como enfrentamos
diversos espacios, todos al mismo tiempo. Como estudiantes y compañeras
en las clases, como docentes y estudiantes en el aula cuando nuestras
docentes formadoras nos observaban, como docentes frente a las/os
estudiantes, pero como estudiantes de residencia frente a la docente de la
institución (en la primera experiencia). En muchos aspectos estos lugares y
no-lugares, se presentaron como incómodos, pues, por ejemplo, teníamos
responsabilidades frente a las/os estudiantes, y enseñamos los contenidos
fundamentales de la unidad, pero no formábamos parte de las decisiones que
se tomaban con respecto a los exámenes, y mucho menos sobre los
resultados de ellos. O, en cuanto a la decisión de qué contenidos abordar y
cuáles no.
Claro está que asumir el rol docente, y el posicionarse críticamente frente a
ese rol, no se reduce a determinadas habilidades para hablar frente a un
grupo, o a estrategias didácticas o a la correspondencia entre la planificación
y la realidad. Asumir el rol docente implica, y lo hemos experimentado en
estas peculiares pero significativas prácticas, un posicionamiento político:
luchar por los derechos educativos; plantearse direccionalidades y objetivos
vinculados no sólo a la comprensión y al aprendizaje sino a tales derechos;
cuestionar la realidad que nos involucra e involucrar críticamente esa realidad
en la enseñanza que hace a nuestra profesión, siempre pensando en la
educación como un hecho social.
Son estos desafíos fundamentales además de otros desafíos instrumentales,
como elaborar consignas de trabajos prácticos; adquirir experiencia en torno
a la planificación considerando distintas posibilidades de llevar lo pensado a
la acción; practicar la docencia en todas sus dimensiones, que no solo se
trata de la exposición de contenidos teóricos, de la implementación de
estrategias didácticas sin críticas y de muchos otros aspectos. Como dicen
Daniel Feldman y algunos docentes: hay que prepararse para trabajar en
cierto grado de dificultad, de adversidad, y para dar lo mejor de uno/una. De
ello trataremos de dar cuenta en este relato.

2da Y 3ra Etapa de Prácticas 2020


En la segunda etapa de prácticas mediadas por las TICs desarrolladas en
este ciclo lectivo, a raíz de las dificultades de insertarnos en las instituciones
de nivel secundario como lo establece el programa de Prácticas Profesionales
IV, desde la institución se propuso la “ Tutoría entre Pares”. En dicha
propuesta, nosotros como alumnos del último año de la carrera debíamos
fortalecer los contenidos que se desarrollaron en el taller propedéutico para
los alumnos aspirantes al ingreso.
Donde más allá de los objetivos académicos planteados de acuerdo al
programa de ingreso, nuestra tarea fue principalmente de acompañamiento -
Imagen 3 Barquitos/Avioncitos- (hasta el examen de ingreso). La propuesta
se vio atravesada/ determinada por: la escasa participación de los alumnos
debido a diversas situaciones (falta de conectividad, incertidumbre tanto por
la poca certeza con respecto a la fecha de examen y a la modalidad del
cursado a la carrera). En los encuentros virtuales enmarcados por la
planificación de nuestras propuestas, las preguntas más recurrentes al
finalizar alguna actividad, eran sobre nuestra opinión/ experiencia con
respecto a la carrera y el cursado; por lo tanto podemos asegurar que nuestra
tarea fue mayormente de contención y acompañamiento en las dificultades
que ellos iban encontrando. -( FOCOS imagen #4) - En la tercera instancia
de prácticas nos vimos frente a un proyecto de gran envergadura, ambicioso:
la construcción de una “Plataforma digital”. Con el requerimiento de planificar,
preparar y seleccionar material bibliográfico y didáctico como así también
actividades para un grupo clase de ficción.
En una primera instancia parecía sencillo, pero mientras se desenvolvía y
avanzaba el proyecto surgían nuevas situaciones a resolver. Dicha propuesta
no tan solo expuso nuestra capacidad como docentes planificadores y
creadores de material pedagógico propio; sino que también como sujetos que
integran un grupo, en el que el desafío principal fue la organización y
coordinación con nuestros compañeros de cursado. Cada opinión, cada
contribución o aporte a este proyecto merecía su respeto y valorización. El
trabajo en equipo es un desafío, que requiere apertura, solidaridad y esfuerzo
conjunto. Cuanto mayor es el número de integrantes de un grupo de trabajo,
mayores serán las dificultades que aparecerán y en nuestro caso se trató de
26 compañeros.
Retomando ahora el interrogante base nos proponemos responder el mismo
desde el enfoque de la experiencia personal. En acuerdo al decir de Vigotsky
“todo aprendizaje, primero es social y después individual, las tics son
herramientas, no son el fin en sí mismo.
Imagen #5 Personas en tablero de dardo.
Somos seres humanos formandonos para tratar con otros seres humanos y
cada uno de nosotros tiene aspectos particulares de su personalidad y
carácter con los cuales aprender a coexistir. La carga emocional que
conlleva el cursar el último año de la carrera y saber que de estas prácticas
depende el inicio de nuestra experiencia laboral se ve aún más sobrecargado
con la realidad mundial que nos tocó. La pandemia llegó a poner aún más
estrés e incertidumbre a todo este tornado emocional.
Sin dudas la resignificación de nuestras prácticas han llegado para hacernos
comprender en mayor detalle todo lo mencionado y con aún más ahínco el rol
docente. El cual no es meramente enseñar, si no también saber adecuarse a
las situaciones emergentes.

Imagen final DOBLE CERO Clausura del coloquio y saludos.

Bisagra:
Para englobar el significado de nuestra experiencia durante la cursada se nos
ocurrió la palabra bisagra. Esta palabra nos lleva a visualizar lo que el
diccionario describe como un herraje articulado que posibilita el giro de
puertas. Pero ya que nuestro coloquio hace repetida mención al término
resignificación, quisimos también resignificar lo coloquial de la palabra bisagra
para darle un sentido menos literal y más metafórico.
Una bisagra es una herramienta metálica, por ende dura, rígida o poco
maleable. Sin embargo, su función principal es la de permitir el movimiento
para la apertura de un objeto aún más grande que ella misma como lo son
puertas y ventanas. En esta virtualidad nos hemos sentido en ese punto
coyuntura frente a los ingresantes a la carrera y frente a la situación en
general. A los ingresantes les respondimos dudas y curiosidades sobre el
cursado y ante la adversidad tuvimos que saber encontrar un punto de
flexibilización para poder aceptar la nueva realidad y a partir de ella abrirnos a
lo distinto, a lo difícil y a lo desconocido. Nuestro rol bisagra fue lograr
articular la caótica realidad y las ganas de seguir educando. Por eso es que
el término nos pareció adecuado, puesto que viene a ejemplificar de manera
precisa nuestro desempeño en las prácticas profesionales.

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