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| JORNADA DE 21 DÍAS |

Reavívanos
OTRA VEZ

#JornadaDe21Días
Unión Peruana del Norte
      

Editado e impreso por la UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN
en su Centro de Aplicación Editorial Imprenta Unión
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Biblioteca Nacional del Perú N.° 2022-01351

Impreso en el Perú
Printed in Peru

JOB 26792-22 UNIÓN

Febrero 2022
TABLA DE
CONTENIDO
Introducción 5

DÍA 1 La oración y el reavivamiento 7


DÍA 2 El Espíritu Santo y el reavivamiento 14
DÍA 3 El reavivamiento prometido 22
DÍA 4 Requisitos para recibir la lluvia tardía 30

DÍA 5 El reavivamiento y la terminación de la


obra parte 1 38

DÍA 6 El reavivamiento y la terminación de la


obra parte 2 44

DÍA 7 La Reforma es inseparable del


Reavivamiento 50

DÍA 8 El reavivamiento me llevará a sostener


la obra de Dios 57

DÍA 9 El reavivamiento traerá una sincera


vinculación con Cristo y su iglesia 65

DÍA 10 Ser colaboradores con Dios es resultado


del reavivamiento 72

DÍA 11 ¿Por qué Dios emplea a los hombres como los


encargados de distribuir sus recursos? 80
DÍA 12 Una prueba de lealtad 87
DÍA 13 Una cuestión de honradez 95
DÍA 14 El mensaje de Malaquías 102
DÍA 15 Probemos al Señor 109
DÍA 16 Qué hacer con los diezmos atrasados 116
DÍA 17 Los principios de la mayordomía 123
DÍA 18 Ofrendas voluntarias 130
DÍA 19 Viviendo en armonía con las entradas 137
DÍA 20 El único plan para sostener la obra de Dios 145
DÍA 21 Compartiendo los gozos de los redimidos 152

Conclusión 159
INTRODUCCIÓN

No hay duda alguna de que estamos viviendo las últimas horas


de la historia de este mundo, el día del Señor se aproxima y es vital
que se toque la trompeta en Sión (Iglesia) según el libro de Joel, es-
pecialmente el capítulo 2 donde hace un llamado general a todos los
hijos de Dios empezando por los líderes, los dirigentes, los padres,
los hijos, ancianos, niños a volverse al Señor con un arrepentimien-
to genuino de todo corazón y buscar el bautismo del Espíritu Santo
SDUDDV­HVWDUOLVWRV\GDUODSURFODPDFL³QdžQDOGHOWULSOHPHQVDMH
angelical de Apocalipsis 14 y ver la promesa de Mateo 24:14 cumpli-
da aun en nuestros días. “Necesitamos un reavivamiento producido
por el Espíritu de Dios. Cada uno ha de ocuparse en su propia salva-
ción con temor y temblor. Si todos ustedes se apoyan en la Palabra
viva de Dios, creyendo en ella y actuando en armonía con ella, con-
fesando sus pecados con toda humildad y siguiendo a Cristo, vere-
mos entre nosotros mayores resultados de su gran poder”. Sermones
Escogidos 1, 343.3.

Te desafío a participar de esta jornada de 21 días, con el objetivo


de buscar el reavivamiento personal y familiar. Son lecturas cortas
que terminarán llevándote a tomar una decisión personal y a un
compromiso con lo leído cada día.

Este material debe ser leído de modo individual y el responsable


de cada familia debe hacer un resumen de lo leído en el culto fami-
liar cada noche (culto vespertino); generalmente para cada maña-
na ya tenemos estructurado nuestro tiempo y los materiales para
realizar nuestra devoción personal, por lo que no queremos que
agregues otro más y te recargues o reemplaces los que ya tienes por

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este. Es por ello que debes sacar un tiempo durante el día o por las
noches para realizar la lectura de cada día y luego reunir a tu fami-
lia para presentarles la esencia de lo aprendido y tomar la decisión
juntos de ser reavivados.

Por otro lado, es mi deseo que esta jornada sea una oportuni-
dad para levantar el altar familiar por las noches y establecer este
tiempo con tu familia para adorar a Dios y buscar el reavivamiento
deseado y prometido previo a la segunda venida de Jesús.

Tengo la certeza que serás grandemente bendecido si participas


de esta jornada de 21 días con el lema: ¡Reavívanos otra vez! Junto
con tu familia en tu hogar.

Ministerio de Mayordomía Cristiana de la UPN

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La oración
y el reavivamiento
“SI MI PUEBLO SE HUMILLA, Y ORA, Y BUSCA
MI ROSTRO, Y SE ARREPIENTE DE SUS
DÍA 1

CAMINOS MALVADOS, LOS OIRÉ DESDE


EL CIELO Y PERDONARÉ SUS PECADOS Y
RESTAURARÉ EL PAÍS” 2 CRÓNICAS 7:14 NBD

Ŷ6ȣȕȢdzȜȲdzȶȯɂdzȶȽǜǜȕǜȢȲǜǩȆȣȜ
ǯdzǨdzdzȶȯdzȲǜȲȶdzɂȜȲdzǜɍȆɍǜțȆdzȜȽȢŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Los mayores reavivamientos de la historia de la humanidad han


sido el resultado de la intercesión ferviente y la necesidad de ser lle-
nos de su Espíritu. Las chispas del reavivamiento son atizadas en el
altar de la oración. El reavivamiento y la oración están vinculados
indisolublemente. Sin una oración perseverante y prevaleciente, no
hay poder. Elena de White no pudo expresar esta realidad divina de
una manera más clara. “Sólo en respuesta a la oración debe esperarse
un reavivamiento” (Mensajes Selectos, t. 1, p. 141).

La iglesia del Nuevo Testamento estaba sumergida en la ora-


ción. Los creyentes aceptaron la admonición de Jesús de esperar el
cumplimiento de la promesa del Padre (Hech. 1:4). Creyeron que, si
buscaban juntos a Dios, recibirían “poder” cuando el Espíritu Santo
descendiera sobre ellos desde el cielo (Hech. 1:8).

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discípulos, declara: “Todos estos perseveraban unánimes en ora-
ción y ruego” (Hech. 1:14). En respuesta a estas oraciones llenas de
fe, el Espíritu Santo fue derramado poderosamente en el Pentecos-

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tés. Tres mil personas fueron bautizadas en un día. Y el registro de-
clara: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comu-
nión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”
(Hech. 2:42). Estos primeros cristianos se unieron en oraciones que
transformaron al mundo. “Cuando hubieron orado, el lugar en que
estaban congregados tembló” (Hech. 4:31). Los discípulos se dedi-
caban continuamente a la oración (Hech. 6:4), y grandes fueron los
resultados. Por medio de la oración, Pedro fue llevado a la casa de
Cornelio, un gentil, y esto abrió un nuevo panorama a la predicación
del evangelio (Hech. 10:1-33). Cuando la iglesia primitiva se unió en
oración, Dios envió a un ángel del cielo para sacar a Pedro de la
cárcel (Hech. 12:5-19). La oración era parte integral del poder de las
iglesias del Nuevo Testamento.

:: LA ORACIÓN EN EL COMIENZO
DEL MOVIMIENTO ADVENTISTA

La oración también se encontraba en el corazón mismo del mo-


vimiento adventista temprano. Los pioneros del movimiento adven-
tista eran grandes hombres y mujeres de oración, y a veces pasaban
grandes porciones de la noche en oración. Elena de White escribe:
Ŷ(ȶȽȢȶ ȃȢțǨȲdzȶ >ȕȢȶ ȕȈǯdzȲdzȶ ǜǯɍdzȜȽȆȶȽǜȶ@ ȶdz ȐɂȜȽǜǨǜȜ dzȜ
ȜɂdzȶȽȲǜȶȆțȯȢȲȽǜȜȽdzȶȲdzɂȜȆȢȜdzȶȯǜȲǜdzȶǩɂǯȲȆȡǜȲȕǜɍdzȲǯǜǯ
ǩȢțȢ ȶȆ ǽɂdzȲǜ ɂȜ ȽdzȶȢȲȢ dzȶǩȢȜǯȆǯȢ <Ȣ țdz ȲdzɂȜȈ ǩȢȜ dzȕȕȢȶ
ɔ dzȶȽɂǯȆǜțȢȶ ɔ ȢȲǜțȢȶ ǽdzȲɍȆdzȜȽdzțdzȜȽdz ȯȢȲȱɂdz ȶdzȜȽȈǜțȢȶ
ȱɂdz ǯdzǨȈǜțȢȶ ǜȯȲdzȜǯdzȲ ȕǜ ɍdzȲǯǜǯ ǯdz 'ȆȢȶ $ țdzȜɂǯȢ ȜȢȶ
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ȯǜȲǜ ȲdzǩȆǨȆȲ ȕɂə ɔ dzȶȽɂǯȆǜȲ ȕǜ 3ǜȕǜǨȲǜ $ȕ ǜɔɂȜǜȲ ɔ ȢȲǜȲ
ȲdzǩȆǨȈǜțȢȶǾȲǜȜȯȢǯdzȲŷ Cada día con Dios,ȯ 

Elena de White animaba constantemente a estos primeros ad-


ventistas a buscar a Dios en oración.
Ŷ/ǜȶțǜɔȢȲdzȶɍȆǩȽȢȲȆǜȶǾǜȜǜǯǜȶȯǜȲǜȕǜǩǜɂȶǜǯdz'ȆȢȶȜȢȶȢȜ
ȲdzȶɂȕȽǜǯȢ ǯdz ǩȢțȯȕȆǩǜǯǜȶ ǯȆȶǩɂȶȆȢȜdzȶ ǜțȯȕȆǜȶ ǽǜǩȆȕȆǯǜǯdzȶ
dzɓȽdzȜȶǜ ȆȜǽȕɂdzȜǩȆǜ Ȣ ǜǨɂȜǯǜȜǩȆǜ ǯdz ȲdzǩɂȲȶȢȶ ȶdz ȢǨȽȆdzȜdzȜ
dzȜȕǜǩǝțǜȲǜǯdzǜɂǯȆdzȜǩȆǜǩȢȜ'ȆȢȶǩɂǜȜǯȢǩȢȜǽdzǽdzȲɍȆdzȜȽdz
ɔ ǜǾȢȜȆəǜȜȽdz ȕȢȶ ȃȢțǨȲdzȶ ȶdz ǜȶdzȜ ǯdz ȶɂ ǨȲǜəȢ ȯȢǯdzȲȢȶȢŷ
(Obreros evangélicos, p. 273).

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Al creer que la segunda venida de Cristo era inminente, estos pri-
meros adventistas humillaban su corazón, confesaban sus pecados
e intercedían por sus familiares, por sus amigos y por las comuni-
dades. Hay un grado elevado de certidumbre en relación con el rea-
vivamiento genuino. La oración inicia el reavivamiento. La oración
sostiene el reavivamiento. La oración alimenta el reavivamiento y la
oración sigue al reavivamiento.

Un promotor del reavivamiento, Leonard Ravenhill, lo expresó


de este modo: “Sin excepción, todos los reavivamientos verdaderos
del pasado comenzaron luego de años de intercesión agonizante.
El secreto del reavivamiento verdadero en nuestros días es toda-
vía el mismo”. Uno de los momentos más dramáticos de la historia
reciente es la caída del muro de Berlín. Pocos saben del poderoso
movimiento de oración que condujo a los extraordinarios eventos
del 9 de noviembre de 1989 en Berlín oriental. En 1982, Christian
Führer, un joven ministro alemán de Leipzig, abrió las puertas de
su iglesia cada lunes de noche, para orar y discutir sobre la libertad.
Estas sesiones de oración fueron creciendo hasta que un lunes de
noche, en octubre de 1989, ocho mil personas se aglomeraron en la
iglesia. Varios miles más se reunieron a las afueras de la iglesia de
Nikolai. Un movimiento a favor de la libertad nacional nació en la
cuna de la oración. Decenas de millares de personas, en pueblos y
ciudades a lo largo de Alemania oriental, se unieron a los interceso-
res de Leipzig. En aquel lunes de noche de octubre, casi un millón
de personas oraban por la libertad. Veinte años después de la caída
del muro de Berlín, hablando acerca de la necesidad absoluta de la
intercesión ferviente, el pastor Christian Führer declaró: “Sabíamos
que si parábamos de orar no habría esperanza alguna de cambio en
Alemania” (Prayer end the Berlín Wall [La oración y el muro de Berlín], 12
de febrero de 2009).

Un exfuncionario del Gobierno comunista, que trabajaba para el


Stasi (la policía secreta de Alemania oriental), dio este maravilloso
testimonio: “Estábamos listos para cualquier cosa, excepto velas y
oración”. El muro de Berlín no pudo resistir ante el sonido de las
oraciones del pueblo de Dios, unido con el propósito de buscarlo
fervientemente.

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Elena de White declara una verdad similar sobre el poder de la
oración:

Ŷ$ȕȶȢȜȆǯȢǯdzȕǜȢȲǜǩȆȣȜǽdzȲɍȆdzȜȽdzȽȢǯǜȕǜȃɂdzȶȽdzǯdz6ǜȽǜȜǝȶ
ȽȆdzțǨȕǜŷ Testimonios para la iglesia,Ƚȯ 

La oración marca una diferencia. La oración intercesora es pode-


rosa. Al igual que el muro de Berlín cayó cuando el pueblo de Dios
oró, los muros que nos impiden tener una experiencia íntima con Je-
sús caerán cuando se lo roguemos a Dios. Los muros que impiden el
reavivamiento poderoso que Dios anhela enviar a su iglesia se des-
moronan ante el sonido de la intercesión ferviente. Los muros del
orgullo, el prejuicio, la ira, la amargura, la lascivia, la complacencia,
la tibieza y el materialismo ceden ante el movimiento del Espíritu
Santo expresado en la oración.

La oración es absolutamente necesaria para que ocurra un rea-


vivamiento. A. T. Pierson hace esta observación atinada: “Desde el
día de Pentecostés, no ha habido un despertar espiritual en lugar
alguno que no haya comenzado con una unidad en la oración. Aun-
que fuese entre dos o tres, ningún movimiento externo de avance
ha continuado después de que las reuniones de oración han decli-
nado” (citado en Arthur Wallis, In the Day of Thy Power [En el día de tu
poder], p. 112).

En la oración, humillamos nuestro corazón ante Dios, reconocien-


do nuestra dependencia total de él. En la oración, nos unimos a David
para implorar: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un
espíritu recto dentro de mí” (Sal. 51:10). Confesamos con Daniel: “No
obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes
que él puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas”
(Dan. 9:10). Clamamos con Pablo: “¡Miserable de mí!, ¿quién me librará
de este cuerpo de muerte?” Y con el apóstol, en oración, nuestra fe se
aferra a las promesas de Dios y, con gozo, exclamamos: “Gracias doy a
Dios, por Jesucristo Señor nuestro” (Rom. 7:24, 25).

/DRUDFL³QDEUHQXHVWUDYLGDDOSRGHUSXULdžFDGRUGH'LRV'X-
rante la oración, el Espíritu Santo nos hace una radiografía del alma.

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Percibimos pecados ocultos y defectos de carácter que impiden que
seamos los testigos poderosos que él desea que seamos. La oración
nos conduce a una relación íntima con Jesús. En la oración, abrimos
nuestra mente a la conducción del Espíritu Santo. Buscamos su sa-
biduría, no la nuestra.

:: LA ORACIÓN Y EL GRAN CONFLICTO

/D RUDFL³Q HV HO DUPD SDUD YHQFHU ORV SRGHUHV GHO LQdžHUQR Ŷ/DV
armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para
la destrucción de fortalezas” (2 Cor. 10:4). Por medio de la oración, da-
mos permiso a Dios para que obre poderosamente en nuestro favor. A
medida que oramos, Dios derrama su Espíritu sobre nosotros. Pode-
PRVWHQHUDEVROXWDFRQdžDQ]DHQTXHFXDQGRYHQLPRVD'LRV©ORLU¡
nuestras peticiones, y mucho más cuando pedimos su Santo Espíritu.

:: LA VIDA DE ORACIÓN DE JESÚS

Jesús es nuestro gran modelo de intercesión. Era su costumbre


retirarse a un lugar apartado para orar. Buscaba a Dios y le pedía for-
taleza para enfrentar los desafíos del día. Rogaba a su Padre que le
diera fuerzas para vencer las tentaciones de Satanás. El Evangelio de
Marcos registra uno de los momentos de oración de Jesús en la ma-
drugada con estas palabras: “Levantándose muy de mañana, siendo
aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Mar.
1:35). Si Jesús, el divino Hijo de Dios, entendía que necesitaba orar,
¿no necesitaremos nosotros orar mucho más en nuestra vida? Jesús
reconocía que el poder espiritual interior proviene de la oración. El
Evangelio de San Lucas registra los hábitos de Jesús respecto de la
oración: “Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba” (Luc. 5:16).
El Salvador renovaba diariamente su relación con su Padre por me-
dio de la oración. Una vida de oración le dio a Jesús el valor y la for-
taleza para enfrentar la tentación. Salía de estas sesiones de oración
con frescura espiritual y una determinación más profunda de hacer
la voluntad del Padre. Si Jesús, el divino Hijo de Dios, necesitaba pa-
VDUWLHPSRHQODSUHVHQFLDGH'LRVSDUDYHQFHUODVdžHUDVWHQWDFLRQHV
de Satanás, ciertamente nosotros necesitamos, con mayor urgencia
aún, pasar tiempo en la presencia de Dios.

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Jesús nunca estaba demasiado ocupado como para no orar. Su
agenda no estaba tan llena como para no poder dedicar tiempo a su
Padre en comunión. Nunca tenía tanto que hacer que tuviera que
entrar y salir apresuradamente de la presencia de su Padre. Jesús
salía de estos momentos íntimos con Dios con nueva fuerza espi-
ritual. Estaba lleno de poder porque dedicaba tiempo a la oración.

R. A. Torrey lamenta el ajetreo del cristianismo de hoy, que a me-


nudo resulta tan falto de poder. Él declara: “Estamos demasiado ocu-
pados para orar y, por lo tanto, estamos demasiado ocupados como
para tener poder. Tenemos una gran cantidad de actividades pero
logramos poco; muchos servicios, pero pocas conversiones; mucha
maquinaria, pero pocos resultados”.

Elena de White concuerda:

Ŷ0ɂǩȃȢȶǜɂȜdzȜȶɂȶțȢțdzȜȽȢȶǯdzǯdzɍȢǩȆȣȜȜȢȲdzǩȆǨdzȜȕǜǨdzȜ-
ǯȆǩȆȣȜǯdzȕǜɍdzȲǯǜǯdzȲǜǩȢțɂȜȆȣȜǩȢȜ'ȆȢȶ(ȶȽǝȜǯdzțǜȶȆǜǯȢ
ǜȯɂȲǜǯȢȶ&ȢȜȯǜȶȢȶȯȲdzȶɂȲȢȶȢȶȯdzȜdzȽȲǜȜdzȜȕǜǜțȢȲȢȶǜȯȲdz-
ȶdzȜǩȆǜǯdz&ȲȆȶȽȢɔȶdzǯdzȽȆdzȜdzȜȽǜȕɍdzəɂȜțȢțdzȜȽȢǯdzȜȽȲȢǯdz
dzȶdz ȲdzǩȆȜȽȢ ȶǜǾȲǜǯȢ ȯdzȲȢ ȜȢ dzȶȯdzȲǜȜ ȶɂ ǩȢȜȶdzȐȢ 1Ȣ ȽȆdzȜdzȜ
ȽȆdzțȯȢȯǜȲǜȯdzȲțǜȜdzǩdzȲǩȢȜdzȕǯȆɍȆȜȢ0ǜdzȶȽȲȢ9ɂdzȕɍdzȜǩȢȜ
ȶɂȶȯȲdzȢǩɂȯǜǩȆȢȜdzȶǜȕȽȲǜǨǜȐȢŷ /ǜ(ǯɂǩǜǩȆȣȜȯ 

El hecho es que no podemos enfrentar al diablo con nuestras


propias fuerzas. La oración es la respuesta. Por medio de la oración,
Dios nos sumerge en su presencia y en su poder. Por medio de la
oración, toca los corazones de nuestros seres amados. Armados de
ODRUDFL³QSRGHPRVHQIUHQWDUDOHQHPLJRHQHOWLHPSRGHOdžQ6LQ
oración constante, no podremos vivir en santidad durante el tiem-
SRGHOdžQ&XDQGRVHTXHEUDQWDQXHVWUDFRQH[L³QFRQ'LRVQXHVWUR
poder, que viene de Dios, se interrumpe. Cuando hay poca oración,
hay poco poder. La oración es nuestro humilde reconocimiento de
que no podemos vivir la vida cristiana sin “sus” fuerzas. Es la admi-
sión de nuestra incapacidad para enfrentar solos las tentaciones de
Satanás. Por medio de la oración, somos más que capaces de recha-
zar las tentaciones de Satanás. El diablo no puede vencer al hijo de
Dios que ora y confía.

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De rodillas, en ruego a Dios, experimentaremos milagros. Vere-
mos la mano de Dios de un modo milagroso. Tal como Jesús, sal-
dremos de estos encuentros de oración refrescados y vigorizados.
Sentiremos que Dios obra por medio de nuestras oraciones para
transformar también la vida de los que nos rodean.
¿Desea vivenciar una nueva experiencia espiritual? ¿Está cansa-
do de la complacencia espiritual? ¿Anhela un reavivamiento espiri-
tual en su vida, familia e iglesia? Recuerda esta promesa de Jesús:
“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vues-
tros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo
a los que se lo pidan?” (Luc. 11:13).

MI DECISIÓN

Considerando que no hay reavivamiento sin una vida de oración,


hoy decido separar en mi agenda diaria un tiempo exclusivo para la
oración. Le abriré mi corazón a Dios y hablaré con él como a un amigo,
donde pueda confesar mis faltas y alcanzar su perdón. Decido usar esta
arma poderosa en mi vida todos los días.

MI COMPROMISO

Me comprometo a no descuidar la oración y ayudar a mi familia a


buscar el reavivamiento en sus vidas mediante este hábito. Ayúdame
Señor a perseverar y a ser consecuente con este compromiso toda la
vida y a no cesar hasta ver tu gloria.

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El Espíritu Santo
y el reavivamiento
“NO VENCERÁS CON EJÉRCITO,
DÍA 2

NI USANDO TU FUERZA, SINO SÓLO CON MI


ESPÍRITU, DICE EL SEÑOR TODOPODEROSO”
ZACARÍAS 4:6 NBD

Ŷ(ȕǨǜɂȽȆȶțȢǯdzȕ(ȶȯȈȲȆȽɂ6ǜȜȽȢȽǜȕǩȢțȢdzȜdzȕǯȈǜǯdz
3dzȜȽdzǩȢȶȽǴȶǩȢȜǯɂǩȆȲǝǜɂȜȲdzǜɍȆɍǜțȆdzȜȽȢ
ǯdzȕǜȲdzȕȆǾȆȣȜɍdzȲǯǜǯdzȲǜɔǜȕǜȲdzǜȕȆəǜǩȆȣȜ
ǯdzțɂǩȃǜȶȢǨȲǜȶțǜȲǜɍȆȕȕȢȶǜȶŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Un reavivamiento espiritual genuino es la obra del Espíritu Santo.


No podemos reavivarnos a nosotros mismos. Solo el Espíritu Santo
puede producir un reavivamiento. Guiada por su don profético, Ele-
na de White escribió lo siguiente: “Un reavivamiento de la verdadera
piedad entre nosotros es la mayor y más urgente de todas nuestras ne-
cesidades. Debemos tener la santa unción de Dios, el bautismo de su
(VS­ULWXSRUTXHHVWHHVHOºQLFRDJHQWHHdžFLHQWHHQODSURPXOJDFL³Q
de la verdad sagrada. El Espíritu de Dios es el que dispone las faculta-
des muertas del alma para que aprecien las cosas celestiales, y atrae
los afectos hacia Dios y la verdad” (Gospel Workers, ed. 1892, p. 370).

Es absolutamente vital entender quién es el Espíritu Santo y


cómo obra, si hemos de experimentar el reavivamiento verdadero.
El concepto falso del Espíritu Santo como un poder o una fuerza úni-
camente puede llevar a la exaltación propia: “Miren cuánto poder
tengo”. Por contraste, el concepto correcto del Espíritu Santo como
la tercera Persona de la Deidad nos lleva a rendirnos a su voluntad.

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Desgraciadamente, muchos cristianos, en iglesias de todo el
mundo, no tienen una comprensión clara de quién es el Espíritu
Santo o cuál es su obra en sus vidas. El Dr. Bill Bright, el fundador y
H[SUHVLGHQWHGH&DPSXV&UXVDGHIRU&KULVW>&UX]DGDXQLYHUVLWDULD
SRU&ULVWR@VH±DODTXHVXRUJDQL]DFL³QKDHQFXHVWDGRDŶPLOHVGH
cristianos en iglesias alrededor del mundo” y, tristemente, “cerca de
un 95 por ciento de los encuestados indica que tiene poco conoci-
miento acerca de quién es el Espíritu Santo o por qué existe”.

A. W. Tozer escribe: “La idea que el miembro de iglesia tiene


acerca del Espíritu es tan vaga que casi no existe”. La enseñanza de
Jesús sobre el Espíritu Santo en los evangelios es clara como el cris-
tal. Pero, para el cristiano promedio, según Tozer, esta idea es vaga
o casi inexistente.

¡Qué tragedia! Entender la enseñanza de la Biblia acerca del Es-


píritu Santo es absolutamente vital para el desarrollo de la vida cris-
tiana y sobre todo para el reavivamiento en nuestras vidas.

En su libro The Secret: How to Live with Purpose and Power >(O VH-
FUHWR&³PRYLYLUFRQSURS³VLWR\SRGHU@HO'U%ULJKWFRPSDUWHVXV
convicciones más profundas acerca de la vida cristiana en estas pa-
labras: “Estoy personalmente convencido de que si los cristianos de
hoy entendieran mejor las enseñanzas básicas de la Biblia sobre el
Espíritu Santo y lo invitaran a derramar su poder en sus vidas cada
día, experimentarían gozo y satisfacción personal sin precedentes.
Más aún, nuestro testimonio verbal y no verbal a favor de Jesucristo
arrasaría el mundo” (p. 34).

¿Quisiera usted experimentar una relación personal sin prece-


dentes con Dios? ¿Le gustaría recibir el poder sobrenatural de Cristo
para vivir una vida cristiana victoriosa? ¿Le gustaría ser un testigo
poderoso a favor de Jesús en el mundo? Entender quién es el Espí-
ritu Santo y recibirlo en su vida es la clave para una vida cristiana
satisfactoria.

| 15 |
:: ¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO?

La Biblia contiene tres textos sencillos del Nuevo Testamento


que describen el Trío divino que compone la Deidad.
Ninguno de estos pasajes sugiere que un miembro de la Dei-
dad sea inferior o de menor valor que el otro. El último mandato
de nuestro Señor a sus discípulos fue: “Por tanto, id, y haced discí-
pulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mat. 28:19). Cuando los creyentes
del Nuevo Testamento se hicieron cristianos, entraron en una co-
munión divina, una integración celestial con el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo.
En Efesios 2:18, el apóstol Pablo describe la unidad de propósito
de la Deidad con estas palabras: “Por medio de él los unos y los otros
tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre”; y el apóstol des-
cribe la unidad de la Deidad en Hebreos 10:9 al 15 en términos de tres
DFFLRQHV(O3DGUHGHFLGHHO+LMRREUD\HO(VS­ULWX6DQWRWHVWLdžFD
El Espíritu Santo es la tercera persona de la deidad, es tan real,
tan divina Persona, tan miembro de la Deidad como el Padre y el
+LMR(O(VS­ULWX6DQWRQRHVXQDLQLJXHQFLDQHEXORVDTXHHPDQDGHO
Padre. No es una fuerza impersonal, algo que apenas puede recono-
cerse; ni tampoco un principio invisible de vida.

:: EL ESPÍRITU SANTO ES DIVINO

LeRoy E. Froom, en su libro La Venida del Consolador, lo expresa


GHHVWDPDQHUDŶ-HVºVIXHODSHUVRQDP¡VQRWDEOHHLQLJX\HQWHTXH
jamás existiera en este viejo mundo; y el Espíritu Santo vino a llenar
su lugar vacante. Nadie sino una persona divina podía tomar el lu-
JDUGHVXSHUVRQDPDUDYLOORVD-DP¡VXQDPHUDLQLJXHQFLDKXELHUD
VLGRVXdžFLHQWHŷ pp. 37, 38).

Elena de White ofrece esta aclaración:


Ŷ+ǜɔ ȽȲdzȶ ȯdzȲȶȢȜǜȶ ɍȆɍȆdzȜȽdzȶ dzȜ dzȕ ȽȲȈȢ ǩdzȕdzȶȽȆǜȕ dzȜ dzȕ
ȜȢțǨȲdz ǯdz dzȶȽȢȶ ȽȲdzȶ ǾȲǜȜǯdzȶ ȯȢǯdzȲdzȶ dzȕ 3ǜǯȲdz dzȕ +ȆȐȢ ɔ
dzȕ (ȶȯȈȲȆȽɂ 6ǜȜȽȢ ȶȢȜ ǨǜɂȽȆəǜǯȢȶ ȕȢȶ ȱɂdz ȲdzǩȆǨdzȜ ǜ &ȲȆȶȽȢ
țdzǯȆǜȜȽdzȕǜǽdzɔdzȶȢȶȯȢǯdzȲdzȶǩȢȕǜǨȢȲǜȲǝȜǩȢȜȕȢȶȶɃǨǯȆȽȢȶ
ȢǨdzǯȆdzȜȽdzȶǯdzȕ&ȆdzȕȢdzȜȶɂȶdzȶǽɂdzȲəȢȶȯȢȲɍȆɍȆȲȕǜȜɂdzɍǜɍȆǯǜ
dzȜ&ȲȆȶȽȢŷ El Evangelismo,ȯ 

| 16 |
El Espíritu Santo vino con la plenitud del poder divino a los pri-
meros discípulos en Pentecostés. El plan del Cielo es que el Espíritu
Santo venga con la plenitud del poder divino sobre todo creyente.

En los capítulos 14 al 16 del Evangelio de Juan, Jesús describe el


ministerio del Espíritu Santo con detalle. Estas son, probablemente,
algunas de sus palabras más importantes. Sus enseñanzas sobre el
Espíritu Santo pueden transformar la vida.
Nunca exageraremos la importancia de esta tremenda verdad
respecto del Espíritu Santo. He aquí las palabras del propio Jesús: “Y
yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vo-
sotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no pue-
de recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis,
porque mora con vosotros, y estará en vosotros” (Juan 14:16, 17).

En los siglos precedentes, el Espíritu Santo siempre guio a su


pueblo hacia la victoria, así lo dice Zacarías 4:6 “No vencerás con
ejército, ni usando tu fuerza, sino sólo con mi Espíritu, dice el Señor
7RGRSRGHURVRŷHO(VS­ULWX6DQWRKDE­DHVWDGRFRQORVFUH\HQWHVdžH-
les; pero, desde el Pentecostés en adelante, el propósito de Dios era
que estuviese “en nosotros”. Esta es una realidad divina. No se trata
de palabras religiosas agradables. El mundo cree lo que ve. Vivimos
en un mundo en el que ver es creer. Los hombres y las mujeres del
siglo XXI descartan lo sobrenatural. Si no pueden tocarlo, si no pue-
GHQFXDQWLdžFDUORHQWRQFHVQRH[LVWH

Para una persona secularizada, pensar que el Espíritu Santo


mora en la vida del creyente es algo ridículo. Es total insensatez.
Pero, esto es precisamente lo que Jesús dice. Lo que el mundo no
entiende ni puede captar, los cristianos lo captan por la fe.

Las dos primeras Personas de la Deidad, el Padre y el Hijo, hacen


su residencia en nuestro corazón por medio del tercer miembro de
la Deidad: el Espíritu Santo.
Ya no somos huérfanos. No somos como un niño abandonado.
Al revelar su presencia personal por medio del Espíritu Santo, Je-
sús nos asegura: “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros” (Juan
14:18).

| 17 |
Piénselo. Es verdaderamente maravilloso. Nuestra unión actual
con Jesús, por medio del Espíritu Santo, puede ser más estrecha que
si hubiéramos sido uno de sus discípulos hace dos mil años. Podemos
tener, hoy, una relación más íntima con Jesús, por medio de su Santo
Espíritu, que la que tenían sus seguidores antes del Pentecostés.

Elena de White añade:


Ŷ/ǜȢǨȲǜǯdzȕ(ȶȯȈȲȆȽɂ6ǜȜȽȢdzȶȆȜțdzȜȶɂȲǜǨȕdzțdzȜȽdzǾȲǜȜǯdz
'dz dzȶȽǜ )ɂdzȜȽdz dzȶ ȱɂdz ȕȕdzǾǜȜ dzȕ ȯȢǯdzȲ ɔ ȕǜ dzǽȆǩȆdzȜǩȆǜ ǜȕ
ȢǨȲdzȲȢǯdz'ȆȢȶɔdzȕ(ȶȯȈȲȆȽɂ6ǜȜȽȢdzȶdzȕ&ȢȜȶȢȕǜǯȢȲǩȢțȢȕǜ
ȯȲdzȶdzȜǩȆǜȯdzȲȶȢȜǜȕǯdz&ȲȆȶȽȢǜȕǜȕțǜŷ Review end Herald, ǯdz
ȜȢɍȆdzțǨȲdzǯdz 

¿Cuál es la obra del Espíritu Santo tan inmensurablemente gran-


de en la vida de los seguidores de Cristo? ¿Qué desea hacer este don
celestial en la vida de cada seguidor de Cristo? ¿Qué anhela hacer
Jesús, por medio del Espíritu Santo, en su vida?

:: EL ESPÍRITU SANTO ES
NUESTRO AYUDADOR PERSONAL

En Juan 14:16, Jesús declaró: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Con-


solador, para que esté con vosotros para siempre”. En Juan 16:7, el Maes-
tro añade: “Si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si
me fuere, os lo enviaré”.
El Nuevo Testamento fue escrito en griego. La palabra traduci-
da “ayudador” es la palabra parakletos. Esta es una palabra mara-
YLOORVD6LJQLdžFDOLWHUDOPHQWHŶOODPDGRDHVWDUMXQWRDDOJXLHQSDUD
ayudar”. Algunas traducciones emplean la palabra “abogado”. Un
abogado, tal como hoy, era un asistente legal en el sistema judicial
romano, que ayudaba a las personas en un proceso legal.

Según León Morris, en su comentario sobre el Evangelio de


Juan: “Un parakletos, o ‘abogado’, es cualquier amigo dispuesto a
actuar para ayudar en un momento de necesidad legal” (p. 665). Un
parakletos es aquel que está a nuestro lado siempre, trayendo alivio,
instruyéndonos, fortaleciéndonos, guiándonos y llenando nuestro
futuro de esperanza.

| 18 |
¿Ha estado usted alguna vez cerca de alguien que ha sido golpea-
do por la tragedia y el dolor, y sin embargo parecía irradiar una paz
sobrenatural en medio de su tristeza? Es muy probable que el Espí-
ritu Santo, el Amigo que trae alivio y consuelo a todos los creyen-
tes, more en su corazón. El Espíritu Santo no nos libra de nuestros
dolores pero, en medio de nuestro dolor, tenemos a Uno que está a
nuestro lado, un Amigo que nos da la paz que sobrepasa todo enten-
dimiento. El Espíritu Santo es nuestro Consolador personal, quien
puede darnos fuerza sobrenatural, valor y paz cuando todo parece
desplomarse a nuestro alrededor.

:: AYUDA PARA NUESTRAS NECESIDADES DIARIAS

¿Qué debilidades son parte de su composición genética? ¿Qué


tentaciones lo hacen caer vez tras vez? ¿Qué pecados lo hacen trope-
zar? ¿La ira, la lascivia, la amargura? ¿Se trata de una adicción física
fuera de control, o quizá de un espíritu de crítica? Dios sabe bien
cuáles son las batallas espirituales en el alma de cada persona. Él ha
enviado su Espíritu Santo como nuestro Ayudador, para vencer los
poderes de la oscuridad, que nos esclavizan. Él ha enviado al Espí-
ritu Santo como nuestro Ayudador para cortar las cadenas que nos
atan, y liberarnos. Él ha enviado al Espíritu Santo para que podamos
enfrentar con vigor al enemigo.

El reavivamiento ocurre cuando abrimos nuestro corazón al mi-


nisterio poderoso del Espíritu Santo en nuestra vida.
Ŷ1ȆȜǾɂȜǜȯdzȲȶȢȜǜdzȶȽǜȜɍȆȕȜǜǯȆdzȃǜǩǜȈǯȢȽǜȜǨǜȐȢȱɂdzdzȶȽǴ
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ȯȲȆȜǩȆȯȆȢǯdzɍȆǯǜȕǜȯdzȲǯȆǯǜȆțǜǾdzȜǯdz'ȆȢȶȃǜǯdzȶdzȲȲdzȶȽǜɂȲǜǯǜ
dzȜȕǜȃɂțǜȜȆǯǜǯŷ Palabras de Vida del Gran Maestro,ȯ 

Gracias al poder del Espíritu Santo, su vida puede tener un cam-


bio completo.

:: EL ESPÍRITU SANTO ES NUESTRO MAESTRO PERSONAL

En Juan 14:17, Jesús habla del Espíritu Santo como el “Espíritu de


verdad”. En Juan 16:13, Jesús declara: “Cuando venga el Espíritu de

| 19 |
verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su pro-
pia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las
cosas que habrán de venir”. Cuando leemos la Palabra de Dios, el
Espíritu Santo es nuestro Maestro personal para instruirnos en los
caminos de la eternidad. No hay una verdad que necesitemos saber
que el Espíritu Santo no sea capaz de enseñarnos. La única manera
de entender la Palabra de Dios es por medio del Espíritu Santo.

El camino a Cristo describe nuestra necesidad de tener la ayuda


del Espíritu Santo para entender la Biblia. “No podemos llegar a en-
tender la Palabra de Dios sino por la iluminación del Espíritu por el
cual fue dada la Palabra” (p. 111).

A medida que estudiamos la Palabra de Dios, el Espíritu Santo


constantemente nos enseña a rendir nuestras dudas, temores, an-
siedad y preocupaciones a los pies de Jesús.
Pero, hay otro aspecto del ministerio del Espíritu Santo que no
debemos pasar por alto.

:: EL ESPÍRITU SANTO ES NUESTRO GUÍA PERSONAL

Juan 16:13 describe al Espíritu Santo como aquel que nos guía. En
Isaías 58:11, Dios promete: “Jehová te pastoreará siempre”. El Salmo
32:8 añade: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes
DQGDUVREUHWLdžMDU©PLVRMRVŷ

:: CUATRO MANERAS COMO EL ESPÍRITU SANTO NOS GUÍA

1. Dios nos guía por medio de la convicción interior que efectúa el


Espíritu Santo.
2. Él nos guía por medio de los pasajes inspirados por el Espíritu
en su Palabra.
3. Él también nos guía según el Espíritu impresiona a otros para
que compartan con nosotros palabras de sabiduría y de consejo.
4. A veces, Dios nos guía al permitir que el Espíritu Santo propicie
experiencias providenciales en nuestra vida, para abrir un cami-
no claro ante nosotros, y sentimos que Dios nos está guiando en
esa dirección.

| 20 |
Sea cual fuere la manera en que Dios nos guía, lo hace a través de su
Espíritu Santo. El Espíritu Santo traerá reavivamiento a nuestra vida.
Ŷ(ȕ ǨǜɂȽȆȶțȢ ǯdzȕ (ȶȯȈȲȆȽɂ 6ǜȜȽȢ Ƚǜȕ ǩȢțȢ dzȜ dzȕ ǯȈǜ ǯdz
3dzȜȽdzǩȢȶȽǴȶ ǩȢȜǯɂǩȆȲǝ ǜ ɂȜ ȲdzǜɍȆɍǜțȆdzȜȽȢ ǯdz ȕǜ ȲdzȕȆǾȆȣȜ
ɍdzȲǯǜǯdzȲǜɔǜȕǜȲdzǜȕȆəǜǩȆȣȜǯdzțɂǩȃǜȶȢǨȲǜȶțǜȲǜɍȆȕȕȢȶǜȶŷ
(Mensajes Selectos,Ƚȯ 

Al igual que el Espíritu Santo guio a Felipe para que se encontrara


con el etíope; a Pedro, hasta Cornelio; y a Pablo, al carcelero de Filipos,
Dios guía a hombres y a mujeres hoy para que compartan su amor.

MI DECISIÓN

Decido abrir completamente mi corazón al Espíritu Santo con esta ora-


ción: “Señor, rindo mi voluntad y mis ambiciones egoístas a ti. Haré lo
que quieras que haga. Cualesquiera que sean los hábitos que tú deseas
que yo abandone, los rendiré a ti. Señor, tú eres mi Ayudador, mi Maes-
tro, mi Guía. Anhelo que mores en mí a través de tu Espíritu Santo, hoy
y siempre”.

MI COMPROMISO

Estos 21 días me comprometo a orar cada día por tres personas espe-
F­džFDVHQPLFXOWRSHUVRQDO IDPLOLDUHVDPLJRVYHFLQRVRFRPSD±HURV
de trabajo). Así como Moisés rogó por su pueblo, Daniel intercedió por
Israel, Jesús oró por Pedro y Pablo oró por los cristianos de Éfeso, Filipo
\&RORVDVPHFRPSURPHWRDVHUHVSHF­džFRSRUHOORVHQPLVRUDFLRQHV

1.

2.

3.

| 21 |
El reavivamiento
prometido
“ALEGRAOS Y GOZAOS EN JEHOVÁ VUESTRO
DIOS; PORQUE OS HA DADO LA PRIMERA
DÍA 3

LLUVIA A SU TIEMPO, Y HARÁ DESCENDER


SOBRE VOSOTROS LLUVIA TEMPRANA Y
TARDÍA COMO AL PRINCIPIO” JOEL 2:23

Ŷ(ȶȽǜȢǨȲǜȶdzȲǝȶdzțdzȐǜȜȽdzǜȕǜȱɂdzȶdzȲdzǜȕȆəȣdzȜdzȕǯȈǜ
ǯdz3dzȜȽdzǩȢȶȽǴȶ&ȢțȢȕǜųȕȕɂɍȆǜȽdzțȯȲǜȜǜŴǽɂdzǯǜǯǜdzȜ
ȽȆdzțȯȢǯdzȕǜdzǽɂȶȆȣȜǯdzȕ(ȶȯȈȲȆȽɂ6ǜȜȽȢǜȕȯȲȆȜǩȆȯȆȢǯdzȕ
țȆȜȆȶȽdzȲȆȢdzɍǜȜǾǴȕȆǩȢȯǜȲǜȃǜǩdzȲǩȲdzǩdzȲȕǜȯȲdzǩȆȢȶǜ
ȶdzțȆȕȕǜǜȶȈȕǜųȕȕɂɍȆǜȽǜȲǯȈǜŴȶdzȲǝǯǜǯǜǜȕǽȆȜǜȕǯdzǯȆǩȃȢ
țȆȜȆȶȽdzȲȆȢȯǜȲǜȃǜǩdzȲțǜǯɂȲǜȲȕǜǩȢȶdzǩȃǜŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

El pastor Mark Finley y su esposa vivieron en Inglaterra durante


varios años. A menudo, dice él, “pasabamos las tardes de los domin-
gos visitando los lugares históricos de esa ciudad”. Londres es una
GHODVFLXGDGHVP¡VIDVFLQDQWHVGHOPXQGRFRQVXVPDJQ­džFRVHGL-
džFLRV\PRQXPHQWRVHO3DUODPHQWROD$EDG­DGH:HVWPLQVWHUHO
reloj Big Ben y el famoso puente de Londres.

Se cuenta la historia de un mendigo que hace muchos años es-


taba sentado en un extremo del puente de Londres, rasgando mise-
rablemente un viejo violín. El pobre anciano intentaba inútilmente
que los transeúntes le dieran unos pocos centavos. Pero, nadie pa-
recía preocuparse por la música del mendigo, si a eso se le podía
llamar música. El rostro triste del pordiosero revelaba la tristeza de
su corazón.

| 22 |
Un desconocido bien vestido pasó por allí, pero se detuvo y re-
gresó para escuchar al anciano, cuyos ojos cansados buscaban en su
rostro una señal de caridad. Sin embargo, en lugar de ofrecer el es-
perado centavo, el desconocido le pidió su violín. Lo ayudaría con la
ejecución de una pieza musical.
Los dedos torpes, entumecidos por el frío, entregaron el viejo
LQVWUXPHQWR /DV PDQRV K¡ELOHV GHO GHVFRQRFLGR DdžQDURQ FXLGD-
GRVDPHQWHHOYLRO­Q\FRPHQ]DURQDWRFDUXQDPHORG­DPDJQ­džFD
Pronto, la gente se detuvo a escuchar. Al principio eran unas pocas
personas; pero, a medida que las ondas melodiosas surcaban los ai-
res, la gente se fue acercando: primero, un puñado; luego, un gran
grupo. La música era irresistible.
Una densa multitud ahora se apiñaba en el extremo del puente
de Londres, y se detuvo el tránsito. Una moneda de plata tras otra
caía en la caja abierta del violín. Una dulce melodía había reempla-
zado los arañazos cansinos del mendigo. Y el rumor corrió entre la
multitud: “Son las manos del maestro Paganini las que tocan el vio-
lín del viejo pordiosero”.

Dios anhela que cada uno de nosotros responda como lo hizo el


viejo violín en las manos del maestro. Entonces, nuestra vida se lle-
nará de música celestial. Cuando el Espíritu Santo toma el control
total de nosotros, hace cosas asombrosas. Como un instrumento en
las manos del Maestro, el Espíritu hará más a través de nuestras vi-
das de lo que podamos imaginar.

:: UN REAVIVAMIENTO EN EL TIEMPO DEL FIN

La Biblia predice que habrá un reavivamiento espiritual pode-


roso en los últimos días. El Espíritu Santo será derramado con el
poder de Pentecostés. El evangelio será proclamado rápidamente
en todo el mundo. Notemos estas dos promesas poderosas. “Y será
predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testi-
PRQLRDWRGDVODVQDFLRQHV\HQWRQFHVYHQGU¡HOdžQŷ 0DW 
“Porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y
con prontitud” (Rom. 9:28). El evangelio será predicado en todo el
mundo. Dios obrará con rapidez para terminar su obra.

| 23 |
El diablo entiende estas profecías; por lo tanto, en el último
tiempo antes de la venida de Jesús obrará con todo su poder. Pre-
sentará sus más grandes engaños. El diablo engañará a millones de
personas mediante un falso reavivamiento religioso, con señales,
maravillas y milagros. Pero, el extraordinario poder de las tinieblas
despertará el gran poder de lo Alto. Satanás obrará, pero la obra de
Dios será mucho más poderosa.

(OºOWLPROLEURGHOD%LEOLDGHVFULEHODUHYHODFL³QdžQDOGHO'LRVGH
la gloria con estas palabras: “Después de esto vi a otro ángel descen-
der del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria”
(Apoc. 18:1).

En este último gran reavivamiento, el Espíritu Santo será derra-


mado con todo su poder. El evangelio se extenderá rápidamente por
todo el mundo. Multitudes responderán a la predicación de la Pala-
bra de Dios. Miles compartirán las palabras de vida con sus vecinos
y encontrarán corazones sensibles, a la espera de recibir la verdad.

/D%LEOLDVHUHdžHUHDHVWHUHDYLYDPLHQWRSRGHURVRFRPRHOGH-
rramamiento de la lluvia tardía. La lluvia temprana y la lluvia tardía
VRQH[SUHVLRQHVTXHVHUHdžHUHQDXQDSDUWHGHOFLFORGHODDJULFXO-
tura de Israel. La lluvia temprana regaba la semilla que había sido
SODQWDGD\ODD\XGDEDDJHUPLQDU/DOOXYLDWDUG­DFD­DDOdžQDOGHOFL-
clo agrícola, para madurar el grano y llevarlo a la cosecha. Sin lluvia
WDUG­DQRKDE­DFRVHFKDdžQDO/DOOXYLDWDUG­DHVXQRGHORVV­PERORV
en la Biblia, del derramamiento del Espíritu Santo en los últimos
días. El Espíritu Santo da poder al pueblo de Dios para realizar la
tarea de predicar el evangelio a todo el mundo antes de que Jesús
venga por segunda vez.

El apóstol Santiago lo expresa así: “Por tanto, hermanos, tened


paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera
el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que
reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros pa-
FLHQFLD\DdžUPDGYXHVWURVFRUD]RQHVSRUTXHODYHQLGDGHO6H±RU
se acerca” (Sant. 5:7, 8).

| 24 |
Joel, el profeta del Antiguo Testamento, añade esta promesa:
“Alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la
primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia
temprana y tardía como al principio” (Joel 2:23).
Históricamente, la lluvia temprana cayó en Pentecostés. Tres mil
personas fueron bautizadas en un día en un solo lugar. La Palabra
de Dios dice que este número es moderado respecto de lo que ha de
venir. Si viera a tres mil personas bautizadas en un solo día y en un
solo lugar en América del Norte, no creo que hablaría de un “mode-
rado” derramamiento del Espíritu. ¿Y usted? Pero, el punto aquí es
que la lluvia temprana es moderada en comparación con la lluvia
tardía venidera.

Podemos esperar que el Espíritu Santo haga algunas cosas abso-


OXWDPHQWHDVRPEURVDVHQHOWLHPSRGHOdžQ6DEHPRVTXHHOGHUUD-
mamiento del Espíritu Santo que terminará la obra del evangelio en
la Tierra será mucho más poderoso de lo que alguna vez haya visto
la iglesia del Señor.

El Pentecostés se repetirá a una escala mucho más grande. Elena


de White explica:
Ŷ(ȶȽǜ ȢǨȲǜ ȶdzȲǝ ȶdzțdzȐǜȜȽdz ǜ ȕǜ ȱɂdz ȶdz ȲdzǜȕȆəȣ dzȜ dzȕ ǯȈǜ ǯdz
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ȃǜǩdzȲțǜǯɂȲǜȲȕǜǩȢȶdzǩȃǜŷ (O&RQLJLFWRGHORV6LJORV ȯ 

EL PASAJE CONTINÚA CON ESTA PODEROSA DECLARACIÓN:

Ŷ/ǜ ǾȲǜȜ ȢǨȲǜ ǯdz dzɍǜȜǾdzȕȆəǜǩȆȣȜ ȜȢ ȽdzȲțȆȜǜȲǝ ǩȢȜ


țdzȜȢȲ țǜȜȆǽdzȶȽǜǩȆȣȜ ǯdzȕ ȯȢǯdzȲ ǯȆɍȆȜȢ ȱɂdz ȕǜ ȱɂdz ȶdzȡǜȕȣ
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țȆȜȆȶȽdzȲȆȢ dzɍǜȜǾǴȕȆǩȢ ǯdzǨdzȜ ɍȢȕɍdzȲ ǜ ǩɂțȯȕȆȲȶdz dzȜ ȽȆdzțȯȢ
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| 25 |
Ŷ9dzȜǯȲǝȜ ȶȆdzȲɍȢȶ ǯdz 'ȆȢȶ ǩȢȜ ȶdzțǨȕǜȜȽdzȶ ȆȕɂțȆȜǜǯȢȶ ɔ
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ǯdz ȕɂǾǜȲ dzȜ ȕɂǾǜȲ ȯǜȲǜ ȯȲȢǩȕǜțǜȲ dzȕ țdzȜȶǜȐdz ǩdzȕdzȶȽȆǜȕ
0Ȇȕdzȶ ǯdz ɍȢǩdzȶ ȯȲdzǯȆǩǜȲǝȜ dzȕ țdzȜȶǜȐdz ȯȢȲ ȽȢǯǜ ȕǜ 7ȆdzȲȲǜ
6dz ȲdzǜȕȆəǜȲǝȜ țȆȕǜǾȲȢȶ ȕȢȶ dzȜǽdzȲțȢȶ ȶǜȜǜȲǝȜ ɔ ȶȆǾȜȢȶ
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dzǽdzǩȽɂǜȲǝȶɂȶǽǜȕȶȢȶțȆȕǜǾȲȢȶǜȕȯɂȜȽȢǯdzȃǜǩdzȲǩǜdzȲǽɂdzǾȢ
ǯdzȕǩȆdzȕȢǜȕǜɍȆȶȽǜǯdzȕȢȶȃȢțǨȲdzȶ $ȯȢǩ (ȶǜȶȈǩȢțȢ
ȕȢȶȃǜǨȆȽǜȜȽdzȶǯdzȕǜȽȆdzȲȲǜȽdzȜǯȲǝȜȱɂdzǯdzǩȆǯȆȲȶdzdzȜȯȲȢȢ
dzȜǩȢȜȽȲǜǯdzȕǜɍdzȲǯǜǯŷ ȆǨȆǯȯȯ 

Qué emocionante es estar vivos en un momento en que Dios


TXLHUHGHUUDPDUWRGRHOSRGHUGHO&LHORHQODREUDdžQDOb4X©SULYL-
legio ser un canal para el derramamiento del Espíritu Santo!

Si vemos a nuestro alrededor los falsos reavivamientos de Sata-


nás, ¿no deberíamos anhelar la manifestación genuina del Espíri-
tu Santo en la lluvia tardía? ¿No deberíamos estar buscando a Dios
ahora mismo, para que nos envíe esa manifestación verdadera?
8QDFRVDHVUHFRQRFHUODIDOVLdžFDFL³QRWUDFRVDHVUHFLELUHOGRQJH-
nuino del Espíritu. Es posible que estemos tan concentrados en la
IDOVLdžFDFL³QTXHQRVHDPRVFDSDFHVGHUHFRQRFHUORTXH'LRVTXLH-
re hacer hoy a través de su pueblo. Es posible que el miedo al falso
reavivamiento nos inhiba de buscar la lluvia tardía en nuestras pro-
pias vidas.

¿Anhela usted el verdadero derramamiento del Espíritu Santo en su


propia vida y en la vida de la iglesia? El mensaje del evangelio llegará
KDVWDORVFRQdžQHVGHOD7LHUUDVRODPHQWHFXDQGRVHDGHUUDPDGRHO(V-
píritu de Dios. Zacarías, el profeta del Antiguo Testamento, proclama
TXHODdžQDOL]DFL³QGHODREUDHQHVWHPXQGRQRVHU¡ŶFRQHM©UFLWRQLFRQ
fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zac. 4:6).

:: QUÉ IMPIDE EL REAVIVAMIENTO HOY

¿Qué está frenando el reavivamiento venidero? ¿Qué barreras


obstaculizan la caída de la lluvia tardía? ¿Cuáles son los prerrequi-
sitos del Cielo para recibir el poder del Espíritu en la lluvia tardía?
¿Por qué Dios no ha derramado todavía su Espíritu Santo en toda su
plenitud? ¿Qué está esperando el Cielo?

| 26 |
No hay nada más importante para nosotros, personalmente o
para la iglesia en su conjunto, que buscar el derramamiento del Es-
píritu Santo en el reavivamiento enviado por el Cielo: No hay nada
más importante para nosotros, personalmente o para la iglesia en
su conjunto, que buscar el derramamiento del Espíritu Santo en el
reavivamiento enviado por el Cielo: “Un reavivamiento de la ver-
dadera piedad entre nosotros es la mayor y más urgente de todas
nuestras necesidades. El buscar esto debe ser nuestro primer traba-
jo” (Servicio Cristiano, p. 53).

Nuestra principal prioridad es reunir las condiciones determi-


nadas por el cielo para el reavivamiento y la efusión del Espíritu
Santo en el poder de la lluvia tardía. El cielo tiene mucho más para
ofrecemos de lo que podemos imaginar.

LeRoy E. Froom escribió alguna vez que “los banqueros de Es-


cocia tenían cuarenta millones de libras esterlinas, en sus depósi-
tos, que no habían sido reclamados” (La venida del Consolador, p. 197).
'HSHQGLHQGRGHORVWLSRVGHFDPELRLJXFWXDQWHVHVWRSRGU­DVHUOD
enorme cantidad de setenta a ochenta millones de dólares no recla-
mados en un país pequeño. Parece difícil creerlo, pero la riqueza de
todo el Cielo espera que la reclamemos. No necesitamos esperar a
los demás para hacerlo. ¡Qué tragedia nuestra pobreza!

:: RECLAMAR LA PROMESA ES PARA NUESTROS DÍAS

¿Por qué nos negamos a reclamar los recursos ilimitados que el


Espíritu Santo tiene para nosotros?
Dios anhela hacer cosas asombrosas por medio de usted. Usted
puede ser un testigo de su amor en estos últimos días. Usted puede
ser una luz en un mundo oscurecido. Usted puede revelar su com-
SDVL³QDODJHQWHTXHVHKDOODHQVXHVIHUDGHLQLJXHQFLD‰OOHDEULU¡
puertas asombrosas de oportunidad para que comparta su mensaje
de los últimos días con sus familiares, amigos y vecinos.

¡Qué privilegio! No hay mayor privilegio ni mayor alegría que


VHUXVDGRSRU'LRVFRQHOdžQGHWRFDUODYLGDGHRWURVSDUDHO5HLQR
de Dios.

| 27 |
:: EL ESPÍRITU SANTO EN LA VIDA DEL CREYENTE
LO INSTA A COMPARTIR

Mientras más amemos a Cristo, más desearemos compartir su


amor con otros. Todo verdadero reavivamiento está basado en la
oración, centrado en la Palabra de Dios y enfocado en compartir el
amor de Jesús con otros. El corazón reavivado es un corazón misio-
nero. Elena de White lo dijo así:
Ŷ7ǜȜȯȲȢȜȽȢǩȢțȢɍȆdzȜdzɂȜȢǜ&ȲȆȶȽȢȜǜǩdzdzȜdzȕǩȢȲǜəȣȜɂȜ
ɍȆɍȢǯdzȶdzȢǯdzȃǜǩdzȲǩȢȜȢǩdzȲǜȢȽȲȢȶǩɂǝȜȯȲdzǩȆȢȶȢǜțȆǾȢȃǜ
dzȜǩȢȜȽȲǜǯȢdzȜ-dzȶɃȶȕǜɍdzȲǯǜǯȶǜȕɍǜǯȢȲǜɔȶǜȜȽȆǽȆǩǜǯȢȲǜ
ȜȢȯɂdzǯdzȯdzȲțǜȜdzǩdzȲdzȜǩdzȲȲǜǯǜdzȜdzȕǩȢȲǜəȣȜŷ El Camino a
Cristo,ȯȯ 

+D\WRGDY­DRWURDVSHFWRGHOUHDYLYDPLHQWR\ODWHVWLdžFDFL³Q/D
WHVWLdžFDFL³QQRVRORHVHOUHVXOWDGRGHOUHDYLYDPLHQWRVLQRWDPEL©Q
FRQGXFHDOUHDYLYDPLHQWR/DWHVWLdžFDFL³QHVXQRGHORVPHGLRVXWL-
lizados por Dios para reanimar un corazón espiritualmente indife-
rente.

(OOLEUR/RVKHFKRVGHORVDS³VWROHVWHVWLdžFDŶ/DIXHU]DSDUDUHVLV-
tir al mal se obtiene mejor mediante el servicio agresivo” (p. 86). Elena
de White añade:
 Ŷ$ ǽȆȜ ǯdz ȱɂdz ȯȢǯǜțȢȶ ǯdzȶǜȲȲȢȕȕǜȲ ɂȜ ǩǜȲǝǩȽdzȲ ǩȢțȢ dzȕ ǯdz
&ȲȆȶȽȢ ǯdzǨdzțȢȶ ȯǜȲȽȆǩȆȯǜȲ dzȜ ȶɂ ȢǨȲǜŷ El Deseado de Todas las
Gentes,ȯ 

Este es nuestro llamamiento. Este es nuestro destino. Esta es


nuestra oportunidad.

| 28 |
MI DECISIÓN

Decido consagrar de nuevo mi vida al servicio de Dios para que la lla-


ma del reavivamiento arda alegremente en mi corazón, y así entonces
pueda encender la chispa del reavivamiento en la vida de mi familia
y los demás. Mi oración es: “Señor lléname con tu Santo Espíritu para
TXHSXHGDVHUXQWHVWLJRSRGHURVRSDUDWLHQODREUDdžQDOŷ

MI COMPROMISO

Me comprometo a hacer la voluntad de Dios y desarrollar los dones


que Él me ha dado. Por tanto, caigo de rodillas y le digo al Señor: “Te
doy permiso para que me uses en cualquier forma que desees, para
bendecir a otros y ganar almas para tu reino. Muéstrame lo que quieres
que yo haga y, por tu gracia, lo haré. Quiero bendecir a otros con los
dones que me has dado. Revélame tu voluntad, y yo la seguiré”.

| 29 |
Requisitos
para recibir la
lluvia tardía
DÍA 4

“PUES SI VOSOTROS, SIENDO MALOS,


SABÉIS DAR BUENAS DÁDIVAS A VUESTROS
HIJOS, ¿CUÁNTO MÁS VUESTRO PADRE
CELESTIAL DARÁ EL ESPÍRITU SANTO A
LOS QUE SE LO PIDAN?” LUCAS 11:13

Ŷ1ȢȽȆdzȜdzȕȈțȆȽdzȕǜɂȽȆȕȆǯǜǯǯdzȕȢȶȱɂdz
ȯȢȜdzȜdzȕɔȢǜɂȜȕǜǯȢȱɂdzȯdzȲțȆȽdzȜȢǨȲǜȲ
ǜȕ(ȶȯȈȲȆȽɂ6ǜȜȽȢȶȢǨȲdzȶɂǩȢȲǜəȣȜɔɍȆɍdzȜɂȜǜɍȆǯǜ
ǩȢțȯȕdzȽǜțdzȜȽdzǩȢȜȶǜǾȲǜǯǜǜ'ȆȢȶŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Vamos a estudiar algunos de los requisitos que presenta Dios


para recibir la plenitud del Espíritu Santo. Si queremos recibir el
poder de la lluvia tardía, esto es lo que dice la Palabra de Dios:

1. Pedir el Espíritu a Dios. El primer requisito para recibir al Es-


píritu Santo es pedírselo al Señor: “Pedid a Jehová lluvia en la
estación tardía” (Zac. 10:1). La mensajera de Dios añade, para su
iglesia de los últimos días:
Ŷ'dzǨdzțȢȶ ȢȲǜȲ ȽǜȜ ǽdzȲɍȢȲȢȶǜțdzȜȽdz ȯȢȲ dzȕ ǯdzȶǩdzȜȶȢ
ǯdzȕ(ȶȯȈȲȆȽɂ6ǜȜȽȢǩȢțȢȕȢȶǯȆȶǩȈȯɂȕȢȶȢȲǜȲȢȜdzȕǯȈǜǯdz
3dzȜȽdzǩȢȶȽǴȶŷ (ȕ&ȢȕȯȢȲȽȢȲ(ɍǜȜǾǴȕȆǩȢȯ

Lucas registra el fervor de las oraciones de los discípulos en Pentecostés.


“Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las muje-
res, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hech. 1:14).

| 30 |
Los discípulos se sintieron impotentes sin el Espíritu. Se dieron
cuenta de que la tarea era demasiado desalentadora sin el de-
rramamiento del poder del cielo. Sin la presencia del Espíritu
en sus vidas, en la plenitud de su poder, no podían derrotar a las
IXHU]DVGHOLQdžHUQR

El Espíritu Santo vendrá en el poder de la lluvia tardía solamen-


te en respuesta a la oración ferviente. Elena de White nos acon-
sejó:
Ŷ0ȆȶȃdzȲțǜȜȢȶɔȃdzȲțǜȜǜȶȢȲǜǯȯȢȲdzȕ(ȶȯȈȲȆȽɂ6ǜȜȽȢ
'ȆȢȶȲdzȶȯǜȕǯǜȽȢǯǜȯȲȢțdzȶǜȱɂdzȃǜȃdzǩȃȢ&ȢȜȕǜ%ȆǨȕȆǜ
dzȜ ȕǜ țǜȜȢ ǯdzǩȆǯ +dz ȃdzǩȃȢ ǩȢțȢ ȽɃ ǯȆȐȆȶȽdz 3ȲdzȶdzȜȽȢ
Ƚɂ ȯȲȢțdzȶǜ ų3dzǯȆǯ ɔ ȶdz Ȣȶ ǯǜȲǝ Ǩɂȶǩǜǯ ɔ ȃǜȕȕǜȲǴȆȶ
ȕȕǜțǜǯɔȶdzȢȶǜǨȲȆȲǝŷŴJoyas de los testimonios,Ƚȯ

¿Estamos buscando a Dios diariamente por el bautismo del


Espíritu Santo? ¿Está usted orando por el derramamiento del
Espíritu Santo en su propia vida? ¿Tiene un grupo de oración
que se reúne para buscar a Dios y pedirle la lluvia tardía? ¿Tie-
ne dos o tres compañeros de oración con quienes han pactado
para orar por el derramamiento del Espíritu Santo en sus vidas
y en la vida de la iglesia? Recordemos que Jesús prometió: “Pues
si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros
hijos, ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo
a los que se lo pidan?” (Luc. 11:13).

:: VEAMOS EL SEGUNDO REQUISITO


PARA RECIBIR LA PLENITUD DEL ESPÍRITU:

2. Un corazón indiviso.8VWHGSXHGHSUHJXQWDUVHŶ4X©VLJQLdžFD
esto?” Un corazón indiviso es un corazón totalmente dedicado
a Jesús. Es un corazón completamente leal a él. Es una persona
que anhela hacer la voluntad de Dios. La vida de Jesús es el mo-
delo de una vida llena del Espíritu. El capítulo 3 de Lucas des-
cribe la escena de su bautismo: “Aconteció que cuando todo el
pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el
cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma
corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú
eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia” (Luc. 3:21, 22).

| 31 |
En Lucas 4:18, el Salvador declara: “El Espíritu del Señor está
VREUHP­ŷ(VWDIDVFLQDQWHDdžUPDFL³QGHO3DGUHHQHOEDXWLVPR
de Jesús abre nuevos horizontes de comprensión acerca de la
recepción del Espíritu. En el bautismo, el Padre habló desde el
cielo, y declaró: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacen-
cia” (Luc. 3:22).

El Espíritu Santo se derrama desde el Cielo sobre las personas


HQTXLHQHVHO3DGUHVHFRPSODFH-HVºVDdžUP³ODOHDOWDGLQTXH-
brantable de su corazón cuando dijo, en Juan 8:29: “Porque el
que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, por-
que yo hago siempre lo que le agrada”.

Jesús se comprometió totalmente en complacer a su Padre. Nada


le importaba más, en la vida, que hacer la voluntad de Dios. El
Padre honra el compromiso de su Hijo y envía a su Espíritu sin
medida. Dios está dispuesto a darnos un corazón indiviso. Pi-
dámosle que nos enseñe a disfrutar una vida de dependencia
absoluta a su voluntad.

Dios derramará su Espíritu en abundancia cuando tenga un gru-


po de personas cuyo principal deseo sea agradarlo. Al orar por
el derramamiento del Espíritu Santo, nuestro objetivo principal
no es un poder sobrenatural y espiritual para nuestro uso. El Es-
S­ULWX6DQWRGDWHVWLPRQLRGH-HVºV(O(VS­ULWX6DQWRJORULdžFDD
Jesús en nuestras vidas (Juan 15:26; 16:14). El Señor anhela que
nos acerquemos a él con corazón humilde, dejando a un lado
nuestros propios deseos, diciendo “no sea como yo quiero, sino
como tú” (Mat. 26:39).

Día tras día, Jesús permite que tengamos varias pruebas espiri-
tuales. Cada experiencia es una oportunidad para descubrir lo
que hay en nuestros corazones. Él revela cosas que no sabíamos
acerca de nosotros mismos. Su gran deseo es que estas pruebas
nos lleven a arrodillarnos y orar: “Señor, no sabía lo que estaba
dentro de mí. Nunca supe que era parte de mi naturaleza. Por
favor, líbrame de la esclavitud de este hábito o de esta actitud
HVSHF­džFD'HEXHQDJUDGRODFRQdžHVR\ODHQWUHJRDWLŷ

| 32 |
:: EN CONEXIÓN CON LA FUENTE DE PODER

Dios nos invita a conectarnos con la Fuente de todo poder. Al


abrirle nuestros corazones en oración, nuestra mente estará
en armonía con su mente, nuestra voluntad con su voluntad y
nuestro corazón será uno con el suyo. Un corazón indiviso y en-
tregado a la búsqueda de agradar a Dios en todas las cosas es un
requisito esencial para el reavivamiento espiritual.

Se cuenta de una mujer que hace unos años compró un refri-


gerador nuevo y todo lo que puso en él quedó en mal estado: la
leche, agria; la lechuga, las frutas y las verduras, marchitas; y el
helado, derretido. Ella no podía entender lo que estaba pasan-
do. El refrigerador parecía que estaba en buenas condiciones.
Pero, para su absoluta sorpresa, descubrió que se había desen-
chufado. No estaba conectado a la fuente de electricidad. Del
mismo modo, el poder espiritual viene solo cuando estamos
conectados con la Fuente de poder ilimitado.

Elena de White describe los resultados de tener un corazón in-


diviso:
Ŷ1ȢȽȆdzȜdzȕȈțȆȽdzȕǜɂȽȆȕȆǯǜǯǯdzȕȢȶȱɂdzȯȢȜdzȜdzȕɔȢǜɂȜ
ȕǜǯȢ ȱɂdz ȯdzȲțȆȽdzȜ ȢǨȲǜȲ ǜȕ (ȶȯȈȲȆȽɂ 6ǜȜȽȢ ȶȢǨȲdz ȶɂ
ǩȢȲǜəȣȜɔɍȆɍdzȜɂȜǜɍȆǯǜǩȢțȯȕdzȽǜțdzȜȽdzǩȢȜȶǜǾȲǜǯǜǜ
'ȆȢȶŷ Consejos para los Maestros, 3ǜǯȲdzȶɔ$ȕɂțȜȢȶȯ 

Dios tiene planes ilimitados para nuestra vida. No hay límites


para lo que puede hacer el Espíritu a través de su vida, si usted
tiene un corazón indiviso y totalmente consagrado a Dios.

3. El tercer requisito para la recepción del Espíritu es saturar nues-


tras mentes con la Palabra de Dios. El mismo Espíritu Santo que
inspiró la Biblia nos ilumina cuando la leemos. El mismo Espí-
ULWXTXHLQLJDP³ODYLGDGHORVDXWRUHVE­EOLFRVFXDQGRHVFULELH-
URQ ODV OHWUDV VDJUDGDV GH OD (VFULWXUD LQLJDPD QXHVWUDV YLGDV
cuando las leemos. El salmista nos da una clave fundamental
SDUDHOUHDYLYDPLHQWRFXDQGRDdžUPDŶ$EDWLGDKDVWDHOSROYR
está mi alma; vivifícame según tu palabra” (Sal. 119:25). “Se des-

| 33 |
hace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra” (Sal.
119:28). “Desfallece mi alma por tu salvación, mas espero en tu
SDODEUDŷ 6DO Ŷ'HdžHQGHPLFDXVD\UHG­PHPHYLYLI­FD-
me con tu palabra” (Sal. 119:154). El salmista entiende claramen-
te que el fundamento mismo del reavivamiento es la Palabra de
Dios. El Espíritu Santo nos transforma cuando nos encontramos
con Jesús en las palabras de la Escritura. Frente a las tremendas
tentaciones del enemigo en el desierto, Jesús declaró enfática-
mente: “Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de
toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mat. 4:4). El Maestro
agregó, en Juan 6:63: “Las palabras que yo os he hablado son es-
píritu y son vida”.

(O(VS­ULWX6DQWRLJX\HDWUDY©VGHOD3DODEUDGH'LRVSDUDOOHQDU
nuestras vidas. Estar lleno del Espíritu es estar lleno de la Pala-
bra de Dios. Las vidas henchidas del Espíritu son guiadas por la
Palabra, instruidas por la Palabra y fortalecidas por la Palabra.
$O DEULU ODV S¡JLQDV GH OD (VFULWXUD VRPRV VDQWLdžFDGRV SRU OD
Palabra y transformados por la Palabra. Cuando absorbemos
las enseñanzas de la Palabra de Dios, autorizamos al Espíritu
Santo a que llene nuestras vidas con su presencia y su poder.

4. Un cuarto requisito para recibir al Espíritu Santo en la plenitud de


su poder es superar todas las disensiones entre nosotros. Cuando
los discípulos estaban luchando por el cargo más alto, limitaban
el poder del Espíritu Santo. Cuando discutían entre sí y alberga-
ban malos sentimientos unos contra otros, limitaban el poder del
Espíritu Santo. El Espíritu se derramará sobre nuestras vidas úni-
camente si removemos del camino los obstáculos que producen
VHSDUDFL³QIULFFL³Q\FRQLJLFWR
En Pentecostés, los discípulos “estaban todos unánimes
juntos” (Hech. 2:1). En el Nuevo Testamento, la palabra griega
WUDGXFLGDFRPRŶXQ¡QLPHVŷVLJQLdžFDŶGHXQPLVPR¡QLPRŷ/RV
discípulos no solo estaban físicamente juntos, sino también por
primera vez estaban verdaderamente juntos, en una unidad ar-
moniosa. Ellos aún conservaban sus diferentes personalidades,
pero estaban unidos en un compromiso común. Eran uno en el
deseo de llevar el evangelio al mundo.

| 34 |
Elena de White nos da este consejo práctico:
Ŷ3ȢȜǾǜȜ ǜ ɂȜ ȕǜǯȢ ȕȢȶ ǩȲȆȶȽȆǜȜȢȶ ȶɂȶ ǯȆȶdzȜȶȆȢȜdzȶ ɔ
dzȜȽȲǴǾɂdzȜȶdzǜ'ȆȢȶȯǜȲǜȶǜȕɍǜȲǜȕȢȶȯdzȲǯȆǯȢȶ3ȆǯǜȜǩȢȜ
ǽdz ȕǜ ǨdzȜǯȆǩȆȣȜ ɔ ȕǜ ȲdzǩȆǨȆȲǝȜ (ȕ ǯdzȲȲǜțǜțȆdzȜȽȢ ǯdzȕ
(ȶȯȈȲȆȽɂdzȜȕȢȶǯȈǜȶǜȯȢȶȽȣȕȆǩȢȶǽɂdzȕǜųȕȕɂɍȆǜȽdzțȯȲǜȜǜŴ
ɔǾȕȢȲȆȢȶȢǽɂdzdzȕȲdzȶɂȕȽǜǯȢ3dzȲȢȕǜȕȕɂɍȆǜųȽǜȲǯȈǜŴȶdzȲǝ
țǝȶǜǨɂȜǯǜȜȽdzŷ El Deseado de todas los Gentes,ȯ

¿Hay algo, en su vida, que se interpone entre usted y alguien


más? ¿Podría ser que este muro sea también una barrera para
que Dios le dé la plenitud de su poder? ¿Qué necesita para per-
donar a alguien que lo ha herido? Si usted alberga amargura, le
está permitiendo al ofensor que lo hiera una y otra vez. El per-
G³Q QR HV MXVWLdžFDU OR TXH HO RWUR KD KHFKR (V OLEHUDU DO RWUR
de nuestra condena incluso cuando no lo merece, porque Cristo
nos ha liberado de su condena aunque no lo merecíamos. Cuan-
do perdonamos libre y generosamente, abrimos nuestros cora-
]RQHVDO(VS­ULWX6DQWRSDUDTXHLJX\DDWUDY©VGHQRVRWURVKDFLD
los demás.
Corrie Ten Boom sobrevivió a uno de los campos de exter-
minio de Hitler. Su hermana Betsy no fue tan afortunada. Mu-
rió víctima de la brutalidad y la enfermedad en un campo de
concentración. Después de la guerra, Corrie viajó a través de su
amada Holanda y de Alemania, compartiendo un mensaje de
reconciliación y de paz. Una noche, después de una presenta-
ción en una iglesia de Alemania, ella lo vio: la imagen de ese
guardia de cárcel nazi, bajo, fornido, con cara de acero, había
quedado grabada en su mente para siempre. Su trato inhumano
le había provocado la muerte a su hermana Betsy. Pero, ahora
este hombre se puso delante de Corrie con su mano extendida,
y le preguntó: “¿Me perdonas?” Fue necesaria toda la gracia po-
sible para tomar la mano de este hombre, mirarlo a los ojos y
decirle: “¡Sí, te perdono!” Corrie reconoció esta verdad funda-
mental: el Espíritu Santo no puede llenar un corazón que no
perdona. El Espíritu Santo y la amargura no van juntos, como el
aceite y el agua no se mezclan.

5. El último requisito para recibir la lluvia tardía es trabajar activa-


mente por otros. Recuerde, el derramamiento del Espíritu Santo

| 35 |
les dio el poder, a los discípulos, para ser testigos. Dios envía su
poder para que podamos proclamar su mensaje. Él lo da para
que podamos bendecir a otros.
Mucha gente mira hacia el futuro esperando algún gran
derramamiento del Espíritu Santo. Pero, la lluvia del Espíritu
puede caer hoy en nuestras vidas. Ahora es el momento de pe-
dirle a Dios un reavivamiento espiritual. Si este reavivamiento
ha de comenzar, debe comenzar en el corazón de cada uno de
nosotros. Ahora es el momento de compartir el amor y la gracia
de Jesús con los demás. Cuanto más compartimos su amor con
los demás, el Espíritu Santo más nos llena con la gracia de Dios,
para compartirla.
El reavivamiento está vinculado con nuestro compromiso
con los demás. A causa de que es “más bienaventurado dar que
recibir”, nosotros somos los más bendecidos, pues comparti-
mos el amor de Jesús y la verdad. Elena de White hace esta no-
table declaración:
Ŷ6Ȇ ȕǜ ǽȲȆǜȕǯǜǯ ɔ ȕǜ ȆȜǯȆǽdzȲdzȜǩȆǜ ȶdz ȃǜȜ ǜȯȢǯdzȲǜǯȢ ǯdz
ȶɂȶ ȶdzȜȽȆǯȢȶ dzȶȯȆȲȆȽɂǜȕdzȶ ɔ ȶɂ ȆȜȽdzȲǴȶ ȯȢȲ ȕȢȶ ȱɂdz ȶdz
ȯȆdzȲǯdzȜ dzȜ ȶɂȶ ȯdzǩǜǯȢȶ dzȶȽǝ ǯȆȶțȆȜɂɔdzȜǯȢ dzȶ ȃȢȲǜ ǯdz
ȱɂdzȶdzǩȢȜɍȆdzȲȽǜ6ɂțdzȐȢȲȢȯǩȆȣȜȶdzȲǝǩȢțȯȲȢțdzȽdzȲȶdz
ǯdz ɂȜǜ ɍdzə dzȜ dzȕ dzȶǽɂdzȲəȢ ȯdzȲȶȢȜǜȕ ǯdz ȶǜȕɍǜȲ ǜ ȢȽȲȢȶ
$ȕ ǨdzȜǯdzǩȆȲ ǜ ȢȽȲȢȶ ɂȶȽdzǯ ȶdzȲǝ ǨdzȜǯdzǩȆǯȢŷ Review and
Herald, ǯdzȐɂȜȆȢǯdz

¿Por qué habría Dios de derramar su Espíritu Santo en noso-


WURVSDUDTXHWHVWLdžTXHPRVDORVGHP¡VVLQRWHQHPRVLQWHU©VHQ
WHVWLdžFDU"3RUTX©'LRVKDEU­DGHGDUQRVSRGHUSDUDFRPSDUWLU
nuestra fe si no estamos interesados en compartirla? El Espíritu
Santo da testimonio de Jesús. Cuando estemos interesados en
lo que el Espíritu Santo está interesado, su poder será derrama-
do sobre nosotros en toda su plenitud. Ahora es el momento de
buscar el gran poder de Dios con un corazón consagrado.

:: PARA RECIBIR LA LLUVIA TARDÍA DEBEMOS


ENTREGARNOS TOTALMENTE

Dios nos invita a que sus prioridades sean nuestra prioridad. Él


nos insta a poner su voluntad antes que la nuestra. Apela a noso-

| 36 |
tros, diciendo: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia”,
en todos los aspectos de nuestras vidas. En la experiencia del reavi-
vamiento, el Espíritu Santo cambia la manera en que pensamos. Él
realiza una nueva obra en nuestras vidas. Se da un nuevo despertar
espiritual en nuestros corazones. Sentimos hambre por las cosas de
Dios. ¿Cómo somos transformados para ser más semejantes a Jesús?
El apóstol Pablo lo explica de esta manera: “Por tanto, nosotros to-
dos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Se-
ñor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen,
como por el Espíritu del Señor” (2 Cor. 3:18). El apóstol Santiago aña-
de que somos transformados por “la palabra implantada” (Sant. 1:21).
Tomando como base esta cita del espíritu de profecía que dice:
Ŷ6HU­DEXHQRTXHFDGDG­DGHGLF¡VHPRVXQDKRUDGHUHLJH[L³QDOD
contemplación de la vida de Cristo. Deberíamos tomarla punto por
punto, y dejar que la imaginación se posesione de cada escena, es-
SHFLDOPHQWHGHODVdžQDOHVŷ El Deseado de todas las gentes, p. 63)

MI DECISIÓN

Decido contemplar más a Jesús por medio de la meditación de su Pala-


EUD\DV­VHUWUDQVIRUPDGRKDVWDOOHJDUDUHLJHMDUVXFDU¡FWHUHQPLYLGD
Al meditar en Jesús, se encenderá la llama del reavivamiento en mi co-
UD]³Q3DUDHVWHdžQGHFLGRLQLFLDUXQD\XQRGHVLHWHG­DV D\XQRGHOD
WHOHYLVL³QGHODVSHO­FXODVGH1HWLJL[<RX7XEHHWF \GHGLFDUWUHLQWD
minutos cada mañana para el Plan “Reavivados por su Palabra” y otros
treinta minutos cada noche para leer este libro “Reavívanos otra vez”.

MI COMPROMISO

¡Además de ayunar, durante esta semana, de toda forma de entreteni-


miento provista por los medios de comunicación, para concentrarme es-
pecialmente en mi vida espiritual y devocional, me comprometo a forta-
lecer mi devoción personal y realizar el culto familiar tanto el matutino
como el vespertino, y a clamar por el bautismo diario del Santo Espíritu.

| 37 |
El reavivamiento
y la terminación
de la obra - 1
“Y SERÁ PREDICADO ESTE EVANGELIO
DÍA 5

DEL REINO EN TODO EL MUNDO, PARA


TESTIMONIO A TODAS LAS NACIONES;
Y ENTONCES VENDRÁ EL FIN” MATEO 24:14

Ŷ'dzǨdzȲȈǜțȢȶȢȲǜȲȽǜȜǽdzȲɍȆdzȜȽdzțdzȜȽdz
ȯȢȲdzȕǯdzȶǩdzȜȶȢǯdzȕ(ȶȯȈȲȆȽɂ6ǜȜȽȢǩȢțȢȕȢȶ
ǯȆȶǩȈȯɂȕȢȶȢȲǜȲȢȜdzȜdzȕ'Ȉǜǯdz3dzȜȽdzǩȢȶȽǴȶŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Las cifras son asombrosas. La tarea parece abrumadora. La mi-


sión que tenemos por delante es imposible para la razón humana.
En algún momento de 2022, la población mundial llegará a los 8 bi-
llones. En el presente, la China y la India están cerca cada una del
1.5 millones de habitantes. El continente africano está cerca de al-
canzar la marca del 1.5 millones de personas. Y, de los más de 7.8
billones de habitantes de nuestro planeta, tan solo un 30%, es decir,
unos 2.200 millones, son cristianos. Hay aproximadamente 1.5 mi-
llones de musulmanes, 1.100 millones de agnósticos secularizados y
ateos, 1.3 millones de hindúes y unos 535 millones de budistas. Esto,
sin contar cientos de otros grupos religiosos.

Aunque la Iglesia Adventista es una de las confesiones cristianas


de más rápido crecimiento (bautiza aproximadamente 1 millón de
almas cada año, con algo más de 21 millones de miembros), com-
ponemos aproximadamente el 1 % de todos los cristianos y tan solo
una fracción del 1 % de la población mundial. Esto nos lleva a formu-
ODUQRVDOJXQDVSUHJXQWDVGHUHLJH[L³Q

| 38 |
¿Cómo se terminará la obra de Dios en esta Tierra?
¿Es posible que el evangelio, predicado en el contexto del men-
saje de los tres ángeles, circunde el globo en un período de tiempo
relativamente corto?
¿Qué nos dará el gran impulso que anhelamos para proclamar
el evangelio?
¿Cuándo veremos el cumplimiento de las palabras de Jesús: “Y
será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para tes-
WLPRQLRDWRGDVODVQDFLRQHV\HQWRQFHVYHQGU¡HOdžQŷ 0DW "

:: LA MISIÓN ES DE DIOS

Aquí está la clave: La misión de alcanzar a los perdidos con el


“evangelio eterno” es su misión, no la nuestra. Dios nos invita a coo-
perar con él en la terminación de su obra. Él nunca nos pide que
hagamos algo sin capacitarnos para realizarlo. Al unirnos con él en
su misión de alcanzar a un mundo perdido, nos promete derramar
el poder de su Espíritu sobre nosotros, para que realicemos lo que
parece imposible.

:: LA PROMESA DEL ESPÍRITU

Antes de su ascensión al cielo, Jesús hizo esta promesa a sus dis-


cípulos: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya;
porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si
me fuere, os lo enviaré” (Juan 16:7). Esto debió parecerles una decla-
ración sorprendente a los discípulos. ¿Cómo podía convenirles que
Jesús los dejara? Sin embargo, él prometió enviarles en toda pleni-
tud, con todo el poder del Cielo, a la tercera Persona de la Deidad, el
Espíritu Santo.

El Maestro prometió: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido


sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén,
en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hech. 1:8)

La promesa del derramamiento del Espíritu Santo hecha por


Jesús se cumplió en el día de Pentecostés. En un solo lugar, en un
solo día, tres mil personas fueron bautizadas. El poder de Dios se

| 39 |
manifestó con tal fuerza que el evangelio alcanzó los lugares más
remotos de la Tierra en una sola generación.

Hay tres aspectos de la promesa de Jesús que quisiera explorar


con usted: la naturaleza abarcadora de la promesa, sus condiciones
universales y sus resultados habilitadores.

:: LA NATURALEZA ABARCADORA DE LA PROMESA

La historia del libro de los Hechos no es la historia de unos pocos


individuos aislados que recibieron aquí y allá el derramamiento del
Espíritu Santo. En cambio, es la historia de cómo la iglesia recibió
el poderoso derramamiento del Espíritu. La iglesia buscó ser llena-
da por el Espíritu Santo. La iglesia oró. La iglesia abrió su corazón
a la bendición de Dios. La iglesia confesó. La iglesia se arrepintió.
La iglesia se comprometió con la misión, y Dios respondió desde el
cielo.

Consideremos esa reunión de oración hecha en el aposento alto


y que aparece registrada en Hechos 1 y 2: “Todos estos persevera-
ban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la
madre de Jesús, y con sus hermanos. En aquellos días Pedro se le-
vantó en medio de los hermanos “y los reunidos eran como ciento
veinte en número” (Hech. 1:14, 15). Esta incipiente iglesia buscó con
fervor a Dios en oración. Oraron por la promesa del derramamiento
GHO(VS­ULWX6DQWR\UHFRQRFLHURQVXLQVXdžFLHQFLDSDUDDOFDQ]DUDO
mundo con el relato del Señor resucitado. Al orar y al confesar sus
SHFDGRVEXVFDQGRD'LRVDdžQGHREWHQHUSRGHUSDUDSURFODPDUVX
gracia, las compuertas de los cielos se abrieron y la lluvia del Espí-
ritu vino sobre ellos.

Hechos describe la escena de esta manera: “Y fueron todos lle-


nos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les daba que hablasen” (Hech. 2:4; el énfasis ha
VLGRD±DGLGR $TXL©QHVVHUHdžHUHFXDQGRGLFHTXHŶWRGRVŷIXHURQ
llenos? No solamente a los discípulos, sino también a los 120 que
se encontraban en el aposento alto. Cuando Pedro cita el cumpli-
miento de la profecía de Joel, declara: “Y en los postreros días, dice

| 40 |
Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y
vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vues-
tros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre
mis siervas en aquellos días derramaré mi Espíritu, y profetizarán”
(Hech. 2:17, 18; el énfasis ha sido añadido).

Dios no respeta las diferencias de sexo; el Espíritu Santo será de-


rramado sin medida sobre “vuestros hijos y vuestras hijas”. Dios no
respeta la edad; el Espíritu Santo será derramado sin medida sobre
los jóvenes y los ancianos. Dios tampoco respeta el estatus social; el
Espíritu Santo será derramado sin medida sobre siervos y siervas.

En Hechos de los Apóstoles, Elena de White declara:


Ŷ(ȕȽȲǜȜȶǩɂȲȶȢǯdzȕȽȆdzțȯȢȜȢȃǜǩǜțǨȆǜǯȢdzȜȜǜǯǜȕǜȯȲȢțdzȶǜ
ǯdzǯdzȶȯdzǯȆǯǜǯdz&ȲȆȶȽȢǯdzdzȜɍȆǜȲǜȕ(ȶȯȈȲȆȽɂ6ǜȜȽȢǩȢțȢȶɂ
ȲdzȯȲdzȶdzȜȽǜȜȽdz 1Ȣ dzȶ ȯȢȲ ǩǜɂȶǜ ǯdz ǜȕǾɂȜǜ ȲdzȶȽȲȆǩǩȆȣȜ ǯdz
ȯǜȲȽdzǯdz'ȆȢȶȯȢȲȕȢȱɂdzȕǜȶȲȆȱɂdzəǜȶǯdzȶɂǾȲǜǩȆǜȜȢǽȕɂɔdzȜ
ǜ ȕȢȶ ȃȢțǨȲdzȶ ȶȢǨȲdz ȕǜ 7ȆdzȲȲǜ 6Ȇ ȕǜ ȯȲȢțdzȶǜ ȜȢ ȶdz ǩɂțȯȕdz
ǩȢțȢ ǯdzǨdzȲȈǜ ȶdz ǯdzǨdz ǜ ȱɂdz ȜȢ dzȶ ǜȯȲdzǩȆǜǯǜ ǯdzǨȆǯǜțdzȜȽdz
6Ȇ ȽȢǯȢȶ ȕȢ ȱɂȆȶȆdzȲǜȜ ȽȢǯȢȶ ȶdzȲȈǜȜ ȕȕdzȜǜǯȢȶ ǯdzȕ (ȶȯȈȲȆȽɂ
'ȢȜǯdzȱɂȆdzȲǜ ȱɂdz ȕǜ ȜdzǩdzȶȆǯǜǯ ǯdzȕ (ȶȯȈȲȆȽɂ 6ǜȜȽȢ ȶdzǜ ɂȜ
ǜȶɂȜȽȢ dzȜ dzȕ ǩɂǜȕ ȶdz ȯȆdzȜȶdz ȯȢǩȢ ȶdz ɍdz ȶdzȱɂȈǜ dzȶȯȆȲȆȽɂǜȕ
ȢȶǩɂȲȆǯǜǯ dzȶȯȆȲȆȽɂǜȕ ǯdzǩǜǯdzȜǩȆǜ ɔ țɂdzȲȽdz dzȶȯȆȲȆȽɂǜȕdzȶ
&ɂǜȜǯȢȱɂȆdzȲǜȱɂdzȕȢȶǜȶɂȜȽȢȶțdzȜȢȲdzȶȢǩɂȯdzȜȕǜǜȽdzȜǩȆȣȜ
dzȕ ȯȢǯdzȲ ǯȆɍȆȜȢ ȱɂdz ȶdz ȜdzǩdzȶȆȽǜ ȯǜȲǜ dzȕ ǩȲdzǩȆțȆdzȜȽȢ ɔ ȕǜ
ȯȲȢȶȯdzȲȆǯǜǯ ǯdz ȕǜ ȆǾȕdzȶȆǜ ɔ ȱɂdz ȽȲǜdzȲȈǜ ȽȢǯǜȶ ȕǜȶ ǯdzțǝȶ
ǨdzȜǯȆǩȆȢȜdzȶdzȜȶɂdzȶȽdzȕǜǽǜȕȽǜǜɂȜȱɂdzȶdzȢǽȲdzǩdzdzȜȆȜǽȆȜȆȽǜ
ȯȕdzȜȆȽɂǯ ȯdzȕǴȜǽǜȶȆȶȃǜȶȆǯȢǜȡǜǯȆǯȢ

Aquí hay algo mucho más amplio y profundo de lo que hemos


podido captar en el pasado. En tiempos del Antiguo Testamento,
Dios derramó su Espíritu Santo sobre los individuos. Pero, en el
Pentecostés, derramó su Espíritu Santo sobre su iglesia.

La iglesia que se describe en el libro de los Hechos era una igle-


sia llena del Espíritu, que alcanzó al mundo con el evangelio. Dios
anhela hacerlo de nuevo. Él desea derramar su Espíritu sobre varón
y mujer, joven y viejo, rico y pobre; sobre el que tiene preparación
académica y sobre el que no la tiene; sobre el que puede leer y sobre
el analfabeto.

| 41 |
La promesa del Espíritu es para usted. Es para mí. Es para la igle-
sia a la que usted asiste y para su Asociación; para su Unión, para su
División y para la Asociación General. La promesa es universalmen-
te abarcadora. Es nuestra. Podemos reclamarla hoy. Jesús desea lle-
narnos con el poder de su Espíritu. Su promesa es para este tiempo,
en este lugar, aquí y ahora. Esto nos lleva a considerar dos preguntas
fundamentales: Primero: ¿cómo podemos recibir personalmente esta
unción del Espíritu Santo? Segundo: ¿cómo puede la iglesia, en forma
corporativa, recibir el poderoso derramamiento del Espíritu Santo?

:: LAS CONDICIONES UNIVERSALES DE LA PROMESA

Una cosa es segura: el derramamiento del Espíritu Santo no ocurri-


rá sin intercesión ferviente y sincera. Lucas registra, en Hechos, que los
miembros de la iglesia “perseveraban unánimes en oración y ruego”
(Hech. 1:14).

Elena de White añade:


Ŷ'dzǨdzȲȈǜțȢȶ ȢȲǜȲ ȽǜȜ ǽdzȲɍȆdzȜȽdzțdzȜȽdz ȯȢȲ dzȕ ǯdzȶǩdzȜȶȢ
ǯdzȕ(ȶȯȈȲȆȽɂ6ǜȜȽȢǩȢțȢȕȢȶǯȆȶǩȈȯɂȕȢȶȢȲǜȲȢȜdzȜdzȕ'Ȉǜǯdz
3dzȜȽdzǩȢȶȽǴȶŷ Eventos de los Últimos Días,ȯ

El profeta Zacarías hace eco de estos sentimientos con esta amo-


nestación: “Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía” (Zac. 10:1). Je-
sús nos anima a buscar al Espíritu: “Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Pa-
dre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? (Luc. 11:13).
Y Elena de White insiste:
Ŷ0ȆȶȃdzȲțǜȜȢȶɔțȆȶȃdzȲțǜȜǜȶȲȢǾǜǯȯȢȲdzȕ(ȶȯȈȲȆȽɂ6ǜȜȽȢ
'ȆȢȶȲdzȶȯǜȕǯǜȽȢǯǜȯȲȢțdzȶǜȱɂdzȃǜǽȢȲțɂȕǜǯȢŷ En los Lugares
Celestiales,ȯ

La razón por la que Dios nos invita a orar fervientemente por el


Espíritu Santo no es que él no esté listo para dárnoslo, sino que no
estamos listos para recibirlo. No es que Dios no desee darnos el Es-
píritu Santo. Es que no deseamos recibirlo tanto como él desea dar-
lo. No es que Dios sea lento para derramar a su Espíritu en su pleni-
tud. Nosotros hemos sido lentos para recibir la plenitud del poder

| 42 |
del Espíritu Santo. No es que Dios no reconozca nuestra necesidad
del Espíritu Santo para terminar su obra. Nosotros no reconocemos
totalmente nuestra necesidad. ¿Será posible que algunas veces ha-
yamos sustituido el poder del Espíritu Santo por planes humanos,
métodos y organización? Y no decimos que estos no sean impor-
tantes. Pongamos atención a esta poderosa declaración, fruto de la
inspiración divina:
Ŷ1ȢǯdzȶǩǜȜȶdzȜȶǜȽȆȶǽdzǩȃȢȶǯdzȱɂdzdzȜdzȕȽȲǜȜȶǩɂȲȶȢǩȢțɃȜǯdz
ȕǜȶ dzȶȽǜǩȆȢȜdzȶ ȕǜ ȕȕɂɍȆǜ ǩǜdzȲǝ 3ȈǯǜȜȕǜ (ȕ ǩȲdzǩȆțȆdzȜȽȢ ɔ ȕǜ
țǜǯɂȲǜǩȆȣȜǯdzȕǜȶdzțȆȕȕǜȜȢǯdzȶǩǜȜȶǜȜȶȢǨȲdzdzȕǜǾȲȆǩɂȕȽȢȲ
6ȢȕȢ'ȆȢȶȯɂdzǯdzȃǜǩdzȲțǜǯɂȲǜȲȕǜǩȢȶdzǩȃǜ3dzȲȢȶdzȲdzȱɂȆdzȲdz
ȕǜ ǩȢȢȯdzȲǜǩȆȣȜ ǯdzȕ ȃȢțǨȲdz /ǜ ȢǨȲǜ ǯdz 'ȆȢȶ ǯdzțǜȜǯǜ ǯdz
ȜȢȶȢȽȲȢȶ ȕǜ ǜǩǩȆȣȜ ǯdz ȕǜ țdzȜȽdz ɔ dzȕ dzȐdzȲǩȆǩȆȢ ǯdz ȜɂdzȶȽȲǜ ǽdz
'dzǨdzțȢȶ ǨɂȶǩǜȲ ȶɂȶ ǽǜɍȢȲdzȶ ǯdz ȽȢǯȢ ǩȢȲǜəȣȜ ȯǜȲǜ ȱɂdz ȕǜȶ
ȕȕɂɍȆǜȶǯdzǾȲǜǩȆǜǩǜȆǾǜȜȶȢǨȲdzȜȢȶȢȽȲȢȶŷ Recibiréis Poder, ȯ

MI DECISIÓN

Considerando que, sin el bautismo del Espíritu Santo en mi vida y en


cada miembro de la iglesia, no podremos terminar la predicación del
evangelio en todo el mundo, decido de manera consciente e insistente
buscar el bautismo del Espíritu Santo cada mañana.

MI COMPROMISO

Me comprometo a:
1. Pedirle de rodillas a Dios que limpie mi vida de todo pecado que
impida su santa presencia.
2. Dedicar cada día unos 20 minutos para orar por el bautismo del Es-
píritu Santo. No cesar hasta tener el Espíritu Santo en mi vida.
3. Levantar el altar del culto familiar en las mañanas y por las noches.
Establecer junto a mi familia los mejores horarios para este tiempo
especial con Dios y prepararnos para un verdadero reavivamiento
en familia.

| 43 |
El reavivamiento
y la terminación
de la obra - 2
DÍA 6

“DESPUÉS DE ESTO VI A OTRO ÁNGEL


DESCENDER DEL CIELO CON GRAN PODER; Y
LA TIERRA FUE ALUMBRADA CON SU GLORIA”
APOCALIPSIS 18:1

Ŷ/ȢȶɍdzȲǯǜǯdzȲȢȶɔȶȆȜǩdzȲȢȶȃȆȐȢȶǯdz'ȆȢȶ
ȲdzǩȆǨȈǜȜǾȲǜȜǯdzȶǨdzȜǯȆǩȆȢȜdzȶ2ȈȕǜȶǜȕǜǨǜȜəǜȶɔ
ȕǜȶǜǩǩȆȢȜdzȶǯdzǾȲǜǩȆǜȶȯǜȲdzǩȈǜɂȜǜȲdzǽȢȲțǜ
ǜȜǝȕȢǾǜǜȕǜǯdzȕǜȡȢŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Sin el reavivamiento es imposible que la misión sea terminada en


todo el mundo, se necesita con urgencia del reavivamiento en la vida
GHFDGDGLVF­SXORFRQODdžQDOLGDGGHFRQFOXLUODSUHGLFDFL³QHQWRGR
este planeta.

“Nuestra iglesia ha desarrollado rituales admirables, planes y pro-


JUDPDVKDVWDHOSXQWRGHOFDQVDQFLRSHURVLQRDGPLWLPRVdžQDOPHQWH
la bancarrota espiritual (falta del Espíritu Santo) que se ha apoderado
de nuestros ministros y líderes nunca podremos salir de nuestro cris-
tianismo nominal” (Pasos para un Reavivamiento Personal, 71).

Hablando del mismo tema, Dennis Smith dice lo siguiente: “No


tengo nada en contra de los planes, programas o métodos. Pero temo
que a menudo dependamos de estas cosas para adelantar la obra de
Dios. Los planes, los programas y los métodos no terminarán la obra
de Dios. Ni los grandes oradores, ni los conciertos cristianos mara-
villosos, ni las transmisiones satelitales terminarán la obra de Dios.

| 44 |
El Espíritu de Dios terminará la obra; el Espíritu de Dios hablando y
sirviendo a través de hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo”
(40 Days Prayers and Devotions to Prepare for the Second Coming, 88).

Entonces, habiendo comprendido que no hay otra manera de termi-


nar la misión encomendada si no buscando ser llenos del Espíritu Santo,
debemos clamar por el cumplimiento de esta promesa que nos pertenece.

Una de las condiciones bíblicas para el reavivamiento es la in-


tercesión sincera. Dios otorga el Espíritu Santo a aquellos que lo
buscan. Otro elemento esencial del reavivamiento es la confesión
de todo pecado conocido. Cuando los discípulos se reunieron en el
aposento alto, “poniendo aparte toda diferencia, todo deseo de su-
premacía, se unieron en estrecho compañerismo cristiano. Se acer-
caron más y más a Dios, y al hacer esto comprendieron cuán grande
privilegio habían tenido al poder asociarse tan estrechamente con
Cristo. La tristeza llenó sus corazones al pensar en cuántas veces lo
habían apenado por su tardo entendimiento y su incomprensión de
las lecciones que, para el bien de ellos, estaba procurando enseñar-
les” (Los Hechos de los Apóstoles, p. 30)

Elena de White aclara que:


ŶdzȶȽȢȶ ǯȈǜȶ ǯdz ȯȲdzȯǜȲǜǩȆȣȜ ǽɂdzȲȢȜ ǯȈǜȶ ǯdz ȯȲȢǽɂȜǯȢ
dzȶǩɂǯȲȆȡǜțȆdzȜȽȢǯdzȕǩȢȲǜəȣȜŷ ȆǨȆǯ

Sus confesiones se mezclaban con sus lágrimas. Los discípulos


reconocieron que su orgullo y su deseo de supremacía habían limi-
tado lo que Jesús había querido hacer por ellos. Así que, abrieron
VXFRUD]³QDOSRGHUSXULdžFDGRUGHO(VS­ULWX6DQWR'HVHDEDQH[SH-
rimentar plenamente el amor de Jesús en sus corazones. Deseaban
UHLJHMDU DQWH RWURV VX FDU¡FWHU DPRURVR &ULVWR HUD WRGR SDUD HOORV
$KRUDHQWHQG­DQP¡VSOHQDPHQWHHOVLJQLdžFDGRGHVXVDFULdžFLRHQOD
FUX]&DSWDURQHOVLJQLdžFDGRGHODVDOYDFL³QSRUPHGLRGHVXJUDFLD
Llenos de su amor, cautivados por su gracia y armados con el poder
de su resurrección, pudieron trastornar al mundo mediante la pre-
sencia de su Espíritu Santo. Dios anhela derramar otra vez su Espíri-
tu en la iglesia. Anhela quebrantar nuestros corazones con su amor,
transformarnos por medio de su gracia y llenarnos con su poder.

| 45 |
Cuando se le preguntó a Evan Roberts, el gran líder del reaviva-
miento de Gales, cuáles eran los pasos para experimentar un rea-
vivamiento espiritual poderoso, él respondió: “Realmente, es muy
sencillo”.

Los pasos para el reavivamiento espiritual, según Evan Roberts,


son:
1. Buscar a Dios y confesar todo pecado conocido. Ore.
2. Confronte y deseche todo lo que sea dudoso en su vida.
Comprométase.
3. Esté listo para obedecer al Espíritu instantáneamente.
Escuche.
4. &RQdžHVHD&ULVWRSºEOLFDPHQWH7HVWLdžTXH

Busque a Dios en oración. Interceda con fervor. Ore diariamente


buscando la unción fresca del Espíritu Santo. Consagre a Dios todo lo
que usted es y tiene. Escuche la voz del Espíritu Santo en la Palabra
de Dios y, a medida que Dios le revele la verdad, esté listo para seguir-
la inmediatamente. Comparta con otros lo que Dios está haciendo en
su vida.

:: LA TESTIFICACIÓN Y LA LLUVIA TARDÍA

No vacile en proclamar el amor y la gracia de Dios a quienes él


WUDHDVXYLGD/RVFULVWLDQRVTXHWHVWLdžFDQVRQFULVWLDQRVTXHFUHFHQ
Cuanto más llenos estemos del Espíritu Santo, más desearemos com-
partir a ese Cristo que ha cambiado nuestra propia vida. Cuanto más
activamente nos impliquemos en compartir a Jesús con otros, más
nos llenará el Espíritu Santo para que compartamos el amor de Jesús.

¿Por qué habría Dios de derramar su Espíritu con el poder de


la lluvia tardía para terminar su obra si la mayoría en la iglesia tie-
QHPX\SRFRRQLQJºQLQWHU©VHQWHVWLdžFDU"6LODOOXYLDWDUG­DWLHQH
el propósito de capacitarnos para que alcancemos al mundo con el
PHQVDMHHQHOWLHPSRGHOdžQSRUTX©'LRVKDEU­DGHG¡UQRVODVL
somos tibios e indiferentes en cuanto a alcanzar a los perdidos? La
plenitud del poder del Espíritu será derramada sobre una iglesia
TXHRUDTXHHVW¡WRWDOPHQWHFRPSURPHWLGDXQLGD\TXHWHVWLdžFD

| 46 |
Elena de White resume bellamente este concepto con las si-
guientes palabras:
Ŷ3ȢȜǾǜȜ ȕȢȶ ǩȲdzɔdzȜȽdzȶ ǜ ɂȜ ȕǜǯȢ ȽȢǯǜ ǯȆȶdzȜȶȆȣȜ ɔ
dzȜȽȲǴǾɂdzȜȶdzǜ'ȆȢȶȯǜȲǜȕǜȶǜȕɍǜǩȆȣȜǯdzȕȢȶȯdzȲǯȆǯȢȶ3ȆǯǜȜ
ǩȢȜǽdzȕǜȯȲȢțdzȽȆǯǜǨdzȜǯȆǩȆȣȜɔdzȕȕǜɍdzȜǯȲǝŷ Servicio Cristiano
(džFD]ȯ

El egocentrismo, el orgullo, la lucha por la supremacía, la com-


petencia entre los ministerios y las diversas entidades limita lo que
Dios puede hacer por medio de nosotros.

y El poder de Dios será desatado cuando le permitamos


reinar en nuestra vida.
y Su poder será desatado cuando estemos dispuestos a
JORULdžFDUORSRUORTXHORJUHDWUDY©VGHQRVRWURV
y Su poder será desatado cuando amemos a los perdidos
como él los ama.
y Su poder será desatado cuando sea más importante
para nosotros hacer avanzar su Reino que construir
nuestro propio reino.
y Su poder será desatado cuando honrarlo sea más im-
portante que honrarnos.
y Su poder será desatado cuando las cosas que más nos
importen sean las cosas que más le importan a él.
y Su poder será desatado cuando las cosas que ocupan
nuestra mente sean las mismas que ocupan la suya.

La buena nueva es que él tendrá una generación de hombres y


PXMHUHVFRQVDJUDGRVHQHOWLHPSRGHOdžQDTXLHQHVXVDU¡SDUDFRP-
pletar su misión en la tierra.

:: LOS RESULTADOS HABILITADORES DE LA PROMESA

La profecía bíblica revela que habrá un poderoso derramamien-


to del Espíritu Santo justo antes del regreso del Señor. De acuerdo
FRQ$SRFDOLSVLVŶ/DWLHUUD>VHU¡@DOXPEUDGDFRQ>OD@JORULD>GH
'LRV@ŷ

| 47 |
Dios triunfará sobre todos los poderes del mal. Las fuerzas del
LQdžHUQRQRLPSHGLU¡QHOFXPSOLPLHQWRGHVXSODQ(OHYDQJHOLRDO-
FDQ]DU¡ORVFRQdžQHVGHOD7LHUUD&LHQWRVGHPLOHVDFHSWDU¡QD-HVºV
\VXYHUGDGHQODVKRUDVdžQDOHVGHODKLVWRULDGHHVWDWLHUUD

El mal no tendrá la última palabra, Dios la tendrá.


Los malestares no tendrán la última palabra, Dios la tendrá.
La pobreza no tendrá la última palabra, Dios la tendrá.
La enfermedad no tendrá la última palabra, Dios la tendrá.
El sufrimiento no tendrá la última palabra, Dios la tendrá.
El hombre no tendrá la última palabra, Dios la tendrá.
El plan de Dios, el pueblo de Dios, la iglesia de Dios triunfarán
DOdžQDO
Ŷ9dzȜǯȲǝȜ ȶȆdzȲɍȢȶ ǯdz 'ȆȢȶ ǩȢȜ ȶdzțǨȕǜȜȽdzȶ ȆȕɂțȆȜǜǯȢȶ ɔ
ȲdzȶȯȕǜȜǯdzǩȆdzȜȽdzȶǯdzȶǜȜȽǜǩȢȜȶǜǾȲǜǩȆȣȜɔȶdzǜȯȲdzȶɂȲǜȲǝȜ
ǯdz ȕɂǾǜȲ dzȜ ȕɂǾǜȲ ȯǜȲǜ ȯȲȢǩȕǜțǜȲ dzȕ țdzȜȶǜȐdz ǩdzȕdzȶȽȆǜȕ
0Ȇȕdzȶ ǯdz ɍȢǩdzȶ ȯȲdzǯȆǩǜȲǝȜ dzȕ țdzȜȶǜȐdz ȯȢȲ ȽȢǯǜ ȕǜ 7ȆdzȲȲǜ
6dz ȲdzǜȕȆəǜȲǝȜ țȆȕǜǾȲȢȶ ȕȢȶ dzȜǽdzȲțȢȶ ȶǜȜǜȲǝȜ ɔ ȶȆǾȜȢȶ ɔ
ȯȲȢǯȆǾȆȢȶ ȶdzǾɂȆȲǝȜ ǜ ȕȢȶ ǩȲdzɔdzȜȽdzȶ >@ (ȕ țdzȜȶǜȐdz ȜȢ ȶdzȲǝ
ȕȕdzɍǜǯȢǜǯdzȕǜȜȽdzȽǜȜȽȢǩȢȜǜȲǾɂțdzȜȽȢȶǩȢțȢȯȢȲțdzǯȆȢǯdz
ȕǜǩȢȜɍȆǩǩȆȣȜȯȲȢǽɂȜǯǜȆȜȶȯȆȲǜǯǜȯȢȲdzȕ(ȶȯȈȲȆȽɂǯdz'ȆȢȶŷ El
&RQLJLFWRGHORV6LJORVȯ

La obra de Dios en esta Tierra será terminada; la misión habrá


sido cumplida; la tarea, completada. Jesús vendrá para liberar a su
pueblo. Vendrá como poderoso Libertador. Vendrá como Rey de
reyes y Señor de señores. Vendrá como el Conquistador victorioso.
Vendrá para llevar a sus hijos a casa. Entonces, nos postraremos a
sus pies y cantaremos: “Santo, Santo, Santo, ¡Dios omnipotente!”. La
REUDHQHVWDWLHUUDKDEU¡OOHJDGRDVXdžQDO\DGRUDUHPRVDQXHVWUR
6H±RUSRUODVHGDGHVVLQdžQGHODHWHUQLGDG

(Q ODV HVFHQDV džQDOHV GH OD KLVWRULD GH OD 7LHUUD 'LRV XVDU¡ D
los pastores y a los laicos en un último movimiento para alcanzar
DOPXQGRFRQVXPHQVDMHGHOWLHPSRGHOdžQ8QDLJOHVLDUHDYLYDGD
XQLdžFDGD SRU VX DPRU GDU¡ WHVWLPRQLR GH VX JORULD +H DTX­ XQD
profecía de lo que vendrá:

| 48 |
Ŷ(Ȝ ɍȆȶȆȢȜdzȶ ǯdz ȕǜ ȜȢǩȃdz ȯǜȶȣ ǯdzȕǜȜȽdz ǯdz țȈ ɂȜ ǾȲǜȜ
țȢɍȆțȆdzȜȽȢǯdzȲdzǽȢȲțǜdzȜdzȕȶdzȜȢǯdzȕȯɂdzǨȕȢǯdz'ȆȢȶ0ɂǩȃȢȶ
ǜȕǜǨǜǨǜȜǜ'ȆȢȶ/ȢȶdzȜǽdzȲțȢȶdzȲǜȜȶǜȜǜǯȢȶɔȶdzdzǽdzǩȽɂǜǨǜȜ
ȢȽȲȢȶțȆȕǜǾȲȢȶ6dzǜǯɍdzȲȽȈǜɂȜdzȶȯȈȲȆȽɂǯdzȢȲǜǩȆȣȜǩȢțȢȕȢ
ȃɂǨȢǜȜȽdzȶǯdzȕǾȲǜȜǯȈǜǯdz3dzȜȽdzǩȢȶȽǴȶ6dzɍdzȈǜȜǩdzȜȽdzȜǜȲdzȶ
ɔ țȆȕdzȶ ǯdz ȯdzȲȶȢȜǜȶ ɍȆȶȆȽǜȜǯȢ ȕǜȶ ǽǜțȆȕȆǜȶ ɔ dzɓȯȕȆǩǝȜǯȢȕdzȶ
ȕǜ3ǜȕǜǨȲǜǯdz'ȆȢȶ/ȢȶǩȢȲǜəȢȜdzȶdzȲǜȜǩȢȜɍdzȜǩȆǯȢȶȯȢȲdzȕ
ȯȢǯdzȲ ǯdzȕ (ȶȯȈȲȆȽɂ 6ǜȜȽȢ ɔ ȶdz țǜȜȆǽdzȶȽǜǨǜ ɂȜ dzȶȯȈȲȆȽɂ ǯdz
ȶȆȜǩdzȲǜ ǩȢȜɍdzȲȶȆȣȜ (Ȝ ȽȢǯǜȶ ȯǜȲȽdzȶ ȕǜȶ ȯɂdzȲȽǜȶ ȶdz ǜǨȲȈǜȜ
ǯdzȯǜȲdzȜȯǜȲȯǜȲǜȕǜȯȲȢǩȕǜțǜǩȆȣȜǯdzȕǜɍdzȲǯǜǯ(ȕțɂȜǯȢ
ȯǜȲdzǩȈǜȆȕɂțȆȜǜǯȢȯȢȲȕǜȆȜǽȕɂdzȜǩȆǜǯȆɍȆȜǜ/ȢȶɍdzȲǯǜǯdzȲȢȶ
ɔȶȆȜǩdzȲȢȶȃȆȐȢȶǯdz'ȆȢȶȲdzǩȆǨȈǜȜǾȲǜȜǯdzȶǨdzȜǯȆǩȆȢȜdzȶ2Ȉȕǜȶ
ǜȕǜǨǜȜəǜȶ ɔ ȕǜȶ ǜǩǩȆȢȜdzȶ ǯdz ǾȲǜǩȆǜȶ ȯǜȲdzǩȈǜ ɂȜǜ ȲdzǽȢȲțǜ
ǜȜǝȕȢǾǜǜȕǜǯdzȕǜȡȢŷ Joyas de los Testimonios,Ƚȯ

MI DECISIÓN

Decido ser parte de este último gran reavivamiento que terminará la


obra del Señor en esta Tierra. Siento en mi corazón el peso de la res-
ponsabilidad de llevar a Jesús a mi familia, mis amigos y mis vecinos.
Deseo con toda mi alma compartir el mensaje de Dios para este último
tiempo.

MI COMPROMISO

Me comprometo a:
1. 6HJXLURUDQGRSRUODVWUHVSHUVRQDVHVSHF­džFDVGHPLOLVWDGHRUD-
ción con las cuales compartiré el mensaje del amor divino.
2. Compartir con estas personas un folleto o algún libro que contenga
ODYHUGDGSUHVHQWHHLQYLWDUORVDPHGLWDUHQVXFRQWHQLGRFRQHOdžQ
de despertar el interés en el estudio de la Biblia.
3. En el momento apropiado invitaré a estas personas a estudiar la Bi-
blia o a unirse a algún grupo de estudio de la Biblia.
4. Involucrar a mi familia en esta acción para así cumplir la misión
juntos. En caso de que aún no estén en la misma fe, oraré para que
pronto ellos abracen esta verdad.

| 49 |
La Reforma
es inseparable del
Reavivamiento
DÍA 7

“ASÍ QUE, HERMANOS, OS RUEGO POR LAS


MISERICORDIAS DE DIOS, QUE PRESENTÉIS
VUESTROS CUERPOS EN SACRIFICIO VIVO,
SANTO, AGRADABLE A DIOS, QUE ES VUESTRO
CULTO RACIONAL” ROMANOS 12:1

Ŷ+ȢțǨȲdzȶɔțɂȐdzȲdzȶǯdzǨdzȜǯdzȶȯdzȲȽǜȲɔȶdzȜȽȆȲ
ȶɂȢǨȕȆǾǜǩȆȣȜǯdzǯȢțȆȜǜȲȶdzǜȶȈțȆȶțȢȶ
ȶɂȜdzǩdzȶȆǯǜǯǯdzȶdzȲȯɂȲȢȶɔȕȆǨdzȲȽǜǯȢȶǯdzȽȢǯȢǜȯdzȽȆȽȢ
ǯdzȯȲǜɍǜȜȽdzɔǯdzȽȢǯȢȃǝǨȆȽȢdzȜɍȆȕdzǩdzǯȢȲ+ǜȜǯdz
ȲdzǩȢȜȢǩdzȲȱɂdzȽȢǯǜȶȕǜȶǽǜǩɂȕȽǜǯdzȶǯdzȶɂțdzȜȽdzɔǯdzȶɂ
ǩɂdzȲȯȢȶȢȜǯȢȜdzȶǯdz'ȆȢȶɔȱɂdzǯdzǨdzȜǩȢȜȶdzȲɍǜȲȕǜȶdzȜ
ȕǜțdzȐȢȲǩȢȜǯȆǩȆȣȜȯȢȶȆǨȕdzȯǜȲǜȶdzȲɍȆȲȕdzŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

No podemos hablar de reavivamiento dejando de lado la refor-


ma, las dos son gemelas, las dos son necesarias, las dos son impor-
tantes ya que la mente y el espíritu se relacionan, así como el estó-
mago y el cerebro están conectados. Es imposible recibir el Espíritu
y orar por él con un estómago y mente embotados. Ambos se nece-
sitan. Vemos a Daniel y sus amigos siendo cuidadosos en su estilo
de vida y alimentación. Hablamos de un estilo de vida, esto incluye
los 8 remedios naturales que tienen que ser parte de todo hijo de
Dios que espera un Reavivamiento en su vida; considerando que
nuestro cuerpo es templo de su Santo Espíritu debemos cuidarlo
para que Él haga morada en nosotros.

| 50 |
Deben realizarse un reavivamiento y una reforma bajo la minis-
tración del Espíritu Santo. Reavivamiento y reforma son dos cosas
GLIHUHQWHV5HDYLYDPLHQWRVLJQLdžFDXQDUHQRYDFL³QGHODYLGDHVSL-
ULWXDOXQDYLYLdžFDFL³QGHODVIDFXOWDGHVGHODPHQWH\GHOFRUD]³Q
XQDUHVXUUHFFL³QGHODPXHUWHHVSLULWXDO5HIRUPDVLJQLdžFDXQDUH-
organización, un cambio en las ideas y teorías, hábitos y prácticas.
La reforma no producirá los buenos frutos de justicia a menos que
esté relacionada con el reavivamiento del Espíritu. El reavivamien-
to y la reforma han de efectuar su obra asignada y deben entremez-
clarse al hacer esta obra. (The Review and Herald, 25 de febrero de
1902).

:: LA REFORMA ES COMO LA MANO PARA EL CUERPO

El 10 de diciembre de 1871 me fue mostrado nuevamente que la


reforma pro salud es un ramo de la gran obra que ha de preparar a
un pueblo para la venida del Señor. Está tan íntimamente relacio-
nada con el mensaje del tercer ángel como la mano lo está con el
cuerpo. La ley de los Diez Mandamientos ha sido considerada livia-
namente por los hombres, pero el Señor no quiso venir a castigar a
los transgresores de dicha ley sin mandarles primero un mensaje de
amonestación. El tercer ángel proclama ese mensaje. Si los hombres
hubieran sido siempre obedientes al Decálogo, y hubiesen llevado
a cabo en su vida los principios de esos preceptos, la maldición de
tanta enfermedad que ahora inunda al mundo no existiría. (Joyas de
los Testimonios 1:319, 320.

:: EL VASO TIENE QUE ESTAR LIMPIO

No habrá virtud alguna en las oraciones que ustedes presenten


a Dios, si al levantarse de sus rodillas comienzan a proferir palabras
ofensivas y mostrar un comportamiento desagradable ante sus fa-
miliares. Cuando usted se pone en pie luego de haber orado, y co-
mienza a quejarse y a encontrarle faltas a todo, incluso a Dios mis-
mo, porque esto también lo han hecho, las oraciones de ustedes no
ascenderán más allá de sus cabezas. ¿Tendremos ahora esa fe que
REUDSRUHODPRU\SXULdžFDHODOPDDTX­GRQGHHVDUHIRUPDVLJQL-
džFDWDQWR"%LHQHVRHVORTXHQHFHVLWDPRVSRUTXHODOOXYLDWDUG­D

| 51 |
viene, y necesitamos que el recipiente esté completamente limpio
de toda impureza. Necesitamos que el vaso sea un vaso de honra,
adecuado para el uso del Maestro. Hay vasijas de deshonra y hay
vasijas de honra. Queremos hacer nuestra elección ahora, y mani-
festar que escogemos ser un vaso de honra. (Sermones Escogidos 1:
171.4).

:: ¿DÓNDE ESTÁ LA REFORMA QUE HAN HECHO


PREVIO A LA VENIDA DE JESÚS?

Él viene dentro de poco, y cuando pensamos en ello, cada uno


podrá mirar su vida pasada y considerar lo que ha sido su vida.
5HLJH[LRQHQF³PRXVWHGHVKDQFRQRFLGRODYHUGDG8QYHUDQRWUDV
otro, líneas tras líneas, los testimonios les han sido enviados desde
el cielo, así como la Palabra, la preciosa Palabra de Dios. Sin embar-
go, ¿dónde está la reforma que han hecho? ¿Dónde está la limpieza
GHOWHPSORGHODOPD"'³QGHHVW¡ODSUHSDUDFL³QSDUDHOWRTXHdžQDO
de inmortalidad? ¿Qué están haciendo al respecto? ¿Tendrán esa fe
que obra, o tendrán esa fe que no hace nada por ustedes? (Sermones
Escogidos 1:184.3).

:: ES EN EL HOGAR Y LA IGLESIA QUE DEBE


PROMOVERSE LA REFORMA Y LA TEMPERANCIA

Tanto en el círculo familiar como en la iglesia hemos de dar pree-


minencia a la temperancia cristiana. Ella debe ser un elemento vivo
y activo que reforme los hábitos, las inclinaciones y los caracteres.
La intemperancia constituye la base de todo mal en nuestro mun-
do. En general, hemos hablado poco sobre la temperancia cristiana.
Fallamos en presentar la urgencia de este tema a los padres cris-
tianos. Los padres y madres debieran ser persuadidos. (Sermones
Escogidos 1:191.2). Esta reforma no debe ser considerada como algo
de poca importancia. (Sermones Escogidos 1:247.2).

:: LA CARNE NO ES EL MEJOR ALIMENTO PARA


MANTENER EL VIGOR FÍSICO

Hace cuarenta años (1865) el Señor abrió ante nosotros los prin-

| 52 |
cipios de la reforma pro salud. En aquel tiempo yo estaba muy débil
físicamente. A veces me desmayaba dos o tres veces al día, y creía,
como muchos lo hacen hoy, que el consumo de carne era lo único
que me mantendría con fuerzas. Pero por misericordia el Señor me
mostró que la carne no es necesaria para mantener el vigor físico y
que no es el mejor alimento. (Sermones Escogidos 1:309.1).

:: EN LOS GRANOS, FRUTAS, HORTALIZAS Y NUECES


SE ENCUENTRAN TODOS LOS NUTRIENTES
QUE NECESITAMOS

Desde entonces el Señor ha dado mayor luz respecto a la re-


forma pro salud. En los granos, frutas, hortalizas y nueces se en-
cuentran todos los nutrientes que necesitamos. Si nos acercamos
al Señor con sencillez de espíritu, él nos enseñará cómo preparar
alimentos sanos libres de la contaminación la carne. (Elena G. de
White: Sermones Escogidos 1:309.2).

Debemos hacer esfuerzos mayores para enseñar a la gente las


verdades de la reforma pro salud. En cada reunión campestre de-
bería hacerse todo lo posible para demostrar la forma de preparar
alimentos apetitosos y saludables basados en granos, frutas, frutos
secos y hortalizas. En todo lugar donde nuevos grupos se añadan a
la verdad, hay que instruir en la ciencia de preparar alimentos salu-
dables. Se deben escoger obreros que puedan trabajar en una cam-
paña educativa de casa en casa. (Sermones Escogidos 1:311.3).

:: LA DERROTA DE ADÁN - LA VICTORIA DE CRISTO

Adán y Eva cayeron por el apetito intemperante. Cristo vino y


soportó las más duras tentaciones de Satanás, y, en favor de la raza,
venció el apetito, mostrando que el hombre puede vencer. Así como
Adán cayó en el apetito, y perdió la bendición del Edén, los hijos de
Adán pueden, por medio de Cristo, vencer el apetito, y por la tempe-
rancia en todas las cosas volver a conquistar el Edén. (Testimonies for
the Church 3:161, 162).

| 53 |
:: SANTIFICADOS O CASTIGADOS

El apóstol Pablo exhorta a la iglesia: “Así que, hermanos, os rue-


go por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos
HQVDFULdžFLRYLYRVDQWRDJUDGDEOHD'LRVTXHHVYXHVWURFXOWRUD-
cional” (Romanos 12:1). Los hombres, pues, pueden profanar sus
cuerpos por medio de complacencias pecaminosas. Si no son san-
tos, no son idóneos para ser adoradores espirituales ni son dignos
del cielo. Si el hombre aprecia la luz que Dios en su misericordia le
GDVREUHODUHIRUPDSURVDOXGSXHGHVHUVDQWLdžFDGRSRUPHGLRGHOD
verdad, y hecho idóneo para la inmortalidad. Pero si desatiende esa
luz, y vive en violación de la ley natural, debe pagar la penalidad.

El gran tema de la reforma ha de ser agitado, y la mente del pú-


blico ha de ser despertada. La temperancia en todas las cosas ha de
ser relacionada con el mensaje, para hacer volver al pueblo de Dios
de su idolatría, su glotonería y su extravagancia en el vestido y en
otras cosas. (Testimonies for the Church 3:61-64).

Todo el que viole obligaciones en materia de alimentación y ves-


tido, prepara el camino para violar las exigencias de Dios con res-
pecto a intereses eternos… El pueblo al cual Dios está guiando será
peculiar. Sus miembros no serán como el mundo. Pero si siguen la
dirección de Dios realizarán los propósitos del Señor, y rendirán su
voluntad a la suya. Cristo morará en su corazón. El templo de Dios
será santo. Vuestro cuerpo, dice el apóstol, es el templo del Espíritu
Santo.

:: EL DESARROLLO DEL CARÁCTER

El cuerpo es el único medio por el cual la mente y el alma se de-


VDUUROODQSDUDODHGLdžFDFL³QGHOFDU¡FWHU'HDK­TXHHODGYHUVDULR
de las almas encamine sus tentaciones al debilitamiento y a la de-
gradación de las facultades físicas. Su éxito en esto envuelve la suje-
ción al mal de todo nuestro ser. A menos que estén bajo el dominio
de un poder superior, las propensiones de nuestra naturaleza físi-
ca acarrearán ciertamente ruina y muerte. El cuerpo tiene que ser
puesto en sujeción. Las facultades superiores de nuestro ser deben

| 54 |
gobernar. Las pasiones han de obedecer a la voluntad, que a su vez
KDGHREHGHFHUD'LRV(OSRGHUVREHUDQRGHODUD]³QVDQWLdžFDGR
por la gracia divina, debe dominar en nuestra vida.

La obra de la reforma pro salud es el medio que el Señor usa


SDUDDPLQRUDUHOVXIULPLHQWRHQQXHVWURPXQGR\SDUDSXULdžFDUD
su iglesia. Enseñad al pueblo que puede actuar como la mano ayu-
GDGRUDGH'LRVFRRSHUDQGRFRQHO$UW­džFH0DHVWURHQUHVWDXUDUOD
VDOXGI­VLFD\HVSLULWXDO(VWDREUDOOHYDODdžUPDGHOFLHOR\DEULU¡ODV
puertas para la entrada de otras verdades preciosas. Hay lugar para
que trabajen todos los que se hagan cargo de esta obra en forma
inteligente. (Testimonies for the Church 9:112, 113).

:: EL SÁBADO Y LA REFORMA

El sábado tiene un carácter mucho más sagrado que el que le


atribuyen muchos de los que profesan observarlo. El Señor ha sido
grandemente deshonrado por aquellos que no han guardado el sá-
bado de acuerdo con el mandamiento, en la letra y en el espíritu. Él
pide una reforma en la observancia del sábado. (Joyas de los Testimo-
nios, T3, 23.2).

Antes de la puesta del sol, congréguense los miembros de la fa-


milia para leer la Palabra de Dios y para cantar y orar. Se necesita
una reforma en esto, porque muchos han sido remisos. Necesita-
mos confesarnos a Dios y unos a otros. Debemos empezar de nuevo
a hacer arreglos especiales para que cada miembro de la familia sea
SUHSDUDGRSDUDKRQUDUHOG­DTXH'LRVKDEHQGHFLGR\VDQWLdžFDGR
(Joyas de los Testimonios, T3, 23.2).

Por todas partes se ve a personas, que han tenido mucha luz y


conocimiento, elegir voluntariamente el mal antes que el bien. No
tratan de reformarse, y empeoran de día en día. Mas los hijos de
Dios no deben vivir en las tinieblas. Como reformadores deben an-
dar en la luz. (Joyas de los Testimonios, T3, 102.2).

Estamos viviendo en un tiempo solemne, en medio de las esce-


QDVdžQDOHVGHODKLVWRULDGHHVWDWLHUUD\ORVKLMRVGH'LRVQRHVW¡Q

| 55 |
despiertos. Deben levantarse y hacer mayores progresos en la re-
forma de sus hábitos de vivir, comer, vestir, trabajar y descansar. En
WRGDV HVWDV FRVDV GHEHQ JORULdžFDU D 'LRV \ HVWDU SUHSDUDGRV SDUD
dar batalla a nuestro gran enemigo, y gozar las preciosas victorias
que Dios tiene en reserva para los que ejercen la temperancia en
todas las cosas mientras luchan por una corona incorruptible. (Joyas
de los Testimonios, T3, 107.3).

MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que no hay reavivamiento sin una ge-


nuina reforma, decido hacer todo de mí para iniciar un nuevo estilo de
vida saludable junto con mi familia y así prepararnos para ser llenos
de su Santo Espíritu.

MI COMPROMISO

Me comprometo a iniciar con el cambio de por lo menos dos metas


VDOXGDEOHV GHORVUHPHGLRVQDWXUDOHVHMHUFLFLRI­VLFRGHVFDQVRDOL-
mentación, etc.). Deseo ser perseverante en ellas, hasta lograr crear el
hábito en mi vida. Quiero ser un promotor de salud con mi ejemplo a
mi familia, a mi iglesia y a mi comunidad.

| 56 |
El reavivamiento
me llevara a
sostener la obra
de Dios
DÍA 8

“CADA PRIMER DÍA DE LA SEMANA CADA UNO


DE VOSOTROS PONGA APARTE ALGO, SEGÚN
HAYA PROSPERADO, GUARDÁNDOLO, PARA
QUE CUANDO YO LLEGUE NO SE RECOJAN
ENTONCES OFRENDAS” 1 CORINTIOS 16:2

Ŷ/ǜɍȆǯǜɔdzȕǩȲdzǩȆțȆdzȜȽȢǯdzȕǜȆǾȕdzȶȆǜǯdzȯdzȜǯdzȜ
ǯdzdzȶȽdzǯǜȲɔȲdzǩȆǨȆȲ(ȕȱɂdzȲdzǩȆǨdzȯdzȲȢȱɂdzȜɂȜǩǜǯǜ
ȯȲȢȜȽȢǯdzȐǜǯdzȲdzǩȆǨȆȲŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Dios nos ha colocado como administradores de sus bienes, esta


es una responsabilidad que Dios colocó en Adán, lo colocó en el
huerto para que lo labrará y lo cuidara. Con la caída del pecado más
aún debía seguir cuidando de su naturaleza y devolverle lo que le
pertenece a Dios y adorarlo con una ofrenda, la cual simbolizaba
al Salvador del mundo. Esta ofrenda era sustituto en su lugar. To-
dos daremos cuenta de nuestra mayordomía; el reavivamiento y re-
forma nos debe llevar a ser buenos mayordomos de Dios y solo así
estaremos preparados para recibir las palabras de bienvenida de
-HVºVŶ%LHQEXHQVLHUYRdžHOVREUHSRFRKDVVLGRdžHOVREUHPXFKR
te pondré, entra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25:23). Veremos a
FRQWLQXDFL³QDOJXQDVFLWDVTXHQRVGHVDdžDU¡QDVHUdžHOHVPD\RUGR-
mos, cuánto más cuando el tiempo se acerca.

| 57 |
Los últimos años del tiempo de prueba están pasando a la eter-
nidad. El gran día del Señor está sobre nosotros. Toda energía que
poseemos deberíamos emplearla ahora para estimular a los que es-
tán muertos en sus transgresiones y pecados...

:: DIOS PIDE QUE LE DEVOLVAMOS UNA PARTE


DE LA QUE NOS HA CONFIADO

Es tiempo de prestar atención a la Palabra de Dios. Todos sus


requerimientos han sido dados para nuestro bien. Él pide que los
que están bajo el estandarte ensangrentado del Príncipe Emanuel
den evidencia de que comprenden su dependencia de Dios y su
responsabilidad frente a él al devolverle una parte de lo que él les
KDFRQdžDGR(VWHGLQHURGHEHXWLOL]DUVHSDUDSURPRYHUODREUDTXH
GHEHKDFHUVHDdžQGHFXPSOLUODFRPLVL³QGDGDSRU&ULVWRDVXVGLV-
cípulos...

El pueblo de Dios es llamado a una obra que requiere dinero y


consagración. Las obligaciones que descansan sobre nosotros nos
hacen responsables de trabajar para Dios hasta el máximo de nues-
tra habilidad. Él pide un servicio indiviso, la completa devoción del
corazón, el alma, la mente y las fuerzas.

:: HAY TAN SOLO DOS LUGARES


DONDE PODEMOS COLOCAR NUESTROS TESOROS

En el universo hay tan solo dos lugares donde podemos colocar


nuestros tesoros: en la tesorería de Dios o en la de Satanás; y todo
lo que no se dedica al servicio de Dios se pone en el lado de Sata-
nás, y va a fortalecer su causa. El Señor se propone que los medios
FRQdžDGRVDQRVRWURVVHHPSOHHQHQODHGLdžFDFL³QGHVXUHLQR6XV
ELHQHVQRVKDQVLGRFRQdžDGRVHQQXHVWUDFDOLGDGGHPD\RUGRPRV
suyos para que los manejemos cuidadosamente y le llevemos los
intereses en términos de almas salvadas. Estas almas a su turno se
FRQYHUWLU¡QHQPD\RUGRPRVFRQdžDEOHVTXHFRODERUDU¡QFRQ&ULVWR
para estimular los intereses de la causa de Dios.

| 58 |
:: RECIBIENDO PARA IMPARTIR

&XDQGRKD\YLGDHQXQDLJOHVLDHVWDVHPDQLdžHVWDHQDXPHQWR
y crecimiento. Hay también un intercambio constante, tomando y
dando, recibiendo y devolviendo al Señor lo que es suyo. Dios im-
parte a cada verdadero creyente luz y bendición, y el creyente las
imparte a su turno a otros en la obra que hace por el Señor. Al dar de
lo que recibe, aumenta su capacidad para recibir. Hace lugar para
una nueva provisión de gracia y verdad. Recibe una luz más cla-
ra y un mayor conocimiento. La vida y el crecimiento de la iglesia
dependen de este dar y recibir. El que recibe, pero que nunca da,
SURQWRGHMDGHUHFLELU6LODYHUGDGQRLJX\HGH©OKDFLDRWURVSLHUGH
su capacidad para recibir. Debemos impartir los bienes del cielo si
queremos recibir nuevas bendiciones.

:: LA POBREZA SOBREVIENE CUANDO


SE RETIENEN ESOS RECURSOS...

El Señor no se propone venir a este mundo para poner oro y plata


a disposición del adelantamiento de su obra. Proporciona recursos
a los hombres para que estos, mediante sus donativos y ofrendas,
mantengan su obra en progreso. Un propósito por encima de todos
los demás para el que debieran usarse los donativos de Dios, es el
VRVW©QGHORVREUHURVHQORVFDPSRVGRQGHVHUHDOL]DODFRVHFKD>GH
DOPDV@<VLORVKRPEUHVHVW¡QGLVSXHVWRVDFRQYHUWLUVHHQFRQGXF-
WRVDWUDY©VGHORVFXDOHVODVEHQGLFLRQHVGHOFLHORSXHGDQLJXLUKDFLD
otros, el Señor mantendrá esos canales provistos. Los hombres no
se empobrecen al devolver a Dios lo que es suyo; la pobreza sobre-
viene cuando se retienen esos recursos...

:: UN TIEMPO PARA EJERCER ECONOMÍA Y SACRIFICIO

Dios pide que su pueblo despierte a sus responsabilidades. De


VXSDODEUDLJX\HDEXQGDQFLDGHOX]\GHEHSURGXFLUVHXQFXPSOL-
miento de las obligaciones descuidadas. Cuando se lleva a cabo esto
dando al Señor lo que le pertenece en diezmos y ofrendas, se abrirá
el camino para que el mundo escuche el mensaje que el Señor se
propone que este oiga. Si nuestro pueblo poseyera el amor de Dios

| 59 |
en el corazón, si cada miembro de iglesia estuviera imbuido por el
espíritu de abnegación, no habría falta de fondos para las misiones
nacionales y extranjeras; nuestros recursos se multiplicarían; se
abrirían mil puertas de utilidad, y se nos invitaría a entrar por ellas.
Si se hubiera cumplido el propósito de Dios de presentar el mensaje
de misericordia al mundo, Cristo habría venido y los santos habrían
recibido la bienvenida a la ciudad de Dios.

:: HOY ES EL TIEMPO PARA HACER SACRIFICIOS


E INVERTIR EN EL REINO DE DIOS

Si alguna vez hubo un tiempo cuando ha sido necesario hacer sa-


FULdžFLRVHVDKRUD+HUPDQRV\KHUPDQDVSUDFWLFDGODHFRQRP­DHQ
vuestros hogares. Desechad los ídolos que habéis colocado delante
de Dios. Abandonad vuestros placeres egoístas. Os ruego que no
gastéis dinero en embellecer vuestras casas, porque vuestros recur-
sos pertenecen a Dios y a él tendréis que dar cuenta por su uso. No
XWLOLF©LVHOGLQHURGH'LRVSDUDJUDWLdžFDUORVFDSULFKRVGHYXHVWURV
hijos. Enseñadles que Dios tiene derecho sobre todo lo que poseen
y que nada podrá cancelar ese derecho.

El dinero constituye un capital necesario. No lo gastéis pródiga-


mente sobre los que no lo necesitan. Hay quienes tienen necesidad
de vuestros donativos voluntarios. En el mundo hay gente que tiene
hambre y que muere por falta de alimento. Podéis decir: yo no pue-
do alimentarlos a todos. Pero al practicar las lecciones de economía
dadas por Cristo, podéis alimentar a uno. “Recoged los pedazos que
sobraron, para que no se pierda nada” (Juan 6:12). Estas palabras
fueron pronunciadas por Aquel cuyo poder obró un milagro para
satisfacer las necesidades de una multitud hambrienta.

:: CUIDADO CON CAER EN BANCARROTA

Si tenéis hábitos dispendiosos, eliminadlos inmediatamente de


vuestra vida. A menos que lo hagáis entraréis en bancarrota por
toda la eternidad. Los hábitos de economía, trabajo y sobriedad
constituyen para vuestros hijos una mejor parte que una rica dote.

| 60 |
Somos peregrinos y extranjeros en el mundo. No gastemos nues-
WURVPHGLRVJUDWLdžFDQGRGHVHRVTXH'LRVTXLHUHTXHUHSULPDPRV
Representemos adecuadamente nuestra fe restringiendo nuestras
necesidades. Que los miembros de nuestras iglesias se levanten
como un solo hombre y trabajen fervorosamente como quienes an-
dan en la plena luz de la verdad para estos últimos días...
¿Qué valor tiene una cuantiosa riqueza si se encuentra acumu-
lada en costosas mansiones o en bonos y acciones? ¿Cuánto pesa
eso en la balanza en comparación con la salvación de las almas por
TXLHQHVKDPXHUWR&ULVWRHO+LMRGHO'LRVLQdžQLWR" The Review and
Herald, 24 de diciembre de 1903).

:: UN PRIVILEGIO Y UNA RESPONSABILIDAD

/DVYHUGDGHVP¡VVROHPQHVTXHDOJXQDYH]VHKD\DQFRQdžDGRD
los mortales nos han sido dadas para que las proclamemos al mun-
do. La divulgación de estas verdades constituye nuestro trabajo. El
PXQGRWLHQHTXHVHUDPRQHVWDGR\HOSXHEORGH'LRVGHEHVHUdžHOD
la comisión que se le ha dado. Sus integrantes no deben dedicarse a
especulaciones, ni tampoco han de establecer relaciones comercia-
les con los incrédulos, porque estos les impedirían llevar a cabo la
obra que se les ha dado que hagan.

Cristo dijo a su pueblo: “Vosotros sois la luz del mundo” (Mateo


5:14). No es asunto de poca importancia el que los consejos, los pro-
pósitos y los planes de Dios nos hayan sido revelados claramente.
Es un privilegio maravilloso el poder comprender la voluntad de
Dios tal como ha sido manifestada en la segura palabra profética.
Esto coloca una pesada responsabilidad sobre nosotros. Dios
espera que impartamos a otros el conocimiento que nos ha propor-
cionado. Él espera que los instrumentos divinos y humanos se unan
en la proclamación del mensaje de amonestación. (The Review and
Herald, 28 de julio de 1904).

:: HAY QUE SOSTENER LAS MISIONES EN EL EXTRANJERO

La simpatía del pueblo de Dios debería ser estimulada en cada


iglesia del país, y debería llevarse a cabo una acción abnegada para

| 61 |
satisfacer las necesidades de los diferentes campos misioneros. Los
hombres deberían dar testimonio de su interés en la causa de Dios
GDQGRGHVXVXVWDQFLD6LHVHLQWHU©VVHSXVLHUDGHPDQLdžHVWRH[LV-
tiría el vínculo de la fraternidad y su fuerza aumentaría entre todos
los miembros de la familia de Cristo.

(VWDREUDGHHQWUHJDUdžHOPHQWHWRGRVORVGLH]PRVSDUDTXHKD\D
comida en la casa de Dios, proporcionaría obreros para los campos
nacionales tanto como para los extranjeros. Aunque los libros y
otras publicaciones acerca de la verdad presente están derramando
sus tesoros de conocimientos en todas partes del mundo, sin em-
bargo hay que establecer puestos misioneros en diferentes lugares.
El predicador viviente debe proclamar las palabras de vida y sal-
vación. Hay campos abiertos que invitan a los obreros a entrar. La
cosecha está madura y por todas partes en la tierra se escucha el
ferviente llamado macedónico que pide obreros. (The Review and
Herald, 19 de febrero de 1889).

:: LA OBRA NO DEBE DETENERSE

Si en realidad tenemos la verdad para estos últimos días, esta


debe ser llevada a cada nación, tribu, lengua y pueblo. Dentro de
poco los vivos y los muertos serán juzgados según sus obras hechas
en el cuerpo, y la ley de Dios es la norma por medio de la que serán
probados. Por lo tanto ahora deben ser advertidos; la ley de Dios
debe ser vindicada y puesta ante ellos como un espejo. Para llevar a
FDERHVWDREUDVHQHFHVLWDQUHFXUVRVdžQDQFLHURV6©TXHORVWLHPSRV
son difíciles y que no hay mucho dinero, pero la verdad debe ser
esparcida y el dinero necesario para extenderla debe ser colocado
en la tesorería...

:: ¿ABANDONAREMOS LA OBRA?

Nuestro mensaje es de alcance mundial, y sin embargo muchos


no están haciendo literalmente nada, y muchos más están haciendo
PX\SRFR\HVWRIUHQWHDODWUHPHQGDIDOWDGHIHVLJQLdžFDSU¡FWLFD-
mente nada. ¿Abandonaremos los campos que ya hemos abierto en
los países del extranjero? ¿Descartaremos una parte de la obra en

| 62 |
nuestras misiones nacionales? ¿Palideceremos frente a una deuda
de unos pocos miles de dólares? ¿Claudicaremos y nos convertire-
PRVHQKROJD]DQHVDKRUDTXHQRVHQFRQWUDPRVHQODVHVFHQDVdžQD-
les de la historia de este mundo? Mi corazón dice: No, no. No puedo
considerar este asunto sin experimentar el deseo ardiente de que
la obra siga avanzando. No queremos negar nuestra fe ni a Cristo,
sin embargo lo haremos a menos que avancemos a medida que la
providencia de Dios abre el camino.

La obra no debe detenerse por falta de recursos. Hay que invertir


más dinero en ella. Hermanos de América, ¡en el nombre del Maes-
tro os ruego que os despertéis! Vosotros que estáis ocultando vues-
WURV WDOHQWRV HQ OD WLHUUD TXH HVW¡LV HGLdžFDQGR FDVDV \ D±DGLHQGR
más tierra a la que ya poseéis, Dios os dice: “Vended lo que tenéis
y haced donativos”. Está por llegar el tiempo cuando los que guar-
dan los mandamientos no podrán comprar ni vender. Apresuraos a
GHVHQWHUUDUYXHVWURVWDOHQWRVRFXOWRV6L'LRVRVKDFRQdžDGRGLQHUR
VHGdžHOHVDHVHOHJDGRDEULGYXHVWURVFRIUHV\HQYLDGYXHVWURVWD-
lentos a los banqueros para que cuando Cristo venga pueda recibir
lo suyo con interés.

:: GOZOSA LIBERALIDAD EN LA OBRA FINAL

En los momentos más difíciles, antes de que esta obra termine,


miles de pesos serán depositados gozosamente sobre el altar. Hom-
bres y mujeres consideran un bendito privilegio participar en la
REUDGHODSUHSDUDFL³QGHODVDOPDVSDUDTXHHVW©QdžUPHVHQHOJUDQ
día de Dios, y darán cientos de pesos con tanta presteza como ahora
dan uno.

Si el amor de Cristo ardiera en los corazones de su pueblo pro-


feso, hoy veríamos manifestarse el mismo espíritu. Si tan solo com-
SUHQGLHUDQFX¡QFHUFDHVW¡HOdžQGHWRGDREUDHQIDYRUGHODVDOYD-
FL³QGHODVDOPDVVDFULdžFDU­DQVXVSRVHVLRQHVWDQHVSRQW¡QHDPHQWH
como lo hicieron los miembros de la iglesia primitiva. Trabajarían
por el progreso de la causa de Dios con tanto fervor como los hom-
bres mundanos trabajan por adquirir riquezas. Se ejercería tacto y
habilidad, y se pondría en práctica un trabajo fervoroso y abnegado

| 63 |
DdžQGHDGTXLULUGLQHURQRSDUDJXDUGDUORVLQRSDUDGHUUDPDUORHQ
la tesorería del Señor.
¿Y si alguno se empobrece por invertir sus recursos en la obra?
Cristo se hizo pobre por amor a nosotros, pero nosotros estamos
asegurándonos riquezas eternas, un tesoro en el cielo que no falla-
rá. Nuestro caudal está mucho más seguro depositado allá que en
un banco o invertido en casas y terrenos. Es colocado en bolsas que
no envejecen. Ningún ladrón puede aproximarse a él, y ningún fue-
go puede consumirlo...

Al obedecer la orden del Salvador, nuestro ejemplo predicará


con voz más alta que nuestras palabras. La manifestación más pa-
tente del poder de la verdad se ve cuando los que profesan ser cre-
yentes dan evidencia de su fe por medio de sus obras. Los que creen
HQ HVWD YHUGDG VROHPQH GHEHU­DQ SRVHHU HVS­ULWX GH VDFULdžFLR HQ
una medida tal que sirvan de reproche a las ambiciones mundanas
de los adoradores del dinero. (Historical Sketches of the Foreign Mis-
sions of the Seventh Day Adventist, 291-293).

MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que soy un administrador de los bie-


QHVTXH'LRVPHKDFRQdžDGR\VDELHQGRTXHGDU©FXHQWDGHODPDQHUD
cómo he administrado sus bienes y recursos, de todo lo que recibo, de-
cido contribuir para la terminación de su obra. Deseo hacer más inver-
siones en el banco celestial junto con mi amada familia.

MI COMPROMISO

0HFRPSURPHWRDVHUdžHOD'LRVHQODDGPLQLVWUDFL³QGHVXVUHFXUVRVD
devolverle sus diezmos, y a separar un porcentaje como ofrenda siste-
mática de los ingresos que Dios me da, y así apresurar su venida junto
con mi familia.

| 64 |
El reavivamiento
traera una sincera
vinculación con
Cristo y su iglesia
DÍA 9

“SI ALGUNO QUIERE VENIR EN POS DE MÍ,


NIÉGUESE A SÍ MISMO, Y TOME SU CRUZ,
Y SÍGAME” MATEO 16:24

Ŷ7ȢǯȢȕȢȱɂdzȯȢǯǜțȢȶǯǜȲǽȕɂȆȲǝȃǜǩȆǜȕǜȽdzȶȢȲdzȲȈǜǯdzȕ
6dzȡȢȲȯǜȲǜȶdzȲɂȶǜǯȢdzȜȕǜȯȲȢǩȕǜțǜǩȆȣȜǯdzȕǜɍdzȲǯǜǯ
ȯǜȲǜȱɂdzdzȕțdzȜȶǜȐdzǯdzȕǜȯȲȢȜȽǜɍdzȜȆǯǜǯdz&ȲȆȶȽȢ
ɔȕǜȶdzɓȆǾdzȜǩȆǜȶǯdzȶɂȕdzɔȯɂdzǯǜȜȶdzȲȯȲȢǩȕǜțǜǯȢȶdzȜ
ȽȢǯǜȶȯǜȲȽdzȶdzȜdzȕțɂȜǯȢ+ǜɔȱɂdzdzȜɍȆǜȲțȆȶȆȢȜdzȲȢȶ
ȯǜȲǜȱɂdzȃǜǾǜȜdzȶȽǜȢǨȲǜŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Todo verdadero reavivamiento es resultado de una conexión


viva e íntima con Jesús, y esta a su vez se muestra en los frutos para
con su iglesia y por los que Él rescató. Si estamos conectados con
Cristo, desearemos y haremos todo lo que esté a nuestro alcance
para salvarlos. En este capítulo veremos que los recursos que él nos
confía son de vital importancia para apresurar su venida al ayudar
a terminar la misión en todo el mundo.

:: INVERSIÓN EN LA EMPRESA DE DIOS

Todo creyente debe ser sincero en su unión con la iglesia. La pros-


peridad de ella debe ser su primer interés, y a menos que sienta la

| 65 |
obligación sagrada de lograr que su relación con la iglesia sea un
EHQHdžFLRSDUDHOODFRQSUHIHUHQFLDDV­PLVPRODLJOHVLDORSDVDU¡
mucho mejor sin él. Está al alcance de todos hacer algo para la causa
de Dios. Hay quienes gastan grandes sumas en lujos innecesarios.
Complacen sus apetitos, pero creen que es una carga pesada contri-
buir con recursos para sostener la iglesia. Están dispuestos a recibir
WRGRHOEHQHdžFLRGHVXVSULYLOHJLRVSHURSUHdžHUHQGHMDUDRWURVSD-
gar las cuentas.

Los que realmente sienten un profundo interés por el adelanto


de la causa no vacilarán en invertir dinero en la empresa, cuando y
dondequiera que sea necesario. (Joyas de los Testimonios 1:446).

Los que se regocijan en la preciosa luz de la verdad deben sentir


un ardiente deseo de que se la difunda por doquiera. Hay algunos
SRFRVdžHOHVSRUWDHVWDQGDUWHVTXHQXQFDUHKº\HQHOGHEHURODVUHV-
ponsabilidades. Sus corazones y bolsillos están siempre abiertos a
todo pedido de recursos para adelantar la causa de Dios. A la ver-
dad, algunos parecen listos a sobrepasar su deber, como si temiesen
perder la oportunidad de invertir su porción en el banco del cielo.

Hay otros que harán lo menos que puedan. Atesoran sus recur-
sos, o malgastan medios en su propia persona, dando a regañadien-
tes una ofrenda escasa para sostener la causa de Dios. Si hacen una
promesa a Dios, se arrepienten luego y evitan su pago mientras pue-
den, si no dejan de pagarla por completo. Disminuyen el diezmo tan-
to como pueden como si temiesen que lo devuelto a Dios se perdiera.
Nuestras diversas instituciones pueden estar abrumadas por falta
de recursos, pero estas personas obran como si no les importara que
prosperen o no. Sin embargo, dichas instituciones son instrumentos
de Dios para iluminar al mundo. (Joyas de los Testimonios 1:556).

:: DEBEMOS SER FIELES AL VOTO BAUTISMAL

Cada uno de los que se vinculan con la iglesia hace por ese hecho
un voto solemne de trabajar para el bien de la iglesia, y de juzgar
este interés superior a toda consideración mundanal. Le toca con-
servar una relación viva con Dios, dedicarse con corazón y alma

| 66 |
al gran plan de la redención y manifestar, en su vida y carácter, la
excelencia de los mandamientos de Dios en contraste con las cos-
tumbres y los preceptos del mundo. Toda persona que ha profesa-
do aceptar a Cristo se ha comprometido a ser todo lo que puede ser
FRPRREUHURHVSLULWXDODVHUDFWLYDFHORVD\HdžFLHQWHHQHOVHUYLFLR
de su Maestro. Cristo espera que cada hombre haga su deber. Sea
HVWHHOVDQWR\VH±DGHWRGDVODVdžODVGHVXVGLVF­SXORV

7RGRVKDQGHGHPRVWUDUVXdžGHOLGDGD'LRVSRUHOXVRSUXGHQ-
WHGHOFDSLWDOTXHOHVKDVLGRFRQdžDGRQRVRORHQUHFXUVRVVLQRHQ
FXDOTXLHUGRQTXHWLHQGDDODHGLdžFDFL³QGHVXUHLQR6DWDQ¡VHP-
pleará todo designio posible para impedir que la verdad llegue a
aquellos que están sumidos en el error; pero la voz de la amonesta-
ción y la súplica debe llegarles. Y aunque son tan solo pocos los que
están empeñados en esta obra, millares debieran estar tan interesa-
dos como ellos. (Joyas de los Testimonios 2:160, 163).

:: NUESTRA TAREA

Hay un mundo que debe ser amonestado. Esta obra nos ha sido
encomendada. Debemos practicar la verdad a cualquier costo. De-
bemos actuar como milicianos abnegados que están dispuestos a
sufrir la pérdida de la vida misma, si es necesario, en el servicio de
Dios. Hay una gran obra que debe hacerse en poco tiempo. Debemos
FRPSUHQGHUFX¡OHVQXHVWURWUDEDMR\KDFHUORdžHOPHQWH7RGRVORV
TXHdžQDOPHQWHUHFLEDQODFRURQDGHYLFWRULDPHGLDQWHXQHVIXHU]R
noble y decidido para servir a Dios, habrán ganado el derecho de
ser vestidos con la justicia de Cristo. El deber de cada cristiano con-
siste en formar parte de la cruzada contra Satanás y en levantar en
alto el estandarte ensangrentado de la cruz de Cristo.

(VWDREUDH[LJHVDFULdžFLR/DDEQHJDFL³Q\ODFUX]HVW¡QDORODUJR
de todo el camino de la vida. Cristo dijo: “Si alguno quiere venir en
pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” Mateo
16:24. Los que obtienen los tesoros de este mundo están obligados a
WUDEDMDU\VDFULdžFDUVH'HEHU­DQSHQVDUORVTXHYDQHQSRVGHXQD
UHFRPSHQVDHWHUQDTXHQRQHFHVLWDQKDFHUVDFULdžFLRV" The Review
and Herald, 31 de enero de 1907).

| 67 |
:: NO ESPERÉIS QUE SE OS PIDA

Nuestro pueblo no debe esperar más llamamientos, sino que ha


de emprender la obra y convertir en posibilidades aquello que pa-
UH]FDVHULPSRVLEOH4XHFDGDXQRVHSUHJXQWH1RPHKDFRQdžDGR
el Señor recursos para el adelantamiento de su causa?...

Seamos honrados con el Señor. Todas las bendiciones de las que


GLVIUXWDPRVSURFHGHQGH©O\VL©OQRVKDFRQdžDGRUHFXUVRVdžQDQ-
FLHURVDdžQGHTXHFRQWULEX\DPRVDOOHYDUDFDERVXREUDQRVHFKD-
remos atrás? ¿Diremos: “No, Señor; esto no complacerá a mis hijos,
y por lo tanto me aventuraré a desobedecer a Dios y enterraré sus
talentos”?

No debe haber demora. La causa de Dios exige vuestra ayuda. Os


pedimos, como mayordomos del Señor, que hagáis circular vues-
WURVUHFXUVRVDdžQGHSURSRUFLRQDUODVIDFLOLGDGHVSRUPHGLRGHODV
que muchas personas tendrán la oportunidad de aprender qué es
la verdad.

:: HAY QUE VENCER LA TENTACIÓN DE COMPRAR TIERRAS

Podéis sentir la tentación de invertir vuestro dinero en tierras.


Tal vez vuestros amigos os aconsejarán que lo hagáis. ¿Pero no hay
una forma mejor de invertir vuestros recursos? ¿No habéis sido
FRPSUDGRV SRU XQ SUHFLR" 1R VH RV KD FRQdžDGR YXHVWUR GLQHUR
para que negociéis para Dios? ¿No podéis comprender que él desea
TXHXWLOLF©LVYXHVWURVUHFXUVRVSDUDD\XGDUDHGLdžFDUFDVDVGHFXOWR
para ayudar a establecer sanatorios donde los enfermos recibirán
curación espiritual y física, y para ayudar a establecer colegios don-
GHORVM³YHQHVVHU¡QSUHSDUDGRVSDUDHOVHUYLFLRDdžQGHTXHKD\D
obreros para enviar a los países del mundo?

:: DE NOSOTROS DEPENDE APRESURAR


LA VENIDA DE CRISTO

Dios mismo ha establecido los planes para el adelantamiento de


su causa, y ha provisto a su pueblo con un exceso de recursos para

| 68 |
que responda favorablemente cuando se le pida ayuda. Si sus hijos
OOHYDQdžHOPHQWHDVXWHVRUHU­DORVPHGLRVTXHVHOHKDQFRQdžDGRVX
obra adelantará rápidamente. Muchas almas serán ganadas para la
verdad y se apresurará el día de la venida de Cristo. (The Review and
Herald, 14 de julio de 1904).

:: INVERTID AHORA EN EL BANCO DEL CIELO

¿No ha llegado el tiempo cuando deberíamos comenzar a redu-


cir nuestras posesiones? Que Dios ayude a los que podéis hacer algo
ahora por invertir en el banco del cielo. No pedimos un préstamo
sino una ofrenda voluntaria, una devolución al Maestro de sus pro-
pios bienes que os ha prestado. Si amáis a Dios sobre todas las cosas
y a vuestro prójimo como a vosotros mismos, creemos que daréis
pruebas tangibles de esto en términos de ofrendas voluntarias para
nuestra obra misionera. Hay almas que deben ser salvadas, y ojalá
que vosotros seáis colaboradores con Cristo en la salvación de esas
almas por quienes él dio su vida. El Señor os bendecirá en los bue-
nos frutos que podéis llevar para su gloria. Ojalá que el mismo Espí-
ritu Santo que inspiró la Biblia se posesione de vuestros corazones
y os guíe a amar su palabra, que es espíritu y vida. Ojalá que él abra
vuestros ojos para que descubráis las cosas del Espíritu de Dios. La
UD]³QSRUODTXHKR\H[LVWHWDQWDUHOLJL³QDWURdžDGDHVSRUTXHODJHQ-
te no ha introducido en sus vidas en forma práctica la abnegación ni
HOVDFULdžFLR The Review and Herald, 8 de enero de 1889).

:: SUBORDINAD TODO INTERÉS MUNDANO

Queridos hermanos, os hablo con amor y ternura. Todo interés


mundano debe subordinarse a la gran obra de redención. Recordad
que en las vidas de los seguidores de Cristo deben verse la misma
devoción y la misma sujeción a la obra de Dios de cada interés social
y de cada afecto terreno, como se vio en su vida. Siempre hay que
dar el lugar, el más destacado, a las pretensiones de Dios. “El que
ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí” Mateo 10:37.
La vida de Cristo constituye nuestro libro de texto. Su ejemplo debe
inspirarnos a desplegar un esfuerzo incansable y abnegado para el
bien de otros...

| 69 |
Toda facultad de los siervos de Dios debe mantenerse en ejer-
FLFLR FRQWLQXR D džQ GH OOHYDU D PXFKRV KLMRV H KLMDV D 'LRV (Q VX
servicio no ha de existir la indiferencia ni el egoísmo. Cualquier ale-
jamiento de la abnegación hacia la complacencia, cualquier dismi-
nución de las súplicas fervientes por las obras del Espíritu Santo,
VLJQLdžFDTXHHOHQHPLJRUHFLEHDV­WDQWRSRGHU&ULVWRHVW¡SDVDQGR
revista a su iglesia. ¡Cuántos hay cuya vida religiosa constituye su
propia condenación!

Dios exige lo que no le damos: una consagración sin reserva. Si


FDGDFULVWLDQRKXELHUDVLGRdžHODODSURPHVDKHFKDDODFHSWDUD&ULV-
to, no se habría dejado en el mundo perecer a tantos en el pecado.

:: ¿QUIÉN RESPONDERÁ POR LAS ALMAS


QUE HAN DESCENDIDO A LA TUMBA SIN ESTAR
PREPARADAS PARA ENCONTRARSE
CON SU SEÑOR?

&ULVWRVHRIUHFL³FRPRXQVDFULdžFLRFRPSOHWRKHFKRHQQXHVWUR
favor. ¡Con cuánto fervor trabajó para salvar a los pecadores! ¡Pero
qué poco hemos hecho! ¡Cuán incansables fueron sus esfuerzos a
džQGHSUHSDUDUDVXVGLVF­SXORVSDUDHOVHUYLFLR<ODLQLJXHQFLDGH
lo poco que hemos hecho ha sido terriblemente debilitada por el
efecto neutralizador de lo que hemos dejado sin hacer, o que una
vez comenzamos sin nunca terminarlo, y por nuestros hábitos de
descuidada indiferencia. ¡Cuánto hemos perdido por dejar de esfor-
zarnos para cumplir nuestra obra dada por Dios! Como cristianos
profesos deberíamos estar aterrados ante la perspectiva. (The Re-
view and Herald, 30 de diciembre de 1902).

:: UN LLAMAMIENTO A LA CONSAGRACIÓN DE LA FAMILIA

Dios pide que los que conocen la verdad realicen un esfuerzo


personal. Pide que las familias cristianas vayan a las comunidades
que están en las tinieblas del error, que vayan a los campos extranje-
ros, que se familiaricen con un nuevo tipo de sociedad, y que traba-
jen con prudencia y perseverancia en favor de la causa del Maestro.
Para contestar este llamado hay que tener abnegación.

| 70 |
Mientras muchos están esperando que desaparezca todo obstá-
culo, las almas están muriendo sin esperanza y sin Dios en el mun-
do. Muchos, muchísimos, por amor a las ventajas mundanales, por
DPRUDODDGTXLVLFL³QGHFRQRFLPLHQWRVFLHQW­džFRVVHDYHQWXUDQD
ir a regiones pestilenciales, y van a países donde piensan que pue-
den obtener ventajas comerciales; ¿pero dónde están los hombres y
las mujeres que cambiarán su ubicación y trasladarán sus familias
DUHJLRQHVTXHQHFHVLWDQODOX]GHODYHUGDGDdžQGHTXHVXHMHPSOR
LQLJX\DVREUHORVTXHYHU¡QHQHOORVDORVUHSUHVHQWDQWHVGH&ULVWR"

MI DECISIÓN

'HVSX©VGHKDEHUFRPSUHQGLGRTXH'LRVPHEHQGLFHFRQODdžQDOLGDG
de contribuir con ofrendas sistemáticas para la terminación de la obra
GH'LRVHQHVWD7LHUUDGHFLGRKDFHUPHQRVLQYHUVLRQHVdžQDQFLHUDVHQ
esta tierra y hacer más inversiones en el banco celestial. Ruego para el
Espíritu Santo me haga instrumento de bendición para otros con mis
ofrendas generosas y sistemáticas.

MI COMPROMISO

&UXFLdžFDQGRWRGRJXVWR\SUHIHUHQFLDHJR­VWDQRTXHULHQGRTXHSRUPL
culpa muchos perezcan sin conocer a Jesús, me comprometo a separar
un porcentaje de cada bendición recibida del Señor para contribuir
para su misión junto con mi familia.

| 71 |
Ser colaboradores
con Dios es
resultado del
reavivamiento
DÍA 10

“HAY QUIENES REPARTEN, Y LES ES AÑADIDO


MÁS; Y HAY QUIENES RETIENEN MÁS DE LO
QUE ES JUSTO, PERO VIENEN A POBREZA. EL
ALMA GENEROSA SERÁ PROSPERADA; Y EL
QUE SACIARE, ÉL TAMBIÉN SERÁ SACIADO”
PROVERBIOS 11:24, 25, CR 1960

Ŷ/ǜǩȲɂəǯdz&ȲȆȶȽȢdzȶɂȜȕȕǜțǜțȆdzȜȽȢǜȕǜǾdzȜdzȲȢȶȆǯǜǯǯdz
ȽȢǯȢǯȆȶǩȈȯɂȕȢǯdzȕ6ǜȕɍǜǯȢȲ(ȕȯȲȆȜǩȆȯȆȢȱɂdzȯȲȢǩȕǜțǜ
dzȶǯdzǯǜȲǯǜȲȶȆdzțȯȲdz6ɂȲdzǜȕȆəǜǩȆȣȜȯȢȲȕǜ
ǨdzȜdzɍȢȕdzȜǩȆǜɔȕǜȶǨɂdzȜǜȶȢǨȲǜȶdzȶdzȕɍdzȲǯǜǯdzȲȢǽȲɂȽȢ
ǯdzȕǜɍȆǯǜǩȲȆȶȽȆǜȜǜ(ȕȯȲȆȜǩȆȯȆȢǯdzȕǜǾdzȜȽdzǯdzȕțɂȜǯȢ
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ǜȕǩǜȜəǜȲȕǜǽdzȕȆǩȆǯǜǯȯdzȲȢǩɂǜȜǯȢdzȶȽdzȯȲȆȜǩȆȯȆȢ
ȃǜǯǜǯȢȽȢǯȢȶȶɂȶǽȲɂȽȢȶȶdzɍdzȱɂdzȶȢȕȢdzȜǾdzȜǯȲǜ
ȕǜțȆȶdzȲȆǜɔȕǜțɂdzȲȽdzŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Una vida reavivada y llena del poder del Espíritu Santo nos lle-
vará a ser generosos y a contribuir con la obra que Él nos ha enco-
mendado. En este capítulo veremos el ejemplo de Dios al mostrar su
generosidad para con todos nosotros en la cruz al dar a su único hijo
para que seamos salvos. ¿Al aprender de Él como sus seguidores,
lo honraremos, seremos generosos contribuyendo con los recursos
fruto de sus bendiciones con la misión que nos dejó? Veamos lo que
dice la palabra de Dios:

| 72 |
“Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus
frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares re-
bosarán de mosto” Proverbios 3:9, 10 CR, 1960. “Pero el generoso
piensa en cosas generosas, y él por cosas generosas será exaltado”.
Isaías 32:8, CR1960.

En el plan de salvación, la sabiduría divina estableció la ley de la


DFFL³Q\GHODUHDFFL³QGHHOORUHVXOWDTXHODREUDGHEHQHdžFHQFLD
en todos sus ramos, es doblemente bendecida. El que ayuda a los
menesterosos es una bendición para ellos y él mismo recibe una
bendición mayor aún.

:: LA GLORIA DEL EVANGELIO

Para que el hombre no perdiese los preciosos frutos de la prác-


WLFDGHODEHQHdžFHQFLDQXHVWUR5HGHQWRUFRQFLEL³HOSODQGHKDFHU-
le su colaborador. Dios habría podido salvar a los pecadores sin la
colaboración del hombre; pero sabía que el hombre no podría ser
feliz sin desempeñar una parte en esta gran obra. Por un encade-
namiento de circunstancias que invitan a practicar la caridad, otor-
ga al hombre los mejores medios para cultivar la benevolencia y
observar la costumbre de dar, ya sea a los pobres o para el adelan-
tamiento de la causa de Dios. Las apremiantes necesidades de un
mundo arruinado nos obligan a emplear en su favor nuestros talen-
WRVGLQHURHLQLJXHQFLDSDUDKDFHUFRQRFHUODYHUGDGDORVKRPEUHV
y mujeres que sin ella perecerían. Al responder a sus pedidos con
QXHVWURVDFWRVGHEHQHdžFHQFLDVRPRVWUDQVIRUPDGRVDODLPDJHQ
de Aquel que se hizo pobre para enriquecernos. Al dispensar a
otros, los bendecimos; así es como atesoramos riquezas verdaderas.

La gloria del Evangelio consiste en que se funda en la noción de


que se ha de restaurar la imagen divina en una raza caída por medio
de una constante manifestación de benevolencia. Esta obra comen-
zó en los atrios celestiales, cuando Dios dio a los humanos una prue-
ba deslumbradora del amor con que los amaba. “Porque de tal ma-
nera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan
3:16. El don de Cristo revela el corazón del Padre. Nos asegura que,

| 73 |
habiendo emprendido nuestra redención, él no escatimará ninguna
cosa necesaria para terminar su obra, por más que pueda costarle.

:: LA GENEROSIDAD ES EL ESPÍRITU DEL CIELO

El abnegado amor de Cristo se reveló en la cruz. Él dio todo lo


que poseía y se dio a sí mismo para que el hombre pudiese salvarse.
La cruz de Cristo es un llamamiento a la generosidad de todo discí-
pulo del Salvador. El principio que proclama es de dar, dar siempre.
Su realización por la benevolencia y las buenas obras es el verda-
dero fruto de la vida cristiana. El principio de la gente del mundo
es: ganar, ganar siempre; y así se imagina alcanzar la felicidad; pero
cuando este principio ha dado todos sus frutos, se ve que solo en-
gendra la miseria y la muerte.

La luz del Evangelio que irradia de la cruz de Cristo condena el


egoísmo y estimula la generosidad y la benevolencia. No debería
ser causa de quejas el hecho de que se nos dirigen cada vez más in-
vitaciones a dar. En su divina providencia Dios llama a su pueblo a
salir de su esfera de acción limitada para emprender cosas mayores.

Se nos exige un esfuerzo ilimitado en un tiempo como este,


cuando las tinieblas morales cubren el mundo. Muchos de los hijos
de Dios están en peligro de dejarse prender en la trampa de la mun-
danalidad y avaricia. Deberían comprender que es la misericordia
divina la que multiplica las solicitudes de recursos. Deben serles
presentados blancos que despierten su benevolencia, o no podrán
imitar el carácter del gran Modelo.

:: LAS BENDICIONES DE LA MAYORDOMÍA

Al dar a sus discípulos la orden de ir por “todo el mundo” y pre-


dicar “el evangelio a toda criatura”, Cristo asignó a los hombres una
tarea: la de sembrar el conocimiento de su gracia. Pero mientras al-
gunos salen al campo a predicar, otros le obedecen sosteniendo su
obra en la tierra por medio de sus ofrendas. Él ha puesto recursos
HQODVPDQRVGHORVKRPEUHVSDUDTXHVXVGRQHVLJX\DQSRUFDQDOHV
KXPDQRVDOFXPSOLUODREUDTXHQRVKDDVLJQDGRHQORTXHVHUHdžHUH

| 74 |
a salvar a nuestros semejantes. Este es uno de los medios por los
cuales Dios eleva al hombre. Es exactamente la obra que conviene a
este; porque despierta en su corazón las simpatías más profundas y
le mueve a ejercitar las más altas facultades de la mente.

Todas las cosas buenas de la tierra fueron colocadas aquí por la


mano generosa de Dios, y son la expresión de su amor para con el
hombre. Los pobres le pertenecen y la causa de la religión es suya.
El oro y la plata pertenecen al Señor; él podría, si quisiera, hacerlos
llover del cielo. Pero ha preferido hacer del hombre su mayordomo,
FRQdž¡QGROHELHQHVQRSDUDTXHORVYD\DDFXPXODQGRVLQRSDUDTXH
los emplee haciendo bien a otros. Hace así del hombre su interme-
diario para distribuir sus bendiciones en la tierra. Dios ha estableci-
GRHOVLVWHPDGHODEHQHdžFHQFLDSDUDTXHHOKRPEUHSXHGDOOHJDUD
ser semejante a su Creador, de carácter generoso y desinteresado y
SDUDTXHDOdžQSXHGDSDUWLFLSDUFRQ&ULVWRGHXQDHWHUQD\JORULRVD
recompensa.

:: REUNIÉNDOSE ALREDEDOR DE LA CRUZ

El amor que tuvo su expresión en el Calvario debiera ser reani-


mado, fortalecido y difundido en nuestras iglesias. ¿No haremos
todo lo que está a nuestro alcance para fortalecer los principios que
Cristo comunicó a este mundo? ¿No nos esforzaremos por estable-
FHU\GHVDUUROODUODVHPSUHVDVGHEHQHdžFHQFLDTXHQHFHVLWDPRVVLQ
más demora? Al contemplar al Príncipe del cielo muriendo en la
cruz por vosotros, ¿podéis cerrar vuestro corazón, diciendo: “No,
nada tengo para dar”?

Los que creen en Cristo deben perpetuar su amor. Este amor


debe atraerlos y reunirlos en derredor de la cruz. Debe despojarlos
de todo egoísmo y unirlos a Dios y entre sí mismos.

Juntaos alrededor de la cruz dominados por un espíritu de sacri-


džFLRSHUVRQDO\GHFRPSOHWDDEQHJDFL³Q'LRVRVEHQGHFLU¡VLKDF©LV
lo mejor que podéis. Al acercaros al trono de la gracia y al verlos
ligados a ese trono por la cadena de oro que baja del cielo a la tierra
para sacar a los hombres del abismo del pecado, vuestro corazón re-

| 75 |
bosará de amor hacia vuestros hermanos que están todavía sin Dios
y sin esperanza en el mundo. (Joyas de los Testimonios 3:401-404).

:: ESTAMOS EN DEUDA CON NUESTRO


GENEROSO BENEFACTOR

(OSRGHUGH'LRVVHPDQLdžHVWDHQORVODWLGRVGHOFRUD]³QHQORV
PRYLPLHQWRVGHORVSXOPRQHV\HQODVFRUULHQWHVYLYLdžFDGRUDVTXH
circulan por los millares de conductos del cuerpo. Estamos endeu-
dados con él por cada momento de nuestra existencia y por todas
las comodidades de la vida. Las facultades y las aptitudes que ele-
van al hombre por encima de la creación inferior constituyen el
GRQGHO&UHDGRU‰OQRVGDVXVEHQHdžFLRVHQJUDQFDQWLGDG(VWDPRV
en deuda con él por el alimento que comemos, el agua que bebe-
mos, la ropa con la que nos vestimos y el aire que respiramos. Sin su
providencia especial, el aire estaría lleno de pestilencia y veneno. Él
es un generoso benefactor y preservador.

El sol que brilla sobre la tierra y da esplendor a toda la naturale-


]DHOHVSHFWUDO\VROHPQHUHVSODQGRUGHODOXQDODPDJQLdžFHQFLDGHO
džUPDPHQWRWDFKRQDGRGHEULOODQWHVHVWUHOODVODVOOXYLDVTXHUHIUHV-
FDQODWLHUUD\TXHKDFHQLJRUHFHUODYHJHWDFL³QODVFRVDVSUHFLRVDV
de la naturaleza en toda su variada riqueza, los elevados árboles, los
arbustos y las plantas, las espigas ondeantes, el cielo azul, los verdes
prados, los cambios del día y la noche, la renovación de las estacio-
nes, todo esto habla al hombre acerca del amor de su Creador. Él
nos ha unido a sí mismo mediante estas muestras que ha puesto en
el cielo y en la tierra. Nos cuida con mayor ternura de lo que lo hace
XQDPDGUHFRQXQKLMRDLJLJLGRŶ&RPRHOSDGUHVHFRPSDGHFHGHORV
hijos, se compadece Jehová de los que le temen” Salmos 103:13. (The
Review and Herald, 18 de septiembre de 1888).

:: LOS QUE RECIBEN CONTINUAMENTE


DEBEN DAR CONSTANTEMENTE

Así como recibimos continuamente las bendiciones de Dios, así


también debemos dar constantemente. Cuando el Benefactor ce-
lestial deje de darnos, solo entonces se nos podrá disculpar, porque

| 76 |
no tendremos nada para compartir. Dios nunca nos ha dejado sin
darnos evidencia de su amor, porque siempre nos ha rodeado de
EHQHdžFLRV

A cada instante somos sostenidos por el cuidado de Dios y por


su poder. Él pone alimento en nuestras mesas. Nos proporciona un
VXH±RSDF­džFR\UHSDUDGRU&DGDVHPDQDQRVGDHOG­DV¡EDGRSDUD
que reposemos de nuestras labores temporales y lo adoremos en
su propia casa. Nos ha dado su Palabra para que esta sea como una
lámpara para nuestros pies y una lumbrera en nuestro camino. En
sus páginas sagradas encontramos sabios consejos; y tantas veces
como elevamos nuestros corazones hacia él en penitencia y con fe,
él nos concede las bendiciones de su gracia. Pero por encima de
WRGRVHGHVWDFDHOGRQLQdžQLWRTXH'LRVKL]RDOGDUDVX+LMRDPDGR
SRUPHGLRGHTXLHQLJX\HQWRGDVODVGHP¡VEHQGLFLRQHVSDUDHVWD
vida y para la vida venidera.

Ciertamente la bondad y la misericordia nos asisten a cada paso.


6RODPHQWHFXDQGRGHVHHPRVTXHHO3DGUHLQdžQLWRFHVHGHSURSRU-
cionarnos sus dones, podremos exclamar con impaciencia: ¿Ten-
dremos que dar siempre? No solo deberíamos devolver siempre
nuestros diezmos a Dios que él reclama como suyos, sino además
llevar un tributo a su tesorería como una ofrenda de gratitud. Lle-
vemos a nuestro Creador, rebosantes de gozo, las primicias de su
generosidad: nuestras posesiones más escogidas y nuestro servicio
mejor y más piadoso. (The Review and Herald, 9 de febrero de 1886).

:: LA ÚNICA FORMA DE MANIFESTAR GRATITUD

El Señor no necesita nuestras ofrendas. No podemos enrique-


cerlo con nuestros donativos. El salmista dice: “Todo es tuyo, y de
lo recibido de tu mano te damos” 1 Crónicas 29:14. Dios nos permite
manifestar nuestro aprecio de sus mercedes por medio de esfuerzos
abnegados realizados para compartir las mismas con otras personas.

Esta es la única manera posible como podemos manifestar nues-


tra gratitud y nuestro amor a Dios, porque él no ha provisto ninguna
otra. (The Review and Herald, 6 de diciembre de 1887).

| 77 |
:: EL ARGUMENTO DE PABLO CONTRA EL EGOÍSMO

Pablo procuró desarraigar de los corazones de sus hermanos la


planta del egoísmo, porque el carácter no puede estar completo en
Cristo cuando retiene el egoísmo y la codicia. El amor de Cristo en
sus corazones los induciría a ayudar a sus semejantes en sus nece-
VLGDGHV3URFXU³HVWLPXODUVXDPRUVH±DO¡QGROHVHOVDFULdžFLRTXH
Cristo había hecho por ellos.

Les dijo: “No hablo como quien manda, sino para poner a prue-
ba, por medio de la diligencia de otros, también la sinceridad del
amor vuestro. Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesu-
cristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que
vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” 2 Corintios 8:8, 9.

Este es el poderoso argumento que usa el apóstol. No es el man-


damiento de Pablo sino el del Señor Jesucristo...

¡Cuán grande fue el don hecho por Dios al hombre, y cuán propio
de Dios fue hacerlo! Él dio con una liberalidad que jamás podrá ser
LJXDODGDDdžQGHVDOYDUDORVUHEHOGHVKLMRVGHOKRPEUH\GHLQGXFLU-
los a ver su propósito y a discernir su amor. ¿No queréis demostrar
por medio de vuestros dones y ofrendas que no hay nada que consi-
deráis demasiado bueno para aquel que “ha dado a su Hijo unigéni-
to”? (The Review and Herald, 15 de mayo de 1900).

El espíritu de liberalidad es el espíritu del cielo. El espíritu de


egoísmo es el espíritu de Satanás. (The Review and Herald, 17 de oc-
tubre de 1882).

| 78 |
MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que estoy en deuda con Dios por todo
lo que hace por mí y por todas las bendiciones que Él me concede día
a día, hoy decido ser agradecido con Dios siendo generoso con mis
ofrendas que ayudan a otros a conocer de su amor.

MI COMPROMISO

Me comprometo delante de Dios y de su Santo Espíritu y en el marco


del reavivamiento a ser generoso con mis ofrendas para así terminar
la obra que Dios nos ha encomendado. Que su Santo Espíritu me dé
poder para cumplir este compromiso.

| 79 |
¿Por que Dios
emplea a los hombres
como los encargados
de distribuir
sus recursos?
DÍA 11

“BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS


Y SU JUSTICIA, Y TODAS ESTAS COSAS OS
SERÁN AÑADIDAS” MATEO 6:33

Ŷ1ȢȯȢǯȲǝdzȜȽȲǜȲdzȜdzȕǩȆdzȕȢȜȆȜǾɂȜǜȯdzȲȶȢȜǜǩɂɔȢ
ǩǜȲǝǩȽdzȲȃǜɔǜȶȆǯȢǩȢȜȽǜțȆȜǜǯȢȯȢȲȕǜǽdzǜțǜȜǩȃǜ
ǯdzȕdzǾȢȈȶțȢ3ȢȲȕȢȽǜȜȽȢ'ȆȢȶȜȢȶȯȲɂdzǨǜǜȱɂȈ
dzȜȽȲdzǾǝȜǯȢȜȢȶȯȢȶdzȶȆȢȜdzȶȽdzțȯȢȲǜȕdzȶǜǽȆȜǯdzȱɂdzdzȕ
ɂȶȢȱɂdzȃǜǾǜțȢȶǯdzdzȕȕǜȶǯdzțɂdzȶȽȲdzȶȆȶdzȜȢȶ
ȯɂdzǯdzȜǩȢȜǽȆǜȲȕǜȶȲȆȱɂdzəǜȶdzȽdzȲȜǜȶŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Dios no depende de los hombres para promover su causa. Podría


convertir a los ángeles en embajadores de su verdad. Habría podido
revelar su voluntad por medio de su propia voz cuando proclamó la
ley desde el Sinaí. Pero ha elegido emplear a los hombres para que
KDJDQVXREUDDdžQGHFXOWLYDUHQHOORVHOHVS­ULWXGHOLEHUDOLGDG

Cada acto de abnegación realizado en bien de otros fortalecerá


el espíritu de generosidad en el donante, y lo vinculará más estre-
chamente con el Redentor del mundo, quien “por amor a vosotros
se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis
enriquecidos” 2 Corintios 8:9. Y la vida puede ser una bendición

| 80 |
para nosotros únicamente en la medida en que cumplimos el pro-
pósito divino para el cual fuimos creados. Todas las buenas dádivas
que Dios hace al hombre constituirán una maldición a menos que
este las emplee para hacer felices a sus semejantes y para promover
la causa de Dios en el mundo. (The Review and Herald, 7 de diciembre
de 1886).

:: RESULTADO DE LA BÚSQUEDA DE GANANCIAS

Este creciente apego por la obtención de dinero, el egoísmo en-


gendrado por el deseo de ganancias, es lo que amortece la espiritua-
lidad de la iglesia y aleja de ella el favor de Dios. Cuando la cabeza
y las manos están ocupadas constantemente en planear y trabajar
para acumular riquezas, los derechos de Dios y la humanidad que-
dan olvidados.

Si Dios nos ha bendecido con prosperidad, esto no quiere decir


que debemos apartar de él nuestro tiempo y atención para dirigir-
los a las cosas que él nos ha prestado. El Dador es más grande que el
don. Hemos sido comprados por un precio y por lo tanto no nos per-
tenecemos a nosotros mismos. ¿Hemos olvidado cuál fue el precio
LQdžQLWRSDJDGRSRUQXHVWUDUHGHQFL³Q"+DPXHUWRODJUDWLWXGHQHO
corazón? ¿La vida de Cristo no es un reproche para una vida de co-
modidad egoísta y complacencia?... Estamos cosechando los frutos
GHHVWHVDFULdžFLRGHDEQHJDFL³QLQdžQLWD\VLQHPEDUJRFXDQGRKD\
que trabajar, cuando se necesita que nuestro dinero ayude a la obra
del Redentor en la salvación de las almas, nos apartamos de nuestro
deber y oramos para que se nos excuse. Pereza innoble, descuidada
indiferencia, y egoísmo malvado sellan nuestros sentidos para que
no veamos los derechos de Dios.

¡Oh! ¿Debe Cristo, la Majestad del cielo, el Rey de gloria, cargar


con la pesada cruz, llevar la corona de espinas y beber la amarga
FRSDPLHQWUDVQRVRWURVGHVFDQVDPRVF³PRGDPHQWHQRVJORULdžFD-
mos a nosotros mismos y nos olvidamos de las almas por las que
murió para redimirlas mediante su sangre preciosa? No. Demos
mientras podamos hacerlo. Hagámoslo mientras tenemos fuerzas
para hacerlo. Trabajemos mientras dura el día. Dediquemos nues-

| 81 |
WURWLHPSR\QXHVWURVPHGLRVDOVHUYLFLRGH'LRVDdžQGHUHFLELUVX
aprobación y su recompensa. (The Review and Herald, 17 de octubre
de 1882).

:: NUESTRO MAYOR CONFLICTO ES CON EL YO

Nuestras posesiones en esta vida son limitadas, pero el gran te-


soro que Dios ofrece en su don al mundo es ilimitado. Abarca todo
GHVHRKXPDQR\VREUHSDVDQXHVWURVF¡OFXORVdžQLWRV(QHOJUDQG­D
GHODGHFLVL³QdžQDOFXDQGRFDGDXQRVHDMX]JDGRSRUVXVREUDVVH
KDU¡FDOODUWRGDYR]TXHKDEOHHQIDYRUGHODMXVWLdžFDFL³QGHV­PLV-
mo; porque se verá que el Padre en su don a la humanidad, dio todo
lo que poseía, y resultará evidente que los que han rehusado acep-
tar ese misericordioso ofrecimiento carecen de toda excusa.

No tenemos ningún enemigo exterior a quien debemos temer.


1XHVWURJUDQFRQLJLFWRORWHQHPRVFRQQXHVWUR\RQRFRQVDJUDGR
Cuando dominamos el yo somos más que vencedores por medio
de Aquel que nos amó. Hermanos míos, ahí está la vida eterna que
debemos ganar. Peleemos la buena batalla de la fe. Nuestro tiempo
de prueba no está en el futuro, sino en el momento presente. Mien-
tras este dura, “buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33), y no las cosas
que ahora con tanta frecuencia ayudan a Satanás en sus propósitos
sirviendo como trampas para engañar y destruir. (The Review and
Herald, 5 de marzo de 1908).

:: UNA FEA MANCHA

Nunca debemos olvidar que se nos ha puesto a prueba en este


PXQGRDdžQGHGHWHUPLQDUQXHVWUDDSWLWXGSDUDODYLGDIXWXUD1R
podrá entrar en el cielo ninguna persona cuyo carácter haya sido
contaminado por la fea mancha del egoísmo. Por lo tanto, Dios nos
SUXHEDDTX­HQWUHJ¡QGRQRVSRVHVLRQHVWHPSRUDOHVDdžQGHTXHHO
XVR TXH KDJDPRV GH HOODV GHPXHVWUH VL VH QRV SXHGHQ FRQdžDU ODV
riquezas eternas. (The Review and Herald, 16 de mayo de 1893).

| 82 |
:: NUESTRAS POSESIONES SON TAN SOLO UN DEPÓSITO

Por cuantiosas o reducidas que sean las posesiones de una per-


sona, esta debe recordar que las ha recibido tan solo en calidad de
depósito. Debe rendir cuenta a Dios de su fuerza, habilidad, tiempo,
talentos, oportunidades y recursos. Esto constituye una obra indivi-
dual; Dios nos da para que seamos como él generosos, nobles y be-
nevolentes al compartir lo que tenemos con otros. Los que olvidan
su misión divina procuran tan solo ahorrar o gastar para complacer
el orgullo o el egoísmo, y estos puede ser que disfruten de los pla-
ceres de este mundo; pero ante la vista de Dios, estimados en base
a sus realizaciones espirituales, son desventurados, miserables, po-
bres, ciegos y desnudos.

Cuando se emplea la riqueza en forma debida, esta se convierte


en un dorado vínculo de gratitud y afecto entre el hombre y sus se-
mejantes, y en un fuerte lazo que une sus afectos con su Redentor.
(OGRQLQdžQLWRTXH'LRVKL]RHQODSHUVRQDGHVX+LMRDPDGRH[LJH
expresiones tangibles de gratitud de parte de los recipientes de su
gracia. El que recibe la luz del amor de Cristo queda por ese motivo
EDMRODP¡VGHdžQLGDREOLJDFL³QGHLOXPLQDUFRQHVDOX]EHQGLWDDODV
almas que están en las tinieblas. (The Review and Herald, 16 de mayo
de 1882).

:: PARA DESPERTAR LOS ATRIBUTOS


DEL CARÁCTER DE CRISTO

El Señor permite que hombres y mujeres experimenten sufri-


PLHQWRV \ FDODPLGDGHV D džQ GH DUUDQFDUORV GH VX HJR­VPR \ SDUD
GHVSHUWDUHQHOORVORVDWULEXWRVGHVX>&ULVWR@FDU¡FWHUFRPSDVL³Q
ternura y amor.

El amor divino realiza sus llamamientos más conmovedores


cuando nos pide que manifestemos la misma tierna compasión que
Cristo expresó. Él fue varón de dolores, experimentado en quebran-
WRV‰OIXHDLJLJLGRFRQWRGDVQXHVWUDVDLJLFFLRQHV‰ODPDDKRPEUHV
y mujeres como una adquisición hecha con su propia sangre, y nos
dice: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros;

| 83 |
como yo os he amado, que también os améis unos a otros” Juan
13:34. (The Review and Herald, 13 de septiembre de 1906).

:: EL HONOR MÁS ELEVADO Y EL GOZO MÁS GRANDE

Dios es la fuente de vida, luz y gozo para todo el universo. Sus ben-
GLFLRQHVFRPRUD\RVGHVROLJX\HQGHVGH©OKDFLDWRGDVODVFULDWXUDV
TXH©OKDKHFKR(QVXDPRULQdžQLWRKDFRQFHGLGRDORVKRPEUHVHO
privilegio de llegar a ser participantes de la naturaleza divina, para
que ellos a su turno compartan las bendiciones con sus semejantes.
Esto constituye el honor más elevado y el gozo más grande que Dios
pueda derramar sobre los hombres. Estos son conducidos más cerca
de su Creador al convertirse en esta forma en participantes de los
trabajos de amor. El que rehúsa llegar a ser un “obrero juntamente
con Dios”, el hombre que por amor a la complacencia egoísta ignora
las necesidades de sus semejantes, el avaro que amontona sus teso-
ros está privándose de la bendición más rica que Dios puede propor-
cionarle. (The Review and Herald, 6 de diciembre de 1887).

:: LLAMAMIENTO A UNA MAYOR DILIGENCIA

El mundo y las iglesias están transgrediendo la ley de Dios, y hay


que dar esta advertencia: “Si alguno adora a la bestia y a su imagen,
y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del
vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su
ira” Apocalipsis 14:9, 10. Puesto que esta maldición pende sobre los
transgresores del santo sábado de Dios, ¿no deberíamos manifestar
mayor diligencia y mayor celo? ¿Por qué somos tan indiferentes, tan
egoístas, tan dedicados a los intereses temporales?

¿Se hallan nuestros intereses separados de Jesús? ¿Ha llegado a


ser la verdad demasiado aguda, demasiado próxima a nuestras al-
mas en su aplicación y como resultado de esto, lo mismo que los
discípulos de Cristo que se ofendieron, ¿nos hemos vuelto hacia las
cosas miserables del mundo? Gastamos dinero en propósitos egoís-
tas y en complacer nuestros propios deseos, mientras las almas
mueren sin el conocimiento de Jesús y la verdad. ¿Durante cuánto
tiempo continuará esto?

| 84 |
Todos deberían tener una fe viviente, una fe que obre por amor y
TXHSXULdžTXHHODOPD+RPEUHV\PXMHUHVHVW¡QOLVWRVDKDFHUFXDO-
quier cosa con tal de complacerse a sí mismos, ¡pero cuán poco es-
tán dispuestos a hacer por Jesús, y por sus semejantes que perecen
por falta de la verdad!...

:: LA NOTA TÓNICA DE LA ENSEÑANZA DE CRISTO

La abnegación es la nota tónica de las enseñanzas de Cristo. Con


frecuencia se impone este concepto a los creyentes con un lengua-
je que parece autoritario, porque no hay otra forma de salvar a los
hombres si no se los separa de su vida de egoísmo. Mientras Cris-
to vivió en el mundo hizo una correcta presentación del poder del
Evangelio... A cada alma que sufra con él mientras resiste al pecado,
trabaja por su causa y se niega a sí misma por el bien de otros, él le
promete una parte en la recompensa eterna de los justos. Ponien-
do en práctica el mismo espíritu que caracterizó la obra de su vida,
llegaremos a participar de su naturaleza. Al compartir esta vida de
VDFULdžFLRSRUDPRUDRWURVGLVIUXWDUHPRVFRQ©OODYLGDIXWXUDŶXQ
cada vez más excelente y eterno peso de gloria” 2 Corintios 4:17 (The
Review and Herald, 28 de septiembre de 1911).

:: LOS FRUTOS DEL EGOÍSMO

Los que permiten que un espíritu codicioso se posesione de ellos


fomentan y desarrollan los rasgos de carácter que harán que sus
nombres sean registrados en los libros del cielo como idólatras. A
WRGRV HVWRV VH ORV FODVLdžFD FRQ ORV ODGURQHV YLOLSHQGLDGRUHV \ H[-
torsionistas, ninguno de los cuales, declara la Biblia, heredarán el
reino de Dios. “Porque el malo se jacta del deseo de su alma, bendice
al codicioso, y desprecia a Jehová”. Salmos 10:3. Las características
de los codiciosos siempre están en pugna con el ejercicio de la ca-
ULGDGFULVWLDQD/RVIUXWRVGHOHJR­VPRVLHPSUHVHPDQLdžHVWDQHQHO
descuido del deber y en el fracaso en la tarea de emplear los dones
dados por Dios para el adelantamiento de su obra. (The Review and
Herald, 1 de diciembre de 1896).

| 85 |
MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que la batalla más grande que tengo


que pelear todos los días es contra el egoísmo y consciente de que si no
me rindo a Él diariamente y busco el poder de su Santo Espíritu será
imposible vencer, hoy decido entregarle todo mi corazón contribuyen-
GRFRQORVTXHP¡VQHFHVLWDQSDUDDV­UHLJHMDUHOFDU¡FWHUGH&ULVWRHQ
mi vida.

MI COMPROMISO

Me comprometo delante de Dios y de su Santo Espíritu y junto a mi


familia a rendirme a Él cada día; a clamar por su presencia en mi vida
para ser bautizado y reavivado, llegando a ser su instrumento de ben-
GLFL³QSDUDRWURVDOUHLJHMDUVXFDU¡FWHUHQPLYLGD

| 86 |
Una prueba
de lealtad
“Y EL DIEZMO DE LA TIERRA, ASÍ DE LA
DÍA 12

SIMIENTE DE LA TIERRA COMO DEL FRUTO


DE LOS ÁRBOLES, DE JEHOVÁ ES; ES COSA
DEDICADA A JEHOVÁ” LEVÍTICO 27:30

Ŷ'ȆȢȶȯȆǯdzȽǜȜȶȢȕȢȕȢȱɂdzdzȶȶɂɔȢ/ǜȯȲȆțdzȲǜȯȢȲǩȆȣȜ
dzȶǯdzȕ6dzȡȢȲɔǯdzǨdzɂȽȆȕȆəǜȲȶdzǩȢțȢɂȜȽdzȶȢȲȢȱɂdz‰ȕȃǜ
ǩȢȜǽȆǜǯȢ&ɂǜȜǯȢdzȕǩȢȲǜəȣȜdzȶȯȲȆɍǜǯȢǯdzdzǾȢȈȶțȢ
ǯdzȶȯȆdzȲȽǜǜȕǜȲdzǜȕȆǯǜǯǯdzȕǜǨȢȜǯǜǯɔdzȕǜțȢȲǯdz
'ȆȢȶɔdzȶȆȜǯɂǩȆǯȢǜȲdzǩȢȜȢǩdzȲǩȢȜdzȜȽɂȶȆǜȶțȢȶɂȶ
ȲdzȱɂdzȲȆțȆdzȜȽȢȶȐɂȶȽȢȶŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

“Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus
frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares re-
bosarán de mosto” Proverbios 3:9, 10. Este pasaje nos enseña que
'LRV FRPR HO 'DGRU GH WRGRV QXHVWURV EHQHdžFLRV WLHQH GHUHFKR
sobre todos ellos; que deberíamos considerar en primer lugar sus
derechos; y que los que honran esos derechos disfrutarán de una
bendición especial. En el pasaje mencionado se establece un prin-
cipio que se advierte en todos los tratos de Dios con el hombre. El
Señor colocó a nuestros primeros padres en el huerto del Edén. Los
rodeó con todo lo que podría servir para su felicidad y les pidió que
lo reconocieran como el poseedor de todas las cosas. Hizo crecer en
el huerto todo árbol agradable a los ojos o bueno para comer. Pero
se reservó uno entre todos ellos. Adán y Eva podían comer libre-
mente de todos los demás; pero de ese árbol especial Dios dijo: “No
comerás”. Eso constituía la prueba de su gratitud y lealtad a Dios.

| 87 |
Así también el Señor nos ha impartido el tesoro más rico del cie-
lo al darnos a Jesús. Con él nos ha dado todas las cosas para que dis-
frutemos de ellas abundantemente. Los productos de la tierra, las
cuantiosas cosechas, los tesoros de oro y plata, son sus dones. Ha en-
tregado a los hombres casas y tierras, alimento y vestido. Nos pide
que lo reconozcamos como el Dador de todas las cosas, y por esta
razón ha dicho: De todas vuestras posesiones me reservo la décima
parte para mí mismo, además de los donativos y las ofrendas, que
deben ser llevados a mi tesorería. Esto constituye la prueba de la
provisión que Dios ha hecho para promover la obra del Evangelio.

Este plan fue trazado por el Señor Jesucristo mismo, quien dio
su vida por la vida del mundo. Él, que dejó los recintos celestiales;
él, que dejó de lado su honor como Comandante de las huestes ce-
OHVWLDOHV ©O TXH YLVWL³ VX GLYLQLGDG FRQ OD KXPDQLGDG D džQ GH OH-
vantar a la raza caída, y él, que se empobreció por amor a nosotros
para que por su pobreza fuésemos hechos ricos, ha hablado a los
hombres, y en su sabiduría les ha presentado su propio plan para
el sostenimiento de los que llevan el mensaje al mundo. (The Review
and Herald, 4 de febrero de 1902).

:: EL TIEMPO Y LOS RECURSOS QUE DIOS SE RESERVA

El mismo lenguaje que se emplea en el mandamiento del diezmo


se usa también con respecto al sábado: “El séptimo día es reposo
para Jehová tu Dios”. El hombre no tiene derecho ni poder para po-
ner el primer día de la semana en lugar del séptimo. Puede preten-
GHUKDFHUORŶSHURHOIXQGDPHQWRGH'LRVHVW¡džUPHŷ7LPRWHR
Las costumbres y las enseñanzas de los hombres no disminuirán
ODYLJHQFLDGHODOH\GLYLQD'LRVKDVDQWLdžFDGRHOV©SWLPRG­D(VD
SRUFL³QHVSHF­džFDGHWLHPSRSXHVWDDSDUWHSRU'LRVPLVPRSDUDHO
culto religioso, continúa siendo tan sagrada hoy como cuando fue
VDQWLdžFDGDSRUSULPHUDYH]SRUQXHVWUR&UHDGRU

Asimismo, el diezmo de nuestras entradas es “santo a Jehová”. El


Nuevo Testamento no promulga de nuevo la ley del diezmo, como
tampoco la del sábado, porque la validez de ambas se da por esta-
EOHFLGD\VXSURIXQGRVLJQLdžFDGRHVSLULWXDOVHFRQVLGHUDH[SOLFDGR

| 88 |
0LHQWUDVQRVRWURVFRPRSXHEORSURFXUDPRVdžUPHPHQWHGDUD'LRV
el tiempo que él se ha reservado como suyo, ¿no le daremos también
esa parte de nuestros recursos que él reclama? (The Review and Herald,
16 de mayo de 1882).

:: HAY QUE DIEZMAR LAS POSESIONES


TANTO COMO LAS ENTRADAS

Tal como lo hizo Abraham, hay que pagar el diezmo de todo lo que
VHSRVHH\GHWRGRORTXHVHUHFLEH8QGLH]PRGDGRdžHOPHQWHHVOD
parte del Señor. Retenerlo es robar a Dios. Cada persona debe llevar
con liberalidad los diezmos y las ofrendas a la tesorería del Señor,
con buena voluntad y con gozo, porque al hacerlo así recibe una ben-
dición. Es peligroso retener como propia la parte que le pertenece a
Dios. (Manuscrito 159, 1899).

:: PARA CADA DISPENSACIÓN

7DO>VHUHdžHUHDODH[SHULHQFLDGH$EUDKDP\-DFREHQHOSDJRGHO
GLH]PR@IXHODSU¡FWLFDGHORVSDWULDUFDV\SURIHWDVTXHYLYLHURQDQ-
tes del establecimiento de los judíos como una nación. Pero cuando
Israel se convirtió en un pueblo separado, el Señor le dio instruc-
FL³QGHdžQLGDDFHUFDGHHVWHSXQWRŶ<HOGLH]PRGHODWLHUUDDV­GH
la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es;
es cosa dedicada a Jehová” Levítico 27:30. Esta ley no caducaría con
ORVULWRV\RIUHQGDVGHVDFULdžFLRTXHVLPEROL]DQD&ULVWR0LHQWUDV
Dios tenga un pueblo en el mundo, sus derechos sobre él serán los
mismos.

El diezmo de todo lo que poseemos es del Señor. Él se lo ha reser-


vado para que sea empleado con propósitos religiosos. Es santo. En
ninguna dispensación él ha aceptado menos que esto. Un descuido
o una postergación de este deber provocará el desagrado divino. Si
todos los cristianos profesos llevaran sus diezmos a Dios, su tesore-
ría estaría llena. (The Review and Herald, 16 de mayo de 1882).

| 89 |
:: CONCEDIDO COMO UNA GRAN BENDICIÓN

El sistema especial del diezmo se fundaba en un principio que


es tan duradero como la ley de Dios. Este sistema del diezmo era
una bendición para los judíos; de lo contrario, Dios no se lo hubie-
ra dado. Así también será una bendición para los que lo practiquen
KDVWDHOdžQGHOWLHPSR1XHVWUR3DGUHFHOHVWLDOQRFUH³HOSODQGH
la benevolencia sistemática para enriquecerse, sino para que fuese
una gran bendición para el hombre. Vio que este sistema de bene-
džFHQFLDHUDSUHFLVDPHQWHORTXHHOKRPEUHQHFHVLWDED Joyas de los
Testimonios 1:385, 386).

:: LAS NUEVE DÉCIMAS VALEN MÁS QUE LAS DIEZ DÉCIMAS

Muchos se han compadecido de la suerte del Israel de Dios que


estaba compelido a dar sistemáticamente, además de hacer ofren-
das liberales cada año. Un Dios sabio sabía mejor qué sistema de
liberalidad estaría de acuerdo con su providencia, y ha dado a su
pueblo instrucciones concernientes a él. Ha quedado demostrado
que las nueve décimas valen más que las diez décimas. (Testimonies
for the Church 3:546).

:: HA HABIDO UN CAMBIO MARCADO


DESDE LOS DÍAS DE LOS JUDÍOS

De todos nuestros ingresos debemos separar en primer lugar lo


que pertenece a Dios. En el sistema de benevolencia prescrito para
los judíos, se requería que estos llevasen al Señor las primicias de
todas las dádivas que él les había hecho, ya fuera en el aumento de
sus manadas o rebaños, o en la producción de sus campos, huer-
tos o viñedos; o bien debían redimir las primicias presentando una
suma equivalente. ¡Cuánto ha cambiado esto en nuestros días! Los
requerimientos y los derechos de nuestro Señor, si es que reciben
DWHQFL³QDOJXQDVHGHMDQSDUDHOdžQDO6LQHPEDUJRQXHVWUDREUD
necesita hoy diez veces más recursos económicos que en la época
de los judíos.

| 90 |
La gran comisión dada a los apóstoles les ordenaba ir a todo el
mundo y predicar el Evangelio. Esto muestra la extensión de la obra
en nuestros días y la mayor responsabilidad que descansa sobre
los seguidores de Cristo. Si la ley requería diezmos y ofrendas hace
miles de años, ¡cuánto más esenciales son estos ahora! Si en la eco-
nomía judía los ricos y los pobres debían dar sumas que estaban en
proporción con lo que poseían, es doblemente esencial que se haga
esto ahora. (Testimonies for the Church 4:474).

:: FUNDADO SOBRE PRINCIPIOS ETERNOS

El sistema del diezmo se remonta hasta más allá del tiempo de


Moisés. Ya en los días de Adán, se requería de los hombres que
ofreciesen a Dios donativos de índole religiosa, es decir, antes que
HOVLVWHPDIXHVHGDGRD0RLV©VHQIRUPDGHdžQLGD$OFXPSOLUORUH-
querido por Dios, debían manifestar, mediante sus ofrendas, apre-
cio por las misericordias y las bendiciones de Dios para con ellos.
Esto continuó durante las generaciones sucesivas y fue practicado
por Abraham, quien dio diezmos a Melquisedec, sacerdote del Altí-
simo. El mismo principio existía en los días de Jacob. Mientras Jacob
estaba en Betel, peregrino, desterrado y sin dinero, se acostó una
noche solitario y abandonado, teniendo una piedra por almohada, y
allí prometió al Señor: “De todo lo que me dieres, el diezmo lo he de
apartar para ti” Génesis 28:22. Dios no obliga a los hombres a dar.
7RGRORTXHHOORVGDQGHEHVHUYROXQWDULR‰OQRTXLHUHTXHDLJX\DQ
a su tesorería ofrendas que no se presenten con buena voluntad. (Jo-
yas de los Testimonios 1:372, 373).

:: PABLO RECONOCIÓ LA VALIDEZ DEL SISTEMA

En su primera carta a la iglesia de Corinto, Pablo instruyó a los


creyentes respecto a los principios generales sobre los cuales se
funda el sostén de la obra de Dios en la tierra. Escribiendo en cuanto
a sus labores apostólicas en favor de ellos, preguntó:
“¿Quién jamás peleó a sus expensas?, ¿quién planta viña, y no
come de su fruto?, ¿o quién apacienta el ganado, y no come de la
leche del ganado?, ¿digo esto según los hombres?, ¿no dice esto tam-
bién la ley? Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bo-

| 91 |
zal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes? ¿O díselo
enteramente por nosotros? Pues por nosotros está escrito; porque
con esperanza ha de arar el que ara; y el que trilla, con esperanza de
recibir el fruto.

“¿No sabéis que los que trabajan en el santuario, comen del san-
tuario, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así tam-
bién ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del
HYDQJHOLRŷ  &RULQWLRV  (O DS³VWRO VH UHdžUL³ DTX­ DO SODQ GHO
Señor para sostener a los sacerdotes que ministraban en el templo.
Aquellos que eran apartados para este sagrado cargo eran sosteni-
dos por sus hermanos, a quienes ellos ministraban las bendiciones
espirituales. “Y ciertamente los que de los hijos de Leví toman el
sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos
según la ley” Hebreos 7:5. La tribu de Leví fue escogida por el Señor
para los cargos sagrados pertenecientes al templo y al sacerdocio.
Acerca del sacerdote se dijo: “Porque le ha escogido Jehová, para
ministrar al nombre de Jehová” Deuteronomio 18:5. Dios reclamaba
como propiedad suya una décima parte de todas las ganancias...

$HVWHSODQSDUDHOVRVW©QGHOPLQLVWHULRVHUHdžUL³3DEORFXDQGR
dijo: “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio,
que vivan del evangelio”. Y más tarde, escribiendo a Timoteo, el
apóstol dijo: “Digno es el obrero de su jornal” 1 Timoteo 5:18. (Los
Hechos de los Apóstoles, 270, 271).

:: EL DERECHO DE DIOS SOBRE NOSOTROS

Dios tiene derecho sobre nosotros y sobre todo lo que poseemos.


Su derecho tiene supremacía sobre todos los demás. Y como reco-
nocimiento de ese derecho, él nos pide que le devolvamos una por-
FL³QdžMDGHWRGRORTXHQRVGD(OGLH]PRHVODSDUWHTXH©OHVSHUD
Por indicación del Señor le fue consagrado desde los tiempos más
antiguos...

Cuando Dios libró a Israel de Egipto para que fuera un tesoro


especial para él, le enseñó a dedicar el diezmo de sus posesiones al
servicio del tabernáculo. Esto era una ofrenda especial dedicada a

| 92 |
un trabajo especial. Todo lo que quedaba de sus bienes pertenecía a
Dios y debía ser usado para su gloria. Pero el diezmo era apartado
para el sostenimiento de los que ministraban en el santuario. Debía
darse de las primicias de los productos agrícolas, y juntamente con
los donativos y las ofrendas, proveía abundantes recursos para sos-
tener el ministerio del Evangelio para ese tiempo.

Dios no requiere menos de nosotros de lo que exigía a su pueblo


de la antigüedad. Los dones que nos da no son menores sino mayo-
res que los que ofrecía al Israel antiguo. Su servicio requiere recur-
sos económicos, y siempre los necesitará. La gran obra misionera
en favor de la salvación de las almas debe proseguir avanzando.
Mediante el diezmo, los donativos y las ofrendas, Dios ha estableci-
do una amplia provisión para su obra. Se propone que el ministerio
del Evangelio sea plenamente sustentado. Reclama el diezmo como
suyo, y este siempre debería considerarse como una reserva sagra-
GDTXHGHEHFRORFDUVHHQVXWHVRUHU­DSDUDEHQHdžFLRGHVXFDXVD
para el adelanto de su obra, para enviar sus mensajeros a “los luga-
res más allá”, hasta los últimos rincones del mundo.

Dios pide tan solo lo que es suyo. La primera porción es del Se-
±RU\GHEHXWLOL]DUVHFRPRXQWHVRURTXH©OKDFRQdžDGR The Review
and Herald, 8 de diciembre de 1896).

| 93 |
MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que, en las últimas horas de la historia


de este mundo, sus diezmos se necesitan más que nunca para terminar
VXREUDGHFLGRVHUdžHOHQODGHYROXFL³QVLVWHP¡WLFDGHORVGLH]PRVMXQ-
to a mi familia. El diezmo fue establecido por Dios desde el Edén, debe
ser respetado y llevado a la tesorería del templo tan pronto se reciba
una bendición.

MI COMPROMISO

Me comprometo a separar el diezmo de todos mis ingresos y devolver-


los tan pronto yo los reciba. También me comprometo a enseñar esta
verdad bíblica que Dios reclama como suya a mis hijos y a mi familia,
HGXF¡QGRORVDVHUdžHOHVD'LRVHQHVWDJUDQGHYHUGDGTXHWUDHU¡DEXQ-
dantes bendiciones prometidas por el mismo Dios.

| 94 |
Una cuestión
de honradez
DÍA 13

“CADA PRIMER DÍA DE LA SEMANA, CADA


UNO DE VOSOTROS PONGA APARTE ALGO,
SEGÚN HAYA PROSPERADO”
1 CORINTIOS 16:2

Ŷ4ɂdzȜǜǯȆdzǩɂǜȜǯȢȶdzɍdzdzȜǯȆǽȆǩɂȕȽǜǯdzȶ
ȽȢțdzdzȕǯȆȜdzȲȢǩȢȜȶǜǾȲǜǯȢǜȯȲȢȯȣȶȆȽȢȶȲdzȕȆǾȆȢȶȢȶɔȕȢ
ɂȶdzdzȜǨdzȜdzǽȆǩȆȢȯȲȢȯȆȢǩǜȕțǜȜǯȢȶɂǩȢȜǩȆdzȜǩȆǜǜȕǯdzǩȆȲ
ȱɂdzȕȢǯdzɍȢȕɍdzȲǝdzȜǜȕǾɃȜțȢțdzȜȽȢǽɂȽɂȲȢ(ȶțɂǩȃȢ
țdzȐȢȲȱɂdzǩȢȲȽdzȶɂȶǾǜȶȽȢȶȯǜȲǜȱɂdzǩȢȲȲdzȶȯȢȜǯǜȜǩȢȜ
ȶɂȶdzȜȽȲǜǯǜȶȱɂdzȲdzȶȽȲȆȜȐǜȶɂȶȜdzǩdzȶȆǯǜǯdzȶɔɍȆɍǜǩȢȜȕȢ
ȱɂdzǾǜȜǜȱɂdzɂȶǜȲdzȕǯȆȜdzȲȢǯdzȕ6dzȡȢȲ
ǩȢȜȯȲȢȯȣȶȆȽȢȶȶdzǩɂȕǜȲdzȶŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Un espíritu mezquino y egoísta impide que los hombres den a


Dios lo que es suyo. Dios ha establecido un pacto especial con los
hombres, según el cual si estos apartan regularmente la porción
destinada a promover el reino de Cristo, el Señor los bendice abun-
dantemente, a tal punto que no tendrán lugar para recibir sus do-
nes. Pero si los hombres retienen lo que pertenece a Dios, el Señor
declara llanamente: “Malditos sois con maldición” Malaquías 3:9...
Los que comprenden su dependencia de Dios sentirán que deben
ser honrados con sus semejantes, y, por sobre todo, deben ser hon-
rados con Dios, de quien proceden todas las bendiciones de la vida.
La desobediencia a los mandamientos positivos dados por Dios
concernientes a los diezmos y las ofrendas, queda registrada en los
libros del cielo como un robo perpetrado contra él.

| 95 |
Nadie que sea deshonesto con Dios o con sus semejantes puede
prosperar. El Dios altísimo, dueño del cielo y la tierra, dice: “No ten-
drás en tu bolsa pesa grande y pesa chica, ni tendrás en tu casa efa
grande y efa pequeño. Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo
tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que Jeho-
vá tu Dios te da” Deuteronomio 25:13-15. El Señor vuelve a expresar
su aborrecimiento de la falta de honradez por medio del profeta Mi-
queas: “¿Hay aún en casa del impío tesoros de impiedad, y medida
escasa que es detestable? ¿Daré por inocente al que tiene balanza
IDOVD"3RUHVR\RWDPEL©QWHKLFHHQLJDTXHFHUKLUL©QGRWHDVRO¡Q-
dote por tus pecados”. Miqueas 6:10-13. (The Review and Herald, 17 de
diciembre de 1889).

:: PÉRDIDA DE LA PAZ DE LA CONCIENCIA


POR INCUMPLIMIENTO

Cuando tratamos injustamente a nuestros semejantes o a Dios,


despreciamos la autoridad divina e ignoramos el hecho de que Cris-
to nos ha comprado con su propia vida. El mundo está robando a
Dios en gran medida. Cuanto más riquezas Él les imparte, tanto más
los hombres las reclaman como suyas para ser empleadas como a
ellos les agrada. ¿Pero irán en pos de las costumbres del mundo los
seguidores profesos de Cristo? ¿Perderemos la paz de la concien-
cia, la comunión con Dios y la comunidad con nuestros hermanos
debido a que hemos fallado en dedicar a su causa la porción que él
reclama como suya?

Los que pretenden ser cristianos que recuerden que están traba-
MDQGRFRQHOFDSLWDOTXH'LRVOHVKDFRQdžDGR\TXHVHUHTXLHUHGH
HOORVTXHVLJDQdžHOPHQWHODVLQVWUXFFLRQHVGHODV(VFULWXUDVFRQFHU-
nientes a su uso. Si vivís en armonía con Dios no cometeréis ningún
desfalco con los bienes de vuestro Señor ni los invertiréis en vues-
tras empresas egoístas...

Hermanos y hermanas, si el Señor os ha bendecido con recursos


džQDQFLHURVQRORVFRQVLGHU©LVFRPRSURSLRV&RQVLGHUDGORVFRPR
YXHVWURVSHURGDGRVHQGHS³VLWRSRU'LRV\VHGdžHOHV\KRQUDGRV
en el pago de los diezmos y las ofrendas. Cuando hacéis una prome-

| 96 |
sa tened la seguridad de que Dios espera que la paguéis tan pronto
como sea posible. No prometáis una parte al Señor para luego apro-
SLDURVGHHOODDdžQGHHPSOHDUODHQYXHVWUREHQHdžFLRQRVHDTXH
vuestras oraciones lleguen a ser abominación para él. El descuido
de estos deberes claramente revelados es lo que acarrea oscuridad
sobre la iglesia. (The Review and Herald, 17 de diciembre de 1889).

:: NO ES MEJOR QUE UN SACRILEGIO

Lo que se ha separado de acuerdo con las Escrituras como per-


teneciente al Señor, constituye el ingreso del Evangelio, y ya no nos
pertenece. La acción que comete un hombre al tomar recursos de la
WHVRUHU­DGHO6H±RUDdžQGHVHUYLUVHDV­PLVPRRGHEHQHdžFLDUDRWURV
en sus negocios seculares, no es mejor que un sacrilegio. Algunos han
cometido la falta de apartar del altar de Dios lo que ha sido dedicado
especialmente a él. Todos deberían considerar esto en la forma de-
ELGD4XHQDGLHFXDQGRVHYHHQGLdžFXOWDGHVWRPHHOGLQHURFRQVD-
JUDGRDSURS³VLWRVUHOLJLRVRV\ORXVHHQEHQHdžFLRSURSLRFDOPDQGR
su conciencia al decir que lo devolverá en algún momento futuro. Es
mucho mejor que corte sus gastos para que correspondan con sus
entradas, que restrinja sus necesidades y viva con lo que gana, que
usar el dinero del Señor con propósitos seculares. (Testimonies for the
Church 9:246, 247).

:: REGULARIDAD Y SISTEMA

Las instrucciones dadas por el Espíritu Santo por medio del


apóstol Pablo concernientes a los donativos, presentan un princi-
pio que se aplica también al diezmo: “Cada primer día de la semana,
cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado”
1 Corintios 16:2. Aquí se incluye a los padres y a los hijos. Esto se
dirige no solo a los ricos sino también a los pobres. “Cada uno dé
FRPRSURSXVRHQVXFRUD]³Q>JXLDGRSRUODVLQFHUDFRQVLGHUDFL³Q
GHOSODQSUHVFULWRSRU'LRV@QRFRQWULVWH]DQLSRUQHFHVLGDGSRU-
que Dios ama al dador alegre” 2 Corintios 9:7. Los donativos hay que
darlos en consideración a la benevolencia de Dios manifestada ha-
cia nosotros.

| 97 |
¿Y qué tiempo más apropiado podría elegirse para apartar el
diezmo y presentar nuestras ofrendas a Dios? En el día de reposo
pensamos en su bondad. Hemos contemplado su obra en la crea-
ción como una evidencia de su poder en la redención. Nuestros co-
razones están llenos de agradecimiento por su gran amor. Y ahora,
antes de que vuelva a comenzar el tráfago de la semana, le devolve-
remos lo que es suyo, y con ello una ofrenda para manifestarle nues-
tra gratitud. En esta forma nuestra práctica constituirá un sermón
semanal que declara que Dios es el dueño de todos nuestros bienes,
y que él nos ha hecho mayordomos suyos para que los empleemos
para su gloria. Cada acto de reconocimiento de nuestra obligación
hacia Dios fortalecerá el sentido del deber. La gratitud se profundi-
za cuando la expresamos y el gozo que proporciona es vida para el
alma y el cuerpo. (The Review and Herald, 4 de febrero de 1902).

:: PRIMERO EL DIEZMO Y LUEGO LAS OFRENDAS

El asunto de la dadivosidad no ha sido librado al impulso. Dios


QRVKDGDGRLQVWUXFFLRQHVGHdžQLGDVFRQFHUQLHQWHVD©O+DHVSHFLdž-
cado que los diezmos y las ofrendas constituyen nuestra obligación,
y desea que demos en forma regular y sistemática... Que cada uno
examine periódicamente sus entradas, las que constituyen una ben-
dición de Dios, y aparte el diezmo para que sea del Señor en forma
sagrada. Este fondo en ningún caso debería dedicarse a otro uso;
debe dedicarse únicamente para el sostén del ministerio evangéli-
co. Después de apartar el diezmo hay que separar los donativos y
las ofrendas “según haya prosperado” Dios. (The Review and Herald,
9 de mayo de 1893).

:: PRIMERO HAY QUE SATISFACER LOS DERECHOS DE DIOS

El Señor no solo reclama el diezmo como suyo, sino también es-


tablece cómo debería reservárselo para él. Dice: “Honra a Jehová
con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos”. Proverbios
3:9. Esto no nos enseña que debamos gastar los recursos en noso-
tros mismos y luego llevar al Señor lo que quede, aunque esto sea
también un diezmo honrado. La porción del Señor debe separarse
en primer lugar. (The Review and Herald, 4 de febrero de 1902).

| 98 |
No debemos consagrarle lo que queda de nuestras entradas des-
pués de haber satisfecho nuestras necesidades reales o imaginarias;
DQWHVGHJDVWDUQDGDGHEHPRVDSDUWDUORTXH'LRVKDHVSHFLdžFDGR
como suyo.

Muchas personas harán frente a todas las exigencias y los compromi-


sos inferiores o secundarios, y dejarán a Dios únicamente los restos, si es
que queda algo. Y si no queda nada, su causa tendrá que esperar hasta un
tiempo más propicio. (The Review and Herald, 16 de mayo de 1882).

:: PODÉIS EVITAR AHORA LA SENTENCIA


EN EL DÍA DEL JUICIO

/DSRVLFL³Q\ODLQLJXHQFLDSRUPX\H[DOWDGDVTXHVHDQQRGH-
berían convertirse en una excusa para hacer un mal uso de los bie-
nes del Señor. Los favores especiales de Dios deberían estimular-
nos a rendirle un servicio de todo corazón y afecto, pero muchos
que son bendecidos de esta manera olvidan al Dador, y se tornan
GHVFXLGDGRVGHVDdžDQWHV\OLEHUWLQRV'HVKRQUDQDO'LRVGHOFLHOR\
HMHUFHQXQDLQLJXHQFLDTXHGHVWUX\HDODVSHUVRQDVFRQTXLHQHVVH
asocian. No procuran aminorar los sufrimientos de los necesitados.
1RHGLdžFDQODREUDGH'LRV1RWUDWDQGHUHPHGLDUORVPDOHVGHORV
inocentes, de interceder por la causa de la viuda y el huérfano, o de
exponer un elevado modelo de carácter ante los encumbrados y los
humildes mostrando un espíritu de benevolencia y virtud. Pero por
el contrario, oprimen a los jornaleros; retienen fraudulentamente la
paga justa por el trabajo, engañan a los inocentes, roban a las viudas
y amontonan riquezas que se corrompen con la sangre de las almas.
Tendrán que comparecer ante el tribunal de Dios. Esta clase de per-
sonas no están haciendo la voluntad del Padre celestial, y escucha-
rán la severa condenación: “Apartaos de mí, hacedores de maldad”.
Mateo 7:23. The Review and Herald, 14 de febrero de 1888.

:: REVELACIONES ASOMBROSAS

¡Qué revelaciones se harán en el día del juicio! Se descubrirá que


muchos que se han llamado a sí mismos cristianos no son siervos de
Dios, sino siervos de sí mismos. El yo ha sido su centro; el servicio

| 99 |
egoísta ha sido la obra de su vida. Al vivir para agradarse a sí mismos
y para ganar todo lo que podían para ellos mismos, han invalidado y
empequeñecido las capacidades y las facultades que Dios les enco-
mendó. No han tratado honradamente con Dios. Sus vidas han cons-
tituido un largo sistema de robo. Estos ahora se quejan contra Dios
y sus semejantes, porque no se los reconoce ni se los favorece como
SLHQVDQTXHGHEHU­DQ3HURVXLQdžGHOLGDGVHU¡UHYHODGDHQDTXHOG­D
cuando el Señor juzgue los casos de todos. Él volverá y discernirá
“la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el
que no le sirve”. Malaquías 3:18. En aquel día, los que piensan que
Dios aceptará ofrendas mezquinas y un servicio prestado de mala
gana quedarán chasqueados. Dios no colocará su aprobación sobre
la obra de ningún hombre, encumbrado o humilde, rico o pobre que
QR KD\D VLGR KHFKD GH WRGR FRUD]³Q FRQ džGHOLGDG \ WRPDQGR HQ
cuenta su gloria. Pero los que han pertenecido a la familia de Dios
aquí abajo, que se han esforzado para honrar su nombre, han obte-
nido una experiencia que los hará como reyes y sacerdotes para con
'LRV\HOORVVHU¡QDFHSWDGRVFRPRVLHUYRVdžHOHV3DUDHOORVVHSUR-
QXQFLDU¡QHVWDVSDODEUDVŶ%LHQEXHQVLHUYR\džHOHQWUDHQHOJR]R
de tu Señor”. Mateo 25:21. The Review and Herald, 5 de enero de 1897.

:: NO HAY QUE PROFESAR SINO HACER

Cuando los casos de todos pasen en revista delante de Dios, no


se formulará esta pregunta: ¿Qué profesaron ellos?, sino estas otras:
¿Qué hicieron ellos? ¿Han sido ejecutores de la palabra? ¿Han vivido
para sí mismos? ¿O bien se han ejercitado en obras de benevolencia
\ERQGDGHQDPRUSUHdžULHQGRDORVGHP¡VDQWHVTXHDHOORVPLVPRV
\QHJ¡QGRVHDV­PLVPRVDdžQGHSRGHUEHQGHFLUDRWURV"

Si el registro muestra que tal ha sido su vida, que sus caracteres


están señalados por la ternura, la abnegación y la benevolencia, reci-
birán la bendita seguridad y bendición de Cristo: “Bien hecho”, y “Ve-
nid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros
GHVGHODIXQGDFL³QGHOPXQGRŷ0DWHR&ULVWRKDVLGRDLJLJLGR
y herido por nuestro marcado amor propio e indiferencia ante las
calamidades y las necesidades de los demás. (The Review and Herald,
13 de julio de 1886).

| 100 |
MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que por más que me encuentre en ex-


WUHPDQHFHVLGDGdžQDQFLHUDQRGHERWRFDUHOGLQHURVDJUDGRGHO6H±RU
hoy decido separar siempre los diezmos que son del Señor y devolver-
lo sin demora, así como las ofrendas según Él me haya bendecido. Mo-
tivaré a mi familia a realizar la misma decisión.

MI COMPROMISO

Me comprometo a nunca tocar el diezmo o la ofrenda; incluso cuando


PHHQFXHQWUHHQH[WUHPDQHFHVLGDGdžQDQFLHUD\DTXHHVWRDIHFWDU¡PL
vida espiritual y material. Deseo junto a mi familia vivir de acuerdo a
PLVLQJUHVRV\DVHUdžHODO6H±RUHQORTXHD‰OOHSHUWHQHFH

| 101 |
El mensaje
de Malaquías
“¿ROBARÁ EL HOMBRE A DIOS? PUES
VOSOTROS ME HABÉIS ROBADO. Y DIJISTEIS:
DÍA 14

¿EN QUÉ TE HEMOS ROBADO?” EL SEÑOR


RESPONDE: “EN VUESTROS DIEZMOS Y
OFRENDAS. MALDITOS SOIS CON MALDICIÓN,
PORQUE VOSOTROS, LA NACIÓN TODA,
ME HABÉIS ROBADO” MALAQUÍAS 3:8, 9

Ŷ'dzǽȲǜɂǯǜȲǜ'ȆȢȶdzȶdzȕǯdzȕȆȽȢțǝȶǾȲǜȜǯdz
ȱɂdzɂȜȃȢțǨȲdzȯɂdzǯǜǩȢțdzȽdzȲɔȶȆȜdzțǨǜȲǾȢ
dzȶȽdzȯdzǩǜǯȢdzȶȽǝțɂɔǜȲȲǜȆǾǜǯȢɔdzɓȽdzȜǯȆǯȢŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

El reproche, la amonestación y la promesa de Dios se dan con


lenguaje inequívoco en (Malaquías 3:8): “¿Robará el hombre a Dios?
Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos roba-
do?” El Señor responde: “En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos
sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis ro-
bado”.

El Señor del cielo desafía a quienes ha suplido con su abundan-


cia a probarlo. “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en
mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si
no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros
bendición hasta que sobreabunde”. Malaquías 3:10.

Este mensaje no ha perdido nada de su fuerza. Su importancia


se renueva constantemente así como los dones de Dios se renuevan
FRQWLQXDPHQWH1RKD\GLdžFXOWDGSDUDFRPSUHQGHUFX¡OHVQXHVWUR
deber a la luz de este mensaje dado por medio del santo profeta de

| 102 |
Dios. No se nos ha dejado para que tropecemos en las tinieblas y la
desobediencia. La verdad se declara con toda llaneza, y todos los
que deseen ser honrados ante Dios pueden comprenderla. El diez-
mo de todos nuestros ingresos es del Señor. Él coloca su mano sobre
ODSRUFL³QTXHKDHVSHFLdžFDGRTXHOHGHYROYDPRV\GLFH3HUPLWR
que uséis de mi abundancia después de haber apartado la décima
parte y de haberme traído donativos y ofrendas.

Dios pide que su diezmo sea llevado a su tesorería. Devuélvase


HVDSDUWHHQIRUPDHVWULFWDKRQUDGD\džHO$GHP¡VGHHVWR©OSLGH
vuestros donativos y ofrendas. A nadie se obliga a presentar delante
de Dios sus diezmos, donativos u ofrendas. Pero con la misma se-
guridad con la que se nos ha dado la Palabra de Dios, él requerirá
lo suyo con interés de la mano de cada ser humano. Si los hombres
VRQ LQdžHOHV HQ GHYROYHU D 'LRV OR TXH OH SHUWHQHFH VL SDVDQ SRU
alto la comisión dada a sus mayordomos, no seguirán teniendo la
EHQGLFL³QGHORTXHHO6H±RUOHVKDFRQdžDGR'LRVKDGDGRDFDGD
persona su obra. Sus siervos han de actuar en colaboración con él.
/RVKRPEUHVVLDV­ORSUHdžHUHQSXHGHQUHKXVDUUHODFLRQDUVHFRQVX
Hacedor; pueden negarse a entregarse a su servicio, y utilizar inde-
ELGDPHQWHORVELHQHVTXHOHIXHURQFRQdžDGRVSXHGHQGHMDUGHHMHU-
cer frugalidad y abnegación, y pueden olvidar que el Señor requiere
que le devuelvan una parte de lo que Él les ha dado. Tales personas
VRQPD\RUGRPRVLQdžHOHV

8Q PD\RUGRPR džHO KDU¡ WRGR OR TXH SXHGH HQ HO VHUYLFLR GH
Dios; su gran preocupación será la necesidad del mundo. Compren-
derá que el mensaje de verdad debe predicarse no solo en su propio
vecindario, sino en las regiones más alejadas. Cuando los hombres
WLHQHQHVWHHVS­ULWXHODPRUDODYHUGDG\ODVDQWLdžFDFL³QTXHUHFLEL-
rán mediante la verdad borrarán la avaricia, el engaño y toda clase
de falta de honradez. (RH, Supplement, 1 de diciembre de 1896).

:: UN ATREVIDO REPUDIO

“Entiendo que Ud. proclama también que no debemos pagar


diezmos”. Hermano mío, ‘quita tus zapatos de tus pies’; porque el lu-
gar donde Ud. está es tierra santa. El Señor me ha hablado con res-

| 103 |
pecto al pago de los diezmos. Él ha dicho: “Traed todos los diezmos
al alfolí, y haya alimento en mi casa”. Muy recientemente se me ha
dado luz directa de parte del Señor sobre este asunto, según la cual
muchos adventistas del séptimo día estaban robando a Dios en los
diezmos y las ofrendas, y se me reveló claramente que Malaquías
ha declarado el caso tal como es en realidad. Luego entonces, ¿cómo
osa algún hombre siquiera pensar en su corazón que una sugestión
para retener los diezmos y las ofrendas viene del Señor? ¿Dónde,
hermano, se ha descaminado Ud. de la senda?
“¡Oh, encamínese de nuevo a la senda recta!” (Testimonios para los
Ministros, 60.1).

:: ROBANDO A DIOS

El hecho de que vuestros nombres están inscritos en el libro de


la iglesia no os convierte en cristianos. Debéis llevar vuestros dona-
WLYRVDODOWDUGHVDFULdžFLR\FRODERUDUFRQ'LRVDOP¡[LPRGHYXHV-
tra capacidad, para que por medio de vosotros él pueda revelar la
belleza de su verdad. No retengáis nada que sea del Salvador. Todo
le pertenece. No tendríais nada para dar si él no os lo hubiera dado
primero. El egoísmo se ha introducido y se ha apoderado de lo que
le pertenece a Dios. Esto es codicia, lo cual es idolatría. Los hom-
bres monopolizan lo que Dios les ha prestado, como si fuera de su
propiedad, para hacer lo que les place. Cuando su capacidad para
allegar riquezas es complacida, piensan que sus posesiones los ha-
cen valiosos a la vista de Dios. Esto es una trampa, un engaño de
Satanás.

¿De qué valen la pompa y la ostentación exteriores? ¿Qué ganan


hombres y mujeres con el orgullo y la complacencia de sí mismos?
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y
perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”
Mateo 16:26. La riqueza mundanal es efímera. Podemos obtener ri-
quezas eternas únicamente por medio de Cristo. La riqueza que él
nos concede escapa a todo cómputo. Habiendo encontrado a Dios
somos supremamente ricos en la contemplación de su tesoro. “Co-
sas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre,
son las que Dios ha preparado para los que le aman” 1 Corintios 2:9.

| 104 |
Formulaos esta pregunta: ¿Qué estoy haciendo con los talentos
del Señor? ¿Os estáis colocando en una situación en la que se os pue-
den aplicar estas palabras: “Malditos sois con maldición, porque vo-
sotros, la nación toda, me habéis robado”? Malaquías 3:9. Estamos
viviendo en un tiempo de solemne privilegio y de cometido sagrado;
un tiempo en el que nuestro destino está siendo decidido para vida
o para muerte. Recuperemos nuestra sensatez. Vosotros que preten-
déis ser hijos de Dios, llevad vuestros diezmos a su tesorería. Dad
ofrendas en forma voluntaria y abundante, según Dios os haya pros-
SHUDGR5HFRUGDGTXHHO6H±RURVKDFRQdžDGRFLHUWRVWDOHQWRVFRQ
los que debéis negociar diligentemente para él. Recordad también
TXHHOVLHUYRdžHOQRVHDWULEX\HQDGDDV­PLVPR7RGDDODEDQ]D\JOR-
ria son dadas al Señor: Tú me entregaste tu depósito. No habría sido
posible ganancia alguna sin que primero hubiese habido un depó-
sito. No habría podido haber ningún interés sin un capital. El capital
fue adelantado por el Señor. El éxito en los negocios procede de él, y
a él pertenece la gloria.

¡Oh, si todos los que conocen la verdad obedecieran la enseñan-


za de esa verdad! ¿Por qué son tan ciegos los hombres que están en
el umbral mismo del mundo eterno? Hablando en términos genera-
les no hay escasez de medios entre los adventistas. Pero muchos ad-
ventistas no logran comprender la responsabilidad que les asiste de
cooperar con Dios y Cristo en la salvación de las almas. No expresan
ante el mundo el gran interés que Dios tiene en los pecadores. No
aprovechan al máximo las oportunidades que se les conceden. La
lepra del egoísmo ha entrado en la iglesia. El Señor Jesucristo sana-
rá a la iglesia de esta terrible enfermedad si ella quiere ser curada.
El remedio se encuentra en el capítulo 58 de Isaías. (The Review and
Herald, 10 de diciembre de 1901).

:: UN ASUNTO SERIO

Es un asunto serio utilizar mal los bienes del Señor, robarle a Dios;
porque al hacerlo se pervierte la capacidad de percibir y el corazón
se endurece. Cuán árida es la experiencia religiosa y cuán confusa es
la comprensión del que no ama a Dios con amor puro y sin egoísmo,
y del que falla, por lo tanto, en amar a su prójimo como a sí mismo...

| 105 |
(OJUDQG­DdžQDOUHYHODU¡DQWHHOORV\WRGRHOXQLYHUVRHOELHQTXH
habría podido hacerse si ellos no hubiesen seguido sus inclinacio-
nes egoístas robando así a Dios en los diezmos y las ofrendas. Ha-
brían podido colocar su tesoro en el banco del cielo y preservarlo
en bolsas que no envejecen; pero en lugar de hacerlo, lo gastaron en
ellos mismos y en sus hijos, y al parecer temían que el Señor reci-
ELHVHDOJRGHVXGLQHURRVXLQLJXHQFLD\GHHVWDPDQHUDDFDUUHDURQ
sobre sí pérdida eterna. Piensen ellos en el resultado de retener lo
que es de Dios.

(OVLHUYRLQdžHOTXHQRSXVRDLQWHU©VHOGLQHURGHVX6H±RUSLHUGH
una herencia eterna en el reino de gloria. (The Review and Herald, 22
de enero de 1895).
Defraudar a Dios es el delito más grande que un hombre pueda
cometer; y sin embargo este pecado está muy arraigado y extendi-
do. (The Review and Herald, 13 de octubre de 1896).

:: CADA PESO ES IMPUTADO

¿Retendréis de Dios lo que le pertenece? ¿Alejaréis de la teso-


rería la porción que Dios reclama como suya? Si lo hacéis, estaréis
robando a Dios, y cada peso será imputado contra vosotros en los
libros del cielo. (The Review and Herald, 23 de diciembre de 1890).

:: ¿POR QUÉ ALGUNOS PIERDEN LA BENDICIÓN?

Apresuraos, hermanos y hermanas, en devolver a Dios un diez-


PRdžHO\HQOOHYDUOHWDPEL©QRIUHQGDVGHDJUDGHFLPLHQWRYROXQWD-
rias. Hay muchos que no serán bendecidos hasta que restituyan los
diezmos que han retenido. Dios espera que redimáis el pasado. La
mano de la santa ley alcanza a cada alma que disfruta de los bene-
džFLRVGH'LRV4XHORVTXHKDQUHWHQLGRHOGLH]PRKDJDQXQF¡OFXOR
exacto y devuelvan al Señor lo que han robado de su obra. Haced
restitución y llevad al Señor ofrendas de paz. “¿O forzará alguien
mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo”. Isaías 27:5.
Si reconocéis que habéis obrado mal al apropiaros de sus bienes, y
os arrepentís cabalmente, él perdonará vuestra transgresión. (The
Review and Herald, 10 de diciembre de 1901).

| 106 |
:: SE HA LLEVADO OSCURIDAD A LAS IGLESIAS

$OJXQRVGHMDQGHHGXFDUDODJHQWHHQORTXHVHUHdžHUHDOFXPSOL-
miento de su deber. Predican esa parte de nuestra fe que no desper-
tará oposición ni desagradará a los oyentes; pero no declaran toda
la verdad. La gente disfruta de su predicación; pero hay falta de es-
piritualidad porque no se satisfacen los derechos de Dios. Su pueblo
no le da los diezmos y las ofrendas que le pertenecen. Este robo per-
petrado contra Dios, practicado tanto por ricos como por pobres, ha
llevado oscuridad a las iglesias; y los pastores que trabajan con la
gente y no les presentan la sencilla voluntad revelada de Dios, son
puestos bajo condenación con la gente, porque han descuidado su
deber. (The Review and Herald, 8 de abril de 1884).

:: SE TOMA NOTA DE TODA RETENCIÓN EGOÍSTA

El Señor lee los pensamientos codiciosos en cada corazón que se


propone retener lo que le pertenece. Dios ve a los que son egoísta-
mente descuidados en pagar sus diezmos y en llevar sus donativos
y ofrendas a la tesorería. El Señor Jehová lo comprende todo. Así
como se escribe un libro de memoria delante de Él acerca de los
que temen al Señor y piensan en su nombre, así también se lleva
un registro de todos los que se apoderan de los dones que Dios les
KDHQYLDGRDdžQGHTXHORVXVHQSDUDODVDOYDFL³QGHODVDOPDV The
Review and Herald, 16 de mayo de 1893).

:: EL MAYORDOMO INFIEL EXPERIMENTARÁ


UNA GRAN PÉRDIDA

La promesa hecha a los que honran a Dios de su sustancia toda-


vía está registrada sobre las páginas sagradas. Si el pueblo del Señor
KXELHUD REHGHFLGR džHOPHQWH VXV GLUHFWLYDV OD SURPHVD VH KDEU­D
cumplido para ellos. Pero cuando los hombres pasan por alto las pre-
tensiones de Dios establecidas claramente delante de ellos, el Señor
permite que sigan sus propios caminos y cosechen el fruto de sus ac-
ciones. Quien quiera que se apodere para su propio uso de la porción
que Dios se ha reservado está demostrando que es un mayordomo

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LQdžHO3HUGHU¡QRVRORORTXHKDUHWHQLGRGH'LRVVLQRWDPEL©QORTXH
se le dio como suyo. (The Review and Herald, 4 de febrero de 1902).

MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que no es bueno retener, por ningún


motivo, los diezmos y las ofrendas, hoy decido hacer restitución de
cada centavo y devolverlo a la tesorería del Señor lo más antes posible.
A menos que lo haga, no alcanzaré la bendición de Dios.

MI COMPROMISO

Me comprometo con el Señor, en caso haya retenido lo que le pertene-


ce, hacer restitución de todo centavo que es de Él. Deseo seguir siendo
džHOHQVXVGLH]PRV\RIUHQGDVWRGDPLYLGD\HQVH±DUFRQPLHMHPSORD
PLIDPLOLDHLJOHVLDODVEHQGLFLRQHVGHODdžGHOLGDGD'LRV

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Probemos
al Señor
DÍA 15

“EL QUE SIEMBRA ESCASAMENTE,


TAMBIÉN SEGARÁ ESCASAMENTE”.
2 CORINTIOS 9:6

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(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Si hay un tema en el que Dios mismo nos desafía a probarlo es jus-


tamente este, el del diezmo y las ofrendas. Si Dios es quien nos desafía,
HQWRQFHVYDOHODSHQDH[SHULPHQWDUORDOdžQDOQRSHUGHU¡VQDGDQXQFD
se pierde experimentando, siempre se gana experiencia en la vida y si se
trata de Dios mucho mejor ya que con Él nadie jamás ha perdido nada.
Si aún no has tenido la experiencia de probar a Dios en los diezmos y
ofrendas, esta es tu oportunidad, no la dejes pasar. Si ya lo probaste y
viste sus milagros en tu vida, familia, trabajo, empresa, etc., pues sé un
WHVWLPRQLRYLYRGHVXSRGHUKDFLDORVGHP¡VWRGRFRQODdžQDOLGDGGH
que otros también experimenten sus bendiciones y esto se multiplique
HQXQJUDQQºPHURGHKLMRVHKLMDVdžHOHV\OOHQRVGHEHQGLFL³QFXDQWR
más el tiempo se está terminando.

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“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y pro-
badme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las
ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que
sobreabunde”. Malaquías 3:10. ¿Obedeceremos a Dios y le llevaremos
WRGRVQXHVWURVGLH]PRV\RIUHQGDVSDUDTXHKD\DDOLPHQWRDdžQGHVD-
tisfacer las necesidades de las almas que sienten hambre por el pan de
vida? Dios nos invita a ponerlo a prueba ahora mismo, cuando el año
YLHMR VH DSUR[LPD D VX džQDO KDJ¡PRVOR DV­ \ SHUPLWDPRV TXH HO D±R
nuevo nos encuentre con la tesorería de Dios reabastecida...

Él nos ha dicho que abrirá las ventanas del cielo y derramará


sobre nosotros bendiciones hasta que sobreabunde. Él empeña su
Palabra: “Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os
destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril,
dice Jehová de los ejércitos”. Malaquías 3:11. De manera que su Pala-
bra constituye nuestra seguridad de que nos bendecirá de tal modo
que llegaremos a dar diezmos y ofrendas aún mayores. “Volveos
a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos”.
Malaquías 3:7.

Hermanos, ¿cumpliréis con las condiciones? ¿Ofreceréis en for-


ma voluntaria, con gozo y abundantemente? Las misiones extran-
jeras necesitan los recursos que proceden de los Estados Unidos.
¿Pedirán en vano? Las misiones nacionales tienen gran necesidad
de dinero; han sido establecidas por fe en diferentes lugares del
campo. ¿Serán dejadas para que languidezcan y mueran? ¿No nos
levantaremos para obrar? Que Dios ayude a su pueblo a hacer lo
mejor que pueda.

Este mensaje no ha perdido nada de su fuerza. Su importancia


se renueva constantemente así como los dones de Dios se renuevan
FRQWLQXDPHQWH1RKD\GLdžFXOWDGSDUDFRPSUHQGHUFX¡OHVQXHVWUR
deber a la luz de este mensaje dado por medio del santo profeta de
Dios. No se nos ha dejado para que tropecemos en las tinieblas y la
desobediencia. La verdad se declara con toda llaneza, y todos los
que deseen ser honrados ante Dios pueden comprenderla. El diez-
mo de todos nuestros ingresos es del Señor. Él coloca su mano sobre
ODSRUFL³QTXHKDHVSHFLdžFDGRTXHOHGHYROYDPRV\GLFH3HUPLWR

| 110 |
que uséis de mi abundancia después de haber apartado la décima
parte y de haberme traído donativos y ofrendas. (Consejos sobre Ma-
yordomía Cristiana, 87.3).

Dios pide que su diezmo sea llevado a su tesorería. Devuélvase


HVDSDUWHHQIRUPDHVWULFWDKRQUDGD\džHO$GHP¡VGHHVWR©OSLGH
vuestros donativos y ofrendas. A nadie se obliga a presentar delante
de Dios sus diezmos, donativos u ofrendas. Pero con la misma se-
guridad con la que se nos ha dado la Palabra de Dios, él requerirá
lo suyo con interés de la mano de cada ser humano. Si los hombres
VRQLQdžHOHVHQGHYROYHUD'LRVORTXHOHSHUWHQHFHVLSDVDQSRUDOWR
la comisión dada a sus mayordomos, no seguirán teniendo la ben-
GLFL³QGHORTXHHO6H±RUOHVKDFRQdžDGR Consejos sobre Mayordomía
Cristiana, 87.4).

:: NO SE CORRE NINGÚN RIESGO

¡Oh, qué seguridad benigna, plena y completa se nos da, si tan


solo hacemos lo que Dios requiere! Proceded en este asunto como
si creyeseis que el Señor hará tal como ha prometido. Arriesgue-
mos algo contra la Palabra de Dios. Muchas personas, en su celo por
enriquecerse, corren grandes riesgos; pasan por alto cosas de im-
SRUWDQFLDHWHUQD\VDFULdžFDQQREOHVSULQFLSLRV\VLQHPEDUJRSXH-
den perderlo todo en el juego. Pero al cumplir con las invitaciones
eternas nosotros no corremos ningún riesgo. Debemos aceptar la
3DODEUDGH'LRV\FRQIHVHQFLOODGHEHPRVDYDQ]DUFRQdžDQGRHQOD
promesa, y dar al Señor lo que es suyo. (The Review and Herald, 18 de
diciembre de 1888).

:: PÉRDIDA EN LUGAR DE GANANCIA

Muchos que profesan ser cristianos proveen abundantemen-


te para ellos mismos, y suplen todas sus necesidades imaginarias
mientras no prestan atención a las necesidades de la causa del Se-
ñor. Piensan que es ganancia retener todos los dones del Señor, o
una proporción egoísta de ellos. Pero encuentran pérdida en lugar
GHJDQDQFLD6XFRQGXFWDSURYRFDODVXVSHQVL³QGHORVEHQHdžFLRV\
bendiciones. Los hombres han perdido mucho a causa de su espíri-

| 111 |
tu egoísta y avaro. Si hubiesen reconocido con plenitud y volunta-
riamente los requerimientos de Dios y si los hubiesen satisfecho, su
bendición se habría manifestado aumentando la producción de la
tierra. Las cosechas habrían sido más abundantes. Las necesidades
de todos habrían sido ampliamente satisfechas. Cuanto más demos
tanto más recibiremos. (The Review and Herald, 8 de diciembre de
1896).

:: LOS MANDATOS DE DIOS


VAN ACOMPAÑADOS DE PROMESAS

El deber es el deber, y debe cumplirse por esa misma razón. Pero


el Señor tiene compasión de nosotros en nuestra condición caída
y acompaña sus mandatos con promesas. Pide a su pueblo que lo
pruebe y declara que recompensará la obediencia con las bendicio-
nes más ricas. Nos estimula a darle y declara que lo que él nos re-
tribuya estará en proporción con los donativos que le hagamos. “El
que siembra escasamente, también segará escasamente” 2 Corintios
9:6. Dios no es injusto para que se olvide de vuestro trabajo y de
vuestras acciones de amor.

b&X¡QWLHUQR\džHOHV'LRVFRQQRVRWURV1RVKDGDGRHQ&ULVWRODV
EHQGLFLRQHVP¡VHVFRJLGDV0HGLDQWH©OSXVRVXdžUPDHQHOFRQWUD-
to que ha hecho con nosotros. (The Review and Herald, 3 de diciembre
de 1901).

:: APODERÁNDOSE DE LOS FONDOS


QUE DIOS SE RESERVA

El Señor me ha dado últimamente testimonios especiales con-


cernientes a las advertencias y promesas que él ha dado por me-
dio de Malaquías. Después de hablar con gran claridad en la iglesia
GH6\GQH\>$XVWUDOLD@\PLHQWUDVPHSRQ­DPLURSDGHDEULJRHQHO
cuarto de vestir, se me hizo esta pregunta: “Hna. White, ¿cree Ud.
que mi padre debería pagar el diezmo? Ha tenido grandes pérdidas
recientemente, y dice que tan pronto como cancele su deuda, paga-
rá el diezmo”. Le pregunté: “¿Cómo considera Ud. las obligaciones
hacia Dios, quien nos da la vida y la respiración, y todas las bendi-

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ciones de que disfrutamos? ¿Le parece a Ud. que nuestra deuda con
Dios debe aumentar continuamente? ¿Quitará Ud. a Dios la parte
que él nunca nos ha dado para que la empleemos con otro propósito
que no sea la promoción de su obra, para sostener a sus siervos en
el ministerio? Para responder a su pregunta, el profeta Malaquías
dice: ‘¿Robará el hombre a Dios?... y dijisteis: ¿En qué te hemos ro-
bado?’—como si voluntariamente se quisiera entender mal este
tema. Pero a continuación se da la respuesta: ‘En vuestros diezmos
y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación
toda, me habéis robado’. Después de esta declaración, ¿me atrevería
a decirle: Ud. no necesita pagar el diezmo mientras esté endeudado?
¿Debería decirle que debe pagar todo lo que debe a cualquier perso-
na, aunque robe a Dios para hacerlo?”.

Si todos aceptaran lo que dice la Escritura, y abrieran sus cora-


zones para comprender la palabra de Dios, no dirían: “No puedo
comprender el asunto del diezmo. No puedo entender que en mis
circunstancias tenga que pagar el diezmo”. “¿Robará el hombre a
Dios?”. El resultado de hacerlo ha sido claramente expresado, y yo
no arriesgaría las consecuencias. Todos los que decidan obedecer a
Dios de todo corazón; los que no se apoderen de los fondos reserva-
dos de Dios como su propio dinero para pagar sus deudas; los que
devuelvan al Señor la parte que él reclama como suya, recibirán la
bendición de Dios que se promete a los que le obedecen. (Special
Testimony to Battle Creek Church, 9, 10, agosto, 1896).

:: LA VERDADERA RAZÓN DE LA RETENCIÓN

Vi que algunos se han disculpado por no ayudar a la causa de


Dios debido a sus deudas. Si hubieran examinado detenidamente sus
propios corazones, habrían descubierto que el egoísmo era la razón
por la que no llevaban ofrendas voluntarias a Dios. Algunos siempre
estarán endeudados. Debido a su codicia, la mano próspera de Dios
no los acompañará para bendecir sus empresas. Aman a este mundo
más que a la verdad. No se están disponiendo ni preparando para el
reino de Dios. (Testimonies for the Church 1:225).

| 113 |
:: DIEZMOS RETENIDOS POR FALTA DE CONFIANZA

El diezmo es sagrado, y ha sido reservado por Dios mismo. Debe


ser llevado a su tesorería para que se lo emplee en la sustentación
de los obreros evangélicos. Durante largo tiempo el Señor ha sido
robado porque hay quienes no comprenden que el diezmo es la por-
ción que Dios se ha reservado. Algunos no han estado satisfechos y
KDQGLFKRŶ1RSDJDU©P¡VPLGLH]PRSRUTXHQRWHQJRFRQdžDQ]D
en la forma cómo se manejan las cosas en el corazón de la obra”.

¿Pero robaréis a Dios porque pensáis que el manejo de la obra no


es correcto? Presentad vuestras quejas en forma clara y abierta, con
el espíritu debido, a las personas debidas. Pedid que las cosas sean
ajustadas y puestas en orden; pero no retengáis lo que corresponde
DODREUDGH'LRVGHPRVWUDQGRDV­TXHVRLVLQdžHOHVSRUTXHRWURV
no están obrando correctamente. (Testimonies for the Church 9:249).

:: EL PRIMER DEBER HACIA DIOS

Algunos piensan que tienen obligaciones inviolables hacia sus


hijos. Deben dar a cada uno su parte, pero se sienten incapaces de
reunir recursos para ayudar la causa de Dios. Presentan como ex-
cusa que tienen un deber hacia sus hijos. Esto puede ser así, pero su
SULPHUGHEHUVHUHdžHUHD'LRV1RSHUPLW¡LVTXHQDGLHSUHVHQWHVXV
pretensiones y os induzca a robar a Dios. No permitáis que vuestros
hijos roben vuestra ofrenda del altar de Dios para usarla en su pro-
SLREHQHdžFLR Testimonies for the Church 1:220).

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MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que Dios “reprende al devorador” y


que desea bendecirme de manera abundante, hoy decido aceptar el
desafío de probarle a Dios en la devolución de sus diezmos y la adora-
ción mediante las ofrendas; y así ver sus abundantes bendiciones en
mi vida y mi familia.

MI COMPROMISO

Me comprometo con el Señor a experimentar sus abundantes bendi-


FLRQHVFRPRIUXWRGHPLdžGHOLGDGD‰OHQORVGLH]PRV\ODVRIUHQGDV
colocándole a Él en el primer lugar de mi corazón. También hago este
compromiso con mi amada familia, para que juntos podamos ver las
bendiciones abundantes de Dios.

| 115 |
Que hacer
con los diezmos
DÍA 16

atrasados
“Y ESTA PIEDRA QUE HE PUESTO POR SEÑAL,
SERÁ CASA DE DIOS; Y DE TODO LO QUE ME
DIERES, EL DIEZMO APARTARÉ PARA TI”
GÉNESIS 28:22

Ŷ4ɂdzȕȢȶȱɂdzȃǜȜȕȕdzǾǜǯȢǜȶdzȲǯdzȶǩɂȆǯǜǯȢȶdz
ȆȜǯȆǽdzȲdzȜȽdzȶɔȲdzȽȆdzȜdzȜȶɂȶǯȆdzəțȢȶɔȢǽȲdzȜǯǜȶȶdz
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(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Como resultado de las reuniones especiales realizadas en la iglesia


de..., se ha producido un progreso decidido en espiritualidad, piedad,
caridad y actividad. Se predicó acerca del pecado de robar a Dios en
los diezmos y ofrendas...
Muchos confesaron que no habían pagado los diezmos durante
años; y sabemos que Dios no puede bendecir a los que le roban, y que
la iglesia debe sufrir las consecuencias de los pecados de sus miem-
bros individuales. En los libros de nuestra iglesia hay una gran can-
tidad de nombres, y si todas esas personas pagaran prontamente un
diezmo honrado al Señor, lo que constituye su parte, la tesorería no
carecería de recursos...

Cuando se presentó el pecado de robar a Dios, la gente recibió un


concepto más claro de su deber y privilegio en este asunto. Un her-
mano dijo que durante dos años no había devuelto sus diezmos, y que

| 116 |
estaba desesperado, pero después de confesar su pecado comenzó a
cobrar esperanza. “¿Qué debo hacer?” —preguntó. Le dije: “Entregue
una promesa escrita al tesorero de la iglesia; eso tendrá valor formal”.

Él pensó que eso constituía un pedido más bien extraño, pero se


sentó y comenzó a escribir: “Por valores recibidos, prometo devol-
ver...” Levantó la cabeza como para preguntar: ¿Es esta la forma ade-
cuada de formular una promesa al Señor?

“Sí, continuó, por valores recibidos. ¿Acaso no he estado reci-


biendo las bendiciones de Dios día tras día? ¿No me han protegido
los ángeles? ¿No me ha bendecido el Señor con toda clase de ben-
diciones espirituales y temporales? Por valores recibidos, prometo
pagar la suma de 571.50 dólares al tesorero de la iglesia”. Después de
haber realizado todo lo posible de su parte, se sintió feliz. Al cabo
de pocos días había cumplido su promesa pagando los diezmos a la
tesorería. También realizó un donativo de 125 dólares en ocasión de
la Navidad.

Otro hermano hizo una promesa escrita por 1000 dólares, espe-
rando pagarla al cabo de pocas semanas. Y un tercero prometió pa-
gar 300 dólares. (The Review and Herald, 19 de febrero de 1889).

:: LOS DIEZMOS ATRASADOS SON PROPIEDAD DE DIOS

Muchas personas durante largo tiempo no han tratado honrada-


mente con Dios. Al no separar el diezmo cada semana han dejado
que este se acumule hasta constituir una suma voluminosa, y ahora
se resisten a pagarlo. Conservan esos diezmos atrasados y los utili-
zan como si les pertenecieran. Pero son propiedad de Dios que ellos
han rehusado poner en su tesorería. (The Review and Herald, 23 de
diciembre de 1890).

:: LOS DESCUIDADOS Y LOS INDIFERENTES


EN EL CUMPLIMIENTO DE SU DEBER

Que los que han llegado a ser descuidados e indiferentes, y retie-


nen sus diezmos y ofrendas, se acuerden que están bloqueando el

| 117 |
camino e impidiendo que la verdad llegue a regiones lejanas. Se me
ha indicado que diga al pueblo de Dios que redima su honor devol-
YLHQGRD'LRVdžHOPHQWHHOGLH]PR Manuscrito 44, 1905).

:: PAGANDO POR MEDIO DE UN PAGARÉ

El viernes de mañana hablé acerca del diezmo. Este tema no ha


sido presentado en las iglesias en la forma debida, y ese descuido
MXQWDPHQWHFRQODGHSUHVL³QdžQDQFLHUDKDRFDVLRQDGRXQDPDUFDGD
disminución de los diezmos durante el año pasado. En esta asocia-
ción el tema se ha presentado cuidadosamente en una reunión tras
otra...

Un hermano de distinguida apariencia, delegado de Tasmania,


vino a verme y me dijo: “Me alegro de haberle oído hablar acerca
del diezmo. No sabía que fuera una cosa tan importante. No seguiré
descuidándolo”. Y luego comenzó a calcular la cantidad de diezmo
que debía durante los últimos veinte años, y dijo que lo pagaría con
tanta rapidez como pudiera, porque no quería que el pecado de ha-
ber robado a Dios, registrado en los libros del cielo, lo enfrentara en
el juicio.

Una hermana de la iglesia de Melbourne ha traído once libras


HVWHUOLQDV > G³ODUHV@ FRPR GLH]PRV DWUDVDGRV TXH HOOD QR KDE­D
comprendido que debía pagar. A medida que han recibido la luz,
muchas personas han confesado que están endeudadas con Dios y
han manifestado su determinación de pagar esa deuda... Les pro-
puse que llevaran a la tesorería sus pagarés prometiendo pagar la
cantidad completa correspondiente a un diezmo honrado tan pron-
to como pudieran obtener el dinero. Muchas cabezas se inclinaron
PDQLIHVWDQGR DVHQWLPLHQWR \ WHQJR FRQdžDQ]D HQ TXH HO SU³[LPR
año no tendremos, como ahora, una tesorería vacía. (Manuscrito 4,
1893).

:: PALIDECIENDO ANTE EL DIEZMO RETENIDO

Muchísimas personas han perdido su espíritu de abnegación y


VDFULdžFLR+DQHVWDGRHQWHUUDQGRVXGLQHURHQSRVHVLRQHVWHPSR-

| 118 |
rales. Hay hombres a quienes Dios ha bendecido y a quienes está
SUREDQGRSDUDYHUF³PRUHVSRQGHU¡QDQWHVXVEHQHdžFLRV+DQUH-
tenido sus diezmos y sus ofrendas hasta que su deuda al Señor de
los ejércitos ha llegado a ser tan grande que palidecen ante el pensa-
miento de devolver al Señor lo que es suyo: un diezmo justo. Apre-
suraos, hermanos, ahora que tenéis la oportunidad de ser honrados
con Dios; no demoréis. (The General Conference Daily Bulletin, 28 de
febrero de 1893).

:: FRENTE AL NUEVO AÑO

¿Cómo está vuestra mayordomía? ¿Habéis robado a Dios en diez-


mos y ofrendas durante el año pasado? Contemplad vuestros grane-
ros bien abastecidos y vuestras despensas repletas con las buenas
cosas que el Señor os ha dado, y preguntad si habéis devuelto al Da-
dor lo que le pertenece. Si habéis robado a Dios, hacedle restitución
hasta donde sea posible, enderezad lo pasado y luego pedid al Sal-
vador que os perdone. ¿No devolveréis al Señor lo que le pertenece,
antes que este año con todas las anotaciones hechas en los registros
celestiales pase a la eternidad? (The Review and Herald, 23 de diciem-
bre de 1902).

:: RESTITUCIÓN HECHA CON CONSTRICCIÓN

Cuando quiera que hayáis descuidado de devolver al Señor lo que


es suyo, arrepentíos con alma contrita y haced restitución, para que
su maldición no recaiga sobre vosotros. Cuando hayáis hecho todo
lo posible de vuestra parte, sin retener nada que pertenezca a vues-
tro Hacedor, entonces podéis pedirle que proporcione recursos para
enviar el mensaje de verdad al mundo. (The Review and Herald, 20 de
enero de 1885).

:: LA FIDELIDAD DE JACOB

Jacob hizo ese voto mientras se hallaba refrigerado por los ro-
cíos de la gracia, y vigorizado por la presencia y la seguridad de
Dios. Después que hubo pasado la gloria divina, tuvo tentaciones,
FRPR ORV KRPEUHV GH QXHVWUD ©SRFD SHUR IXH džHO D VX YRWR \ QR

| 119 |
quiso albergar pensamientos referentes a la posibilidad de quedar
libre de la promesa que había hecho. Podría haber razonado de ma-
nera muy similar a como lo hacen los hombres de hoy, diciéndose
que esta revelación era tan solo un sueño, que estaba muy excitado
cuando formuló ese voto y por tanto no necesitaba cumplirlo; pero
no obró así.

Transcurrieron largos años antes que Jacob se atreviera a volver


DVXSD­VSHURFXDQGRORKL]RFXPSOL³džHOPHQWHVXGHXGDSDUDFRQ
su Señor. Había llegado a ser rico, y una suma muy grande de sus
propiedades pasó a la tesorería del Señor.

En nuestra época, muchos fracasan donde Jacob tuvo éxito.


Aquellos a quienes Dios concedió más riquezas, se inclinan con más
intensidad a retener lo que tienen, porque deben dar una suma pro-
porcional a su propiedad. Jacob dio el diezmo de todo lo que tenía, y
luego, reconociendo que antes lo había empleado para su uso per-
VRQDOGLRDO6H±RUHOEHQHdžFLRGHORTXHKDE­DXVDGRSDUDV­GXUDQWH
el tiempo que había estado en un país pagano y no podía pagar su
voto. Esto sumaba una cantidad elevada, pero no vaciló; no consi-
deraba suyo, sino como del Señor, lo que había consagrado a Dios.

Según la cantidad otorgada será la requerida. Cuanto mayor sea


HOFDSLWDOFRQdžDGRP¡VYDOLRVRHVHOGRQTXH'LRVUHTXLHUHTXHVHOH
devuelva. Si un cristiano tiene diez o veinte mil pesos, las exigencias
de Dios son imperativas para él, no solo en cuanto a dar la propor-
ción de acuerdo con el sistema del diezmo, sino en cuanto a presen-
tar sus ofrendas por el pecado y agradecimiento a Dios. (Joyas de los
Testimonios 1:546, 547).

Dios ha dado a cada persona su obra. Sus siervos han de actuar


HQFRODERUDFL³QFRQ©O/RVKRPEUHVVLDV­ORSUHdžHUHQSXHGHQUH-
husar relacionarse con su Hacedor; pueden negarse a entregarse a
su servicio, y utilizar indebidamente los bienes que le fueron con-
džDGRVSXHGHQGHMDUGHHMHUFHUIUXJDOLGDG\DEQHJDFL³Q\SXHGHQ
olvidar que el Señor requiere que le devuelvan una parte de lo que
©O OHV KD GDGR 7DOHV SHUVRQDV VRQ PD\RUGRPRV LQdžHOHV Consejos
sobre Mayordomía Cristiana, 88.1).

| 120 |
:: LA ORACIÓN NO ES UN SUSTITUTO DEL DIEZMO

La oración no tiene por objeto obrar un cambio en Dios; nos


pone a nosotros en armonía con Dios. No reemplaza al deber. Dios
nunca aceptará en lugar del diezmo la oración hecha con frecuen-
cia y fervor. La oración no pagará nuestras deudas a Dios. (Mensajes
para los Jóvenes, 174.4).

:: ANTES QUE SEA DEMASIADO TARDE

No pasará mucho tiempo antes que termine el tiempo de gra-


FLD6LDKRUDQRVHUY­VFRQdžGHOLGDGDO6H±RUF³PRSRGU©LVKDFHU
IUHQWHDOUHJLVWURGHYXHVWURWUDWRLQdžHO"'HDTX­DQRPXFKRWLHPSR
se declarará el arreglo de las cuentas y se os preguntará: “¿Cuánto
debes a mi Señor?”. Si habéis rehusado tratar honradamente con
'LRVRVUXHJRTXHSHQV©LVHQYXHVWUDGHdžFLHQFLD\VLHVSRVLEOHTXH
hagáis restitución. Si esto no puede hacerse, orad con humildad y
contrición que Dios, por amor a Cristo, perdone vuestra gran deuda.
Comenzad ahora a actuar como cristianos. No presentéis excusas
por haber dejado de dar al Señor lo que le pertenece. Ahora, mien-
tras aún se escucha la dulce voz de la misericordia, mientras aún no
es demasiado tarde para corregir los errores, mientras se dice hoy,
si oís su voz no endurezcáis vuestros corazones. (RH, Supplement, 1
de diciembre de 1896).

| 121 |
MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que todo diezmo atrasado le perte-


nece al Señor, decido hacer una evaluación profunda y, si por alguna
razón he retenido algún diezmo u ofrenda, decido hacer un plan de de-
volución a la tesorería del Señor.

MI COMPROMISO

Me comprometo a devolver cuanto antes algún diezmo u ofrenda atra-


sada a la tesorería de la iglesia de Dios. En caso que esta no sea mi ex-
SHULHQFLDKR\UHQXHYRMXQWRDPLIDPLOLDPLFRPSURPLVRGHdžGHOLGDG
al Señor en esta área por el resto de mi vida.

| 122 |
Los principios de
la mayordomía
“BIEN, BUEN SIERVO Y FIEL; SOBRE POCO HAS
DÍA 17

SIDO FIEL, SOBRE MUCHO TE PONDRÉ; ENTRA


EN EL GOZO DE TU SEÑOR”
MATEO 25:21

Ŷ/ǜȯȢȶȆǩȆȣȜǯdzțǜɔȢȲǯȢțȢȆțȯȕȆǩǜǯȆǾȜȆǯǜǯ
ȯȢȲȱɂdzȶɂ6dzȡȢȲǩȢȜǽȈǜdzȜǴȕ6ȆȢǨȲǜǩȢȜdzǾȢȈȶțȢ
dzȜǜȕǾɃȜȶdzȜȽȆǯȢɔȶdzǜȯȲȢɍdzǩȃǜǯdzȕȢȶǨdzȜdzǽȆǩȆȢȶ
ȢǨȽdzȜȆǯȢȶǜȕȜdzǾȢǩȆǜȲǩȢȜȕȢȶǨȆdzȜdzȶǯdzȶɂ6dzȡȢȲȃǜ
ǽǜȕȶdzǜǯȢȕǜǩȢȜǽȆǜȜəǜǯdzȯȢȶȆȽǜǯǜdzȜǴȕŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

¿Estamos escudriñando individualmente y con oración la Pala-


bra de Dios, para no alejarnos de sus preceptos y requerimientos?
El Señor no se complacerá si retenemos cualquier suma, sea esta
pequeña o grande, que debiéramos devolverle. Si deseamos gastar
dinero para complacer nuestras propias inclinaciones, pensemos
en el bien que podríamos hacer con ese dinero. Apartemos para el
0DHVWURVXPDVSHTXH±DV\JUDQGHVSDUDTXHODREUDVHDHGLdžFDGD
en nuevos lugares. Si gastamos egoístamente el dinero que tanto se
necesita, el Señor no nos bendecirá, no podrá bendecirnos con su
aprobación.

:: ADMINISTRANDO CON SABIDURÍA SUS RECURSOS

Como mayordomos de las mercedes de Dios estamos manejando


HOGLQHURGHO6H±RU6LJQLdžFDPXFKRPXFK­VLPRSDUDQRVRWURVVHU
fortalecidos cada día por su abundante gracia, ser capacitados para

| 123 |
FRPSUHQGHU VX YROXQWDG SDUD VHU KDOODGRV džHOHV HQ OR SRFR WDQWR
como en lo mucho. Cuando esta sea nuestra experiencia, el servicio
de Cristo será una realidad para nosotros. Dios nos exige esto y de-
bemos manifestar, ante los ángeles y los hombres, nuestra gratitud
SRUORTXH©OKDKHFKRSRUQRVRWURV'HEHU­DPRVUHLJHMDUODEHQHYR-
lencia de Dios en términos de alabanza y obras de misericordia...

:: MULTIPLICANDO LOS TALENTOS

¿Comprenden todos los miembros de la iglesia que todo lo que


poseen ha sido dado para que lo usen y aumenten para gloria de
'LRV"'LRVPDQWLHQHXQUHJLVWURdžHOGHFDGDVHUKXPDQRHQQXHVWUR
mundo. Y cuando llega el día del ajuste de cuentas, el mayordomo
džHOQRVHDWULEX\HQLQJºQFU©GLWRDV­PLVPR1RGLFHŶ0LWDOHQWRŷ
sino: “Tu talento ha ganado” otros talentos. Él sabe que sin el capital
TXH OH IXH FRQdžDGR QR KDEU­D SRGLGR FRQVHJXLU QLQJºQ DXPHQWR
3LHQVDTXHDOKDEHUFXPSOLGRdžHOPHQWHVXUHVSRQVDELOLGDGFRPR
mayordomo no ha hecho más que cumplir con su deber. El capital
era del Señor, y mediante su poder pudo negociar con él con éxi-
WR7DQVRORHOQRPEUHGHO6H±RUGHEHVHUJORULdžFDGR6LQHOFDSLWDO
FRQdžDGR©OVDEHTXHKDEU­DHVWDGRHQEDQFDUURWDSDUDODHWHUQLGDG

La aprobación del Señor la recibe casi como una sorpresa, por-


TXHQRODHVSHUD3HUR&ULVWROHGLFHŶ%LHQEXHQVLHUYR\džHOVREUH
SRFRKDVVLGRdžHOVREUHPXFKRWHSRQGU©HQWUDHQHOJR]RGHWXVH-
ñor” Mateo 25:21. (The Review and Herald, 12 de septiembre de 1899).

:: CÓMO PRUEBA DIOS A SUS MAYORDOMOS

¡Cuánta propensión tiene el hombre a colocar sus afectos en las


cosas terrenales! Su atención se concentra en sus casas y terrenos,
y en esta forma descuida su deber hacia sus semejantes; su propia
salvación es tratada como un asunto de poca importancia, y olvida
los derechos que Dios tiene sobre él. Los hombres se aferran a las
riquezas terrenales tan tenazmente como si pudieran conservarlas
para siempre. Al parecer piensan que pueden utilizar sus recursos
džQDQFLHURVHQODIRUPDFRPROHVSOD]FDLQGHSHQGLHQWHPHQWHGHOR
que el Señor ha ordenado y de las necesidades de su prójimo. Se ol-

| 124 |
vidan que todo lo que reclaman como suyo tan solo les ha sido con-
džDGR6RQPD\RUGRPRVGHODJUDFLDGH'LRV'LRVOHVKDHQFRPHQ-
GDGR HVH FDSLWDO SDUD SUREDUORV SDUD TXH PDQLdžHVWHQ VX DFWLWXG
hacia su causa y demuestren cuáles son sus pensamientos íntimos
hacia él. No solo están negociando para este tiempo, sino también
para la eternidad con el dinero de su Señor, y el uso o el abuso de su
talento determinará su posición y cargo en el mundo venidero. (The
Review and Herald, 14 de febrero de 1888).

:: UN ASUNTO PRÁCTICO

/D LGHD GH TXH VRQ DGPLQLVWUDGRUHV GHEH WHQHU XQD LQLJXHQFLD
práctica sobre todos los hijos de Dios... La benevolencia práctica
dará vida espiritual a millares de los que nominalmente profesan la
verdad, pero que actualmente lamentan las tinieblas que los circun-
dan. Los transformará de egoístas y codiciosos adoradores de Mam-
P³QHQIHUYLHQWHV\džHOHVFRODERUDGRUHVGH&ULVWRHQODVDOYDFL³Q
de los pecadores. (Joyas de los Testimonios 1:366).

:: EN EL LUGAR DE SU SEÑOR

8Q PD\RUGRPR VH LGHQWLdžFD FRQ VX 6H±RU $FHSWD ODV UHVSRQ-
sabilidades del mayordomo y debe obrar en el lugar de su Señor
haciendo lo que este haría si estuviera presente. Los intereses de su
Señor se convierten en los suyos. La posición de mayordomo impli-
ca dignidad, porque su Señor confía en él. Si obra con egoísmo en
DOJºQVHQWLGR\VHDSURYHFKDGHORVEHQHdžFLRVREWHQLGRVDOQHJR-
FLDUFRQORVELHQHVGHVX6H±RUKDIDOVHDGRODFRQdžDQ]DGHSRVLWDGD
en él. (Testimonies for the Church 9:246).

El empleo egoísta de las riquezas demuestra que una persona es


LQdžHOD'LRVHLQFDSDFLWDDOPD\RUGRPRGHORVELHQHVSDUDHOFDUJR
más elevado del cielo. (Testimonies for the Church 6:391).

:: ROBANDO A DIOS EL SERVICIO LEGÍTIMO

(QODVdžODVGHORVREVHUYDGRUHVGHOV¡EDGRKD\KRPEUHVTXHVH
aferran a su tesoro terrenal. Este es su dios, su ídolo; y aman su di-

| 125 |
nero, sus granjas, su ganado y sus mercaderías más que a su Salva-
dor, quien por amor a ellos se empobreció para que ellos, mediante
su pobreza, llegasen a ser ricos. Exaltan sus tesoros terrenales y los
consideran de mayor valor que las almas de los hombres. ¿Recibi-
rán ellos estas palabras de aprobación: “Bien hecho”? No, nunca. Es-
cucharán llenos de asombro esta sentencia irrevocable: “Apartaos”.
Cristo no tiene lugar para ellos. Han sido siervos perezosos que han
amontonado los recursos económicos que Dios les ha dado, mien-
tras sus semejantes perecían en las tinieblas y el error. Mi alma se
conmueve íntimamente en lo que atañe a este asunto.

'RUPLU¡Q ORV KRPEUHV TXH WLHQHQ UHFXUVRV džQDQFLHURV KDVWD


que sea demasiado tarde? Finalmente Dios los rechazará a ellos y
a sus riquezas, diciéndoles: “¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad
por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas,
y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están
HQPRKHFLGRV\VXPRKRWHVWLdžFDU¡FRQWUDYRVRWURVŷ6DQWLDJR
3. Qué revelación se hará el día de Dios, cuando los tesoros amon-
tonados, y los sueldos retenidos fraudulentamente, clamen contra
sus poseedores, quienes eran cristianos supuestamente buenos, y
se halagaban a sí mismos con la idea de que estaban guardando la
ley de Dios, cuando amaban más las ganancias que lo que se había
comprado con la sangre de Cristo, las almas de los hombres.

:: AHORA ES EL TIEMPO
CUANDO TODOS DEBEN TRABAJAR

¿Qué contestarán muchos en el día del Señor, cuando él pregun-


te: ¿Qué habéis hecho por mí, que he dado mi riqueza, mi honor, mi
posición y mi vida para salvaros de la ruina? Los que no han hecho
nada quedarán sin habla en ese día. Verán el pecado de su descuido.
+DQUREDGRD'LRVHOVHUYLFLRGHWRGDXQDYLGD1RKDQLQLJXLGRHQ
nadie para bien. No han llevado ni un alma a Jesús. Se sentían con-
IRUPHVFRQQRKDFHUQDGDSRUHO0DHVWUR\džQDOPHQWHQRUHFLEHQ
recompensa alguna, sino pérdida eterna. Perecen con los malvados,
aunque profesaban ser seguidores de Cristo. (The Review and Herald,
14 de marzo de 1878).

| 126 |
:: EL GRAN PECADO DE LOS CRISTIANOS PROFESOS

&DGDKRPEUHFXDOTXLHUDVHDVXRdžFLRRSURIHVL³QGHEHU­DKDFHU
de la causa de Dios su primer interés; no solo debería ejercitar sus
talentos para promover la obra del Señor, sino también debería cul-
WLYDUVXVKDELOLGDGHVSDUDDOFDQ]DUHVWHdžQ0XFKRVGHGLFDQPHVHV
\D±RVDODDGTXLVLFL³QGHXQRdžFLRRSURIHVL³QDdžQGHOOHJDUDVHU
obreros de éxito en el mundo; y sin embargo no realizan ningún es-
fuerzo especial para cultivar los talentos que podrían convertirlos
en trabajadores de éxito en la viña del Señor. Han pervertido sus
capacidades y han empleado mal sus talentos. Han manifestado
menosprecio por su Maestro. Este es el gran pecado del pueblo pro-
feso de Dios. Se sirven a sí mismos y sirven al mundo. Puede ser que
WHQJDQODIDPDGHVHUdžQDQFLVWDVDVWXWRV\H[LWRVRVSHURGHVFXLGDQ
de acrecentar por el uso los talentos que Dios les ha dado para su
servicio. La habilidad en el trato con el mundo se fortalece por el
ejercicio, pero la habilidad espiritual se debilita por la inactividad.
(The Review and Herald, 1 de enero de 1884).

:: EL PECADO DEL DESCUIDO

6LODVSHUVRQDVFX\RVWDOHQWRVVHHVW¡QDWURdžDQGRDFDXVDGHOD
inacción buscaran la ayuda del Espíritu de Dios y salieran a trabajar,
veríamos realizarse mucho más. Urgentes pedidos de socorro con-
moverían los corazones, y se daría esta respuesta: “Haremos todo lo
que podamos en nuestra debilidad e ignorancia, y nos volveremos
hacia el gran Maestro en busca de sabiduría”. ¿Puede ocurrir que en
medio de todas estas puertas abiertas a las oportunidades, estos pa-
téticos pedidos de ayuda, hombres y mujeres todavía permanezcan
sentados con los brazos cruzados, o que empleen sus manos única-
mente en un trabajo egoísta con propósitos terrenos?

Jesús dijo a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo” Ma-
teo 5:14. Pero cuán pocos tienen conciencia de su propio poder e
LQLJXHQFLDFX¡QSRFRVFRPSUHQGHQORTXHSRGU­DQKDFHUDdžQGH
ayudar y bendecir a los demás. Envuelven su talento en un lienzo
y lo entierran, y se halagan a sí mismos diciéndose que poseen una
KXPLOGDGHQFRPLDEOH3HURORVOLEURVGHOFLHORWHVWLdžFDQFRQWUDHVRV

| 127 |
ociosos, como siervos perezosos y malvados que pecan atrevida-
mente contra Dios descuidando la obra que él les ha encomendado.
No podrán alegar falta de capacidad cuando se abran los registros
FHOHVWLDOHV\VHSRQJDGHPDQLdžHVWRVXGHVFXLGRHYLGHQWH

&XDOTXLHUDVHDHOWDOHQWRTXHVHQRVKDFRQdžDGRVHUHTXLHUHTXH
lo utilicemos para el servicio de Dios y no para servir a Mammón...

:: COMENCEMOS AHORA A TRANSFERIR


NUESTRO TESORO AL OTRO BANCO

Los que ocultan sus talentos en la tierra están despreciando sus


oportunidades para obtener una corona cuajada de gemas. Hasta
HOG­DFXDQGRVHKDJDQODVJUDQGHVUHYHODFLRQHVGHOMXLFLRdžQDOQR
se sabrá cuántos hombres y mujeres han hecho esto, ni tampoco
cuántas vidas se han perdido en las tinieblas porque los talentos
dados por Dios han sido sepultados en los negocios en lugar de ser
utilizados al servicio del Dador... Los hombres pueden interesarse
HQPLQDVTXHULQGHQJUDQGHVEHQHdžFLRVHQW©UPLQRVGHSODWD\RUR
Pueden dedicar toda una vida a conseguir tesoros terrenales; pero
cuando mueren dejan todo tras ellos. No pueden llevar con ellos ni
un solo peso al gran más allá. ¿Son sabios estos hombres? ¿No ac-
túan insensatamente al permitir que las preciosas horas del tiempo
de gracia pasen, sin realizar una preparación para la vida futura?
Los que son sensatos se harán “tesoro en los cielos que no se ago-
te” (Lucas 12:33), y pondrán un “buen fundamento para lo por venir,
que echen mano de la vida eterna”. 1 Timoteo 6:19. Si hemos de con-
seguir riquezas duraderas, comencemos ahora a transferir nuestro
tesoro al otro lado, y nuestros corazones estarán donde está nuestro
tesoro. (The Review and Herald, 7 de octubre de 1884).

| 128 |
MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que Dios espera que desarrolle los do-
nes que Él me ha dado, decido colocarme a sus pies y pedir sabiduría y
la presencia de su Espíritu Santo para desarrollar mis dones recibidos
HQ EHQHdžFLR GH ORV GHP¡V 'HVHR VHU JHQHURVR FRQ ORV UHFXUVRV TXH
Dios me da y así ayudar a terminar la misión encomendada.

MI COMPROMISO

Me comprometo a ser más generoso en las ofrendas sistemáticas y a


GHVDUUROODUdžHOPHQWHORVGRQHVTXH‰OPHKDGDGRDSRQHUORVHQSU¡F-
tica en bien de que otros conozcan su verdad en cuanto queda tiempo
de gracia. Quiero hacer tesoros en el banco celestial junto con mi fa-
milia.

| 129 |
Ofrendas
voluntarias
“PERO ESTO DIGO: EL QUE SIEMBRA
ESCASAMENTE, TAMBIÉN SEGARÁ
DÍA 18

ESCASAMENTE; Y EL QUE SIEMBRA


GENEROSAMENTE, GENEROSAMENTE
TAMBIÉN SEGARÁ. CADA UNO DÉ COMO
PROPUSO EN SU CORAZÓN: NO CON
TRISTEZA, NI POR NECESIDAD, PORQUE
DIOS AMA AL DADOR ALEGRE”
2 CORINTIOS 9:6, 7

Ŷ/ǜǩǜɂȶǜǯdzȕǜȕȆǨdzȲǜȕȆǯǜǯȜȢǯdzȯdzȜǯdzȲȈǜțǝȶǯdzȕȢȶ
ǯȢȜǜȽȆɍȢȶȆȜǩȆdzȲȽȢȶȃdzǩȃȢȶȯȢȲȆțȯɂȕȶȢɔȱɂdzɍǜȲȈǜȜ
ǯdzǜǩɂdzȲǯȢǩȢȜȕȢȶȶdzȜȽȆțȆdzȜȽȢȶǯdzȕȢȶȃȢțǨȲdzȶ/Ȣȶ
ǯdzȲdzǩȃȢȶǯdz'ȆȢȶȶdzȲȈǜȜǜǩdzȯȽǜǯȢȶǯdzǨɂdzȜǜǾǜȜǜɔȶdz
ǩȢȜȶȆǯdzȲǜȲȈǜȱɂdzȶɂǩǜɂȶǜȽȆdzȜdzǯdzȲdzǩȃȢȕdzǾȈȽȆțȢǜɂȜǜ
ȯǜȲȽdzǯdzȕȢȶǽȢȜǯȢȶǩȢȜǽȆǜǯȢȶǜȜɂdzȶȽȲǜȶțǜȜȢȶŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

El tema de las ofrendas aún no ha sido comprendido en su totali-


dad y por eso muchos aún no adoran a Dios con sus ofrendas como
deberían. En primer lugar quiero que nos traslademos al Edén. Tan
pronto cuando Adán pecó aparece la primera ofrenda, un corderi-
WRIXHVDFULdžFDGRHQVXOXJDU(VWHFRUGHURHVV­PERORGHOFRUGHUR
inmolado que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). En el sistema
del Santuario todo pecador debía llevar su ofrenda como sustituto,
en su lugar; estos animalitos morían para que el pecador quedase
libre de culpa. Es por eso que cuando se habla de estos animales
se dice que tenían que ser perfectos, sin ninguna falla, porque sim-
bolizaban a Cristo Jesús. Entiendes un poco más que cuando habla-
mos de ofrenda estamos hablando de Jesús: la ofrenda que se dio
en mi lugar, en tu lugar, para que nosotros tengamos vida y vida en

| 130 |
abundancia. La Biblia dice que las ofrendas son santísimas (Levítico
6:25, 7:14; 14:13). Entonces si el costo de mi salvación fue pagada con
un precio tan alto que yo no puedo jamás pagar, ¿cómo no valorar
esto separando un porcentaje de las bendiciones que yo recibo de
mi Dios para adorarlo cada vez que me presento delante del Él en
su santo templo? El pueblo de Israel en el AT adoraba a Dios con
ofrendas voluntarias de hasta un 10 a 20 por ciento de sus ingresos.
¿Por qué hoy debería ser diferente? Veremos en adelante algunas
citas del Espíritu de profecía donde Dios nos desafía a separar sus
ofrendas y que estén dentro del presupuesto mediante un porcenta-
je y deben ser sistemáticas. Siempre que devolvemos su diezmo de-
bemos adorarlo con nuestras ofrendas, no producto de la emoción
VLQRGHXQDSODQLdžFDFL³QVLVWHP¡WLFD

Todo lo que hacemos debemos hacerlo voluntariamente. Debe-


mos llevar nuestras ofrendas con gozo y gratitud, diciendo al en-
tregarlas: De lo recibido de tu mano te damos voluntariamente. El
VHUYLFLR P¡V FRVWRVR TXH SRGDPRV SUHVWDU UHVXOWD LQVLJQLdžFDQWH
cuando lo comparamos con el don que Dios hizo a nuestro mun-
do. Cristo es un don cada día. Dios lo dio al mundo y benignamente
WRPDORVGRQHVTXHKDFRQdžDGRDVXVLQVWUXPHQWRVKXPDQRVSDUDHO
adelantamiento de su obra en el mundo. En esta forma mostramos
que reconocemos y aceptamos que cada cosa pertenece a Dios, en
forma absoluta y total. (Manuscrito 124, 1898).

Dios se deleita en honrar la ofrenda del corazón que ama, dándo-


OHODPD\RUHdžFDFLDHQVXVHUYLFLR6LKHPRVGDGRQXHVWURFRUD]³QD
Jesús, le traeremos también nuestros donativos. Nuestro oro y pla-
ta, nuestras posesiones terrenales más preciosas, nuestros dones
mentales y espirituales más elevados, serán dedicados libremente
a Aquel que nos amó y se dio a sí mismo por nosotros. (El Deseado de
Todas las Gentes, 46).

:: OFRENDAS DE GRATITUD Y EXPIACIÓN

Venid al Señor con corazones rebosantes de agradecimiento por


sus misericordias pasadas y presentes, y manifestad vuestro apre-
FLRSRUORVEHQHdžFLRVGH'LRVOOHY¡QGROHYXHVWUDVRIUHQGDVGHJUD-

| 131 |
titud, vuestras ofrendas voluntarias y vuestras ofrendas de expia-
ción. (The Review and Herald, 4 de enero de 1881).

:: LAS OFRENDAS HECHAS DE MALA GANA


SON UNA BURLA A DIOS

Dios ha hecho a los hombres mayordomos suyos, socios con


él en la gran obra de promover su reino en el mundo; pero estos
SXHGHQVHJXLUODFRQGXFWDPDQLIHVWDGDSRUHOVLHUYRLQdžHO\DOKD-
cerlo perderán los privilegios más preciosos que se hayan concedi-
do al hombre. Durante miles de años Dios ha trabajado mediante
los instrumentos humanos, pero si él quiere puede descartar a los
egoístas, a los amadores del dinero y a los codiciosos. Él no depende
de nuestros recursos y por lo tanto no será restringido por el ins-
trumento humano. Él puede llevar a cabo su propia obra aunque
nosotros no desempeñemos parte alguna en ella. ¿Pero a quién de
nosotros le agradaría que el Señor hiciese eso?
Sería mucho mejor no dar nada que dar de mala gana, porque
cuando compartimos nuestros recursos sin la intención de dar vo-
luntariamente, nos burlamos de Dios. Recordemos que estamos
tratando con Alguien de quien dependemos para recibir toda ben-
dición, con Alguien que lee cada pensamiento de nuestro corazón y
hasta los propósitos de la mente. (The Review and Herald, 15 de mayo
de 1900).

:: EL DADOR ALEGRE ES ACEPTADO

“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará


escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente
también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con
tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. 2 Co-
rintios 9:6, 7. Si obramos de acuerdo con el espíritu de este consejo,
podemos invitar al Ser divino para que revise las cuentas de nues-
tros asuntos temporales. Comprenderemos que estamos dando úni-
FDPHQWHRIUHQGDVGHORTXHQXHVWUR6H±RUQRVKDFRQdžDGR

Todas nuestras ofrendas debemos presentarlas con gozo, porque


proceden de los fondos que el Señor ha considerado conveniente

| 132 |
colocar en nuestras manos con el propósito de llevar adelante su
REUDHQHOPXQGRDdžQGHTXHHOHVWDQGDUWHGHODYHUGDGSXHGDVHU
desplegado en las zonas rurales y urbanas del mundo. Si todos los
que profesan la verdad quisieran dar al Señor lo que le pertenece
en términos de diezmos, donativos y ofrendas, habría alimento en
la casa del Señor.

&DGD PD\RUGRPR džHO GHEHU­D HVWDU P¡V DQVLRVR GH DXPHQWDU


la porción de donativos que coloca en la tesorería del Señor antes
que en disminuir su ofrenda en una jota o una tilde. ¿A quién está
sirviendo? ¿Para quién está preparando una ofrenda? Para Aquel
de quien depende para recibir todas las buenas cosas de las que dis-
fruta. Por lo tanto, que ninguno de nosotros que recibe la gracia de
Cristo dé ocasión para que los ángeles se avergüencen de nosotros y
para que Jesús se avergüence de llamarnos hermanos.

&XOWLYDUHPRV OD LQJUDWLWXG \ OD SRQGUHPRV GH PDQLdžHVWR SRU


medio de nuestras prácticas mezquinas al dar para la causa de Dios?

b1RQR(QWUHJX©PRQRVDQRVRWURVPLVPRVFRPRXQVDFULdžFLR
vivo y demos nuestro todo a Jesús. Todo le pertenece; somos una
posesión adquirida por él. Los que reciben su gracia, los que con-
templan la cruz del Calvario, no tendrán duda acerca de la propor-
ción que deben dar, sino que comprenderán que la ofrenda más
cuantiosa carece de valor y no puede compararse con el gran don
GHO+LMRXQLJ©QLWRGHO'LRVLQdžQLWR3RUPHGLRGHODDEQHJDFL³QKDV-
ta el más pobre encontrará la manera de conseguir algo para devol-
verlo a Dios. (The Review and Herald, 14 de julio de 1896).

:: MOISÉS NO INSTITUYÓ EL JUEGO DE LOTERÍA

El plan de Moisés puesto en práctica en el desierto para reunir


UHFXUVRVdžQDQFLHURVWXYRXQWUHPHQGR©[LWR1RIXHQHFHVDULRFRP-
peler a nadie. Moisés no preparó ningún gran banquete. No invitó
a la gente a reuniones de alborozo, de baile y de diversiones comu-
nes. Tampoco instituyó juegos de lotería ni cosa alguna profana
SDUDREWHQHUUHFXUVRVDdžQGHOHYDQWDUHOWDEHUQ¡FXORGH'LRVHQHO
desierto. Dios ordenó a Moisés que invitara a los israelitas a llevar

| 133 |
sus ofrendas. Moisés debía aceptar los donativos de cada persona
que diera voluntariamente, con sinceridad de corazón. Esas ofren-
das voluntarias llegaron en tanta abundancia que Moisés tuvo que
decir que no llevaran más. No debían llevar más donativos porque
habían dado abundantemente, más de lo que se necesitaba. Las ten-
taciones de Satanás vencen a los supuestos seguidores de Cristo en
ORTXHVHUHdžHUHDODFRPSODFHQFLDGHOSODFHU\HODSHWLWR'LVIUD]DGR
GH¡QJHOGHOX]FLWDU¡ODV(VFULWXUDVSDUDMXVWLdžFDUODVWHQWDFLRQHV
que coloca delante de los hombres para que complazcan el apetito y
se dediquen a placeres mundanos que satisfacen el corazón carnal.
Los presuntos seguidores de Cristo son débiles en fuerza moral y
quedan fascinados por el soborno que Satanás les ofrece, y así este
gana la victoria.

¿Cómo considera Dios las iglesias que se sostienen recurriendo a


tales métodos? Cristo no puede aceptar esas ofrendas porque no son
dadas por amor y devoción a él, sino que son promovidas por la ido-
latría del yo. Esto se debe a que lo que muchos no harían por amor a
&ULVWRORKDFHQSRUDPRUDORVPDQMDUHVH[TXLVLWRVTXHJUDWLdžFDQHO
apetito y por amor a las diversiones mundanales que complacen el
corazón carnal. (The Review and Herald, 13 de octubre de 1874).

:: REPITIENDO EL PECADO DE NADAB Y ABIÚ

Los cristianos presuntos rechazan el plan de Dios para reunir


recursos para su obra, ¿y de qué echan mano para suplir la falta?
Dios ve la impiedad del método que adoptan. Los lugares de culto
VRQFRQWDPLQDGRVFRQWRGDFODVHGHGLVLSDFL³QLG³ODWUDDdžQGHJD-
nar un poquito de dinero de los amadores egoístas de los placeres
para pagar las deudas de la iglesia o sustentar la obra que esta rea-
liza. Muchas de esas personas no darían por voluntad propia ni un
dólar con propósitos religiosos. ¿Dónde en las instrucciones dadas
por Dios para el sostén de su obra, encontramos mención alguna
DFHUFD GH ORWHU­DV GH EHQHdžFHQFLD FRQFLHUWRV YHQWD GH FDULGDG \
otros entretenimientos similares? ¿Debe la causa de Dios depender
precisamente de las cosas que él ha prohibido en su Palabra de esas
cosas que apartan la mente de Dios, de la sobriedad, la piedad y la
santidad?

| 134 |
¿Y qué impresión se realiza con esto sobre la mente de los incré-
dulos? Las elevadas normas de la Palabra de Dios son arrastradas
en el polvo. Y así se atrae oprobio sobre Dios y el nombre cristiano.
Los principios más corrompidos son fortalecidos por este método
QRE­EOLFRGHUHXQLUUHFXUVRVdžQDQFLHURV<HVRHVORTXH6DWDQ¡VGH-
sea que ocurra. Los hombres están repitiendo el pecado de Nadab y
Abiú. Están utilizando fuego profano en lugar de fuego sagrado en
el servicio de Dios. El Señor no acepta tales ofrendas.

Todos estos métodos para llevar dinero a su tesorería consti-


tuyen una abominación para él. Es una falsa devoción la que pro-
mueve tales procedimientos. ¡Cuánta ceguera e infatuación afectan
a muchos que pretenden ser cristianos! Los miembros de la iglesia
están haciendo lo mismo que los habitantes del mundo que vivían
en los días de Noé, cuando sus pensamientos se dirigían continua-
mente hacia el mal. Todos los que temen a Dios aborrecerán tales
SU¡FWLFDVFRPRXQDGHVdžJXUDFL³QGHODUHOLJL³QGH&ULVWR-HVºV The
Review and Herald, 8 de diciembre de 1896).

:: LIBERALIDAD SIN PROFUNDIDAD DE PRINCIPIOS

El ministro puede ser muy apreciado por algún hombre acau-


dalado, y como resultado, este puede ser muy dadivoso con él; esto
complace al ministro y él a su vez amontona alabanzas sobre la da-
divosidad del donante. Su nombre puede aparecer impreso, y sin
embargo ese donante generoso puede ser completamente indigno
del elogio que se le tributa ya que su dadivosidad no nace de princi-
pios profundos y dinámicos que lo impulsan a hacer el bien con sus
recursos, y a promover la causa de Dios porque la aprecia; en cam-
bio, da movido por motivos egoístas y porque desea que se piense
que él es generoso. Puede haber dado por impulso, sin que su da-
divosidad tenga la profundidad de los principios, pues su genero-
sidad carece de motivos profundos. Da en forma espasmódica; su
bolsa se abre sin regularidad, y se cierra herméticamente también
en forma espasmódica. No merece alabanza alguna, porque en todo
el sentido de la palabra es un hombre avaro; y a menos que se con-
vierta cabalmente, incluyendo su bolsa, oirá la avergonzante acusa-
ción: “¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os

| 135 |
vendrán. Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están
comidas de polilla”. Santiago 5:1, 2.

7DOHVSHUVRQDVGHVSHUWDU¡QSRUdžQGHOKRUULEOHHQJD±RHQTXH
han incurrido voluntariamente. Los que alabaron su liberalidad
irregular ayudaron a Satanás a engañarlos, y les hicieron pensar
TXHHUDQPX\JHQHURVRV\TXHWHQ­DQPXFKRHVS­ULWXGHVDFULdžFLR
cuando en realidad no conocían los rudimentos de la dadivosidad
ni la abnegación. (Testimonies for the Church 1:475, 476).

MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que la ofrenda simboliza a Cristo Je-


sús quien murió en mi lugar en la cruz; y consciente de que no debo
ser mezquino con lo que Él me ha bendecido, hoy decido separar una
RIUHQGD LGHDOXQ HVSHFLDO\VLVWHP¡WLFDGHWRGRVORVLQJUHVRVTXH
recibo. Esta será mi forma de adorarlo siempre.

MI COMPROMISO

Me comprometo hoy a ser consecuente con mi decisión tomada en


UHODFL³QDODDGRUDFL³QD'LRVPHGLDQWHODVRIUHQGDV<RPLVPRHQHO
culto familiar ayudaré a mi familia a entender mejor este tema impor-
tante del plan de salvación en la cruz y a ser adoradores conforme al
corazón de Dios.

| 136 |
Viviendo en
armonía con las
entradas
DÍA 19

Jesús logró un milagro y alimentó a cinco mil,


y luego enseñó una importante lección de
economía: “RECOGED LOS PEDAZOS QUE
SOBRARON, PARA QUE NO SE PIERDA
NADA” JUAN 6:12

Tenéis la responsabilidad de deberes


importantísimos. “NO DEBÁIS A NADIE
NADA” ROMANOS 13:8

Ŷ+dzɍȆȶȽȢǜǽǜțȆȕȆǜȶȯȢǨȲdzȶȕɂǩȃǜȜǯȢǩȢȜȕǜȶǯdzɂǯǜȶ
ɔȶȆȜdzțǨǜȲǾȢȜȢdzȜȶdzȡǜǨǜȜǜȕȢȶȃȆȐȢȶǜȜdzǾǜȲȶdzǜȶȈ
țȆȶțȢȶǜǽȆȜǯdzǜɔɂǯǜȲǜȶɂȶȯǜǯȲdzȶŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

Es de suma importancia aprender a tener un presupuesto fa-


miliar, aun si eres solo y todavía no tienes familia. Es fundamental
aprender a vivir dentro de los ingresos que recibes. Esto puede ser
muy variable, va a depender de los ingresos que percibas y de tu
situación familiar, sin embargo, lo que no puede variar es que tú
termines gastando más de lo que no recibes. En otras palabras, tus
gastos no deben ser mayores a tus ingresos. Hay que aprender a vi-
vir siempre dentro de los recursos que recibimos ya sean diarios,
semanales o mensuales, pero tiene que haber un presupuesto fa-
miliar. Esto se puede aprender en casa. Los padres cumplen un rol
de maestros en todos los aspectos de la vida y este no debería ser la
excepción.

| 137 |
Enseñemos a nuestros hijos que de todos los ingresos que recibi-
mos Dios es primero, separemos el Diezmo y luego la ofrenda. Una
vez separadas estas partes, ahora hablemos a los hijos cuáles son las
demás prioridades básicas que tienen que ser cubiertas cada mes.
Dentro de este presupuesto considerar un plan de ahorro, aunque
sea mínimo, pero siempre debe establecerse un porcentaje de aho-
rro para algún proyecto familiar, social, espiritual, estudios, salud,
etc.

Del porcentaje de la ofrenda separada, si tu familia es depen-


diente (no reciben ingresos) entonces distribuye la ofrenda entre
la esposa e hijos y permite que cada uno tenga la experiencia de
adorar a Dios con su ofrenda cada sábado o cada mes, así estarás
IRUPDQGRXQDJHQHUDFL³QGHKLMRVHKLMDVdžHOHVHQHVWD¡UHDGHOD
mayordomía.

Muchos, muchísimos, no han aprendido a mantener sus gastos


dentro de los límites de sus entradas. No aprenden a adaptarse a las
circunstancias, y piden prestado una vez tras otra, y en esa forma
quedan agobiados por las deudas, y en consecuencia se desaniman
y descorazonan.

Muchos no se acuerdan de la causa de Dios, y gastan descuida-


damente dinero en diversiones en los días feriados, en vestidos y
necedades, y cuando se hace un pedido para promover la obra en el
país y en las misiones extranjeras, no tienen nada para dar, y hasta
han gastado más de lo que tenían. Así roban a Dios en los diezmos y
ofrendas, y por medio de su complacencia egoísta exponen el alma
DODVdžHUDVWHQWDFLRQHV\FDHQHQODVWUDPSDVGH6DWDQ¡V

Deberíamos estar alerta y no permitirnos gastar dinero en cosas


innecesarias que sirven tan solo como objetos de ostentación. No
deberíamos permitirnos tampoco complacer los gustos que nos lle-
van a seguir las costumbres del mundo y a robar a la tesorería del
Señor. (The Review and Herald, 19 de diciembre de 1893).

Una de las trampas en las cuales es muy fácil caer es en el mal uso
de las tarjetas de crédito. Si estos gastos no están en el presupuesto

| 138 |
prontamente estarás envuelto en deudas con porcentajes muy altos
que te será difícil pagar. Las compras con las tarjetas deben estar
dentro del presupuesto y nunca excederse o caer en la tentación de
las compras a plazos o en cuotas, excepto en casos de emergencia,
sin intereses y si está en tu presupuesto. Administra con sabiduría,
busca ayuda, asesoramiento de los profesionales de esta área.

:: LABORIOSIDAD Y ECONOMÍA EN LA FAMILIA

Me fue mostrado que vosotros, mi hermano y hermana, tenéis


mucho que aprender. No habéis vivido dentro de vuestros recursos.
No habéis aprendido a economizar. Si ganáis sueldos elevados, no
sabéis cómo hacerlos alcanzar hasta donde sea posible. Tomáis en
cuenta el gusto o el apetito en lugar de la prudencia. Algunas veces
gastáis dinero en alimentos de una calidad que vuestros hermanos
no pueden costear. Los pesos se escapan de vuestros bolsillos con
mucha facilidad...

Es tan erróneo para vosotros no usar vuestras fuerzas para produ-


FLUHOPD\RUEHQHdžFLRFRPRHUU³QHRHVSDUDXQULFRUHWHQHUFRGLFLR-
samente sus riquezas porque le agrada hacerlo. No hacéis el esfuerzo
que deberíais para sostener a vuestra familia. Podéis trabajar, y lo
hacéis, si el trabajo está a mano preparado convenientemente; pero
no os esforzáis por poneros a trabajar, y no pensáis que es un deber
HPSOHDUYXHVWURWLHPSR\IXHU]DVSDUDREWHQHUHOPD\RUEHQHdžFLRHQ
el temor de Dios.

Habéis estado trabajando en un negocio que a veces os da gran-


des utilidades de una sola vez. Después de haber recibido las ganan-
cias, no habéis tratado de economizar para un tiempo cuando los
recursos no se ganarán con tanta facilidad, sino que habéis gasta-
do mucho en necesidades imaginarias. Si Ud. y su esposa hubiesen
comprendido que es un deber que Dios os impone el negaros vues-
tros gustos y deseos, para hacer provisión para el futuro, en lugar de
vivir tan solo para el presente, ahora podríais contar con recursos
y vuestras familias podrían tener las comodidades de la vida. De-
béis aprender una lección, y debéis aprenderla con prontitud. Y esta
consiste en conseguir que un poquito alcance para lo más posible...

| 139 |
Jesús logró un milagro y alimentó a cinco mil, y luego enseñó una
importante lección de economía: “Recoged los pedazos que sobra-
ron, para que no se pierda nada” Juan 6:12. Tenéis la responsabilidad
de deberes importantísimos. “No debáis a nadie nada” Romanos
13:8. Si fuerais inválidos, si no fuerais capaces de trabajar, entonces
vuestros hermanos tendrían el deber de ayudaros. Pero en vues-
tro caso, todo lo que necesitabais de vuestros hermanos cuando os
mudasteis de lugar, era solo una ayuda para comenzar. Si Ud. fuera
tan emprendedor como debiera, y si con su esposa estuvierais de
acuerdo en vivir dentro de vuestros recursos, podríais veros libres
de compromisos. Tendréis que trabajar para recibir salarios redu-
cidos tanto como para recibir salarios cuantiosos. La laboriosidad
y la economía habrían colocado a vuestra familia en una condición
mucho más favorable. (Testimonies for the Church 2:431-436).

:: LA ECONOMÍA COMO PRINCIPIO

Aquellos cuyas manos están abiertas para responder a los pedi-


dos de recursos para sostener la causa de Dios y aliviar a los pobres
y los necesitados, no son los que manejan sus asuntos comerciales
FRQ LJRMHGDG OD[LWXG \ OHQWLWXG 6LHPSUH VRQ FXLGDGRVRV HQ PDQ-
tener sus gastos dentro de sus ingresos. Son económicos por prin-
FLSLRVLHQWHQTXHVXGHEHUFRQVLVWHHQDKRUUDUDdžQGHWHQHUDOJR
para dar. (Testimonies for the Church 4:573).

:: LA PRIMERA LECCIÓN ES LA ABNEGACIÓN

He visto a familias pobres luchando con las deudas, y sin embar-


JRQRHQVH±DEDQDORVKLMRVDQHJDUVHDV­PLVPRVDdžQGHD\XGDUD
sus padres. En una familia que visité, las hijas manifestaron el de-
seo de tener un piano costoso. Los padres las habrían complacido
gustosamente si no hubieran estado atados por las deudas. Las hi-
jas lo sabían, y si les hubieran enseñado a practicar la abnegación
no habrían causado a sus padres el dolor de negar sus deseos; pero
aunque les dijeron que sería imposible complacerlas, el asunto no
terminó ahí. Expresaron sus deseos una vez tras otra aumentando
así continuamente la gran preocupación de los padres.

| 140 |
En otra de mis visitas vi en esa casa el piano codiciado, y supe
que algunos cientos de dólares habían sido añadidos a la carga de
la deuda. Me resulta difícil saber a quién culpar más, a los padres
indulgentes o a las hijas egoístas. Todos ellos son culpables delan-
te de Dios. Este caso sirve de ilustración para muchos otros. Estas
jóvenes, aunque profesaban ser cristianas, nunca habían tomado la
cruz de Cristo, porque la primera lección que debe aprenderse de
Cristo es la lección de la abnegación. Nuestro Salvador dijo: “Si algu-
no quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y
sígame” Mateo 16:24. No hay otra forma como podemos llegar a ser
discípulos de Cristo a no ser cumpliendo esta condición. (The Signs
of the Times, 31 de marzo de 1887).

:: CUANDO SE ARROJA OPROBIO SOBRE


LA CAUSA DE DIOS

La religión que Ud. profesa le impone el deber de emplear su


tiempo tanto durante los seis días de trabajo, como asistir a la igle-
sia el sábado. Ud. no es diligente en los negocios. Ud. deja pasar las
horas, los días y aun las semanas sin hacer nada. El mejor sermón
que Ud. podría predicar al mundo sería mostrar una decidida refor-
ma en su vida, y proveer para su familia. Dice el apóstol: “Si alguno
no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe
QHJ³\HVSHRUTXHXQLQdžHOŷ7LPRWHR

Ud. ocasiona oprobio a la causa domiciliándose en un lugar don-


de permanece en la indolencia por un tiempo, y luego se ve obliga-
GRDHQGHXGDUVHDdžQGHSURYHHUSDUDVXIDPLOLD8GQRHVVLHPSUH
escrupuloso en pagar esas deudas, sino que en vez de hacerlo se
traslada a otro lugar. Esto es defraudar a su prójimo. El mundo tiene
derecho a esperar estricta integridad de aquellos que profesan ser
cristianos de acuerdo con la Biblia. Por la indiferencia de un hom-
bre en cuanto a pagar sus justas deudas, todos nuestros hermanos
están en peligro de ser considerados como deshonestos.

“Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles tam-


EL©QYRVRWURVŷ/XFDV(VWRVHUHdžHUHDORVTXHWUDEDMDQFRQVXV
manos tanto como a aquellos que tienen dones que conceder. Dios

| 141 |
le ha dado fuerza y habilidad, pero Ud. no las ha usado. Su fuerza
HVVXdžFLHQWHSDUDSURYHHUDEXQGDQWHPHQWHDODVQHFHVLGDGHVGHVX
familia. Levántese por la mañana, aun mientras las estrellas brillan,
si es necesario. Propóngase hacer algo, y luego hágalo. Redima toda
promesa, a menos que la enfermedad le postre. Mejor es negarse el
alimento y el sueño que ser culpable de defraudar a otros de lo que
se les debe con justicia. (Joyas de los Testimonios 2:46, 47).

:: LO QUE REQUIERE EL OCTAVO MANDAMIENTO

(ORFWDYRPDQGDPLHQWRFRQGHQDHOURERGHKRPEUHV\HOWU¡džFR
de esclavos, y prohíbe las guerras de conquista. Condena el hurto y
el robo. Exige estricta integridad en los más mínimos pormenores
de los asuntos de la vida. Prohíbe la excesiva ganancia en el comer-
cio, y requiere el pago de las deudas y de salarios justos. Implica
que toda tentativa de sacar provecho de la ignorancia, debilidad, o
desgracia de los demás, se anota como un fraude en los registros del
cielo. (Historia de los Patriarcas y Profetas, 317).

:: UNA DE LAS REDES DE SATANÁS PARA LAS ALMAS

Todos deben practicar la economía. Ningún obrero debería ma-


nejar sus negocios en una forma tal que llegue a incurrir en deu-
das... Cuando una persona se endeuda voluntariamente, se está en-
redando a sí misma en una de las redes que Satanás tiende para las
almas. (El Colportor Evangélico, 67).

:: DEBILITA LA FE Y TIENDE A DESANIMAR

Estimado hermano: Siento que Ud. se encuentre en la situación


actual, bajo la presión de las deudas. Conozco a muchos que, como
8GHVW¡QSUHRFXSDGRV\DLJLJLGRVSRUVXVLWXDFL³QdžQDQFLHUD

(O6H±RUQRVHFRPSODFHHQVXDLJLFFL³Q4XLHUHGHUUDPDUVREUH
Ud. el consuelo de su Espíritu Santo, para que sea un hombre libre
que ande en su luz y en su amor. Él tiene algunas lecciones que Ud.
debe aprender, y quiere que las aprenda con prontitud. Ud. no debe-
U­DSHUPLWLUVHLQFXUULUHQGLdžFXOWDGHVdžQDQFLHUDVSRUTXHHOKHFKR

| 142 |
de que Ud. está endeudado debilita su fe y tiende a desanimarlo; y
hasta el mero pensamiento en esto lo pone casi frenético. Ud. ne-
FHVLWDUHGXFLUVXVJDVWRV\HVIRU]DUVHSDUDUHPHGLDUHVWDGHdžFLHQ-
FLDGHVXFDU¡FWHU8GSXHGH\GHEHKDFHUHVIXHU]RVGHdžQLGRVSDUD
controlar su tendencia a gastar más de lo que gana. (Carta 48, 1888).

:: UNA PRÁCTICA DESMORALIZADORA

La práctica de conseguir dinero prestado para aliviar alguna ne-


cesidad urgente, sin hacer cálculos para cancelar la deuda, aunque
es muy común, es desmoralizadora. El Señor desea que todos los
que creen en la verdad se conviertan de estas prácticas engañosas.
Deberían preferir antes sufrir necesidad que cometer un acto fal-
to de honradez. Ningún alma puede recurrir a la prevaricación o la
falta de honradez en el manejo de los bienes del Señor, y quedar sin
culpa delante de Dios. Todos los que hacen esto niegan a Cristo en
sus obras, mientras profesan guardar y enseñar los mandamientos
de Dios. No mantienen los principios de la ley de Dios. Si los que ven
la verdad no cambian en carácter en una medida correspondiente
DODLQLJXHQFLDVDQWLdžFDGRUDGHODYHUGDGVHU¡QXQVDERUGHPXHU-
te para muerte. Representarán mal la verdad, acarrearán oprobio
sobre ella y deshonrarán a Cristo quien es verdad. (Manuscrito 168,
1898).

| 143 |
MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que debo administrar con sabiduría


los recursos que Dios me da, hoy decido reunir a mi familia para elabo-
rar un presupuesto familiar de ingresos y gastos, que incluya un plan
de ahorro. Deseo que en mi presupuesto Dios ocupe el primer lugar
contemplando sus diezmos y las ofrendas.

MI COMPROMISO

Me comprometo a vivir siempre dentro de mis ingresos y a ser un buen


mayordomo administrando con sabiduría lo que Dios me confía, dán-
GROHD‰OSULPHURODSDUWHTXHOHFRUUHVSRQGH 'LH]PRV\2IUHQGDVVLV-
temáticas).

También me comprometo a educar a mi familia con el ejemplo perma-


QHQWH\DV­IRUPDUXQDQXHYDJHQHUDFL³QdžHOD'LRVHQHVWRVºOWLPRV
días de la historia de este mundo.

| 144 |
El único plan
para sostener la
obra de Dios
DÍA 20

“SI ALGUNO QUIERE VENIR EN POS DE MÍ,


NIÉGUESE A SÍ MISMO, Y TOME SU CRUZ, Y
SÍGAME” MATEO 16:24

Ŷ(ȕ6dzȡȢȲȃǜȃdzǩȃȢȯȲȢɍȆȶȆȣȜȯǜȲǜȱɂdzȽȢǯȢȶȯɂdzǯǜȜȶdzȲ
ǜȕǩǜȜəǜǯȢȶțdzǯȆǜȜȽdzdzȕțdzȜȶǜȐdzǯdzȕǜɍdzȲǯǜǯȯdzȲȢȕȢȶ
ȲdzǩɂȲȶȢȶǩȢȕȢǩǜǯȢȶdzȜȕǜȶțǜȜȢȶǯdzȶɂȶțǜɔȢȲǯȢțȢȶ
ȯǜȲǜdzȶdzțȆȶțȢȯȲȢȯȣȶȆȽȢȃǜȜȶȆǯȢǯdzǯȆǩǜǯȢȶ
dzǾȢȈȶȽǜțdzȜȽdzǜȕǜǾȲǜȽȆǽȆǩǜǩȆȣȜǯdzȶȈțȆȶțȢȶŷ
(ȕdzȜǜǯdz:ȃȆȽdz

El único plan que el Evangelio ha establecido para sostener la


obra de Dios es el que deja el sostén de su causa librado al honor
de los hombres. Estos, teniendo en cuenta la gloria de Dios, deben
darle la proporción que él ha requerido. Contemplando la cruz del
Calvario, mirando al Redentor del mundo, quien se empobreció por
amor a nosotros para que por su pobreza fuésemos hechos ricos, de-
bemos pensar que no hemos de hacernos tesoros en la tierra, sino
que debemos acumular nuestras riquezas en el banco del cielo, el
que nunca suspenderá ningún pago ni fallará. Dios ha dado a Jesús
a nuestro mundo, y la pregunta que debemos formularnos es: ¿Qué
podemos devolverle a Dios en términos de donativos y ofrendas
para demostrarle nuestro aprecio por su amor? “De gracia recibis-
teis, dad de gracia”.

| 145 |
:: CADA MAYORDOMO FIEL
DEBE ESTAR ANSIOSO POR AUMENTAR SUS OFRENDAS

&DGD PD\RUGRPR džHO GHEHU­D HVWDU PXFKR P¡V DQVLRVR SRU DX-
mentar la proporción de sus donaciones que entrega a la tesorería del
Señor, antes que por disminuir sus ofrendas en una jota o una tilde. ¿A
quién le sirve? ¿Para quién está preparando una ofrenda? Para Aquel
de quien depende para recibir todas las buenas cosas de que disfruta.
Entonces, que ninguno de los que recibimos la gracia de Cristo demos
ocasión para que los ángeles se avergüencen de nosotros, y para que
Jesús se avergüence de llamarnos hermanos.

:: CULTIVAREMOS LA INGRATITUD O SEREMOS LIBERALES

¿Cultivaremos la ingratitud y la manifestaremos mediante nues-


tras prácticas mezquinas al dar a la causa de Dios? ¡No, no! Entre-
JX©PRQRVFRPRXQVDFULdžFLRYLYR\GHPRVQXHVWURWRGRD-HVºV/H
pertenece, porque somos su posesión adquirida. Los que reciben su
gracia, los que contemplan la luz del Calvario, no discutirán la pro-
porción que deben dar, sino que pensarán que hasta la ofrenda más
abundante es demasiado pequeña y desproporcionada en compa-
UDFL³QFRQHOJUDQGRQGHO+LMRXQLJ©QLWRGHO'LRVLQdžQLWR0HGLDQWH
la práctica de la abnegación, hasta los más pobres encontrarán el
modo de obtener algo para devolverlo a Dios.

:: MAYORDOMOS DEL TIEMPO

El tiempo es dinero, y muchos están perdiendo un tiempo pre-


cioso que podrían utilizar en trabajo útil, haciendo con sus manos
FRVDVEHQHdžFLRVDV(O6H±RUQXQFDGLU¡Ŷ%LHQKHFKREXHQVLHUYR
\džHOŷDTXLHQQRKD\DXWLOL]DGRODVKDELOLGDGHVI­VLFDVTXH'LRVOH
prestó como talentos preciosos para juntar recursos con los cuales
socorrer a los necesitados y presentar ofrendas a Dios.

Los ricos no deben pensar que pueden conformarse únicamente


con dar de su dinero. Poseen habilidades, y deben estudiar la forma
de obrar para ser aprobados por Dios, de ser instrumentos espiri-
tuales fervorosos en la educación y preparación de sus hijos para

| 146 |
que estos sean útiles. Los padres y los hijos no deben considerarse
dueños de sí mismos y pensar que pueden disponer de su tiempo y
propiedades en la forma como les plazca. Son la posesión adquiri-
da por Dios, y el Señor pide los intereses de sus habilidades físicas,
las que deben ser utilizadas para llevar un aporte a la tesorería del
Señor.

:: PROMESAS PARA LOS MAYORDOMOS FIELES

6LJQLdžFD PXFKR VHPEUDU MXQWR D WRGDV ODV DJXDV 6LJQLdžFD LP-


partir continuamente donativos y ofrendas. Dios proporcionará
IDFLOLGDGHVSDUDTXHHOPD\RUGRPRdžHOGHORVPHGLRVTXH©OOHKD
FRQdžDGR VHD VXSOLGR FRQ DEXQGDQFLD GH WRGDV ODV FRVDV \ VHD FD-
pacitado para que abunde en toda buena obra. “Como está escri-
to: Repartió, dio a los pobres; su justicia permanece para siempre.
Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y
multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra
justicia” 2 Corintios 9:9, 10. La semilla sembrada a manos llenas es
cuidada por el Señor. El que suministra la semilla al sembrador da
también a su obrero, lo que lo capacita para colaborar con el Dador
de la semilla. (Testimonies for the Church 9:132).

:: LA ABNEGACIÓN Y LA CRUZ

Si se suprimieran los mil canales del egoísmo que ahora existen,


y si se dirigieran los recursos hacia el conducto debido, una gran
FDQWLGDGGHGLQHURLJXLU­DKDFLDODWHVRUHU­D0XFKDVSHUVRQDVFRP-
pran ídolos con el dinero que debería ir a la casa de Dios. Nadie
puede practicar la verdadera generosidad sin practicar antes la ab-
negación genuina. La abnegación y la cruz están directamente en el
camino de cada cristiano que es un verdadero seguidor de Cristo. Je-
sús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y
tome su cruz, y sígame” Mateo 16:24. ¿Quiere cada alma considerar
el hecho de que el discipulado cristiano incluye la abnegación, el sa-
FULdžFLRGHV­PLVPRKDVWDHOSXQWRGHHQWUHJDUODSURSLDYLGDVLHVWR
fuera necesario, por amor al que dio su vida por la vida del mundo?
Los cristianos que contemplan a Cristo en la cruz están comprome-
WLGRVSRUVXREOLJDFL³QKDFLD'LRVDFDXVDGHOGRQLQdžQLWRTXH‰O

| 147 |
hizo en la persona de su Hijo, de no retener nada de lo que posean
por muy precioso que esto sea para ellos. Si poseen cualquier cosa
que pueda emplearse para atraer a cualquier alma, no importa cuán
rica o cuán pobre esta pueda ser, hacia el Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo, deben utilizar libremente tal cosa para reali-
zar este propósito. El Señor emplea a los agentes humanos para que
estos sean colaboradores con él en la salvación de los pecadores.

:: TODO EL CIELO ESTÁ EMPEÑADO


EN LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS

Todo el cielo está empeñado activamente en proporcionar faci-


lidades mediante las cuales extender el conocimiento de la verdad
a todos los pueblos, naciones y lenguas. Si los que profesan haber
sido verdaderamente convertidos no dejan brillar su luz para otros,
están descuidando el cumplimiento de las palabras de Cristo.

No necesitamos preocuparnos en pensar cuánto se ha dado a la


causa de Dios, sino más bien debemos considerar cuánto se ha re-
tenido de su tesorería para dedicarse a la complacencia del yo en la
EºVTXHGDGHOSODFHU\ODJUDWLdžFDFL³QGHV­PLVPR1RQHFHVLWDPRV
contar cuántos obreros han sido enviados, sino más bien cuántos
han cerrado sus ojos del entendimiento para no ver cuál es su deber
y para no ministrar a otros según sus diversas habilidades.

:: EL ESPÍRITU DE SACRIFICIO

(OSODQGHVDOYDFL³QVHWUD]³HQEDVHDXQVDFULdžFLRWDQDPSOLR
profundo y elevado que resulta inconmensurable. Cristo no envió a
sus ángeles a este mundo caído mientras él permanecía en el cielo,
sino que él mismo vino sin escolta y soportó el vituperio. Se con-
virtió en varón de dolores, experimentado en quebranto; él llevó
nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores. Y Dios conside-
ra la ausencia de abnegación en sus seguidores profesos como una
negación del nombre de cristianos. Los que profesan ser uno con
Cristo y sin embargo complacen sus deseos egoístas de poseer ropa
y muebles elegantes y costosos, y alimento exquisito, son cristianos
solamente de nombre. Ser un cristiano es ser como Cristo.

| 148 |
Y sin embargo, cuán verdaderas son estas palabras del apóstol:
“Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” Fi-
lipenses 2:21. Las obras de muchos cristianos no corresponden con
el nombre que llevan. Obran como si nunca hubieran oído acerca
GHOSODQGHUHGHQFL³QOOHYDGRDFDERDXQFRVWRLQdžQLWR/DPD\RU­D
procura forjarse fama en el mundo; adopta las formas y ceremonias
mundanas, y vive para satisfacer la complacencia propia. Esta gente
sigue en pos de sus propios designios con tanta ansiedad como lo
hace el mundo, y así suprime su poder para ayudar a establecer el
reino de Dios...

:: CIENTOS DE OBREROS PODRÍAN ESTAR EMPLEADOS


EN EL CAMPO HACIENDO BIEN EN DIVERSOS RAMOS

¡Cuántos podrían estar empleados ahora si en la tesorería hubie-


se recursos para sostenerlos en la obra! ¡Cuántas facilidades podrían
utilizarse para extender la obra de Dios a medida que su providen-
cia abre el camino! Cientos de obreros podrían estar empleados en
el campo haciendo bien en diversos ramos, pero no están allí. ¿Por
qué? El egoísmo los mantiene en sus hogares; aman la comodidad
y por lo tanto permanecen alejados de la viña del Señor. Algunos
irían a regiones alejadas, pero no tienen los recursos para trasla-
darse allá, porque otros han dejado sin hacer lo que deberían haber
hecho. Estas son algunas razones por las que unos pocos obreros
tienen que estar recargados como un carro bajo el peso de las gavi-
llas, mientras hay otros que no llevan carga alguna. (The Review and
Herald, 14 de julio de 1896).

:: EL PESO QUE PODRÍA SALVAR UN ALMA

El Señor ha hecho provisión para que todos puedan ser alcanza-


dos mediante el mensaje de la verdad, pero los recursos colocados
en las manos de sus mayordomos para ese mismo propósito han
VLGRGHGLFDGRVHJR­VWDPHQWHDODJUDWLdžFDFL³QGHV­PLVPRV

¡Cuánto ha sido desperdiciado descuidadamente por nuestra ju-


ventud, gastado para la complacencia propia y la ostentación, en co-
sas sin las cuales habrían podido ser igualmente felices! Cada peso

| 149 |
que poseemos es del Señor. En lugar de gastar dinero en cosas inne-
cesarias, deberíamos invertirlo para responder a los llamamientos
de la obra misionera.

A medida que se abren nuevos campos, aumentan constante-


mente los pedidos de más recursos. Si alguna vez hemos necesitado
ejercer economía, es ahora. Todos los que trabajan en la causa de-
berían comprender la importancia que tiene el seguir de cerca el
ejemplo del Salvador dado en la abnegación y economía. Deberían
ver en los medios que manejan un depósito que Dios les ha enco-
mendado, y deberían sentirse obligados a ejercer tacto y habilidad
džQDQFLHUDHQHOXVRGHOGLQHURGHVX6H±RU&DGDFHQWDYRGHEHU­D
DWHVRUDUVH FXLGDGRVDPHQWH 8Q FHQWDYR SDUHFH XQD VXPD ­QdžPD
pero cien centavos son un peso, y este correctamente gastado puede
constituir el medio de salvar a un alma de la muerte. Si todos los re-
FXUVRVTXHQXHVWURSURSLRSXHEORKDPDOJDVWDGRHQODJUDWLdžFDFL³Q
de sí mismo se hubiesen dedicado a la causa de Dios, no habrían
tesorerías vacías, y podrían establecerse misiones en todas partes
del mundo.

Que los miembros de la iglesia ahora abandonen su orgullo y sus


adornos. Cada uno debería mantener a mano una caja misionera, y
colocar en ella cada centavo que se sienta tentado a gastar en la gra-
WLdžFDFL³QGHV­PLVPR3HURKD\TXHKDFHUDOJRP¡VIXHUDGHVXSUL-
PLUODVFRVDVVXSHULJXDV+D\TXHSUDFWLFDUODDEQHJDFL³Q$OJXQDV
GHQXHVWUDVFRVDVFRQIRUWDEOHV\GHVHDEOHVGHEHQVHUVDFULdžFDGDV
Los predicadores deben aguzar sus mensajes, no solo combatiendo
ODJUDWLdžFDFL³QGHV­PLVPR\HORUJXOORHQHOYHVWLUVLQRWDPEL©Q
SUHVHQWDQGRD-HVºVVXYLGDGHDEQHJDFL³Q\VDFULdžFLR4XHHODPRU
la piedad y la fe sean atesorados en el corazón, y entonces frutos
preciosos aparecerán en la vida. (Historical Sketches of the Foreign
Missions of the Seventh Day Adventist, 293).

| 150 |
MI DECISIÓN

Después de haber comprendido que debo ser más cuidadoso en la ad-


ministración de cada centavo que recibo de las manos del Creador, hoy
GHFLGRFXLGDUFDGDFHQWDYR\DWHQHUXQSODQGHDKRUURFRQODdžQDOLGDG
de llevarlo a la tesorería del Señor, para que así donde hoy hay un mi-
sionero puedan haber muchos más y alcanzar a otros para su reino.

MI COMPROMISO

&RPSUHQGLHQGRTXHFDGDG­DQRVDFHUFDPRVDOdžQGHHVWHPXQGR\OD
necesidad de hacer tesoros en el cielo, me comprometo hoy junto con
mi familia a incrementar mis ofrendas sistemáticas y así contribuir con
generosidad para alcanzar a otros para el reino de Dios.

| 151 |
Compartiendo
los gozos de
los redimidos
DÍA 21

“VENID, BENDITOS DE MI PADRE, HEREDAD EL


REINO PREPARADO PARA VOSOTROS DESDE
LA FUNDACIÓN DEL MUNDO…
ENTRA EN EL GOZO DE TU SEÑOR”.
MATEO 25:34

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No hay mayor gozo que el ver a las personas que por vuestro
trabajo, ya sea directamente mediante los estudios bíblicos o tu
testimonio, o indirectamente mediante tus diezmos y ofrendas, se
rinden entregando sus corazones a Jesús. Esta es una alegría indes-
criptible, este es el verdadero gozo que Cristo nos da, un gozo que
permanece para siempre, y más aun cuando estemos en la nueva
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administración de sus recursos muchos fueron alcanzados en el
mundo para la vida eterna.

Cristo nos recomienda: “Haceos tesoros en los cielos”. Esta obra


de transferir nuestras posesiones al mundo de arriba es digna de
nuestras mejores energías; es de la mayor importancia e implica
nuestros intereses eternos. Lo que damos a la causa de Dios no se
pierde. Todo lo que damos para la salvación de las almas y la glo-

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ria de Dios se invierte en la empresa de más éxito en esta vida y en
la vida futura. Nuestros talentos de oro y plata, si los damos a los
cambiadores, ganan continuamente en valor, lo cual se registrará
en nuestra cuenta en el reino de los cielos. Nosotros seremos los re-
ceptores de la riqueza eterna que ha aumentado en las manos de
los cambiadores. Al dar para la obra de Dios, nos estamos haciendo
tesoros en el cielo. Todo lo que depositamos arriba está asegurado
contra el desastre y la pérdida, y está aumentando en valor eterno
y perdurable.

:: BENDICIONES TEMPORALES PARA LOS GENEROSOS

Cuando la simpatía humana está mezclada con amor y genero-


VLGDG\VDQWLdžFDGDSRUHO(VS­ULWXGH-HVºVFRQVWLWX\HXQHOHPHQWR
que puede producir un gran bien. Los que cultivan la generosidad
no solo están haciendo una obra buena en favor de otros, y bendi-
ciendo a los que reciben esas buenas acciones, sino también se están
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nigna de la verdadera dadivosidad. (Testimonies for the Church 4:56).

:: EL CORAZÓN DEL DADOR SE EXPANDE

Las ofrendas de los pobres, dadas mediante la abnegación para


ayudar a extender la preciosa luz de la verdad salvadora, no solo
constituirán un aroma delicioso para Dios, y serán plenamente
aceptables para él como dones consagrados, sino también el acto
mismo de dar expande el corazón del dador y lo une más plenamen-
te con el Redentor del mundo. (The Review and Herald, 31 de octubre
de 1878).

El amor de Cristo en el alma se revelará en palabras y acciones.


El reino de Cristo ocupará el lugar más destacado. Se colocará el
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estén verdaderamente unidos con Cristo sentirán el mismo amor
por las almas que hizo que el Hijo de Dios dejara su trono real, su
elevada autoridad, y por amor a nosotros se hiciera pobre para que
mediante su pobreza nosotros fuésemos hechos ricos. (The Review
and Herald, 13 de octubre de 1896).

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:: LA PROMESA PERMANENTE DE DIOS

Cuando quiera que los hijos de Dios, en cualquier época de la


historia del mundo, ejecutaron alegre y voluntariamente el plan
de la benevolencia sistemática y de los dones y ofrendas, han visto
cumplirse la permanente promesa de que la prosperidad acompa-
ñaría todas sus labores en la misma proporción en que le obedecie-
sen. Siempre que reconocieron los derechos de Dios y cumplieron
con sus requerimientos, honrándole con su sustancia, sus alfolíes
rebosaron. (Joyas de los Testimonios 1:375).

:: COMPARTIENDO LOS GOZOS


DE LOS REDIMIDOS

Hay una recompensa para los obreros íntegros y abnegados que


entran en este campo, y también para los que contribuyen volunta-
riamente a su sostén. Los que trabajan activamente en el campo, y
los que dan sus recursos para sostener a estos obreros, compartirán
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el gozo de su Señor. ¿Qué es este gozo? “Así os digo que hay gozo
delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente”
Lucas 15:10. Habrá una bendita alabanza, una santa bendición, para
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cielo, que dan la bienvenida a la cosecha al entrar esta en el hogar.

:: UN GOZO INDESCRIPTIBLE

Cuán grande será el gozo cuando los redimidos del Señor se re-
únan en las mansiones preparadas para ellos. ¡Oh, qué gozo para
todos los que hayan sido obreros imparciales y abnegados junta-
mente con Dios en la tarea de promover su obra aquí en la tierra!
¡Qué satisfacción tendrá cada segador cuando la voz clara y musical
de Jesús diga: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino pre-
parado para vosotros desde la fundación del mundo”! Mateo 25:34.
“Entra en el gozo de tu Señor”.

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corazones gozosos, los que han sido colaboradores con Dios ven el
trabajo de su alma en favor de los pecadores destinados a perecer
y morir. Las horas ansiosas que pasaron, las circunstancias que les
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rehusaron ver y recibir las cosas que habrían podido dar paz, todo
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ner la obra ya no es más recordada. Cuando contemplan las almas
que procuraron ganar para Jesús, y las ven salvadas, salvadas eter-
namente como monumentos a la misericordia de Dios y al amor del
Redentor, hacen resonar en las bóvedas celestes exclamaciones de
alabanza y agradecimiento. (The Review and Herald, 10 de octubre de
1907).

:: ¿QUÉ ES LA FELICIDAD DEL CIELO


SI NO ES VER A DIOS?

&ULVWROOHY³FRQVLJRDORVDWULRVFHOHVWLDOHVVXKXPDQLGDGJORULdž-
cada. A los que le reciban, les da poder para llegar a ser hijos de Dios,
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con él a través de toda la eternidad. Si durante esta vida son leales a
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calipsis 22:4. ¿Qué es la felicidad del cielo si no es ver a Dios? ¿Qué
mayor gozo puede obtener el pecador salvado por la gracia de Cris-
to que el de mirar el rostro de Dios y conocerle como Padre? (Joyas
de los Testimonios, t.3, 265.5)

Que haya sencillez, humildad del alma, para que se sepa que us-
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te en las nubes del cielo, exclamaremos: “¡He aquí, este es nuestro
Dios! Le hemos esperado, y nos salvará” (Isa. 25: 9). Entonces a los
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YDGRUGLFLHQGRŶ%LHQEXHQVLHUYR\džHO>@(QWUDHQHOJR]RGHWX
señor” (Mat. 25: 21-23). ¿Qué? ¿Fieles al pisotear la ley de Dios? No,
no. Estos no tienen la marca de la bestia sobre ellos. (Sermones Esco-
gidos, t.1, 31.4).

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:: CONTEMPLA CON LOS OJOS DE LA FE
EL CIELO AHORA MISMO

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de nuestra naturaleza, y nos coloca de inmediato frente a la luz de
su faz. No, hemos de hacer nuestra parte, ocuparnos en nuestra pro-
pia salvación con temor y temblor, Dios produce en nosotros tanto
el querer como el hacer por su buena voluntad. Mediante la combi-
QDFL³QGHHVWRVGRVSRGHUHVDOFDQ]DUHPRVODYLFWRULD\džQDOPHQWH
recibiremos la corona de vida. Ahora contemplamos un cielo lleno
de gozo y el eterno peso de gloria que se extiende delante de noso-
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mesa, no los alcancemos. No podemos darnos el lujo de perderlos.
Anhelamos ese cielo de felicidad, y empleamos a fondo todas las
facultades de nuestro ser para obtenerlo. Utilizamos todas nuestras
facultades al máximo. Utilizamos todo nervio y músculo espiritual
para obtener el éxito pleno en esta labor y de esa forma alcanzar el
valioso galardón de la vida eterna. (Sermones Escogidos, t.1, 72.4)

:: ENTREN EN EL GOZO DE SU SEÑOR

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cuchemos decir: “Suban acá; entren en el gozo de su Señor”. ¿Cuál
es ese gozo? Ver pecadores convertidos. Eso es gozo. Vayamos a
trabajar y tratemos de ayudar a alguna pobre alma descorazonada,
que esté abatida bajo el peso del desánimo. Tratemos de ganar algún
alma para Cristo. Ustedes se consideran más importantes de lo que
son, pero intenten ganar a alguien para Cristo y se empequeñecerán
hasta sentir que no son nada. Cuando se sientan así, entonces Cristo
será todo para ustedes. (Sermones Escogidos, t.1, 175.2).
En vista de la herencia gloriosa que puede ser suya, “¿qué rescate
dará el hombre por su alma?”. Puede ser pobre y, sin embargo, po-
see en sí mismo una riqueza y dignidad que el mundo jamás podría
haberle dado. El alma redimida y limpiada de pecado, con todas sus
nobles facultades dedicadas al servicio de Dios, es de un valor in-
comparable; y hay gozo en el cielo delante de Dios y de los santos
ángeles por cada alma rescatada, un gozo que se expresa con cánti-
cos de santo triunfo. (Camino a Cristo, 126.1).

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:: SOLO UN POQUITO MÁS

Transcurrirá solo un poquito más de tiempo antes de que Jesús


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“Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción,
y esto mortal se vista de inmortalidad” 1 Corintios 15:53. Los sepul-
cros se abrirán y los muertos saldrán victoriosos, y exclamarán:
“¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victo-
ria?” 1 Corintios 15:55. Nuestros seres amados que duermen en Jesús
resucitarán revestidos con la inmortalidad.

Y cuando los redimidos suban al cielo, las puertas de la ciudad


de Dios se abrirán de par en par, y entrarán los que han guardado
la verdad. Una voz más armoniosa que música alguna que hayan
escuchado los oídos mortales, se oirá decir: “Venid, benditos de mi
Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la funda-
ción del mundo” Mateo 25:34. Entonces los justos recibirán su re-
compensa. Sus vidas correrán paralelas con la vida de Jehová. Echa-
rán sus coronas a los pies del Redentor, pulsarán las doradas arpas
y llenarán todo el cielo de música armoniosa. (The Signs of the Times,
15 de abril de 1889).

:: LA SEGURA PROMESA

Durante mucho tiempo hemos esperado el regreso de nuestro


Salvador. Pero no por eso la promesa es menos segura. Pronto nos
encontraremos en nuestro hogar prometido. Allá Jesús nos guiará
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ODVHQLJP¡WLFDVGLVSRVLFLRQHVDWUDY©VGHODVFXDOHVQRVJXLRDdžQGH
perfeccionar nuestros caracteres. Allí veremos en todas partes los
hermosos árboles del paraíso, y en medio de ellos contemplaremos
el árbol de la vida. Allí veremos con una visión perfecta las hermo-
suras del Edén restaurado. Allí arrojaremos a los pies de nuestro
Redentor las coronas que él había colocado en nuestras cabezas, y,
pulsando nuestras arpas doradas, ofreceremos alabanza y agrade-
cimiento a Aquel que está sentado sobre el trono. (The Review and
Herald, 3 de septiembre de 1903).

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MI DECISIÓN

Decido clamar por el bautismo diario del Espíritu Santo y así llegar a
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siendo generoso y sistemático en la devolución de los Diezmos y las
ofrendas, ya que estos medios ayudan a que el evangelio sea predicado
en todo el mundo.

MI COMPROMISO

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mi deseo oír la voz de mi Salvador en su segunda venida hablándonos
DPLIDPLOLDŶ%LHQEXHQVLHUYRdžHOVREUHSRFRKDVVLGRdžHOVREUHPX-
cho te pondré, entra en el gozo de tu Señor”.

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CONCLUSIÓN

Apreciado lector, es mi deseo que esta jornada de 21 días hayan


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fortalecido en tu fe y estés ahora lleno del poder del Espíritu Santo.
Continúa con esta experiencia del reavivamiento personal diaria-
mente por el resto de tu vida. Motiva a tu familia a experimentar lo
mismo cada día. Sé consecuente en la oración, el estudio de la Pala-
EUDGH'LRV\HQXQDWHVWLdžFDFL³QDFWLYDKDVWDWHUPLQDUODREUDHQ-
comendada. Levanta el altar de tu culto personal y familiar, por las
mañanas y por las noches, solo así estarás preparado y preparando
a otros para estar listo para el encuentro con Jesús. Sé un mayordo-
PRdžHOHQWRGRVORVDVSHFWRVGHWXYLGD\GHPDQHUDWDQJLEOHYLVLEOH
y puntual en los diezmos y tus ofrendas sistemáticas. Haz tesoros
en el cielo, no ceses de hacer estas inversiones eternas, estas que no
perecen, y así mostrarás tu amor y pasión por los demás como Él lo
demostró al venir a darse a sí mismo por ti, por mí y por toda la hu-
manidad. Involúcrate en la misión, en las actividades y programas
FRQXQVRORdžQWHUPLQDUODREUDGH'LRV
Sé un discípulo leal y discipula a los nuevos que van llegando a la
familia de Dios y así el que a de venir vendrá y no tardará. Adelante
con Esperanza.

| 159 |
| 160 |
Reavívanos OTRA VEZ

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