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Capítulo VI

LA GLOBALIZACIÓN
Y EL NEOLIBERALISMO

Una vez hecha la presentación de las diferentes fases del proceso his-
tórico por el cual ha transitado el mundo, América Latina, el Ecuador, in-
cluso, una vez ofrecido para la reflexión el cuadro último, que recoge las
opiniones de algunos pensadores, historiadores, académicos de varios paí-
ses sobre las perspectivas del desarrollo mundial, quizás valga la pena de-
tenerse brevemente en la revisión de la última fase, la denominada “globa-
lización”, que se supone es la que vivimos en la actualidad y que ha dado
lugar, como en el cuadro ya se lo sugiere, al neoliberalismo.
Esta etapa surgió como resultado del agotamiento de la denomina-
da fase de oro del capitalismo, la comprendida entre 1940-1979/75; así lla-
mada por Eric Hobsbawm, un afamado historiador y escritor inglés. Esta
fase de oro, como consta en uno de los cuadros anteriores, se inició en un
pequeño pueblo de los Estados Unidos, Bretton Woods, en 1944. En este
lugar se reunieron representantes gubernamentales de la mayor parte de
los países del mundo, a fin de crear un conjunto de organismos interna-
cionales cuyo propósito final era institucionalizar la hegemonía de los Es-
tados Unidos como centro del capitalismo mundial, pues fue el país que
resultó victorioso en la conflagración y surgió como potencia integradora
del capitalismo.
En dicha reunión se crearon el Fondo Monetario Internacional, el
Banco Mundial y, unos meses antes, unos meses después, habían surgido
y surgieron el Plan Marshall, el Plan Truman, el GATT, la OTAN, la Junta
Interamericana de Defensa.
Pues bien, gracias a estos y múltiples otros hechos como el sosteni-
miento de relaciones monetarias fijas y estables entre los distintos países
98 / José Moncada Sánchez

del mundo, el bajo precio del petróleo y de la energía en general, la inmen-


sa inversión para reconstruir las economías de Europa y del Japón, el em-
pleo de la programación económica, la liberación de los países coloniales,
el formidable progreso tecnológico ocurrido entre los años mencionados,
el ascenso del socialismo en los países de la Europa central y del este, las
revoluciones china (1949) y coreana (1945), el surgimiento de zonas de li-
bre exportación, los procesos de redespliegue industrial, la modernización
del sistema de transporte y de comunicaciones, etc., etc. en el mundo se vi-
vió una fase de enorme crecimiento económico que solo empezó a decli-
nar a fines de la década de los 60 comienzos de la de los 70, cuando la re-
construcción económica de Europa y el Japón se había completado y estos
países empezaron a competir con los Estados Unidos en la disputa del
mercado mundial; cuando los factores que antes habían estimulado el cre-
cimiento económico como la presencia de una inmensa masa monetaria
mundial esta vez empezaban a convertirse en obstáculos de consideración
para preservar tales niveles de crecimiento económico.
Es que, al comienzo de la fase de oro y, una vez institucionalizada la
hegemonía norteamericana y acordada la creación del Fondo Monetario
Internacional teniendo como monarca monetario al dólar de los Estados
Unidos, convertida en la moneda oficial de las transacciones comerciales y
financieras internacionales, a este país le fue fácil emitir dólares para fi-
nanciar su presencia en todas partes del mundo, en especial luego de que
en 1971 el gobierno estadounidense del señor Nixon decretó la inconver-
tibilidad oro-dólar.
Gracias a esta continuada y masiva emisión, a Estados Unidos le fue
posible financiar la reconstrucción de las economías europeas y del Japón,
la guerra fría, las guerras de Corea y de Vietnam, la presencia de al menos
unas 3.000 bases militares de los Estados Unidos en todo el mundo, el fi-
nanciamiento del gasto espacial, el alza de los precios del petróleo y el re-
ciclaje de los superávit de los países productores y exportadores del hidro-
carburo, los constantes déficit presupuestario y de la balanza comercial de
los Estados Unidos.
La desvinculación del dólar del oro decretada por el gobierno de Ni-
xon, impulsó mucho más la expansión del crédito bancario internacional
y ello condujo a un exceso de liquidez, hecho que a la vez hizo posible el

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