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¿Qué es y para qué sirve la literatura?

La literatura se refiere al cúmulo de saberes que tiene una persona para escribir y leer de forma
correcta. La combinación entre la gramática, la retórica y la poesía es lo que la hace un género
diferente a la manera ordinaria de hablar y escribir. Es gracias a esto que la RAE aplica como
definición de la misma el hecho que esta puede llegar a ser una vía libre para expresarse a
través del lenguaje, solo que se hace una manera artística, con imaginación y visión.

Literatura y sociedad: ámbito de interés para los estudios de género


PIKARA MAGAZINE

23/04/2013

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Nota: Esta es la sección de libre publicación en la que promovemos la participación de las


lectoras. Publicamos contenidos que nos parecen interesantes aunque no coincidan con
nuestra línea editorial ni con nuestros criterios de edición. Máximo 3 folios.

Nerea Azkona y Angie A. Larenas Álvarez. Antropóloga y Socióloga

Socias de Azkorenas ConsultorAs: Blog: http://www.azkorenas.blogspot.com.es/

Para contestar a esta pregunta partimos de la asunción de que la literatura es un medio de


comunicación, que reproduce y disemina patrones de conducta, identidades, representaciones
y el imaginario de quienes escriben y de la época en la que las obras son escritas. Elementos
que, en su conjunto, pueden provocar un efecto en las/os consumidoras/es y/o pueden apoyar
la reproducción, a nivel social, de los elementos antes mencionados.

Es decir, existe una estrecha interrelación entre literatura y sociedad. La obra literaria
constituye una representación de los elementos ideológicos que priman en la época y en el
contexto social en que es concebida. La ideología se constituye y se reproduce a partir de las
formas en que lo que decimos y creemos se conecta con las estructuras y con las relaciones de
poder en la sociedad en la cual vivimos.

Las referencias últimas en la obra literaria se vinculan a las diversas concepciones sobre la
naturaleza humana y social, a saber: el cuerpo, el poder, las interpretaciones del pasado, las
perspectivas sobre el presente y las proyecciones futuras, que tienen un firme asidero
sociocultural.

Del mismo modo, tal y como plantea Eagleton (1998: 11), en el proceso de apropiación de la
obra literaria “las sociedades rescriben, así sea inconscientemente, todas las obras literarias
que leen. Más aun, leer equivale siempre a rescribir”. Por lo tanto, el consumo de una obra
literaria no es un consumo pasivo, sino una interpretación del contenido de acuerdo a
determinados parámetros también sociales y culturales; a través de lo que nos preocupa o
interesa. De ahí que la literatura puede referirse “tanto a lo que la gente hace con lo escrito
como a lo que lo escrito hace con la gente” (Eagleton, 1998: 8).

Desde esta perspectiva, la literatura tiene una profunda validez como fuente histórica y
sociocultural. Se produce un diálogo entre la escritora o escritor, la obra literaria y la persona
que consume la obra; con el entorno sociocultural como eje transversal. Por ello es
especialmente importante el encaje de la obra en la sociedad en la que ha sido escrita.

La obra literaria es un puente entre la experiencia personal de quien escribe y la reproducción


de las relaciones sociales en las que la escritora o el escritor se han socializado. Elementos
que, en su conjunto, pueden provocar un efecto en las/os consumidoras/es y/o pueden apoyar
la reproducción de su acervo ideológico a nivel social.

La relación entre literatura y sociedad se puede analizar, además, desde una perspectiva de
género y con las herramientas teóricas de las teorías feministas. En este sentido consideramos
que el género no es una categoría universal, sino un concepto derivado que se construye a
partir de nuestra visión del mundo y de las relaciones de poder. Es nuestra interpretación de la
realidad la que define nuestra percepción sobre los significados de las relaciones entre mujeres
y hombres, de los cuerpos en la sociedad, del sentido de la igualdad, de la identidad y la
diversidad. Del mismo modo, el lenguaje y los conceptos que utilizamos para entender el
mundo son constitutivos de realidad, es decir, generan realidad.

Por lo tanto, nuestras apreciaciones sobre el/los género/s no existen independientemente de


nuestras percepciones sobre el mundo. En relación con las desigualdades entre mujeres y
hombres, estas no son simplemente la apreciación correcta de una constelación de fuerzas
materiales, estables e inmutables, sino las construcciones mentales que sobre esas relaciones
generamos. De este modo, el proceso mediante el cual las relaciones de género están
representadas en las obras literarias constituyen un interesante campo de estudio.

En este sentido, las teorías feministas resultan especialmente útiles, porque brindan una visión
crítica sobre los significados relacionados con las construcciones de género, para explicar la
condición particular de las mujeres como grupo social oprimido, y para hacer aportaciones
valiosas en un sentido emancipatorio.

En el fondo, el mensaje desde una perspectiva feminista no se reduce al disfrute de la igualdad


entre mujeres y hombres en lo relativo a posición y poder. De lo que se trata también, y en esto
pretendemos ser enfáticas, es de un cuestionamiento de la posición y del poder. Desde esta
perspectiva y en relación con el análisis de los nexos entre literatura y sociedad desde una
perspectiva de género, nos parece que pueden ser de interés no solo aquellas obras donde se
sospeche una reproducción de los roles que oprimen a las mujeres, sino también aquellas
narrativas donde se sospeche un desafío y/o una crítica a esa opresión.
De este modo, la literatura constituye un área de especial interés cuando se trata de la
reproducción de las relaciones de género o de una mirada crítica a esas relaciones. Sobre todo
teniendo en cuenta la importancia que a nivel de políticas públicas se intenta dar al consumo
cultural literario y el protagonismo que históricamente ha tenido la literatura como medio de
expresión y como objeto de consumo. Es especialmente interesante el estudio de la presencia
y la influencia de las mujeres en la obra literaria, así como en las representaciones que las/os
autoras/es sostienen sobre estas, y en los roles sociales que les adjudican.

En definitiva, lo que proponemos es destacar la relación entre literatura y sociedad como un


área de interés para los estudios de género. Examinar las representaciones sobre las mujeres,
cuáles son los roles que se remarcan, bajo qué condiciones se reproducen y con qué efectos
sobre el conjunto de las obras. Se trata de ampliar, profundizar y mejorar el conocimiento sobre
la relación existente entre la obra literaria y la sociedad, teniendo en cuenta la transversalidad
del enfoque de género.

La finalidad es despertar el interés por un área de estudios específica de la producción cultural,


e incidir sobre el consumo de obras que potencien las relaciones humanas en un sentido
positivo. De manera que podamos aportar en un consumo literario que abogue por la igualdad y
que remarque una visión crítica sobre la reproducción de discriminaciones; en elementos para
su superación y para la sensibilización de la sociedad con respecto a esta realidad.

Referencias bibliográficas
AMORÓS, Cecilia (1994). Crítica de la razón patriarcal. Valencia: Pre-textos.

BARTHES, Roland et al. (1971). Literatura y sociedad. Problemas de metodología en


sociología de la literatura. Barcelona: Martínez Roca.

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