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¿TODA PERSONA QUE SABE ESCRIBIR ES CAPAZ DE TOMAR APUNTES?

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Tradicionalmente el concepto de escribir se ha entendido como la habilidad para


plasmar grafías. En este sentido todas las personas que pasan por la escuela son
capaces de ello, sin embargo, el hecho de escribir no necesariamente les remite a
tener dicha competencia, ya que el escribir es un proceso complejo que involucra
un conjunto de microhabilidades que tendrán que ser desarrolladas por el
estudiante.

  


Tomar apuntes no es transcribir. Es un proceso que traduce el lenguaje oral al


lenguaje escrito, lo cual no es sencillo, porque no se trata de una traducción literal
sino de un proceso de reconstrucción en donde el estudiante debe decodificar el
contenido oral del docente para posteriormente codificarlo de forma escrita.

 
  



La escritura es vista ahora como un proceso complejo que conlleva el desarrollo


de habilidades psicomotrices, convencionales, afectivas y conceptuales. Estas
habilidades semanifiestan en el momento de tomar apuntes. Pero, ¿por qué los
estudiantes no les gusta tomar apuntes o sus apuntes los realizan como si fuera
una transcripción de lo que el docente escribe en el pizarrón a lo que el alumno
registra en su cuaderno. En este sentido, el proceso de la escritura se simplifica y,
aunque se emplean las habilidades psicomotrices y convencionales, se minimizan
las habilidades afectivas y conceptuales. Describiremos en esta parte cada una
de las habilidades mencionadas.

a) Habilidades psicomotrices: Surgen cuando el estudiante toma contacto con


los instrumentos de la escritura, los cuales le permitirán ensayar la forma
correcta de la grafía hasta tener coordinación cerebro-mano, mano-
cerebropara dominar la convencionalidad de la letra que será la base para
la construcción de los primeros formas lingüísticas.
b) Habilidades afectivas: Son aquellas que despiertan sentimientos agradables
que estimulan la escritura misma.
c) Habilidades convencionales: Se refieren a la aplicación de las reglas
gramaticales que le dan una estructura conforme a la norma lingüística.
d) Habilidades conceptuales: Ocurre cuando el mundo de los objetos
encuentra una representación lingüística y lógica, además que una misma
palabra tiene diferentes acepciones según el contexto en que se usa.

De acuerdo con lo anterior, el escribir implica el poder conjuntar toda una serie
de requisitos y microhabilidades que le dan forma y sentido a lo que se escribe.
Por lo que el tomar apuntes requiere la capacidad de no sólo trasladar
mecánicamente signos lingüísticos sino que también la interpretación que se les
da a los mismos. Esto es un proceso de construcción que exige al estudiante
poner en juego todo el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes en torno
a la escritura.

Una vez descripto lo que fundamenta el proceso de la escritura es conveniente


hablar sobre el contexto en el cual se da esta práctica social de la lengua,
abordada desde el aula. El estudiante cree que el hecho de trasladar palabras de
forma mecánica cumple con la función de tomar apuntes, pero esta creencia o
esta práctica tiene su antecedente en un proceso de enseñanza en el cual ésta
forma incompleta o equivocada de utilizar la lengua escrita es compartida también
por el docente y por el propio sistema de enseñanza.

Lo anterior dificulta el desempeño del estudiante en los niveles superiores


que le exigen grados superiores de conceptualización de la lengua escrita. La
falta de lectura en la escuela como en la familia no permiten un desarrollo de la
expresión escrita. La lectura como el hecho de escuchar modelos de expresión
oral ricos gramatical y semánticamente proporcionan las estructuras necesarias
que permiten la elaboración de mensajes gramatical y semánticamente correctos.
Proponemos, desde esta perspectiva,Ú  
Ú la idea de tomar
apuntes, pasar de un dictado a una construcción personal del contenido de la
clase; pasar de un transcribir lo que está en el pizarrón a la elaboración a partir de
conceptos personales las ideas desarrolladas por el docente. Para ello es
necesario cambiar los esquemas que se tienen sobre la escritura y que
tradicionalmente han regido la formación del estudiante escritor en el aula.

Para lograr lo anterior, no hay más opciones que arrojarse al vacío de la


hoja en blanco, no necesariamente partiendo de la nada, sino de una propuesta
didáctica que motive a la escritura. Propuesta que el docente habrá no solamente
elaborado sino vivido en su experiencia como docente escritor.

Es importante perder el miedo a escribir por temor al error. Al contrario,


debe de aprovecharse esta oportunidad didáctica para regresar una y varias veces
a lo que se escribe, para revisar, corregir y elaborar la versión final de un texto.
Esto nos lleva a ver la escritura como un conjunto de textos borradores que se van
perfeccionando con la comparación de las versiones preliminares hasta llegar a
una versión definitiva. Esto implica dos acciones colaterales que son
fundamentales: el uso sistemático del diccionario y la apreciación externa de otro
lector que revise el escrito y le otorgue nuevas perspectivas de mejoramiento.

Finalmente, la cuestión de tomar apuntes y de otras prácticas de escritura,


con menor o mayor grado de complejidad, se traduce a una cuestión personal y
cultural. La cuestión de privilegiar la expresión oral con respecto a la expresión
escrita, entendida hasta cierto punto porque es una consecuencia del desarrollo
natural en que se adquiere el lenguaje, primero en su forma oral y enseguida en
su forma escrita. El ámbito escolar deber ser el espacio para desarrollar la
competencia de la escritura, como un proceso de creación personal y social que
permita el desarrollo integral de la persona, como es el caso de la toma de
apuntes.

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