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¡No te vayas!

Gabriela Keselman

A Catalina no le gusta despedirse, siente un agujerito en el corazón,


un abejorro en la tripa y unas ganas tremendas de decirle al sol
¡No te vayas!

El sol entonces, inventa unos rayos más y se los regala a Catalina


Pero luego, tiene que esconderse porque...
A Catalina no le gusta despedirse, siente un pinchazo en el corazón,
un sapo en la tripa y unas ganas enormes de decirle al invierno
¡No te vayas!

El invierno, entonces le arroja a Catalina una bola de nieve que tenía guardada.
Pero luego, tiene que irse porque...
(llega la primavera)
A Catalina no le gusta despedirse, siente un golpecito en el corazón,
un mono en la tripa y unas ganas increíbles de protestar al globo
¡No te vayas!
El globo, entonces, se queda un momento para jugar con Catalina a los
cumpleaños
Pero luego, tiene que irse porque...
A Catalina no le gusta despedirse, siente un pellizco en el corazón,
un canguro en la tripa y unas ganas gigantescas de ordenarle a su diente
¡No te vayas!
Pero entonces, el diente se disfraza de equilibrista de circo
y juega un rato más con Catalina.
Luego, tiene que irse porque…
A Catalina no le gusta despedirse, siente una agujeta en el corazón,
un oso en la tripa y unas ganas inmensas de insistirle a la espuma
¡No te vayas!
La espuma entonces burbujea haciéndole cosquillas a Catalina.
Pero luego, tiene que escurrirse, porque…

A Catalina no le gusta despedirse, siente una magulladura en el corazón,


un hipopótamo en la tripa y unas ganas descomunales de chillarle a su triciclo
¡No te vayas!

Pero el triciclo entonces toca en su bocina la canción


favorita de Catalina y luego tiene que alejarse porque…
A Catalina no le gusta despedirse, siente un rasguño en el corazón,
un rinoceronte en la tripa y unas ganas locas de convencer al autobús
¡No te vayas!
El autobús entonces hace reír a Catalina con el rugido de su motor
Pero luego tiene que partir porque…

A Catalina no le gusta despedirse, siente un charquito en el corazón,


un dinosaurio en la tripa y unas ganas monstruosas de rogarle a su papá
¡No te vayas!
El papá entonces sonríe, se sienta junta a Catalina
y se queda con ella un rato muy largo.
Pero luego tiene que apagar la luz y marcharse porque…

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