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All content following this page was uploaded by Armando Valdes Velazquez on 25 August 2018.
Albert Ellis es considerado el padre y fundador de la terapia cognitivo conductual que en 1955
desarrolló la terapia racional emotivo conductual (TREC); es considerado después de Carl Rogers
como el segundo psicoterapeuta más influyente incluso por encima de Sigmund Freud. Después de
considerar que el psicoanálisis reflejaba poca mejoría en los pacientes decidió darle un nuevo
enfoque y desarrolló un nuevo tipo de psicoterapia más participativa, activa, directiva y dinámica a la
que posteriormente llamaría racional.
Lo que proponía en esa nueva terapia era cambiar activamente creencias y comportamientos
contraproducentes, autoderrotistas y rígidos del cliente; él creía que a través de un análisis racional el
sujeto podría entender sus creencias irracionales y las cambiaría por una posición más racional. –lo
que se conoce como reestructuración cognitiva-.
Este teórico considera que el buen funcionamiento social, la solución de los errores en el
pensamiento que pudieran afectar este, se encuentra en trabajar sobre las capacidades cognoscitivas
de las personas. Propone que el razonamiento correcto puede influir en el control de las emociones
“erróneas” e incluso ahondar y llegar a otros contenidos de la psique que uno desconoce de sí (lejos
de la conciencia inmediata), y que ocasionas errores de pensamiento (a esto Ellis los llama “oraciones
no expresadas” y “suposiciones no expresadas”. La estupidez, la ignorancia y los trastornos bloquean
el pensamiento recto.
Ellis encuentra que “los errores de pensamiento” que pueden influir negativamente en la personalidad
(dar origen a psicopatologías), y de entre ellos destacan:
1) la sobregeneralización: “Se refiere a sacar una conclusión injustificable y generalizada de una
ocurrencia sencilla, es decir, tomar los hechos ordinarios de la cotidianidad en sucesos catastróficos y
reaccionar de manera exagerada ante ellos.
2) el pensamiento de todo o nada: Implica una visión maniquea que dificulta la posibilidad de
reconocer y matices al momento de evaluar los acontecimientos ocurridos.
4) la confusión entre correlación y causalidad: Se refiere a creer que dos cosas que ocurren cercanas
en el tiempo tienen una relación de causa y efecto.
A esta lista pueden sumárseles las otras nueve creencias que Ellis identifica como comunes a la
mayoría de las personas, o al menos a la gran mayoría de las personas de clase media, y que pueden
ocasionar en el individuo conflictos emocionales; las creencias de que:
1) Tenemos que ser aceptados y amados por todos los que nos conocen. Si no les caemos bien a
todos, tenemos un defecto.
2) Para poder estar orgullosos de nosotros mismos, debemos ser exitosos y adecuados en todo lo que
emprendamos.
3) Tenemos derecho a exigir lealtad y simpatía por parte de nuestros amigos y debemos enojarnos
cuando no llenen estas expectativas.
4) Cuando las cosas no suceden como queríamos que fueran, se justifica que pensemos que ha
ocurrido una terrible catástrofe.
5) Se justifica que creamos que somos víctimas de las circunstancias externas y que no podemos
hacer mucho para modificarlas.
6) Ante cualquier problema o peligro que nos acontezca, nuestros pensamientos se deben centrar en
él de manera constante.
7) En comparación con las habilidades de los demás, tenemos muchas limitaciones, por lo que hay
que evitar dificultades de la vida.
8) No podemos superar algunas cosas del pasado, lo que nos afectó de manera intensa en la vida será
siempre un problema y una debilidad.
A manera de conclusión, expuesto lo anterior todo ello puede ser corregido por la posesión de un
“pensamiento claro”, al que se puede llegar por el uso de “estrategias cognoscitivas efectivas” que
podemos elaborar nosotros mismos a través de la experiencia o que podemos aprender vicariamente,
a través de la observación del otro (punto en el que se hermana su teoría con la de Bandura). Así, con
un pensamiento claro y con la ayuda de las autovervalizaciones (las voces internas) que de ser
ajustadas (pues la mayoría del as veces, son engañosas y ofrecen una visión distorsionada de la
realidad) pueden calificar de manera favorable o desfavorable nuestra conducta e influir de manera
directa en nuestros estados emocionales, pueden ayudar a corregir la conducta y reforzar el control de
nuestros actos y emociones.
Referencias: