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INCISO A

2.2
A. Cuidados de enfermería al ingreso del
niño al hospital.
• Unidad o servicio de pediatría
− Concepto
Es la Unidad Orgánica encargada
de brindar atención integral de
salud a nivel especializado, por
medios clínicos, a la población
pediátrica menor de 14 años en su
contexto bio-psico-social, familiar y
comunitario, mediante acciones de
promoción, protección,
recuperación y rehabilitación de la
salud del niño.

− Características de la estructura física y mobiliario


La estructura de la unidad docente contemplará
como mínimo:
Consultas externas de Pediatría y sus áreas
específicas. Al hacer la petición acompañarán la
Documentación pertinente, así como la Memoria de
actividades de los dos últimos años
Área de Hospitalización con los siguientes sectores
Recién nacidos normales.
Recién nacidos patológicos (cuidados mínimos,
intermedios e intensivos)
Lactantes.
Preescolares.
Escolares.
La estructura física de la Unidad debe garantizar un ambiente adecuado que
responsa a las peculiaridades de la edad pediátrica y de las relaciones de
los niños con sus padres en el período de hospitalización.
RECURSOS HUMANOS
El personal que deberá formar parte de la unidad docente será como
mínimo: Especialistas en Pediatría. Uno de ellos será el responsable de la
Unidad. El cuerpo facultativo, debe poseer la titulación como pediatra y
podrán colaborar en la docencia personal de otras especialidades.
ATS/DUE, Personal Auxiliar y Personal Administrativo necesario para
desempeñar las funciones propias de la Unidad.
RECURSOS MATERIALES
Equipamiento. -La Unidad dispondrá del equipamiento adecuado para el
desarrollo de la especialidad y de manera específica:
N.O de camas/cunas: Recomendable mínimo: 40.
En condiciones especiales este número podrá rebajarse a 30,
contemplándose la acreditación cuando se asocien otras circunstancias que
así lo aconsejen.
Deberá ser posible el aislamiento de: Infecciones de contagio oral-fecal y
aéreo. Inmunodeprimidos. Problemas psicosociales. Cuidados Intensivos
pediátricos polivalentes y neonatales. Cocina dietética: que posibilite
elaborar regímenes de lactante normal, patologías metabólicas y otros.
Medios adecuados de transporte de pacientes.
Medios docentes. -La Unidad docente dispondrá de medios propios o
compartidos como: Aula, sala de reuniones y medios audiovisuales de
docencia. La biblioteca central dispondrá de textos y revistas de la
especialidad actualizados, entre los que se encontrarán, como mínimo:
Cuatro Tratados de Pediatría actualizados y diez monografías o tratados de
áreas específicas pediátricas. Se considera deseable que se disponga de
fondos bibliográficos de las siguientes áreas: Patología prenatal.
Neonatología. Endocrinología y crecimiento. Metabolismo.
Dietética del lactante y nutrición infantil. Gastroenterología. Neumología.
Cardiovascular. Nefrología. Urología. Enfermedades infecciosas. -
Accidentes e intoxicaciones. - Inmunidad y alergia. - Adolescencia. Pediatría
preventiva. Pediatría social. Demografía. Estadística médica. Introducción a
las ciencias sociales. Psicología y psiquiatría infantil. Pediatría de atención
primaria. Patología crítica infantil. Urgencias pediátricas. Cirugía pediátrica,
Dermatología. Se recomienda que, al menos, se disponga de revistas de 10
revistas de prestigio en el ámbito pediátrico nacional e internacional.
En este caso es importante que
se diseñe y decore con colores
especiales o con motivos que
llamen la atención del niño y le
resulten alegres y atractivos (por
ejemplo, puede llevar escenas de
dibujos animados en sus
paredes, variedad de colores,
etc.). Es importante en este caso
que las paredes estén pintadas
de colores llamativos para que al
niño le resulten alegres.

• Aplicación de metas internacionales y medidas


de seguridad durante la hospitalización del niño
− Mantener elevados los barandales
Es importante mantener elevados
los barandales de la cama o cuna ya
que esto protege a los pacientes de
caídas que pueden causar fracturas
de cadera, brazo, antebrazo o pelvis,
así como contusiones o heridas,
traumatismos craneales, de tórax o
abdomen, también pueden causar
hasta la muerte.
Esto con una buena supervisión e inspección de los barandales para que no
se desarmen o no que se instalen bien para evitar accidentes.

− Uso de tapones de seguridad en corrientes eléctricas


Las corrientes de electricidad deben tener su
respectivo tapón. Los "tapones" quemados
se deben reemplazar inmediatamente.
Deben realizar estas instalaciones los
especialistas, ya que cualquier arreglo mal
realizado pone en peligro al paciente. Para
evitar los incendios o accidentes eléctricos en
las instalaciones que se deben a
cortocircuitos producidos por fallas eléctricas
que no fueron detectadas a tiempo.

− Supervisión de actividades y proporcionar juguetes de


acuerdo con la edad
La supervisión de las actividades
de los pacientes debe ser
constante para evitar algún tipo de
accidente en el ambiente
hospitalario. La edad es también
un determinante importante en
cuanto a las posibilidades de que
el juguete permita la libre iniciativa
y creatividad del niño y la niña. La
mayor equivocación que se puede
hacer en la lección de los juguetes es seleccionar aquellos que no permiten
la variación y no se prestan a desplegar su habilidad creadora.

− Sujeción segura, gentil e indicada


Hay que tener mucho cuidado a la hora de tomar un paciente pediátrico, ya
que algunos todavía no soportan el peso de su cabeza, por lo que se debe
sostener de manera que no caiga hacia los lados ni, sobre todo, hacia atrás.
Con una mano se debe sujetar la
espalda y con la otra la cabeza, para
que no se dé ladee ni se vaya hacia
delante, ni hacia atrás. Son tan
pequeñitos que incluso con la misma
mano se le pueden sujetar la espalda,
se puede también sujetarle la cabeza
colocándola palma de tu mano en la
parte superior de la espalda del bebé y sosteniendo con los dedos su
cabeza.
Son acciones de enfermería encaminadas a proteger al lactante mayor de
lesiones que pongan en riesgo su integridad y/o que dificulten su
terapéutica, mediante la limitación de los movimientos corporales
voluntarios o involuntarios a través de maniobras mecánicas en forma
temporal.
Objetivo
Establecer un procedimiento de sujeción gentil en el lactante mayor, para
otorgar atención segura durante su estancia hospitalaria.
INDICACIONES
Paciente pediátrico con agitación
psicomotora, riesgo de desplazamiento
de catéteres, sondas o drenajes, o
cuando se vaya a realizar algún
procedimiento que requiera que el niño
esté sin movimiento. MATERIAL Y
EQUIPO
• Sábana rectangular para cuna o pañal
de tela, de acuerdo con la talla del lactante.
• Registros de enfermería.
Procedimiento
Elección del método de sujeción:
• Elija el mejor método de sujeción para alcanzar los resultados deseados.
• Realice lavado de manos y prepare el material necesario de acuerdo con
el método a utilizar y trasládelo a la unidad de la persona.
• Valore la piel y estado circulatorio donde se aplicará la sujeción.
• Asegure los barandales de la cuna.
Aplicación del método de sujeción:
a) Tipo momia
1. Coloque una sábana extendida sobre la cama y sitúe sobre ella al
lactante.
2. Con uno de los brazos pegado a su cuerpo, doble la sábana sobre el
brazo y el cuerpo del niño en dirección opuesta. Enrolle la sábana bajo el
cuerpo del lactante. Coloque el otro brazo pegado al cuerpo del niño y doble
el otro lado de la sábana; enrolle la sábana sobrante por debajo del niño.
3. Sujete el extremo largo de la sábana, tire de ella delicada pero firmemente
sobre los pies del niño y doble hacia un lado y debajo del cuerpo del niño
b) Tipo momia con acceso intravascular de miembros superiores
1. Coloque una sábana extendida sobre la cama, ponga al niño encima.
2. Coloque el brazo libre de acceso intravascular del lactante en forma lateral
a su cuerpo, doble la sábana en dirección del brazo contrario.
3. Fije la sábana por debajo del cuerpo del lactante, evitando dejar pliegues,
doble el otro lado de la sábana dejando libre el brazo con acceso
intravascular.
4. Sujete el extremo de la sábana por debajo del cuerpo del lactante, tire de
ella delicada pero firmemente sobre los pies y doble hacia un lado y por
debajo del cuerpo.
c) En lactante con intubación endotraqueal
1. Extienda la sábana y doble dos de sus lados hacia el centro de la sábana
formando un rectángulo.
2. Doble en acordeón un extremo de la sábana y coloque a un costado del
lactante.
3. Coloque en decúbito lateral al lactante y deslice la sábana por debajo de
su cuerpo, vigilando el dispositivo ventilatorio y accesos vasculares.
4. Regrese al lactante a la posición inicial (decúbito dorsal) y coloque uno
de sus brazos en la parte lateral del cuerpo y envuelva con el sobrante de
la sábana y deslice por debajo del dorso del lactante, hasta el extremo
opuesto, quedando un tipo brazalete; realice el mismo procedimiento con la
otra extremidad.

− Medicamentos y soluciones fuera del alcance del niño


Los medicamentos tienen su
lugar al igual que las soluciones,
pero hay momentos que al estar
aplicando y preparando
soluciones o cambiándolas los
pacientes pueden tomar los
medicamentos por error y
hacerse daño y es ahí donde
debemos tener una charola
especial o lugar donde no
tengan alcance a los mismos.

Tampoco puedes confiar en los paquetes resistentes a los niños. Para


ayudar a que tu hijo no incurra en una sobredosis accidental, mantén los
medicamentos fuera del alcance de los pequeños exploradores. Estos son
algunos consejos útiles:

Guarda los medicamentos en un botiquín cerrado.

El lugar más seguro para guardar los medicamentos es fuera del alcance y
de la vista de los niños. Puede ser un botiquín o armario alto que siempre
esté cerrado con llav.

Utiliza tapas resistentes a los niños para una mayor seguridad.


Mantén el medicamento en su contenedor original.
No intercambies los contenedores de píldoras o líquidos, porque alguien
podría confundirse de medicamento. Asimismo, nunca tomes un
medicamento si el contenedor no tiene una etiqueta legible.

Nunca dejes medicamentos fuera de su envase.

Si recibes una llamada o tocan la puerta cuando estás tomando o dándole


un medicamento a alguien, no dejes el contenedor por ahí. Tampoco dejes
el medicamento en un lugar accesible, por más tentador que sea hacerlo
cuando estás por tomar otra dosis pronto. Los niños actúan rápidamente,
así que todo medicamento que se encuentre en un lugar accesible y sin
supervisión, aunque sea por un momento, puede ser peligroso.

Desecha los medicamentos con cuidado.

No tires los medicamentos en el cubo de basura, ya que tu hijo podría


husmear en la basura. En vez de ello, llama al farmacéutico y consulta sobre
el programa de recolección local. Si debes descartar el medicamento,
mantenlo en su contenedor original y colócale doble bolsa.

Nunca te refieras a los medicamentos como “dulces”.

Ayuda a tu hijo a comprender que los medicamentos son medicamentos.


Siempre llámalos por su nombre.

Abre y guarda el medicamento primero.

Una botella de píldoras revestidas se parece a un frasco de dulces para un


niño pequeño. Retira los medicamentos de las bolsas de compras antes de
que tu niño curioso comience a investigar.

− Permanecer con el niño en cualquier procedimiento


Para todo procedimiento manual o mecánico
se deben tomar algunas precauciones y una
de ellas es permanecer con el paciente en
todo momento para evitar accidentes y
observar el procedimiento por seguridad y
confort.
Ayudar a un niño pequeño a prepararse para un examen o procedimiento
médico puede reducir su ansiedad, estimular la cooperación y ayudarle a
que desarrolle destrezas para hacerle frente a la situación.
Evaluar el grado de satisfacción de los familiares, el personal sanitario y del
propio paciente con la presencia de los familiares durante la realización de
los procedimientos dolorosos en un servicio de urgencias pediátricas.

• Cuidados de enfermería ante las reacciones


del niño a la hospitalización
− Separación
La separación temporal del niño de los
padres en una experiencia de
hospitalización y que pueden influir en
las reacciones del niño enfermo
hospitalizado, la naturaleza de la
enfermedad, la duración de la
hospitalización, experiencias previas en
hospitales y con médicos, la ubicación
de la curación, comprensión de lo que les ocurre, el lenguaje que con él se
utilice, la edad, sexo y desarrollo cognitivo.
Toleran periodos cortos de separación
Muestran su angustia:
• Negándose a comer
• Dificultad para dormir
• Lloran por sus padres en silencio, preguntando por ellos.
Rompen juguetes, pelean con otros niños
− Pérdida de control
Los cambios de horario, la separación de
su familia, el malestar que siente por su
enfermedad, las restricciones para
desplazarse, el reposo obligado, los
ruidos y otras incomodidades, que
contribuyen a explicar por qué para
muchos niños la experiencia de la
hospitalización llega a convertirse en un
verdadero trauma. Se debe tener
compresión y empatía del paciente, así como una buena comunicación para
que se sienta en confianza y cómodo.
Aumenta la sensación de amenaza
Afecta las habilidades de adaptación
Los estímulos son abrumadores
Retraso en el desarrollo
También pierden el control ante las restricciones físicas, la alteración de las
rutinas y la dependencia forzada
Esto constituye un factor crítico que influye en su forma de percibir la
separación, el dolor, la enfermedad y la hospitalización, así como su
reacción a tales sentimientos El pensamiento del preescolar es egocéntrico
y mágico, creen que la hospitalización es un castigo, por lo que se siente
vergüenza, culpa y temor.
A causa de su lucha por la independencia y la productividad, los niños de
edad escolar son vulnerables a los acontecimientos que reducen su
sensación de control y de poder.
▪ Producen pérdida de control
▪ - los papeles familiares alterados,
▪ - la incapacidad física,
▪ - el miedo a la muerte,
▪ - el abandono o las lesiones permanentes,
▪ - la perdida de aceptación por los compañeros,
▪ - falta de productividad y la incapacidad de resistir el estrés de acuerdo con
la expectativa de la cultura percibida.

− Escalas del dolor


El niño hospitalizado se siente
con dolor, con desconcierto,
depresión, miedo, rabia y
aislamiento social. Lo mejor es
hacerle compañía y darle afecto
como lo haría algún familiar u
otra persona conocida.
▪ La idea de enfermedad
empieza a tomar forma y está
influida por las capacidades
cognitivas, diferenciando entre
ellos mismos y el exterior
▪ Definen enfermedad de acuerdo con lo que se les dice
▪ Los conflictos psicosexuales los ponen en riesgo de sufrir lesiones
corporales
▪ Miedo a la mutilación
▪ Temores relativos a la naturaleza física de la enfermedad
▪ Demuestran interés activo por su salud-enfermedad
▪ Define enfermedad como un conjunto múltiple de síntomas concretos
▪ Se preocupan por los efectos del tratamiento
▪ Son más evidentes las preocupaciones relativas a la intimidad
▪ Describen verbalmente la localización, intensidad y tipo de dolor que
padecen.
▪ Utilizan técnicas dilatorias, para evitar el dolor
▪ La valoración que hacen de las lesiones, el dolor, la incapacidad y la
muerte tiene se relaciona con la opinión que tiene de sí mismos en el
presente y de sus compañeros.
▪ A causa del desarrollo sexual, les preocupa su intimidad
▪ Reaccionan ante el dolor con mucho autocontrol

− Tristeza
A la tristeza que siente el niño o la
niña, por la ruptura con el
ambiente que le es familiar, se une
el aburrimiento. El medio
hospitalario es pobre en estímulos,
su ritmo de actividades es
monótono y repetitivo. Es preciso
tener algún juguete con el que se
divierta, leer un libro o escuchar la
música que les gusta, de salir al
aire libre o recibir recreación de algún tipo. Desafortunadamente, la única
alternativa que les queda muchas veces a los niños(as), es sentarse largas
horas frente a un televisor.

• Estrategias asistenciales
− Comunicación efectiva
Es fundamental establecer una
relación con el niño y su familia por
parte del personal sanitario para
ofrecer y evaluar los cuidados,
satisfacer las necesidades del niño
ingresado para que se pueda
obtener un correcto cuidado
terapéutico. Para esto es necesario
que el personal sanitario brinde
calidez, empatía y sea autentico.
Inicialmente esta relación terapéutica comienza en el momento del ingreso
del niño con el primer contacto con él y sus padres. Luego se establece una
relación de conocimiento entre todos lo que va aumentando la confianza y
la relación con el paciente. Y finalmente la relación concluye en el momento
del alta hospitalaria con las indicaciones médicas correspondientes.
A la hora de la comunicación es importante ser capaz de detectar las
barreras o impedimentos que la dificulten. Por consiguiente, en el ámbito
sanitario, es el profesional quién debe identificarlas y manejarlas con el fin
de conectar de manera eficaz. Entre las barreras de comunicación descritas
se encuentran (Carballedo & Manrique, 2011):
• Inicio inapropiado de la conversación: la actitud y el tipo de preguntas en
el primer contacto entre niño y sanitario puede condicionar la comunicación.
• Barreras lingüísticas: como pueden ser la utilización de lenguaje muy
técnico o la falta de conocimiento del idioma en personas de otras
nacionalidades distintas a las del país donde se presta la atención sanitaria.
• Atención inadecuada: bostezos, falta de contacto visual, interrupciones
frecuentes… hacen que el interlocutor no se sienta escuchado o entendido.
• Actitud negativa: los prejuicios o estereotipos de las personas no favorece
la comunicación.
• Barreras del receptor: la existencia de dificultades psíquicas o físicas hace
más difícil, aunque no imposible la comunicación.
• Entorno inadecuado: presencia de algún acompañante, cansancio,
momento del día
• Falta de tiempo: puede afectar a la hora de preguntar cuestiones
relevantes sobre el paciente o que éste se sienta desatendido e incómodo.

− Saber escuchar
Para facilitar la relación es importante
saber escuchar, el silencio en los
momentos necesarios, orientar las
conversaciones y manifestar lo que se
observa con respeto.
La escucha tiene la capacidad de «aliviar» tensiones. La mayoría de las
veces que un paciente y/o familia se siente incomprendido es porque no ha
tenido la posibilidad de poder expresar abiertamente sus dudas y temores.
Escuchando activamente damos al otro la posibilidad de compartirlas,
proporcionando apoyo emocional. Escuchar supone observar al otro.
Compaginando la escucha con la mirada podemos transmitir acogida,
inspirar confianza, proporcionar atención y habilitar a la persona
manifestar lo que realmente le preocupa.
El enemigo más importante de la escucha activa es el «ruido», y no tanto el
ruido como un hecho físico, sino todo aquello que dificulta prestar atención
al otro. Algunos elementos que producen “ruido” y que impiden la escucha
activa:
– El apuro
– El prejuicio, la tendencia a hacer juicios de valor anticipados sobre lo
que nos cuentan, llegando a conclusiones demasiado prematuras.
– Las resonancias excesivamente movilizantes de lo que nos cuenta
respecto de nuestra propia historia
– La ansiedad por la cercanía con el otro
– La tendencia a dar consejos que no se han pedido
Escuchar de manera activa significa superar la barrera que imponen estos
elementos. Cuando esta barrera se supera, la escucha se convierte en
un acto de ayuda.
Ciertas variables ayudan a escuchar activamente:
» La paciencia
» El respeto
» Tono de voz calmo
» Postura adecuada
» La mirada dirigida al otro
» Asentir
» Resumir lo que el otro dice o parafrasear
El objetivo de una buena escucha es que sirva, como decíamos
anteriormente, de catalizador. Escuchando activamente podemos explorar
como vive el otro lo que nos cuenta, cuáles son sus expectativas, hasta
donde comprende los hechos. Obviamente no se trata de dar respuesta a
todos sus problemas, entre otras cosas, porque es la persona quien tiene
esa respuesta, como dice Edgar Jackson, “lo importante no es lo que la vida
te hace, sino lo que tú haces con lo que la vida te hace”. El papel del que
escucha es catalizar el proceso para que, con ayuda, la misma persona
pueda resolverlo.
− Preparación previa a la hospitalización
La hospitalización del paciente
pediátrico genera situaciones
de miedo y ansiedad que se
deben aliviar a través de la
información al niño y a sus
padres. Es importante no
mentirle al niño y hablarle
prudentemente de que su
estancia en el hospital es necesaria pero no darle más información de la que
pueda asimilar para tranquilizarlo y sentirse acompañado para que esta
experiencia de separación no sea traumática.
La observación clínica es un documento asistencial de alto valor tanto
presente como futuro, expresión de la preparación, coordinación y
acuciosidad de todo el equipo médico. Al ingresar un enfermo a las
Unidades de Hospitalización el médico que lo recibe deberá calificar de
inmediato la urgencia y prioridad de las acciones que hay que realizar.
Habitualmente el orden de las acciones es:
& Anamnesis
& Examen físico
& Diagnóstico
& Plan de estudio
& Tratamiento.
Sin embargo, el médico tendrá presente que en la patología hay
emergencias que obligan a alterar este orden. Así, por ejemplo, en los niños
con colapso vascular, síndrome convulsivo, insuficiencia cardíaca, etc.,
podrá iniciarse el tratamiento de urgencia antes de registrar por escrito la
anamnesis y examen físico. Todas las anotaciones de la Anamnesis,
Examen Físico, Diagnóstico, Indicaciones como asimismo todas las
opiniones vertidas durante las visitas médicas o interconsultas, deberán
hacerse en forma claramente legible y rubricadas con el nombre del médico.
Las pautas de la observación clínica deben ser consultadas para dar
respuesta los puntos consignados en ellas. Hay una pauta de anamnesis y
examen físico para recién nacidos y otra para niños mayores de esta edad.

− Orientación familiar clara


Los padres tienen que afrontar y
aceptar la enfermedad para lo cual
tienen que estar informados sobre la
enfermedad y es bueno
relacionarse con otros padres en
casos similares. También hay que
explicarles que el niño se encontrara
con diferentes personas (médicos,
enfermeras, educadores, otros
profesionales) cuya intención será
ayudarle a que pueda volver a realizar sus actividades habituales. También
que encontrara a otros niños a los que les ocurrirá algo parecido o diferente
pero que también necesitaran ayuda y que seguramente hará amigos. El
personal médico informara a los padres sobre el diagnostico, plan de
tratamiento y progresos médicos de su hijo. Las enfermeras y otros
profesionales informaran sobre los cuidados del niño.

− Establecer relación de confianza y seguridad


En el paciente preescolar hay
que generar confianza para que
trate de vivenciar la separación
como una recuperación y
fomentar el papel de la familia
para que no se sienta
abandonado. Es importante,
mientras el niño esté
hospitalizado, que reciba todo el
apoyo necesario para que se
recupere lo antes posible, y que vuelva a su vida habitual.

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