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HISTORIA:

Durante las décadas alrededor del año 1800 se gestó una controversia


científica en torno a al origen del basalto. Discípulos y seguidores del geólogo
alemán Abraham Glottob Werner sostenían que el basalto era una roca
sedimentaria que tenía su origen en la precipitación en un gran océano
ancestral. A esta teoría se le llama “neptunismo”.
Dos bandos se oponían a esta teoría: los seguidores de James Hutton,
posteriormente conocidos como “plutonistas”, que afirmaban que el basalto
era una roca intrusiva, y los “vulcanistas” que consideraban al basalto como
una roca volcánica. Algunos de los argumentos de los neptunistas en contra
del origen volcánico del basalto era su presencia en lugares como la Calzada
del Gigante y Sajonia donde no hay volcanes activos, además de presuntos
hallazgos de fósiles en basalto. La confusión que causaba el hallazgo de
basalto sin volcanes aparentes también se dio en América, donde Juan Ignacio
Molina se percató de los basaltos de Chiloé donde en la actualidad no hay
volcanes, descartando así un origen volcánico. Contra la formación de basalto
en erupciones volcánicas, los neptunistas argumentaron que esto se debía más
bien a la fusión de basalto neptuniano bajo los volcanes. Hacia el año 1830 el
bando de los neptunistas se había desintegrado, perdiendo la mayoría de sus
seguidores, quienes reconocieron el origen volcánico del basalto, en algunos
casos gracias a visitas a los volcanes y basaltos de Chaine des Puys,
en Francia.
ORIGEN:
Existe una disputa sobre si el basalto en estado de magma es primario (se
originaría directamente de la fusión de rocas) o si deriva de otro tipo de
magma más máfico. En cualquier caso, existen varias rocas que tienen los
elementos necesarios para que, mediante su fusión directa o su fusión y
posterior refinamiento, produzcan magma basáltico.
Estas son: la peridotita, la piroxenita, la hornblendita, el basalto mismo y
otras rocas procedentes de basaltos metamorfizados, como la anfibolita y
la eclogita. Por una serie de razones se han descalificado a varias de estas
rocas como posible fuente de magma basáltico, siendo favorecida la tesis de
que las peridotitas dan origen a los basaltos, sin embargo, una minoría de
científicos se inclina por las eclogitas.
La causa de la fusión parcial de rocas de la cual deriva, directa o
indirectamente, el magma basáltico varía dependiendo del ambiente tectónico.
En las dorsales centro-oceánicas la sucesiva separación de las placas
tectónicas provoca el ascenso de material (peridotita) del manto terrestre y su
fusión parcial por descompresión. Los basaltos originados sobre zonas de
subducción se producen al haber fusión parcial en el manto tras ser invadido
por fluidos acuosos provenientes de la placa subducida. Los basaltos que
ocurren en el interior de placas tectónicas y no en sus bordes (como dorsales
oceánicas y zonas de subducción) se consideran por la mayoría de los
científicos como expresiones de fusión parcial provocada por las altas
temperaturas de plumas del manto.
BASALTO:

Es una roca ígnea extrusiva de color oscuro, de composición máfica rica


en silicatos de magnesio y hierro y en sílice, que constituye una de las rocas
más abundantes en la corteza terrestre.
Los basaltos suelen tener una textura porfídica,
con fenocristales de olivino, augita, plagioclasas y una matriz cristalina fina.
En ocasiones puede presentarse en forma de vidrio,
denominado sideromelano, con muy pocos cristales o sin ellos.
El basalto es la roca volcánica más común y supera en cuanto a superficie
cubierta de la Tierra a cualquier otra roca ígnea, incluso juntas, ya que forma
la mayor parte de los fondos oceánicos.
Se pueden encontrar grandes extensiones de basalto sobre los continentes a los
cuales se les denomina traps. A su vez, es común encontrarlo en Islas
oceánicas y arcos volcánicos continentales e insulares.
Rocas similares y a menudo emparentadas con basaltos incluyen la diabasa,
el gabro y la andesita. También se encuentra en las superficies de la Luna y
de Marte, así como en algunos meteoritos.
FORMAS Y OCURRENCIA:
El basalto cubre cerca del 70 % de la superficie terrestre y supera en la
superficie que cubre a todas las demás rocas ígneas juntas. Esta roca es
particularmente abundante en los fondos oceánicos ya que forma la capa
superior de la corteza oceánica (sin contar los sedimentos que la cubren en
parte). En contextos científicos se denomina MORB, una abreviación de mid-
ocean ridge basalt en inglés, al basalto que origina en las dorsales centro-
oceánicas y compone las capas superiores de la corteza oceánica. Aparte de la
corteza oceánica ordinaria existen grandes extensiones predominantemente de
basalto llamados traps, que pueden cubrir miles de km²,
con coladas individuales con volúmenes de más de 2000 km³. Algunos de los
principales traps se encuentran en la cuenca del Paraná, Siberia, la meseta del
Decán, el Karoo y en la cuenca del río Columbia. Otras zonas donde se
presenta el basalto es en arcos volcánicos continentales e insulares y en islas
oceánicas.
Al salir a la superficie durante erupciones volcánicas el basalto tiene
temperaturas entre 1100 y 1250 °C. En forma de lava, el basalto fluye
relativamente fácil pudiendo formar volcanes en escudo los cuales están
principalmente compuestos de esta roca. El fácil fluir del basalto se debe a su
bajo contenido de sílice, que permite que coladas de basalto avancen más de
20 km y los gases del magma escapen sin llegar a formar columnas eruptivas.
El basalto puede presentarse de variadas formas como lava, avalanchas
ardientes, en flujos de lodo, hialoclastitas, como piroclastos y ceniza. Cuando
el basalto ocurre en forma de lava puede tomar la forma de lava acojinada,
lava pahoehoe y formar tubos de lava.
Un magma basáltico que cristaliza en un dique forma el
equivalente subvolcánico del basalto, la diabasa, mientras que si el mismo
magma cristaliza en una cámara de magma se forma gabro, el
equivalente plutónico del basalto.
BASALTO EXTRATERRESTRE:
El basalto también se presenta en las superficies de otros cuerpos del sistema
solar, como Marte, Venus o la Luna, donde cubre aproximadamente el 17 %
de la superficie. El basalto lunar tiene algunas diferencias con el terrestre,
entre ellas un contenido mayor de ilmenita. Algunos meteoritos de
tipo acondrita son basaltos, lo que evidencia actividad volcánica en el cuerpo
celeste del cual se originaron. Existen acondritas basálticas que derivan de la
Luna mientras que otro grupo de acondritas basálticas llamadas “shergottitas”
provienen de la superficie de Marte.

QUIMICA Y MINEROLOGIA:
El basalto es de color oscuro y rico en hierro y magnesio. Comparado con
otras rocas ígneas el basalto tiene un bajo contenido en sílice. Aunque el
basalto puede ocurrir en forma de vidrio, sin o con muy pocos cristales, a
menudo contiene fenocristales de olivino, augita y plagioclasas. Los basaltos
a menudo tienen una textura porfídica con los fenocristales anteriormente
mencionados y una matriz cristalina fina.
Ejemplo de una composición química de basalto expresada en porcentaje de
masa de óxidos:

SiO2 TiO2 Al2O3 FeO MnO MgO CaO Na2O K 2O P2O5


Fe2O3

49.97 1.87 15.99 3.85 7.24 0.20 6.84 9.62 2.96 1.12 0.35
ROCAS DERIVADAS:

IGNEAS:
El magma basáltico puede producir rocas distintas al basalto como
la andesita, dacita y riolita mediante cristalización fraccionada, aunque la
asimilación de rocas de la corteza también juega un rol importante en
formación de estas rocas. Según algunos experimentos de laboratorio, se
podría generar magma félsico directamente a partir de la fusión parcial de
basalto. En el caso de las riolitas de Islandia hay dos hipótesis y ambas
involucran al basalto: una que postula que las riolitas provienen de la fusión
parcial del basalto, y otra que postula que la cristalización fraccionada y la
asimilación cortical por parte del magma basáltico generan el magma riolítico.

METAMORFICAS:
El basalto puede ser protofito de una vasta gama de rocas
metamórficas dependiendo de las condiciones de temperatura y presión.
Algunas de las rocas metamórficas que pueden derivar del basalto (meta
basaltos) son esquisto azul, esquisto verde, anfibolita y granulita. Las
distintas facies metamórficas llevan el nombre de las rocas formadas a partir
de un protofito de basalto.
Las eclogitas son rocas de composición basáltica que han sido expuestos a
presiones extremas en el manto o en zonas de subducción. Los
basaltos alterados por circulación hidrotermal cerca de dorsales meso-
oceánicas forman espilitas.
USO Y PROPIEDADES:
A través de la historia el basalto se ha empleado como material de
construcción por diversas culturas, entre ellas los olmecas de México,
el Antiguo Egipto, y el pueblo rapanui, por mencionar unas pocas. Hoy en día
se utilizan fibras artificiales de basalto para reforzar estructuras de hormigón
A pesar de ser impermeable, su uso no es aconsejable para ciertas obras
hidráulicas debido a su excesiva fracturación. Otro defecto es que las
superficies de basalto tienden a formar pequeñas manchas blancas en donde el
mineral analcima se ha alterado, posiblemente producto de la radiación solar.
El basalto tiene un coeficiente de dilatación térmica más bajo que el granito,
la caliza, la arenisca, la cuarcita, el mármol, o la pizarra, por lo que recibe
poco daño en incendios. Dado el bajo albedo de los basaltos, las superficies de
esta roca tienden calentarse más que otras, producto de la radiación solar,
llegando a registrar temperaturas de casi 80 °C en el Sahara. El basalto masivo
(sin vesículas) tiene una densidad de 2,8 a 2,9 g/cm³ siendo más denso que
el granito y el mármol pero menos que el gabro. En la escala de dureza de
Mohs se ha estimado que el basalto tiene una dureza que puede variar de
aproximadamente de 4,8 a 6,5.

ALTERACION Y METEORIZACION:
En cuanto a la meteorización química, los componentes del basalto tienden a
decaer en el siguiente orden: vidrio, olivino, plagioclasas, piroxeno y, al
final, minerales opacos. La meteorización química del basalto
consume dióxido de carbono, y el 70 % de este consumo se debe a la
meteorización de aluminosilicatos con magnesio y calcio.
El sideromelano, como se le llama al vidrio basáltico, se altera en contacto con
agua en un material llamado palagonita, antes de decaer finalmente
en esmectita, mineral del grupo de las arcillas.

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