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¿SERÁN SATURADAS O SOBRESATURADAS?

Derrumbando mitos

Muchos conceptos químicos erróneos se encuentran circulando por la bibliografía, las


páginas WEB y en las imágenes y videos contenidos en los distintos blogs, plataformas y
canales, pero ninguno se encuentra tan difundido y arraigado en las personas que han
estudiado el tema soluciones en alguna etapa de sus trayectorias formativa como el de
“solución sobresaturada”. Lo más importante y trascendente de esta situación es que nuestros
docentes en formación reproducen este error al enseñarlo a sus alumnos de enseñanza media,
convencidos que están en lo correcto. Por lo tanto, es el objetivo de este artículo, revisar
estas concepciones e instalar el concepto correcto.
Las soluciones son sistemas materiales homogéneos formados por, al menos, dos
componentes (sustancias químicas diferentes). Los sistemas químicos homogéneos se
caracterizan por estar formados por una sola fase y los heterogéneos por dos o más fases, por
lo tanto, las imágenes precedentes representan sistemas heterogéneos (no consideraremos el
recipiente) formados por dos fases un solido precipitado en el fondo y un líquido
sobrenadante.
La imagen presentada a continuación muestra una clasificación más detallada de los
sistemas materiales:
Las soluciones binarias poseen dos componentes: uno de ellos llamado soluto y otro
llamado disolvente cuya diferenciación se basa en dos reglas: la del “estado de agregación”
y la de las “proporciones”.
 En soluciones binarias donde el soluto puro a temperatura ambiente se encuentra en
diferente estado que el disolvente en las mismas condiciones, el disolvente es el
componente que le comunica el estado a la solución.
 En soluciones binarias donde el soluto puro a temperatura ambiente se encuentra en el
mismo estado que el disolvente en las mismas condiciones el disolvente es el componente
que le se encuentra en mayor proporción.
En cualquiera de los casos lo que importa de una solución es su concentración. Se
denomina concentración en una solución de un soluto A en un disolvente B a una dada
temperatura y presión parcial si el soluto es un gas, a la proporción en la que se encuentra ese
soluto A y el disolvente B en esa solución en esas condiciones. En función de este concepto
las soluciones binarias pueden clasificarse en: saturadas, no saturadas y sobresaturadas.
 Se llama “solución saturada” de un soluto A en un disolvente B a una dada temperatura y
presión parcial si el soluto es un gas, a la solución que se encuentra en un “equilibrio
estable y dinámico” con un exceso de soluto no disuelto. proporción en la que se
encuentra ese soluto A y el disolvente B en esa solución en esas condiciones. Nos
referimos a “equilibrio estable y dinámico” al que se establece entre el precipitado y el
líquido sobrenadante. La siguiente imagen representa el progreso del proceso de
disolución de un soluto sólido en un disolvente líquido.
Cuando se inicia la operación (Figura 1.1.) la velocidad de disolución es máxima y la de
cristalización nula, ya que no existen aún partículas disueltas. Instantes después (Figura
1.2), debido a que ya existe soluto disuelto, la velocidad de disolución disminuyó
mientras que la de cristalización viene incrementándose. El proceso va a continuar en ese
sentido hasta que ambas velocidades se igualen (Figura 1.3). Dado que ambas velocidades
se mantendrán constantes; mientras se mantengan las condiciones de temperatura y
presión; la masa de soluto disuelto y la que forma el precipitado se mantendrán constantes
(“equilibrio estable”), pero a pesar de ello las partículas van rotando de la solución al
precipitado y viceversa (“equilibrio dinámico”).
 Se llama “solución no saturada” de un soluto A en un disolvente B a una dada
temperatura y presión parcial si el soluto es un gas, a la solución que posee menor
concentración que la de la solución saturada en esas mismas condiciones.
 Se llama “solución sobresaturada” de un soluto A en un disolvente B a una dada
temperatura y presión parcial si el soluto es un gas, a la solución que posee mayor
concentración que la de la solución saturada en esas mismas condiciones.

Evidentemente, analizando la información precedente, podemos concluir que las


fotografías que inician el artículo corresponden a soluciones saturadas y no a sobresaturadas,
como indican las siguientes imágenes disponibles en internet

El concepto de solubilidad es fundamental para poder


conceptualizar correctamente a las soluciones sobresaturadas.
Se denomina “solubilidad (S)” de un soluto A en un disolvente B a una dada temperatura y
presión parcial si el soluto es un gas, a la concentración de la solución saturada en esas
mismas condiciones. La solubilidad es propia de cada par soluto-disolvente, como su
definición los señala, depende de la temperatura y la presión; si el soluto es un gas y suele
expresarse normalmente en g sto./100 g de dvte. y es característica.
La imagen muestra un gráfico de solubilidad en agua de algunos solutos sólidos en
función de la temperatura. Observesé, que contrario a lo masivamente supuesto, no en todos
los casos la solubilidad se incrementa con el aumento de temperatura.
Para poder explicar, claramente, como se obtiene una solución sobresaturada y qué
propiedades posee debemos recurrir a un gráfico de solubilidad imaginario:

Todos los puntos que se encuentran sobre la curva de solubilidad corresponden a las
concentraciones de las soluciones saturadas a las distintas temperaturas, los puntos B y D
corresponden a soluciones saturadas a las temperaturas T1 y T2 respectivamente. Todos los
puntos que se encuentran debajo de la curva corresponden a soluciones no saturadas, los
puntos A y C corresponden a soluciones no saturadas a las temperaturas T 1 y T2
respectivamente y finalmente, todos los puntos por encima de la curva corresponden a
soluciones sobresaturadas.
Simultáneamente, los puntos E y D poseen la misma concentración (C 3), al igual que
los puntos B y C (C2), mientras que el punto A corresponde a la concentración C1.
Para obtener una solución sobresaturada se debe alcanzar la solución cuya
concentración se encuentra representada por el punto E.
Una condición que se debe cumplir es que el par soluto-disolvente pueda formar
soluciones sobresaturadas, propiedad que no es común, sino que se da solo ciertas
combinaciones. Si esta condición se cumple se comenzará, a la T 1, con el agregado de soluto
al disolvente puro hasta conseguir en primer lugar la solución del punto A y finalmente la
solución del punto B (C2 saturada a T1). Se continúa con un incremento de temperatura para
pasar del punto B al C (de T1 a T2) sin modificar la concentración, ya que no se está
agregando soluto, obteniéndose una solución no saturada a la T2. Se vuelve a adicionar soluto
manteniendo la temperatura hasta alcanzar el punto D (solución saturada a T 2). A partir de
allí se hará descender muy lentamente la temperatura. Si el par soluto-disolvente no posee la
capacidad de formar soluciones sobresaturadas las concentraciones de las soluciones irán
recorriendo el trayecto representado entre los puntos D y B obteniéndose a cada paso un
precipitado producto del descenso de la solubilidad, cuya masa se irá incrementando segundo
a segundo.
Pero, si el conjunto soluto-disolvente sí tiene la posibilidad de formar soluciones
sobresaturadas la temperatura irá disminuyendo conservando la concentración (C3)
obteniéndose una solución sin ningún precipitado en el fondo del recipiente. De hecho, la
presencia de un precipitado es el indicador más evidente de que la solución
sobrenadante no puede ser sobresaturada.
Las soluciones sobresaturadas involucran mucha energía en su formación debido al
exceso de soluto que se encuentra en el sistema. Esto la convierte en muy inestable. A tal
punto que, en ciertos casos, una variación brusca de temperatura, un cristal de soluto
agregado o el frotado de una varilla de vidrio en las paredes del recipiente que las contiene
puede provocar la precipitación de todo el exceso de soluto, con la consiguiente liberación de
calor.
Para realizar estas experiencias en el laboratorio se puede utilizar una solución de
Na2SO4.10H2O en agua y sumergir en la solución sobresaturada obtenida un termómetro con
un cristal de soluto pegado al bulbo. Se apreciará la cristalización brusca del soluto en exceso
y el incremento de temperatura registrado por el termómetro.
La cantidad de contenidos, no solo de química sino de varias ciencias, que se enseñan
basados en conceptos erróneos es bastante numeroso y es muy difícil erradicarlos para
instalar los correctos, pero es necesario revisarlos y ponerlos de manifiesto para no generar
aprendizajes contrarios a los avances de la ciencia y las Didácticas específicas.

Autor: Claudio Calí

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