Había una vez, un niño llamado Ben, él tenía 8 años, vivía en
un lugar muy frío donde se encontraba un volcán activo. Él vivía en un carro-casa con su abuelo y su prima.
Un día su abuelo se fue de casa y le dijo: “¡Ben, te prohíbo entrar a mi cuarto secreto! ¡No vayas allá!” Ben, que no oyó las palabras de su abuelo, se metió al cuarto y esculcó por todos lados, revisó todos los cajones, baúles y cajas hasta que encontró un mapa muy raro. Este mapa lo buscaba el malvado Billgastor, porque si seguía el mapa encontraría un objeto muy preciado. Ben cogió el mapa, lo guardó, cerró la puerta y se fue a su cuarto.
Horas después llego Jenny, su prima. Muy asustada, llamó a Ben y le dijo: “Ben, el malvado Billgastor ha raptado a nuestro abuelo y mandó esta carta: Si quieren a su abuelo me tienen que dar el mapa Jajajajajajajajaja. Ben, es terrible, no sé dónde está ese mapa”. “Yo voy a encontrar al abuelo -dijo Ben- y lo rescataré”.
Al día siguiente, muy temprano, recibieron una llamada, era el abuelo que gritaba: “Pase lo que pase no le entreguen el mapa a Billgastor, no se preocupen, voy a estar bien”. Ben, sin pensarlo dos veces, salió en busca de la guarida de Billgastor, que estaba debajo del volcán Terminator. Pero antes de llegar al volcán tenía que pasar 2 pruebas, una de ellas era pasar por unas débiles piedras, rodeadas por lava ardiente, y no se podía demorar porque se hundían. Ben se amarró bien sus tenis, y saltó ágilmente por todas las rocas y cuando iba a tocar tierra firme se enredó con un palo y tropezó. Un anciano que pasaba por ahí lo alcanzó a coger y lo ayudó a salir.
“Heyyy... ¿cómo te llamas -preguntó el anciano- qué haces por aquí? “Me llamo Ben -dijo- voy en busca de mi abuelo que está en el volcán Terminator, al otro lado de esa montaña”. Ellos estuvieron largo rato hablando, hasta que el anciano le indicó el camino. Y antes de separarse, le dio unas piedras de lava a Ben, y le dijo: “Guárdalas muy bien, te van a ayudar con Eragon”.
Ben las guardó, siguió su camino y después se dio cuenta que en el otro bolsillo tenía el mapa de su abuelo. Estaba muy cansado y se sentó a descansar junto a un árbol. Horas después, sintió que algo subía por su brazo, era un a pequeña serpiente y en ese instante recordó lo que le dijo el anciano: “Mira, Eragon es una pequeña serpiente amarilla con puntos negros y rayas rojas, es muy fea, pero si se molesta es peor. Por eso, debes darle las piedras y mientras come, levanta sus huevos, encontraras la llave que abre la puerta que te indica el mapa” Ben siguió el consejo. Le dio las piedras a la serpiente y fue en busca de la llave sin que la serpiente se diera cuenta. Levantó los huevos y cogió la llave rápidamente. En ese momento vio que una puerta café se iluminaba y fue corriendo hacia ella. Sacó la llave, abrió la puerta y entró. Vio una caja muy extraña, la abrió y encontró un reloj y una carta. Vio el reloj pero no era uno común, en vez de marcar las horas tenía 10 aliens, una flecha y un botón; cogió la carta y esta decía: El que use este reloj está llamado a hacer el bien y triunfará sobre el mal. Si este reloj cae en manos de la maldad será el fin del universo. Para usarlo toca ponérselo en la mano izquierda, seleccionar el alíen, espichar el botón y se convertirán en el alien que eligieron. Buena suerte.
Ben siguió las instrucciones y se puso el reloj, pero tenía miedo de usarlo.
Salió del cuarto y siguió en busca de la guarida de Billgastor. Subió la montaña, vio a los guardias de fuego, son seres que cuidan el volcán y a Billgastor, y Ben se dio cuenta de que estaba cerca de la entrada de la guarida que era un hueco de una caverna. Ben estuvo mirando la entrada como 30 minutos para ver si podía entrar sin ser visto. Vio su reloj, había un pequeño alíen y en sus habilidades decía que era muy pequeño y ágil, Ben lo seleccionó, espichó el botón y de repente se transformó en ese alíen.
Fue corriendo hasta la entrada, pasó desapercibido y siguió por ahí. Él prefirió ser pequeño para que no lo vieran. Luego, encontró una puerta y oía muchos ruidos entonces entró y era su abuelo que tenía esposas y no podía moverse. Ben se deshizo de la forma de alíen y volvió a su forma humana para que el abuelo lo viera.
“Abuelo -gritó Ben- ¿Cómo estás? ¿Te hicieron algo?” “Ben –dijo el abuelo- estoy bien, no me ha pasado nada. ¿Pero cómo entraste acá? “Abuelo, use el mapa que estaba en tu cuarto secreto y encontré este reloj que me convierte en el alíen que elija” dijo Ben. “Ben, es muy peligroso que estés acá, pero con el reloj me puedes ayudar a vencer a Billgastor. Él está en su cuarto, yo sé dónde está. -dijo el abuelo- Pero tengo que salir de acá”.
Ben volvió a convertirse en el pequeño alíen y salió en busca de un guardia de fuego que tenía las llaves y estaba sentado junto a la puerta. Ben subió por su pierna con mucho cuidado para que no lo viera ni lo sintiera, hasta llegar a su bolsillo. Cogió con sus pequeñas manos las llaves y volvió a bajar rápidamente, hasta que llegó al piso y se metió por debajo de la puerta. Ya adentro, volvió a su forma humana y abrió la puerta sin hacer mucho ruido y salieron corriendo sin que se despertara el guardia.
Como Ben había cogido todas las llaves, tenía la de la puerta de Billgastor. Ben y su abuelo llegaron a la puerta de Billgastor y Ben, antes de entrar, miró entre los aliens cuál era el mejor para derrotarlo, y vio a Tantor, un alíen rojo, con cuatro brazos y muy fuerte, era el que necesitaba Ben.
Ben abrió la puerta de repente, y ahí estaba Billgastor, era peor de lo que él pensaba, era un alíen rojo, con cara azul, tentáculos en la cara y un cinturón con poderes. Ben seleccionó a Tantor, espichó el botón y se convirtió en el alíen.
“Creo que descubriste el reloj –dijo Billgastor- el que yo tanto anhelaba…DÁMELO YA!!!” “Nunca –gritó Ben- yo te voy a derrotar para que nunca vuelvas hacer el mal y te voy castigar” “Jajajajaja… tu derrotarme a mí –dijo Billgastor- eres un niño”. “Sí –respondió Ben- soy un niño, pero con alma de guerrero y tengo la fuerza suficiente para vencerte a ti y a tus guardias”. “Ya me cansé de ti” gritó Billgastor.
Y sacó su espada apunto de atacar a Ben, y antes que Billgastor lo atacara, Ben, en forma de Tantor, con sus cuatro puños le golpeó al piso y le dio tan duro que le hizo perder el equilibrio y se le cayó la espada. En ese momento el abuelo de Ben le agarró los brazos y lo dejó inmóvil. Ben cogió unas cuerdas y lo amarró muy bien. Y cuando se dirigían a apagar el volcán (fuente de poder de Billgastor) él se soltó con sus tentáculos y se disponía a escapar, pero llegó de repente Jenny, la prima de Ben, y lo envolvió en plástico y le cortó los tentáculos para que no se pudiera soltarse. Ben apagó el volcán, los guardias de fuego murieron y Billgastor perdió su fuerza. Entonces, el abuelo cogió a Billgastor y lo arrastró hasta el mar y lo echo ahí. Billgastor murió y nadie más volvió a molestar a la ciudad.
Días después, a Ben lo nombraron guardián y cuidador de la ciudad. Y Ben compró una casa y vivió feliz, con su prima y su abuelo, por siempre.