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Exploraciones, conquista y colonización de

Honduras

“En todo este tiempo no entré en puerto, ni pude ni me dejó tormenta del cielo, agua y
trombones y relámpagos de continuo, que parecía el fin del mundo. Llegué al cabo de
Gracias a Dios, y de allí me dio Nuestro Señor próspero el viento y corriente.Esto fue
a 12 de septiembre. Ochenta y ocho días había que no me dejaba espantable tormenta,
tanto que no ví el sol ni estrellas por mar”

(Cristóbal Colón, “Diario de Abordo”).

Introducción

Se ha escrito una buena cantidad de textos de Historia de Honduras y en todos ellos


encontramos como se repiten errores de interpretación y conceptualización relacionados
con los primeros temas del periodo colonial de Honduras, como: el descubrimiento de
Honduras y el origen del nombre de Honduras. El proceso de la conquista se ha explicado
de manera empírica y superficial. En este segundo tema del curso de Historia de Honduras,
pretendemos llamar a reflexión sobre algo muy importante como es el origen del nombre de
nuestro país. No es posible que cualquier compatriota dentro y fuera del país se le pregunte
¿Dónde están los antecedentes del origen del nombre de Honduras?, ¿Por qué lleva este
nombre nuestro país?, y se remita lo que tradicionalmente se enseña en la primaria y
secundaria, lo cual se sigue pronunciando en coro -que se debe a una expresión de Cristóbal
Colón en su cuarto y último viaje “Gracias a Dios que hemos salido de estas honduras”-
, dejando ver en su acervo cultural una gran pobreza en expresión e interpretación de su
pasado.

Por otra parte, en relación a la travesía de Colón por parte de la costa caribeña de lo que
llamamos Honduras, todos coinciden en llamarle “Descubrimiento”, este concepto no es del
todo correcto, porque la actual Honduras ya estaba poblada por Lencas, Chortíes,
Tolupanes, Tawahakas, etc., tema abordado en la primera unidad. Podemos citar algunos
ejemplos de interpretaciones erradas: sobre el inicio del periodo colonial lo que el libro
“Evolución Histórica de Honduras” de Longino Becerra escribe: “el descubrimiento de
Honduras lo hizo Cristóbal Colón en su cuarto y último viaje a nuestro continente”, más
adelante agrega “El 12 de septiembre dobló el cabo del extremo oriental, donde según
algunos autores, por haber tenido dificultades en la navegación, lanzó esta frase: “gracias a
Dios que hemos salido de estas honduras”. De aquí le viene el nombre de Gracias a Dios al
cabo en referencia y de Honduras a todo el país, conocido también como Guaymuras e
Higueras en los mapas antiguos”. Cito este libro porque es el más vendido de todos los
textos que hasta este momento se han publicado.

Exploraciones españolas por la actual


Honduras

Entre 1502 y 1524 se puede considerar como una etapa puramente de exploraciones, desde
Colón y su tripulación, Vicente Yáñez Pinzón y Juan Díaz de Solís, Andrés de Niño, Gil
González Dávila y Hernández de Córdova; a excepción de Colón, todos entran por el sur.
Cristóbal de Olid, nuevamente Gil González Dávila, Francisco de las Casas, Pedro de
Alvarado, Hernán Cortes, Francisco de Montejo entre otros, llegan desde El Caribe y México;
esta expediciones se van a dedicar exclusivamente a explorar el territorio buscando el paso
por un estrecho que los condujera a las Indias Orientales, había circulado un mapa en 1508
en Europa en el que se podía observar que en parte del istmo centroamericano había un
canal que comunicaba el Atlántico con el Pacifico.

Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón, en su obra “Historia del Almirante” escribe lo que
observa en relación a la población, sus creencias, costumbres, hábitos y su
comportamiento, “La gente de este país es casi de igual disposición que en las otras
islas...ni muestran tener religión alguna; hay entre ellos lenguas diferentes y
generalmente van desnudos, aunque traen cubierta sus partes vergonzosas; algunos
usan ciertas camisetas largas, como las nuestras, hasta el ombligo y sin
mangas...pero cuando se componen para alguna fiesta, se tiñen la cara unos de negro
y otros de colorado, algunos se hacen rayas de varios colores en la cara... Y así se
adornan para parecer hermosos, aunque verdaderamente parecen
diablos...” (Hernando Colón y el cuarto viaje del Almirante).

Algunos aspectos señalados en el escrito anterior pueden ser refutados, en primer término
no es cierto que los nativos carecían de una religión, sí la tenían, la diferencia es que no
eran cristianos; en cuanto a la diferencia de lenguas tampoco es muy cierto, ya que hasta
nuestros días sobrevive la lengua Tol que hablan los Tolupanes, la lengua Tawahka, que
hablan los Tawakas y la lengua Pech que hablan los Pech; en el caso de los Lencas y otros
grupos no ha sido posible rescatar su lengua ancestral. Consideramos que el país debe
generar condiciones para la conservación de estas lenguas autóctonas, en ese sentido la
Universidad podría incorporar como asignatura optativa el aprendizaje de las lenguas
nativas. En relación a la vestimenta de los indígenas a la que hace referencia Hernando
Colón, cabe destacar que era un aspecto natural de estas tribus ya que no conocían el
término moral de vergüenza, por lo tanto les era indiferente enseñar sus genitales u otras
partes del cuerpo.

Origen del Nombre de Honduras .

En la cita del fragmento del Diario de Abordo de Cristóbal Colón, queda claro que no hay tal
expresión del nombre de Honduras. Este nombre es producto de la historiografía tradicional
y del culto que a Colón se le ha rendido, mas en América que en España, por lo tanto sería
un honor que el nombre de nuestro país lo haya dado el gran “descubridor” en persona,
como han creído nuestros historiadores desde fines del siglo XIX. Pero si leemos a Hernando
Colón en la Historia del Almirante, nos damos cuenta que quienes se agencian por primera
vez el nombre de Honduras son Vicente Yáñez Pinzón y Juan Díaz de Solís, estos señores
en un recorrido a la inversa de lo que realizara Colón, llegan a Punta Caxinas y la nombran
Cabo de Honduras en 1508, luego se irá extendiendo a lo largo de la costa del Caribe desde
el cabo de Gracias a Dios hacia el oeste; hasta la península de Yucatán se conocerá como
cabo y Golfo de Honduras. En los mapas nacionales actuales pueden observarse estos
puntos territoriales.

Cuando se nombra a Diego López de Salcedo como primer gobernador de

Honduras entre 1525 y 1526, en el documento de la Real Cédula, aparece como

Provincia de Higueras y Provincia del Cabo de Honduras, toda la documentación


durante la época colonial se leerá Provincia de Honduras. Cuando se emite la

primera constitución en 1825 aparece ya como República de Honduras, es hasta

1862 que se oficializa su nombre vía decreto. Con los contenidos desarrollados

hasta el momento, tenemos ya una explicación documentada del origen del nombre

de nuestro país, pero carecemos de una explicación de su etimología, es decir de

argumentos de carácter científico, la razón es sencilla, en Honduras no existe una

Comisión Nacional de Normalización de nombres geográficos que debería estar

integrada por geógrafos, historiadores y lingüistas.


La Conquista de Honduras

El proceso de conquista o imposición de un nuevo régimen, cronológicamente la podemos


enmarcar entre 1526 a 1542, lo que no quiere decir que a partir de 1542, no se haya
continuado este proceso, basta mencionar nada mas las conquistas emprendidas a principio
del siglo XVII a los indios selváticos de la Taguzgalpa.

Consideramos que esta etapa, quien mejor la ha interpretado en Marcos Carias Zapata en
su ensayo “Tiranía de los Conquistadores”, de quien citamos textualmente las
características de la conquista.
” Sirve para describir la situación imperante en los primeros cincuenta años de penetración
española en el Nuevo Mundo, caracterizado por el siguiente contexto.

• Violencia militar surgida de la apropiación de estos territorios por parte de los


conquistadores, enfrentados a la resistencia geográfica que los mismos oponen y
desde luego a la resistencia indígena.

• Prioridad del interés particular de los conquistadores sobre el de la Corona


Española, ya que ésta para cumplir sus propósitos expansionistas tiene que
depender del necesario concurso de las iniciativas individuales. Mandos
institucionales ejercidos por los conquistadores desde sus todavía imprecisas
jurisdicciones (ciudades, cabildos, adelantamientos, gobernaciones).

• Amplio acceso al botín indiano para los conquistadores en forma de metales


preciosos, tierras e indios.

• Explotación indiscriminada de los indios en favor de los conquistadores, según


van logrando ventajas en su empresa de penetración.

Esto último constituye la esencia del fenómeno de la tiranía, de modo que con dicho
concepto no se indica una forma de gobierno circunstancial o de fundamentos ilegales sino
que se indica esa forma de dominación impuesta contra todos los órdenes de la vida
indígena”.

Características
En relación al carácter violento de la conquista podemos citar algunos hechos: el asesinato
de Cristóbal de Olid en manos de Gil González Dávila. Bernal Díaz del Castillo, cronista
español en su obra Historia verdadera de la conquista de la Nueva España lo describe
así:”…estando cenando a una mesa y habiendo alzado los manteles…Francisco de las
Casas y el Gil González de Ávila cada uno tenía escondido un cuchillo de escribanía muy
agudos como navajas, porque ningunas armas se las dejaban traer; y estando platicando
con el Cristóbal de Olid de las conquistas de México y ventura de Cortes, y muy descuidado
el Cristóbal de Olid, el Francisco de las Casas le hecho mano de las barbas y le dio por la
garganta con el cuchillo y juntamente con él, el Gil González de Ávila le dieron tantas heridas
que no se pudo valer…se fue a esconder entre unos matorrales, luego se supo donde estaba
y le prendieron y se hizo proceso contra él, y por sentencia entrambos a dos capitanes
dieron, le degollaron en la plaza de Naco;…”.

Otro ejemplo de violencia en este caso hacia la población nativa, es el asesinato de Lempira,
a quien se había considerado como mito o leyenda por su muerte a traición, pero la
documentación encontrada en el Archivo General de Indias y transcrita por el Dr. Mario
Felipe Martínez Castillo, nos remiten a otra apreciación de carácter documental, similar a lo
que ha pasado con el origen del nombre de Honduras, aquí también encontramos una
versión de la historia tradicional y una versión de la historia documentada.

De la versión documentada, el siguiente fragmento de la Probanza de Meritos, del español


que se enfrenta a Lempira cuerpo a cuerpo nos lo relata así: “...yo el dicho Rodrigo Ruiz
como celoso del servicio de su majestad poniendo en gran peligro mi persona... Procure
entrar en el dicho escuadrón de los enemigos con mi espada y rodela y fui a la parte y lugar
donde estaba animando a su gente el dicho capitán llamado ELEMPIRA... Y peleando con
el le mate y córtele la cabeza la cual por traerla al dicho general recibí muchas heridas...de
las cuales llegue a punto de la muerte y la cabeza di al general en sus manos digan lo que
saben e vieren para el juramento...” (Martínez C. Mario F.1987. Los Últimos Días de
Lempira).

Cualquiera que haya sido la muerte de Lempira, a traición o cuerpo a cuerpo, ambas son de
carácter violento. La conquista espiritual y económica la abordaremos dentro del mismo
contexto de su desarrollo.

Características

En relación al carácter violento de la conquista podemos citar algunos hechos: el asesinato


de Cristóbal de Olid en manos de Gil González Dávila. Bernal Díaz del Castillo, cronista
español en su obra Historia verdadera de la conquista de la Nueva España lo describe
así:”…estando cenando a una mesa y habiendo alzado los manteles…Francisco de las
Casas y el Gil González de Ávila cada uno tenía escondido un cuchillo de escribanía muy
agudos como navajas, porque ningunas armas se las dejaban traer; y estando platicando
con el Cristóbal de Olid de las conquistas de México y ventura de Cortes, y muy descuidado
el Cristóbal de Olid, el Francisco de las Casas le hecho mano de las barbas y le dio por la
garganta con el cuchillo y juntamente con él, el Gil González de Ávila le dieron tantas heridas
que no se pudo valer…se fue a esconder entre unos matorrales, luego se supo donde estaba
y le prendieron y se hizo proceso contra él, y por sentencia entrambos a dos capitanes
dieron, le degollaron en la plaza de Naco;…”.

Otro ejemplo de violencia en este caso hacia la población nativa, es el asesinato de Lempira,
a quien se había considerado como mito o leyenda por su muerte a traición, pero la
documentación encontrada en el Archivo General de Indias y transcrita por el Dr. Mario
Felipe Martínez Castillo, nos remiten a otra apreciación de carácter documental, similar a lo
que ha pasado con el origen del nombre de Honduras, aquí también encontramos una
versión de la historia tradicional y una versión de la historia documentada.

De la versión documentada, el siguiente fragmento de la Probanza de Meritos, del español


que se enfrenta a Lempira cuerpo a cuerpo nos lo relata así: “...yo el dicho Rodrigo Ruiz
como celoso del servicio de su majestad poniendo en gran peligro mi persona... Procure
entrar en el dicho escuadrón de los enemigos con mi espada y rodela y fui a la parte y lugar
donde estaba animando a su gente el dicho capitán llamado ELEMPIRA... Y peleando con
el le mate y córtele la cabeza la cual por traerla al dicho general recibí muchas heridas...de
las cuales llegue a punto de la muerte y la cabeza di al general en sus manos digan lo que
saben e vieren para el juramento...” (Martínez C. Mario F.1987. Los Últimos Días de
Lempira).

Cualquiera que haya sido la muerte de Lempira, a traición o cuerpo a cuerpo, ambas son de
carácter violento. La conquista espiritual y económica la abordaremos dentro del mismo
contexto de su desarrollo.

Características

En relación al carácter violento de la conquista podemos citar algunos hechos: el asesinato


de Cristóbal de Olid en manos de Gil González Dávila. Bernal Díaz del Castillo, cronista
español en su obra Historia verdadera de la conquista de la Nueva España lo describe
así:”…estando cenando a una mesa y habiendo alzado los manteles…Francisco de las
Casas y el Gil González de Ávila cada uno tenía escondido un cuchillo de escribanía muy
agudos como navajas, porque ningunas armas se las dejaban traer; y estando platicando
con el Cristóbal de Olid de las conquistas de México y ventura de Cortes, y muy descuidado
el Cristóbal de Olid, el Francisco de las Casas le hecho mano de las barbas y le dio por la
garganta con el cuchillo y juntamente con él, el Gil González de Ávila le dieron tantas heridas
que no se pudo valer…se fue a esconder entre unos matorrales, luego se supo donde estaba
y le prendieron y se hizo proceso contra él, y por sentencia entrambos a dos capitanes
dieron, le degollaron en la plaza de Naco;…”.

Otro ejemplo de violencia en este caso hacia la población nativa, es el asesinato de Lempira,
a quien se había considerado como mito o leyenda por su muerte a traición, pero la
documentación encontrada en el Archivo General de Indias y transcrita por el Dr. Mario
Felipe Martínez Castillo, nos remiten a otra apreciación de carácter documental, similar a lo
que ha pasado con el origen del nombre de Honduras, aquí también encontramos una
versión de la historia tradicional y una versión de la historia documentada.

De la versión documentada, el siguiente fragmento de la Probanza de Meritos, del español


que se enfrenta a Lempira cuerpo a cuerpo nos lo relata así: “...yo el dicho Rodrigo Ruiz
como celoso del servicio de su majestad poniendo en gran peligro mi persona... Procure
entrar en el dicho escuadrón de los enemigos con mi espada y rodela y fui a la parte y lugar
donde estaba animando a su gente el dicho capitán llamado ELEMPIRA... Y peleando con
el le mate y córtele la cabeza la cual por traerla al dicho general recibí muchas heridas...de
las cuales llegue a punto de la muerte y la cabeza di al general en sus manos digan lo que
saben e vieren para el juramento...” (Martínez C. Mario F.1987. Los Últimos Días de
Lempira).

Cualquiera que haya sido la muerte de Lempira, a traición o cuerpo a cuerpo, ambas son de
carácter violento. La conquista espiritual y económica la abordaremos dentro del mismo
contexto de su desarrollo.
Fundaciones y colonización de Honduras
1524-1578.

Nos limitaremos a proporcionarles un cuadro sobre las fundaciones, fundador y año de


fundación como información de apoyo a la comprensión de este proceso de apropiación
del territorio de parte de los primeros conquistadores. Más nos interesa interpretar los
ideales plasmados en las fundaciones, las condiciones de exigencia según las ordenanzas,
los trazados arquitectónicos según el propósito político, económico o de seguridad que se
buscaba en la primera y segunda etapa de apropiación del territorio.

Cuadro de las Fundaciones coloniales en Honduras

Fundación Fundador Año Ubicación actual


No

1 San Gil de Buena Vista Gil González 1524 Hoy situada en la entrada a la Bahía
Dávila de Amatique en Guatemala

2 Puerto de Caballos Gil González 1524 Hoy Puerto Cortes


Dávila

3 Triunfo de la Cruz Cristóbal de Olid 1524 Cerca de Tela

4 Trujillo Francisco de las 1525 Actual


Casas

5 Villa de Natividad Hernán Cortes 1525 Por Puerto Cortes

6 Villa de la Frontera de Bartolomé de 1526 Valle de Agalta


Cáceres Celada

7 Villa de Buena Esperanza Andrés de 1534 Valle de Naco


Cereceda

8 Villa de Xerez de la Cristóbal de la 1534 Actual Choluteca


Frontera de la Choluteca Cueva

9 San Pedro Sula Pedro de 1536 Actual


Alvarado

10 Gracias a Dios Gonzalo de 1537 Primero en San Juan de Opoa,


Alvarado después donde se encuentra hoy

11 Villa de Santa Maria de Alonso de 1537 Actual Comayagua


Comayagua Cáceres

12 San Jorge de Olancho Alonso de 1540 Santa María del Real/Punuare


Cáceres
Fundación Fundador Año Ubicación actual
No

14 Nueva Salamanca No hay datos 1541 Posiblemente hoy Salamá

15 Real de Minas de No hay datos 1578 Actual Tegucigalpa


Tegucigalpa

Fuente: Sagastume, Alejandro S. (2003) Tres ensayos sobre el periodo colonial de


Honduras. Editorial universitaria, Tegucigalpa, Honduras.

Fundaciones
En cuanto a los ideales plasmados en la fundaciones podemos asegurar que en la

construcción de pueblos y ciudades en la América española y en Honduras en particular,

prevalecieron dos concepciones: la primera consideraba los asentamientos prehispánicos

como base del trazo y ocupación del espacio; la segunda considerando estrategias de

pacificación, poblamiento y explotación minera los consideraba lugares que no

presentaban antecedentes formales de ocupación territorial. No obstante, el fenómeno

urbano hispanoamericano presenta otra razón fundacional: el establecimiento de

asentamientos para la producción agrícola. Así surge la Villa de San Pedro de Puerto

Caballos, Gracias a Dios (hoy Gracias, Lempira), Santa María de la Nueva Valladolid de

Comayagua, la Villa de Jerez de la Choluteca o el Real de Minas de San Miguel de

Tegucigalpa. Si bien estos lugares se enmarcan dentro de ese patrón de asentamiento,

también presentan algunas particularidades que van más allá del propio nombre.

El encuentro entre españoles e indígenas generó uno de los fenómenos de urbanización y


reordenamiento territorial más impactantes de la historia. El conquistador vivió en su
encuentro con el “Nuevo Mundo” diversas experiencias, entre ellas, tuvo la oportunidad de
conocer algunos de los principales asentamientos indígenas como los cacicazgos Lencas
de Camasca o los asentamientos tribales de los Tolupanes en el Valle de Sula.

Ideales en las fundaciones coloniales.

Más que hablar de fechas, fundadores y sitios, nos interesa explicar los ideales
contemplados en las fundaciones coloniales en Honduras y que es válido para cualquier
fundación española en América. Después del momento arrollador y sin apenas
consideraciones de los primeros años de la conquista, el indio y el español entran en escena
y van a determinar más que el espacio y el territorio, la regulación de las fundaciones, es
decir, ¿cómo regular las fundaciones?, ¿dónde iniciar las construcciones?, ¿cómo y
qué construir?, ¿cómo poblar?, ¿cómo gobernar? Así encontramos tres ideales básicos en
las fundaciones: la noción griega de polis (comunidad agrourbana), el concepto romano de
municipio y la idea agustiniana de ciudad de Dios.

La fundación según estos ideales, debe estar determinada por y desde la Plaza Mayor. Esto
significa que son las relaciones sociales las que han de darle vida a la fundación, a esto se
le llama Noción Griega de Ciudad; en un costado de la plaza debe de seleccionarse el
espacio dónde se construirá el Cabildo, o sea, el Concepto Romano de Municipio y frente a
la Plaza Mayor o de Armas que se le conoció, se debe edificar la Iglesia, a esto se le
denomina Concepto Agustiniano de Ciudad de Dios. Estos ideales los podemos observar en
los diversos pueblos y ciudades que mantienen rasgos coloniales en su trazado urbanístico.

Fundaciones

La siguiente cita textual del documento que hace relación al Testimonio de la fundación de
la Villa de la Frontera de Cáceres, en la Provincia de Honduras y de la posesión que de ella
se tomó, a nombre de Su Majestad Bartolomé de Celada en el año de 1526, nos demuestra
los planteamientos relacionados con los ideales en las fundaciones coloniales, de esta
fundación desconocemos hoy su ubicación exacta.

Dice “En Escamilpa, pueblo de indios, provincia de Huylancho, que es en ésta Nueva
España, a doce días del mes de Mayo, año del nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo
de mil é quinientos é veinte é seis años, en presencia de mi Francisco Cepero, escribano de
Sus Majestades…, é mirais é veais todas las partes é sitios pertenecientes para pueblos de
españoles, mirando todas las cosas necesarias, especialmente que esté vistoso, airoso, y
el sitio del para seca y mojado, donde en saliendo el sol reverbere é las aguas corrientes é
claras… se pueda edificar casas de piedra, la qual intitulareis del nombre de la villa de la
Frontera de Cáceres, é asi fundado y hedificado nombrareis para oficiales del a los
susodichos alcalde y regidores é los demás que os pareciere, mandando poner en partes
convenientes forca é picota para que goce de mero imperio como villa de Su Majestad, é
mandareis, juntos en vuestro cabildo segund costumbre de estos reynos e señorios, hacer
la traza conforme al estadal de Sevilla, señalando en ella primeramente solares para iglesia
é para plaza é para hospital é para el señor Gobernador é para mi é para cárcel é casa de
cabildo é algunos para propios Della”.

Trazados arquitectónicos en las fundaciones

La cita sobre la fundación de la Villa de la Frontera de Cáceres que señalamos


anteriormente, también hace referencia a que deben tomarse en cuenta aspectos físico-
geográficos y poblacionales, de tal forma de considerar a la naturaleza como un todo y como
un medio indispensable en esa futura Villa, Real o Ciudad, que se desarrollará bajo normas
de ordenamiento, en el cual los materiales en las construcciones, la elevación de las casas,
la ubicación de los corredores, la anchura de las calles, la extensión de los aleros de las
casas, estarían condicionados por las ordenanzas contempladas en la Legislación Indiana.

A partir de estos criterios, en Honduras podemos identificar diversos estilos arquitectónicos


en las fundaciones coloniales, entre ellos: los trazados de plano en parrilla, conocidos
también como trazados en damero, trazados de planta minera, reducciones indígenas que
podían ser de la real corona, de cacique o religiosas.

Los trazados renacentistas casi siempre reunían cuatro elementos geográficos como:
topografía plana, ríos caudalosos, montañas alrededor y población indígena. Ejemplos
clásicos en Honduras son: la ciudad de Gracias a Dios (hoy Gracias, Lempira), Comayagua
es la ciudad típica de trazado en damero, Tegucigalpa en su inicio y lo que hoy es gran parte
del casco histórico recientemente rescatado, y Choluteca. Hay más ejemplos, pero los más
significativos son los mencionados.

Trazados arquitectónicos

Los pueblos de trazado de planta minera son aquellas fundaciones en donde su topografía
es irregular, pero que en su subsuelo se encontró gran potencial económico en metales.
Ejemplos de estos trazados son: Santa Lucia, Cedros, San Antonio de Oriente, El Corpus,
Yuscarán, Opoteca, pueblos donde en la actualidad algunas compañías mineras han
querido reinsertarlos a ese pasado de explotación de sus recursos y que sus pobladores
han manifestado resistencia, planteando estas comunidades, que lo que debe desarrollarse
son proyectos de turismo natural y cultural con visión sostenible para sus pobladores.

Las reducciones indígenas, básicamente son todos aquellos núcleos de población en los
que se debían reasentarse los indios, separados de las villas o ciudades donde vivían los
españoles. Desde los inicios de la presencia española en Honduras, la Corona se había
preocupado por la constitución de pueblos indígenas, ordenaba que éstos vivieran en los
pueblos de los españoles y que a través del adoctrinamiento por parte de los
Encomenderos, así como de la asistencia a la iglesia los días festivos para oír misa y los
oficios divinos y de ver cómo los españoles lo hacían, más pronto aprenderían de la religión
católica.

Sin embargo, los abusos de los encomenderos y, sobre todo, el carácter "evangelizador" del
Estado castellano, que fundaba sus derechos sobre las tierras y personas de las Indias en
el encargo papal de evangelizar a los indígenas, les hizo organizar los esfuerzos necesarios
para facilitar el trabajo de los misioneros Mercedarios y Franciscanos, para lo que era
imprescindible la concentración de los indígenas en pueblos y ciudades al estilo castellano.
Esas reducciones poblacionales es lo que hoy conocemos como: Gualsince, Piraera,
Curaren, Liure, Oropolí, etc.

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