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COLECCIÓN PAIDEIA SIGLO XXI
Poética educativa
Artes, educación para la paz y atención consciente
Poética educativa
Artes, educación para la paz
y atención consciente
Xicoténcatl Martínez Ruiz
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COLECCIÓN PAIDEIA SIGLO XXI
Poética educativa. Artes, educación para la paz y atención consciente
ISBN: 978-607-8085-09-5
Liminar 13
Primera parte
Tagore y la poética educativa
CAPÍTULO 1
De camino a Tagore 23
CAPÍTULO 2
Poética educativa: el poeta y la utopía 31
CAPÍTULO 3
Libertad y arte del movimiento en la escuela del poeta 47
CAPÍTULO 4
Echoes of Tagore in Mexico 55
Segunda parte
Tagore y Gandhi: educación para la paz
CAPÍTULO 5
Educación y no violencia 67
CAPÍTULO 6
Gandhi o el Programa Constructivo para el siglo XXI 75
[7]
CAPÍTULO 7
Ser, pensar y educar 83
CAPÍTULO 8
Poética educativa, contemplación y atención consciente 89
Apéndices
Traducciones y textos breves
APÉNDICE 1
El arte del movimiento en la educación 111
APÉNDICE 2
Programa Constructivo. Su significado y lugar
Capítulo 18. Los estudiantes 119
APÉNDICE 3
Vijñāna Bhairava. Selección de versos 123
[9]
Liminar
P
oética educativa. Artes, educación para la paz y atención consciente pre-
senta una serie de estudios sobre las ideas de Rabindranath Tagore
(1861-1941) y, al mismo tiempo, propone su vigencia para repensar
las problemáticas educativas, sociales y filosóficas de nuestro tiempo. Ad-
vertir su vigencia es buscar la armonía entre dos ritmos, entre abstracción y
concreción, filosofía y acción; entre dos tiempos, aquel donde se formulan las
ideas y desde el presente que las mira en retrospectiva. Las ideas de Tagore
causaron ecos, armonía, respuestas, diálogos críticos con sus contemporáneos
y, sobre todo, reconstruyeron el tejido educativo y social en sus intervenciones.
Las páginas de este libro buscan capturar ese eco junto al diálogo con uno
de sus contemporáneos, M. K. Gandhi, la luminosa interacción argumentada
de ambos recrea otra vigencia: la del pensamiento filosófico de la India. El
valor y la vitalidad de esas interacciones recorren Poética educativa, animan
la secuencia de los capítulos y se reflejan en la búsqueda de ideas educativas
que se descifran por sus efectos. Investigarlas, aproximarse a ellas, deambular
alrededor de su presencia y observar su doble propósito motivan el desarrollo
del presente libro.
El doble propósito de Poética educativa. Artes, educación para la paz y
atención consciente está, por una parte, en recorrer los cimientos del ideal
educativo de un poeta y de las instituciones educativas que fundó. Para hacer
más comprensible ese recorrido, voy a través de la obra de Tagore y recupero
ensayos, pasajes literarios, capítulos, cartas, citas, interacciones escritas con
sus contemporáneos y estudios de su obra. En algunos casos ese ejercicio fue
una exigencia para presentar versiones traducidas de textos relevantes para
[ 13 ]
14 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
los temas de este libro, ese ejercicio está reflejado en los tres apéndices. El
segundo propósito de este libro es formular –desde la investigación filosófi-
ca y educativa– la idea que le da título: poética educativa. Quiero proponer
esta idea como una forma de centralizar tres conceptos sánscritos, que re-
fieren a la atención consciente y meditación, la contemplación creadora y
la no-violencia activa, que explicaré enseguida. La idea de poética educativa
también nos permite entender cómo la transformación educativa reali-
zada por Tagore se alejó del sistema hegemónico de su tiempo, configuran-
do una educación no convencional; donde la formación artística ocupó –y
ocupa– un lugar central en el desarrollo de la expresión verbal, la lectura, el
movimiento corporal, la creatividad, la imaginación poética, la creación lite-
raria, la apreciación musical en el desarrollo cognitivo, la expresión mediante
las artes plásticas. Todas esas habilidades confluyen como ríos en el mar de
una formación integral, de una poética educativa.
En la formulación misma de la idea de poética educativa, hay diver-
sas intenciones que la configuran y son resultado de más de diez años
de investigación sobre el pensamiento del sur de Asia y sus vínculos con
nuestro tiempo. Una de esas intenciones es la de argumentar la relevan-
cia del pensamiento surasiático para abordar problemas contemporáneos
desde otras perspectivas, en particular enfocadas a desafíos educativos,
sociales y filosóficos. La idea de poética educativa, en tanto propues-
ta para nuestro tiempo, está definida por tres concepciones propias de la
tradición sánscrita del sur de Asia: dhāraņā-dhyānam, bhāvanā y ahimsā.
La primera se refiere a la atención consciente, la capacidad de concentra-
ción sostenida en el presente (dhāraņā), y especialmente a los procesos de
meditación (dhyānam). La segunda se refiere a la contemplación creadora
(bhāvanā), asociada a procesos de creatividad, imaginación estética. La tercera
se refiere a la práctica activa de la no-violencia (ahimsā), asociada a proce-
sos de aplicación de principios éticos y construcción de lo que llamamos
cultura de paz en sociedades que sufren violencia. La confluencia de las tres
ocurre en la idea de poética educativa.
De camino a Tagore1
C
onocí las ideas de Rabindranath Tagore en el sur de la India y me
entusiasmó su vigencia, expresada por amigos bengalíes al referirse
al poeta. Lamenté no haber conocido su obra poética-pedagógica
antes. Los preceptos de Tagore ingresaron a mí por la vía del sentimiento
estético y así germinaron. Tiempo después, de regreso en el Reino Unido,
la impresión de las ideas de Tagore y su diálogo con Occidente coincidieron
con una conferencia a la que asistí, donde se mencionó una idea sencilla pero
neural: el lugar de las humanidades en la educación se ha relegado y eso es
un error (Lancaster, RU, 2007). Martha Nussbaum, filósofa norteamericana y
colaboradora de otro premio Nobel bengalí, Amartya Sen, era la conferencista
y se refería a Tagore como el defensor de esta idea. Nussbaum y Sen han
continuado, recreado, traducido y replicado, de una forma u otra, las ideas
del poeta; ambos absorbieron su legado mientras vivían en Shantiniketan, el
poblado indio donde Tagore fundó su escuela. Tagore, aquél niño que aban-
donó la escuela a los trece años y que en sus memorias plasmó su desdén por
el sistema educativo que le tocó vivir, o mejor dicho sufrir.
1
La primera versión de este capítulo fue presentada en la Feria Internacional del Libro
del Palacio de Minería, UNAM, marzo de 2011, como “Un camino de ocho horas: de camino a
Tagore”. Una versión más académica y extensa fue posteriormente arbitrada y aceptada como
ponencia en el XI Congreso del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, COMIE, en Cd.
Universitaria, México, 9 de noviembre de 2011. Después de ese congreso nacional, confieso mi
sorpresa ante el desconocimiento entre las redes de investigación de habla hispana, acerca de
pedagogías, modelos o sistemas educativos no occidentales. De ahí la necesidad de mirar otros
enfoques educativos, no sólo las ideas de Tagore o Gandhi sino también las mesoamericanas.
[ 23 ]
24 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
que enseña, por tanto no realiza una mera transmisión de información sino
una activación del reconocimiento de esas capacidades de evocarlo, que gra-
dualmente descubren el conocimiento En su acción pedagógica, el maestro,
acharya, aludido así en las Upanishads, utiliza diversos métodos, ejemplos,
metáforas, acciones, incluso el silencio tiene una función formativa. Esta con-
cepción quedó plasmada en pasajes memorables como el siguiente, tomado
de una conferencia que Tagore leyó el 5 de mayo de 1921 en Ginebra en el
Instituto Jean Jacques Rousseau:
No se puede enseñar más que aquello que se ama; vale más callarse cuando
no gustamos de lo que estamos enseñando. Así pues, no debemos enseñar
más que aquello que guarda para nosotros un cierto misterio (…) Para ser
maestro de niños es completamente necesario ser como un niño, olvidar
lo que sabemos y que hemos llegado al término de los conocimientos. Si
se quiere ser un verdadero guía de niños, no hay que pensar en que se
tiene más edad, ni que se sabe más, ni nada por el estilo; hay que ser un
hermano mayor, dispuesto a caminar con los niños por la misma senda
del saber elevado y de la aspiración… (Tagore, 5 de mayo de 1921, editada
en Bovet, Pierre, 1921).
Fundé mi escuela hace veinte años, mas, a decir verdad, no tenía entonces
método ni experiencia de la enseñanza (...) Acabo de deciros que no tenía,
al abrir mi escuela, ninguna experiencia. Esto no es rigurosamente exacto.
Tenía, cuando menos, una experiencia negativa adquirida en el curso de
mis propios años de escuela. Sabía cómo no deben ser tratados los niños.
De lo que yo he sufrido sobre todo en mi infancia, ha sido de sentir que
la educación que yo recibía estaba separada de la vida. Así es que cuan-
do, a los cuarenta años, me sentí impulsado a salir del pequeño rincón
retirado en donde había vivido hasta entonces a orillas del Ganges y en
sus islas arenosas, para hacer alguna cosa útil, me resolví a educar niños.
Y no porque yo creyese que tenía un talento particular para enseñarlos,
sino porque me parecía que tenía el secreto de hacerlos dichosos. (Bovet,
P., L’Educateur 1921).
DE CAMINO A TAGORE ◆ 29
Referencias
T
agore ofreció en su libro Personalidad (Tagore, 1924/1988) una expo-
sición poética y autobiográfica de sus ideas educativas, exaltadas en
su escuela Shantiniketan, la “Morada de la Paz”, y en la universidad,
Vishva-Bharati. Ambas instituciones fueron fundadas por él en diciembre
de 1901 y diciembre de 1918, respectivamente. La biografía constituye la
forma de aproximarse a una parte de las ideas educativas de Tagore, porque
no existe ningún libro escrito por él que hable únicamente del poeta educa-
dor. En otras palabras, no dejó un tratado ni una teoría pedagógica, tampoco
tuvo la pretensión de decir que había creado un modelo educativo. Sin em-
bargo, al nutrir desde la raíz –con sus acciones– el sentido de una educación
posible, que es capaz de cultivar lo mejor del ser humano, otorgó las bases
de una compleja y no convencional práctica y teoría educativas. Dejó una
enorme tarea, la de entender y recrear esa educación posible, necesaria para
nuestro tiempo.
Su exposición en el libro Personalidad no tiene como punto de partida
una elaboración teórica sobre la educación, tampoco el lector debe esperar
un discurso con el lenguaje especializado del pedagogo. Si analizamos tanto
las reflexiones de Tagore sobre el desarrollo de su escuela como sus escritos
[ 31 ]
32 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
en prosa o verso, nos preguntaremos por los nexos de sus ideas educativas y
estéticas con los problemas sociales y las enormes desigualdades económicas
de su tiempo, ¿cómo respondió a tal situación? y, en particular, ¿cómo siguen
vigentes esas ideas? En otras palabras, la educación posible reside en el hecho
de que las ideas de Tagore –por su autonomía y búsqueda de la libertad–,
son susceptibles de ser recreadas en un contexto temporal diferente, en un
horizonte actual con grandes desigualdades, pero con realidades sociales y
educativas similares a su tiempo.
En el poeta bengalí confluyeron dos grandes visiones y formas de estar
en el mundo: la del poeta y la del educador. La primera es un continuo
movimiento, recreación incansable, representación artística y búsqueda de
libertad; una naturaleza en armonía con la creación poética, construcción
creativa sin violencia. Esta visión no es otra cosa sino una vocación –la del
poeta‒ y es fuente de la segunda forma de estar en el mundo –la del educa-
dor‒. Ambas vocaciones se nutren recíprocamente y se encuentran en una
visión artística de la educación, una educación inmersa en las capacidades y
la sensibilidad que despiertan las artes. Las dos cultivan y dan sentido a una
poética educativa.
La visión educativa de Tagore se funda en una construcción dinámica
donde las artes y la vida misma son las guías del aprendizaje. La vocación
del poeta, entonces, funda una tradición pedagógica no convencional, por-
que no hay un modelo homogeneizante o económico, no hay postulados
fijos que asfixien el cauce de la experiencia de aprendizaje. Desde luego
su declaratoria de ser incapaz de exponer la teoría educativa de sus dos
escuelas lleva implícita una demolición crítica de la educación en la que él
se formó y que aborrecía. Tagore lo expresa con recursos poéticos en esta
analogía: “En primer lugar confesaré que me es difícil decir qué idea susten-
ta mi institución. Porque una idea no es como el cimiento fijo sobre el que
se erige un edificio. Es más bien algo así como una semilla que no puede
uno arrancar y mostrar cuándo empieza a convertirse en planta”. (Tagore,
Personalidad, 1988, pp. 249-250). No hay una teoría fija y hermética de la
educación sino una idea dinámica que se ramifica como si fuera planta que
toma oxígeno y lo regresa al entorno.
Tanto en la aplicación como en la expresión de las ideas educativas de
Tagore hay una profunda raigambre estética, filosófica, social y humanística
que cuestionó al sistema educativo que él vivió, padeció y estaba frente
a él. Un desafío al que sobrevive Tagore y desde donde se erige su labor de
POÉTICA EDUCATIVA: EL POETA Y LA UTOPÍA ◆ 33
educador, pero más allá de esa tarea y antes de ella está su obra poética.
Su merecimiento al Nobel de literatura en 1913 fue un ejemplo demoledor
de barreras, para el reconocimiento de la poesía no occidental, lo mismo
para su labor educativa; sacudir cimientos fue una forma de reconocer la
riqueza de un pasado que debía abrirse a un presente capaz de valorar el
futuro.
En sus ideas educativas está el magnetismo de la belleza del poema. En
gran medida está presente su concepción del arte en general, aquella donde
el ser humano y la naturaleza armonizan. En esa modulación se encuentra
la complejidad de las relaciones humanas y la simplicidad de la belleza.
Armonía y simplicidad son consagradas por Tagore y llevadas al horizonte
educativo. Es en esa armonización donde está la pertinencia de una educación
cuyo centro es la vida misma porque busca reconciliar los desajustes profun-
dos de las sociedades: pobreza, injusticia y desigualdad. Esa triada se disipa
tan pronto es arrancada a los grandes poderes que las han vuelto lucrativas.
Me atrevo a decir que la suya es, en ese sentido, una pedagogía de la libertad;
espero desarrollar esa idea en las siguientes páginas.
por ejemplo–. Su intención más bien era algo como Nalanda o Taxila, del
periodo budista.” (Education for the People, 2010, p. 8).
La tercera escuela de Tagore, Sriniketan, Institute of Rural Reconstruc-
tion, se fundó el 6 de febrero de 1922. Tampoco la inició desde una teoría
ni desde un modelo preconcebido, ni alienado por algún interés de control
económico sino por la experiencia y la intuición de una educación posible
adecuada a un entorno rural. Su enfoque se centró en la impartición de una
educación diseñada de acuerdo con las necesidades regionales y orientadas
por la cooperación local. Los esfuerzos estuvieron dirigidos a la educación
comunitaria, con programas diseñados desde la comunidad rural, con una
apuesta por vincular los beneficios de la educación con las necesidades
del campo. Dos ensayos de L.K. Elmhirst, “The Foundation of Srinike-
tan” y “Siksha Satra”, muestran un panorama de Sriniketan y la visión de
Tagore sobre la educación en zonas no urbanas. En ese mismo año, del
otro lado del mundo, José Vasconcelos vislumbraba ejercicios similares para
transformar un país como México, ya como Secretario de Educación Pública
(1921 a 1924), tiene una visión para atender las zonas rurales.
Aunque la oposición y la utopía recorren el ideal educativo de Tagore, no
se anula la posibilidad de una pedagogía de la libertad, porque su comienzo
es una poética educativa generada a partir de la revelación poética y llevada
a la práctica en el horizonte de la educación. La poética educativa puede
decirse desde la mirada de un tejedor de versos y de realidades, de palabras
e imaginación, guiada por la utopía de la libertad en la educación. La utopía
no es la mera ausencia de un lugar, u-topos, sino también el motor pleno de
sueños que nos impulsa hacia algo mejor, a conseguir lo que en el presente
no tenemos y que es posible alcanzar. Esa pedagogía de la libertad diseñada
por Tagore puede entenderse como una educación no-convencional, análoga
a la recreación de un poeta a través de las palabras. Su impulso es el de la
utopía que nos mueve y permite concederle un valor al futuro mediante
la educación que reciban niños y jóvenes.
educación que imparte, sigue la línea recta imaginaria de un tipo medio. Pero
la línea de la vida no es recta”. (Personalidad, p. 251).
¿Acaso es posible recrear el ideal de educación que motivó a Tagore en
la creación de su escuela? Recorrer la vida del poeta bengalí en su vocación
de educador es recuperar los pasajes y ensayos que dedicó explícitamente a
su escuela y al ideal de educación. Si comparamos esos pasajes respecto a la
extensión de su obra completa, encontramos un claro pensamiento expresado
con el ritmo e imagen del poema, palabras, ideales y la experiencia de un
educador. Cuando se transita por su obra, buscando al poeta que funda una
escuela, los pasajes se vuelven numerosos; pero el que habla es un poeta no
un teórico de la educación. Habla y escribe el poeta-educador quien expresa
con palabras la intuición que imagina y mira a través de los ojos de un niño
o un joven. La educación que Tagore anheló y después hizo realidad en
Shantiniketan también estuvo caracterizada por algo que podemos llamar el
“arte del movimiento en la educación”.
Referencias
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Exchanges between Rabindranath Tagore and L. K. Elmhirst. London, RU: John
Murray Publishers Ltd.
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Pioneer in Education. Essay and Exchanges between Rabindranath Tagore and L. K.
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Tagore, R., (1961). A Poet’s School. En R. Tagore, Pioneer in Education. Essay and
Exchanges between Rabindranath Tagore and L. K. Elmhirst. London, RU: John
Murray Publishers Ltd.
POÉTICA EDUCATIVA: EL POETA Y LA UTOPÍA ◆ 45
L
a libertad es nuestra condición, a veces su presencia latente es pálida
o aparece como un mero recuerdo lejano que se disipa. Anhelarla nos
transforma, con ello no dejamos de ser lo que somos sino comenza-
mos a ser lo que siempre hemos sido: libertad. Para Tagore el anhelo por la
libertad funda su escuela, así la educación –como él la entiende– es aquello
capaz de revelar la existencia de un ser humano libre Buscarla es un acto entre-
lazado de opuestos, experiencias que se oponen y no son contradictorias pues
se enlazan y se reconcilian. El propósito es lograrla, realizar la libertad, esto no
significa obtener algo externo sino realizar lo que ya está latente en nosotros,
Tagore lo expresó así: “La libertad perfecta reside en la perfecta armonía de la
relación que logramos en este mundo –no a través de nuestro conocimiento
que ofrecemos como respuesta sino en el ser–”. (A Poet’s School, p. 52).
El anhelo por la libertad es anhelo de nuestra naturaleza. La revelación o
el momento donde se desvela la naturaleza humana es la experiencia misma
de la libertad. Ni el anhelo ni la revelación ni la libertad llegan a través
de una definición verbal. El recuerdo lejano nos permite divisar una sospecha,
una posibilidad, la que funda el proyecto educativo de Tagore: la libertad en
[ 47 ]
48 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
Referencias
Battacharya, A. (2010). Education for the People. Concepts of Grundtvig, Tagore, Gandhi
and Freire. Rotterdam, The Netherlands: Sense Publishers.
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XIV(12). UNESCO.
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Tagore, R. (1924/1988). La luna nueva, Nacionalismo, Personalidad, Sadhana. México:
Secretaría de Educación Pública / Dirección General de Publicaciones y Medios.
Tagore, R. (1961). The Art of Movement in Education. En R. Tagore, Pioneer in
Education. Essay and Exchanges between Rabindranath Tagore and L. K. Elmhirst.
London, RU: John Murray Publishers Ltd.
Tagore, R. (1961). A Poet’s School. En R. Tagore, Pioneer in Education. Essay and
Exchanges between Rabindranath Tagore and L. K. Elmhirst. London, RU: John
Murray Publishers Ltd.
Radhakrishnan, S. (trad.) (1994). The Principal Upanishads. India: Harper Collins.
CAPÍTULO 4
1
Una versión previa de este capítulo fue publicada en el proyecto internacional para ce-
lebrar los 100 años de la recepción del Premio Nobel otorgado a Tagore en 1913. El proyecto
fue convocado por la Universidad de Oxford, RU, el capítulo se tituló “Mexico” representó el
impacto de Tagore en México y en algunos de sus escritores, fue evaluado y editado por el Dr.
Martin Kämpchen y el Dr. Imre Bangha, OU. El capítulo se publicó en: Bangha, I., Kämpchen,
M., y Dasgupta, U. (2014). Rabindranath Tagore: One Hundred years of Global Reception. New
Delhi, India: Oriental Blackswan. En este capítulo aparece la versión completa y con el título
que originalmente tenía.
[ 55 ]
56 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
should receive Tagore. Indeed, Tagore never visited Mexico, but this does
not minimize the impact of his thought and literature.
“Rabindranath Tagore […] was not a thinker, but a great artist. His work,
as well as himself, was a bridge between India and the world. Admired
by the greatest in Europe, such as W.B. Yeats and André Gide, in the
Hispanic countries he also had numerous and fervent readers. He visited
Buenos Aires and was a friend of Victoria Ocampo, to whom he dedicated
a book of poems. A great poet, Juan Ramón Jiménez, in collaboration with
his wife, Zenobia Camprubí, translated a large part of his work. Those
translations influenced many young poets of the time, including Pablo
Neruda. In one of his first books, Twenty poems of love and a song of despair,
at certain times the echo of Tagore’s voice is audible”. (Paz, Vislumbres de
la India, p. 438.)
Octavio Paz, along with Gabriela Mistral and Pablo Neruda, recognized Tag-
ore’s influence on Latin American literature. Jaime Sabines, another Mexican
poet, expressed his appreciation for Tagore, whom he considered not only a
literary influence but also a spiritual guide.
History has reached a point at which the moral man, the man with in-
tegrity, is ever ceding more space, almost without realizing it […] to the
commercial man, the man limited to a single end. This process, helped by
the marvels of scientific progress, is reaching massive proportions, with
an immense power, which causes the moral imbalance of man and dark-
ens his most human side under the shadows of a soulless organization.
(Nussbaum, 2010, p. 7)
Present situation
References
Tagore y Gandhi
Educación y no violencia
E
l 17 de febrero de 1915 Gandhi visitó por primera vez la escuela
de Rabindranath Tagore, Shantiniketan; años después en marzo de
1940 Gandhi regresó por última vez a la “Morada de la Paz”, un viaje
que fue llamado el peregrinaje a Shantiniketan –un año antes de la muerte
de Tagore en 1941–. Tagore y Gandhi tuvieron una amistad muy cercana
pero también fueron críticos con el trabajo del otro, en diversas ocasiones
hubo discrepancia entre sus ideas. Sostuvieron una estimulante comunicación
epistolar que se conserva en los archivos de Vishva-Bharati. Ese intercambio
de argumentos y experiencias se mantuvo desde 1915 hasta 1941 Hay una
extensa recopilación de estas cartas editada en Battacharya, Sabyasachi (ed.)
(1997). The Mahatma and the Poet. Letters and Debates between Gandhi and
Tagore 1915-1941. El respeto que el poeta de Bengala tenía por Gandhi
lo expresaba llamándole Mahatma y, a su vez, Gandhi se refería a él como
Gurudev, que designa a un maestro que se tiene en alta estima.
El intercambio epistolar corrobora la manera de pensar de ambos en
relación con su anhelo de libertad e independencia, así como la confluencia
sobre temas educativos, uno desde la visión del poeta y el otro desde la del
Mahatma. En momentos claves el poeta fue más allá de las letras, se sumó
[ 67 ]
68 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
The time has come when badges of honor make our shame glaring in their
incongruous context of humiliation, and I for my part wish to stand, shorn
of all special distinctions, by the side of my countrymen who, for their
so-called insignificance, are liable to suffer a degradation not fit for human
beings. And these are the reasons which have painfully compelled me to
ask Your Excellency with due deference and regret to relieve me of my title
of knighthood (Tagore’ letter to Viceroy, en Battacharya, S., 1997, p. 182).
which the human nature, losing faith in the basic reality of normal life,
finds a disinterested delight in an unmeaning devastation as has been
shown in the late war and on other occasions which came nearer to us.
No, in its passive moral form is asceticism and in its active moral form is
violence. The desert is as much a form of a himsa (malignance) as is the
raging sea in storms, they both are against life. (Battacharya, S., 1997,
p. 64).
Aunque Gandhi respondió a Tagore con una respuesta crítica a sus palabras,
eso no representó un distanciamiento, por el contrario ambos continuaron
intercambiando ideas y Gandhi no cesó en su admiración por la labor educa-
tiva del poeta en Shantiniketan. La respuesta de Tagore quedó documentada
en dos cartas extensas que replicaban al escritor de Bengala. Sin embargo, en
momentos cruciales de la no cooperación con el gobierno británico, Tagore
no permitió en su escuela la suspensión de la vida educativa y los mismos
estudiantes manifestaron su descontento por el cierre de escuelas. Gandhi
le respondió en una carta publicada en Young India el 1 de junio de 1921:
Referencias
Battacharya, A. (2010). Education for the People. Concepts of Grundtvig, Tagore, Gandhi
and Freire. Rotterdam, The Netherlands: Sense Publishers.
Battcharya, S. (ed.). (1997). The Mahatma and the Poet. Letters and Debates between
Gandhi and Tagore 1915-1941. New Delhi, India: The Director, National Book
Trust.
Gandhi, M. K. (1921, 1 de junio de 1921). Young India. En S. Battcharya (ed.)
(1997), The Mahatma and the Poet. Letters and Debates between Gandhi and Tagore
1915-1941. New Delhi, India: The Director, National Book Trust.
Gandhi, M. K. (2016). Programa Constructivo. Su significado y lugar. Biblioteca Gandhi,
México: El Colegio de San Luis, Gujarat Vidyapith, OraWorldMandala, La
Gandhiana, Instituto Politécnico Nacional y Red Columnaria.
Tagore, R. (1921, mayo) The Calcutta Journal Modern Review. En S. Battcharya (ed.)
(1997), The Mahatma and the Poet. Letters and Debates between Gandhi and Tagore
1915-1941. New Delhi, India: The Director, National Book Trust.
Vama, R. (2002). Gandhi. A Biography for Children and Beginners. Ahmedabad, India:
Navajivan Publishing House.
CAPÍTULO 6
E
l anhelo por la libertad es algo innato en el ser humano, su presencia
nos transforma de una forma u otra, pero cuando ésta no es evidente
provoca una necesidad que se manifiesta de diferentes formas. Que-
ramos o no, ese anhelo por la libertad reposa sin tiempo y se repite como una
sed, una atracción, una intuición, una guía de acción para toda una vida, un
deseo por ir más allá de la mezquindad humana y de la expresión violenta
con sus infinitas formas de ser. El anhelo por la libertad también es una sed
por la construcción de una sociedad no violenta, la poderosa afluente del
esfuerzo constructivo. Anhelo, sed de no violencia y esfuerzo inventan una
forma de intuir lo que ya está dentro y puede existir afuera de nosotros; una
realidad latente ya escrita y también por escribirse, a saber: la independen-
cia plena o pūrna swaraj, es decir, independencia construida por medios no
violentos. Pūrna swaraj es más un reconocimiento, un agitar continuo para
tomar conciencia de algo, un continuo ver y decir lo que nos constituye: la
libertad. El swaraj o independencia es para Mahatma Gandhi la expresión
de la libertad. La construcción de esa independencia ocurre por medios no
violentos que se nutren con algo intangible y, a la vez, poderoso, capaz de
transformar al ser humano y a sus sociedades, me refiero a satya, la verdad.
1
La primera versión de este capítulo aparece en la traducción al español de Gandhi, M. K.
(2016) El Programa Constructivo. Su significado y lugar. Biblioteca Gandhi, México: El Colegio
de San Luis, Gujarat Vidyapith, OraWorldMandala, La Gandhiana, Instituto Politécnico
Nacional y Red Columnaria. Esa traducción inaugura la Biblioteca Gandhi en español. La
versión que presento aquí es la versión completa y con el enfoque en uno de los temas de este
libro: la educación para la paz.
[ 75 ]
76 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
hay un ruta para el diseño de una sociedad desde sus fundamentos, para ello
se piensa en una voluntad indomable y en el ejercicio constructivo de la no
violencia. Quiero detenerme en esas dos expresiones gandhianas y unirlas
como punto de inicio y, a la vez, una primera certeza: la no violencia se fun-
da en una voluntad indomable. Es esa voluntad indomable la que alimenta
una de las contribuciones más significativas de Gandhi a los movimientos
sociales: la desobediencia civil. Para nuestro tiempo tal desobediencia es la
que sustituye a la violencia de las revueltas armadas. El ejercicio de tal des-
obediencia requiere de una enorme disciplina, tiene un soporte constructivo
y es algo para desarrollarse en la vida cotidiana.
Disciplina, soporte desde una voluntad indomable y un desarrollo interior
del swaraj animan la continuidad, la recurrencia a la fuente y la recreación
de algo tan aparentemente inasible como son: la no violencia, la verdad y la
independencia plena. El entramado de las tres tiene una presencia poderosa e
irrefutable. En el Programa Constructivo está la disciplina que las nutre desde
sus raíces y las vierte a la acción cotidiana. El lector advertirá que el Programa
provee de manera sencilla el desarrollo continuo de esos tres grandes fun-
damentos de la acción. Gandhi expresó con un ejemplo concreto la práctica
de esa triada, es en la unidad comunitaria donde se suprime la exclusión y
su grado más perverso: la intocabilidad. Un capítulo del Programa muestra
dicha concreción y suprime la intocabilidad como parte de la construcción
de la India en busca de la independencia y posterior a ella.
El desarrollo de las prácticas sociales tanto para la no violencia como
para las acciones de desobediencia civil tienen una guía –entre otras– en la
práctica del khadi y en la concepción de las industrias aldeanas expresadas
en los capítulos del 4 al 6 del Programa En esos capítulos Gandhi expuso un
tema actual, porque ubica en su tiempo, uno de los grandes problemas que
hoy nos aquejan, el de la centralización en unas cuantas manos de los ele-
mentos necesarios para la vida –los alimentos, la ropa, medicamentos-salud,
entre otros–. La necesidad de producción de lo necesario para la vida y así
evitar el sobreconsumo innecesario es una de las claves para la independencia.
Gandhi quizás no se imaginó, en la primera mitad del siglo XX, la pertinencia
del swaraj, satyagraha y el Programa para el futuro. Un futuro que ahora es
nuestro presente. Gran parte de los riesgos, que impactan e impactarán a la
humanidad para las próximas décadas, pueden repensarse con acciones que
se diseñaron, se aplicaron, se vivieron y se recuperaron en el Programa. Me
refiero, entre otras, a las siguientes. Lograr una producción local justa con el
78 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
La educación básica vincula a los niños, ya sean los de las aldeas o los de
las ciudades, con todo lo mejor y perdurable de la India. Desarrolla tanto
el cuerpo como la mente y mantiene a los niños arraigados a la tierra, con
una gloriosa visión del futuro y la conciencia que cada uno de ellos em-
pieza a tener de su participación desde el comienzo mismo de su carrera
escolar. (p. 83)
spiritual powers against the cowardly violence of evils. This is the great ideal
which Mahatma Gandhi represents, challenging his people to fearlessly apply
man’s highest strength not only in our individual dealings but in the clash
of nation and nation”. (Battacharya, S., 1997, pp. 196-197).
Ese poder moral indica una parte de lo que la tradición del sur de Asia
llama dharma, la capacidad para disipar la cobardía de la violencia, ahí con-
fluyen ambos, la no violencia. Pero el poder moral capaz de erigirse como la
fortaleza humana que revela lo mejor del ser humano, ahí reside la posibilidad
de lo que hoy llamamos educación para la paz.
Referencias
Battacharya, S. (ed.). (1997). The Mahatma and the Poet. Letters and Debates between
Gandhi and Tagore 1915-1941. New Delhi, India: The Director, National Book
Trust.
Gandhi, M. K. (1941/2016). Programa Constructivo. Su significado y lugar. Biblioteca
Gandhi, México: El Colegio de San Luis, Gujarat Vidyapith, OraWorldMandala,
La Gandhiana, Instituto Politécnico Nacional y Red Columnaria.
Gandhi, M. K. (1921, 1 de junio). Young India. En S. Battacharya (ed.) (1997), The
Mahatma and the Poet. Letters and Debates between Gandhi and Tagore 1915-1941.
New Delhi, India: The Director, National Book Trust.
Gandhi, M. K. (1959/1988). Todos los hombres son hermanos. Madrid: UNESCO /
Sociedad Educación Atenas.
CAPÍTULO 7
I
nicio con tres verbos que indican dinamismo e identidad: “ser, pensar y
educar”. Estos conllevan inevitablemente un posicionamiento práctico
acerca de la educación, concretamente en la indisoluble relación entre
educación y ética donde reside uno de los fundamentos para construir la
ciudadanía y un horizonte para reducir la desigualdad social. Dos ideas sub-
yacen a tal posicionamiento. La primera se refiere al lugar central que ocupa
la educación que fomenta un equilibrio entre el desarrollo económico y el
desarrollo humano. La segunda se refiere al modo en el que dicho equilibrio
está representado en lo que llamamos “ciudadanía mundial” y permite el re-
conocimiento del potencial humano que ya existe en nosotros, fomentando
la continuidad de la vida y no las diferencias entre ideologías. Ambas ideas
y sus correspondientes experiencias están fundadas en la ética y donde reside
una de las contribuciones más relevantes del Sur de Asia al mundo contem-
poráneo, a saber: repensar al ser humano desde una visión no-dualista y desde
una espiritualidad plausible para nuestro tiempo en su ser y en su forma de
educar. Es aquí, desde su relevancia contemporánea, donde invoco mi cele-
bración por el nacimiento del filósofo y educador indio Swami Vivekananda,
quien expresa: “Education is the manifestation of perfection already reached
in man”, (Nithiya, 2012, pp. 42, 43).
1
El presente capítulo fue leído el 22 de octubre de 2013, en la conferencia conmemorativa
de los 150 años del nacimiento del filósofo Vivekananda, la ponencia que integra este capí-
tulo representó a México junto a otros tres especialistas latinoamericanos, bajo la invitación,
auspicio y reconocimiento del ICCR y de la Embajada de la India en Buenos Aires.
[ 83 ]
84 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
Ser y reconocer
A manera de recapitulación
Quiero tejer unas breves líneas que sirvan de cierre. Tanto el modelo de ac-
ción social y educativa de Vivekananda, como el ideal educativo de Tagore, o
incluso la práctica de ahim․ sā de Gandhi, representan los proyectos formativos
más relevantes del siglo XX, pero cuya persistencia se extiende hasta nuestro
siglo. La encomienda actual no es verlos como un vestigio arqueológico, sino
como la evocación para repensar nuestra manera de dirigir el destino de la
educación contemporánea. Desde allí habrá que preguntarse si estamos en-
focando nuestros esfuerzos en un fin educativo más elevado, que trascienda
la idea del ser humano visto a través del modelo de un consumidor que agota
sin remedio los recursos de este planeta.
La enorme tarea que en la actualidad tenemos en nuestras sociedades es
similar a la que asumió Vivekananda, Tagore y Gandhi, en medio de la incon-
tenible fragmentación del pensamiento y de la desarticulación de un êthos de
las prácticas y de la vida del ciudadano. Vivekananda asumió a su regreso a
India el enorme reto de trascender las diferencias mediante la educación y la
cultura, y cultivó una integración del ser humano para recobrar su capacidad
de articular las esferas más diversas de la existencia. Esto conduce a una bús-
queda ancestral y, a la vez, contemporánea: la búsqueda de la verdad y el saber
(Gandhi, 1932). Cada joven actualiza esa búsqueda mediante la enseñanza,
la recreación y la exploración de la vida de gigantes como Vivekananda; la
verdad y el saber le sirven a un joven, quizá, como atisbos que le permitirán
lograr metas elevadas. Una de ellas, hoy inaplazable, es edificar una sociedad
con tejidos más resistentes para las siguientes décadas, como la dignidad, la
equidad, la integración de la espiritualidad en la vida diaria, la ciudadanía
mundial y la reducción sistemática de las desigualdades que fomentan la vio-
lencia. Vivekananda, Tagore y Gandhi son grandes puentes que nos ayudan
hoy a evitar la caída libre hacia la extrañeza y la deshumanización.
88 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
Referencias
CAPÍTULO 8
medio ambiente (Tagore, 1988, pp. 254-255). Para ello conjugó la armonía
en las artes con esa armonía de la naturaleza, las esplendidas metáforas con
imágenes de instrumentos musicales lo constatan, equiparando la armonía
entre educación, ser humano y medio ambiente. Para Tagore el proceso edu-
cativo es el horizonte donde se pueden afinar esas capacidades que ya están
en un niño o un joven y les permiten nutrir y entender la armonía con el
medio ambiente.
El tercer elemento de la poética educativa es el lugar que Tagore dio a la
improvisación (A Poet´s School, 1961), una actividad característica de las prác-
ticas que integran su ideal educativo. La improvisación para el poeta bengalí
requiere preparación, no se debe confundir con la práctica de la ocurrencia o
el descuido. Para él improvisar significa evitar lo que ya está hecho, digerido,
dado e inmóvil. La improvisación se vuelve así un método de creación que
es llevado al proceso de aprendizaje, destierra la imposición y permite tanto
explorar como nutrir el asombro. La confluencia de esa exploración con el
asombro y la improvisación configura un método valido para la vida creativa
y la educación, su propósito se centra en la libertad: “Desearía poder decir
que he realizado plenamente mi sueño en la escuela. Sólo he hecho una in-
troducción hacia ésta, he dado una oportunidad a los niños para encontrar su
libertad en la naturaleza y ser capaces de amarla. El amor es la libertad: éste
nos da la plenitud de la existencia que nos salva de pagar con el alma, obje-
tos que son inmensamente baratos” (Tagore, 1961, p. 57). La improvisación
como método se armoniza con la meta que Tagore nunca perdió de vista: la
libertad. La improvisación y la libertad se entrelazan, en apariencia, porque
la primera es parte de la segunda, y al ocurrir la improvisación se renueva
un aprecio por la naturaleza y su carácter libre. Las formas para expresar esa
improvisación en armonía y dirigirlas hacia la experiencia de la libertad son
eminentemente artísticas. Por ello la improvisación para el poeta bengalí
despierta y nutre lo mejor del ser humano.
Allí, se asoma el cuarto elemento que quiero acentuar de la poética edu-
cativa, mencionado en los capítulos previos, me refiero al lugar que Tagore
dio a las artes y al desarrollo de la sensibilidad estética como pilares de su
ideal educativo. El poeta bengalí desarrolló el currículo de la universidad
Vishva-Bharati, dando un espacio significativo a la literatura y la poesía, la
música, las representaciones teatrales, las expresiones pictóricas y la danza.
Todo ello se enlazaba con un tema en común: la vida misma. El mensaje es
claro, la vida con sus situaciones complejas nunca se disocia de la escuela ni
POÉTICA EDUCATIVA, CONTEMPLACIÓN Y ATENCIÓN CONSCIENTE ◆ 93
de los propósitos educativos más amplios que configuran la escuela del poeta.
En esa simple y gran acción reposa uno de los aciertos vigentes de la poética
educativa: el lugar de las artes en la educación. La vida en Shantiniketan se
distinguió por un trabajo vigoroso que transformó tanto el entorno como
a sus estudiantes; se construyó gradualmente sobre la base de la tradición
del sur de Asia, pero sin dejar de lado la presencia del arte y el pensamiento
occidentales. Eso reflejaba el aprecio de Tagore por el arte europeo y, por otra,
su visión de hacer puentes entre Occidente y Asia, por ejemplo lo que guía su
institución rural se apoya en la visión de L.K. Elmhirst para la escuela rural
Sriniketan. Eso resultó en una visión orgánica de la educación que estimula
en el sujeto todas sus facultades corporales y mentales en equilibrio.
Allí reside la quinta característica de la poética educativa, es decir, en la
figura y el lugar del maestro. Para Tagore un profesor es el que entiende que
enseñar es aprender. No es un facilitador ni un capataz de fábrica que busca
la repetición de la información. Si enseñar es aprender, con ese entendimiento
se construye la idea del niño y el maestro, interactuando mutuamente como
aprendices. El maestro y el niño comienzan con el aprendizaje del método,
pero éste no es resultante de una teoría, sino del orden mismo con el que se
expresa la naturaleza; un libro abierto para el maestro y para el niño. El maes-
tro dirige la atención a los colores, la música, el sonido, los movimientos, los
aromas y en ellos él busca y aprende. En esa búsqueda y aprendizaje se basa el
proceso de enseñanza, cómo despertar en el niño la sensibilidad para captar la
auto-revelación de la naturaleza, y que ese despertar sea significativo para él.
Si el maestro es aquel que sabe que enseñar es aprender, entonces le
precede un enfoque más amplio y uno de los criterios más importantes de
la poética educativa: no guiarse por el propósito utilitario de la educación
sino por la idea de cultivar lo mejor del ser humano y de alimentar el anhelo
por la libertad. Tagore lo expresa de nueva cuenta en una analogía: “… en
nuestras instituciones educativas nos comportamos como mineros, cavando
sólo para encontrar cosas de utilidad, mediante un laborioso e incesante
proceso mecánico; y no como un azadón para arar la tierra en armónica co-
laboración con la naturaleza, logrando una relación de simpatía con el medio
ambiente” (Tagore, 1961, p. 64). Esa relación de simpatía y de colaboración
armónica con el medio ambiente son expresiones de algo previo, de algo más
profundo en la experiencia humana, Tagore lo refiere como un desarrollo de
la sensibilidad que nutre a la mente o mejor dicho le permite enfocarse en
su verdadera simpatía hacia la libertad. Esa disposición está íntimamente
94 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
La revolución silenciosa
1
Esta sección del capítulo fue publicada previamente en la revista Innovación Educativa,
hay algunos ajustes mínimos para esta versión. La referencia completa es: Martínez Ruiz,
X. (2015). Atención consciente en la educación contemporánea: una revolución silenciosa.
Innovación Educativa, 15(67), 9-18.
96 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
¿Qué antecedentes se ofrecen para hablar –en pleno siglo XXI y en un espacio
de divulgación de investigaciones académicas– de la atención consciente en
la educación contemporánea como una revolución silenciosa? El tema –desde
una perspectiva más amplia– es una recuperación de encuentros entre visio-
nes del mundo. En este caso, antecede la interacción de tipo epistemológico
entre dos maneras de entender la realidad, en las que el análisis de la tradición
del pensamiento asiático es predominantemente occidental. Sin pretender
ser exhaustivo, y únicamente para ubicar al lector en un contexto y darle un
antecedente, menciono lo que sigue.
Uno de los encuentros documentados más antiguos entre Occidente y el
sur de Asia está en los fragmentos que nos han llegado de Indica, la obra de
Megástenes (359-290 a.e.c.). Aclaro: no es el único encuentro, pero sí uno
de los primeros que ha llegado a nuestros días con evidencia historiográ-
fica. En los fragmentos de esta obra se observa un intento por entender
otra manera de mirar el mundo, otra filosofía, cultura y sociedad, a raíz del
encuentro originado por la llegada de Alejandro Magno al Valle del Indo
(326-323 a.e.c.). La recuperación occidental de la tradición del sur de Asia
permite subrayar algunas convergencias entre ambas tradiciones. Una de
ellas tiene que ver con los estados de atención, concentración, ensimisma-
miento, contemplación, asombro (thaumazein) de los filósofos griegos y su
similitud con la atención consciente que aquí nos ocupa. Al subrayar estas
convergencias también hago explicito que las técnicas de atención consciente
y de meditación contemplativa no están alejadas ni son ajenas de la tradición
filosófica griega u occidental. Por ejemplo, Diógenes Laercio puso a discusión
la hipótesis de una posible influencia asiática en el pensamiento griego en su
obra The Lives and Characters of Philosophers (citado en Halbfass, 1990), que ya
desde la traducción al latín de 1431 influyó en la relectura de los clásicos, lo
cual resultó en un prolongado silencio europeo hacia el pensamiento asiático.
Un notable caso está en las prácticas prescritas en la escuela del filósofo
Pitágoras (570-495 a.e.c.), que se refieren a una comprensión de la realidad
98 ◆ XICOTÉNCATL MARTÍNEZ RUIZ
Referencias
Rabindranath Tagore
P
oupee 2 intentaba hablarme con la totalidad de su cuerpo. Cuando
me encontró en el bote, expresaba su deleite mediante un baile de
su propia creación. En tanto Poupee bailaba, su deleite impregnaba
1
Este texto es un fragmento de la obra: Elmhirst, L. K. (1961) Rabindranath Tagore,
Pioneer in Education. Essay and Exchanges between Rabindranath Tagore and L. K. Elmhirst.
John Murray (Publishers) Ltd, Londres. A Poet’s School. Cabe mencionar que el libro no tiene
ISBN y hay una versión abierta en PDF sin algún dato legal que puede recuperarse de: http://
www.arvindguptatoys.com/arvindgupta/tagore.pdf
2
Poupee: El nombre de la mascota de la nieta adoptiva de Tagore que tenía dos años y
medio de edad.
[ 111 ]
112 ◆ RABINDRANATH TAGORE
Sólo mi rostro y mis brazos conservan alguna habilidad para expresar lo que
mi mente está pensando.
Recuerdan cómo mirábamos a aquellos grandes actores japoneses, y nues-
tras discusiones sobre el entrenamiento al que ellos eran sometidos, así que
con todo su cuerpo ellos podían expresar cualquier idea que la obra les exigía.
Ellos se habían especializado en mantener ese poder desde niños, usando
cada músculo del cuerpo para lograr expresar alguna emoción específica o una
simple idea. Cada extremidad, y no solo los músculos de la cara, tenían una
función en la obra, debían saber cómo comunicar sus sentimientos internos
y su propia perfección para expresarlos. Hay una riqueza de lenguaje en el
movimiento más sencillo y deberíamos ser capaces de utilizarlo y comunicar
tal tesoro. Para expresar un simple sentimiento todos nuestros miembros
deben estar libres para moverse y actuar. ¿Por qué entonces no admitir que
en este proceso del pensamiento hay dos niveles: el acto mismo de pensar y
el proceso de ofrecerle a cada pensamiento una forma o manera apropiada
para su expresión sin el uso de las palabras? Agrupar y dar forma a los pen-
samientos debería ser logrado y comunicado con un movimiento rítmico, y
el cuerpo debería armonizar con ese ritmo interno del pensamiento.
Los mejores actores siempre serán aquellos que han sido entrenados para
usar su cuerpo completo como una herramienta para la expresión del pen-
samiento, de la emoción y el sentimiento. Para que las palabras integren la
perfección de su mensaje deben ser acompañadas por movimientos apropia-
dos del cuerpo. Si nuestras escuelas estuvieran en la línea correcta, niños y
niñas no perderían su talento natural de expresión corporal y lo harían parte
de su aprendizaje.
Desafortunadamente hoy, en las comunidades civilizadas, la expresión a
través del movimiento es reprimida y no se le mira en su justa y adecuada
dimensión. Esto hace que nuestro rostro se vuelva una máscara blanca que
nos ayuda a vivir entre las masas y entre extraños sin noticias atractivas, así
se puede adquirir el estatus de respetable. Hoy es más seguro aprender cómo
reprimir cualquier forma vívida de expresión. Por la práctica constante po-
demos y hemos llegado a ser adeptos a ocultar nuestros sentimientos reales
y nuestros pensamientos. Algunas veces queremos experimentar de nuevo
esta libertad, este poder para expresarnos. Entonces tenemos que emplear
a personas que se han especializado en semejante arte desde el nacimiento
y no son como los seres humanos ordinarios, quienes ya han perdido esa
habilidad. Les pagamos a actores, por lo tanto, para cultivar sus habilidades,
EL ARTE DEL MOVIMIENTO EN LA EDUCACIÓN ◆ 115
clases, aun cuando éste sea carente de habilidades. Sin embargo, la vida
debería ser una coordinación plena de todas las diferentes facultades y fun-
ciones. No debería haber nada muerto o inerte en la vida escolar. Permitiría
que todos los niños y niñas brincaran durante clase o que escalaran un árbol,
jugaran a atrapar a un gato o a un perro o recoger fruta de algún arbusto.
Esto es por lo que mis clases fueron preferidas, y no porque yo fuera un buen
maestro. Intenté mantener en mente la necesidad de un niño para usar todo
su cuerpo al adquirir un vocabulario y al tener conocimiento de una oración.
Recuerdo que al enseñar inglés intenté que los niños aprendieran la idea
de algo rasgado “tearing”, del verbo rasgar “tear”. Si bien pudo haber sido
suficientemente fácil demostrarlo con la acción de rasgar la hoja de un
libro, en lugar de ello le pedí a cada uno subir a la punta de un árbol de man-
go para que rasgaran una hoja y me la llevaran de vuelta. El proceso completo
de rasgar, cuando es acompañado por semejante movimiento, llega a ser
algo vivo. La mayoría de los maestros acostumbraban molestarse por escuchar
a los niños riendo en mi clase, gritando y aplaudiendo con sus manos. Un
niño me dijo, “¿puedo salir para hacer una carrera?” “Sí, por supuesto”, le dije,
porque sabía que por estos medios el tedio desaparecería y que cuando él
se sintiera de nuevo despierto sería mucho más fácil para ese niño aprender
y entender. Cuando los niños se sienten desinteresados, abrumados por la
pasividad de sus mentes y puestos para ser meros receptáculos, sin ninguna
actividad del cuerpo, cesaran de asimilar todo aquello que no sean lecciones
de vida.
Deberíamos entender que, en realidad, el cuerpo es uno con la mente. Si
bien, con Gandhi, se creía que aun estando casados podríamos vivir nuestras
vidas en celibato, en realidad la vida estaría condicionada a carecer de su
plenitud por un lado o por otro. No puedes separarla en compartimentos. Mi
único deseo como poeta es ser libre para caminar a cielo abierto para usar
una pluma mientras el cuerpo responde a la mente, con ritmo. Siguiendo
ese ritmo uno puede realizar la puntuación. Repentinamente, uno debería
moverse lentamente, andante, entonces allegro, y el tiempo puede cambiar
siguiendo los diversos movimientos para expresarnos. Mientras compongo
un poema el cuerpo podría ayudarme con sus propios movimientos.
Así pasa con los niños en la escuela. Permítanles recitar mientras caminan,
déjenlos pensar en voz alta. Si es posible, podría recomendar que los niños
llevaran sus cuadernos y escribir mientras ellos están en un paseo o caminata.
Primeramente esas notas pueden ser sobre cosas que están alrededor de ellos,
EL ARTE DEL MOVIMIENTO EN LA EDUCACIÓN ◆ 117
3
Santose Majumdar, fue uno de los colaboradores que contribuyeron en las primeras eta-
pas de la escuela de Tagore en Shantiniketan. Santose es quien hospeda en su casa al primer
grupo de estudiantes que eran huérfanos y estaban bajo custodia; él logra incorporarlos al
ritmo educativo de la escuela de Tagore
APÉNDICE 2
Gandhi, M. K.
H
e dejado a los estudiantes para el final. Siempre he cultivado un
cercano contacto con ellos. Me conocen y yo los conozco. Me han
dado su servicio. Muchos ex universitarios son mis estimados co-
laboradores. En la cúspide de la no cooperación se les invitó a dejar sus
escuelas, sus universidades. Algunos profesores y alumnos que respondieron
al llamado del Congreso se han mantenido firmes y han logrado mucho por
el país y por ellos mismos. El llamamiento se ha repetido porque no existe la
atmósfera apropiada. Pero la experiencia ha demostrado que el atractivo de
la educación actual, aunque es falsa y antinatural, es demasiado entre los
jóvenes del país. La educación universitaria proporciona una carrera. Es un
pasaporte para ingresar al círculo encantado. El hambre perdonable de cono-
cimiento no puede satisfacerse de otra manera que siguiendo las vías usuales.
No les importa perder años preciosos en adquirir el conocimiento de un
lenguaje totalmente ajeno que ocupa el lugar de la lengua madre. Nunca se
siente el pecado que ello representa. Ellos y sus maestros se han convencido
de que los lenguajes indígenas son inútiles para adquirir conocimiento del
pensamiento moderno y de las ciencias modernas. Me pregunto cómo lo
estarán haciendo los japoneses. Porque su educación, según tengo entendido,
1
Capítulo tomado de: Gandhi, M. K. (2016) Programa Constructivo. Su significado y su
lugar. México: El Colegio de San Luis, Gujarat Vidyapith University, OraWorldMandala,
Instituto Politécnico Nacional y Red Columnaria. Con el permiso de El Colegio de San Luis.
Traducción de Victoria Schussheim, título original: Constructive Programme. Its Meaning and
Place, ISBN: 978-607-9401-99-3.
[ 119 ]
120 ◆ M. K. GANDHI
Vijñāna Bhairava
Selección de versos1
Introducción
T
anto Gandhi como Tagore fueron herederos de una tradición lite-
raria, filosófica y hermenéutica de milenios. Ambos hicieron de esa
tradición algo vivo en sus obras y en las revoluciones que iniciaron,
el conocimiento contenido en diversos textos sánscritos llegó a ser parte de
sus prácticas y entendimiento cotidiano. Por ejemplo, Gandhi expresaba con-
tinuamente la importancia que tenían para él las enseñanzas de la Bhāgavad
Gītā, (Gandhi, 1988/1959, pp. 80 y 203), uno de los textos más importantes
de la tradición del sur de Asia, donde encontraba guía y entendimiento. Sus
lecturas del Mahābharata habían dejado desde su niñez una huella que lo
acompañaría durante su vida.
1
La selección de versos que presento en este apéndice sigue un criterio sencillo: ofrecer
una traducción de las secciones menos técnicas que ayudan al contenido de este libro, pero
sin alterar las secuencias entrelazadas de los versos. Para una primera versión recurrí al texto
de Lakshman Joo, 2002. The Practice of Centring Awareness, Varanasi: India; traducido para
un proyecto más amplio. También consulté la versión en inglés de Jaideva Singh de 1979.
Sin embargo, para la traducción provisional que se presenta este apéndice y debido a la com-
plejidad de ciertos versos, realicé la traducción de pasajes del sánscrito al español del texto
sánscrito editado en 1918 por Mahamahopadhyaya Pandit, en la serie intitulada Kashmir
Series of Texts and Studies, núm. VIII, Vijñāna-Bhairava with commentary partly by Kşemarāja
and partly by Shivopādhyāya. En las páginas de esta introducción explico con más detalle los
aspectos generales del contenido de los versos.
[ 123 ]
124 ◆ VIJÑĀNA BHAIRAVA
seleccionado algunos de los pasajes más asequibles y menos técnicos, que pue-
den ofrecer una idea de este tipo de técnicas y mecanismos prácticos. Vijñāna
es un término en sánscrito que significa “conocimiento” pero no un cono-
cimiento exclusivamente conceptual sino uno basado en la experiencia, ¿de
qué?, precisamente de Bhairava, un nombre en sánscrito que indica la Rea-
lidad última, en muchos sentidos es una forma de referir a la Conciencia.
El Vijñāna Bhairava es un texto en sánscrito, posiblemente sea el capítulo
de un libro más extenso conocido como Rudrayāmala Tantra. Es difícil ubicar la
fecha exacta de su composición, sin embargo puede conjeturarse una ubicación
vaga entre el VII y VIII e.c., a partir de las referencias al texto en sánscrito que
aparecen en una tradición exegética que floreció en el norte de la India entre los
siglos IX a XII. El Vijñāna Bhairava inicia con las preguntas que Bhairavī hace a
Bhairava, ambos nombres se refieren a la Realidad última, en su aspecto feme-
nino y masculino respectivamente; se desarrolla como un diálogo entre ambos
a propósito de la indagación de Bhairavī acerca de la naturaleza íntima de la
realidad. Ella comienza con una serie de preguntas filosóficas, busca saber de
la esencia de este mundo, de la realidad, del ser humano. Bhairava contestará
con una filosofía monista y con una serie de 112 métodos (dhāraņās) que ense-
ñan cómo lograr –en un inicio– la atención consciente y sostenida, continuando
con estados de meditación, conciencia plena y atenta, (dhyāna) y de estados de
contemplación (bhāvanā) asociados a la imaginación, la espontanea intuición
de la Realidad última y la creatividad entrelazada al conocimiento.
En este apéndice presento una selección de esos métodos o dhāraņās que
pueden ser adecuados para entender este tema, la selección sigue el criterio
de las dhāraņās sencillas, para evitar el despliegue técnico y la complejidad
teorética, hermenéutica e incluso la dificultad de los términos en sánscrito, para
hacer accesible el entendimiento. Para esta traducción se recurrió en primera
instancia a la versión de Lakshman Joo, 2002. The Practice of Centring Awa-
reness, Varanasi: India. La versión del Vijñāna Bhairava de Lakshman Joo fue
traducida completa como un proyecto más amplio; al revisar esa traducción,
algunos de los pasajes seleccionados para este libro revelaban un nivel muy
técnico del texto y a veces hermético. Esto mostró la necesidad de contrastar
la versión de Lakshman Joo con la traducción al inglés de Jaideva Singh de
1979. Esto permitió obtener claridad para ciertos pasajes, sin embargo ambas
traducciones inglesas representan un doble reto al pasar al español, debido a
que contienen elementos del sánscrito que no se conservan en el inglés, por
ejemplo el género de los artículos, entre otros. Por ello consideré proponer
126 ◆ VIJÑĀNA BHAIRAVA
una versión provisional y un poco más clara para el lector de habla hispana,
mediante la revisión de los pasajes en duda o claves, directamente en el texto
sánscrito editado en 1918 por Mahamahopadhyaya Pandit, en la serie de textos
intitulada Kashmir Series of Texts and Studies, N. VIII, Vijñāna-Bhairava
with commentary partly by Kşemarāja and partly by Shivopādhyāya.
El ejercicio de revisar los pasajes seleccionados y compararlos con el texto
en sánscrito, me llevó a traducir en algunos casos versos del sánscrito al espa-
ñol y en otros a corroborar pasajes con el texto en devanagari, el alfabeto en
el que está escrito el texto usado por Mahamahopadhyaya Pandit. El primer
resultado ha sido, por una parte, regresar a la intención original de presentar
una versión provisional pero accesible a un público de habla hispana. Por
otra parte, este ejercicio comparativo y de traducción también generó el
inicio de otro proyecto que es el de presentar el estudio completo y la tra-
ducción de una versión más técnica y con el amplio contexto indológico que
el texto necesita. El lector podrá leer en estas páginas el primer resultado,
cada verso es como una perla que puede ser engarzada a otra hasta tener un
collar, único para cada persona.
Bhairavī dijo:
10. Se enseña a la gente cuya mente está confundida, a aquellos que están
distraídos por las actividades mundanas y quienes están sumergidos en pen-
samientos dualistas, esto se enseña con el enfoque mental de la meditación.
14. El estado del Ser está libre de limitaciones de espacio, tiempo y forma.
No está particularizado por un lugar o designación específicos. En realidad,
es inexpresable, debido a que no puede ser descrito.
19. El poder para quemar no es concebido como algo diferente del fuego.
De modo similar, se describe la etapa que precede al logro del conocimiento
verdadero.
Bhairavī dijo:
128 ◆ VIJÑĀNA BHAIRAVA
Bhairava le respondió:
32. Al meditar en los cinco vacíos que son la fuente misma de cada uno de
los cinco sentidos, si uno inicia esa meditación enfocándose en los diversos
círculos de las plumas del pavorreal, se entra en el corazón, el vacío más elevado.
VIJÑĀNA BHAIRAVA ◆ 129
35. En el cuerpo del ser humano hay un canal central (de energía). Es
sutil como la fibra de una flor de loto. Si uno medita en la vacuidad de ese
canal central de energía, esto permite que el Ser pleno se revele.
36. Debido a que los sentidos dejan de estar abiertos cuando se usa
el gesto de las manos, que es como un círculo cerrado, así al enfocar la aten-
ción en el punto del entrecejo, entonces el punto de luz es percibido en el
entrecejo. Ahí en el centro ocurre un gradual sumergimiento en el estado
supremo.
45. Si se medita firmemente en el vacío que está más allá, el vacío que
está abajo (en la base de) y el vacío en el corazón, uno llega a ser libre de
todos los pensamientos, entonces allí surge espontáneamente el estado libre
de pensamientos.
47. ¡Oh bella de ojos de gacela!, si se contemplan todos los elementos que
forman el cuerpo como permeados por el éter, entonces esa contemplación
llegará a ser firme.
51. Si uno fija la mente en ese espacio encima de la coronilla una y otra
vez, de cualquier forma y donde sea que uno esté; las fluctuaciones de la
mente causadas por los contenidos mentales se disolverán y en poco tiempo
uno experimentará un estado extraordinario.
54. Si uno medita en los elementos sutiles y en los más sutiles que cons-
tituyen nuestro cuerpo o el mundo, como si se fusionara uno después de otro
en su propia causa, es así que la realidad última se revela.
58. ¡Oh Devi! Si se contempla este universo entero como si fuera vacuidad,
en ese vacío la mente queda embebida y llega a ser apreciada al fundirse con
la vacuidad.
59. Uno debe acostumbrar sus ojos a enfocarse en el espacio vacío que hay
dentro de una jarra o de una vasija, dejando en segundo plano las paredes
132 ◆ VIJÑĀNA BHAIRAVA
que rodean (y que contienen ese espacio). Entonces uno se sumerge instan-
táneamente en ese espacio vacío, así uno puede identificarse con la vacuidad.
60. Uno debe contemplar una tierra abierta sin árboles ni montañas, ni
murallas altas. Cuando la mente llega a un estado enfocado sin ningún so-
porte, entonces los pensamientos fluctuantes de la mente se disolverán.
61. Meditando en el espacio entre dos ideas u objetos mentales, uno de-
bería reposar la atención en ese espacio que está en medio de ambos. Así al
abandonar simultáneamente ambos, en el centro de ese espacio vacío brilla
la realidad.
72. Cuando uno experimenta el gozo que surge del placer de comer y
beber, uno debe meditar en ese estado de plenitud, allí estará el supremo gozo.
74. Donde sea que la mente experimente un gozo sin agitación y permita
que se enfoque allí, la naturaleza misma del supremo gozo se manifestará.
75. Cuando el sueño aún no llega, pero los objetos externos ya se han
disuelto, en el momento en que ese estado entre la vigilia y el sueño aparece
en la conciencia, allí la Conciencia suprema se revela a sí misma.
82. Ya sea que uno esté sentado o reposando en una cama, se debe me-
ditar en el cuerpo como si este no tuviera un soporte. Cuando la mente se
identifica con el estado de vacuidad y sin soporte de contenidos mentales,
uno se libera de los condicionamientos de la mente.
84. Mirando al cielo libre de nubes, allí uno debería fijar la mirada sin
parpadear, quedando inmóvil; en ese preciso instante uno realiza la naturaleza
de Bhairava, la conciencia plena.
94. Si uno supone “no hay órgano interno dentro de nosotros que consista
de la mente e intelecto”, entonces debido a la ausencia de pensamientos uno
se libera de todo pensamiento.
98. Sin embargo, una vez que la voluntad y el conocimiento han surgido,
uno debería enfocar su mente en el punto donde ambos emergen, con la
conciencia indivisa del Ser, entonces uno atisba la Realidad.
100. El Ser que es caracterizado como conciencia reside en todos los seres,
allí no hay diferenciación de nada. Por lo tanto, si una persona entiende que
en todo está esa conciencia, se conquista el mundo que vendrá.
101. Si uno hace su propia mente estable en los diversos estados como son
deseo, enojo, ira, desilusión, intoxicación y envidia, entonces únicamente la
Realidad permanecerá en la sucesión de esos estados cambiantes.
104. Después de rechazar el apego por nuestro cuerpo, uno debería reali-
zar: “soy omnipresente” con una mente firme y con visión enfocada, entonces
uno logra disfrutar la felicidad.
106. La percepción del objeto y del sujeto es común a todos los seres
encarnados. Sin embargo, un aprendiz que anhela el conocimiento está con-
tinuamente consciente de esta relación.
114. Tapando los oídos y cancelando diversas distracciones uno debe me-
ditar en el sonido sin vocal ni consonante. Entonces uno entra al estado de
Brahman.
120. Habiendo fijado los ojos en un punto específico, uno debe lentamente
disolver la imagen enfocada, así como el conocimiento de ese objeto junto
con los pensamientos en torno a ese. Entonces, ¡oh Devi!, uno puede llegar
a la morada del vacío.
126. Uno no debe sentir ni odio ni apego hacia nadie. Estando libre del
odio y el apego, en medio de ambos Brahman se manifiesta.
129. Hacia cualquier objeto al que la mente se dirige, uno debe disolverlo
en cada momento. Debido a esto y al quedar la mente sin soporte uno llega
a liberarse de la agitación mental.
135. No hay ni atadura ni liberación para mí, ambos son sólo ilusión. Este
mundo es como un reflejo en la mente, tal como el sol se refleja en el agua.
136. Toda asociación con el placer y el dolor ocurre a través de los senti-
dos. Por lo tanto desapégate de los sentidos y mora dentro de tu propio Ser.
Referencias
p. 11 Pluma xanate
pp 18-19 Vuelo de libertad
p. 22 Dos volátiles
p. 30 Dientes de león
p. 34 Encajes vegetales
p. 46 Gota gorda
p. 54 Envase mineral
pp. 62-63 Olas OM
p. 66 La muerte de la esperanza
p. 70 En Ángel convertido
p. 74 Niño ángel
pp. 106-107 Dunas largas
p. 110 Encajes vegetales 2
p. 122 Suspendida
p. 140 Memorias de infancia
p. 142 Cebolla nautilus
[ 139 ]
Créditos fotográficos
Elsa Chabaud Magnus. “Mi primer contacto con la fotografía fue a través
de mi padre, un delicioso fotógrafo amateur. Tuve la suerte de conocer a Kati
Horna, fotógrafa surrealista Húngara, en la Escuela Nacional de Artes Plás-
ticas (ENAP) en 1977, escuela donde estudiaba y conservé su amistad hasta
que murió, siendo mi principal influencia. Desde niña he tenido una per-
cepción panteísta del mundo por lo que es un placer para mí fotografiar la
naturaleza; particularmente me gusta usar plantas, hojas, piedras, que me
encuentro cuando voy caminando por la calle y fotografiarlas usando téc-
nicas de iluminación de estudio. He participado en más de 50 proyectos
editoriales por encargo, haciendo fotos de minas, industria, retrato, objetos.
Actualmente me dedico a desarrollar proyectos sobre medida de los espacios
con arquitectos e interioristas”.
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Sobre el autor
[ 143 ]
Poética educativa. Artes, educación para la paz y atención consciente
Impreso por Impresos Vacha, S. A. de C. V.
José María Bustillos #59. Col. Algarína, C.P. 06880, Ciudad de México
Se utilizaron tipos Adobe Carslon Pro y Agenda.
1 000 ejemplares, diciembre de 2016.
Instituto Politécnico Nacional
“La Técnica al Servicio de la Patria”
Secretaría Académica
Coordinación Editorial
9 786078 085095
www.innovacion.ipn.mx