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CUADERNOS DE

DSM-V
MEDICINA PSICOSOMÁTICA Y PSIQUIATRÍA DE ENLACE
REVISTA IBEROAMERICANA DE PSICOSOMÁTICA

Trastorno disocial y DSM-5: cambios y nuevos retos


Conduct disorder and DSM-5: changes and new challenges
Beatriz Molinuevo Alonso

TRASTORNO DISOCIAL: DSM-5. La característica esencial del TD es un


CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES Y patrón de comportamiento, repetitivo y persistente,
CAMBIOS en el que se violan derechos básicos de otras per-
sonas o normas sociales que se consideran ade-
En la cuarta edición revisada del manual The
cuadas para la edad del individuo. Se define por la
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Di-
presencia de tres (o más) criterios de un total de
sorders (DSM-IV-TR; American Psychiatric Asso-
15 que deben haber estado presentes durante los
ciation, 2000), el Trastorno Disocial (TD) se loca-
últimos 12 meses, de los cuales uno en los últimos
lizaba en la desaparecida categoría “Trastornos de
seis. Los 15 criterios se clasifican en cuatro catego-
Inicio en la infancia, la niñez o la adolescencia”.
rías de comportamientos generalizados: 1) agresión
En el DSM-5 (American Psychiatric Association,
a personas y animales, 2) destrucción de la propie-
2013) aparece agrupado bajo el nuevo epígrafe “Tras-
tornos Perturbadores, del Control de Impulsos y dad, 3) fraudulencia o robo y 4) violaciones graves
de Conducta”, junto con el Trastorno Negativista De- de normas. Para establecer el diagnóstico de TD
safiante (TND), el Trastorno Explosivo Intermi- también se requiere que provoque una interferen-
tente, el Trastorno Antisocial de la Personalidad cia clínicamente significativa en el funcionamien-
(TAP), la Piromanía, la Cleptomanía y otros tras- to social, académico o laboral.
tornos perturbadores, del control de impulsos y de Dada la gran heterogeneidad de los comporta-
conducta especificados y no especificados. El apar- mientos de las personas con TD, el DSM-OV-TR
tado engloba trastornos que presentan déficit en el contemplaba dos especificadores: edad de inicio y
control emocional y comportamental que, a diferen- gravedad. El DSM-5 los mantiene y añade uno nue-
cia de trastornos de otras categorías con déficit vo. El especificador edad de inicio distingue los
similares, se manifiestan en forma de comporta- subtipos infantil o adolescente. La característica di-
mientos que violan los derechos de los demás y/o ferenciadora es que al menos uno de los criterios del
conducen al individuo a conflictos significativos TD empiece antes de los 10 años de edad. El DSM-
con las normas sociales o las figuras de autoridad. 5 añade un nuevo subtipo, denominado “no especi-
Por lo que respecta a la definición y criterios ficado”, para aquellos casos en los que resulta di-
diagnósticos, no ha habido modificaciones en el fícil determinar la edad de inicio del primer sín-
toma. Esta diferenciación tiene que ver con la con-
sistente evidencia sobre la asociación entre un ini-
Investigadora postdoctoral cio temprano de problemas de conducta y com-
Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal, portamiento antisocial persistente a lo largo del
Universidad Autónoma de Barcelona. ciclo vital y sobre la existencia de correlatos di-
Co rres po ndenci a: Dra. Beatriz Molinuevo Alonso ferentes en función de la edad de inicio (Moffitt,
Unitat de Psicologia Mèdica, Departament de Psiquiatria 2003). El TD de inicio infantil parece estar más
i Medicina Legal
relacionado con persistencia de los problemas de
Facultat de Medicina, Universitat Autònoma de Barcelona
Campus de Bellaterra, s/n conducta, con disfunción e inestabilidad familiar,
08193 Bellaterra (Barcelona). España. con problemas temperamentales, con déficits neuro-
E-mail: Beatriz.Molinuevo@uab.cat psicológicos y cognitivos, y con cierta vulnerabili-

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dad genética. El TD de inicio adolescente se rela- miento, incluso cuando las expectativas puestas
ciona con más niveles de rebeldía y mayor recha- en el mismo son evidentes, y generalmente culpa
zo de las normas convencionales. Presenta asocia- a otros de su pobre desempeño.
ciones más débiles con factores familiares nega- 4. Afecto superficial o deficiente: La perso-
tivos y problemas temperamentales y cognitivos, na no expresa sentimientos o no muestra emocio-
menor riesgo genético y generalmente se debe a nes a los demás, excepto de una forma que parece
formas negativas de aprendizaje social en el grupo superficial o poco sincera, o cuando dichas expre-
de iguales. Se han propuesto mecanismos causa- siones se utilizan para obtener alguna ganancia.
les diferentes (proceso transaccional disfuncional Para indicar este especificador, deben haberse
versus exageración del proceso normativo de la manifestado dos (o más) características de manera
rebelión adolescente) (Moffitt, 2006). El especifi- persistente durante al menos 12 meses y en relacio-
cador gravedad conserva los tres niveles: leve, mo- nes y contextos múltiples. Son necesarias múlti-
derado y grave. ples fuentes de información para evaluar los crite-
La principal novedad del DSM-5 es la apari- rios del especificador. Se precisa que, además de
ción del especificador con emociones prosociales autoinformes individuales, se consideren informes
limitadas. Esta etiqueta da cuenta de los rasgos de otras personas que han conocido al individuo
“dureza e insensibilidad afectiva” (DIA), caracte- durante largos periodos de tiempo (p.ej., padres,
rísticas que han mostrado relativa estabilidad a profesores, compañeros de trabajo, otros miem-
través de la infancia y la adolescencia, que tienden bros de la familia, iguales).
a estar asociadas con problemas de conducta más En el DSM-IV-TR, si el patrón comportamen-
graves, delincuencia o agresión, que presentan ma- tal del sujeto satisface los criterios tanto de TD
yor heredabilidad y que muestran una peor respuesta como de TND, el diagnóstico de TD debe ocupar
al tratamiento. Los niños y adolescentes con TD el lugar preferente y el TND no debe diagnosti-
con y sin rasgos DIA difieren en sus característi- carse. El DSM-5 contempla que se puedan reali-
cas emocionales, cognitivas y de personalidad. To- zar ambos diagnósticos.
do ello le convierte en un especificador clínica-
mente relevante. DEBATES ACTUALES EN TORNO AL
Las cuatro características descriptoras del espe- TRASTORNO DISOCIAL Y NUEVOS
cificador son: RETOS
1. Ausencia de remordimiento o culpa: La
persona no se siente mal o culpable cuando hace En general, el TD presenta ciertas dificultades
algo incorrecto (excluir el remordimiento cuando inherentes a su definición o criterios diagnósticos.
se manifiesta solo si es descubierta y/o ante la po- Primero, el hecho de que niños/as y adolescentes
sibilidad de recibir un castigo). Muestra una ausen- estén en fase de desarrollo puede dificultar discer-
cia total de preocupación por las consecuencias ne- nir si el problema es lo suficientemente persis-
gativas de sus acciones. tente para justificar un diagnóstico. Segundo, todos
los niños/as y adolescentes desobedecen en algún
2. Dureza-falta de empatía: La persona no momento de su vida. Los comportamientos aisla-
tiene en cuenta y no se preocupa por los senti- dos son comunes y los actos antisociales especí-
mientos de los demás. Es descrita como fría e in- ficos pueden ocurrir en un alto porcentaje de me-
sensible. Se muestra más preocupada por los nores, siendo signos normales del desarrollo si se
efectos de sus acciones sobre sí misma que sobre dan de manera infrecuente y no violan los dere-
los demás, incluso cuando producen un daño sus- chos de los demás. Tercero, el contexto social en el
tancial a otros. que viven niños/as y adolescentes influye en su
3. Despreocupación por el rendimiento: La comportamiento. En estos casos, el diagnóstico
persona no muestra preocupación por un rendi- de TD puede estar aplicándose incorrectamente a
miento bajo/problemático en la escuela, en el tra- personas cuyos comportamientos son de protec-
bajo o en otras actividades importantes. No se es- ción o de supervivencia dentro de un determinado
fuerza lo suficiente para conseguir un buen rendi- contexto cultural. Cuarto, si tenemos en cuenta que

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considerarse culpable puede reducir o evitar un 2. Dificultades de recuerdo retrospectivo de
castigo, la evaluación de la autenticidad del remor- comportamientos pasados, especialmente en ado-
dimiento experimentado se ve dificultada. lescentes de mayor edad, dificultan determinar con
Por lo que respecta al DSM, quizá la polémi- precisión la edad en la que apareció el primer pro-
ca más generalizada sea la clasificación de los blema de conducta.
trastornos en categorías discretas. En el ámbito de 3. Heterogeneidad de los casos que presentan
los problemas de conducta infanto-juveniles tam- un inicio temprano (Frick y Viding, 2009).
poco existe acuerdo sobre la aproximación a uti-
4. Desaparición de la comisión de actos delic-
lizar (ver, p. ej., Lahey, Waldman y McBurnett,
tivos a principios de la edad adulta en una parte
1999). Se produce un choque entre este sistema
considerable de los menores que presentan un ini-
clasificatorio habitual en la práctica clínica y la
cio temprano de problemas de conducta (Odgers et
frecuente utilización de medidas continuas de sín-
al., 2008).
tomas en el ámbito de la investigación.
Una de las principales críticas es la de no te- 5. Algunos estudios de fMRI estructural y fun-
ner en cuenta la evidencia de que los síntomas de cional muestran que los correlatos cerebrales son más
muchos trastornos forman una dimensión con- similares que diferentes (ver, p.ej., Raine, 2011).
tinua más que una taxonomía discreta. Por otro La inclusión del especificador “con emociones
lado, también se desaprueba que la perspectiva ca- prosociales limitadas” tiene un futuro promete-
tegórica ignore el hecho de que personas que se si- dor para distinguir un subgrupo homogéneo de
túan por debajo del umbral pueden presentar pro- niños/as con TD de inicio temprano y con ello, en parte,
blemas objeto de atención clínica. dar respuesta a algunas de las limitaciones comen-
Desde una perspectiva dimensional, el diagnós- tadas anteriormente. Sin embargo, existen temas de
tico de TD se conceptualiza como el extremo de debate que se comentan a continuación:
una dimensión de conducta antisocial, agresivi- 1. Etiquetaje. Las connotaciones negativas
dad, inadaptación social y criminalidad, en la que asociadas con el término DIA han llevado a elegir
el punto de corte que marca los límites entre TD un término más “suave”, lo que conlleva el ries-
y comportamiento normal es más el resultado de go de que niños/as y adolescentes con problemas
una convención que el reflejo de una dicotomía menos graves pudieran recibir el diagnóstico. Al-
real. gunos autores argumentan que el propio término
No está claro cómo se puede pasar a un siste- TD ya tiene asociaciones similares y que el im-
ma dimensional cuando ha predominado uno ca- pacto depende en parte del uso que le den los clí -
tegórico. Una manera sería utilizando el sistema nicos (Scheepers, Buitelaar y Matthys, 2011).
dimensional como indicador del nivel de funcio-
namiento adaptativo (Rutter, 2003). Por ello, una 2. Evaluación. Los rasgos DIA reflejan carac-
cuestión pendiente de resolver sería conocer qué terísticas emocionales e interpersonales que pue-
tipo de aproximación dimensional al TD propor- den pasar desapercibidas o ser difíciles de observar
ciona una buena medida de gravedad tanto para para determinados informadores, en contraste con
investigadores como para clínicos (Pardini, Frick la mayoría de comportamientos externalizantes que
y Moffitt, 2010). conforman los criterios del TD. Aunque no está cla-
Otro de los aspectos cuestionados, en este ca- ro si las características pueden evaluarse por los
so específico del TD, es el que tiene que ver con la clínicos de manera fiable, hay evidencia que su-
subtipificación en función de la edad de comien- giere que rasgos de personalidad, como los que se
zo. Aunque existe una amplia investigación que incluyen en el especificador, se pueden evaluar a
apoya su distinción (Frick y Nigg, 2012), esta ta- través de diferentes métodos fiables (Frick y Nigg,
xonomía dual del desarrollo presenta una serie de 2012; Scheepers et al., 2011). Según señalan Par-
limitaciones: dini y Frick (2013), el reto está en encontrar mé-
todos óptimos para evaluar rasgos DIA en dife-
1. Falta de consenso en el criterio de utilizar rentes edades y en saber cómo tratar las discrepan-
la edad de 10 años como punto de corte. cias entre informadores.

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3. Falta de especificidad y subjetividad en 3. B ui t e l aar, J. K. , S me e t s , K. C. , He rp e rs ,
algunas características. La despreocupación por P. , Scheepers , F. , Cl enno n, J. y Ro mmel -
el rendimiento y el afecto superficial también pue- s e , N. N. (2013). Conduct disorders. European
den relacionarse con un estado de ánimo depresi- Child and Adolescent Psychiatry, 22: S49-54.
4. Fri ck, P. J. y Ni g g , J. T. (2012). Current issues
vo. Medir la presencia de un bajo rendimiento
in the diagnosis of attention deficit hyperactiv-
puede resultar difícil, particularmente si es sufi- ity disorder, oppositional defiant disorder, and
cientemente bueno como para superar satisfactoria- conduct disorder. Annual Review of Clinical Psy -
mente determinadas pruebas, pero está por debajo chology, 8: 77-107.
del nivel esperado para la persona en particular 5. Fri c k , P. J. y Vi di n g , E. (2009). Antisocial
(Scheepers et al., 2011). behavior from a developmental psychopathol-
4. Idoneidad de hacer el especificador con- ogy perspective. Development and Psychopa-
thology, 21: 1111-1131.
tingente al TD. Los rasgos DIA pueden estar pre-
6. Fri ck, P. J. , Ray, J. V. , Tho rnto n, L. C. y
sentes fuera del diagnóstico de TD. Estudios epi- Kah n , R. E. (2013). Annual Research Review:
demiológicos muestran que un 2,9 % de la po- A developmental psychopathology approach to
blación pediátrica presenta rasgos DIA, y de estos understanding callous-unemotional traits in chil-
únicamente un tercio también cumple criterios de dren and adolescents with serious conduct prob-
TD (Rowe, Maughan, Moran, Ford y Briskman, lems. Journal of Child Psychology and Psychia-
2010). Se necesitan más estudios para conocer las try. Advance online publication. doi: 10. 1111/
consecuencias clínicas de tener rasgos DIA fuera jcpp.12152.
del diagnóstico TD, y también para conocer las 7. Lah e y B B , Wal dman ID y Mc B urn e t t K.
consecuencias de diferentes niveles de rasgos DIA (1999). The development of antisocial behav-
ior: an integrative causal model. J. Child Psychol.
entre niños/as que cumplen criterios de TD (Bui-
Psychiatry 40: 669–82.
telaar et al., 2013). 8. Mo f f i t t , T. E. (2003). Life-course-persistent
En conclusión, existe suficiente investigación and adolescence-limited antisocial behavior: A
para apoyar el especificador y, aunque existen al - 10-year research review and research agenda. En
gunos temas de debate, la inclusión de esta espe- B.B. Lahey, T.E. Moffitt, y A. Caspi (Eds.) Cau-
cificación permitirá: a) delinear un subgrupo más ses of conduct disorder and juvenile delinquency
homogéneo de casos que presentan factores cau- (pp. 49-75). New York: The Guildford Press.
sales únicos con probabilidad de presentar un 9. Mo f f i t t , T. E. (2006). Life-course persistent
trastorno antisocial en la edad adulta, b) facilitar versus adolescence-limited antisocial behavior.
la investigación sobre aspectos etiológicos y al- In D. Cicchetti & D. J. Cohen (Eds. ), Develop -
ternativas terapéuticas en TD en grupos de indi- mental psychopathology, 2nd edn, Vol. 3. Risk,
disorder, and adaptation (pp.570–598). New York:
viduos que actualmente no responden al tratamien-
Wiley.
to, ya que las implicaciones prácticas inmediatas 10. Odg ers , C. L. , Mo ffi tt, T. E. , Bro adbent,
se encuentran limitadas, c) evaluar características J. M. , Di cks o n, N. , Hanco x , R. J. , Harri ng -
temperamentales en población infanto-juvenil rela- to n, H. y Cas pi , A. (2008). Female and male
cionadas con la faceta afectiva del constructo psi- antisocialtrajectories: From childhood origins
copatía en adultos (Frick, Ray, Thornton y Kahn, to adult outcomes. Development and Psychopa-
2013; Scheepers et al., 2013). thology, 20: 673-716.
11. Pardi ni , D. A. , Fri ck, P. J. , y Mo ffi tt, T. E.
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