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2021

Índice
Introducción 5
Desarrollo teórico 7
Principales definiciones y conceptos 7
Homicidio 7
Asesinos en masas 10
Asesinos seriales 12
Psicopatías 13
Trastornos psicopatológicos, de la personalidad, trastornos antisocial, parafilias
(Dan IV/V….). 15
Estructuras de la personalidad, tipos y subtipos: Neuróticos (....), Psicóticos (....),
Perverso (...). 17
Características de los asesinos seriales y factores predisponentes 18
Motivación, elección de la víctima, desencadenante del crimen. 19
Fases del ciclo del acto criminal. 20
Perfil psicológico (Freud, Lacan…) y Perfil Criminal (psicología forense y
criminalística) 22
Desequilibrio en la relación parental madre- padre (ausencia, sobre protección,
Violencia etc.). 22
Relación (aspectos transferenciales) sesión asesinada. 22
Caso Pablo Goncálvez (psicópata uruguayo). 22
Evaluación, Diagnóstico y Tratamiento. 22
Síntesis y reflexiones finales, ¿El asesino serial víctima o victimario? 23
Bibliografía 24
Índice de gráficas
Gráfica 1. Clasificación de actos violentos que conllevan a la muerte. 8

Índice de tablas
Tabla 1. Homicidio según la situación. 9
Tabla 2. Homicidios según el tipo de arma. 9
Tabla 3. Fases del ciclo del asesinato en serie. 13
Tabla 4. Criterios de normalidad y anormalidad. 16
Tabla 5. Fases del ciclo del acto criminal. 20
Resumen
(Hasta 250 palabras)
Palabra clave: asesino serial- psicopatía-perfil psicológica y criminal-deseo-
compulsión a la repetición- culpa y castigo.
Introducción
Desde el inicio de los tiempos el ser humano se ha preocupado por entender
el comportamiento y la motivación que ocasiona el registro de ciertas actitudes, las
cuales, son características de cada persona en particular, sin embargo, podrían ser
catalogadas en grandes grupos. Tanto es así, que las actitudes se conforman como
la manera en que un individuo reacciona ante una determinada situación, es decir,
sus conductas o comportamientos, especialmente cuando se presenta algún tipo de
estímulo producido por alguna situación o elemento en particular. De esta forma, las
actitudes que constituyen al comportamiento humano se encuentran detalladas por
tres elementos específicos, estos son: el cognitivo, el emocional y el conductual. El
comportamiento del ser humano se relaciona con las distintas expresiones de tipo
psíquicas, las cuales son: el pensar, el sentir y la voluntad. De esta manera,
mediante el estudio del comportamiento humano se puede notar que, en algunas
ocasiones, las tres actitudes mencionadas anteriormente entran en conflicto, por
ejemplo: se sabe que fumar representa un daño para la salud, sin embargo, las
personas continúan fumando (Gasca, 2016).
Continuando con el análisis del comportamiento humano, es necesario
indicar que, se encuentra conformada por tres elementos, específicamente cuando
se registra un cambio en la conducta, estos son: el origen del cambio, los principales
rasgos del medio bajo el cual se llevó a cabo el cambio; y, las características del
individuo que está sufriendo el cambio. Es así que, las conductas pueden ser
variantes según cada tipo de situación y el contexto bajo el cual se desarrollen, sin
embargo, en esencia, una persona mantiene una conducta básica (Muñoz-Vicente,
2011).
De esta forma, el comportamiento humano será el encargado de determinar
ciertas actitudes, en el presente caso de estudio, el cometer o no un homicidio. Este
tipo de actitudes se caracterizan porque se componen de tres elementos esenciales,
en primer lugar, acabar con una vida humana, en segundo lugar, la existencia de
una causa y un efecto entre la muerte y el hecho generado por el homicidio; y, en
tercer lugar, debe existir una intención legítima de cometer el homicidio, esto era
conocido en latín como animus necandi (Garrido, de las Heras y Pereira, 2015).
El estudio de los homicidios data históricamente desde el análisis del
Derecho Romano, en el cual, se estableció su definición y se catalogaron los
primeros distintos tipos de homicidio, de forma que, pudiesen ser catalogados, y así,
otorgar el castigo justo para cada caso registrado. Desde ese momento, el concepto
de homicidio ha registrado muchos cambios y variaciones, sin embargo, mantiene
su esencia en relación con el hecho de consistir en arrebatarle la vida a otro ser
humano (Otín, 2009).
Teniendo en cuenta la historia del hecho del homicidio, existen muchos
antecedentes de distintos tipos (científicos y literarios), los cuales, se asocian con
asesinos de tipo serial. Uno de los casos es el del aristócrata Gilles de Rais, quien
en el siglo XV se dedicada a secuestrar a niños, posteriormente los ultrajaba y,
finalmente, los asesinaba; también se encuentra la conocida historia de Jack “The
Ripper”, “El Destripador”, este personaje creó una gran alarma y preocupación
social en Londres, específicamente a finales del siglo XIX, debido a que,
secuestraba, ataba y descuartizaba a mujeres relativamente indefensas, prostitutas,
en su mayoría. También, es posible mencionar a Ed Gein, quien padecía psicosis y
fue la inspiración del personaje de Norman Bates en la famosa película “Psycho”;
además, algunos homicidas conocidos son: Albert De Salvo, Ed Kemper, Ted
Bundy, Andrew Cunanan, Richard Chase, Monty Russell, John Gacy, John Joubert y
Henry Lee Lucas, quienes han sido motivadores de la realización de estudios en
profundidad relacionados con la conducta homicida, específicamente con la
conducta serial grave (Negulescu, 2017).
Realizando un estudio más contemporáneo, específicamente en Uruguay, se
encuentra el asesino serial Pablo Goncálvez, quien entre 1991 y 1993 asesinó a tres
mujeres, todas de la misma manera, sofocadas. Goncálvez fue sentenciado a 30
años de prisión, el máximo previsto en la legislación paraguaya. Es importante
destacar que, para inicios del año 1991, Pablo fue acusado por su novia de
secuestro y violación, sin embargo, logró librarse en ese momento, debido a que,
acusó a su novia de robo. En estas breves líneas, se puede notar el comportamiento
general de este asesino en serie, una persona con trastornos psicológicos,
propensa a mentir y desarrollar una defensa sumamente calculada (El País, 2019).
De esta manera, y analizando lo explicado hasta el momento, resulta muy
importante determinar los distintos perfiles y posibles comportamientos de un
asesino serial, de forma que, puedan ser detectados con un mayor nivel de facilidad
y seguridad, para así, evitar posibles situaciones de riesgo en el futuro.
Desarrollo teórico
Principales definiciones y conceptos
Homicidio
Durante la vida de un ser humano puede presentarse pueden presentarse
distintos problemas que generen consecuencias como el homicidio, algunos de los
desencadenantes pueden ser situaciones relacionadas con problemas de seguridad,
confianza y convivencia no resueltos de manera conveniente, fenómeno al que
están sometidas todas las sociedades a nivel mundial; estas situaciones tienen la
capacidad de afectar de manera irreparable a la humanidad (Forero, 2002).
Por ende, el homicidio se plantea desde cierto punto de vista como un
problema de gran importancia social, debido a que, sus causas iniciales se basan en
la ocurrencia de situaciones de índole social, las cuales, desencadenan otro tipo de
consecuencias. De esta forma, es importante destacar lo mencionado por Forero
(2002), quien indica que:
El homicidio, como expresión extrema de la violación del derecho a la vida,
encuentra sus motivaciones o factores desencadenantes en la pugna diaria de
emociones e intereses y la clave de su protección puede estar en la educación
y en velar por el resarcimiento o restauración oportuna de otros derechos que
han sido vulnerados (p. 4).
De esta manera, destaca la importancia que poseen las normas legales como
ente regulador de los distintos comportamientos o actitudes que pueda presentar la
sociedad, es así que, podría ser organizado de la siguiente manera: delitos,
contravenciones y aquellas conductas que no sean penadas, pudiendo ser
catalogadas como irrespetuosas a los derechos de las demás personas; no
obstante, este tipo de situaciones puede escalar de manera muy fácil y sencilla,
hasta registrarse un comportamiento de tipo punible. Teniendo en cuenta lo
expresado anteriormente, justifica la importancia de actuar teniendo en cuenta la
manera en cómo podría afectar a los pares, lo cual, podría considerarse como la
base de la convivencia pacífica (Rodríguez y González, 2014).
El comportamiento de asesinar puede ser explicado desde distintos puntos de
vistas o contextos, y teniendo en cuenta éstos, pueden registrarse múltiples
implicaciones de distintas índoles. Por esto, cuando se hace referencia al término
homicidio, este se relaciona de manera directa con los procesos de crimen y
posterior castigo. Es así que, teniendo en cuenta las perspectivas de distintos
autores, tales como Malinowski (etnografía) (1986), Eric Weil (filosofía política)
(1956) y Ten (ética aplicada) (1960), es posible notar que, todos coinciden en que la
palabra crimen no posee un significado único, y que para llevar a cabo una
representación de ésta, es decir, para definirla, se requiere estar en presencia de un
hecho, por ende, resulta necesario establecer una situación en particular, para de
esta manera, registrar las distintas reacciones que puedan generarse (Gasca,
2016).
Es por ello que, teniendo en cuenta la definición utilizada por la Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) (2013), un homicidio
intencional se cataloga como “la muerte ilegal causada resueltamente a una
persona por otra persona” (p. 16). Teniendo en cuenta la definición mostrada, es
posible entender que comprende tres elementos esenciales, en primer lugar, el
factor objetivo (la muerte de una persona causada por otra); en segundo lugar,
factor subjetivo (la intención del autor de matar o herir de gravedad a la víctima), y
finalmente, el factor legal (el hecho del homicidio intencional es totalmente ilegal, por
ende, el autor del mismo debe ser juzgado según las leyes vigentes).

Actos violentos
que conducen a la
muerte

Asesinatos en Muertes causadas


Violencia
guerra / a uno mismo
interpersonal
conflictos (suicidio)

Homicidio Matar en defensa Intervenciones Homicidio no


intencional propia legales intencional

Muerte en actos
Muerte por dotes No negligente
terroristas

Agresiones graves
que conducen a la Crimen de honor Negligente
muerte

Infanticidio

Gráfica 1. Clasificación de actos violentos que conllevan a la muerte. Fuente:


UNODC, 2013, p. 1.
La gráfica 1 está relacionada con las distintas clasificaciones de violencia que
pueden conllevar a una muerte, esto con la finalidad de conocer la forma en que
pueden relacionarse, su impacto y consecuencias; es importante destacar que, los
distintos tipos de violencia se encuentran muy asociados con el contexto social,
económico y político de la zona donde se estudien, por ende, resulta de mucho
interés contar con este tipo de datos al momento de analizar el perfil criminal de una
determinada persona.
Un aspecto que debe ser tomado en cuenta en relación con los homicidios,
se asocia con las estadísticas, debido a que, todos aquellos asesinatos que
correspondan con la definición previamente señalada, deben ser tomados en cuenta
como un homicidio de tipo intencional, también se incluyen las infracciones que bajo
la tutela de ciertas legislaciones están en la posibilidad de corresponder a distintas
categorías, como por ejemplo: el infanticidio, crímenes de honor, muertes por dotes
o agresiones graves que ocasionan la muerte (UNODC, 2013).
De esta forma, el proceso de homicidios aun cuando sea un crimen, se
encuentra directamente relacionado con el ámbito jurídico. Los aspectos jurídicos,
en términos del Hegel de Eric Well, se conforman como el contrato entre las
diferentes acciones que se reconocen como libres y de medidas determinadas, en la
manera en que se consideran a sí mismos como individuos y que no conocen otra
manera de continuar llevando a cabo su libertad diferente al derecho (Forero, 2002).
Teniendo en cuenta lo anteriormente señalado, es importante clasificar a los
homicidios intencionales según el contexto situacional y el tipo de arma utilizado.

Tabla 1. Homicidio según la situación.


Homicidios según el contexto situacional
Homicidio cometido por la pareja de la víctima o un familiar
Homicidio cometido por la pareja de la víctima
Homicidio relacionado con el robo
Homicidio relacionado con las bandas
Homicidio relacionado con el crimen organizado
Homicidio por causas desconocidas
Fuente: UNODC, 2013, p. 4.

Tabla 2. Homicidios según el tipo de arma.


Homicidios según el arma utilizada
Homicidio cometido con un arma de fuego
Homicidio cometido con un cuchillo u objeto afilado
Homicidio cometido de otra manera
Fuente: UNODC, 2013, p. 4.

Finalmente, es posible notar la gran cantidad de variables que se relacionan


al momento de analizar el hecho de un homicidio, debido a que, influyen aspectos
desde el punto social hasta la perspectiva psicológica de las personas involucradas,
es por esto que, resulta muy importante que sean tomados en cuenta distintos
elementos, de forma que, se obtenga la mayor cantidad de información posible, y
así, establecer una causa real de lo ocurrido.
Asesinos en masas
En relación con los asesinos en masa, es posible citar lo establecido por la
Academia Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en
inglés), quien define que, es el asesinato de cuatro o más víctimas en una sola
ubicación geográfica, es decir, en un solo lugar, también existe la posibilidad de que
se realicen en sitios muy cercanos, pero en un único momento, sin contar con un
periodo en el que se lleve a cabo algún tipo de reflexión o reconocimiento emocional
entre los distintos crímenes. Por ende, generalmente, en este tipo de crímenes los
individuos se suicidan al finalizar la situación (Negulescu, 2017), en otras ocasiones,
generan un contexto para que los policías utilicen la fuerza mortal en su contra.
El momento en que el asesino recupera su “normalidad” psíquica se alcanza
mediante la reflexión emocional, denominada en inglés como “cooling-off period”, el
mismo, puede tardar en ser alcanzado un periodo de días, meses y hasta años. De
igual forma, este periodo de reflexión es sumamente importante, debido a que, el
individuo tiene la capacidad de controlar la manera en que se comporta, y así,
detener las situaciones de tipo criminal, por ende, en caso de no existir, el sujeto se
torna en un peligro aun mayor (Garrido, de las Heras y Pereira, 2015).
Es común que este tipo de asesinos acudan a sitios sumamente concurridos
por personas, como centros comerciales, escuelas, iglesias, entes del gobierno,
entre otros, sin embargo, dicho sitio representará algo para ellos; luego, inicia el
proceso de asesinatos, sin considerar a ninguna persona, solo basta con cruzarse
en su camino, generalmente, todas las personas son tomadas por sorpresa.
También es común que este tipo de individuos se encuentren sumamente armados,
con armas de gran calibre, automáticas, granadas (caseras o de guerra), otro
elemento que suele ser concurrente es que se visten de camuflaje o estilo militar.
Existe un factor sumamente interesante, y es que, aparte de armas de fuego, suelen
utilizar armas blancas y elementos contundentes –haciendo sus asesinatos más
personales-, también han utilizado veneno, de forma que, puedan alcanzar a una
mayor cantidad de personas al mismo tiempo (García, 2012).
Un claro ejemplo de un asesino en masa es aquel hombre solitario, que
presenta un alto nivel de resentimiento, una considerable paranoia y niveles de
depresión sumamente considerables, este tipo de individuos asesina por sentirse
poderosos, controlando el destino de las personas. Lo mencionado anteriormente,
representa algunas de las principales características de un asesino en masa (Knoll y
Meloy, 2014).
Generalmente, este tipo de individuos se encuentran demasiado
preocupados por sentirse perseguidos socialmente, de forma que, quieren tomar
venganza con la sociedad, específicamente contra aquella que lo atormenta o, en
algunos casos, sin distinción alguna. Otro elemento muy interesante es que, no
están en capacidad de aceptar su circunstancia, por ende, tienden a eliminar la
realidad asociada con la venganza que acaban de cometer (Knoll y Meloy, 2014).
Es posible destacar otra definición de los asesinatos en masa, la misma se
relaciona con aquellos delitos en los que una sola persona, en un mismo incidente,
asesina de manera intencional a varias víctimas. De igual manera, es necesario
detallar las definiciones de “un mismo incidente” y de “varias víctimas”, con la
finalidad de complementar la presente definición (Negulescu, 2017).
El término “un mismo incidente”, hace referencia para generar una diferencia
entre el asesinato en masa y el asesinato en serie, en éste último, los asesinatos se
llevan a cabo en distintos acontecimientos, generalmente, en intervalos de tiempo
considerables y separados por grandes espacios geográficos. A diferencia de los
asesinatos en masa, el intervalo de tiempo suele limitarse a un periodo de 24 horas.
Sin embargo, en relación con la distancia, este elemento suele presentar un mayor
nivel de complejidad, debido a que, podría generar un caso donde el individuo
asesine a una parte de sus víctimas en un sitio, para luego, trasladarse a otro lugar
y asesinar a la segunda parte, también, existe la posibilidad de que el asesino
dispare desde un vehículo en movimiento o desde otro tipo de vehículo. Por esto,
factores como el tiempo y la distancia suelen limitar a la definición de “un mismo
incidente” (Sosa, 2010).
Continuando, se tienen a las “varias víctimas”, elemento que se relaciona con
el número de elementos asesinados que se requieren para que se catalogue como
un asesinato en masa, este factor suele ser un tanto arbitrario si se compara con lo
explicado anteriormente, sin embargo, es sumamente importante para caracterizar a
este tipo de crímenes. Es así que, la actividad de asesinato en masa se genera
cuando una sola persona, en un único incidente, suele herir, lesionar o asesinar a
más de cuatro personas. Otro factor característico es que, las personas que son
víctimas tienden a poseer algún tipo de relación con el asesino, puede ser directa o
indirecta, formando parte del entorno cercano o íntimo del mismo. No obstante,
también existen casos donde las víctimas son desconocidas en su totalidad (Knoll y
Meloy, 2014).
En relación con las posibles motivaciones que puedan presentar los asesinos
en masa, generalmente actúan por venganza, odio, fidelidad o avaricia, por lo que,
casi siempre tienen sus motivos sumamente claros. Es por esto que, en la mayoría
de las ocasiones, las víctimas suelen ser elegidas de manera individual, debido a lo
que hacen o a lo que representan, especialmente cuando conforman grupos
particulares. Sin embargo, existe la excepción a la regla, cuando las víctimas son
elegidas de manera aleatoria (Gasca, 2016).
Otro factor que debe tomarse en cuenta es que, mientras más claro se tenga
la finalidad de la venganza, es mayor la probabilidad de que el ataque sea planeado
con mayor exactitud y detalle, contando un nivel metódico impresionante. Por ende,
sería posible determinar que, estas situaciones no se relacionan con episodios
súbitos y fortuitos de violencia, caracterizando a la violencia de los asesinos en
masa como una actividad planificada, instrumentada, detallada y sin ningún tipo de
sentimiento (Knoll y Meloy, 2014).
Asesinos seriales
Los asesinos en serie son sujetos que tienden –generalmente- a ser
personas muy solitarias y retraídas, para brindar una definición detallada, es
importante mencionar lo explicado por Sosa (2010), quien señala que, “El asesino
en serie(AS) se define por la existencia de tres o más asesinatos en lugares y
periodos temporales diferentes, con lapsos de tiempo de enfriamiento entre cada
homicidio, el cual puede ser días, semanas, meses o años” (p. 2). De igual manera,
en muchas ocasiones los asesinos seriales cometen suicidio antes de ser
atrapados, razón por la cual, su estado mental o posibles razones pasan a poseer
cierto nivel de especulación.
De esta manera, para poder determinar que una sola persona ha ejecutado
más de un homicidio, los mismos deberían estar relacionados entre sí mediante
métodos psiquiátricos o de comportamiento. Entre los métodos de tipo psiquiátrico
se encuentran los siguientes: pruebas de ADN y las huellas dactilares, no obstante,
en muchas situaciones este tipo de pruebas no pueden ser recuperadas, por ende,
es necesario acudir a los procedimientos conductuales llevados a cabo por el sujeto,
no obstante, este tipo de comportamientos podrían ser parecidos entre distintos
agresores. Con la finalidad de determinar las diferencias, se requiere diferencia el
tipo de conducta que cada agresor presenta, para así, poder clasificarlos según el
tipo de homicida (Sosa, 2010).

Tabla 3. Fases del ciclo del asesinato en serie.


FASE CONDUCTA
Aura Disminuye contacto con la realidad
Rodaje Seguimiento de la víctima
Galanteo Atracción de la víctima
Captura Caída en la trampa
Totem/Asesinato Alto contenido emocional
Depresivo Postmortem
Fuente: Sosa, 2010, p. 4.

De esta manera, es posible entender que, el ciclo del asesinato en serie se


encuentra conformado por distintas variables que, representan diferentes niveles de
complejidad. Sin embargo, es muy posible que el agresor no se dé cuenta que se
encuentra atravesando por una de éstas (Villar, 2016).
Psicopatías
La psicopatía se relaciona con un conjunto de signos y síntomas de tipo
psicopatológicos relacionados entre sí (Rodríguez y González, 2014). No obstante,
dicha definición no se encuentra registrada en las clasificaciones internacionales de
los trastornos mentales. Sin embargo, es posible definir la psicopatía como “un
trastorno de la estructura de personalidad fruto de una conformación anómala de
rasgos temperamentales y caracteriales que puede expresarse con desajustes
comportamentales diversos” (Muñoz-Vicente, 2011, p. 58).
De esta manera, puede entenderse que, la principal diferencia técnica que se
registra actualmente se relaciona con las diferentes características clínicas que
definen a la psicopatía. No obstante, hay consensos en considerar que se asocia
con los rasgos personales básicos, los cuales, generalmente caracterizan al
mencionado trastorno, pero, es necesario destacar que, aun no hay acuerdo al
momento de darle valor a la importancia que poseen los comportamientos
antisociales en el diagnóstico de éste (Rodríguez y González, 2014). Es así que,
para ciertos autores, el comportamiento no se conforma como un criterio que pueda
definir al trastorno, sino que, es el resultado de éste; por otro lado, autores opinan
que continúan siendo características esenciales del mismo. Es posible notar que,
dicha disputa es sumamente comprensible, debido a que, son las conductas no
funcionales hacia el sistema social los elementos que generaron el inicio de los
estudios de dichos fenómenos psicopatológicos (Lupón, Torrents y Quevedo, 2011).
Continuando con el estudio de las psicopatologías, es importante mencionar
las principales disfunciones que éstas representan sobre distintos elementos de la
personalidad y, por ende, del comportamiento:
En primer lugar, se encuentran las disfunciones en el área cognitiva, factor
conformado principalmente por los procesos de socialización, los elementos
afectados son los siguientes: visión egocéntrica del mundo, sensación exagerada de
autovalía, presentan un punto de vista muy hostil y amenazante del medio donde se
desarrollan (Rodríguez y González, 2014).
En segundo lugar, se tienen a las disfunciones del área afectiva, relacionada
con los elementos hereditarios de la personalidad, además, se asocia con las
distintas respuestas emocionales que un individuo pueda generar. Entre los factores
que pueden ser afectados se tienen: manejo de la ira no adecuada, presentando
episodios de ira exagerados o viscerales; también desarrollan una ira instrumental,
ausencia de empatía hacia otros seres vivos y personas, ausencia de remordimiento
o reflexión por la conducta presentada (Rodríguez y González, 2014).
Continuando, es posible mencionar a las disfunciones interpersonales,
caracterizadas por el establecimiento de relaciones donde impera el control y
dominio sobre los demás, así como, relaciones basadas en la depredación
(Rodríguez y González, 2014).
Finalmente, están las disfunciones en el estilo de vida, principalmente
caracterizado por ser individuos sumamente desorganizados, por ende, se pueden
ver afectados los siguientes aspectos: son personas muy impulsivas, poseen una
alta necesidad de estimulación y tienden a aburrirse con mucha facilidad, además,
son personas muy irresponsables, con tendencia a no cumplir con compromisos
adquiridos (Rodríguez y González, 2014).
Continuando con el análisis de la psicopatología, es importante mencionar
que, las enfermedades mentales han sido relacionadas de manera tradicional con
actitudes de delincuencia, debido a que, se registran ciertos comportamientos que
tienen la capacidad de ser asociados con problemas de tipo mental. Sin embargo,
es necesario mencionar lo afirmado por Garrido y López (2006), quienes indican
“que alguien desafíe los principios esenciales que regulan nuestra vida social, no es
una prueba o una razón suficiente para pensar que sean locos, enfermos o
degenerados” (p. 21).
De esta forma, el establecimiento de la personalidad catalogada como
psicopática presenta una alta posibilidad de traspasar las normativas y leyes
sociales, por ende, podría entrar en discordancia con la justicia; con respecto a esto,
Hare (2003), señala que, “el psicópata tiene tres veces más de probabilidades de
reincidencia delictiva y el doble de probabilidad de riesgo de criminalidad violenta”
(p. 13). Sin embargo, antes de estudiar las actitudes violentas del psicópata, es
necesario destacar ciertos aspectos, tales como: “no todos los delincuentes son
psicópatas, no todos los psicópatas caen en la delincuencia, no todos los psicópatas
son criminales violentos” (Otín, 2009, p. 26).
Trastornos psicopatológicos de la personalidad, trastorno antisocial y parafilias (Dan
IV/V.).
La personalidad puede ser descrita como la organización relativamente
estable del carácter individual, del temperamento, la inteligencia y del físico hacia
una determinada respuesta, específicamente en relación con la manera en que se
adapta el ambiente donde se desarrolla (Eysenk, 1994). De igual manera, Eysenk
realiza distinciones entre los conceptos relacionados con lo duradero y lo estable,
“como carácter (asociado a lo volitivo), temperamento (asociado a lo emocional),
intelecto (asociado a la inteligencia y lo cognitivo) y físico (asociado a la
configuración corporal e investidura neuro-endócrina)” (p. 19). Además, sería
importante tener en cuenta conceptos asociados con la inteligencia emocional,
inteligencias múltiples, entre otras.
Una de las complicaciones más importantes que deben ser tomadas en cuenta
al momento de tratar a personas con trastornos de personalidad, se relaciona con
que la mayoría de estos son egosintónicos, es decir, generalmente acuden a una
consulta por problemas que no asocian a la situación que realmente les está
afectando, en general, ansiedad y depresión; también suelen relacionarlos con
situaciones de tipo personales, generadas por contextos de terceros y no de éstos
mismos. En relación con esta situación, es posible citar lo explicado por Villar
(2016), quien señala lo siguiente:
…el caso de un paciente con personalidad obsesivo compulsiva que se lavaba
35 veces por día sus manos, pero que consultó por un problema de pareja:
“vengo por problemas de pareja. Tengo problemas con mi mujer y me dice que
si no cambio o empiezo una psicoterapia, nos separamos…”. En este caso el
paciente hace una atribución interpersonal, aduciendo un problema de pareja
sin articular su motivo de consulta con su personalidad obsesivo-compulsiva
(p. 3).
De esta forma, es posible notar que, el proceso de clasificación, diagnóstico,
valoración y estudios de tipo epidemiológicos de los trastornos de personalidad se
conforman de distintos elementos, los cuales, poseen niveles de complejidad y
profundidad sumamente variables.
Es así que, existen ciertos criterios para determinar la normalidad o no, desde
un punto de vista cuali y cuantitativo, los cuales, se muestran en la siguiente tabla.

Tabla 4. Criterios de normalidad y anormalidad.

A partir de la
distribución
estadística normal
Estadísticos
de la población, cuanto más alejado esté el
valor de la variable individual respecto de la
media poblacional, más anormal se
considerará su comportamiento.
Mediante el uso de sistemas clasificatorios
se delimitan conjuntos de síntomas que se
identifican con trastornos o cuadros
Clínicos patológicos, de modo que la presencia de
un nº determinado de síntomas se toma
como indicador de la existencia o no
existencia de psicopatología
La expresión de alteraciones o disfunciones
Biológicos en la estructura o la función del cerebro se
traducen en un trastorno psicopatológico.
El contexto sociocultural, el sistema de
valores y las creencias marcan las normas
de la sociedad, y se considera que la
anormalidad es una desviación exacerbada
Sociales de dichas normas (p.e. generalmente, el
consumo de sustancias alucinógenas se
considera no normativo, mientras que en
algunas tribus indígenas puede ser una
práctica normativa).
En desórdenes moderados cuya
observación objetiva es difícil, el sujeto
Subjetivos
puede sentir malestar, sufrir internamente, o
sentir la necesidad de pedir ayuda.
Fuente: Lupón, Torrents y Quevedo, 2011, p.p. 2-3.

De esta forma, es necesario que, para generar una valoración lo más


acertada posible un trastorno de la personalidad, se analicen distintos elementos
como los mostrados en la tabla 4, con la finalidad de, contar con la mayor cantidad
de información posible.
Estructuras de la personalidad, tipos y subtipos
En la quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos
Mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés), el trastorno de la personalidad es
definido como:
…un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se
aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, siendo un
fenómeno generalizado y poco flexible, y que tiene su inicio en la adolescencia
o edad adulta temprana, siendo estable en el tiempo y dando lugar a malestar
o deterioro clínicamente significativo (p. 23).

En el DSM-5 se registran 10 trastornos de personalidad, aunados a una


categoría denominada como “No especificado”; la cual, sirve para incluir a aquellas
situaciones donde no se cumplen con los criterios necesarios para diagnosticar un
trastorno de personalidad determinado, sin embargo, son casos que padecen de
alteraciones considerables. Además, brinda la oportunidad de incluir dos trastornos
adicionales, el depresivo y el pasivo-agresivo también conocido como negativista,
sus tipologías pueden ser estudiadas en un apéndice incluido en dicho manual, en
el cual, se recolectaron las propuestas realizadas para llevar a cabo estudios a
futuro. También es importante destacar que se eliminaron otros trastornos
registrados en el DSM III-R (1987), uno de estos fue el de la personalidad sádica o
masoquista, no obstante, no ha sido aclarado el motivo por el cual fue suprimido. A
continuación, se presentan los 10 trastornos registrados actualmente, estos fueron
agrupados en tres grupos generales:
Grupo A): los raros o excéntricos. Agrupa al Paranoide, Esquizoide y
Esquizotípico. Presentan gravedad y persistencia de los síntomas, por un lado,
y por otro en la pauta generalizada de déficits sociales y relacionales, ámbito
donde las personas con estos TP presentan sus mayores problemas. Grupo
B): los dramáticos, emocionales o erráticos. Agrupa al Antisocial, Límite,
Histriónico y Narcisista. Se caracterizan por la inestabilidad emocional extrema
y las dificultades para controlar los impulsos. Grupo C): los ansiosos y
temerosos. Agrupa a los trastornos por Evitación, Dependencia y Obsesivo-
Compulsivo, que tiene en común presentar un monto de ansiedad o miedo
exagerados motivados por el miedo a perder el control (de uno mismo, de
otros significativos o de las situaciones, etc.) (p. 19).
Características de los asesinos seriales y factores predisponentes
Los homicidios se conforman como la sexta causa de muertes a nivel mundial
(Sosa, 2010), por ende, su estudio y análisis resulta de mucha importancia, de
forma que, puedan determinarse sus principales aspectos y características.
Los estudios destinados a establecer una relación entre los trastornos
mentales y los homicidios no han sido totalmente concluyentes, por lo que, existen
investigaciones que sustentan el registro de trastornos psicóticos, mientras que,
pocas se basan en la presencia de otros tipos de trastornos psicóticos aparte de la
psicosis (Fazel y Grann, 2004).
De esta manera, es necesario tomar en cuenta lo descrito por Sosa (2010),
quien explica lo siguiente:
Los actos de agresividad impulsiva intermitente o episódica son característicos
del Trastorno explosivo intermitente, el cual tiene una prevalencia en la
población de 7.3%. Se ha reportado que cerca de un cuarto de todos los
hombres y aproximadamente una media de esa cifra representa a las mujeres
que cometen actos de agresividad física después de los 18 años.
Una investigación llevada a cabo por Fazel y Grann (2004), específicamente
en Suecia, analizaron aquellos crímenes –homicidios- ejecutados en un lapso de
tiempo de 14 años, se lograron registrar 2005 homicidios, aproximadamente el 90%
de los involucrados poseían algún tipo de trastorno mental, de estos, 47% estaban
relacionados con el uso de sustancias ilegales, mientras que, el 54% presentó algún
trastorno asociad con la personalidad. De igual forma, se calcula que en Estados
Unidos existen alrededor de 150 asesinos en serie, no obstante, la cifra real se
estima en 350, de los cuales, el 89% son hombres y el restante son mujeres, con
edades comprendidas entre 25 y 35 años, en su gran mayoría de raza blanca
(90%). El promedio de homicidios de cada asesino es de 8 a 14 víctimas, durante un
periodo de 4 a 8 años. Los asesinos que corresponden con la categoría de asesinos
seriales poseen un móvil geográfico, es decir, aproximadamente el 50% comete sus
crímenes de manera local, estos tienden a realizar actividades de tortura y
mutilación como un proceso que forma parte del asesinato, además, se registra un
50% de ocurrencia de motivos sexuales. Las mujeres que han sido analizadas
presentan como principal motivación la sensación de ganancia personal, sus
crímenes son cometidos en sitios determinados en un 60%, y, el método de
asesinato más común es el envenenamiento (60%). Otra característica importante
es que, los hombres asesinan a extraños, por el contrario, las mujeres matan a sus
parejas o personas conocidas. Una quinta parte de las féminas llevan a cabo sus
actos homicidas en recintos hospitalarios u hogares de cuidado mientras realizan
sus labores profesionales. También, cuando las mujeres ejecutan un asesinato de
tipo sexual, en la mayoría de los casos lo realizan en complicidad con un hombre.
Finalmente, el 35% de los asesinos en serie poseen un cómplice (Scott, 2009).
En Honduras, un estudio llevado a cabo por Ramírez y Reyes (2007),
específicamente en privados de libertad, determinó que los reclusos varones
ejecutaron algún tipo de delito en contra de la vida (45%). De igual manera, éstos
demostraron ser cuatro veces más agresivos que las mujeres, sin tener en cuenta
su edad y presentaron una frecuencia de agresividad del 44,1%, de impulsividad de
43,3% y de trastorno disocial del 39,7%. En comparación con los sujetos de control,
los recluidos presentaron una agresividad superior, específicamente, 8 veces más
agresivos. Las mujeres registraron un nivel de impulsividad 6 veces mayor que los
hombres privados de libertad.
Teniendo en cuenta lo anteriormente explicado, es necesario destacar que
existen ciertos factores predisponentes para que un ser humano se convierta en un
asesino serial, entre estos se tienen los siguientes: problemas familiares,
condiciones de vida inadecuadas, trastornos mentales adquiridos o heredados,
problemas psicosociales, entre otros (Sosa, 2010). Por ende, resulta muy importante
que este tipo de situaciones sean manejadas de la manera más adecuada, con la
finalidad de evitar o disminuir considerablemente la ocurrencia de este tipo de
eventos.
Motivación, elección de la víctima y desencadenante del crimen.
Considerar que un asesino serial siempre elegirá a sus víctimas teniendo en
cuenta un modelo o estándar podría ser catalogado como un mito. Es necesario
destacar que, podría existir un tipo de víctima ideal, específicamente para aquellos
asesinos seriales de tipo psicópatas, no obstante, en la práctica la situación es muy
diferente, debido a que, solo en casos puntuales las víctimas concuerdan con el
perfil ideado por el homicida (Velasco, 2018).
En la mayoría de las oportunidades, los impulsos de este tipo de individuos,
generados por sus imaginarios y necesidades creadas en la psiquis del sujeto,
ocasiona que no puedan esperar hasta que encuentren su víctima ideal, por ende,
eligen a una víctima de “oportunidad” o a una persona vulnerable. Lo anteriormente
mencionado no quiere decir que los asesinos seriales no posean un criterio
claramente definido al momento de seleccionar a sus víctimas, sino que, en muchas
ocasiones la prioridad es matar, quedando relegada en segundo lugar el tipo de
víctima (Velasco, 2018).
Existen tres fases que deben cumplirse al momento que un asesino busque a
su víctima, sin embargo, resulta difícil que se concreten todas al mismo tiempo,
estas son: la víctima debe coincidir con su fantasía, el sitio debe ser el más idóneo
y, que el asesino tenga la capacidad de capturarla con facilidad, sin ser visto, debido
a que, generalmente brindan mayor importancia al hecho de no ser atrapados. Por
esto, el agresor seleccionará a sus víctimas considerando su accesibilidad, nivel de
vulnerabilidad y localización (Turvey, 2016).
Para seleccionar a sus víctimas, influyen los siguientes factores:
disponibilidad de la víctima, lugar donde pueda ser encontrada, vulnerabilidad, tipo
de relación que existe o podría existir, simbolismo del acto y la fantasía (Velasco,
2018).
El desencadenamiento del crimen dependerá de una serie de factores,
principalmente de aquellos asociados con el lugar, tipo de fantasía y situación en la
que se desarrollen los hechos, recordando siempre que, los asesinos seriales
brindan especial importancia a su seguridad, y al hecho de no ser capturados
(Turvey, 2016).
Fases del ciclo del acto criminal
Con la finalidad de presentar un resumen del ciclo del acto criminal, se
desarrolló la siguiente tabla:
Tabla 5. Fases del ciclo del acto criminal.
Fase Principales características
El potencial asesino crea un mundo propio, generalmente lleno de
sexo, violencia y fantasías. Tienen la capacidad de crear una
Aurea realidad paralela, ellos son los dueños y poseen el control total de
la misma. Generalmente son personas que externamente lucen
normales.
Dependiendo del tipo de fantasía, el asesino visitará los lugares
Pesca
donde pueda encontrar a su tipo de víctima ideal.
En esta fase se pueden dar dos situaciones, la primera es que el
asesino ataque sorpresivamente. Mientras que, la segunda se
relaciona con el proceso en el cual el asesino conoce y ofrece la
Seducción
sensación de confianza a su víctima, para esto, se valen de su
aspecto físico, personalidad cálida, habilidades para mentir, entre
otras.
Es la fase en la que ocurre el secuestro. Es una de las etapas que
Captura más disfruta el asesino en serie, debido a que siente placer al ver
a sus víctimas indefensas.
En esta etapa se consuma el acto que dio inicio al proceso
descrito, se caracteriza por ser el momento en que el asesino llega
Asesinato al clímax, debido a que, puede ver su fantasía realizada. Esta fase
es muy variante, debido a que, dependerá de los gustos y
métodos de cada individuo.
A través del asesinato es posible que este tipo de personas se
sientan muy poderosas, aunque sea por un breve momento. Esta
fase se caracteriza porque los asesinos desean recordar el “buen
Fetichista trabajo” que hicieron, para esto, generalmente toman una
pertenencia de la víctima, graban algún video o sacan fotografías.
De esta manera, al observar cada objeto y recordar el asesinato,
sienten cierto grado de placer.
Depresiva Ocurre luego de llevado a cabo el asesinato, en ocasiones es tan
intensa que genera pensamientos suicidas, esto como
consecuencia de no alcanzar la satisfacción necesaria con el
crimen que cometió. No obstante, lo más común es que los
homicidas superen dicha etapa, renovando sus deseos de matar
para continuar satisfaciendo sus fantasías.
Fuente: Velasco, 2015.
Como se mencionó anteriormente, luego de realizar un asesinato los
asesinos en serie se sienten aliviados, sin embargo, esta sensación dura poco
tiempo, por esto, se sienten motivados a planear y ejecutar un nuevo homicidio, con
la finalidad de cumplir sus fantasías, agregando nuevos elementos o situaciones
que le permitirán sentirse más poderosos. Es necesario destacar que, la víctima en
sí no les parece importante, debido a que es un medio para alcanzar su satisfacción.
Finalmente, terminan por idealizar esa “realidad”, por lo que nunca se sentirán
satisfechos o conformes (Vaca y Dzib, 2012).
Perfil psicológico (Freud, Lacan…) y Perfil Criminal (psicología forense y
criminalística)

Desequilibrio en la relación parental madre- padre (ausencia, sobre protección,


Violencia etc.)

Relación (aspectos transferenciales) sesión asesinada

Caso Pablo Goncálvez

Evaluación, diagnóstico y tratamiento 

Síntesis y reflexiones finales, ¿El asesino serial víctima o victimario?

Perfil psicológico (Freud, Lacan…) y Perfil Criminal (psicología forense y


criminalística)

Antes de describir el perfil psicológico y criminal se debe enfocar sobre la


personalidad:

Personalidad: conjunto de rasgos psicológicos que define todo el universo de


sentimientos, cogniciones y comportamientos; que configuran la manera habitual en
que el individuo se relaciona consigo mismo y con los demás.

La personalidad se termina de configurar en la adolescencia, en este sentido


el límite es muy importante; la puesta de límites es imprescindible ya que todo ser
humano necesita límites; los límites son estructurantes, en cuanto a la conformación
de la personalidad, A su vez los rasgos de la personalidad son tendencias de
respuestas estables a lo largo del tiempo, y consistentes en distintas situaciones a lo
largo de la vida (son flexibles y no son estáticas). El individuo se comporta de esa
manera (rasgo). Los trastornos de la personalidad son rasgos inflexibles, des-
adaptativos, que generan un malestar subjetivo y provocan deterioro en diferentes
áreas del sujeto.
Estructura de la Personalidad

Se distinguen tres tipos: neurótica, psicótica y perversa.

En la estructura de la personalidad neurótica se distingues tres subtipos:


puede ser histérica, obsesiva o fóbica. En este tipo de estructura predomina la
angustia y ansiedad. Cuando se habla de la estructura de la personalidad psicótica,
la principal característica es el desapego con la realidad que es compartida. Existen
tres tipos: paranoia, esquizofrenia, parafrenia. En la estructura perversa de la
personalidad, también llamada psicopatía se dan ciertas características: son
narcisistas, el goce está depositado en el horror del otro. Hay una cosificación de
ese otro.

La persona no tiene desapego con la realidad, es la estructura de la


personalidad en donde hay ausencia de humanidad. Según Kraepelin (1909) la
estructura de la personalidad psicopática se ve en la falta de elementos morales.
Son sujetos destructivos que carecen de una relatividad emocional profunda, tienen
poca capacidad de comprensión y afecto. No todos los psicópatas son criminales, y
no todos los criminales son psicópatas. Los asesinos en serie llevan a cabo sus
fantasías con cierto carácter de rito, lejos de sentir alivio luego de llevar a cabo sus
actos, termina odiando aún más. Las fantasías se acentúan cada vez más, esto es
lo que lleva a que el individuo busque repetir todo el ciclo de asesinar para
satisfacer sus deseos. Son crímenes de índole secuencial.

Hay distintos tipos de reacciones antisociales:

 Fuga. El individuo siente la necesidad de irse de su hogar, a veces es una


reacción a un conflicto y otras veces huyen sin tener explicación explícita
para ello.
 Suicidio e intentos de suicidio. Es una reacción frente a una situación de
angustia. La persona no ve otra salida y pasa al acto en un movimiento
autodestructivo, generalmente habiendo una planificación previa.
 Anomalías en el comportamiento. Son actos impulsivos que a veces
constituyen ciertos delitos. También se pueden dar anomalías en la
sexualidad como ser el masoquismo, sadismo, voyerismo, etc.
 Robo. Puede tratarse de robo violento, puede deberse a una compulsión
(cleptomanía), estafa, fraude.
 Piromanía. Consiste en incendios provocados a propósito.
 Homicidio. Es una reacción antisocial, a veces matan estando en estado de
confusión; en las psicosis alucinatorias crónicas matan obedeciendo a las
voces que escuchan, más allá de lo impulsivo. Hay homicidios inmotivados,
como se da en ocasiones en el esquizofrénico. Existen crímenes sádicos,
torturas, destripadores, donde se visualiza una monstruosidad patológica,
cometidos por psicópatas perversos.

Cuarto Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la


Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-IV, 1994) utiliza los siguientes criterios
para el trastorno antisocial de la personalidad:

A) Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se


presenta desde la edad de 15 años, como lo indican 3 o más de los siguientes
ítems:
1. Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al
comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que
son motivo de detención.
2. Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a
otros para obtener un beneficio personal o por placer.
3. Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro.
4. Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones.
5. Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás.
6. Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un
trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas.
7. Falta de remordimiento, como lo indica la indiferencia o la justificación del
haber dañado, maltratado o robado a otros.
B) El sujeto tiene al menos 18 años.
C) Existen pruebas de un trastorno de conducta que comienza antes de los 15 años.
D) El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una
esquizofrenia 15 o un episodio maniaco.

Factores ambientales que los psicólogos dicen, pueden crear a un psicópata:


Los estudios muestran que 60% de los psicópatas han perdido a uno de los padres.
Aprende a odiar la autoridad y a manipular a la madre.

Teoría psicoanalítica de Freud sobre personalidad.

Con respecto a los autores citados Cervone & Lawrence, (2009). Quienes
consultan al gran psicoanalista Freud este propone dos modelos conceptuales de
la mente que se complementan uno al otro. Niveles de consciencia y el concepto del
inconsciente. De acuerdo con la teoría psicoanalítica Freud propuso tres niveles de
consciencia Cervone & Lawrence (2009):

1. Nivel consciente: incluye los pensamientos de los que una persona está
consciente en todo momento (Cervone & Lawrence, 2009).
2. Nivel preconsciente: tiene contenido mental del cual una persona fácilmente
podría hacerse consciente, si le pusiera atención (Cervone & Lawrence,
2009).
3. Nivel inconsciente: son partes de la mente de las que no es posible
percatarse y no se puede ser consciente de ellas excepto bajo circunstancias
especiales; de acuerdo con Freud esto se debe porque provocan ansiedad
Cervone & Lawrence, (2009). Ello, Yo y súper yo. En 1923, Freud presenta
un segundo modelo Wicks-Nelson, Ozores, Israel & Miño, (2008):

 El Ello: presente desde el momento del nacimiento, es la estructura más


antigua, fuente de toda energía psíquica; este ello opera a nivel del
inconsciente buscando la gratificación inmediata e incondicional Wicks-
Nelson et al., (2008).
 El Superyo: se desarrolla cuando el yo inmaduro no es capaz de enfrentarse
a todos los conflictos; el superyó establece normas ideales de
comportamiento, convirtiéndose en la consciencia o parte autocrítica del
individuo Wicks-Nelson et al., (2008).
 Yo: es fundamentalmente consciente, y su tarea principal consiste en mediar
entre las necesidades del instinto y el mundo exterior; el yo maduro empleará
sus funciones cognitivas y de toma de decisiones para experimentar la
realidad Wicks-Nelson et al., (2008).

Según Freud, S (1920) desarrolló una teoría sobre el aparato psíquico. Ello,
Yo y Superyó son conceptos de la teoría psicoanalítica, con la que intentó explicar el
funcionamiento del aparato psíquico. Según Freud el aparato psíquico está dividido
en tres instancias, Ello, Yo y Superyó, que comparten funciones y no se encuentran
separadas físicamente. El Ello es inconsciente, son las expresiones psíquicas de los
deseos, se rige por el principio de placer. El Ello es la parte instintiva del ser
humano. El Yo es el encargado de obtener el mayor placer posible, pero respetando
los límites de la realidad, mantiene la cordura en la personalidad, surgiría a los dos
años de vida aproximadamente, media entre el Ello y el Superyó, se rige por el
principio de realidad, utiliza mecanismos de defensa para aplacar pulsiones del Ello.

El Superyó es una instancia moral, son los valores morales y culturales, no


está presente desde el principio de la vida del sujeto, aparecería surgiría como
resultado de la internalización de la figura paterna alrededor del quinto año de vida,
como consecuencia de la socialización. Esta instancia surgiría como resultado de la
internalización de la figura paterna en la disolución del complejo de Edipo. Estos tres
componentes de la conformación psíquica de la personalidad, Ello, Yo, y Superyó,
representarían impulsividad, racionalidad y moralidad, respectivamente alrededor
del quinto año de vida, como consecuencia de la socialización.

Es necesario presentar a Freud, S (1920) escribió sobre el deseo simultáneo


de buscar placer a través de los instintos de vida (Eros/libido) versus el deseo de
muerte (Thanatos). En el aparato psíquico del ser humano conviven la pulsión de
vida y la pulsión de muerte. En la mente del asesino serial estarían unidos Eros y
Thanatos, la sexualidad y la violencia, deseo y muerte. Eros-vida, y Thanatos-
muerte (lo arcaico). La pulsión de muerte sería la base de toda la violencia. Pulsión
de muerte y compulsión a la repetición, tiene relación con repetir situaciones de
destrucción, incluso de autodestrucción.

Desequilibrio en la relación parental madre- padre (ausencia, sobre


protección, protección entre otros.

Antes de hablar de familias cuyas relaciones permite comunicarse en forma


clara, son capaces de comunicarse asertivamente para solucionar problemas, son
familias cuyas relaciones e interacciones hacen que su eficacia sea aceptable y
armónica. Para Virginia Satir, la familia funcional, la cual ella llama "nutridora" se
caracteriza por:

 Escucharse unos a los otros, hablando claro.


 Se aceptan las diferencias, los desacuerdos y los errores de cada quien, con
juicio crítico.
 Se acepta la individualidad fructifica.
 Se promueve la madurez.
 Todos se miran cara a cara cuando hablan.
 Hay armonía en las relaciones.
 Se demuestran y manifiestan mucho contacto físico entre unos y otros.
 Se hacen planes juntos y todos disfrutan el compartir juntos.

Sin embargo hay unas que llegan a la desintegración familiar es un problema


en la medida en que una estructura existente se hace disfuncional, no puede
desempeñar eficazmente su finalidad específica, creando consecuentemente un
desequilibrio en sus interrelaciones con las demás estructuras sociales. También se
denomina desintegración familiar a la ausencia parcial, temporal o total de uno de
los progenitores. El concepto de hogar desunido o desintegrado, se aplica a un
número grande de situaciones heterogenias que provocan repercusiones
psicológicas principalmente en los hijos.

Desde el punto de vista psicológico se define como “La distorsión o mal de


los roles asignados, creando una situación inadecuada, una atmósfera de
insatisfacción, angustia, depresión, malestar en general y por tanto, poca
comunicación entre sus miembros” .Existen diversos tipos de desintegración, los
cuales se muestran en los puntos siguientes:

Hogares inestables
Estos casos se caracterizan por las relaciones conflictivas que establecen
sus miembros, dando origen a recelos, temores y fricciones permanentes.
Frecuentemente ese tipo de familias son incapaces de planear y realizar tareas, y
resolver los problemas juntos; expresan conflictos extremos que no tienen la
habilidad de comunicarse con el resto de la familia, lo cual priva al niño de un
ambiente armonioso y estable, brindándole una atmósfera hostil que obstaculizará
su crecimiento psicológico.

En la actualidad resulta más fácil aceptar un divorcio que permanecer en un


matrimonio infeliz, que sólo afectará la autoestima de los esposos y de los hijos. La
mala relación familiar origina un ambiente artificial en el que la unión llega a ser
incompatible y el hogar se deshace progresivamente. El niño o el adolescente
perciben perfectamente esta hostilidad que provoca en él un sentimiento de
inseguridad. Frente a esta situación los padres reaccionan con mecanismos de
huida; en algunos casos buscan una solución a sus problemas fuera del hogar.
Los problemas graves de las relaciones familiares, influyen en la formación del
carácter del niño o del adolescente. “Las discusiones de los padres, no son el
modelo ideal para su identificación. Cuando él presencia estas disputas,
experimenta desprecio y odio hacia uno de los padres o hacia ambos”.

Hogares de padres fallecidos


Se da cuando alguno de los padres, por enfermedad o muerte deja el hogar,
es decir, no es deseado y es inevitable. Los efectos causados en los niños por este
tipo de desintegración dependen del nivel de su desarrollo, de la relación con el
fallecido, circunstancias de la muerte y de la forma cómo reacciona la familia. En el
lactante y el niño, la muerte de una persona de quien dependen produce
alteraciones profundas. El niño en muchos casos puede reaccionar por una
sensación de abandono y reflejar un sentimiento de desamparo.
Ante la pérdida, se debe hacer un “duelo”, el duelo debe ser visto como un proceso
en el que las expresiones de dolor, de tristeza y muchos otros síntomas que surgen
es sinónimo de la respuesta de adaptación de las personas a un acontecimiento
normal.

1. Normal → No planificado
2. Normal → porque son predecibles

El duelo
El duelo es el nombre del proceso psicológico, pero hay que tener en cuenta
que este proceso no se limita a tener componentes emocionales, sino que también
los tiene fisiológicos y sociales. La intensidad y duración de este proceso y de sus
correlatos serán proporcionales a la dimensión y significado de la pérdida.

a) Hogares con padres migrantes


La migración es un hecho histórico que ha existido durante mucho tiempo. Como
todo acontecimiento de la vida, la migración es una situación de cambio que no tan
sólo da lugar a ganancias y beneficios, sino que también comporta toda una serie de
tensiones y pérdidas. Esto se refiere en especial a la separación de la familia, donde
uno de los progenitores o ambos les toca dejar a su familia para ir a otro país para
encontrar el bienestar y estabilidad de las mismas.

b) Madres solteras:
Madre soltera es la mujer que cumple con el rol de llevar acabo la crianza de los
hijos y el manejo del hogar sin la compañía o apoyo de una pareja; por decisión
propia o circunstancias de su entorno.
.
c) Divorcio
Es la disociación instrumental y funcional de la pareja marital y la pareja parental,
permite a ambos que sigan caminos diferentes. También suele ser visto como un
peligro de desintegración familiar, pero también puede ser una oportunidad para
crecer, si la crisis se resuelve, ya que como toda crisis, al resolverse, se pasa a otra
etapa de cambio.
Relación (aspectos transferenciales) sesión asesinada

Las ciencias del cerebro y la relación terapéutica en las neurociencias están


de moda en el campo de la salud mental tanto en su vertiente investigadora como
en formato de teoría explicativa. El “cerebrocentrismo” (Pérez, 2011) es el nuevo
modelo epistémico desde el que se abordan “científicamente” los asuntos humanos.
Desde esa óptica, todos los problemas, dificultades y eventos de la vida humana
son cosas del cerebro Damasio, (2010); y Gazzaniga, (2012). ¿Pero esas
aportaciones son tan relevantes para el psicólogo y su cliente concreto? ¿Acaso le
orienta sobre cómo tratar los asuntos de la vida y las personas que habitan y
transcurren en la misma? ¿Esas neuroimágenes cerebrales, esos datos
neurofisiológicos o bioquímicos, además de su verdadera utilidad en casos con
déficit orgánicos reales, y no solo inferidos, le van a decir de cómo abordar al señor
Z., o a la adolescente M. más allá de que su colega psiquiatra le recete unos
fármacos que pueden ser necesarios, según qué casos, y totalmente irrelevantes en
muchos de ellos?

Al menos en el terreno de la atención sanitaria ambulatoria (sea médica o


psicoterapéutica), aproximadamente el 50% de los pacientes abandonan el
seguimiento tras una primera consulta Jennings &Ball, (1982), independientemente
del modelo usado y el contexto cultural de referencia.

Además, la investigación replicada sobre los factores que hacen que un


tratamiento psicológico sea efectivo y extensible quizás a muchos aspectos de la
relación médico-paciente) concluyen de manera repetitiva Lambert, (1992); Lambert
& Bergin, (1992) que los ingredientes efectivos del tratamiento son: el 40% delos
efectos dependen de las características del propio paciente o cliente; el 15% de los
eventos que concurren en la vida del cliente durante la terapia, el 15% de las
técnicas usadas y el 30% de cómo se maneja la relación terapéutica. Es decir, casi
70% de la varianza del cambio pasa por conocer las características del cliente y el
manejo de la relación con éste; siendo ambos componentes esenciales de cualquier
tratamiento psicológico.
La tradición relacional en salud mental sin embargo no es algo nuevo, sino
que se retrae a los orígenes mismos de la psicoterapia y en concreto al psicoanálisis
freudiano y actualmente encuentra una acogida positiva sorprendente en la tradición
cognitiva-conductual; una perspectiva presentada como puramente reduccionista y
tecnológica.

De hecho, se encuentran más afinidades de las supuestamente esperadas


entre la tradición psicoanalítica y las nuevas terapias conductistas radicales-
contextualistas de tercera generación Pérez, (2013): perspectiva biográfica de
ambos enfoques, la referencia a lo no consciente bien como lo deseado
inconscientemente o la función inadvertida de la conducta, lo esencial de la relación
terapéutica como eje del cambio, la radicalidad del peso de las experiencias
tempranas, la reivindicación de lo relacional frente al cerebrocentrismo,
preponderancia de la epigenética frente a la genética (genética abierta a la
influencia ambiental frente al código genético cerrado e inmodificable), etc.

En este condensado artículo presentamos tres perspectivas sobre unos


conceptos relacionales básicos de larga tradición: la transferencia y
contratransferencia. Lo hacemos conscientes de que a pesar de las diferencias
reales entre los modelos psicoanalíticos, los cognitivos y los contextualistas
conductistas, su sinergia complementaria enriquecen el potencial del profesional
sanitario.
La perspectiva psicoanalítica y sus variantes: desde el modelo pantalla
neutral al modelo participante activo. Transferencia y contratransferencia son dos
conceptos de origen psicoanalítico que desde una postura restrictiva solo pueden
ser aplicados y explicados desde la práctica clínica psicoanalítica, pero que para
muchos autores sobrepasan el marco de referencia tradicional.

Cabe resaltar la relación (aspectos transferenciales) sesiones asesinadas


que se hace necesario presentar a Freud, S (1920) escribió sobre el deseo
simultáneo de buscar placer a través de los instintos de vida (Eros/libido) versus el
deseo de muerte (Thanatos). En el aparato psíquico del ser humano conviven la
pulsión de vida y la pulsión de muerte. En la mente del asesino serial estarían
unidos Eros y Thanatos, la sexualidad y la violencia, deseo y muerte. Eros-vida, y
Thanatos-muerte (lo arcaico). La pulsión de muerte sería la base de toda la
violencia. Pulsión de muerte y compulsión a la repetición, tiene relación con repetir
situaciones de destrucción, incluso de autodestrucción.

La noción de transferencia es introducida por Freud en 1905 en su artículo


“Fragmentos del análisis de un caso de histeria”, más conocido en nuestro medio
como el “caso Dora”, a pesar de haber hecho ya referencia a este fenómeno en sus
“Estudios sobre la histeria” de 1895, atribuyéndolo, en este último, a una “falsa
conexión” y a la “compulsión a asociar”. En este historial clínico, Freud define el
concepto de la manera siguiente: “¿Qué son esas transferencias? Son reediciones
o facsímiles de mociones y fantasías que se despiertan y se vuelven conscientes a
medida que se desarrolla el análisis, pero tienen una particularidad que les es propia
y que consiste en substituir una persona del pasado en la figura del médico.

Dicho de otra manera: una cantidad de experiencias psicológicas son


reactualizadas, no como si pertenecieran al pasado, sino aplicándose en el presente
al médico”. La transferencia es un concepto complejo del psicoanálisis que designa
tres aspectos muy relacionados pero diferenciables.

La función psíquica mediante la cual un sujeto transfiere inconscientemente y


revive, en sus vínculos nuevos, sus antiguos sentimientos, afectos, expectativas o
deseos infantiles reprimidos, hacia otra persona. Específicamente, la herramienta
fundamental con la que cuenta el analista (S. Freud, 1915), condición necesaria,
para poder conducir el tratamiento. La neurosis de transferencia, descrita por Freud
como momento prínceps del tratamiento, en la que todos los elementos de la
neurosis son actuados en presencia del analista.

Tipos de transferencia:
Transferencia positiva, que son los sentimientos amistosos y afectuosos hacia el
analista. Freud señaló una diferencia entre una transferencia positiva débil, aquella
que permite el avance del tratamiento; y otra "hiperintensa" o transferencia
erotizada, que en los hechos, se comporta como negativa, ya que es sinónimo de
resistencia, en cuanto se detienen las asociaciones del analizante.
Transferencia negativa, caracterizada por la expresión de sentimientos hostiles y de
enojo. Según afirma Lacan, J (1981) sostuvo que conviene una transferencia
negativa suave para el mejor fluir del tratamiento.

Según Laplanche y Pontalis (1968) la transferencia solo tiene sentido en la


cura psicoanalítica y se define como una repetición de prototipos infantiles donde los
deseos inconscientes se actualizan sobre ciertas relaciones objétales. Así desde la
perspectiva clásica hay una transferencia positiva débil donde se movilizan
sentimientos amistosos y afectuosos del paciente hacia el terapeuta y una
transferencia positiva erotizada que en la práctica se muestra como negativa, ya que
es sinónimo de resistencia, en cuanto detiene el trabajo asociativo del analizado. La
transferencia propiamente negativa se caracteriza por la expresión de sentimientos
hostiles y de enojo hacia el psicoanalista. Lacan (1981) sostuvo que conviene una
transferencia negativa suave para el mejor fluir del tratamiento.

Acertadas del paciente por el supuesto saber del terapeuta, la invalidación de


la autonomía del paciente al interpretarse como paso al acto o defensa narcisista, la
frialdad afectiva de la distancia del analista ante pacientes con experiencias y
carencias de apego anómalas y sobretodo la atribución de resistencias al paciente
ante sus interpretaciones obviando circunstancias psicosociales externas y
ambientales difíciles que dañan al paciente.

Desde una perspectiva cognitiva más constructivista, Guidano y Liotti (1983)


plantean que la resistencia es un proceso normal que se genera al revisar los
esquemas cognitivos tácitos y es un proceso que hay que respetar más que eliminar
si se pretende que el cambio sea progresivo, en vez de regresivo. Aquí esas
resistencias se contextualizan en el marco de la historia personal donde aparecieron
y el papel que tuvieron en ese momento.

En suma, recogiendo ambas perspectivas (preconstructivista y


constructivista), o bien se plantea una estrategia de modificación o bien de respeto
de la resistencia, en base a la comprensión de su significado personal. Ya en 1992
(Ruiz, 1992) y después en revisión del año 2002 (Ruiz y Cano, 2002) presentaron la
importancia central de la relación terapéutica desde el modelo cognitivo: las
cogniciones tienen historia que se generan en un contexto biográfico y evolutivo;
tienen fuerzas y grados de accesibilidad variables; las cogniciones pueden
interactuar entre sí, siendo conflictivas a veces (fenómenos de conflicto, disociación,
etc) y existe un fuerte vínculo entre los significados personales más importantes y
los vínculos afectivos tempranos significativos. También se plantearon en esos
trabajos la importancia del manejo de la cognición interpersonal y el cambio
terapéutico en la misma sesión detectando los aspectos puestos en ella y los
significados relacionados con el aquí y el ahora de la sesión

Ruiz y Cano, (2002; pp. 107-143). Paralelamente, Safran y Segal (1994)


presentaron un modelo cognitivo relacional basado en la teoría interpersonal de
Sullivan, la teoría del apego de Bowlby, los modelos cognitivos, las modernas
teorías de las emociones y otros aportes psicodinámicos.

Finalmente hay que considerar otra propuesta deriva del enfoque


psicoanalítico de la teoría del apego de J. Bowlby (Marrone, 2001) que cuestiona el
enfoque proyectivo de la transferencia como un impulso o deseo inconsciente
reprimido y propone que a la base de esos fenómenos están modelos de
representación mental derivados de experiencias tempranas de apego reales
(modelo muy influyente en algunas concepciones cognitivas de terapia). Además,
cuestiona el modelo pulsional por los potenciales peligros que conlleva como la
invalidación de percepciones.

Caso Pablo Goncálvez

Es el primer asesino serial de la historia del Uruguay.1 Fue procesado por


tres homicidios y condenado a treinta años de prisión, desde 2016 se encuentra en
libertad. El primer homicidio fue cometido contra Ana Luisa Miller Sichero, lo que se
concretó en las primeras horas de la madrugada del 1 de enero de 1992. La víctima
contaba con 26 años, era licenciada en historia y docente en ejercicio, y era
hermana de la conocida tenista Patricia Miller. La autopsia determinó que la joven
perdió la vida tras ser sofocada y luego arrojada a las 8 horas del 1 de enero de
1992 en la playa de Solymar. Al momento de su deceso, mantenía un noviazgo con
el ingeniero Hugo Sapelli, quien fue considerado el inicial sospechoso, pero
sometido al polígrafo, sorteó la prueba, y no hubo ninguna evidencia que lo
incriminara.

La segunda occisa fue Andrea Castro de 15 años de edad, quien murió tras
ser asfixiada el 20 de septiembre de 1992 luego de salir de la discoteca England en
Montevideo. Este crimen se perpetró por sofocación manual y tuvo la peculiaridad
de que, a modo de firma, el criminal, dejó anudada una corbata de su pertenencia
en el cuello de la difunta. Al ser encontrada en el domicilio de Goncálvez, una serie
de corbatas pertenecientes a un juego idéntico, la fiscalía contó con una de las
pruebas más fehacientes para incriminarlo.

La tercera víctima María Victoria Williams de 22 años, falleció asfixiada


dentro del domicilio de Goncálvez. En este caso, el homicida se valió de una treta,
pues le alegó a la futura víctima, que era vecina suya, que su anciana abuela con la
que él vivía, había sufrido un ataque cardíaco, y que él solo no podía reanimarla.
Una vez dentro de la finca, el homicida agredió a la chica estrangulándola y
colocándole una bolsa de nailon en la cabeza.

Había viajado a Porto Alegre, donde vivían sus dos medios hermanos. 4
Pablo fue atrapado en Brasil y conducido a la Jefatura de Montevideo. En Sede
Judicial lo condenaron a 30 años de prisión por ser el autor material de los
homicidios, aunque se declaró inocente de los cargos imputados en su contra.

El 6 de marzo de 1999, fue atacado por dos reclusos con 26 puñaladas, pero
el 19 de marzo salió del CTI del Hospital Maciel y fue trasladado a Cárcel Central.5
Pero ante el cierre posterior de Cárcel Central, fue trasladado a la chacra cárcel de
Campanero en Lavalleja.6

El 7 de julio de 2005 contrajo matrimonio con Alejandra, realizándose la


ceremonia en el recinto de la Cárcel Central, ubicada dentro de la Jefatura de
Policía de Montevideo, pero posteriormente se rompió este vínculo en 2015.

En 2012 la defensa solicitó su libertad anticipada, siendo esta denegada


judicialmente. Continuó purgando su pena tras las rejas en una penitenciaría de
mínima seguridad ubicada en las cercanías a la ciudad de Minas, pero gozando de
salidas transitorias.

Según las pericias impetradas, el asesino utilizó el mismo modus operandi


para terminar con las vidas de las tres mujeres: Ana Luisa Miller, María Victoria
Williams y Andrea Castro. También téngase en cuenta que pese a las abundantes
pruebas recogidas en la causa, el penado ha negado enfáticamente su culpabilidad
ante varios medios de prensa.

Goncálvez salió libre el jueves 23 de junio de 2016 a los 46 años, tras haber
cumplido completamente su pena por los tres homicidios que se le imputó.Fue
favorecido bajo el cómputo de dos por uno, solamente por una reducción de
condena acordada a todos los presos que trabajan o estudian.

El día de su liberación y los días previos, se caracterizaron por una gran


cobertura mediática a nivel nacional de este caso, revelando así el gran interés de la
opinión pública sobre estos asesinatos. Su información mediáticas divulgadas
consistió en breves reportajes realizados desde la penitenciaría de Campanero en
Lavalleja (último lugar de reclusión de Pablo Goncálvez), así como también
extensas entrevistas a criminólogos, psiquiatras, abogados penalistas, etc.

Para redimir su pena se abocó al estudio y al trabajo; estudió informática,


derecho, economía, y hasta dio clases de inglés a otros reclusos. Durante su
condena en Paraguay, Goncálvez perdió aproximadamente 10 kilos, se dedicó a la
lectura y a jugar al ajedrez. Sin embargo, también tuvo problemas de convivencia
con otros reclusos y debió ser aislado en varias oportunidades.

El   Desafío de rehacer su vida ahora, con 46 años y un estigma social difícil


de ocultar, Pablo Goncálves prepara la 'reconstrucción' y su reinserción en la vida
pública. Ha decidido alejarse de los espacios capitalinos y vivir en una zona rural
cercana a Montevideo llamada Salto, paradójicamente, lugar de nacimiento de una
de sus víctimas: María Victoria Williams. Diversos especialistas no coinciden sobre
lo que realmente podría pasar por la mente y sobre el futuro de Goncálves, una vez
que recorra las calles libremente de nuevo. En 2017 fue detenido en Paraguay y
actualmente se encuentra detenido por el cargo de portar un arma no registrada y
una cantidad de cocaína

La Evaluación, Diagnóstico y Tratamiento

Es necesario puntualizar la psicosis es la ruptura de la realidad, la


esquizofrenia es la patología más común de las psicosis. Dentro de la estructura de
la personalidad psicótica los tipos de personalidad que más cometen delitos son la
esquizofrenia y la paranoia. Siempre una crisis psicótica se desencadena por un
acontecimiento en particular que irrumpe en la vida del sujeto. Los trastornos
psicopatológicos afectan la relación de ese individuo con el mundo y con los que lo
rodean.
Al referirnos a la psicopatía, se debe tener en claro la diferencia entre
psicótico y psicopático. La estructura de la personalidad en la mayoría de los
asesinos seriales, es una estructura psicopática. En el psicótico la ley que rige es su
delirio. Los psicóticos asesinan casi siempre bajo la orden de las voces que
escuchan.

En la sociópata el individuo ejerce violencia física sobre el otro en contra de


su voluntad, el asesino no tiene control sobre sus impulsos, da rienda suelta a los
mismos mediante ira y sadismo. En la psicopatía el individuo ejerce violencia
emocional, es un ser despreciable que pone su ego por sobre todo lo demás,
manipula y envuelve al otro para lograr su cometido, no tiene remordimiento, el
psicópata actúa y hace actuar, es versátil. Los psicópatas están atrapados en su
propio goce, goce que está depositado en el horror del otro. Esto define la
psicopatía. Quieren tener poder y control sobre ese otro.

La psicopatía es totalmente consciente y tiene voluntad. Los asesinos


psicopáticos tienen conductas antisociales, el ser psicópata es una manera de ser,
un tipo de personalidad. Son narcisistas, manipuladores, perversos, se creen
omnipotentes, presentan una alteración en la personalidad. El discurso del
psicópata no tiene capacidad simbólica. Son deliberados, depredadores, eligen
cuando es la oportunidad de llevar a cabo sus crímenes.
Hay que reconocer antes de la evaluación, diagnóstico y tratamiento de un
asesinato en serie se describe así:

De acuerdo con Egger, S (2000) plantea:

-Un mínimo de tres a cinco víctimas, con un período de tiempo entre un crimen y el
siguiente.
-El asesino no tiene relación con las víctimas. Aparentemente, el crimen ocurre al
azar o sin conexión con los otros.
-Los asesinatos reflejan el sadismo del criminal, y su necesidad de tomar el control
de la víctima.
-Raramente el asesino obtiene una ganancia material, el motivo siempre es de
orden psicológico.
-Las víctimas tienen un valor “simbólico" para el asesino, esto se entiende tras ver
que hay un método específico para matar.
-El asesino casi siempre escoge víctimas vulnerables, tales como prostitutas, niños,
mujeres indefensas, etc.

La salud mental como fenómeno complejo está determinada por múltiples


factores sociales, ambientales, biológicos y psicológicos. Asimismo, bajo el enfoque
La salud mental es tan importante como la física, y es también un derecho Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es el “bienestar que una
persona experimenta como su buen funcionamiento en los aspectos cognoscitivos,
afectivos y conductuales.

Síntesis y reflexiones finales, ¿El asesino serial víctima o victimario?

El problema inverso de un asesino en serie se sitúa ante una persona que agrede
a mansalva, se convierte en antisocial, desgracia a la familia y comete homicidio hay
que decidir pena de muerte, no quedarse ante juicios de valor sobre esta violencia ni
dar explicaciones dé la enorme complejidad que implica cualquier actuación violenta
del asesino en serie. Las deficiencias de las funciones materna y paterna se suelen
definir que es la reguladora del deseo y el goce, propiciando el acceso al mundo
social.
Es una persona, que por su condición de víctima, puede llevar posteriormente a una
Re victimización por la continua violencia desatada en el a relación entre víctimas y
victimarios a partir de un contexto concreto que refleja la forma de que las víctimas
se pueden convertir en victimarios cuando el contexto socioeconómico y cultural
genera ciertas condiciones a través del tiempo. Se, reflexiona sobre la situación de
vulnerabilidad de las víctimas, y la forma en que las diferentes violencias a las que
se enfrentan, los ubica en un espacio potencial de posibles victimario.
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