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Asesoramiento Psicológico
Concepto............................................................................................................................3
Intervención en el Duelo...................................................................................................6
Estrategias de Afrontamiento..........................................................................................10
Recursos..........................................................................................................................16
Bibliografía......................................................................................................................18
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Concepto
Según Bayés, el duelo es una reacción universal ante la pérdida común a todas las
culturas que produce sufrimiento y puede afectar negativamente a la salud de la persona
que lo experimenta.
El proceso de duelo es una experiencia muy negativa que provoca una importante
reacción emocional. Las personas están psicológicamente preparadas para hacer frente a
esta situación, pero en ciertas ocasiones, cuando se dan situaciones de elevada tensión
se produce un desequilibrio que conduce a una situación de crisis, pudiendo ser ésta de
dos tipos: crisis circunstancial, cuando la pérdida se produce de forma brusca e
inesperada, y crisis vital, cuando los recursos personales, para afrontar las situaciones
cotidianas de la vida, se encuentran debilitados ocasionando periodos de crisis (Nomen,
2008).
Las sensaciones físicas de diversa índole como molestias gástricas (pérdida del
apetito y peso), dificultades para tragar o articular, opresión precordial,
hipersensibilidad al ruido, despersonalización, sensación de falta de aire, debilidad
muscular, pérdida de energía, sequedad de boca, y trastornos del sueño (siendo
frecuentes los sueños sobre la persona fallecida y el insomnio).
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Son frecuentes también los sentimientos de tristeza, rabia (incluye rabia contra sí
mismo e ideas de suicidio), irritabilidad, culpa y auto-reproches, ansiedad, sentimientos
de soledad, cansancio, indefensión, shock, anhelo, alivio, y/o anestesia emocional,
también puede aparecer el miedo a la propia muerte.
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Intervención en el Duelo
El tratamiento del duelo puede realizarse tanto de forma individual, como grupal o
familiar. La primera permite tratar problemas individuales de la persona que de manera
grupal no podría producirse, además, puede preparar a la persona para un próximo
tratamiento grupal. La segunda, facilita un lugar de encuentro que ofrece apoyo social y
permite compartir experiencias y sentirse identificado con los compañeros. Del mismo
modo, la intervención familiar permite utilizar estos mismos recursos mejorando la
cohesión y la efectividad del apoyo.
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Factores que influyen en los procesos de duelo
Otro factor esencial son variables de personalidad como la edad y el sexo. Los
hombres tienden hacia conductas adictivas como el consumo de alcohol, en cambio las
mujeres tienden a la expresión de sentimientos y la búsqueda de apoyos externos.
Depende también de la forma en que se maneja la ansiedad y se afrontan las situaciones
estresantes. Las personas con alto nivel de dependencia con baja autoestima con
tendencia a la vinculación insegura o ansiosa, con relaciones ambivalentes y con
trastornos psicopatológicos o de personalidad previos, tendrán mayores dificultades a la
hora de elaborar el proceso de duelo.
1. Negación
En primer lugar, la muerte puede dejar a los familiares con la sensación de que la
pérdida no es real, una sensación de irrealidad que puede durar mucho tiempo. Son
frecuentes las imágenes recurrentes del fallecido, el hablar como si la persona viviera,
etc. La persona no se aflige por la pérdida e incluso a veces se vanagloria de su
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autocontrol, como si rehusara sentir dolor por el fallecimiento de un ser querido (duelo
reprimido).
Puede ser que el duelo se aplace de forma que al cabo de cierto tiempo, con motivo
de una pérdida diferente e incluso menos importante, la muerte de un animal de
compañía por ejemplo, reaccione con manifestaciones de aflicción bastante exageradas,
que están motivadas realmente por la primera pérdida (duelo aplazado).
“En realidad es como si no hubiera pasado nada, sigue entre nosotros como antes. Su habitación
está igual que siempre. Seguimos poniendo los domingos su comida favorita. Hablamos con él a
cualquier hora, con la misma fluidez que antes”…
2. Rencor
Entendido como el intento mantenido de consolidar al otro (al fallecido) como único
responsable de la deteriorada relación. La muerte provoca sensación de impotencia en
los familiares. Esta impotencia va unida a intensos sentimientos de rabia y no es extraño
que la familia quiera descargarlos contra alguien, acusando y exigiendo
responsabilidades a instituciones y autoridades. Este supuesto, va a ser el más
dificultoso a la hora de abordarlo.
“Justo castigo a su maldad. El que la hace la paga. A todo cerdo le llega su San Martín. Toda su
vida fue un egoísta. Me hizo la vida imposible pero el que se va a fastidiar ahora es él”…
3. Duelo crónico
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“Desde que ocurrió no ha vuelto a salir de casa. No quiere saber nada de nadie. Me paso el día
llorando. Tengo todo el día un pellizco en el estómago que no me deja de vivir. Es como si me
acompañara (o persiguiera) a todas partes”…
En este supuesto va a ser mucho más sencillo conectar al paciente con los
sentimientos de culpa. Ésta ocupa ya un primer plano convirtiéndose en emergente. Se
exacerban los sentimientos de culpa, unidos a que la muerte puede provocar a los
familiares muchos remordimientos por cosas que no se dijeron o por cosas que
aplazaron hacer con el fallecido. Es más, los anteriores comentarios suelen venir
acompañados de otros como:
“No le di todo lo que pude. Si hubiera sabido desde el principio que era una enfermedad, lo hubiera
tratado de otro modo. Me he dado cuenta de su generosidad y de mi egoísmo. No me dio tiempo a decirle
todo lo que en verdad sentía o pensaba de él”...
4. Idealización
5. Identificación
“Ya tenemos un mediador en el cielo. En el fondo es lo mejor que nos podía pasar. Como era una
santa parece que desde entonces nuestra casa está santificada. Mi marido está feliz, se pasa todo el día
llevándole flores y dice que desde entonces su vida tiene sentido”...
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7. Racionalización
“Es ley de vida. La muerte en realidad no es algo real. Tenemos que salir adelante como si no
hubiese pasado nada. Es absurdo malgastar el tiempo en auto compadecerse. La vida continúa. Llorar
no sirve para nada. No podemos quedarnos anclados en el pasado”…
8. Indiferencia
“En realidad no me ha afectado ni para bien ni para mal. Está como ausente, parece que le da
lo mismo. Que es bueno que es malo, nunca se sabe”…
Estrategias de Afrontamiento
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pérdida, abordando los antecedentes históricos, personales y familiares de estas
estrategias, pudiendo establecer así un modelo más adaptativo del duelo.
Las relaciones sociales de las personas en duelo se ven afectadas por las
respuestas que éstas hayan dado frente a la pérdida o por el cambio de prioridades que
desarrollan tras la misma. En muchas ocasiones, estas personas se sienten rechazados o
abandonados por conocidos, amigos o familiares, de los que esperaban una actitud
diferente, especialmente más atenta y que sean capaces de sobrellevar los posibles
arrebatos de ira, rabia o tristeza que el paciente pueda experimentar.
Por ello, es necesario que el doliente entienda que cada persona, al igual que
él/ella mismo/a, tiene unas estrategias concretas. Es importante sobre todo aconsejarle
de que no tome decisiones precipitadas en los primeros momentos del duelo y que
posteriormente decida con quién quiere seguir manteniendo relación.
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Técnicas del Terapeuta
Durante las sesiones, el terapeuta puede hacer uso de una serie de técnicas con
las que trabajar con el paciente que ha sufrido la pérdida. Los objetivos de estas técnicas
que a continuación se describirán, son los siguientes:
-Encaminar hacia una nueva elaboración que sea compatible con la realidad
actual de la pérdida.
1. Escucha analógica: Escucha activa por parte del psicólogo de lo que la persona
transmite. Se intenta a través de la escucha el reelaborar el contenido hacia
indicadores de expresión concretos. Esto se conseguirá mediante el diálogo del
terapeuta con la persona donde le preguntará acerca de los pensamientos,
sentimientos y actuaciones que ha llevado a cabo la persona en el momento de la
pérdida o después (Nomen, 2007).
2. Guía para el diario terapéutico: Describir las vivencias a partir de una serie de
criterios terapéuticos. El procedimiento se basa en la comunicación de aspectos
que traumatizan o preocupan en exceso a la persona. Por ello expresar de forma
oral (grabación) o escrita (diarios) puede ser una forma de hacer que el paciente
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reconozca y elabore aspectos inconscientes, preconscientes y/o conscientes.
(Neimeyer, 2002; citado en Nomen 2007).
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7. Técnicas de la silla vacía: Trata de resolver los temas pendientes con la persona
que ha muerto. El procedimiento se basaría en situar dos sillas, una frente a la
otra y se le propone que inicie un diálogo con aquella persona que ha perdido.
En la etapa de activación la persona deberá hacer un ejercicio de esa persona y
trasladarle lo que ocurrió en su ausencia. Luego, se inicia la transmisión de
sentimientos elaborados y no resueltos, de todos aquellos aspectos que quedan
pendientes, intentando compensar o entender esta pérdida (Greenberg, Rice y
Elliott, 1993; Herrero y Botella, 2002; citado en Nomen, 2007).
Recursos
Recursos literarios:
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Recursos audiovisuales:
Recursos web:
Respecto a los recursos de internet, existen páginas web específicas que tratan
sobre este proceso de pérdida como:
• http://www.vivirlaperdida.com/biblioteca.htm
• http://www.duelo.org/
• http://guiadelduelo.com/
Recursos sociales:
En último lugar se encuentran las asociaciones de ayuda a las que pueden ir los
sujetos para pasar de una manera más adaptada la pérdida. Existen diversas asociaciones
específicas para diversos tipos de duelo. Para padres que pierden a su hijo están las
asociaciones Renacer: grupo de Ayuda Mutua (http://www.renacer-barcelona.com) y la
Asociación Krisálida de apoyo al duelo (http://krisalida.com/comunidad/). Amad:
Asociación de Ayuda Mutua ante el Duelo (http://www.amad.es) y Psicolausen:
Asociación psicoterapéutica (http://www.asociacionpsikolausen.blogspot.com/) hacen
terapias de ayuda y reuniones de grupo, la segunda de ellas también posee asistencia
psicológica individual y familiar. Para finalizar, se encuentran Alaia (http://www.Alaia-
duelo.Com/) que cuenta con actividades y cursos de relajación, meditación… y Bidegin:
Servicio de apoyo al duelo y enfermedad grave y avanzada
(http://www.bideginduelo.org) que ofrece programas asistenciales, comunitarios y
sociales, así como yoga, charlas, actividades…
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Bibliografía
Fernández Liria, A., & Rodríguez Vega, B. (2002). Intervenciones sobre problemas
relacionados con el duelo para profesionales de Atención Primaria: El proceso
del duelo. Medifam, 12(3), 100-107.
Gil-Juliá, B., Bellver, A., & Ballester, R. (2008). Duelo: Evaluación, diagnóstico y
tratamiento. Psicooncología, 103-116.
Ortego, M. C., & Alconero, A. R. (2001). El duelo. Enfermería Científica, 46-51, 236-
237.
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