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TEMA 6

EL DEBER DE CONTABILIDAD
1. ASPECTOS GENERALES. EL DEBER DE LLEVANZA

La contabilidad tiene una doble función que justifica su obligatoriedad. En primer lugar, permite al
empresario organizar su propia actividad. En segundo lugar, y más importante aún, protege los intereses
públicos y de terceros, ajenos al empresario, que existen en relación a la actividad empresarial (por ejemplo,
intereses tributarios). Es, por tanto, un mecanismo de información sobre la situación patrimonial y financiera
de la empresa.

El deber de llevanza de contabilidad aparece recogido en el artículo 25.1 del Código de comercio, que dice:

“Todo empresario deberá llevar una contabilidad ordenada, adecuada a la actividad de su Empresa que
permita un seguimiento cronológico de todas sus operaciones, así como la elaboración periódica de balances
e inventarios. Llevará necesariamente, sin perjuicio de lo establecido en las leyes o disposiciones especiales,
un libro de Inventarios y Cuentas anuales y otro Diario”

Así, la llevanza debe llevarse a cabo de manera ordenada, es decir, siguiendo un orden cronológico, y
adecuada a la actividad de la empresa, atendiendo a su dimensión y actividad (así, las reglas varían según se
trate de pequeñas o grandes empresas, además de preverse para las microempresas un sistema específico
de contabilidad abreviada)

En cuanto a los sujetos obligados a llevar contabilidad, la regla es la siguiente:

-Todo empresario tiene deber de llevar contabilidad, lo cual incluye tanto un deber de llevanza, como un
deber de conservación de los libros contables, incumbiendo tanto a los empresarios individuales, como a las
sociedades, en las que el encargado de llevarla a cabo será normalmente el administrador de la sociedad.

Esa llevanza puede realizarse directamente por el encargado, o a través de personas autorizadas (por
ejemplo, a través de un asesor). Sin embargo, se presumirá que quien ha realizado la contabilidad estaba
autorizado a hacerlo, salvo prueba en contrario. Además, aun cuando la contabilidad se lleve a cabo por
personal autorizado, la responsabilidad siempre corresponderá al empresario.

Esto último lo establece el artículo 25.2 CCom: “La contabilidad será llevada directamente por los
empresarios o por otras personas debidamente autorizadas, sin perjuicio de la responsabilidad de aquéllos.
Se presumirá concedida la autorización, salvo prueba en contrario”.

En cuanto a la responsabilidad por incumplimiento del deber de contabilidad, el CCom no incluye ningún
precepto en el asunto, aunque otras normas sí que establecen consecuencias de no llevar contabilidad. Por
ejemplo, el CP habla de un delito contable cuando se falsean las cuentas anuales. Así, en los supuestos en
que el empresario esté en concurso por insolvencia y exponga una información falsa, pueden recaer sobre él
graves sanciones.

A este respecto existe la llamada contabilidad creativa, basada en utilizar determinadas lagunas en materia
contable para presentar una imagen de la empresa que no se corresponde con la situación real, pero sin
infringir las normas técnicas. Hay expertos contables que se dedican precisamente a esas labores, dando una
imagen distorsionada de la empresa. Es por ello que hay que tener en cuenta que la información contable no
es fiable al 100%.
2. CLASES Y CARÁCTER DE LOS LIBROS DE CONTABILIDAD

Los libros de contabilidad pueden ser obligatorios o voluntarios. Así, el CCom establece que unos son
obligatorios para todo empresario, y otros que lo son solo para las sociedades mercantiles.

 Todo empresario deberá llevar los siguientes libros

o Libro de inventario y cuentas anuales, como establece el artículo 28.1 CCom: “El libro de
Inventarios y Cuentas anuales se abrirá con el balance inicial detallado de la empresa. Al
menos trimestralmente se transcribirán con sumas y saldos los balances de comprobación. Se
transcribirán también el inventario de cierre del ejercicio y las cuentas anuales”

o Libro diario, como establece el apartado 2 del anterior artículo: “El Libro Diario registrará
día a día todas las operaciones relativas a la actividad de la empresa. Será válida, sin
embargo, la anotación conjunta de los totales de las operaciones por períodos no superiores
al trimestre, a condición de que su detalle aparezca en otros libros o registros concordantes,
de acuerdo con la naturaleza de la actividad de que trate”.

 Además, las sociedades mercantiles deberán llevar un libro de actas (art.26 CCom), en el que
constarán, al menos, todos los acuerdos tomados por las juntas generales y especiales a los demás
órganos colegiados de la sociedad, con expresión de los datos relativos a la convocatoria y a la
constitución del órgano, un resumen de los asuntos debatidos, las intervenciones de las que se haya
solicitado constancia, los acuerdos adoptados y los resultados de las votaciones.

 Por otro lado, la Ley de Sociedades de Capital (LSC) exige:

a) A las Sociedades Anónimas y a las Comanditarias, un libro registro de acciones nominativas (Art.
116 LSC)
b) A las Sociedades de Responsabilidad Limitada, un libro registro de socios (art. 104 LSC)
c) A las unipersonales, un libro registro de operaciones con el socio único (art. 16 LSC).

3. REQUISITOS FORMALES DE LA LLEVANZA DE CONTABILIDAD

El Código de Comercio exige unos requisitos intrínsecos y otros extrínsecos.

o Intrínsecos

Aparecen en el artículo 29.1 CCom, que establece que “Todos los libros y documentos contables deben ser
llevados, cualquiera que sea el procedimiento utilizado, con claridad, por orden de fechas, sin espacios en
blanco, interpolaciones, tachaduras ni raspaduras. Deberán salvarse a continuación, inmediatamente que
se adviertan, los errores u omisiones padecidos en las anotaciones contables. No podrán utilizarse
abreviaturas o símbolos cuyo significado no sea preciso con arreglo a la ley, el reglamento o la práctica
mercantil de general aplicación”

Es cierto que algunos de estos requisitos están anticuados debido a que actualmente todo está
informatizado.
o Extrínsecos (Art.27 CCom)

a) Formación de los libros de contabilidad: puede hacerse a priori, es decir, antes de empezar a hacer las
anotaciones contables, o, como es más habitual, a posteriori, haciendo las anotaciones sobre hojas que
después son encuadernadas correlativamente para formar los libros obligatorios

b) Legalización de los libros: cuando se trate de libros en blanco o formados a priori, deberán llevarse al RM
del lugar de su domicilio para que, antes de su utilización, se ponga en el primer folio de cada diligencia de
los que tuviera el libro, y en todas las hojas de éste, el sello del Registro. En caso de libros anotados o
formados a posteriori, deberán legalizarse antes de que transcurran cuatro meses desde la fecha de cierre
del ejercicio.

4. EL DEBER DE CONSERVACIÓN DE LOS LIBROS CONTABLES

El deber de conservación de los libros contables aparece recogido en el artículo 30 CCom, que dice:

“Los empresarios conservarán los libros, correspondencia, documentación y justificantes concernientes a su


negocio, debidamente ordenados, durante seis años, a partir del último asiento realizado en los libros, salvo
lo que se establezca por disposiciones generales o especiales.

El cese del empresario en el ejercicio de sus actividades no le exime del deber a que se refiere el párrafo
anterior y si hubiese fallecido recaerá sobre sus herederos. En caso de disolución de sociedades, serán sus
liquidadores los obligados a cumplir lo prevenido en dicho párrafo”.

-El ámbito objetivo de este deber lo conforman los libros de contabilidad, los justificantes y demás
documentación o correspondencia concernientes al negocio del empresario.

-Asimismo, el deber de conservación tiene un ámbito temporal de seis años a partir del último asiento
realizado en los libros, salvo lo que se establezca por disposiciones generales o especiales. En el caso de
justificantes, el plazo empieza a computar desde el último asiento realizado en el libro en el que se anotó la
operación de la que es justificante el documento en cuestión.

5. ASPECTOS MATERIALES DEL DEBER DE CONTABILIDAD: LAS CUENTAS ANUALES

a) Obligación de redacción de las cuentas anuales

Esta obligación incumbe a todo empresario conforme establece el artículo 34 CCom. Las cuentas deberán
ser firmadas por determinadas personas, que responderán de su veracidad, según el artículo 37 CCom:

1. Por el propio empresario, si se trata de persona física.

2. Por todos los socios ilimitadamente responsables por las deudas sociales.

3. Por todos los administradores de las sociedades.

Además, de la firma, suelen ir acompañadas de un informe de gestión, que no forma parte de las cuentas.

Así, las cuentas anuales se componen de los elementos que menciona el propio artículo 34.1 CCom: “Al
cierre del ejercicio, el empresario deberá formular las cuentas anuales de su empresa, que comprenderán el
balance, la cuenta de pérdidas y ganancias, un estado que refleje los cambios en el patrimonio neto del
ejercicio, un estado de flujos de efectivo y la memoria. Estos documentos forman una unidad. El estado de
flujos de efectivo no será obligatorio cuando así lo establezca una disposición legal”.
Por tanto, tenemos:

-El balance, en el que figuran de forma separada el activo, el pasivo y el patrimonio neto de la empresa
(Art.35.1 CCom)

El activo comprenderá con la debida separación el activo fijo o no corriente y el activo circulante o
corriente. La adscripción de los elementos patrimoniales del activo se realizará en función de su afectación.
El activo circulante o corriente comprenderá los elementos del patrimonio que se espera vender, consumir o
realizar en el transcurso del ciclo normal de explotación, así como, con carácter general, aquellas partidas
cuyo vencimiento, enajenación o realización, se espera que se produzca en un plazo máximo de un año
contado a partir de la fecha de cierre del ejercicio. Los demás elementos del activo deben clasificarse como
fijos o no corrientes.

En el pasivo se diferenciarán con la debida separación el pasivo no corriente y el pasivo circulante o


corriente. El pasivo circulante o corriente comprenderá, con carácter general, las obligaciones cuyo
vencimiento o extinción se espera que se produzca durante el ciclo normal de explotación, o no exceda el
plazo máximo de un año contado a partir de la fecha de cierre del ejercicio. Los demás elementos del pasivo
deben clasificarse como no corrientes. Figurarán de forma separada las provisiones u obligaciones en las que
exista incertidumbre acerca de su cuantía o vencimiento.

En el patrimonio neto se diferenciarán, al menos, los fondos propios de las restantes partidas que lo
integran.

-La cuenta de pérdidas y ganancias, que recogerá el resultado del ejercicio, separando debidamente los
ingresos y los gastos imputables al mismo, y distinguiendo los resultados de explotación, de los que no lo
sean. Figurarán de forma separada, al menos, el importe de la cifra de negocios, los consumos de
existencias, los gastos de personal, las dotaciones a la amortización, las correcciones valorativas, las
variaciones de valor derivadas de la aplicación del criterio del valor razonable, los ingresos y gastos
financieros, las pérdidas y ganancias originadas en la enajenación de activos fijos y el gasto por impuesto
sobre beneficios. (Art. 35.2 CCom)

-El estado de cambios en el patrimonio neto, que tendrá dos partes. La primera reflejará exclusivamente los
ingresos y gastos generados por la actividad de la empresa durante el ejercicio, distinguiendo entre los
reconocidos en la cuenta de pérdidas y ganancias y los registrados directamente en el patrimonio neto. La
segunda contendrá todos los movimientos habidos en el patrimonio neto, incluidos los procedentes de
transacciones realizadas con los socios o propietarios de la empresa cuando actúen como tales. También se
informará de los ajustes al patrimonio neto debidos a cambios en criterios contables y correcciones de
errores. (Art. 35.3 CCom)

-Un estado de flujos de efectivo, que mostrará los cobros y pagos realizados por la empresa.

-Una memoria, que completará y comentará la información contenida en los documentos anteriores.

De esta forma, mediante las cuentas anuales se debe mostrar una imagen fiel del patrimonio, de la
situación financiera y de los resultados de la empresa. Para ello, se utilizan una serie de principios contables
generalmente aceptados recogidos en el artículo 38 CCom, de importancia en la práctica pero que no
veremos ahora (no entran en el examen).
b) Obligación de depósito de las cuentas anuales y secreto contable

Este deber no incumbe a todo empresario, pues el empresario individual, aunque tiene facultad de realizar
el depósito, no está obligado a ello. En cualquier caso, el depósito en el RM permite dar publicidad a las
cuentas anuales.

La regla general con respecto a esta cuestión es la establecida en el artículo 32.1 CCOM: el secreto contable.
Es decir, la contabilidad de las empresas es secreta, con las excepciones previstas en la ley, las cuales
aparecen en el artículo ya mencionado (apartados 2 y 3 del artículo 32 CCom)

Entre esas excepciones se encuentra el propio deber de depósito de las mismas. Con el depósito, los libros
adquieren un valor probatorio, si bien este valor no es privilegiado o superior, como lo era antes, sino que
los libros tienen ahora valor de documento privado. En esta línea, el TS dice que realmente la contabilidad
no es prueba directa de la existencia de negocios jurídicos, si no que refleja operaciones o hechos del tráfico
que pueden ser indicios de la existencia de un negocio jurídico. Establece el artículo 31 CCom que “El valor
probatorio de los libros de los empresarios y demás documentos contables será apreciado por los Tribunales
conforme a las reglas generales del Derecho”.

Además del depósito, como hemos dicho, el artículo 32 prevé otras dos excepciones: la comunicación y la
exhibición de los libros contables en el seno de un proceso.

o La comunicación o reconocimiento general podrá decretarse, de oficio o a instancia de parte, en los


casos de sucesión universal, suspensión de pagos, quiebras, liquidaciones de sociedades o entidades
mercantiles, expedientes de regulación de empleo y cuando los socios o los representantes legales
de los trabajadores tengan derecho a su examen directo.

o La exhibición de los libros, por su parte, podrá decretarse de oficio o a instancia de parte, cuando la
persona a quien pertenezcan tenga algún interés o responsabilidad en el asunto.

c) La obligación de verificación de cuentas a través de una auditoría

Un auditor es una persona física o jurídica encargada de acreditar la regularidad formal y material de las
cuentas de una empresa, respecto de la cual es totalmente independiente. Los auditores deben ser
profesionales y estar inscritos en el Registro Oficial de Auditores.

La auditoría solo es obligatoria en determinados casos, recogidos en la actual Ley 22/2015, de Auditoría de
Cuentas. Lo veremos más adelante.

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