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¡DIOS, SALVA A MI PERÚ!

¡El mar orgulloso…! levante sus olas agitadas.


La costa ceñida, nos brinde el dulce calor.
La sierra bravía de hermosas montañas inmortales.
La selva encantadora, llena de fraternal amor.

¡Perú…! ¿Quién te arrancó el corazón?


Rasgó tus vestidos y te quitó la ilusión del progreso.
¡Osaron tomarte prisionero indefenso…!
Robando el pan al obrero laborioso.

Imperó la corrupción y te dejó en la oscuridad,


robaron tus riquezas y te dejaron sin valor.
Mientras… muy pocos gozan de felicidad,
dejando a sus hermanos postergados en el olvido.

La injusticia llega a todas las edades,


dejando a los jóvenes sin aliento en su conciencia.
El que roba una gallina, recibe su cruel condena,
pasando sus días infelices, arrastrando una pena.

¡Mi raza peruana…! Llena de fortaleza y heroísmo,


los infantes gritamos… es hora de sanar al enfermo.
¡Mi casta andina…! Aferrados a la vida y a la esperanza,
miramos el futuro con mucha fe y optimismo.

¡Ejemplo tenemos en Jesús… hijo de Dios!


Pues rescató a este mundo de las tinieblas y la ignorancia,
ya que a él también lo traicionaron y vendieron, cual Judas.
¡Dios, salva a mi patria…! y que la corrupción putrefacta… muera.
Los niños del Perú… anhelamos justicia en el bicentenario.

Autor: Kimberly Saraí Huancapaza Escobar


Grado: sexto “C”
Seudónimo: paloma blanca

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