Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El abdomen anterior se define como el área entre los rebordes costales por arriba, los
ligamentos inguinales y la sínfisis púbica por debajo y las líneas axilares anteriores lateralmente.
La mayoría de las vísceras huecas están en riesgo cuando hay una lesión al abdomen anterior.
La región toracoabdominal es el área delimitada anteriormente por el área inferior a la línea
mamilar, por detrás por el borde inferior de las escápulas, y abajo por la línea inferior que pasa
por los rebordes costales. Esta región se encuentra protegida, en parte, por los huesos del tórax e
incluye el diafragma, el hígado, el bazo y el estómago.
El flanco es el área entre las líneas axilares anteriores y posteriores, desde el sexto espacio
intercostal hasta la cresta ilíaca.
El dorso es el área localizada entre las líneas axilares posteriores, desde la punta de las escápulas
hasta las crestas ilíacas. Esto incluye el toracoabdomen posterior.
El flanco y el dorso contienen el espacio retroperitoneal.
Este espacio virtual es el área posterior al revestimiento peritoneal del abdomen.
Contiene la aorta abdominal, la vena cava inferior, la mayor parte del duodeno, el
páncreas, los riñones y uréteres, la parte posterior del colon ascendente y del colon
descendente y los componentes retroperitoneales de la cavidad pélvica.
La cavidad pélvica es el área rodeada por los huesos pélvicos, contiene la parte inferior del
espacio retroperitoneal e intraperitoneal.
Contiene el recto, la vejiga, los vasos ilíacos y en las mujeres los órganos reproductivos.
Órganos dentro del abdomen:
Intraperitoneales: Hígado, Bazo
Pélvico: Vejiga, Colon
Retroperitoneales: Riñones, Uréteres, Grandes Vasos
Límites de la Región Tóraco-Abdominal:
Límite Superior: Línea Transmamilar
Límite Inferior: Reborde Costal
Órganos según cavidad:
Cavidad abdominal superior: Hígado, Bazo, Diafragma, Estómago, Colon Transverso.
Cavidad abdominal inferior: Intestino Delgado, Colon ascendente, Colon Descendente,
Sigmoides.
Cavidad pélvica: Recto, Vejiga, Próstata, Vasos Ilíacos.
Mecanismos de Lesión
Trauma Cerrado
Un impacto directo, puede causar compresión y lesión por aplastamiento de las vísceras
abdominales y los huesos pélvicos.
Tales fuerzas deforman órganos sólidos y vísceras huecas y pueden causar ruptura con
hemorragia secundaria y contaminación por contenido visceral, que conlleva a peritonitis.
Las lesiones por cizallamiento son una forma de lesión por aplastamiento que puede ocurrir
cuando un cinturón de seguridad es utilizado incorrectamente.
Los pacientes involucrados en colisiones vehiculares y los que caen de gran altura pueden sufrir
lesiones por desaceleración, en las que ocurre un movimiento diferencial entre las partes fijas y
móviles del cuerpo.
En pacientes que sufren un trauma cerrado, los órganos lesionados con mayor frecuencia
incluyen:
El bazo (40%-55%),
El hígado (35%-45%) y
El intestino delgado (5%-10%).
Además, hay una incidencia del 15% de hematoma retroperitoneal en pacientes que se
someten a una laparotomía por trauma cerrado.
Trauma Penetrante
Las lesiones por arma blanca atraviesan las estructuras abdominales adyacentes, más
comúnmente:
El hígado (40%), El diafragma (20%) y
El intestino delgado (30%), El colon (15%)
Las heridas por arma de fuego pueden causar lesiones intraabdominales adicionales basadas en
la trayectoria el efecto de cavitación y la posible fragmentación de bala. Las heridas por arma de
fuego frecuentemente lesionan:
El intestino delgado (50%),
El colon (40%),
El hígado (30%) y
Las estructuras vasculares abdominales (25%).
Evaluación y Manejo
Examen Físico
El examen abdominal es realizado en una secuencia sistemática: inspección, auscultación,
percusión y palpación. Esto es seguido por la evaluación de la pelvis y de los glúteos, al igual
que el examen uretral, perineal y, si está indicado, el rectal y vaginal.
Inspección, Auscultación, Percusión y Palpación
Durante la inspección:
Examinar el abdomen anterior y posterior, al igual que el tórax bajo y el periné en busca
de abrasiones y contusiones producidas por los sistemas de seguridad, laceraciones,
heridas penetrantes, empalamiento por cuerpos extraños, evisceración de epiplón o
intestino delgado y signos de embarazo.
Inspeccionar el flanco, el escroto, el meato uretral y el área perineal en búsqueda de
sangre, hinchazón y moretones.
o La laceración del periné, la vagina, el recto o las nalgas puede estar asociada con
una fractura pélvica abierta en pacientes con traumatismo contuso.
Aunque la auscultación es necesaria, la presencia o ausencia de sonidos intestinales no
necesariamente se correlaciona con la lesión.
La percusión provoca un ligero movimiento del peritoneo y puede provocar signos de irritación
peritonea.
Cuando la sensibilidad al rebote esté presente, no busque evidencia adicional de
irritación, ya que puede causar dolor innecesario.
La contracción muscular voluntaria del paciente puede hacer que el examen abdominal no sea
fiable. Por el contrario, la defensa muscular involuntaria es un signo confiable de irritación
peritoneal. La palpación también puede diferenciar el dolor superficial (es decir, de la pared
abdominal) del dolor profundo.
Evaluación Pélvica
Las hemorragias pelvianas graves pueden ocurrir rápidamente, y los médicos deben hacer el
diagnóstico sin demora para poder iniciar la reanimación apropiada. Una hipotensión inexplicada
puede ser la única manifestación inicial de una disrupción pelviana mayor.
Los hallazgos del examen físico que sugieren fractura de pelvis incluyen:
Evidencia de ruptura de uretra (hematoma escrotal o sangre en el meato uretral),
Diferencia en el largo de las extremidades inferiores y
Deformidad rotacional de la pierna en ausencia obvia de fracturas.
La palpación suave de la pelvis ósea en búsqueda de dolor puede proporcionar información útil
sobre la presencia de fractura pélvica.
La hemipelvis mecánicamente inestable se desplaza en sentido cefálico a causa de las fuerzas
musculares y gira hacia afuera debido al efecto de la gravedad sobre ella.
El estabilizador pélvico debe estar centrado sobre los trocánteres mayores en vez de sobre
las crestas ilíacas.
Una radiografía anteroposterior (AP) de la pelvis es un complemento útil para identificar una
fractura pélvica, dadas las limitaciones del examen clínico.
Examen Uretral, Perineal, Rectal, Vaginal y de Glúteos
Signos que sugieren una alta posibilidad de una lesión uretral:
La presencia de sangre en el meato uretral.
La equimosis o hematoma del escroto y el periné también sugiere lesión uretral, aunque
estos signos pueden estar ausentes inmediatamente después de la lesión.
En los pacientes que han sufrido un traumatismo cerrado, los objetivos del examen rectal son
evaluar el tono del esfínter y la integridad de la mucosa rectal e identificar cualquier
fractura palpable de la pelvis.
En los pacientes con heridas penetrantes, el examen rectal se utiliza para evaluar el tono del
esfínter y buscar sangre evidente, lo que puede indicar una perforación intestinal.
Se debe realizar un examen vaginal cuando se sospecha una lesión, como en presencia de
laceración perineal compleja, fractura pélvica o una herida transpélvica por arma de fuego.
La región glútea se extiende desde las crestas ilíacas hasta los pliegues glúteos.
Las lesiones penetrantes en esta zona están asociadas con una incidencia de hasta 50% de
lesiones intraabdominales significativas, incluyendo lesiones rectales por debajo de la
reflexión peritoneal.
Indicaciones de Laparotomía
Indicaciones que se utilizan comúnmente para facilitar el proceso de toma de decisiones a este
respecto:
1. Trauma abdominal cerrado con hipotensión, con FAST positivo o evidencia clínica de
hemorragia intraperitoneal, o sin otra fuente de sangrado
2. Hipotensión con una herida abdominal que penetra la fascia anterior
3. Heridas por arma de fuego que penetran la cavidad peritoneal
4. Evisceración
5. Sangrado del estómago, el recto o el tracto genitourinario después de trauma penetrante
6. Peritonitis
7. Aire libre, aire retroperitoneal o ruptura del hemidiafragma
8. TAC con contraste que demuestra ruptura del tracto gastrointestinal, lesión de la vejiga
intraperitoneal, lesión del pedículo renal o lesión severa del parénquima visceral después
de un traumatismo cerrado o penetrante.
9. Traumatismo abdominal cerrado o penetrante con aspiración de contenido
gastrointestinal, fibras vegetales o bilis en el LPD, o aspiración de 10cc o más de sangre
en pacientes Hemodinámicamente inestables.