Buenos días el día de hoy expondremos el tema Utilidad Marginal con Alfred
Marshall (Clausula Ceteris Paribus). Mi equipo está conformado por:
Flores Hinojosa Valeria Rodríguez Cruz Karla Gabriela Triana Fabián Sherlyn Guadalupe Y su servidora Pérez López Nairoby Yovana El británico Alfred Marshall (1842-1924) fue un destacado economista considerado como el fundador de la escuela neoclásica. Hombre polifacético, desarrolló su trayectoria como profesor, abordando disciplinas como la Economía, la Filosofía y las Matemáticas. El principal objeto de estudio de los neoclásicos fue el modo en que se determinaban los precios. Marshall establecía que para comprender el funcionamiento del sistema de mercado era necesario analizar el comportamiento de productores y consumidores. Así pues, Alfred Marshall veía la demanda como una tabla que mostraba las relaciones entre precio y cantidad. Ahora bien, para que aumentaran las compras, era necesaria una disminución de los precios. Por su parte, los consumidores tenían que elegir entre varios bienes y tratar de maximizar su utilidad. En otras palabras, los consumidores tienen que gastar de tal manera que no puedan aumentar su satisfacción con otras combinaciones de bienes posibles. Ahora bien, la demanda no explica por sí sola la formación de los precios. Es aquí, donde según Alfred Marshall, entraba en juego la oferta. Para los empresarios, a medida que aumentaba la producción, los costes se incrementaban. Los empresarios, tratando de conseguir el máximo beneficio, lucharán por reducir los costes. Por ello, buscarán obtener las combinaciones de factores al menor coste para obtener un nivel de producción deseado. Podemos concluir que, según Alfred Marshall, la demanda venía determinada por la utilidad marginal y la oferta estaba marcada por los costes de producción. La síntesis de Marshall es un enfoque desarrollado por Alfred Marshall que propone reconciliar y sintetizar las ideas clásicas y marginalistas. Su enfoque está explicado bajo la perspectiva del equilibrio parcial. Tal como recoge la historia del pensamiento económico, la economía clásica trata de explicar el valor de los bienes por sus costos (lado de la oferta). Mientras, la economía marginalista o neoclásica, afirma que el valor de los bienes se explica por su utilidad marginal. Es decir, el valor que se le da a la última unidad consumida (lado de la demanda). Se puede decir que Alfred Marshall fue el padre de un gráfico que en la actualidad es ampliamente utilizado en economía. El gráfico de oferta y demanda. La síntesis de Marshall se resume en las dos siguientes afirmaciones: 1. La curva de demanda (consumidor) tiene pendiente negativa: Suponiendo que todas las demás variables se mantienen constantes (ceteris paribus), a menos precio más cantidad podremos comprar. 2. La curva de oferta (productor) tiene pendiente positiva: Ceteris paribus, a mayor precio más querrá producir el empresario. Y al revés, si el precio cae el empresario se verá incentivado a producir menos. De estas dos afirmaciones, la síntesis de Marshall concluye que el equilibrio se encuentra en el punto en que se cruzan estas dos curvas. Dicho de otra manera, el punto en el que productores y consumidores «están de acuerdo» de forma inconsciente. Ceteris Paribus: El trabajo de Marshall se concentró en la aplicación de la teoría y en la teoría aplicada. Planteaba que cada economista podía asumir el concepto como mejor se ajustara a sus inclinaciones, esto con el fin de optimizar su desempeño. Marshall estaba convencido que la economía tenía la tarea principal de eliminar la pobreza, dado que la falta de recursos en las familias no garantizan, ni la salud, ni la preparación para permitirles ganar más. Era consciente que las comodidades del laboratorio y que las facilidades para la experimentación no estaban disponibles para los economistas. Así que como estos no pueden mantener constantes todas las variables deben experimentar en el ámbito teórico, imponiendo supuestos. En este caso la técnica central en el llamado CETERIS PARIBUS que es una expresión en latín que significa «todo lo demás constante». Es recurrente su uso en el análisis económico y financiero. El origen del ceteris paribus fue la obra del economista Alfred Marshall, en su modelo de equilibrio parcial. Este tenía como objetivo estudiar por separado cada sector económico, considerando que los demás permanecían sin modificaciones. En otras palabras, la finalidad de Marshall era observar, de manera individual, las relaciones entre distintas variables dentro de un determinado mercado. Con ese fin, se asume que el resto de la economía no se mueve. Los supuestos ceteris paribus al considerar la relación funcional entre precio y cantidad, son: -El periodo de tiempo necesario para el ajuste. - Los gustos preferencias y costumbres del sujeto. -La cantidad de dinero (renta o riqueza) de que dispone el sujeto. -El poder adquisitivo del dinero. -El precio y la calidad de las mercancías rivales. Consideraba que a través del tiempo la oferta refleja cambios más marcados que la demanda. Los cuatro tiempos convencionales de Marshall son: El periodo de mercado: en el cual la oferta es fija. El corto plazo: en este se alcanza a cambiar la producción. El largo plazo: a este nivel todos los costos son variables. El periodo secular: en este no solo varía la tecnología sino la composición poblacional. Marshall trataba de defender según él la verdad. Para él cuanto más corto fuera el periodo más importante sería el poder de la demanda para fijar el precio. Por el contrario en cuanto más se prolongaba el factor tiempo, mayor relevancia cobraba la influencia de la oferta. En realidad, condenaba al fracaso cualquier intento unicasual de explicación de las variaciones del precio y del valor. Marshall suponía que los individuos consumían por la utilidad obtenida. Su función consideraba la utilidad de cada bien por separado, por lo tanto se ignoraron las relaciones de complementariedad y sustitución. Marshall supuso que la utilidad era mensurable a través del precio. También señaló que la principal preocupación de la teoría era determinar la forma de las curvas de la misma. Aceptó la utilidad marginal decreciente y formuló la condición de utilidad a un individuo que consumiera muchas mercancías. En equilibrio el consumidor gastará de modo que la última unidad monetaria gastada en cualquier bien final tenga la misma utilidad marginal que si la gastara en cualquier otro bien. Entre las ventajas de la metodología del ceteris paribus destacan: Simplifica el análisis, suponiendo que solo cambia una de las variables del modelo económico. Es útil para examinar el corto plazo debido a que algunos factores solo varían tras largos periodos. Permite observar a detalle la afectación de una variable sobre otra, aislando ese hecho de otros eventos que suceden en paralelo. Sin embargo, también hay algunas desventajas de este tipo de estudio: No es realista asumir que cambia a la vez solo uno de los factores que forman parte del modelo económico. No es una metodología eficiente para estudiar el largo plazo tomando en cuenta que, a mayor tiempo transcurrido, más circunstancias pueden cambiar.