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VIAJE DE DOS EN 3 PARTES

I Concurso Editorial Zenú de Poesía


Viaje de dos en 3 partes

70 poemas seleccionados
Concurso Editorial Zenú de Poesía

Editorial Zenú
www.editorialzenu.com

Primera edición: 2015.

Dirección editorial
Henry Andrés Ballesteros Leal

Diseño de carátula
Sahara Caballero Paternina

ISBN: 978-958-58700-7-9

Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los


titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las
leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
medio o procedimiento, comprendidos la reprografía, el
tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares
de la misma mediante alquiles o prestamos públicos.
Agradecimiento especial a los jurados en la primera
selección de 100 poemas: Alexis Zapata Meza,
Enrique Arroyo Villegas, Danith Urango Tuirán,
José Luis Cabada Ramos; y a todas aquellas personas
que decidieron el resultado final del concurso.
ÍNDICE

POEMA GANADOR DEL CONCURSO 15


Autor: María Susana Peralta Ramón 15
VIAJE DE DOS EN 3 PARTES 15
SEGUNDO PUESTO 17
Autor: Sergio Telles 17
TEORÍA DE UN BESO CANSADO 17
TERCER PUESTO 18
Nombre: Naiver Urango 18
FRAGMENTOS EN LA NOCHE CIRCULAR 18
Autor: Alejandra Hernández Jaramillo 21
ELOGIO A UN DOMINGO 21
Autor: Alejandro Flores Namur 22
RECUERDO 22
Autor: Alice Mar 23
ALA DIACRONÍA (UN BRINDIS) 23
Autor: Alonso Mercado 24
IV 24
Autor: Ana María Arango Borrero 26
NO ME TOMES POR COSTUMBRE 26
Autor: Andrés Guerrero 28
POR ORGULLO 28
Autor: Andrew David 30
DE LOCOS 30
Autor: Aníbal Jaisért 31
GEOGRAFÍA DE UN NAUFRAGIO 31
Autor: Apolinar González 32
CAMINARÉ POR LA CIUDAD ANTES QUE MIS
HUESOS... 32
Autor: Arnaldo Verdeza 35
ERES 35
Autor: Autre Temps Serons Partis 36
CATATUMBO 36
Autor: Carmen Alicia Pérez 37
LOS CIEGOS 37
Autor: Carolina Gómez Alcalá 38
TÚ(S) MIL RAZONES 38
Autor: Celeste Gordillo 41
EL PÁJARO 41
Autor: Creyvin Rivadeneira 42
SI MIS OJOS HABLARAN 42
Autor: Cristina Borroni 45
UNO PUEDE 45
Autor: Dagoberto Guerra Yepes 46
DECISIÓN 46
Autor: David Villareal Mora 47
LA VISION DEL PROFETA 47
Autor: Diana Argentina Ayala 49
NO SON BESOS 49
Autor: Don Nadie 50
NO TE CREAS POETA 50
Autor: Ela Cuavas 51
LOS LIBROS Y LA NOCHE 51
Autor: Emily Frankenberg 52
AMO TU TÁCITA GRAMÁTICA 52
Autor: Flavia Piñeiro 53
NUNCA MÁS 53
Autor: Ika Ginberbrea 54
DELIRIO 54
Autor: Irieleth Gallo Caro 55
AUSENCIA 55
Autor: Jair Vital López 56
EN EL VALLE DE ELOHIM 56
Autor: Jerry Quiroz 58
ENTRE GOTAS DE LLUVIA 58
Autor: Jesús Adín Valencia 59
Autor: Jesús Daniel Ortega Herrera 61
VOLUMINOSA 61
Autor: Jesús David Buelvas Pedroza 62
SOLO… UN MUÑECO 62
Autor: Jorge Del Río 63
HABITACIÓN CUATRO 63
Autor: José Alberto Alberico 64
ESTOY SOLO 64
Autor: Jose Fernando Arango 65
CÓMO LLEGAR 65
Autor: José Luis Caballero Salgado 66
A VECES 66
Autor: Juan José Pacheco Arias 67
MLLE K. KILÓMETROS BELLOS 67
Autor: Juan Pablo Valderrama 69
UNIÓN DIVIDIDA 69
Autor: Juli Novero 71
DIÁLOGO DE LAS COSAS 71
Autor: Keila Ramos Buelvas 72
HIJO DEL AMOR 72
Autor: Lidia Corcione 73
OLEADA 73
Autor: Lourdes López 74
POEMA 74
Autor: Luigi D'Elia 75
POEMA XII 75
Autor: Luis Manuel Ruiz Morales 76
POEMA 76
Autor: Mafe claro Avendaño 79
HAY UN PUNTO 79
Autor: Marcial Bonilla Campo 80
NUESTROS NIÑOS 80
Autor: María Cristina del Risco 82
QUIÉN DIJO QUE NO 82
Autor: María Julia Rodríguez Sivera 85
EL METRO 85
Autor: María Mercado Doval 88
… 88
Autor: Mariarosa Gutiérrez-Fowles 89
PARA SER YO MISMA - INDIATUEL 89
Autor: Mateo Pinto Zuluaga 90
A UNA PINTORA 90
Autor: Melisa Alsina 91
EDICTO 91
Autor: Michael Babilonia Flórez 92
SENDAS PÉRDIDAS, RECUERDOS OSCUROS 92
Autor: Miguel Ibarguen 94
HOY HE VISTO UN MUERTO 94
Autor: Mirna Paz Viola 95
FUI COMO JOB… 95
Autor: Nabonazar Cogollo Ayala 96
DISPUTA EN LA BIBLIOTECA 96
Autor: Nelson Corredor 101
LIQUID 101
Autor: Néstor Fabián Cueto 102
NO SE DECIR LO SIENTO 102
Autor: Nicolás Almanzor 104
SANTA CRUZ DE MOMPOX 104
Autor: Nicolás Ru 106
EL VADO 106
Autor: Nidya Garzón 108
POEMA 108
Autor: Olga Carrizales 109
POEMA N° 2 109
Autor: Pablo Vicente Ramírez 110
SOMBRA 110
Autor: Raúl Ballesteros 111
LA VIDA 111
Autor: Ricardo Jhalet 112
INSTANTÁNEA 112
Autor: Roberto Carlos Fournier Kindelán 114
PARQUE DOLORES 114
Autor: Sergio Alejandro Ramírez Gómez 118
A VECES 118
Autor: Vanessa D Cass 119
ANUNCIOS 119
Autor: Verónica Támara Martínez 120
OPORTUNIDAD 120
Autor: Víctor A Yerena González 121
POEMA VII 121
POEMA GANADOR DEL CONCURSO

Autor: María Susana Peralta Ramón

VIAJE DE DOS EN 3 PARTES

Descender es también enriquecerse.


Y si uno pudiera describir el movimiento
(palpitante, eléctrico, vaivenudo y acuático)
con el que encuentro la belleza en todas partes,
tendría que deletrear,
también,
cada suspiro y cada mirada,
cada choque de manos,
cada pelea insignificante.

Los recuerdos se caen


estruendosamente,
y cavan,
y construyen lo que soy,
lo que somos;
lo que dejamos de ser.

“Todos mis viajes son viajes de regreso”.


Las manos
y los labios
construyen los mejores caminos.

Echad a correr.

15
II

Los gritos de noche


son susurros tuyos,
ausentes.
Acarician y rasgan
las miradas que estuvieron.

Vamos a casa,
Paula,
así sea sin corazón.
Pero vámonos ya.

III

Cuando te paraste en la puerta, y dijiste


“no más besos”,
se me cayeron todos los suspiros al suelo.

Qué suerte que reíste


y, uno a uno,
los recogiste caóticamente,
con dulzura.

Qué buen viaje empezó


cuando los pusiste de vuelta,
uno a uno,
de a besos.

16
SEGUNDO PUESTO

Autor: Sergio Telles

TEORÍA DE UN BESO CANSADO

Has lavado tus manos y secado las mías


libres de lo pululante y lo pecuniario
con la linfa tibia que brota de la cisterna.
Has cantado a quienes se han ido.

Las mentiras viscerales,


son verdades que ensordecen,
son silencios ignorados,
son la lepra de los meses.

He callado tu nombre
para conservar La vieja moralidad.
El maestro se reiría de lo que escribo,
pero Fuentes se ha ido ya.

El reloj de diantre conspira en mi contra


y me moja los labios.
La mañana se prolonga en mediodía.
Yo te escondo de las voces caóticas,
entre mis brazos, y espero ansioso
el beso agrio que guardaste para mis mejillas.

17
TERCER PUESTO

Nombre: Naiver Urango

FRAGMENTOS EN LA NOCHE CIRCULAR

Caer en la noche,
como a un pozo de aguas trístidas.
Caer al fondo de esa niebla sin memoria,
donde la ceniza espesa
cubre tus ojos tristes
y la leche agria de las palabras
se bebe a sorbos.

Caer en la noche,
no resistirse a su cortejo fúnebre,
ni al silencio inmutable
que la suplanta.

Quién, sino la noche,


estruja el vinilo de los poemas,
la frágil materia que se propaga
en forma de hondas sutilezas.

Caer en la noche
como a un pozo de aguas caóticas,
donde el lenguaje es el espejo del desvarío,
y el poema,
un reflejo del desencuentro.

18
II

Se nos vino encima esta noche,


pero todavía una noche clara,
hecha de guijarros del alba.

En este rescoldo de piedra gris


que llamamos Tierra,
nosotros intentamos en vano darle forma
a las limaduras de amor que trizó la costumbre;
nosotros, en medio de un siglo
que avanza al incendio del mundo,
navegamos sobre botes de fiambre
entre aguas tediosas,
yendo hacia ninguna parte…

III (En la alta noche)

A veces,
en la alta noche,
se desliza así tu cuerpo,
como aceite sobre la memoria del cartapacio.
A veces,
veo cómo gira tu sombra
sobre el abismo de la página en blanco;
cómo cabalga
en la espalda del poema;
cómo se esconde tu sombra
tras el agujereado antifaz de una palabra.

19
A veces,
pienso en la alta noche,
que soy el escribidor
de una pasión
que sólo existió en mi silencio.

A veces,
en la alta noche,
imagino que regresas
irrebatible
a un país de humo y niebla.

20
Autor: Alejandra Hernández Jaramillo

ELOGIO A UN DOMINGO

Era un domingo igual a los demás,


sofocante, aburrido, de esos que te llevan
a cuestionamientos estúpidos
acerca de todo aquello que ya está establecido.
Era un domingo de horas interminables,
de gente indiferente, de perros que no ladran,
un día dizque para ir a misa,
para almorzar en familia, y tomar té en la tarde...
Era un domingo para estar con quien se ama,
un día completico, 24 horas para hacer de todo.
Domingos que terminaron oliendo a café,
a cigarrillo, a sexo,
y con un resultado final nulo,
dejando volar la vida sin percatarse.
Pero pronto, vendrá un nuevo domingo
para las mismas lamentaciones.
Hasta el domingo final,
hasta nuestro último domingo.

21
Autor: Alejandro Flores Namur

RECUERDO

Mañana nublada por hojas marchitas,


de grises tristezas y ocres sonrisas.
Sin ser yo la vida, tú eras la mía,
sin ser yo la luz, tú alumbrabas el día.
Ahora se siente un extraño vacío,
silencio de cama, silencio de almohada.
Recuerdos profundos rellenos de paja,
recuerdos distantes desvanecen mi alma.
Perfume con rosas de espinas curvases,
belleza confusa de estrellas fugaces.
Te extraño mi amada, sin ti yo soy nada,
te extraño poetisa, sin ti sólo hay calma.

22
Autor: Alice Mar

ALA DIACRONÍA (UN BRINDIS)

No será de hoy que sales a caminar aceras


buscando familias diacrónicas, trasnochadas,
oliendo a cerveza tibia
recién salida de una nevera rota,
en una casa
en donde no hay alfombras
de Persia.

No serán de hoy tus rayas negras


sobre los ojos rotos de miradas extraviadas,
por esos mapas donde ni en Andalucía
regalan naranjas.
Lágrimas invernales de árboles sin rama
―flora de ironías―, ni raíz.
No será de hoy, nena,
que te veré escupiendo poéticas
y ahogando ceniceros
en un comedor que más que platos alberga
latas vacías, vasos sucios,
libros llenos de anhelos.

A la diacronía,
un brindis.

23
Autor: Alonso Mercado

IV

Y parecen no tener las cosas un comienzo,


una mirada, una sonrisa, unas palabras,
un gesto, en fin.
La poesía despierta la memoria
de lo que no ha sido,

Se me congela la voz, las palabras.


Las cosas sucedieron y vuelven a suceder.
Alejandro murió;
fuimos a su entierro en el cerámico,
vimos sus carteles funerarios.

Antes de su muerte, lo lloramos.


Quién responde por los crímenes de Ilion,
por la matanza de Quios
por la matanza de Tres esquinas.

Los caminos de Dios son laberintos


en el sueño de la materia oscura.
La santa Poesía salía a buscarla
por los callejones del mercado;
la encontraba entre los peces luminosos
del fondo del alma.
Estallaba la música del agua,
las burbujas de la perfección.
Era una sombra de aves que cruzaban la arena.
La esperaba en el follaje.
La serpiente de jade se movía.

24
Sus ojos de ónix, sus escamas de oro,
sus contracciones:
el peligro de la belleza es la locura.
Shiva, el misericordioso,
permanece quieto,
mientras que su cuerpo sobrenatural,
de cuatro brazos, avanza y retrocede.

25
Autor: Ana María Arango Borrero

NO ME TOMES POR COSTUMBRE

No me tomes por costumbre,


tómame como algo nuevo
que se reinventa cada anochecer
y vuelve a nacer en cada amanecer.
No me tomes por costumbre,
como aquello que siempre estará,
como el río que inevitablemente llega al mar.
No me tomes por costumbre,
ni por supuesto,
ni por descarte.
Tómame por sorpresa,
como un amor inevitable en la piel
en una inesperada noche de verano.
Tómame como un sueño
que aparece,
se vive,
se desvanece,
y cada noche vuelve a la piel.
Tómame con ansias,
como toma la tierra un aguacero
en medio de sequía,
inesperadamente esperado,
y recibido con los brazos abiertos.
Tómame con lo que eres
y lo que no eres;
con lo que serás
y lo que seremos.

26
Tómame como me doy,
como me entrego,
como me sorprendo.
No me tomes por costumbre,
cuando aún con el paso del tiempo
me puedes tomar con novedad.

27
Autor: Andrés Guerrero

POR ORGULLO

Me desvestí y volví
a vestirme para volver
a desvestirme

Me despedí y besé
en la frente para salir
a timbrar de nuevo

Desperdicié mil veces


10 minutos de existir
sin el abrazo

Caí de rodillas y lágrimas


Utilicé para destruir
mi lengua
(que aprendió el oficio
que no era)

Sentí la muerte venir


y comenzó a arder
el pecho

Cerré cinco puertas


que iban a dar
a una sala cálida

28
Bajé ocho persianas
que solían tapar
veinte atardeceres
Desangré brazos, labios
pechos, ojos, piernas,
dientes, vientos y nucas
que no volveré a ver nunca

29
Autor: Andrew David

DE LOCOS

Cada loco con su cuento


y cada cuento de este loco
tratando de contar con palabras
lo que las palabras no pueden contar.

Ahí apareces tú, ¡Loca!


que no eres ningún cuento,
o al menos eres uno muy serio,
vaya, qué cuento.

Aparecemos los dos, ¡locos!,


personajes de cuento,
contando con caricias,
besos y mordidas
lo que no se puede relatar
en un cuento.

30
Autor: Aníbal Jaisért

GEOGRAFÍA DE UN NAUFRAGIO

Yo siempre amé a los seres aislados,


los lugares íntimos, los pliegues de un párpado;
las playas de Oporto en invierno,
las habitaciones de hoteles sin estrellas.

Sólo aspiraba a cruzarme con alguien calmado,


desconocido. Con una voz que me arrastrara
por esos caminos que yo no piso
―tengo predilección por lo anónimo, lo inédito.

Pero todo son redes sociales, amigos de amigos,


caras habituales, conocidos de terceros.
Todos se parecen cada vez más,
comparten estados de Facebook,
retwittean sus vidas.

El amor es ya un ejercicio de comparación,


un análisis de fotos y gustos,
un estudio de mercado,
y el pecado se llama intimidad.

31
Autor: Apolinar González

CAMINARÉ POR LA CIUDAD ANTES QUE


MIS HUESOS...

-I-
Durante días
recorreré el murmullo
el azul metal
de estas calles
el amalgamado concreto sus vacíos
los olores y la lejana reminiscencia de un algo
un todo

-II-
Con pies descalzos
sandalias en mano
volveré a sentir su magia
el tiempo desnudo
y las piedras
en el rincón de su fuerza

-III-
Caminaré por esta ciudad
antes de que mis huesos
arrastren el polvo
el espejo asfalto
transite tus pulmones
estigma la sangre
signo su gente

32
-IV-
Caminaré por esta ciudad
antes que el verde
vuelque
el azul
difumine
y el amarillo
rojo de mis huesos...
se conformen

-V-
En la casa con más ventanas
toco el puente
crepuscular
y con media totuma
obsequio de mi compadre Aular
robaré el canto
'amarillente'
la silueta perfumada
risas de toninas
bajo su alborada

-VI-
Letargo Vértigo 'Celesto'
Despido...

-VII-
Y así
En mi ciudad
Una vez más
una y otra vez...
reciclaré el misterio

33
frío
de las campanas
la grieta del barro
saludos de las aguas
y
su
silencio

34
Autor: Arnaldo Verdeza

ERES

“… el conjunto de imperfecciones más perfecto que


he conocido”.

35
Autor: Autre Temps Serons Partis

CATATUMBO

Si el río Catatumbo
hablara,
diría sus mil nombres:
Letheo, Estigio o Aqueronte…
Nombraría una a una sus almas,
drenaría en mares su sangre.
Si el río Catatumbo hablara
ahogarían las palabras en su cauce.

36
Autor: Carmen Alicia Pérez

LOS CIEGOS

Los ciegos deambulan por el mundo


atraídos por una fragancia indescifrable.
Caminan tratando de no tropezarse
pero los hilos que los halan se entrecruzan
y los ciegos caen
perdiéndose en una maraña de hilos invisibles.
La luz se agota
como las ganas de llegar
al otro extremo de la fina cuerda
y la ceguera cada vez se hace más profunda y sorda.
Desde otro extremo
el vacío arroja ecos de voces que los invocan
y los que aún dormían
empiezan a despertar y a caminar sin rumbo
con la certeza de llegar a casa
y a un olvido de todo lo ancestral.

37
Autor: Carolina Gómez Alcalá

TÚ(S) MIL RAZONES

Llegas hablándome de estrategias


para olvidarte del mundo,
en medio de mis nudillos y huesos.
Que para ver el cielo
desde un ángulo distinto,
sólo queda escalarme
las piernas
y echarte a vivir un rato
en cada rodilla maltratada.
Llegas sabiendo
que entre tantas caídas
cada raspadura seca
se convirtió en puente
para acercarte a mi carne.
Y te he establecido
que para marcharte
debes bajar
en mi descenso abierto
en cada pierna,
mientras los pies
apuntan hacia arriba
como buscando
arroparse en las nubes
que se forman dulces,
y lucen casi
imposibles de alcanzar.
Llegas interpretando mis sinsentidos
cuando te suena tan ambiguo

38
el pronunciar tu nombre
entre canciones y uno que otro gemido.
Que a mí no me vence locura,
pero me dejé abatir
entre la dulzura
de tus jugos
cuando querer
buscar lluvias
bajo tus vestidos de verano
se convirtió en mi primerísima
habilidad humana y frágil.
Llegas apareciendo al final del libro,
como tocando abrigo en la playa,
esperando insinuaciones
inapropiadas del mar
cuando te dejas tocar
el vacío en los pies.
Llegas cortando raíces,
ahogándote de penas viejas y absurdas,
colándote por el desván
y diciendo que la vida
te suena a años cortos
cuando no nos hacemos esperar
y decidimos cortarnos
los rasgos,
y amarrarnos las venas.
Llegas, te vas, regresas,
y llegas una vez más
malinterpretando mi indecencia,
con las ganas insolentes de
crearte consuelos
en mi cama.
Y cuán cálido el colchón
bajo las sábanas.

39
Respírame suave,
no digas una sola mentira.
Levanta mi falda.
Llegas superándome
la vida entre riñas,
disputando mis debilidades,
metiéndome mano,
sacando la serie de números ganadores
bajo el encauzamiento
de tu máquina de deseo y simpatía.
Y relamo tu empatía
con mis ganas,
por debajo de
tus bragas.
Bésame suave,
suéltame una verdad.
Excédete en mi vida, amor.

40
Autor: Celeste Gordillo

EL PÁJARO

Existe un pájaro
en esta ciudad ocaso
de hombres y árboles de idéntica sombra,
que canta millones de melodías
y versa epitafios en el vibrar de sus pupilas.
Es trémulo y mar como el cielo de un diamante.
Cuando lo miro en el otoño,
cuando lo escucho cercano a la Luna,
cuando es una perla que adorna el celeste,
ya no existe el sol, el silencio, ni el vacío,
ya no existe mi piel, los sueños, ni el vacío.

Existe un pájaro
en esta ciudad albórea
de bicicletas y aire pérsico,
de hombres y árboles de idéntica sonrisa,
que enamora al viento con sus arpegios.
Es diáfano como el amor.
Nunca vivió en un cascarón, nació libre.
Es invisible a la flecha de la muerte.
Cuando lo miro con color,
cuando soy su nido,
cuando sobrevuela jaulas y aullidos,
cuando es fuego y la humanidad danza bajo el sol,
el pájaro canta, canta, canta y canta,
y el camino es una avenida trapecio
de árboles grises, marrones e infinitos.

41
Autor: Creyvin Rivadeneira

SI MIS OJOS HABLARAN

Si mis ojos hablaran...


sé que te confesarían
los secretos de mi corazón,
y es que en verdad, son tantos,
que el silencio, ya no puede más
con esta eterna maldición.
Tener que callar mis labios
cuando enfrente de mí estás,
es una tortura, aparentar
que me da igual,
es imposible querer ignorar,
es como decir que por las noches
ya no te voy a soñar,
o que mi corazón no harás palpitar.
Si mis ojos hablaran...
muchas cosas te dirían,
bastaría una sola mirada
para saber toda la verdad:
que a mi alma tienes cautivada,
que es tu esclava, no tiene libertad
como un sentimiento atado
a mi corazón, castigado
por la cobardía de ocultar
y no poderte confesar lo que sin duda alguna,
mis ojos han de reflejar,
y yo tengo que callar...

42
Si mis ojos hablaran...
mi secreto delataría,
como mil palabras, diciéndote al oído
que es por ti, por quien muero…
Si mis ojos tuvieran voz...
te confesarían a gritos
que yo te quiero...
mi amor, ¡te quiero!
Si mis ojos hablaran...
con su brillo confesarían
el secreto que mi boca calla
desde la vez aquella
que tu silencio me respondió
diciéndome que no...
Y ahora, tocando mi hombro la soledad,
una corta paciencia que me aconseja
una esperanza que aún no me deja,
hace que la realidad calle mi verdad.
Si mis ojos tuvieran voz...
te confesarían a gritos que
por ti me muero...
mi amor, ¡estoy muriendo!
Si mis ojos hablarán
en su mirada reflejarían
alegría, escondiendo esa agonía
tan intensa y tan inmensa
como horizonte acariciando el mar,
donde el sol en sus aguas se apaga,
luto de la noche, donde el dolor vaga,
fúnebre tristeza, imposible de evitar,
mentira, de una leve sonrisa que despista
cuando inclino la cabeza
cerrando mis ojos, conteniendo el llanto,
sabiendo que más ya no aguanto...

43
Si mis ojos hablaran…
frente a ti nunca llorarían,
y si lo hacen, será bajo la lluvia de una nube gris,
tormento de la melancolía,
fingiré frente a ti, mojado y feliz,
mezclando la dulzura del agua
con la amargura de mis lágrimas.
Si mis ojos hablaran...

44
Autor: Cristina Borroni

UNO PUEDE

Uno puede caminar despacio


de la mano del silencio
y sorprenderse de sentir que no está solo,
o, por lo menos,
no tan solo como cree.

Uno puede remontarse, entonces,


más allá de su materia
y descubrirse en la más pura confidencia
de su alma,
como en un diálogo tácito
y sublime.

Y puede comprender
su propia esencia,
el misterio de su espíritu
y su carne,
cuando puede andar anónimo
y sin prisa
por las calles donde nadie es nadie.

Y si puede ser su propio amigo


(aunque siga, para muchos,
siendo nadie),
se habrá encontrado a sí mismo,
y eso sólo constituye la aventura
de ser alguien.

45
Autor: Dagoberto Guerra Yepes

DECISIÓN

Tocas
el agua
y escuchas
el lenguaje
no nombrado
¿Cuándo
oficiarás
tu canción
si los pájaros
cantan
en tu ventana?

46
Autor: David Villareal Mora

LA VISION DEL PROFETA

El ángel sentimental ha bajado de los cielos


derruidos del amor,
quiere mirar desde el abismo las nubes de fuego.
Se han empezado a desportillar las esperanzas
que besaron hijos que nunca nacieron,
desencajando la historia dibujada
en la sincera soledad de la utopía;
desnuda la alegría
que codicia los sexuales arrebatos
descascarando las promesas de la abstinencia
cuando los humos de la noche son nostalgias.

Los discípulos se unen al rito,


pero el maestro disecó el aullido de un hombre
que desveló entre sus párpados girasoles
en medio de la mierda del mundo:
¡nubes de fuego!,
para la réplica de una ciudad diluida
en un grito frustrado;
¡nubes de fuego!,
mirando a una joven
que padece un despecho estúpido
Y él con su flor desdentada hablándole
del porvenir y la locura,
¡nubes de fuego!
Y el niño que fue canta black dog
sobre el pavimento frío de la noche,
¡nubes de fuego!

47
Desde los postigos que sudan
el clamor de los amantes desvelados,
¡nubes de fuego!
Mientras los bolsillos vacíos cobijan la soledad
por el hambre sin consuelo
y la ansiedad insatisfecha ,
ya la noche arrecia el perfil obsceno
de los pobres de espíritu,
¡nubes de fuego!
En su comarca de juglar urbano,
danzando el epilogo de un sueño.

48
Autor: Diana Argentina Ayala

NO SON BESOS

Roces, huérfanos de placer,


y herederos de rutina…
No son besos.

Bocas, atadas sin pasión,


y sedientas de ternura…
No son besos.

Labios, forzados a los míos,


y exiliados de locura…
No son besos.

¡Oh!, cómo duele amar tu amor


cuando me besas
con esos, que No son besos…

49
Autor: Don Nadie

NO TE CREAS POETA

No te creas poeta por llevar una vida bohemia,


por sentarte en los parques a fumar
cigarrillos sin filtro, porque reconozcas
a Herman Hesse y a Julio Cortázar,
por haber empezado a leerte el Ulises de Joyce,
porque compartas tu apartamento con tres gatos.

No te creas poeta, tan sólo,


porque escribas a máquina
en una Remington a la que debas cambiarle la cinta,
por el fetiche de no alimentarte muy bien
y enfermarte por una aguda dolencia,
por desnudarte una noche y aullarle a la luna,
porque en tu cuarto hayan más botellas que muebles.

Y no lo creas si buscas los favores de una chica,


fastidiándola antes con tu dolor exagerado.
Tú no eres el bastardo de un mundo incomprensible,
sólo eres el artífice de tu propio descontento.

Por eso, querido mío, no te creas poeta


si pretendes serlo por aquellas fruslerías.
Dedícate a tu alquimia, entrégate a tus vórtices
y escribe, incansable, hasta que sangren los dedos.
Lo que menos importa es la forma en que vives.

Un poeta no sabe qué es ser sí mismo,


pues toda su alma se le va en cada verso.

50
Autor: Ela Cuavas

LOS LIBROS Y LA NOCHE

Esta noche he decidido quedarme


a vivir en este cuarto.
Está solo como si por él hubiese pasado la guerra.
Los primeros en huir fueron los amantes,
como amenazados por una peste,
Se fueron y sólo dejaron estío.
El espejo atraído por asomarse a su fondo
se destrozó iracundo.
Pero, solos, de los estantes, empolvados
y supervivientes, cuelgan los libros;
como niños asustados se quedaron en un rincón
cuando amenazó la tormenta.
Guerreros de lomo fuerte e infinita memoria.
Igual que en un cuento de Cortázar,
todo está sitiado.
Retrocedo y me interno en la habitación,
allí está todo lo que necesito
para configurar un universo nuevo.
Sólo los libros y la noche.

51
Autor: Emily Frankenberg

AMO TU TÁCITA GRAMÁTICA

Amo tu tácita gramática,


sujeto-predicado,
la oración cuyo adverbio es tu cola.

Amo tu fluidez sintáctica,


tus verbos agachados
que apresan por objeto una bola.

Amo tu llano ronroneo,


tus esdrújulos arqueos,
la agudeza de tu miau ante la puerta.

Amo los mudos subcontextos


que avivan tu paseo,
los suspensivos de tus ojos en alerta.

Amo los giros coloquiales


que adopta tu reposo
enroscado o en larga parrafada.

Amo tus cambios verbales,


tus pretéritos corcovos,
y tu perfecto descansar por la mañana.
Eres idioma insoluble,
la palabra hecha arte,
y sé, por mucho que te estudie,
que no puedo dominarte.

52
Autor: Flavia Piñeiro

NUNCA MÁS

(Nota: Éste tiene como referencia el período dicta-


torial de la década del 70 en Argentina...es necesario
recuperar el contexto para dar sentido a la poesía...)

Atarás mis manos,


golpearás mi cuerpo,
cerrarás mis ojos,
callarás mis sueños.
Infame genocida,
tirano violento,
crees que con sangre
se elimina el pensamiento.
Quemarás mis libros,
torturarás maestros,
impondrás lecciones,
borrarás cuadernos.
Pero pañuelos blancos,
de vientres maternos,
buscan pacientes
vida en el infierno.
No triunfaste, ¡no!,
pereciste en tu propio veneno.
La justicia fue el brazo
que unió abuelas y nietos;
memoria y vida
hasta el último aliento.
Voces hermanadas,
¡nunca más a los violentos!

53
Autor: Ika Ginberbrea

DELIRIO

Mi casa no conoce el cielo,


solo vientos de rocas sometidas al fuego,
al desgaste de los párpados profundos.
La pesadilla,
lenta caída de huéspedes,
ha murmurado a los sepulcros
la explosión de mi cuerpo sobre el techo.
Han llegado las aves
para preparar su cena de harapos.
Las tildes se han fraguado
sin conciencia del desgaste.
El rastro del forcejeo ha desaparecido.
Mis ojos fingidos,
casa de miel,
casa de musgo,
casa de té,
delirio.

54
Autor: Irieleth Gallo Caro

AUSENCIA

Aquella noche,
cuando una fotografía suya
desbordando su esencia
―calidez, cariño, elegancia y belleza―,
fue la protagonista de sus recuerdos
en mi memoria;
aquellos momentos pasados junto a él,
llenos de su espontaneidad, carisma, alegría,
los convertía como los más hermosos;
aquellas lágrimas que descendían
por nuestras mejillas
cuando nuestro amor empezó a aumentar,
y sólo mi vida era él;
aquellas tardes que jugueteábamos
como niños pequeños en el parque infantil;
aquellos detalles que me hacían sentir
como la mujer más afortunada del mundo;
aquel amor, que pensábamos
que no existiría extinción.
Y aquí estoy llorando su ausencia,
añorándole, echándole de menos.

Aunque me aconsejen que llegará otra persona


brindándome un amor más hermoso,
yo no creo, porque su amor es único e irremplazable.

A pesar de todo, yo lo sigo prefiriendo a él.

55
Autor: Jair Vital López

EN EL VALLE DE ELOHIM

En el valle de Elohim hay una flor


que sangra como hombre.
Su voz es un susurro cansado
de cráneos desvanecidos.

Hay un dolor que nos hermana desde su centro


develando todas nuestras llagas,
cubriendo de sombras la cueva donde la soledad
ocupó para siempre nuestros cuerpos.

Hay un canto que nos invade en los espejos,


que renace una y otra vez de las cenizas y el barro,
cuando Alemania:
¡Todos estamos muertos!
¡Todos estamos muertos!
La muerte es un tren sin retorno.

En el valle de Elohim hay una flor


que emerge de la muerte hacia nosotros,
que entrega su silencio
como una llaga demasiado grande
para ser nombrada,
demasiado profunda para ser sentida,
inmersa en nuestra sangre y nuestros ojos,
una nieve ennegrecida de huesos tiritando.

56
Hay un grito que sangra desde las piedras,
que emerge una y otra vez de las lejanas noches,
cuando Alemania:
¡Todos estamos muertos!
¡Todos estamos muertos!
La muerte es un tren sin retorno.

En el valle de Elohim, ya desolado,


está la ausencia de una flor,
nombrándonos.

57
Autor: Jerry Quiroz

ENTRE GOTAS DE LLUVIA

Hay que apreciar el olor de la tierra húmeda,


en su vapor historias recién culminadas,
de niños risueños pateando un balón,
sus madres empapadas en inquietud,
de tertulias entre tazas de café,
sus reencuentros y despedidas prolongadas,
de caballeros antiguos
que se despojan de su abrigo protector
para cubrir damiselas en apuros
que caminan en puntas
flotando aprisa sobre el asfalto;
de amores lejanos, moribundos y cálidos,
que buscan refugio en aquel efecto térmico
de piel con piel;
de pequeños espantados,
que en cada trueno atravesando el cielo,
escuchan miles de monstruos enfurecidos,
de poetas que con los relámpagos
piensan que algún dios toma fotografías
de sus pequeñas creaciones,
para presumírselas a los demás dioses.

58
Autor: Jesús Adín Valencia

MUSITA EL CAZADOR A LA PRESA HERIDA

A México

(Golfo perfecto, compartido, aledaño


evidencia de lo no renovable
Golpe cataclísmico para los reptiles)
Mientras te acaricio el costado
resiste, nada malo va a pasar
Soporta
Acerco mi voz bajo tu oreja
las noticias de la noche
No repares en los cazadores
vitorean la fortuna
plasman gustosos por la afirmativa
pinturas rupestres en papel moneda
extranjera, la hazaña de apresarte
Soporta
pero vamos, destensa ya
tus patas de península
Están ceñidas con soga
apurarás el desangrado
Destensa la mirada
Yo guardaré tus lágrimas
seguro son reliquias o
ingredientes de pócima para algo
qué más da saberlo ahora
Soporta
piensa en el futuro
deberás aprender a administrarlo

59
Fuiste desollada por el pleno
Tu piel
atraerá recursos
Te alimentaremos por el resto de una vida
sin escasez de agua
sin tener que emigrar
sin miedo a los depredadores
Preocúpate mejor
de no sucumbir ante el demonio de lo opíparo
Vienen tiempos buenos
Prepárate, soporta
o bien, muere de una vez
si has de morir
pero muere tranquila
sin estropearnos la carne.

60
Autor: Jesús Daniel Ortega Herrera

VOLUMINOSA

Soy la perspectiva en la que todos tus ángulos


lucen una perfecta geometría.
Contornos exagerados.
Desde mí todas tus curvas son poesía,
¡ah!, morbo inherente,
sobrevives cual bacteria,
déjame tan solo dibujar en el plano cartesiano
de mis recuerdos tu figura hinchada.
El sol ilumina el mundo y tu trasero me da sombra.

61
Autor: Jesús David Buelvas Pedroza

SOLO… UN MUÑECO

Sólo un muñeco sobre el techo de la casa vecina.


Lo veo desde la ventana del segundo piso.
Me pregunto en qué tarde de juegos
habrá llegado hasta allí.
Parece contarme acerca de las manos
de los mimos y apretones que extraña
de los días en que reposó sobre una almohada
mientras penetraba los sueños de una cabeza infantil.
En ocasiones he querido rescatarlo
devolverle un poco de esa vida que dio
a quienes lo usaron para crecer.
Seres humanos muy parecidos a mí
cuando me alejo sin llevar a cabo mi anhelo.
Un adulto apto para ignorar los arranques
del niño que se asoma a la ventana
quien con su voz de matices que ya no distingo
me recalca que siempre dejamos las cosas que fuimos
(las cosas que tejieron la alegría de nuestra
existencia)
para dedicarnos, irremediablemente,
a ser nosotros mismos.

62
Autor: Jorge Del Río

HABITACIÓN CUATRO

Tiempo es el tejido
de la vida
Cínico menester
de quien sueña
mientras dura

¡Silencio!
si es fiesta tu palabra
en lo bello duerme
el hedor que cerrará
cada lumbre

Hay un lugar
donde no fuimos convidados
paraíso que aquel soñó
en el vilo de dos maderos

Solo la memoria es ventura


ceniza de los días

63
Autor: José Alberto Alberico

ESTOY SOLO

Estoy solo y me asusta la distancia,


el silencio es compañero del camino,
los días deshojando van al tiempo
y resucitan tus ojos en los míos.

La noche se rompe en polvo de estrellas


robándonos a las manos del destino,
y siendo artífices de nuestras vidas
cantamos la gloria de estar vivos.

Pero sigo estando solo y vos ausente,


y la enredadera de tu voz trepando
por el muro de este corazón tan frío
por los vientos que me imponen las cenizas
de tu amor, muriendo con el mío.
Las palabras, creando mundos nuevos,
intentan revivir lo ya vivido,
queriendo conjurar de alguna forma
lo que, de a poco, mató el olvido.

Y fue hermoso recorrer todo ese tiempo


con iguales pasos los mismos caminos,
sabiendo mansos, que al caer la tarde
éramos, dos niños perdidos.

64
Autor: Jose Fernando Arango

CÓMO LLEGAR

Cómo acercársele,
si a su alrededor
los pájaros vuelan apaciblemente
en gran cantidad.
Cómo imaginársela bailando,
si antes que nada,
bailan sus cabellos
junto con esta bandada amarilla.
Cómo llegar a ser su séptima mayor,
llegar a ser la tierra a su alrededor
que se calma y se alegra
al sentir sus pasos.

Llegar a serlo,
me llevaría a una condición más elevada
que todas las voces
perfectamente puestas sobre una fuga
y, definitivamente,
si la felicidad tuviese forma,
tomaría la mía.

65
Autor: José Luis Caballero Salgado

A VECES

A veces tú recuerdo
rompe las cadenas del olvido,
y en silencio me apuñala
como implacable asesino.
A veces,
a veces la soledad
susurra tu nombre a mi oído,
y mi alma se vierte por mis ojos
como plomo derretido.
A veces la lluvia
me trae tu nombre.
A veces quisiera no haberte conocido,
y busco fuerza
para borrar tu nombre de mí libro,
donde está el verso que no escribo.
Ojala mi nombre
volara hasta Ti, como halcón peregrino,
y royera las cadenas de tu olvido.

66
Autor: Juan José Pacheco Arias

MLLE K. KILÓMETROS BELLOS

Aires perfumados, lágrimas,


risas, ecos de extraño,
eufóricas miradas, salta de meses.
Nebulosas pupilas, lástima cercanía.

Aurora de miel, ámbar de su piel,


luz saborizada, trastorno dulce,
extrema serenidad, extrema amabilidad,
xantinas bebidas de prestos besos,
adagio, corazón, de repente estado de confusión,
nadie sopla su elevación, dulce connotación
desborda exuberancia perfección,
excelencia en su connotación.
raíces en forma de manchón,
pocos sobre su rubor.
Asume nunca su esplendor,
hermosa flor bicolor .

Espejo de proezas de la propia naturaleza,


simplezas faciales propuestas.
Perplejos los ojos de quien los presencia.
Innata golosina, una cálida orilla.
Noble textura de una miel casi amarilla.
Oscura marea, de corta carrera,
soberbia carrera, que de un lado cuelga,
aurora oscura, su cabello, es una galantería.

67
Belleza modela,
escultura vestida de dama,
donde quiera va y rima.
Osa ser una pócima, de atractivo aroma.

Y osa ser una flor de tímida reacción.


A su versión, ella no es una flor.

68
Autor: Juan Pablo Valderrama

UNIÓN DIVIDIDA

Nos vemos desde lejos, nos tocamos en la distancia.


Me has arrojado al otro lado de la frontera, me lloras
y me extrañas. Te revuelcas entre tus sábanas
llamándome con tu voz quebrada, cerrando tus ojos
para verme en tu pensamiento.

Maldices el día en que mis imperfecciones fueron más


fuertes; se desbarataron tus sueños, se marchitaron
las ilusiones y se borraron las sonrisas.

Acá, desde lejos, le hago el amor a tu ausencia.


Recuerdo tu aroma y la imaginación me lleva a
sentirte de nuevo mientras duermo.

También me revuelco entre mis sábanas, pero ellas ya


no quieren envolverme; desprecian mi cuerpo, te
extrañan… tu calor, tu energía y tu cansancio; nuestras
pieles desnudas rozándose con cariño una y otra vez.

He acariciado tus páginas y, en actitud de hermeneuta,


fui penetrando tus secretos, yendo más profundo en
cada ocasión. Desglosé tus capítulos y me impregné de
tus misterios. Te conocí en intimidad y grabé en mi
memoria la música de tu pasión.

Después de todo me encuentro reducido a este


momento en el que lo único que puedo hacer es
hablar, callar, escribir y borrar; desnudarte en mi

69
memoria y tocarte con palabras, unir mi alma a la tuya
en la distancia.

Y sé que tú, allá donde estás, haces lo mismo que yo.


Me buscas y te busco, nos encontramos en silencio y,
sin que nadie nos vea, volvemos a aventurarnos en
esta magia que tú y yo conocemos, si bien no a la
perfección, al menos, al derecho y al revés.

70
Autor: Juli Novero

DIÁLOGO DE LAS COSAS

Los parques desolados.


La flora vertical.
La música de cada paisaje.
La lluvia inmóvil de las fotos.
Las limas suspendidas en el aire.
El panadero de un impulso vaga.
La simetría de las cosas.
Los caminos empedrados.
La boca impermeable de las esculturas.
Los párpados húmedos de savia y el rocío.
El silencio hermético.
La verdad sin eufemismos late.
Lo esotérico.
La materia imperceptible.
La quietud de lo cósmico.
La pregunta como pretexto.
La palabra suicida.
El preciso instante.
El profundo respiro de libertad.
El caos: la respuesta.

71
Autor: Keila Ramos Buelvas

HIJO DEL AMOR

Crisma de péndulos
Quimera tatuada en costumbres
Creación umbilical
Hijo del amor
¿Existes?
O juegas ser la corona de espinas
que proclama el origen mundano.

72
Autor: Lidia Corcione

OLEADA

En contemplación del vaivén de la ola, existo


la veo cambiar de forma
Sacudida por la misma ocurrencia
ato y desato sílabas fugaces

Juego incesante
disfrazado de parpadeo
esquivando el engaño

Agoniza el día
arrastro sin eco mi voz dócil

Una sombra
muerde un hueco de cangrejos
―Nada es seguro―

Estoy obligada a permanecer


en lenguaje de gemidos

73
Autor: Lourdes López

POEMA

Mamá me da ibuprofeno,
y me trae Seven up
revuelto con una cuchara
porque el gas hace mal…
y las burbujas todavía las veo
yendo a la superficie,
quizás estoy flotando
en la enfermedad.
Y mamá viene, me mide la fiebre,
me informa que tengo 37 y medio, casi 38,
parecido al talle de calzado
que llevo en mis zapatillas,
esas zapatillas sucias
que me hacen saltar,
saltar cada vez más alto,
hasta el cielo,
y quizás más,
hasta la tierra,
hasta el mar,
hasta la cura de mis enfermedades,
seguramente hipocondríacas,
porque creo que no tengo anginas
sino falta de libertad,
por eso creo que estoy
con dolor de garganta,
por atragantar los gritos
y ahogarme en el silencio.

74
Autor: Luigi D'Elia

POEMA XII

Visita tu ausencia.
Recuérdale a la memoria
que no te olvide.

No dejes de ir a los sitios


en los que alguna vez viviste.
No dejes de sentir algo
por las personas que alguna vez amaste.
No pierdas la sensación
de los besos y el amor que alguna vez diste.

No lo hagas.

Nunca sabrás cuándo te harán falta.


Nunca sabrás cuándo harás falta.

75
Autor: Luis Manuel Ruiz Morales

POEMA

Hay un día, una hora,


un segundo, un instante.
Hay un parpadeo
en la lámpara de mi cuarto,
una gota que se escapa
en la pila del baño mal cerrada,
un par de manchas de humedad
en las paredes del comedor.
Hay un montón de ruidos en la calle,
en la casa, en mi cabeza.
Hay un programa
al que no atiendo en la TV,
un libro a medio leer,
una hoja a medio escribir,
una carta sin destinatario.
Hay cientos de mujeres que veo,
que deseo, que no poseo.
Hay un espejo
que me devuelve la mirada,
que me responde con silencios,
porque nada le pregunto.
Hay una enredadera en la cerca
que esconde el óxido,
un candado en la puerta
que simula protección,
una llave que hace tiempo
perdió su cerradura.

76
Hay autos
en avenidas que no tránsito,
peatones que vagan
en existencias audifonadas,
ciclos, carretas, chivichanas.
Hay un mar tan profundo que me ahoga,
una playa desierta y sin palmeras,
miles de laticas de refresco
que duermen en la arena.
Hay un gorrión que anida
entre las tejas de un almacén,
que defeca virutas de pan viejo
sobre el buró del almacenero,
que aprendió que es mejor dejar el trino.
Hay un tren perdido en rieles viejos,
arca de Noé herrumbrosa,
gallos que cantan en sus cajas,
chivos de rostro cansado
y olores rancios,
y gente, mucha gente.
Hay un rosal de flores marchitas
en el jardín,
un césped mal cuidado,
abejas que revolotean, resignadas,
entre las resecas flores.
Hay un cine
que solo anuncia un filme viejo,
que nadie ve,
que es Gomorra y Sodoma vespertina.
Hay un lugar que clamamos nuestro,
que insistimos en llevar en la memoria,
que se pierde tras un velo
de descuido y distancia.

77
Hay un mundo, un todo, una nada,
un caos, una sonrisa, un beso,
un puñal atravesando un órgano,
una taza de café, un trago de ron,
un millón de por qué,
solo un par de respuestas,
hay miles de cosas, y otras faltan.
Hay una vida para cansarse de ella,
hay una muerte para temer que venga.

78
Autor: Mafe claro Avendaño

HAY UN PUNTO

Hay un punto
entre el bien y el mal,
donde la lógica pierde su sentido
y la eternidad deja de masticar el silencio,
porque no es un límite, sino un acuerdo,
y en este acuerdo la libertad y la voluntad perecen.
Hay un punto
sobre la línea recta de la manipulación,
como un refugio en la mirada ajena,
como una salida que se expande hacia la oscuridad:
la terrible rutina de volver a empezar,
siguiendo luces que se apagan cual ojos heridos.
Hay un punto,
lleno de manchas que se escurren
sobre la superficie de las desgracias,
cubren el tiempo de diminutos acertijos,
aleteando fuego en las promesas falsas;
puntos que se multiplican
creando caminos intransitables,
cuando el cuerpo se convierte en hierro
y el pensamiento en escalones infinitos.

79
Autor: Marcial Bonilla Campo

NUESTROS NIÑOS

No es un verso, no es una prosa, no es un poema,


sino un juego de palabras que conjugué
para contarles la vida
de nuestros niños muriéndose sin vida.
Por qué digo muriéndose sin vida,
porque la sociedad los mata desde el vientre,
porque antes de nacer ya son objeto de atropellos,
marcados por un pueblo ignorante de amor.

Por qué sufren tanto los niños,


si son nuestro pedestal.
Los tenemos que apoyar
con mucho amor y afecto
para que esta sociedad
les acepte sus derechos.

En la selva de cemento,
que vivimos día a día,
hay una cultura llena de arrogancia e hipocresía,
que oculta lo que pasa con la niñez desvalida.
Oh señor, qué dolor siento aquí en mi corazón
cuando veo a los padres enterrando a sus hijos…
¿por una enfermedad, señor?,
¿por muerte natural, señor?,
o por este torrente de violencia
que azota a nuestra nación.

80
Empecé escribiendo: No es poema,
no es un verso, ni una prosa…
¿Qué es?, no sé.
Pero de lo que si estoy seguro,
es que estas palabras me salen del corazón.

81
Autor: María Cristina del Risco

QUIÉN DIJO QUE NO

Quién dijo que no…


fue el mismo que afirmó una vez esa mentira.
¿Quién dijo que no se hace rico uno
con la poesía?

Que me den un balazo si es negativo,


un balazo a punta de versos,
un balazo a punta de rimas.
¡Disparen si es mentira!

Apúntenme con un poema;


jamás con un arma,
pues no creo en la violencia.

Quién dijo que no…


¿Quién dijo que no se puede ser inmortal?,
¿qué no puedo eternizarme o volar?
Quien crea que se va a morir,
entonces no es poeta.
Quien se declare mortal,
o busque final como Caicedo,
¡pues a él que le lleguen
todos los males primero!
Quién dijo que no…
Quien dijo que no es un genio,
que no hace magia con la prosa,
quien dijo que le gustaría, pero no ha podido,
quien dijo que no inventa,

82
porque no tiene con qué,
quien se niegue a sí mismo,
no verá lo posible…
¿quién dijo que no es posible?...
¿Qué es posible?... TODO.
Imposible is nothing.

Charlando de posibilidades:
¿quién dijo que no se pueden rebobinar
las horas mejores?;
¿quién dijo que no hay
máquina del tiempo alguna?;
¿quién dijo que no se puede vivir con Peter Pan?;
¿quién dijo que no existe Peter Pan?
Pues yo te digo que soy Peter pan,
sí, lo soy; ¿quién me va a decir que no?;
¿quién callará esta verdad?
Quien quiera saber mi origen,
¡Soy del País del nunca jamás!
¿Quién dijo que no hay Dios?
¿Quién no creyó en lo sobrenatural?
¿Quién mató al Amor?,
díganme quién fue;
fue el mismo que lo crucificó,
el mismo que lo negó.

Quién dijo que no…


¿Quién dijo que no caigo bien?
¿Quién dijo que no soy de su agrado?,
¿quién lo dijo?
¿Quién te llenó de rencor,
de esa masa que pesa?

Conóceme a mí, después de ti…

83
Un quién de dulzuras soy,
sin-fin.
¿Quién dijo que no me coma este banquete?
¿Quién dijo que no me querrán
si me veo de esta forma?
¿Quién dijo que no estoy bien?
¿Quién insinúa que estás gorda?
Corre, ve y dile a quién te lo dijo
que no crees en patrones estéticos;
grita que vale más la cabeza,
grita que vale más el espíritu.

Callados,
nadie refutará tu sabio raciocinio.

¿Quién dijo que no sabes hacer poemas?,


si eres la madre de un sentimiento.
Sientes parir un verso,
criándolo hilos de letras…
Es esta la palabra adecuada…
Tener la chispa adecuada y ombligo de poeta.

Difícil pulsar stop a esa mente.


Eres flash.
Vas a full.
Esto va a RE-VEN-TAR.
No compitas más.
Estás en la onda.
Has vencido.
En la anarquía de tu creación,
has vencido a quién te diga que no.

84
Autor: María Julia Rodríguez Sivera

EL METRO

Ningún tema más trillado


existe como El Metro;
ningún transporte más usado
existe como El Metro;
ningún espacio más viciado
existe como El Metro;
ningún tiempo más compartido
existe como El Metro.

***

Tema, transporte, espacio y tiempo,


crean un cuento
de trayectos simultáneos,
de reglas no cumplidas,
de perfumes diferentes,
que se mezclan con temores,
que traspasan los vagones,
y se cierran inconscientes.

***

Las mujeres se acomodan


y buscan en su “bolsito”
un arsenal de pinturas
que “resaltan” su hermosura.

85
***

Buscan, buscan, y no encuentran


el labial anaranjado,
y el espejo les indica
cómo arreglar su peinado.

***

El Metro: mundo paralelo,


donde sube el cocinero,
el albañil y el poeta;
donde pasa el estudiante,
la señora de la esquina,
la maestra con sus libros,
y también el cantante;
donde la gente se peina,
se duerme, se alimenta
de miradas extraviadas,
y de asuntos no resueltos;
donde “suele suceder”
que el asiento reservado
casi siempre está ocupado
por el que debe estar parado.

***

Un conjunto de vagones,
que desde el principio hasta el final,
muestra el alma del viajero,
su frecuencia y su inicial;
sólo falta que en El metro
la gente se pueda bañar.

86
***

El Metro: mundo subterráneo


que emerge en un rebaño
de personas apiladas
y apuradas
que se empujan,
que se enfrentan,
y no lo lamentan,
dejando alma y vida
en cada subida.

87
Autor: María Mercado Doval

De tanto esperarte
empecé a tejer
ponchos para nuestros hijos;
les puse nombre,
los amé,
los mandé al jardín,
y los sepulté…
todo sola.

Mientras vos llegabas,


aprendí a cocinar,
jugué al scrabble con tu madre,
con mis hermanas bailamos twist,
y con mi ex, Emanuel, volvimos a romper.

Estando sentada,
me quise comer las uñas de nuevo,
me vestí de azul para ver llegar la noche,
adelgacé diez kilos,
y los engordé comiendo borrachitos
de la panadería de la esquina,
de esa plaza donde todavía son las cinco
y vos estás en camino.

88
Autor: Mariarosa Gutiérrez-Fowles

PARA SER YO MISMA - INDIATUEL

Para ser yo
en función de mí misma,
te quiero,
aroma de álamo,
piel de pétalo,
cerca de mi aliento;
trazo de mi vuelo,
te quiero en mi pluma,
masa de mi pan,
perfume de futuro;
te quiero en mi tierra,
raíz de la vida,
encumbrada cima,
estrella en mi cielo,
harina del mañana;
te quiero en mi agua,
te quiero en mi esencia.

89
Autor: Mateo Pinto Zuluaga

A UNA PINTORA

Me siento emocional,
bañado en sangre de vino,
en cascabeles de coral,
en sinsentidos,
en tus ojos omnipresentes
¿Cómo lo haces?
Víbora abrasadora,
devórame, despedázame,
pero no te demores, no me hagas agonizar
con ese sufrimiento delicioso
que solo tú me provocas.
Destroza mis entrañas con tus maravillas,
con tu cuerpo delicado,
con tus manos pequeñas, rosadas,
violetas, amarillas, verdes,
con tu jazmín,
con tus obras,
Y báñame, derríteme en tus pinturas,
inmortalízame dolorosamente
como una figura bizarra y eterna
entre dos cuadros de tu casa.

90
Autor: Melisa Alsina

EDICTO

No quiero andar sobre las hojas muertas,


cuando clame el aire que se las lleve el viento;
ni caminar sobre papeles mojados por la lluvia,
a los que nadie ha leído y permanecen yertos.

No quiero pasar sobre las plumas de aves


que ya no quieren ser libres y dejaron de volar,
a las que el tiempo volvió voluntarias de un eco
―se volvieron sedentarias al dejarse atrapar.

Me cuestan más que a nadie estos días grises.


Frecuentemente,
se me tornan oníricos los recuerdos…
mis ojos diluvian, los degluten titilantes y frágiles
sin convencerme de la veracidad de ese casi-beso.

Y es justamente la no presencia tuya esta tarde


lo que estruja mi alma…
en mi inconsciente estás,
como pájaros enjaulados.

Me repito:
Si te moja el olvido,
no te llevará el huracanado
tonto viento frío, como a esas hojas secas
en las que hoy no quiero andar,
como a esas plumas perdidas…
tan alejadas de sus nidos.

91
Autor: Michael Babilonia Flórez

SENDAS PÉRDIDAS, RECUERDOS OSCUROS

La brisa agria y espesa me transporta


al fondo de una tinaja fría
que me azota con el filo de la oscuridad.
Y me siento como una moneda lúgubre
que se oxida en el agua dormida
de una fuente anciana
que jamás ha cumplido un deseo.

Me siento perdido como una brújula vieja


que en medio de su alzheimer
ha olvidado el norte.

La esperanza de una sonrisa colorida


se me ha escapado,
como se escapa el agua entre los dedos.
Y me quedo pensando en un beso tan sublime
que nunca recibí,
un beso tan imposible…
tan absurdo como un hombre de nieve
en medio del Sahara.

El silencio efímero me lame


con su lengua de serpiente venenosa,
haciéndome vivir como una flor de plástico,
que está tan viva en apariencia,
pero tan muerta en realidad.

92
Y lloro,
porque soy invisible para la luz…
lloro porque la calidez del sol
ahora es solo un recuerdo perdido,
porque el cielo ya no es azul…
lloro,
porque vivimos caminos tan distintos,
que nunca nos encontramos de frente
para contemplar nuestras miradas…
lloro,
porque todo va deprisa,
y ya no tenemos tiempo de cortar una flor
y guardarla a la mitad de un libro…
lloro,
porque ya no disfrutamos el aroma del café.

93
Autor: Miguel Ibarguen

HOY HE VISTO UN MUERTO

Hoy he visto un muerto,


y no parecía descansar en paz;
hoy he visto un muerto,
y se veía angustiado.

Dicen que la muerte se lleva todo,


pero de éste no se llevó nada…
Tenía el ceño fruncido, los labios negros,
grandes ojeras y mirada despectiva.

Hoy he visto un muerto


preguntándose quién era,
fumando un cigarrillo,
escribiendo un poema.

Un poema de vida, un poema de muerte,


un poema de dolor…
hoy he visto un muerto.

Tras una nube de humo,


cansado y con sueño,
tras un espejo,
HOY HE VISTO UN MUERTO.

94
Autor: Mirna Paz Viola

FUI COMO JOB…

Confieso
que alguna vez fui como Job…
fui recta, temerosa de Dios y apartada del mal…
y disfruté de la vida como nadie,
y canté, y reí, y bailé, y forniqué,
y aún así…
Dios me quería y me aprobaba…
Pero luego,
cuando los tiempos y los vientos
cambiaron de rumbo,
y tuve que rascarme la sarna con mis dedos,
también fui como Job…
maldije el día que nací
y el día que fui procreada.

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Autor: Nabonazar Cogollo Ayala

DISPUTA EN LA BIBLIOTECA

Las gentes se marchaban puesto que ya era tarde,


la rica biblioteca muy sola se quedó.
Las lámparas de aceite temprano hacían alarde
de dar diez mil destellos, la noche las venció.
El Conde y la Condesa con ritmo acompasado
haciendo reverencias salieron del lugar.
Marchóse la señora del Guardia del Condado,
también los escolares que hurgaban sin cesar.
El fiel bibliotecario tomó los viejos libros
y en su carrito lento los redistribuyó…
Aquí puso el grandioso Conde de Montecristo
y allá puso a Cervantes quien fama cultivó.
Al buen estagirita, el filósofo cantado,
discípulo grandioso del límpido Platón…
lo halló en catorce libros… ¡magníficos tratados
que fueran consultados con mágica pasión!
Los puso en el estante bien junto al aquinate
Tomás, el que cambiara del mundo la visión.
Y en el estante opuesto, barroco escaparate,
puso del noble Esopo su libro de ficción.
Puso con gesto lento y andar parsimonioso
a Horacio el generoso, también a Cicerón.
Y hallóse con deleite el libro escandaloso
con que el febril Bocaccio causara conmoción.
Marcaba en el cuadrante del viejo campañero
las doce… ¡era la hora de irse a dormitar!
Feliz pero jadeante y con alma de librero
el viejo tras de sí echó llave a aquel lugar.

96
No bien se hubo marchado cuando…
¡prodigio grande!
los libros de sus sitios se empiezan a mover.
Y caen con gran estrépito del elevado estante
abriéndose expectantes, diez, veinte
y más de cien.
De allá salta el Quijote con su grito de guerra
y el noble Sancho Panza lo sigue siempre fiel.
El firme Lanzarote, amado de Ginebra,
la reina de Inglaterra, renace en su corcel.
En la fila de ilustres y grandes pensadores,
surge con el donaire de su generación,
rodeado por discípulos y por admiradores
de la Academia grande, el filósofo Platón.
Surgen uno tras otro como una miniatura,
su talla nunca excede el formato al empastar.
Del libro en que se hallan, las hojas con blandura,
abrigan su existencia y la luz de su pensar.

―¡En guardia! ―Grita fiero a todos Don Quijote―


Yo soy el caballero que viene a rescatar…
―a la sin par doncella cristiana que el galeote,
ladrón de los caminos, preténdese llevar.
―¡Ah loco entre los locos! ―Le espeta con gran sorna
aquel Jorge Guillermo de Hegel, alemán.

―¿Y qué es lo que pretendes? ¿Acaso es que retomas


de tiempos ya lejanos el cándido ideal?
Los tiempos medievales ha mucho se marcharon,
no existen caballeros en la modernidad…
No seas iluso viejo, los autos remplazaron
a la caballería… ¡curiosa antigüedad!

97
―¡Jamás!... ¡bufón de corte, recorta tus palabras!
Pues la febril metralla de mi lanza genial…
Hará que te arrepientas de tu verbo canalla
¡En guardia! ¡La batalla principia hasta el final!

―¡Calmaos, calmaos Quijote y tú también oh Hegel!


―Dice con voz que busca los ánimos calmar,
el buen señor del Tiempo quien en su carro leve
de nubes y minutos detiénese en su andar.

Los dos tienen jirones de la verdad eterna,


mas nadie se alza en dueño completo de su ser.

En tu momento, Hegel, miraste la conciencia


de lo moderno alzarse del tiempo y renacer.
Y tú Quijote, vuelas con tu mente a los tiempos
del Amadís de Gaula y Arturo, el rey bretón…
la nube de tu idea trocada en pensamiento,
te lleva al medioevo con firme corazón.
Vivieron dos momentos con sus justas verdades
no existe una ―repito―, que abarque el ideal.
De la verdad unida del tiempo en las edades
fundidas cual un molde de luz universal.

―¡No es cierto, Padre Tiempo! ―Le espeta al buen


anciano.

El sabio entre los sabios… ¡magnífico Agustín!,


quien de Las Confesiones, sale con libro en mano,
henchido de sapiencia, cual limpio serafín.

¡El tiempo no es el tiempo!


Las horas ya se marchan,
como se escapa el agua en los dedos al tocar.

98
No existe el hoy presente, pues cuando te levantas
al hoy, éste se marcha sin poderlo evitar.
Y el futuro es la idea del tiempo que no ha sido,
el ayer se ha cumplido, se funde en el no ser.
¿Sí ves que el tiempo es nada?
No más que ser vencido,
que cuando te aproximas tiende a desvanecer.

Al verse desarmado el buen señor del Tiempo,


se calla y torna lento al libro celestial…
aquella Teogonía, la voz del pensamiento,
que de la Grecia grande fue airoso pedestal.
Esopo, el fabulista de la Frigia,
Levanta su rostro con un aire de herida dignidad…

―¿Y cómo es eso ―dice― que Roma en la garganta


de un sofista de escuela, pretende la verdad…
sobre el señor del Tiempo,
más sabio entre los sabios?
¡Retracta tus palabras! ―Le exige al pensador…

De la noble Tagaste, Agustín aprieta labios,


y ya va a responderle al genial fabulador,
cuando surge la voz del poeta más sapiente
que Roma produjera en su historia colosal.
Horacio es aquel hombre que habla mansamente
con trinos de canario y acentos de turpial…

―¡Ni es bueno que se riñan ni Júpiter desea


que por su patria inicien una guerra verbal!
Vamos amigos todos, cesemos la pelea,
¡porque somos modelos del bien universal!
No olviden que la vida se escapa a cada instante
en el tiempo inclemente y la deben ocupar

99
en hacerse felices, labremos vindicantes
la vida noble y pura de la felicidad…

El sol ya despuntaba con tintes purpurinos


en la línea de oriente con fiel exactitud…
Mientras los personajes buscaban los destinos
en los libros que albergan su ser de plenitud.
Se marcha Don Quijote jinete en Rocinante,
se marcha Lanzarote, quien fiel se limitó
a oír de sus vecinos de libros, y de estante
la lívida disputa que el día nuevo acabó.
Disípase el señor de los Tiempos, en su carro
se marcha ya Agustín con un aire vencedor.
Mientras el fabulista repite los descargos
con que ataca el embate del recio pensador.
Horacio también marcha, detrás con gesto grave
prosigue cavilante el prolífico Platón…
quien dictamina a todos…

¡No es sabio quien más sabe!,


¡es sabio quien aprende errando en su lección!
El hombre busca esencia inmortal en sus ideas
que abriguen las verdades de acento celestial…
Y sólo las consigue quien piensa, no pelea,
y aprende de los otros el brillo sideral.
Con las últimas frases se cierran de los libros,
las tapas y regresan todos al anaquel.
No pasa mucho tiempo, el librero, aquel recinto
abre con gran estruendo…
¡su norma es siempre fiel!
“Abrir la biblioteca y los libros que atesora
a quien quiera leerlos con límpida fruición”.
¡Los libros son el mundo y el tiempo que devora,
las glorias de los siglos, con sabia erudición!

100
Autor: Nelson Corredor

LIQUID

El nocturno de mi alma es lento,


lento como la buena música…
Sabían ustedes que la buena música es agua,
o que algunos corazones no están hechos
de sangre y musculo,
sino de sudor y lágrimas;
bajo la lupa o el microscopio,
se puede ver que son océanos profundos,
repletos de cuevas y recovecos
tan azules y misteriosos,
como sombríos y condenados.

De corazones líquidos no hallarás


ejemplo alguno en los libros de anatomía,
mas mencionados hasta el cansancio están en todos
los libros de poesía.
Lo sé porque mi propio corazón es líquido,
océano que se estremece ante la música;
porque la música es agua,
río que penetra en la piel,
arena que se funde el mar…

101
Autor: Néstor Fabián Cueto

NO SE DECIR LO SIENTO

Todavía no entiendo porque esta manía


de hacer versos para decir: te quiero;
esta comparsa tonta que me prolonga la vida
entre tantos desaciertos,
esta inmadurez astuta que se desparrama
por toda la piel y acaba en los huesos,
y este reiniciar mis pasos cada vez
que me confundo cuando hago el intento.
Todavía no entiendo esta manía de hacer versos. No
lo entiendo…
Esta porcelana fría que moldea al simple roce
de gastados dedos,
esta sensación psicótica de querer escapar siempre y
todavía no entro,
y esta torpeza antigua que me convive, tristemente y
en absoluto silencio.
Todavía no entiendo porque esta manía
de escribir versos tras versos;
esta utopía grande que me hace creer
que estoy en lo cierto y entero,
esta mirada atrás que replantea
la vida para formular los recuerdos,
y el recuerdo que se convierte al final
en sustancia, esencia y suceso.
Todavía no entiendo porque esta manía de escribir
versos para decir te quiero,
esta alma chabacana que se aferra a las derrotas
y termina sufriendo,

102
este merodear los días cansadísimo de preparar
respuestas y conciertos,
y la línea final que viene a confundir aún más
lo que queda de escaso aliento:
Es que no si decir:
lo siento, te quiero, o te quiero, lo siento.

103
Autor: Nicolás Almanzor

SANTA CRUZ DE MOMPOX

Ensoñado estoy a tu nítido recuerdo,


rema el batelero en las corrientes aún claras
del río Magdalena,
brotan las montañas con la forma de tus senos,
concierto de Scarlatti - Spesso
vibra per suo gioco.
Contenidas las palabras en el peso de tus formas,
aludo a las memorias de tus eróticos efectos,
como el agua que fluye hasta la distante costa,
naufragan los deseos en la estela cierta
que tu cuerpo invoca.
En el verdor húmedo de los vientos momposinos,
furtivos son los encuentros de las sombras
ya lejanas,
contagiado del espejismo azul que la manigua grita,
emergen los recuerdos de amor
como tristes alivios.
Plácido es el tiempo que acompaña a los viajeros,
distantes los tramos que acercan
y alejan a los litorales:
del mar Atlántico la presencia de los mangles,
de las playas de tu sexo un confín de travesías.

Y aun así,
te presiento en el ágil viaje
de las gráciles golondrinas,
anudadas en el vuelo de las músicas andinas,
mantengo oído atento a los ecos

104
que susurra la piragua,
pesar de los andares que José Barros escribía
un día como estos en las polleras del caribe.
Trayecto sobre mareta sorda:
boga, boga, el astuto batelero,
inmerso sigo en este apacible sueño,
bajo la brisa firme de la mañana que perfumas.

105
Autor: Nicolás Ru

EL VADO

El vado, entre miedos que entallecen


para trinar ocasos a la rivera
sonrojada de añosas vergüenzas,
sí, crecerá el vado.

Ancorado en las lágrimas del primer


indolente, esas que tornan
espejo cualquier agua estancada,
trepará el vado
cuarteando los plomizos vientos.

Entonces vendrán, de lejos,


vendrán las enfermeras con sus ribeteadas
cofias a oír las esterillas del litoral;
vendrán las caravanas de ociosos
a echar hormigón en las cárcavas…
Quizás las zafras a rebosarse en
agua dulce no vendrán,
pero vendrán moribundos filiformes
a descruzar los brazos.

El vado será, pues, voraz


sustento del cabestrillo, que
silbará dudando y
dudará silbando mientras zurce
los aleros de la penumbra lívida.

106
Vendrán también, hay que decirlo,
imponderables al ajuste de cuentas.
Vendrán, pero el vado macizo
y una espuma boreal
objetarán sus memoriales.

Que no vengan en vano, esperemos.


Que surquen de paso los ojos
de quienes fueron y serán, y así,
sin saber, vendrán a raspar el cielo
en nuestro corazón nuevo e imperfecto.

107
Autor: Nidya Garzón

POEMA

Soy un dolor que juega con espinas,


un dolor que no descansa,
y cada hueso es un saco de alfileres,
y cada músculo un bolsillo de agujas.

Jamás comprenderás
que en un ataúd duermo desnuda,
que hay un pájaro con flores mortecinas
al pie de mi ventana,
que hay calles cosidas con alambres,
y un reloj sin horas
esperando la muerte.

Soy un dolor de niña,


un dolor de mujer,
un dolor de palabras
que llora en los poemas.
Y si un día te atreves a mirarme
recoge las cenizas de mi piel
y lánzalas al río que construí en los ojos
para que se alimenten las pirañas.

108
Autor: Olga Carrizales

POEMA N° 2

Qué importa si faltó en la cena


un saxofonista junto al farol,
todo es más romántico
a la luz de las velas,
todo menos
un eyaculador precoz.

109
Autor: Pablo Vicente Ramírez

SOMBRA

Ven, acércate, hablemos.


Cuéntame aquello que pasará.
Quédate conmigo hasta que el sol se esconda.

Sigo aquí, viéndote…


Tranquila, sé que te tienes que ir.
Te agradezco la compañía,
aunque tú, no seas mía.

110
Autor: Raúl Ballesteros

LA VIDA

Si la muerte es, simplemente, la muerte,


dime, buen amigo, ¿qué es la vida?

La vida, la vida, sencillo amigo, la vida,


únicas vacaciones, que nos da la muerte.

111
Autor: Ricardo Jhalet

INSTANTÁNEA

En la tarde clara de mis alucinaciones,


me oscilan con desconcierto las pupilas,
se me estremecen las piernas,
te me vuelas de adentro,
hasta sostenerme sobre tu piel liviana.
Tienes que entender que he vivido
siempre a pies descalzos,
tratando de secar al cielo soledades,
bajo las tardes frescas del Caribe.
Pero se me las llevan las garzas,
porque amor no es igual que sexo;
un beso es más que el crepitar
de un sueño.
Para que una caricia sea buena,
nos debemos soltar el pelo
y que entre éste nos corra la brisa,
mientras los labios oscilan
sobre los cuerpos,
fulminan los besos asesinos
con ese abrir y cerrar de ojos
que llegan de adentro de las pupilas.
Para que un beso,
una caricia,
un palpitar,
sean en realidad buenos,
tiene que volver con el calor del día,
tendremos que ir y venir en cada suspiro,
volvernos pequeños entre las piernas,

112
hasta perdernos dentro,
mientras el río corre y lleva piedras,
mientras los grillos cantan,
mientras en la mecedora
el viento nos despeina,
y nos recorre insolente.
recordándonos todas esas caricias,
que se nos olvida poner,
entre el amor y nuestras soledades.

113
Autor: Roberto Carlos Fournier Kindelán

PARQUE DOLORES

Que me invadas
que me saltes y me empujes contra el suelo
A veces trituro esos disparos
hago mutis
cuando hablan mal de mí
porque en todo veo agua
y madres con tirapiedras
y rascabuchadores
el mismo hastío
Return to Innocence
al mito infame en que naces

¡Pájaro pájaro pájaro!

En mi puerto cargan hacia Libia


cualquier ciudad no es bendecida
por el fuego de los presidentes
En Sodoma aún no es invierno
sobre el mar flotan billetes de niebla
verdes de moho
Atacar el medio oriente
puede ser el safari que soñaste
no dejaré que huyas
…sana culito sana...
sin bombas
cóseme
el prepucio abierto de sangre y pus
En Ítaca me envuelvo en los cadáveres

114
de mis pretendientes
como un niño que encierran detrás del mar
para que otros me empañen el espejo
y me lleven y me traigan
embárcame
como decimos traición en cubano
No tengo qué romper u olvidar
…yo no quiero quince
yo no quiero fresa
lo que quiero es Ginsberg Fowler Luis Yuseff…
que me lluevas
a la sombra de los chamacos en Dior
Solo entonces creeré tu descenso
Tatúame el iris con sangre
ponme en cruz
haré equilibrio con tus tres clavos

115
Autor: Samuel Antolinez Jaimes

AJEDREZ 1: LA LUCHA POR LA VIDA

En mágico tapete Ajedrezado,


un duelo colosal se inicia.
Las torres dispuestas al costado
son murallas de ciudad fenicia
El sencillo peón da el primer paso,
los caballos al galope van saltando,
apoyando el ataque cual Pegaso.
En campo enemigo están volando,
mientras el noble alfil , fiel soldado raso,
desde una diagonal y en fiancheto,
con la temible dama hace estragos.
En posiciones que son un reto,
para el mas avezado jugador,
la situación requiere inteligencia,
gran paciencia, ser calculador,
y usar como arma la paciencia.
Dominado el rival desde el inicio,
la victoria aún está lejana,
pues se debe someter al sacrificio
al peón, al caballo y algunas veces hasta la dama.
Para lograr el anhelado triunfo,
y tener un brillante remate,
se debe sacar al rey de su refugio
y propinarle así el fulminante mate.
Mas la lucha en cada instante
se torna ardua, en una gran epopeya ,
pareciera que la capacidad de la mente
se fuese a reventar cual centella.

116
Atacado el rey en su enrroque,
se derrumba su fortaleza,
la jugada final es solo un toque
que lo destrona y cae su realeza.
Solo queda resignar con gran nobleza,
aceptar como caballeros la derrota,
el rey ha sucumbido ante la fuerza
de una mente y no de una bayoneta.
Alabanza a quien gana
haciéndole honor al noble juego,
ejemplo de disputa sana,
imponiendo su ley pero sin fuego.
Cuántos hay que en esta vida,
no saben admirar al rival en la derrota,
la vida es un juego, es una partida,
es como el agua que cristalina brota.
Llega al final este homenaje
al juego ciencia, noble arte ejemplo de vida,
dedicado también al personaje
que va por el mundo jugando su partida

117
Autor: Sergio Alejandro Ramírez Gómez

A VECES

A veces,
huyo
dentro de un libro
que porta un extraño
sobre sus manos...

A veces siento que los días pasan,


como si aquel hombre pasara las páginas,
como si las nubes fuesen sus ojos,
y como si el olor de un libro viejo
se apoderara de esta realidad.

Siento ese leve zumbido,


cuando una página choca con otra...

Pero
no siento la coherencia de esta historia,
no me convence demasiado,
que sólo le sirva a mi lector
de reflexión, y me deje aquí atrapado,
entre barrotes de letras.

118
Autor: Vanessa D Cass

ANUNCIOS

Van a fusilar un corazón.


En otros lugares nacerán inescrupulosas dagas que
esperan tallarle. Más la tenue
arteria hará palpitar sus ventrículos
y el dolor de su sepultura será ahondado entre
las sombras de un árbol.
Ese líquido rojo y espeso será la señal del cansancio
en aquella nieve que hace
inerte el más bello jardín.
Van a fusilar un corazón y el peligro soportado
será el escudo que fortalecerá la
creencia ante la luz y dejará ver la mentira
en la multitud.
Van a fusilar un corazón para hacer nacer una nueva
vida lejos de las mentiras,
de la sociedad mal habida que profesa
bienaventuranzas por acomodadas cometidas,
del grupo de insensateces que blasfeman a
escondidas y el conjunto de soeces que
en vigilia de noche buena no perdonan sueños
ni ilusiones perdidas.

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Autor: Verónica Támara Martínez

OPORTUNIDAD

Tengo en mi historia secretos


que aún no te he dicho,
tengo en mis manos palabras que no te he escrito,
tengo frases que aún no te dedico,
y tengo deseos que aún no te he vertido.

Dame la oportunidad ser de mi ser, mi castigo,


de desbordar los momentos
que se quedaron dormidos,
las palabras que ahora invaden mi expresión,
y la mirada que se quedó sujeta en tus gemidos.

Dame la oportunidad ser de mi ser, mi delirio,


para disfrutar lo no existido, lo no vivido,
para extirpar este dolor que altera mis suspiros.
En el tiempo… te deje pasar…
y ahora eres mi motivo.

120
Autor: Víctor A Yerena González

POEMA VII

Si ella alguna vez te llega a preguntar por mí,


no sé, el día en que la dicha que la invade
le conceda una tregua,
tú dile que estoy muy lejos,
bien lejos, más acá del limbo,
mucho más acá,
donde el océano de la memoria y el de los sueños
se mezclan y se confunden
formando abismos de deseos y frustraciones;
dile que estoy de pesca,
que intento pasar los peces de la memoria
al banco de los sueños;
y que si tengo suerte en esta empresa
y logro regresar,
dile que si llego a verla,
estaré confundido:
no sabré si fue cierto que nos bañamos juntos
en los ríos del placer o simplemente lo soñé.
Dile eso,
porque es lo máximo que me puedo acercar
a las cataratas del olvido.

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