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El Huevo Cósmico

Supongamos ahora que miramos hacia atrás en el tiempo, que invertimos la dirección de la
expansión universal, como una película que corre hacia atrás. Deberemos, entonces,
imaginarnos a las galaxias aproximándose unas a otras con velocidades conocidas.

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El Cosmos estaría sometido a un proceso de contracción en que todas las galaxias llegarían
a reunirse en un solo punto; como si todo lo que pudiera existir hubiese estado reunido,
alguna vez, en un mismo lugar. Nos habríamos encontrado con el "origen del Universo".

En 1927, el astrónomo belga Georges Édouard Lemaître (1894-1966) sugirió que, en el


tiempo cero, toda la materia y energía del Universo se hallaban comprimidas en una
gigantesca masa cuyo diámetro no rebasaba unos cuantos años luz, a la que Lemaître
llamó el huevo cósmico .

La velocidad V, tal vez constante, con la que se mueve la galaxia debe ser V = Δd/Δt;
siendo Δt el tiempo transcurrido desde el estallido. Despejándolo, tenemos Δt = Δd/V. En
nuestro caso, Δd = r; y, por la ley de Hubble, V = Hr. Entonces

cancelando las r, tenemos que la edad del Universo es, justamente, el inverso de la
constante de Hubble.

El huevo cósmico era inestable y estalló en la más fantástica y espectacular explosión que
es posible imaginar. Los fragmentos de dicha explosión se convirtieron en las galaxias, que
fueron violentamente despedidas en todas direcciones; efecto que aún podemos considerar
como la recesión galáctica, según dramatizaba Lemaître.

El modelo del huevo cósmico, su explosión y sus remanentes, parecía incluir los
razonamientos de Einstein, Friedman y Sitter, así como las observaciones de Slipher,
Hubble y Humason. Aquello fascinaba al astrónomo ruso-americano George Gamow (1904-
1968) quien, con su enorme talento divulgador, impulsaría fuertemente la teoría.

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Durante una conferencia para la estación radiofónica BBC, de Londres, el astrónomo inglés
Fred Hoyle (1915-2001), defensor de una teoría de Universo en Estado Estacionario, que
establece al Universo como estático, siempre igual, sin principio ni final, al referirse a las
teorías expansivas, en forma burlona mencionó una "fantástica", que se atrevía a afirmar
que el Universo nació de una Gran Explosión.
Con el tiempo el tono despreciativo desaparecería, igual que la idea del universo
estacionario, para convertir a la "Gran Explosión" en el nombre de la teoría más popular
sobre el nacimiento del Cosmos. Pero las dudas sobre su realidad permanecerían, e incluso
crecerían. ¿Realmente hubo una gran explosión?

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