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Índice
Sinopsis ............................. 4 Diez ................................. 53

Lista de Reproducción ....... 7 Once ................................ 58

Prólogo ............................. 8 Doce ................................ 64

Uno ................................. 10 Trece ................................ 71

Dos .................................. 15 Catorce ............................ 73

Tres.................................. 21 Quince ............................. 81

Cuatro .............................. 25 Dieciséis ........................... 86

Cinco ............................... 30 Diecisiete ......................... 91 3


Seis .................................. 34 Dieciocho......................... 94

Siete ................................. 40 Nota de la Autora ............. 99

Ocho ................................ 45 Sobre la Autora .............. 100

Nueve .............................. 49
Sinopsis
Charlie

Me criaron encadenada y me dieron por muerta.

Esa es suficiente oscuridad para alimentar la ira de cualquiera.

La necesidad de venganza corre por mis venas y el poco de cordura


que me quedaba se desvaneció en la tumba poco profunda de la que salí.

Sólo un hombre con el alma más negra y sangre en sus manos podrá 4
manejar el tipo de locura que escondo en mi corazón vacío.

Por suerte para mí, él tiene ambas cosas, y la próxima tumba ante la
que me encuentre no será la mía.

Jax

No soy un buen hombre, ni siquiera decente.

Entonces, cuando Charlie llega a mi vida con una sed de sangre que
rivaliza con la mía, la dejo seguir su camino.

Tengo mis propios problemas de los que ocuparme.

Entonces, ¿por qué me encuentro rastreando a la pequeña terrorífica


para darle exactamente lo que quiere?
Seré su arma cargada.

Todo lo que tiene que hacer es señalarme en la dirección correcta y


apretar el gatillo, pero esta chica es una Reina de la Destrucción por sí
sola.

5
Para aquellos con una historia.

Te creo.

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Lista de
Reproducción
Wicked Ones - Dorothy
Spiders - RAINNE
Demon Mode - Stileto, AViVA
Dark Side - Bishop Briggs
Darling - Halsey
Kill Of The Night - Gin Wigmore
Wicked Game - Lusaint
7
Nightmare - AViVA
Mood Swings - tiLLie
Villian - MISSIO
Mother’s Daughter - Miley Cyrus
Prólogo
Charlie

El lento goteo de un grifo habría enloquecido a la mayoría de las


personas por el ruido incidente. Es como si el eco interminable de una
tubería palpitara contra mis tímpanos, pero encuentro que el goteo
constante calma mi mente. A menudo es el único sonido que escucho
durante días.

Un continuo olor pútrido llena mi nariz con cada respiro. El aire


húmedo y gélido que se pega a mi piel debería dejarme helada de adentro
8
hacia afuera, pero ahora parece ser parte de mí. El creciente
entumecimiento de mi cuerpo está envolviendo cualquier gramo de
calidez que podría haber quedado no sólo en mi cuerpo, sino también en
mi alma.

No estoy segura de cuánto tiempo he estado aquí. El tiempo pareció


detenerse cuando llegué por primera vez, pero finalmente un segundo se
convirtió en diez. Diez segundos se convirtieron en diez días y ahora bien
podrían haber sido diez años.

Era joven cuando me dejaron aquí por primera vez. Mi nombre


parece un recuerdo lejano, pero de alguna manera me he aferrado a él.
Como si sólo el nombre pudiera darme la identidad que me fue
arrebatada.

No recuerdo muchos detalles, pero recuerdo el sentimiento de pavor


y desamor. Por mí o por otra persona, ya no estoy exactamente segura.
Los hombres vienen a visitarme a mi infierno personal más a menudo
de lo que me gustaría, pero a veces es desesperadamente necesario,
suponiendo que quiera tener comida y agua. A veces querer seguir con
vida es más un inconveniente que otra cosa, pero mi comportamiento
últimamente dice todo lo contrario.

No les gusta cuando me defiendo. Después de todo este tiempo,


todavía tengo ganas de vivir, lo cual no me hace ningún favor. Supongo
que no me mantendrían encadenada y medio muerta de hambre si
tuvieran algún interés en matarme. Por otra parte, cualquier alimento y
agua son mejores que nada, y eso de por sí podría demostrar que estoy
equivocada. Después de todo, ¿por qué alimentarías a un cadáver?

9
Uno
Charlie

Me cuesta respirar, y empiezo a ahogarme y toser con la sustancia


que llena mi garganta y mis pulmones. Estoy rodeada por algo, pero no
puedo ver y apenas puedo moverme. Intento levantar un brazo, pero me
encuentro con una barrera. Moviendo los dedos, la sensación en mis
manos regresa.

Las partículas que inhalo lentamente con cada respiración que


intento tomar se sienten como café molido, pero huelen a tierra.
10
¿Por qué huelo tierra? No sólo la huelo. Me asfixio con el olor y
pienso que no es sólo el olor lo que me está privando de oxígeno, sino la
sustancia en sí. Muevo mis manos lo más rápido que puedo, alcanzando
lo que sólo puedo esperar que sea aire del otro lado.

Cada sensación en mi cuerpo zumba. Soy hiperconsciente de este


momento. Una lucha por sobrevivir, si es que alguna vez tuve una. La
repentina sensación de arañas e insectos arrastrándose por mi piel en su
propia lucha por sobrevivir mientras revuelvo la tierra que nos rodea me
hace cavar aún más rápido.

Veo luz cuando finalmente atravieso la tierra y lucho por llevar mi


rostro al aire fresco para poder finalmente tomar el respiro sin obstáculos
que he estado buscando durante lo que parece una eternidad, pero en
realidad, probablemente sólo han sido minutos.

Quien intentó matarme hizo un pésimo trabajo. Ya sabes,


considerando que todavía estoy respirando. Apenas.
Me arrastro por el suelo lejos de la tumba poco profunda en la que
me arrojaron y trato de observar lo que me rodea mientras sigo tosiendo
la tierra que se deslizó por mis labios mientras luchaba por respirar.

Debe ser de noche o de madrugada. La temperatura se siente fresca


y cargada. Puedo ver mi respiración, pero no tanto como para que esté
congelándome. Cuando bajo la mirada, me doy cuenta de que me han
dejado por muerta en una tumba poco profunda, completamente
desnuda.

—¿Qué carajo? —murmuro para mí, mientras miro y me doy cuenta


de mi estado de desnudez, sólo para toser más tierra de mi garganta seca
y áspera.

Me rodeo con mis brazos para buscar un poco de calidez y entrecierro


los ojos para tratar de descubrir dónde estoy. Aunque el sol no ha salido,
mis ojos están sensibles por estar cerrados y cubiertos de oscuridad
mientras estuve bajo tierra. Sólo puedo suponer que se debe a las drogas 11
con las que inundaron mi sistema para presumiblemente acabar con mi
vida.

Mirando a mi alrededor, parece que estoy en medio de la nada.


Todavía está oscuro y me cuesta ver con claridad, pero puedo escuchar
el sonido más débil de lo que creo que puede ser un vehículo que pasa
ocasionalmente.

Escucho una pequeña risa salir de entre mis labios, que luego se
convierte en una risita. Y finalmente la risita me lleva a reír a carcajadas
y quedar sin aliento.

Enloquecí. Ya enloquecí. ¿Verdad?

Luchando por recuperar el aliento, toco mi rostro y aparto la mano


para encontrar las yemas de mis dedos mojadas por el líquido extraño
que olvidé que corría por mi cara desde mis ojos llorosos. ¿Son lágrimas?
Seguramente no estoy llorando. No recuerdo la última vez solté lágrimas
y ahora ha pasado tanto tiempo que ni siquiera me doy cuenta.
Envolviendo mis brazos alrededor de mi estómago nuevamente,
camino hacia donde escuché un leve sonido de tráfico, tropezando con
ramas y pisando las hojas recién caídas que no tuvieron la suerte de
evadir el clima otoñal o la muerte que dejó a su paso. La línea de árboles
no es lo suficientemente escasa para dejarme ver lo que me espera más
adelante.

Mis pies se sienten congelados y entumecidos, y tiemblo por el aire


fresco de la noche que roza mi cuerpo desnudo mientras camino por el
bosque cada vez más escaso.

Odiaría no tener una forma de saber la hora. Nunca pude tener reloj
y cada vez que preguntaba qué hora era, me castigaban de una forma u
otra. Al final dejé de preguntar. Ya no valía la pena. ¿Por qué querría
contar los minutos que pasaban, cuando no estaba segura de cuál podría
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ser el último?

He aprendido que es, en plena noche, cuando la gente se vuelve más


valiente. Los monstruos no sólo salen de noche, sino que caminan entre
los vivos durante la luz del día. Las pesadillas, sin embargo, a menudo
nacen en la oscuridad de la noche y cobran vida propia. Aquellos que
sufren a manos de un monstruo pueden optar por dejar que ese dolor se
infecte hasta que se vuelve demasiado y cree una entidad propia, una
pesadilla, para sobrevivir de la única manera que saben cuando la presa
se convierte en depredador.

Finalmente, tropiezo a través del último matorral de ramas y salgo


de la línea de árboles junto a un parque infantil. Compruebo si hay autos
estacionados a lo largo de la calle o gente caminando por el área, pero la
calle está bastante tranquila, aparte de una pareja joven al otro lado del
patio de recreo. Aunque, a altas horas de la noche o a primeras horas de
la madrugada, cualquier persona que encuentres cerca de un parque
infantil, probablemente no sea una buena noticia. Por otra parte, no son
ellos los que están desnudos y cubiertos de tierra en un parque. Me
encojo de hombros ante mi incesante necesidad de justificar todo. Como
si esto fuera mi culpa.

Inhalo profundamente por la nariz y lucho por exhalar lentamente


por la boca.

—Puedes con esto, Charlie. No hay problema. ¿Y qué si unos


imbéciles te enterraron desnuda y viva en el bosque? Podría haber sido
peor. Podrías haber estado desnuda y muerta. Entonces, ¿de qué tendrías
que quejarte? De nada. Eso es. Estarías más muerta que un muerto —
digo mientras asiento para nadie más que para mí, convenciéndome de
que estoy siendo completamente racional en este momento.

Mientras camino por el parque, sigo murmurando para mí misma.

Rápidamente, levanto la mirada y encuentro a un par de adolescentes


frente a mí. Uno jadea como si fuera la segunda venida y el otro tiene la
boca abierta. Doy mi mejor mirada de chica mala. Puede que esté un 13
poco fuera de lugar porque ambos pares de ojos se ensanchan un poco
más.

—¿Puedo ayudarlos? —digo bruscamente a la pareja. Ambos niegan


con la cabeza. Estoy a punto de continuar mi camino cuando me detengo
bruscamente y me doy cuenta de que todavía estoy desnuda y cubierta
de tierra.

—Ropa —digo, extendiendo mi mano mientras miro a la chica. Ella


farfulla y comienza a retroceder.

—¡No te daré mi ropa! ¡¿Estás loca?!

Sonrío.

Y espero.

Finalmente, su novio se quita la ropa. No creo que a ella le guste


mucho, pero tuvo su oportunidad. Jesús. La mirada que ella me está
dando. ¿Esto es normal? No sólo no tengo tiempo para esto, sino que
crecí encadenada como prisionera y alejada del mundo exterior.
Realmente ni siquiera estoy segura de qué se considera cortesía o buenos
modales. Lo poco que sé del mundo solía provenir de conversaciones
que no debía escuchar o de programas de televisión cuando se me
permitía verlos.

—¿Puedes darte prisa? No parece que le agrado mucho a tu novia.

Escucho un resoplido proveniente de él, lo que casi me hace sonreír,


pero toda esta situación me hará dar vueltas pronto si no junto mi
mierda.

Echo un vistazo rápido a mi alrededor mientras mantengo a la pareja


en mi línea de visión. No puedes ser demasiado cuidadosa. Nunca se
sabe con quién te puedes cruzar. Por ejemplo, una chica desnuda
cubierta de tierra que sale tambaleándose del bosque y atraviesa un
parque.
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Ahora que lo pienso, ni una sola vez me han preguntado si estoy bien,
y eso hace que me enoje.

—Oh, qué mierda, sólo dame las malditas cosas —le digo mientras
le arrebato los pantalones negros de la mano que todavía colgaban de un
pie mientras se los quitaba con el otro, dejándolo sólo en su bóxer.

Me pongo los pantalones y los hago rodar por mis caderas, tratando
de acomodar la prenda a mi cuerpo más pequeño. Luego me pongo la
camiseta y meto los brazos por los agujeros. Mientras paso mi cabeza
por la parte superior, siento un olor a algún tipo de colonia o fragancia.
Podría ser peor. También podría ser mejor. Oh, bueno.

Lanzando mi larga maraña de cabello negro sobre mi hombro,


murmuro un gracias y continúo mi camino.

No sé a dónde voy. Ni siquiera estoy segura de dónde estoy en este


momento. Todo lo que sé es que alguien acaba de intentar matarme y lo
único que se me ocurre es beber un balde de agua helada para aliviar esta
sensación de picazón y carne viva en mi garganta.
Dos
Charlie

Estoy a varias cuadras de donde comencé cuando me doy cuenta de


que el concreto bajo mis pies descalzos me está cortando la piel, lo que
hace que deje un rastro de sangre donde quiera que piso.

Atravieso un estacionamiento y camino por la parte trasera del


edificio, buscando la respuesta a mis oraciones, y son respondidas poco
después.
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Me acerco y noto un auto viejo con las ventanas subidas, presiono mi
cara contra el cristal y veo un par de chanclas en el asiento.

Además de mi gran hallazgo de calzado barato, me doy cuenta de la


situación en la que me encuentro ahora. Quiero estrangular al imbécil
que hizo esto.

Corro alrededor del edificio, pies ensangrentados y todo, buscando


lo que necesito. Después de encontrarlo, vuelvo para liberar al perrito.

—¡Señora! ¡Regrese! ¡Tiene que pagar por eso! —grita un hombre


desde la acera frente a las puertas de la gasolinera.

—¿Por qué? ¡Sólo lo estoy tomando prestado! Además, ni siquiera


los vendes. ¡Esto es una gasolinera! —digo resoplando mientras continúo
hacia el auto.

Voy al lado opuesto del vehículo, levanto el bate y lo muevo con


todas mis fuerzas hacia la ventana del pasajero trasero, viendo cómo el
vidrio se rompe y esperando que no vuele en dirección al pequeño
animal. Me arrastro sobre el cristal, sin prestar atención a los cortes y
fragmentos que se incrustan en mi piel, y alcanzo primero las chanclas y
segundo, mi nuevo inconveniente. Porque eso es exactamente lo que es
esto. Un inconveniente de proporciones épicas.

Esto es tan raro de mí, que es ridículo. No soy de esos activistas de


corazón blanducho que se dedican a rescatar a todos los animales sin
hogar, no es que no crea que merezcan ayuda, pero normalmente me
ocupo de mis propios problemas y eso me deja poco tiempo para
ocuparme de los demás. Pero algo acerca de estar atrapada bajo tierra
me da un pequeño matiz de simpatía muy, muy en el fondo por este
perro.

—En serio no necesito esto ahora, pero me sorprendiste en un estado


de ánimo generoso —le susurro al perro. Me mira como si fuera su nueva

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mejor amiga—. No me mires así. No funcionará conmigo. Pero necesitas
un nombre. —Observo el aspecto inocente del Tazita Maltipoo marrón
y esponjoso. Al menos creo que eso es lo que es, y tampoco creo que sean
baratos. Así que estoy segura de que estoy a punto de enfurecer a alguien
más.

Después de verificar dos veces que en realidad es un él, finalmente


decido nombrarlo más tarde. Necesito irme.

Me doy vuelta y encuentro a un par de personas mirando.

—Dile a quien mantuvo a este perro encerrado en el auto sin comida


ni agua que hay un lugar especial en el infierno para las personas que
maltratan a los animales —exijo mientras me pongo mis chanclas recién
adquiridas—. Y tienen suerte de que no haga calor o habría ido por ellos.

Dejando el bate a un lado, Té y yo... mierda. Creo que acabo de


nombrarlo. Té, abreviatura de Tacita de Té. Claro. ¿Por qué no?
Seguimos calle abajo. Después de unas cuadras más, me arrepiento de
no haber ido a la gasolinera a buscar agua.
Pasamos por lo que parece un bar, pero más bien parece un agujero
en una pared. Literalmente. Sólo hay un pequeño cartel que dice «BAR»
al lado de una puerta. Me doy una A+ por mis habilidades de
razonamiento deductivo. ¿Quién dijo que nunca llegaría a nada?

Empujo la puerta y se abre.

—Vamos, Té. Veamos en qué tipo de problemas podemos meternos


—le susurro al oído a mi nuevo amigo. No estoy segura de la hora, pero
la puerta está abierta, así que entramos.

Al caminar por el pasillo oscuro, el olor a pecado y cigarrillos llega a


mi nariz. Cuando doblamos la esquina, me protejo los ojos con una
mano mientras me acurruco más en Tea con la otra. Estas malditas luces
me están matando. No son brillantes de ninguna manera, pero después
de caminar por el pasillo de la perdición, son mucho más brillantes en
comparación.
17
Mientras mis ojos se adaptan a la iluminación, camino hacia la barra,
me quito las chanclas y las tiro sobre la barra frente a mí. Luego, hago
girar a Té para que se siente en mi regazo. El pobre jadea como loco.

—¿Puedo ayudarte, cariño? —pregunta una chica, no mucho mayor


que yo, desde detrás de la barra mientras me mira. Luce de veintitantos.
Su largo cabello oscuro, casi tan oscuro como el mío, descansa sobre su
cabeza en un moño desordenado. Lleva una camiseta sin mangas negra
y shorts rotos blancos de mezclilla.

La miro mientras ella observa mi apariencia, segura de que es mucho


para asimilar. Cabello largo y negro locamente enredado, chanclas con
pies ensangrentados, pantalones de chándal y una camisa que es
demasiado grande, sin mencionar los cortes en mis brazos y manos por
el cristal del auto. Estoy prácticamente cubierta de tierra desde la cabeza
hasta los pies después de salir de la tumba en la que fui enterrada. Y para
rematar el aspecto, tengo un perrito peludo que no puede pesar más de
cinco o siete kilos como mucho. Parece que a ambos nos vendría bien un
baño y una barra de jabón.
—¿Estás bien? —pregunta con voz temblorosa.

—He estado caminando durante lo que parecen horas y ¿sabes que


eres la primera persona que me pregunta eso? —digo con voz temblorosa
y luego intento aclararme la garganta.

Puedo verla encogerse al escuchar mi voz ronca.

—Bueno, parece que has tenido un día —afirma simplemente.

No puedo evitar reírme al encontrar el humor en su declaración.

—Oh, he tenido una vida —respondo—. Pero esto es mucho mejor a


cómo empezó mi día. —Respiro profundamente para calmarme ante la
vergüenza que empiezo a sentir ante mi siguiente declaración—. No
tengo dinero. Pero literalmente mataría por un vaso de agua helada y
agua para el perro también, ¿por favor? —pregunto mientras hago lo
mejor que puedo para darle esa mirada dulce e inocente que sé que no
tengo.
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Me he visto en un espejo y soy lo suficientemente consciente como
para admitir que ni siquiera yo puedo ver una pizca de inocencia cuando
veo mi reflejo. Creo que algunas personas simplemente han vivido
mucho y cosas demasiado duras para aferrarse a eso, y si bien es posible
que yo no haya vivido en un sentido extravagante en cuanto a
experiencias, he tenido una buena cantidad de traumas para contar como
tal.

Ella suspira, luego sacude la cabeza y suelta una pequeña risita. Se


da vuelta y prepara agua helada para mí y un tazón de agua para Té, y
no puedo pensar qué no haría en este momento por esta chica. Sólo este
acto de bondad es suficiente para que sienta que un lado de mi boca se
levanta en una pequeña sonrisa apenas visible. Algo que no he hecho en
años.

Deja nuestra agua frente a nosotros después de decirme que le avise


si puede conseguirme algo más y camina más abajo en la barra para
hablar con un hombre. No puedo evitar mirarlo un poco más de lo que
se considera cortés cuando observo su apariencia.

Es mayor, en comparación con mis veinte años. Probablemente entre


veintitantos y treinta y tantos. Tiene el cabello corto, negro azabache,
más largo en la parte superior, con barba incipiente a lo largo de la
mandíbula y una nariz recta con un pequeño bulto, como si se hubiera
roto demasiadas veces y no estuviera bien arreglada. Lleva jeans rotos y
una camisa blanca de manga corta, tatuajes recorriendo sus brazos, y si
miro lo suficientemente cerca, puedo ver que tiene un pequeño tatuaje
en el costado de su rostro, justo debajo de su sien, de una pequeña araña.

—Bueno, hola —murmuro para mí y bebo mi agua helada mientras


intento ver más de él por el rabillo del ojo sin parecer demasiado obvia.
Té me mira con sus grandes ojos redondos, como si entendiera mis
palabras. Me siento juzgada por mi nuevo amigo de cuatro patas.

—Bueno, hola a ti también, cariño. —Puedo sentir el asalto del aire 19


caliente contra mi cuello que huele a alcohol, dándome fuertes vibras de
peligro por parte del desconocido. Ya tuve suficientes donde crecí, pero
prefiero las amenazas que conozco a las que no. Al menos allí sabía qué
esperar. Esta es mi primera experiencia fuera de esos muros familiares.

Estiro el cuello lejos del atrevido agresor mientras intento mantener


el disgusto y la rabia fuera de mi expresión. Él da un paso hacia mí de
nuevo, frotando el pequeño bulto que tiene en sus pantalones contra mi
cadera.

—Oh, diablos, no —murmuro en voz baja mientras me alejo de él


una vez más. Esta vez ya he tenido suficiente y me acerco al atractivo
desconocido que está unos taburetes más abajo del mío y empujo a Té
en su dirección.

—Sostén a mi perro —le digo y luego, abruptamente, me doy la


vuelta y vuelvo en la dirección donde estaba perfectamente contenta hace
unos momentos.
Marchando hacia el hombre que pensaba que podía frotarse contra
mí, tocarme y respirar en mí, dejo que mi temperamento se apodere de
mí, incapaz de contenerlo.

—Déjame decirte algo, hijo de puta. Puede que sea pequeña. Puede
que parezca la niña perdida de la que crees que puedes aprovecharte,
pero no dejes que tus ojos te engañen. Soy el peor infierno que puedas
encontrar. ¿Quieres saber por qué? Acabo de salir de una maldita tumba.
—No puedo evitar soltar una risa amarga, respirar profundamente y
continuar—. ¿Sabes en qué me convierte eso? En un puto zombi. Te
arrancaré la cara con los dientes por diversión —digo mientras me acerco
a este imbécil, mientras dejo que el familiar sentimiento de rabia y
pensamientos de violencia me invadan.

Aprendí muchas cosas mientras crecía en un manicomio, incluyendo


mis coloridas habilidades lingüísticas. No estoy segura de si nací con eso.

20
Por lo que recuerdo de mi madre, la mayor parte del tiempo se sentaba
allí, sedada. Pero la locura definitivamente se puede enseñar, y durante
un tiempo tuve mucha gente que me enseñó.

—Miren lo que tenemos aquí, chicos. La chica se cree pateatraseros


—dice con risa en los ojos.

Agarro su pene a través de sus pantalones y lo retuerzo, luego salto


para agarrar su cabeza y la golpeo contra la barra. Él cae al suelo y yo
me subo encima de él, dándole algunos golpes en la cara mientras veo
rojo. Luego le muerdo la oreja y tiro con los dientes, arrancando un buen
trozo de su cabeza.
Tres
Jax

Veo la tormenta formándose a sus ojos mientras empuja la pequeña


bola de pelo en mi dirección, y me pregunto hasta dónde llegará esto.
Parece caos envuelto en condena. Inmediatamente, siento la tensión en
el aire.

—Jax, ayuda a esa pobre chica —susurra Ashlyn en voz alta en mi


dirección.
21
—A mí no me parece que necesite ayuda —digo mientras le sonrío a
mi hermana Ashlyn. Ella me golpea el brazo.

—Bueno. Agarra al maldito perro —me quejo mientras le paso el


perro y camino casualmente hacia la inevitable pelea que está a punto de
estallar entre la pequeña terrorífica y el imbécil que la estaba acosando.

Justo cuando doy un paso adelante, la oigo gritar tonterías sobre salir
de una tumba y algo sobre zombis y me pregunto en qué mierda me acabo
de meter.

Lo siguiente que sé es que ella le golpea la cabeza contra la barra y se


sube encima de él. Supongo que la dejaré dar algunos golpes. Después
de todo, él se lo merecía. Pero los golpes que estaba soltándole,
rápidamente se convirtieron en lo que creo que era un trozo de carne
escupido de su boca. Levanto la mano y me froto la boca, tratando de
ocultar mi sonrisa a los que se han reunido.
La sangre brota del costado de su cabeza donde estaba su oreja hace
apenas unos momentos. No arrancó todo, principalmente el lóbulo de su
oreja. Ella se sienta aturdida mientras la sangre gotea por su barbilla.

—¡Perra loca! —grita alguien, mientras el hombre destrozado gime


en el suelo, tratando de encontrar su oreja. No creo que se dé cuenta de
que sólo le falta una parte, y ni siquiera creo que los lóbulos de las orejas
se puedan coser de vuelta, pero supongo que tendrá que descubrirlo por
sí mismo.

Decido que probablemente debería intervenir y caminar alrededor


del espectáculo frente a mí, decidiendo no acercarme por detrás. He visto
este tipo de locura antes. Demonios, yo estoy así de loco. Sé que lo último
que necesita esta pequeña terrorífica es sentirse enjaulada o atacada por
detrás. Quiero que me vea cuando me inclino para ayudarla a levantarse
del suelo para que no la tome por sorpresa.

—Vamos. Arriba —le digo mientras me inclino para ayudarla a 22


levantarse. Aleja mi mano de golpe y me lanza una mirada que mataría
a un hombre más débil. Una vez que ve que soy yo y no otro amigo de
su agresor en el suelo, sus ojos se suavizan un poco y me deja ayudarla a
levantarse.

—Vamos a limpiarte, chica traviesa —le digo mientras la llevo al final


de la barra, donde Ashlyn espera con su perro.

—Charlie —murmura mientras se inclina sobre la barra mientras se


limpia la cara con la toalla mojada que Ashlyn le entregó. Debe ver la
confusión en mi rostro porque luego pone los ojos en blanco.

—Mi nombre es Charlie —añade.

—Jax —digo con una sonrisa mientras me siento de nuevo en mi


taburete.

Ashlyn me acerca una cerveza fría y le doy un trago mientras


mantengo a Charlie a la vista. Ella es una bala perdida. Me pregunto si
ya lo sabe o no. No confiaré en ella en estos momentos, eso es seguro.
Dudo que lo que dijo sobre salir de una tumba sea cierto, pero parece
que salió de una. No puedo argumentar que no parece que eso sea
exactamente lo que pasó, porque luce como el infierno. Está buena. Le
concederé eso. Pero parece que ha estado en el infierno y ha regresado...
varias veces.

Ashlyn viene para devolverle a Charlie su perro. Otro misterio por


resolver. Y Charlie parece sorprendida al verlo. Uno pensaría que estaría
encantada de tenerlo de vuelta. Quiero decir, lo trajo a un bar. Si eso no
grita obsesión, no sé qué lo hará. Realmente espero que no sea una de
esas mujeres que llevan a su perro dentro de un bolso. No tengo nada
contra los perros. Me encantan. Pero eso es muy molesto.

—Ven, Té. Supongo que ahora estamos juntos —le dice al perro.

—¿No te gusta tu perro o algo así? —susurra Ashlyn al otro lado de


la barra como si tuviera miedo de ofenderla a ella o al perro. Eso no es
propio de ella en absoluto. Suele ser bastante directa. Su actitud es de «lo 23
que ves es lo que hay».

—Lo encontré encerrado en un auto, sin comida ni agua. Pensé que


debía liberarlo. Realmente no estaba en el espacio mental adecuado para
pensar en eso. Ahora es un inconveniente —murmura la última parte
para sí misma, casi como si estuviera decepcionada por su falta de
autocontrol.

—¿Robaste un perro? —pregunto.

Si las miradas mataran, estaría muerto diez veces después de la


mirada que acaba de lanzarme.

—Dije que lo encerraron en un auto sin comida ni agua —responde.

—Entonces, como dije, robaste un perro —respondo.

—¿Hablas en serio? El pobre perro estaba solo, encerrado en un auto,


sin nada que comer ni beber. ¿Y si tuviera que ir al baño? ¿Qué pasa
entonces? ¿Eh? ¿Su dueño estaría feliz si orinara en el asiento?
Probablemente, eso sería un no, imbécil.

Continúa hablándose a sí misma en voz baja, más o menos, sobre no


juzgar a menos que tú hayas estado encerrado sin comida ni agua, y
siento como me tenso. Miro y veo que los ojos de Ashlyn se abren con
preocupación. No creo que eso debería haberse dicho en voz alta para
que otros lo escuchen.

Mis ojos vuelven a Charlie y le doy otra mirada desde una perspectiva
diferente después de quitarme los metafóricos lentes de color rosa. Su
largo cabello negro está enredado y sucio junto con su piel, cubierta con
lo que parece tierra, un gran contraste con el pantalón recién lavado y la
camiseta que lleva puesta. Tras una inspección más cercana, puedo ver
claramente que esa ropa es demasiado grande para ella. Tiene pequeños
rasguños a lo largo de los antebrazos y cortes abiertos en las plantas de

24
los pies.

—Charlie, ¿de dónde dijiste que eras? —pregunto.

—No lo hice —responde—. Pero ya que preguntas... del infierno.


Cuatro
Charlie

El manicomio Oak Grove era muchas cosas. Mi infierno personal es,


por mucho, la mejor descripción de todas, pero no siempre fue así. No
me di cuenta de lo diferente que era mi infancia de la de otros niños hasta
que pude verlo en la televisión de vez en cuando y vi el enorme contraste
en las vidas de las familias televisivas en comparación con la de mi madre
y la mía.

Nunca me dijeron quién era mi padre, pero mi madre era una


25
paciente en el manicomio. Así que no fue difícil adivinar quién era mi
padre. Considerando que ella era una paciente cuando dio a luz, yo debí
haber sido uno de los secretos peor guardados dentro de ese lugar.
Aunque sé que hay muchos.

Por similitudes simétricas, es obvio que el Dr. Whitmore era mi padre


biológico. Aunque nadie se atrevió a preguntar. Él fue quien me quitó la
poca libertad que tenía y se convirtió en mi carcelero.

Tenía alrededor de siete años cuando me quitó del cuidado de mi


madre y me arrastró al pequeño sótano a las afueras de la propiedad. Al
principio me encerraron, pero mientras más años pasaban, más duro
luchaba y peores restricciones tenía que soportar, como no sólo estar
encerrada, sino encadenada y esposada. Eso fue después de que escapé.
Dos veces. Aunque no llegué muy lejos. El pasillo no debería contar como
un escape, pero estaba fuera del sótano, así que todavía cuenta.

Miro el reloj de la pared del fondo y veo que son casi las dos de la
madrugada. Es mucho más temprano de lo que pensé que sería. Mi día
me está alcanzando. Supongo que ser drogada y dejada por muerta harán
eso. Estoy exhausta y no estoy segura de cuánto tiempo más podré
aguantar estar de pie.

Jax está hablando, pero sinceramente no tengo idea de lo que está


diciendo. Todo se mezcla al mismo tiempo y suena como si estuviera en
un túnel. Todo suena lejos. Voy a sentarme en el taburete junto a él, pero
una vez que me siento, se convierte en una caída y lo último que veo es
el taburete en el que se suponía que debía estar sentada cayendo hacia
mí cuando golpeo el suelo y quedo sumida en oscuridad.

Estoy acostada sobre algo cálido y esponjoso, lo que inmediatamente


me pone nerviosa porque nada en mi mundo es suave o cómodo.
Saltando del sofá en el que estaba y cayendo al suelo, busco algo para
defenderme. No tengo idea de dónde estoy. Catalogo en mi mente los
26
acontecimientos más recientes. Lo último que estaba haciendo era hablar
con Jax y Ashlyn. Miro y veo a Jax sentado en un rincón del suelo,
mirándome con ojos calculadores, como si fuera un animal salvaje al que
quizá fuera necesario sacrificar.

Esto es lo último que necesito. Entonces le digo precisamente eso.

—No. No me mires así. No he hecho nada malo. Al menos todavía


no —agrego—. Mira, no tengo dónde quedarme. Ni dinero. Ni ropa.
Nada. No estaba mintiendo cuando dije que desperté en una tumba.
Literalmente cavé para poder respirar. Me dejaron para morir.
Jodidamente muerta —siseo.

—¿Quién te dejo para morir, Charlie? —pregunta Jax como si


realmente no quisiera la respuesta.

—No importa.
—¡Y un demonio a que no! Una chica aparece en el bar de mi
hermana hablando de salir de tumbas, ser un zombi y salta a arrancar
orejas con los dientes —dice Jax.

—Está bien, tal vez no sea un zombi, ¡pero ese no es el puto punto!

—Entonces, ¿cuál es el puto punto? —grita.

No puedo evitar poner los ojos en blanco mientras extiendo mis


muñecas para que me mire, pero parece que no puede ver más allá de la
tierra que cubre mis brazos.

—Mira más de cerca —gruño.

Froto la suciedad que ensucia mis brazos y los moretones alrededor


de mis muñecas se vuelven más visibles que hace sólo unos momentos.
Es casi imposible pasar por alto las furiosas cicatrices rojas, rosadas y
blancas junto con los moretones morados, verdes y amarillos alrededor
de mis muñecas. Algunos viejos, otros nuevos.
27
—Esto es lo que sucede cuando eres un pequeño secreto sucio que
hay que guardar. No podemos permitir que el buen doctor parezca que
se folla a los pacientes, ¿verdad? —exclamo.

Jax inhala profundamente y sus ojos se vuelven más oscuros por


segundos.

—¿Tu doctor te hizo esto? —pregunta.

—Mi padre me hizo esto —digo honestamente.

Por qué siento que puedo confiar en un completo extraño es algo que
creo que nunca podré responder. Sólo sé que, por alguna razón, Jax
parece un protector, y nunca he tenido uno de esos. Tampoco he tenido
nunca un amigo. Así que le cuento mi historia. Cada detalle sucio, desde
los primeros recuerdos de mi infancia, hasta lo que escuchaba de otros
en el manicomio, y lo que experimenté a manos de los monstruos dentro
de sus muros.
Él no habla. Simplemente escucha. Me escucha desnudar mi alma.
Recuerdo una historia de cuando era más joven sobre los Niños
Perdidos. Bueno, yo soy la chica olvidada.

Si la encerramos, nadie se dará cuenta. Estoy segura de que eso fue lo


que pensaron cuando me mantuvieron encerrada. Puesta a un lado y
barrida debajo de una alfombra. No estoy segura de por qué no me
dispararon en la cabeza. Eso habría sido más humano, pero humanidad
no es algo que se encuentre allí.

Cuantas más palabras salen de mi boca, más ira viene al frente de mis
pensamientos. Mi padre, el doctor. Las reglas. Cualquiera que haya
ayudado a esconderme y nos utilizó a mí y a mi madre. ¿A cuántos
pacientes más les ha hecho esto? ¿Sólo a mi madre? No vi a ningún otro
niño allí. ¿Soy la única? Tengo tantas preguntas que necesitan respuestas.

De una forma u otra, todos van a pagar. Me aseguraré de ello.


28
—¿Por qué me estás diciendo esto? —pregunta Jax.

—¿Qué? —pregunto, sorprendida por su pregunta.

—¿Esperas que entre y salve el día? ¿Es eso lo que es esto, pequeña
terrorífica? ¿Se supone que debo sentir lástima por ti ahora?

—¿Hablas en serio? Me pediste mi historia, así que te la di —digo con


dientes apretados mientras trato de mantener la calma.

—No. Estás buscando un caballero en blanca armadura para salvarte el


día. Bueno, adivina qué, pequeña. Nadie aquí va a hacer eso. No soy un
caballero. Soy el monstruo de las pesadillas, no el héroe de los cuentos
de hadas.

No puedo creer el giro que ha tomado esta conversación. Pensé que


podía confiar en él y que era alguien que me ayudaría, pero no esperaba
un salvador. Sé que no debo confiar en nadie más, y mucho menos en
alguien que acabo de conocer.
—¿Crees que sé siquiera qué son los cuentos de hadas? No he tenido
cuentos de hadas. No existen en mi mundo. Las pesadillas son mis felices
para siempre. No hay héroes en mi historia. Todo el mundo es un
monstruo y la chica se salva a sí misma. Así que bájate de tu puto caballo
delirante y cállate la maldita boca —gruño, lo último de mi
comportamiento tranquilo se seca como si nunca hubiera existido para
empezar.

Esto fue un error. Nunca debí haber compartido nada de mí con él.
Eso es lo que obtienes, Charlie, por confiar en el primer hombre atractivo que
aparece. ¿No podría haber sido feo además de imbécil? Aparentemente, ambas
necesitaban coincidir para asegurarse de que yo aprendiera la lección.

Jax sale de la habitación en la que estamos y mi mente se acelera


tratando de encontrar una solución. Me lleva menos de un minuto
decidir que sólo me queda una carta para jugar.

29
Cinco
Jax

Es más de media noche y Ashlyn está cerrando el bar por la noche


cuando salgo corriendo de la habitación, dejando a Charlie y sus
sentimientos heridos a mi paso mientras salgo para calmarme de la
tormenta que se avecina dentro de mí.

Realmente no sé por qué me enojé tanto con ella. No era ella por
quien estaba molesto, sino la situación en la que ella se encontraba.
30
Mi hermana y yo teníamos nuestros propios problemas. Un padre
borracho que dejó su huella en ambos, pero la noche que amenazó con
vender a Ashlyn si no hacía lo que me decía, enloquecí. Cavó su propia
tumba esa noche, poniendo fin a su reinado de terror. Hemos sido mi
hermana y yo desde entonces. Bueno, y los chicos.

Mierda. Nunca escucharé el final de esto.

Me apoyo en el exterior del edificio junto a la puerta trasera del bar


y coloco una bota contra la pared detrás de mí mientras enciendo un
cigarrillo. Inhalo y apoyo mi cabeza contra la pared de ladrillos mientras
miro hacia el cielo nocturno. Puedo aclarar mi cabeza ahora que tengo
un poco de espacio para respirar.

No estoy seguro de qué es lo que quiere Charlie de mí, pero sé que es


algo. Es la naturaleza humana querer. Si sólo quiere un amigo, ya que
no creo que alguna vez haya tenido uno real, especialmente fuera de ese
hospital, o alguien que la acompañe. Demonios, incluso alguien que
simplemente cuidara de ella. Es algo. Alguien siempre quiere algo.
Termino mi cigarrillo y vuelvo al interior. Me dirijo a la barra para
ayudar a Ashlyn a limpiar para pasar la noche. Veo que tiene al perro de
Charlie en la esquina con lo que parece un fuerte de almohadas.

—¿Qué diablos le estás haciendo a este perro? —pregunto.

Ella sigue con sus cosas porque está acostumbrada a que yo siempre
me queje de algo, y después de unos minutos, responde:

—Necesitaba un lugar cómodo donde sentarse mientras yo trabajaba.

Suspiro y en silencio me pregunto por qué no vi venir esto antes.


Ashlyn siempre quiso un perro, pero papá nunca le dejó tener uno. No
sólo eso, sino que no había garantía de que sobreviviría en nuestra casa
debido a él. Por otra parte, papá no sobrevivió gracias a mí, así que eso
es todo.

Después de ayudar a Ashlyn a limpiar el bar, me siento y descanso


unos minutos mientras ella me entrega una botella de agua. Es entonces
31
cuando me doy cuenta de que Charlie aún no ha bajado del estudio de
arriba. Conduce directamente al bar, así que no hay manera de que la
hubiera pasado por alto.

A menos que…

Salgo corriendo escaleras arriba, tomándolas de dos en dos, hasta que


cruzo la puerta del apartamento y empiezo a buscarla. Si no bajó por el
bar, sólo había otra posibilidad. Debe haber salido por la puerta trasera
que se abre a una escalera de incendios en la parte trasera del edificio.
Rara vez lo usamos, por lo que es difícil incluso recordar que está ahí.

El dolor sordo en mi pecho por alguien que conocí hace sólo unas
horas no me deja olvidar que esto es por mí. Esto es mi culpa. Una parte
de mí quiere decir que se joda, ella estará bien, pero ¿qué sabe alguien
que creció en un manicomio, encerrada lejos de todos, acerca de estar
bien? Me pregunto qué es estar bien para ella.
Busco en el apartamento por segunda vez sólo para estar seguro.
Estaba bastante enojada conmigo, así que no le guardaría rencor si se
hubiera arrinconado de nosotros en este momento. Pero sólo puedo tener
esperanza, porque en el fondo sé que Charlie no se tomó simplemente
un tiempo de descanso. Ella huyó.

Huir parece ser todo lo que sabe hacer, pero no puedo culparla. El
sistema le falló. ¿La mantuvieron encerrada en una jodida institución
mental y nadie lo sabía? Seguramente alguien lo sabía. En algún lugar.

Una vez que el sistema falla, es difícil volver a confiar en algo que
proviene de los engranajes giratorios de esa rueda. Es sólo cuestión de
tiempo antes de que te decepcionen una vez más. Ashlyn y yo
aprendimos eso a temprana edad, y por eso empezamos a cuidarnos tan
jóvenes. Si nuestros padres no nos cuidaban y el gobierno era el
hazmerreír al sacar a niños abusados de situaciones difíciles, entonces

32
nos tocaba a nosotros cuidar de nosotros mismos.

Supongo que ahora veo de dónde venía Charlie cuando dijo: «la chica
se salva a sí misma». Ella fue bastante acertada con su analogía. Si tan solo
mi ego hubiera podido recibir los golpes con alguna maldita dignidad.

Necesito dejar de comparar a Charlie con Ashlyn. No son iguales.


Charlie no es mi hermana, gracias a la mierda, porque eso se volvería
muy complicado en niveles que ni siquiera me siento cómodo
admitiendo ante mí mismo todavía... o nunca.

Corro escaleras abajo y busco en el bar una vez más. Luego camino
por el pasillo sombrío ligeramente iluminado y salgo por la puerta
principal a la calle. Miro hacia un lado y al otro de la calle, caminando
un poco en cada sentido. No puedo encontrarla.

Sé que ella se fue, pero una parte de mí se aferra a la más mínima


posibilidad de que tal vez no lo haya hecho. Ni siquiera estoy seguro de
por qué, pero parece que ya no importa. Ella se ha ido. Y dejó a su maldito
perro.
Me siento en la acera y paso los dedos por mi cabello, apartándolo
de mi rostro y de mis ojos. Ahora que sé que ella no está aquí, me
pregunto hasta dónde llegará. Dejo escapar una pequeña risa,
encontrándolo divertido en cierto modo. Después de todo lo que pasó,
la pequeña terrorífica está herida y decide que correr es su mejor opción.
¿A esta chica le queda siquiera una pizca de instinto de supervivencia?
Pasé de estar frustrado por haber molestado a Charlie, a estar furioso
porque está actuando como una niña.

Estoy pensando que debería haber sido yo quien estuviera en el


manicomio. Tacha eso, eso ya lo sabemos, pero esta pequeña mierda
desconsiderada simplemente dejó a su puto perro con mi hermana, se
puso como una perra y se escapó como una niña asustada. Jodidamente
enojado. Estoy furioso y estoy sentado aquí actuando como si ella me
estuviera haciendo un favor al compartir su historia conmigo. A la
mierda eso y a la mierda su historia. Todos tienen una. No te hace
especial. Te convierte en un problema.
33
Después de intentar calmarme una vez más, me levanto, me limpio
el polvo y luego vuelvo al bar para contarle a Ashlyn las buenas noticias;
ella consigue un nuevo puto perro.
Seis
Charlie

Caminé durante al menos una hora y no logré encontrar el sentido de


la orientación. Sé qué pasé por un pueblo pequeño, pero parecía que
nunca terminaba y todo parecía igual. El sol había salido y encontré lo
que parecía un edificio decrépito y abandonado, y me detuve a tomar un
descanso.

¿Qué demonios estoy haciendo?


34
No debería haber huido. Nunca he estado fuera del manicomio. No
tengo dinero y no conozco esta ciudad. No tengo adónde ir, pero en lugar
de recomponerme e idear un plan, hui.

Algunos pueden confundir que huyera con cobardía, pero la verdad


es que puede que no haya sido un paciente en el hospital, pero bien
podría haberlo sido. Mi madre tenía sus propios problemas, pero yo
tengo los míos. Ser tratada como una prisionera en lugar de como un
paciente realmente no me dio el lujo de que me diagnosticaran o
recetaran medicamentos.

Si me abruman mis sentimientos, a veces no puedo decir qué


emoción se supone que debo sentir. Si algo me pone triste o deprimida,
pero no puedo identificar el sentimiento de inmediato, rápidamente
puede convertirse en ira, y antes de darme cuenta, estoy bajando de un
enfado intenso con una resaca emocional y sólo fragmentos de recuerdos
para reconstruir.
El personal que estaba en la nómina de mi padre me estaba atando a
una cama mucho antes de que me diera cuenta de que no era algo normal
de hacer a una niña de cuatro años. A los seis años, ya había pasado por
mi primera ronda de terapia de electroshock, o al menos la versión de mi
padre. Y cuando cumplí siete años, ya podían etiquetarme oficialmente
como asesina. Bueno, no oficialmente. Eso significaría que tendrían que
llamar a la policía y no había forma de que eso estuviera pasando con
toda la mierda turbia que estaba sucediendo en ese lugar.

Había personal que drogaba a los pacientes para mantenerlos


obedientes, no sólo para facilitarles el trabajo, sino también para
satisfacer sus enfermizos apetitos sexuales. Uno podría preguntarse
cómo aprende un niño sobre sexo mientras está en un manicomio. Hay
una respuesta simple de dos palabras. Adictos al sexo. Al parecer, eso
por sí solo no garantiza un boleto de ida al manicomio, pero la gente se
sorprendería de saber cuántos trastornos mentales se diagnostican junto
con un trastorno de hipersexualidad. Luego, por supuesto, está la
respuesta jodida que nadie quiere escuchar: que algunas personas
35
realmente son monstruos repugnantes.

Aprendí bastante escuchando conversaciones y sesiones de terapia


antes de que me encerraran. Incluso hubo algunos que se encargaron de
enseñarme cosas aquí y allá. Se preocuparon lo suficiente como para
intentar ayudarme a aprender a leer y escribir. Me gusta pensar que fue
para darme una oportunidad de luchar o tal vez fue simplemente para
aliviar su propia culpa por no sacarme de allí.

Después de encontrar un sofá viejo y maltratado en lo que parece ser


una oficina en la parte trasera del almacén, me permití relajarme por
primera vez desde que me desmayé involuntariamente en el bar.

Necesito idear un plan. Realmente nunca conocí a nadie a quien


pudiera llamar amigo potencial que no estuviera vinculado al hospital
con las mismas limitaciones que yo. Intenté no tener esperanzas en ello,
pero en el fondo me creía afortunada de haber conocido a dos personas
a las que podía confiar mis secretos.

Quizás fue lo mejor haberme ido. Sólo traería oscuridad a sus vidas.
Podía sentir que ya tenían su parte justa. Tal vez sea intuición o algo así
como un espíritu afín. Supongo que nunca lo sabré. Tengo mucho con
lo que mantenerme ocupada por ahora. Ese hombre repulsivo que es mi
padre biológico, aunque nunca lo admitiría. Puso guardias en las puertas
de mi prisión día tras día, dejándome a su merced cuando lo consideraba
oportuno. Otros miembros del personal que fueron responsables de
tantas cosas horribles.

Tengo algunos cuerpos que necesitan ser enterrados y no planeo


parar hasta que estén todos bajo tierra. Hasta el último de ellos. Me
gustaría empezar por descubrir quién diablos dejó a mi madre pudrirse
en ese manicomio abandonado y nunca regresó por ella. Mi memoria

36
puede ser voluble, pero no recuerdo que mi madre haya tenido una sola
visita en todos los años que pasé con ella.

No puedo evitar preguntarme si ella tiene familia ahí fuera. Eso


significaría que yo también tengo una familia. Y si tenemos familia ahí
fuera, ¿dónde diablos han estado toda mi vida? ¿Saben que existo? Si lo
hacen, me dejaron ahí, y si es así, tal vez necesite una pala más grande.

Realmente necesito escribir esto. La lista de nombres es cada vez más larga.

He tenido lo que yo consideraría un día muy productivo. Descansé


un poco y luego comencé a planear algunos asesinatos. En el gran
esquema de las cosas, esto es más de lo que he logrado en, bueno, nunca.

El sol ya se ha puesto. No hace demasiado frío, pero definitivamente


hay un poco de aire fresco en el aire aquí en el edificio. Cuando entro
por primera vez al edificio hay un gran espacio abierto que está lleno de
telarañas y cubierto de capas de polvo. La oficina en la que descansé
durante todo el día estaba a la vuelta de la esquina en una habitación
pequeña, como si la oficina fuera una idea de último momento. Alguien
dejó un viejo escritorio y una silla rayados junto con el sofá antiguo. El
sofá es de color tostado y marrón claro, con un patrón de hojas y flores
de color marrón aún más oscuro, y tiene un tacto de gamuza o
aterciopelado, pero incómodos brazos de madera en cada extremo. Es
horrible, en realidad. Marrón sobre marrón sobre marrón. Pero un sofá
viejo y feo es mejor que ningún sofá. Puedo dormir en cualquier lugar
siempre que no sea mi antigua residencia.

Camino observando el lugar un poco más y veo que hay un par de


otras habitaciones vacías llenas de polvo junto con dos baños. Un baño
tiene una ducha en el interior. Como si quienquiera que fuera el
propietario del edificio o trabajara aquí antes prácticamente viviera aquí.
El otro baño simplemente tiene un inodoro y un lavabo.

37
No he bebido ni una gota en todo el día y mi dolor de garganta ya lo
está pagando. Alcanzo la manija y la giro. Mientras escucho el grifo
gotear con el sonido del agua fluyendo libremente, doy un profundo
suspiro de alivio por el hecho de que tendré agua corriente para beber,
mientras bloqueo la sensación familiar de temor y recuerdos dolorosos
que el sonido también trae consigo. Me inclino y coloco mi boca debajo
del grifo, tomando grandes tragos de agua a medida que sale.

Después de calmar mi sed, me quito la ropa que me dieron anoche


para usar y me meto en la ducha después de ajustar la temperatura. El
agua no está demasiado caliente, pero agradezco poder respirar y estar
debajo de un grifo que funciona.

Ni siquiera recuerdo la última vez que me duché o bañé en cualquier


sentido de la palabra. Habían pasado semanas desde que me permitieron
acercarme al agua, a menos que me la dieran en un pequeño vaso de
papel.

Miro a mi alrededor y no encuentro jabón. Me ocuparé de eso más


tarde. Por ahora, al menos puedo enjuagar la suciedad y la sangre de mi
piel y las plantas de mis pies, junto con los pequeños fragmentos de vidrio
que aún puedan quedar en mi cabello o en los cortes de mis brazos.

Me quedé en la ducha mucho después de que el agua se enfrió. La


piel de mis dedos se había arrugado como pasas por el tiempo que pasé
bajo esa gloriosa cascada. Al diablo con el agua fría.

Me volví a poner los pantalones de chándal después de salir de la


ducha, junto con la camiseta que me quedaba un par de tallas más
grande. Puede que algunas personas no piensen mucho en este atuendo,
pero para mí fue como Navidad. No el tipo de Navidad que tuvimos en
el manicomio, sino el tipo de Navidad que ves en uno de esos programas
de televisión donde hay regalos debajo de un árbol ridículamente
decorado y dejan galletas y leche afuera.

Nunca entenderé cómo pueden desperdiciar comida en excelente


estado con un hombre extraño que irrumpe en tu casa para ver cómo
están los niños pequeños y los soborna con juguetes. Santa debería estar 38
totalmente en el registro de delincuentes sexuales, una lista traviesa
creada por él mismo, si aún no lo está. Sólo son mis pensamientos. Él es
un cabrón espeluznante.

Cada vez tengo más hambre y no tengo dinero para comer, pero al
menos puedo intentar ganar algo para pagar cosas como comida y
cualquier otra cosa que pueda necesitar hasta que se me ocurra un mejor
plan. Mientras camino por el costado de la carretera, en busca de una
gasolinera o un restaurante, trato de encontrar una excusa para este
desastre de vida que estoy viviendo ahora mismo.

Por razones obvias, no puedo andar contándole a nadie que quiera


escucharme que alguien intentó matarme, y crecí encadenada en el
sótano de dicho manicomio por el médico, que además resulta ser mi
padre.
Seguramente harían una llamada telefónica y me enviarían de
regreso a ese maldito lugar. Lo intenté con la verdad y obtuve un gran
«jódete», y no del tipo que alguna vez esperaría obtener de un hombre
como Jax.

Necesito pensar en algo creíble. No es que quiera que nadie sienta


lástima por mí, pero siendo realistas, tendría más posibilidades si mi
mentira tuviera un poco de verdad. Con eso en mente, trato de borrar la
pequeña sonrisa de mi rostro mientras me acerco al pequeño restaurante
que hay más adelante.

39
Siete
Jax

Mis pensamientos han estado en un bucle sin fin desde que Charlie
se fue ayer. No puedo evitar sentirme en parte responsable de ello. Si lo
que dijo era cierto, había pasado por más de lo que yo podía entender, y
al menos yo tenía a mi hermana, Ashlyn. La culpa se está acumulando
en mi conciencia esta noche y no puedo deshacerme de ella.

¿Está todavía viva? ¿Se dieron cuenta de que sobrevivió y fueron tras ella?
40
Pasé el día conduciendo por estas calles buscando a alguien que
encajara en su descripción, y aunque me encontré con algunas chicas
más jóvenes con cabello largo y negro, no eran Charlie. Ni siquiera cerca
una vez que pude ver mejor.

De alguna manera se metió bajo la piel de mi hermana, casi tanto


como lo hizo bajo la mía. Ashlyn me ha estado molestando desde que
volví a entrar anoche, o temprano esta mañana, para que buscara a
Charlie en la calle frente al bar después de que ella se escapó.

Ella es así. Somos así. Tenemos algunos amigos que conocimos


mientras crecíamos en el camino y somos más como una pequeña familia
disfuncional que cualquier otra cosa.

La verdad es que trato de darle a Ashlyn todo lo que quiere. Mimo a


mi hermana. Ella no pide mucho, así que cuando lo hace, suele ser por
una razón. Esta vez quiere recuperar a su nueva mejor amiga adoptiva.
Cómo diablos se volvió así en unas pocas horas, cuando era yo con quien
Charlie habló principalmente, no tengo idea, pero aquí estamos. Y bien.
Podría estar usando eso como excusa para aliviar mi propia culpa y la
necesidad de encontrarla.

Al cruzar la puerta, escucho que el timbre suena sobre mi cabeza. No


espero a que nadie me siente y continúo mi camino hacia rincón
reservado de la esquina trasera. Ya no vengo mucho aquí, pero solía
hacerlo cuando era más joven.

Me deslizo y tomo el menú que está encajado entre el dispensador de


servilletas, el salero y el pimentero. Hace mucho que no voy a Sonny’s
Diner, pero aparte de algunas nuevas actualizaciones en la decoración al
estilo de los años cincuenta, todo es más o menos igual. Incluyendo la
comida en el menú, lo cual es bueno considerando que tienen una
hamburguesa con queso con chile y papas fritas torcidas que son dignas
de una lealtad eterna. Es en ese momento que me prometo a mí mismo
41
que volveré más a menudo.

Continúo revisando el menú para ver si algo más ha cambiado,


mientras escucho que unos zapatos se acercan y un bolígrafo hace clic.
Sin pensar en ello, hago mi pedido mientras hojeo el menú.

Después de darme cuenta de lo absorto que debo haber estado en


lugar de mostrar cortesía común y mirar a la camarera mientras toman
mi pedido, vuelvo a colocar el menú en el lugar que le corresponde y
levanto la vista sólo para ver que estoy una vez más solo con mis
pensamientos; la camarera se fue hace un tiempo, lo más probable es que
haga mi pedido.

Levanto la vista y miro por la ventana al lado de mi mesa, que tiene


vista a la acera y al estacionamiento frente al restaurante. No puedo
evitar dejar que mis pensamientos se vuelvan locos mientras pienso en
Charlie y me pregunto dónde podría estar ella ahora. Espero que no se
haya metido en más problemas de los que ya tiene.
Por un momento, creo que debo estar alucinando cuando veo su
reflejo en la ventana por la que estoy mirando. Me doy cuenta de que no
es por fuera, sino por dentro. Giro la cabeza, tan rápido que
probablemente debería preocuparme por darme un latigazo cervical.

Miro hacia arriba y siento una pequeña sonrisa tratando de dibujarse


en la comisura de mi boca, pero la expresión de su rostro me hace cerrarla
tan rápido que ni siquiera me habría dado cuenta de que estaba allí en
primer lugar.

Su expresión me hace preguntarme exactamente cómo debí haberle


hablado la última vez que estuvimos juntos en la misma habitación. Sus
ojos están enrojecidos y llenos de lágrimas, pero no lo suficientemente
llenos como para caer por el borde de sus párpados hasta su rostro.

Estoy a punto de disculparme cuando la propia Sonny se acerca a la


mesa y me golpea en la nuca. La mujer puede tener unos setenta años,
pero es jodidamente luchadora. Puedo ver que eso no ha cambiado. 42
—Oye, Sonny —murmuro mientras me froto la nuca y me pregunto
por qué diablos fue eso. Miro hacia arriba y veo los ojos de Charlie por
sólo un momento, tan rápido que desaparece antes de que pueda
entender completamente lo qué fue.

—No me digas «oye», muchacho —me regaña Sonny mientras sus


cejas bajan.

»¿Cuántos años llevo aquí? —pregunta.

Empiezo a responder, pero antes de que pueda decir una palabra, ella
comienza de nuevo.

—Demasiados. Ese es el tiempo. El tiempo suficiente para presenciar


algo que nunca he visto. Algo que nunca pensé que vería, Jaxton Jameson
Jagger —dice con un descaro que sólo ella y mi hermana han podido
lograr cuando se trata de mí.

Oh, diablos. Ella dijo mi nombre completo.


Mierda.

Miro por encima del hombro para buscar a Charlie, esperando que
podamos tener un momento para hablar, cuando Sonny me golpea la
nariz con un menú como un maldito perro con un periódico.

—Mírame, muchacho —dice con una advertencia.

—Sí, señora —respondo en piloto automático con las mismas


palabras que ella nos inculcó a mí y a mi hermana mientras crecíamos.

—Ahora, te conozco, Jax. Jaxton Jameson Jagger no maltrata a


ninguna chica. Ni una sola. Ninguna que no lo merezca, de todos modos
—dice con una risita y luego rápidamente se aclara la garganta para
cubrirlo.

No puedo evitar reírme.

—Entonces, dime por qué tengo a una chica viniendo aquí con cortes 43
y moretones y esa maldita ropa, sin comida, necesitando dinero para
comer o un trabajo para ganar algo de dinero, y cuando le pregunto de
dónde viene, el primer nombre que sale su boca fue el tuyo. —Ella
presenta la declaración como hechos mientras usa sus dedos para
enumerar cada elemento.

¿Qué carajo está pasando aquí?

—Ahora, vamos a calmarnos todos. —Intento razonar.

Nop. Cosa equivocada por decir. No le digas a una mujer que se


calme. Definitivamente no harán eso. En absoluto.

—Lo que estoy tratando de decir es que usted me conoce, señora


Sonny. Nunca haría algo así —le explico.

—No estoy diciendo que tú lo hiciste, muchacho —dice con un


destello de arrepentimiento.
Conozco a esta mujer. Puedo decir que no me está acusando de nada,
sino simplemente me está advirtiéndome que tenga cuidado.

Ahora es obvio lo que pasó, y no puedo decidir si quiero apuñalar a


alguien o doblar a Charlie sobre mis rodillas y darle unas muy merecidas
nalgadas por meter lo más parecido a una figura materna que Ashlyn y
yo tenemos en medio de nuestro desastre.

Su desastre.

Mierda.

Después del encuentro acalorado e incómodo en el restaurante,


regresé al bar y le conté a Ashlyn un resumen de lo que había sucedido.
Ella no pudo evitar reírse en mi maldita cara. Perfecto. 44
Su siguiente paso fue invitar a Charlie aquí esta noche y darle la
cálida bienvenida que debería haber recibido la primera noche que nos
conocimos. Cosas que ni siquiera consideré, como un lugar donde
quedarse, ropa, comida y todas las necesidades.

Era lo menos que podía hacer después de convertirla en el chivo


expiatorio de mi última ronda de paranoia, lo que la hizo salir corriendo
porque perdí los estribos y le levanté la voz. Mi infancia nunca se aleja
demasiado de mi mente. El sentido de autoconservación prevalece una
y otra vez.

Todo lo que ocurrió esta noche dejó una cosa muy clara. A mi
pequeña terrorífica le gusta jugar. Ella es una sobreviviente de principio
a fin, que hace lo que sea necesario para ver otro día.

La chica salió literalmente de una tumba. Si eso no es un movimiento


de sobreviviente, no sé qué lo es.
Ocho
Charlie

Ashlyn me recogió en el restaurante esta noche, donde la señora


Sonny me había contratado clandestinamente, sea lo que sea que eso
signifique. Sólo sabía que tenía dinero para comprar cosas, mientras ella
podía vigilarme de cerca. Realmente fue beneficioso para todos los
involucrados.

No tenía idea de que Jax y Ashlyn conocían a la señora Sonny, pero


¿cómo iba a saberlo? Me arriesgué a llevar mi triste historia en dirección
45
a Jax y luego desviarme cuando ella buscaba acusaciones sólidas. Ambas
sabíamos que no estaba tratando de meterlo en ningún problema, y ella
parecía respetar eso, aunque embellecí mi historia aquí y allá, no mentí
abiertamente para meterlo en problemas.

Ashlyn me instaló en su baño tan pronto como regresamos a su


apartamento encima del bar. Después de lavarme minuciosamente desde
el cuero cabelludo hasta los pies, me hizo ponerme la ropa que ella eligió
para mí, y luego me peinó y maquilló.

Nunca me había maquillado. No conté las veces que había hurgado


en las pertenencias de otros pacientes e incluso de algunas enfermeras y
robado un lápiz labial aquí o una sombra de ojos allá. Entonces era
demasiado joven para saber siquiera cómo aplicarlo. Sólo sabía que
cuando lo usaban, parecían agradar más a otras personas, y yo quería
agradarle a la gente también.

Estúpida de mí. No sabía lo que eso significaba en ese momento.


—Bueno. Echa un vistazo —ordena Ashlyn con entusiasmo.

No tengo idea de que esperar. Supongo que dejaré que se divierta por
ahora, y siempre puedo lavarlo si simplemente no es mi estilo,
suponiendo que pueda descubrir cuál es mi estilo en una sola noche.

Me levanto del otomano al pie de su cama y camino hacia el espejo


de cuerpo entero que tiene pegado en el interior de la puerta del armario
que está abierta.

Abro los ojos y no puedo evitar el grito ahogado que rápidamente se


escapa de mis labios. Veo mis ojos abrirse en el espejo cuando esta
extraña me devuelve la mirada. El aluvión de emociones me hace sentir
un poco fuera de lugar.

Si bien me siento como si una extraña me mirara en el espejo,


tampoco es así. Estoy empezando a sentir que finalmente estoy viendo
en el exterior qué y quién siento que soy realmente en el interior. 46
No sé por qué Ashlyn es dueña de un bar, pero estoy bastante segura
que podría haberse convertido en una especie de estilista o maquillista.

El cabello tardó mucho más de lo que esperaba, pero valió la pena.


Mi larga melena negra ahora es de un violeta vibrante, pero de alguna
manera todavía conserva un toque de negro dependiendo de la
iluminación.

Ella me había preguntado cuál era mi color favorito antes de meterme


en la ducha y le dije que leí que el morado representa la transformación.
Era una mentira. De hecho, había escuchado a alguien decir eso en una
sesión de terapia y esperaba con todas mis fuerzas que fuera un hecho,
pero fue un poco vergonzoso admitirlo, así que me quedé con mi versión
de la verdad. Lo suficientemente cerca, pero en este momento,
honestamente, no me habría importado menos porque se veía...
hermoso, en cierto modo.

Libre. Me hace sentir libre.


Después de finalmente superar la conmoción y el asombro del cabello
morado, lo siguiente que noté es el maquillaje que se había aplicado. Ella
me había dado lo que llamaba «un ojo ahumado claro», que ahora tenía
mucho sentido con su color carbón ahumado.

Había puesto ligero el delineador de ojos y no había usado nada más


aparte del brillo de labios ligeramente teñido. Me hizo elegir mi favorito
entre tres y elegí este, simplemente porque olía a coco.

No sabía a qué olían los cocos, pero nunca esperé que olieran tan
bien. Parecían grandes bolas peludas que eran blancas y lechosas por
dentro por lo que había visto y leído, y simplemente no veía cómo eso
parecía muy apetitoso. Pero cuando olí el brillo de labios,
definitivamente era el que quería que ella usara.

Aparentemente, había una razón para todo este revuelo.

—¿Bien? —pregunta Ashlyn. 47


Me sobresalto por su voz, sin darme cuenta de que había estado
mirándome durante quién sabe cuánto tiempo, y continúo mi examen,
bajando a mi atuendo. Me encantó cuando estuvo tendido para que lo
probara, pero lo amo aún más ahora que puedo verme en él. Se sentía
como yo.

Llevo una camiseta negra de manga corta con el contorno blanco de


rosas que parecían formar un corazón con la palabra «envidia»
incrustada en el medio, rematada con una chaqueta de cuero negra.

Mis jeans son negros y rotos en las rodillas, y mis zapatos son botas
negras con cordones.

Estoy completamente enamorada de mi nueva yo, pero no puedo


evitar el pequeño susurro en el fondo de mi mente esperando que Jax
algún día también lo esté.

Ridículo. ¿Qué es eso?


Rápidamente, aplasto la esperanza silenciosa que estaba albergando
en mi cabeza y me doy la vuelta, rodeando a Ashlyn con mis brazos y
abrazándola como nunca antes había abrazado a alguien, a nadie.

No pude evitar la única lágrima que se desliza de mis ojos llorosos y


rápidamente la seco, esperando que desapareciera antes de que ella
pueda darse cuenta.

—Gracias —murmuro en su cabello mientras sigo abrazándola. Era


nueva en esto de los abrazos, y era dolorosamente obvio si el gruñido que
ella dejó escapar era algo de qué preocuparse.

Salto hacia atrás preocupada mientras ella suelta una pequeña risa y
ambas sonreímos. Mi sonrisa fue la primera real que regalé en años.

—Te ves hermosa —me felicita.

—Me siento hermosa. Gracias —respondo.


48
—No es necesario que me lo agradezcas, Charlie. Eres una chica
ruda. Sólo necesitabas que la apariencia coincidiera con la actitud —dice.

Lo siento así. Otra sonrisa. No puedo evitar preguntarme cuántas


más aparecerán antes de que terminara la noche.
Nueve
Jax

Los chicos ya estaban aquí cuando regresé de la cena esta noche.


Intenté contarle a Ashlyn cómo sucedió todo con Sonny, pero era casi
imposible hacerlo sin que ellos me escucharan.

Resulta que no necesitaba preocuparme. Ya habían escuchado cada


parte de mi caótico encuentro con Charlie por parte de Ashlyn cuando
regresé a través de estas puertas.
49
No les oculto nada, así que sabían que se lo habría dicho.
Simplemente no sabían cuándo. Y ahora mismo, el cuándo era la clave.
Porque esta noche no era la noche para lo que habían planeado. Pude
verlo en sus ojos.

Hay demasiada locura entre Charlie y yo. Sinceramente, esperaba


relajarme y hablar sobre algunas cosas, pero parece que se formando
otros planes y ella ni siquiera está al tanto de ellos todavía.

No puedo evitar la carga eléctrica que de repente siento correr por


mis venas.

Emoción. Hace tiempo que no tenemos ninguno. No es del tipo que


estoy seguro que nos espera.

Puede que Charlie aún no lo sepa, pero está a punto de que su deseo
sea concedido. Ya sea que ella sepa que es lo que deseaba o no.
Estoy inclinado sobre la mesa de billar con taco en mano,
acomodándome para hundir la bola ocho y ganar, cuando noto que las
cabezas de mis chicos se mueven en la misma dirección simultáneamente
y sé lo que han visto.

Si bien sé que no pueden evitarlo, porque estoy seguro de que


tampoco puedo, realmente desearía poder golpearles con este palo en la
nuca. Ella no es suya para que la miren.

Ella tampoco es tuya, imbécil.

Al darme cuenta de que no puedo resistir el tirón, dejo el taco y doy


la vuelta a la mesa mientras sigo su línea de visión y hacia dónde
conduce. Charlie y Ashlyn, ambas están paradas al final de la barra
hablando. 50
Jódeme.

No. De ninguna manera.

Esta vez, en lugar de imaginármelo, me doy vuelta y golpeo al que


está más cerca de mí en la nuca, canalizando el golpe que la señora
Sonny me dio esta noche para que acabe con esta mierda.

Una mirada a mí y la mirada en mis ojos, y él lo sabe. Cuanto antes


consiga que los demás se unan, antes podremos dejarlo atrás.

Decido en este mismo momento que si voy a hacer todo esto, lo haré
a mi manera.

Camino por la barra y me deslizo junto a Charlie mientras ella habla


con mi hermana. Esta nueva apariencia suya, la palabra «hermosa», ni
siquiera comienza a cubrirla.

—Te ves preciosa. Lo sabes, ¿verdad? —pregunto.


—Bueno, gracias —responde Charlie con un poco de sorpresa en su
voz.

—Antes eras hermosa, pero la diferencia ahora es que parece que lo


sabes. Eso es bueno, pequeña terrorífica —digo en voz baja.

Su mandíbula parece caer al suelo y un momento después me


devuelve el golpe.

—Jaxton Jameson Jagger, ¿estás coqueteando conmigo? —pregunta


en broma y en voz alta.

—Joder —murmuro—. ¿Acabas de nombrarme también por mi


nombre completo?

—Te das cuenta de que tu nombre suena como una mezcla entre una
estrella del porno y una estrella de rock, ¿no? —pregunta con
incredulidad.
51
De repente escucho risas a nuestro alrededor y noto que los chicos se
han acercado desde las mesas de billar en la parte de atrás.

Por primera vez desde que comencé a hablar con ella esta noche, su
atención se aleja de mí y no estoy seguro de que me guste.

Sí. Definitivamente no me gusta.

—¿Qué sabrías tú sobre las estrellas del porno y las estrellas de rock
de todos modos? —pregunto con curiosidad.

—Nadie censuró su lenguaje donde crecí. Aprendí todo tipo de cosas


que los niños probablemente no deberían aprender a una edad temprana.

Ashlyn capta la atención de Charlie nuevamente y va a presentarla a


nuestros amigos, pero siendo el imbécil que soy, me lanzo para tomar el
control y asegurarme de que todos aquí sepan cuál es su lugar.

Charlie. Mía. Por ejemplo.


—Estos son Liam, Wren y Kai. —Los nombro mientras señalo la
barra alrededor de la cual se han reunido.

Volviendo a mirarlos, paso un brazo sobre el hombro de Charlie y


me inclino hacia su oído mientras mantengo contacto visual y les hablo.

—Esta es Charlie. —Son las palabras que fluyen lentamente de mi


boca, pero lo que escuchan es lo que quiero que escuchen. Que ella está
fuera de la puta mesa, porque como dije, ya sea que ella lo sepa o no, es
jodidamente mía. Así es como va a ser.

Todos menos Charlie y Ashlyn han tomado al menos un par de


tragos esta noche. Me detuve hace un rato porque no estaba pensando y
olvidé que, aunque esta chica fue prisionera; también la protegió del
mundo de las cosas mundanas que damos por sentado, como la 52
tolerancia al alcohol.

No creo que ella haya tomado una cerveza antes hasta de esta noche.
Así que pensamos que sería mejor detenerla después de una. Al menos
por esta noche. De todos modos, no creo que a ella le haya gustado.
Parecía que no le importaba. Probablemente es lo mejor. Un demonio
menos contra el que tener que luchar.

Había planeado disculparme por la forma en que habían ido las cosas
antes, pero realmente no quería entrar en detalles frente a un bar lleno de
gente. Lo guardaré para esta noche o mañana, si todavía está por aquí.
Diez
Charlie

Sonrío y asumo el papel que él espera que desempeñe. La chica


enojada, pero despistada que no sabe nada del mundo exterior. Es casi
sin esfuerzo. Es como si lo hubiera creado sólo para mí.

Hay algunas cosas aquí que él no parece entender. No he olvidado


cómo me gritó después de que me desahogara con él como una tonta
ingenua. Normalmente, no haría algo así.
53
Podría culpar a los eventos de las últimas cuarenta y ocho horas, o
simplemente podría llamarlo como es. Un error. Puro y simple.

Él dio la impresión de que le importaba, y no podía entender por qué


un desconocido se preocuparía, así que me arriesgué. Una oportunidad
que demostró que estaba equivocada.

Fue testigo de parte de mi locura. No es algo que se puede revertir.


Entonces, o cree que fue algo puntual debido a la situación, o
simplemente no le importa, siempre y cuando la locura venga en un
bonito paquete. Después de la forma en que se comportó esta noche
frente a sus amigos, parece pensar que todo está bien entre nosotros.

Tal vez no soy la única loca aquí.


Hablé con Ashlyn y me dijo que esta noche podía dormir en la
habitación libre de su piso de arriba. Con todo lo que he pasado
últimamente, he dormido poco y puedo sentir cómo mi cuerpo intenta
avisarme de que necesito dar un paso atrás. No quiero que el cansancio
me reciba con los brazos abiertos como la primera noche que estuve aquí,
así que subo las escaleras y entro en la habitación que ella me mostró
antes.

Me quito la ropa que me había dado y me pongo la camiseta larga


que estaba sobre la cama.

El olor de esta camiseta no es de Ashlyn, y está muy lejos del aroma


que tenía la camiseta que tomé del chico anterior. Sin embargo,
reconozco esta. Huele como él, y no puedo evitar preguntarme qué está
haciendo aquí.

Intento apagar mis pensamientos y dejar la mente en blanco mientras


subo a la cama y me cubro con las sábanas. Pero me resulta difícil. Si mis 54
instintos me dicen que permanezca alerta incluso cuando estoy
inconsciente, entonces eso es lo que haré.

Debo haber comenzado a quedarme dormida, aunque sólo fuera por


un momento, porque no oí a nadie entrar en la habitación, pero escucho
sus labios perfectos llamando mi nombre como si siempre hubiera estado
destinado a salir de su lengua de la manera más deliciosa.

Recobra la compostura, Charlie.

Abro un ojo para ver en qué parte de la habitación se encuentra.


Mientras miro a mi alrededor, noto la oscura silueta en la silla en la
esquina de la habitación. Sé que es él.

—Sé que estás despierta —susurra.

No puedo evitar poner los ojos en blanco ante su arrogancia.

—¿Qué? —espeto.
Lo oigo suspirar con fuerza antes de continuar.

—Sólo quería disculparme por lo de la otra noche. Fue una mierda


lo que hice —admite suavemente.

No puedo evitar la pequeña risa que se me escapa, pero él permanece


en silencio. Esperando.

—¿Realmente crees que decir que lo sientes va a borrar todo lo que


me dijiste? ¿Cómo me trataste? ¿Comprendes cómo me hiciste sentir? —
pregunto.

»No le he contado a nadie mi historia. A nadie. Y la única vez que


decido abrirme, me haces sentir como una idiota. Fuiste la primera
persona que conozco fuera del infierno en el que he vivido toda mi vida.
Pero eso está bien. Quiero decir, ¿quién soy? No soy nadie. No vine aquí
para darte una historia triste, o como quieras llamarlo, si eso es lo que
estás pensando. Simplemente, pensé que eras alguien que podría 55
entender. Tal vez me equivoqué. Tal vez lo que creía ver en ti no era más
que un chico simplón que disfruta actuando como si pudiera tomar el
lugar de un adulto.

—Eso es un golpe un poco bajo, ¿no crees? Viniendo de una chica


que simplemente apareció como lo hiciste. Dame un respiro, Charlie.
Vamos. Parecías una loca —exclama Jax.

—No me llames loca. Si lo estoy o no, no es de tu maldita


incumbencia —digo mientras siento la necesidad de defenderme.

—Espera. Eso no es lo que intento decir. Estoy jodiendo todo esto —


dice Jax con un suspiro.

»Lo que quiero decir es que entraste aquí con ese aspecto. Entiendo
que ese tipo estaba equivocado y merecía lo que le hiciste, pero viniendo
de una chica que entra en un lugar desconocido sin conocer a nadie, que
luego se involucra en una pelea y después habla de salir de tumbas,
cubierta de rasguños, sangre y vidrios mientras lleva un perro diminuto,
sólo pensé que parecía muy extraño y fuera de lo común en ese
momento. Me disculpo, no fue justo contigo —explica Jax.

—Tienes razón. No fue justo para mí, pero también tienes razón en
todo lo demás —digo en voz baja mientras me doy la vuelta en la cama
para poder verlo mejor en la oscuridad desde donde estoy acostada.

—Aunque tengo que admitir que lo último que esperaba que hicieras
era huir. Realmente no parecías ese tipo de persona. Eres alguien que
pensaría que se quedaría y lucharía. Demonios, luchaste. Así que lo
último que esperaba era que huyeras por algo que dije —dice Jax.

—Oh, no te halagues tanto. No hui por lo que dijiste. No porque


hiriera mis sentimientos, sino porque tenía miedo de lo que yo podría
hacer. Me cabreaste. Me enfadé. No siempre puedo controlar las cosas
que digo o hago cuando me enojo. No quería hacerte daño. ¿De acuerdo?
La amabilidad con la que tú y Ashlyn me trataron fue algo que no había
experimentado en mucho tiempo, si es que alguna vez lo habían hecho. 56
Especialmente de completos extraños. Así que, cuando me molesté, no
quise quedarme y decir algo de lo que me arrepentiría o hacer algo de lo
que no podría retractarme. Lo mejor que podía hacer era irme. Así lo
hice, y no me disculparé por ello. Probablemente, debería, pero
necesitaba ese tiempo para calmarme, y tú obviamente necesitabas
tiempo para aclarar tus ideas. Eso es bastante irónico viniendo de mí —
digo mientras murmuro la última frase.

—Realmente lo siento, Charlie. Nunca quise hacerte sentir como una


mierda. ¿Puedes perdonarme? —pregunta Jax.

—Bien. Supongo que puedo perdonarte. No es como si alguien más


fuera lo suficientemente loco como para dejarme quedarme aquí —digo
riendo.

—¿Quién dijo que te iba a dejar estar por aquí? —pregunta Jax con
una sonrisa.
—¡Vamos! Te caigo bien. Sabes que lo hago. Soy una persona
agradable. —Me regodeo.

—No digo que no lo seas. De hecho, estoy de acuerdo contigo en eso,


y en otras circunstancias, me gustaría pensar que habríamos empezado
de una manera completamente diferente —afirma Jax.

No puedo evitar soltar un suspiro de alivio.

—No te ablandes conmigo, Jaxton Jameson Jagger —digo con una


sonrisa juguetona.

—¿Te parezco blando? —pregunta Jax con una risita.

La charla juguetona es un agradable respiro de nuestro habitual


intercambio de palabras y enojos, pero también hace que me resulte
difícil saber cómo debería tomar esa pregunta. Así que, en lugar de
intentar coquetear, de lo cual soy dolorosamente consciente de que no
tengo práctica, me estiro y finjo un bostezo.
57
Once
Jax

Me deslizo al borde de mi silla y me inclino hacia adelante, apoyando


los codos en mis rodillas mientras observo a la pequeña terrorífica actuar
como si no tuviera ningún interés en mí. Supongo que eso ya lo veremos.

Espero unos minutos, y cuando no me dice nada más ni se mueve lo


más mínimo, me pongo de pie y atravieso lentamente la habitación en
dirección a ella.
58
Después de todo lo que ha pasado, lo último que quiero es que se
sienta sola. Aún no le he preguntado dónde pasó la noche anterior, pero
estoy seguro de que Ashlyn me informará más tarde. Camino hacia el
lado opuesto de la cama, me quito lentamente los zapatos y luego me
acuesto junto a ella para no moverla demasiado si de alguna manera
realmente se quedó dormida en los últimos minutos.

Me acuesto a su lado y la atraigo hacia mí, rodeándola con mi brazo


mientras presiono mi mano suavemente contra su estómago,
acurrucándonos, conmigo detrás de ella.

Sin pensarlo, me giro y presiono los labios contra su cabello, besando


su cabeza como si fuera algo que hago todas las noches.

Para mi sorpresa, se arrastra de nuevo hacia mí, acercándonos, y las


siguientes palabras que salen de su boca son aterradoras y satisfactorias
en partes iguales.

—Tengo planes. Grandes y sangrientos planes —susurra.


—Ah, ¿sí? —pregunto.

—Mmhmm. Ayer me pasé el día haciendo una lista.

—Lo hiciste, ¿eh? Dime quién está en tu lista, pequeña terrorífica —


murmuro en su cabello.

Y así lo hace.

Me dice los nombres, y que aquellos para los que no tiene nombre, le
digo cómo podemos conseguirlos, lo que la emociona aún más.

Antes de darme cuenta, ella se ha girado y ahora me está mirando.


Enreda sus piernas entre las mías y comienza a trenzar mechones de su
largo cabello, ahora morado, mientras escucho sus «planes sangrientos».

Catalogo lo que puedo en mi mente para futuras referencias, en caso

59
de que sea necesario. Estoy seguro de que lo será. Esta chica ha tenido
tiempo para pensar y planificar, y no sólo ayer. Estoy bastante seguro de
que pasó la mayor parte de su tiempo planeando lo que haría si alguna
vez se liberaba de ese lugar. Y ¿quién no lo haría?

—Ashlyn me contó algunas cosas sobre cómo crecieron ustedes dos


—dice en voz baja.

—¿Lo hizo? —pregunto.

No me sorprende, y siendo sincero, no se lo reprocho a mi hermana.


Me alegra que sienta que puede hablar con Charlie. No tiene a nadie que
la entienda como yo. De la manera en que estoy seguro de que Charlie
lo hace.

Tenemos a los chicos. Son como de la familia para nosotros. Pero


intento mantener a Ashlyn alejada de ciertos asuntos con ellos a menos
que sea absolutamente necesario que sepa sobre una situación. Si algo
pudiera ponerla en peligro, entonces la incluiré en el círculo. Su
seguridad es lo primero.
—Siento que me ves. A mí —susurra.

—Sé que lo hago. Creo que por eso me enojé tanto cuando me
contaste tu historia. Sentí que estaba viviendo la mía otra vez.
Definitivamente, las circunstancias son diferentes, pero el dolor es el
mismo. Podía sentirlo en mis huesos. Sentirte en mis huesos.

Se queda en silencio durante unos segundos mientras estamos en la


habitación a oscuras, y lo siguiente que siento es sus labios presionándose
contra los míos.

Se echa hacia atrás de repente, no sólo sorprendiéndome a mí, sino a


sí misma. Acaricio su mejilla con la palma de mi mano, lo más
suavemente posible, y la guío lentamente de nuevo para presionar mis
labios contra los suyos una vez más.

Mueve con avidez su lengua contra la mía mientras la rodeo con los
brazos y la pongo encima de mí. 60
No estoy seguro de qué tan rápido o qué tan lento debo ir con ella
debido a su pasado, pero parece que no necesito saberlo.

Se sienta y se coloca a horcajadas sobre mi regazo, apretando su


calor, cubierto por un fino trozo de tela, contra la rígida longitud que
crece dentro de mis jeans. Suelto un pequeño gruñido cuando se levanta
la camiseta, mi camiseta, por encima de la cabeza, junto con el sujetador
que cubre sus turgentes y redondos pechos.

Se balancea hacia adelante y hacia atrás, buscando alivio de la


fricción que estamos creando entre nosotros, y suelta un gemido erótico
que rompe cualquier control que me queda.

Levanto la cabeza y la atraigo hacia mi pecho una vez más, dándonos


la vuelta para que ella esté boca arriba mientras me presiono entre sus
piernas.
—¿Tienes idea de lo jodidamente hermosa que eres? —le pregunto
mientras me agacho, y tomo su pezón entre mis dientes y le doy un tirón
provocativo.

Se retuerce mientras aprieta aún más su pecho contra mi boca.

—Joder —dice en tono entrecortado.

»Más fuerte.

Mis ojos se desvían hacia los suyos. Quiero asegurarme de haberla


entendido correctamente.

Me mira fijamente mientras asiente.

—Por favor —suplica.

—Eres una chica sucia. ¿Verdad, nena? —me burlo.


61
Gime mientras intenta presionarse más fuerte contra mí.

—Pensé que podrías serlo —añado.

Le doy un buen tirón al pezón mientras agarro la fina tira de su ropa


interior y la tiro al mismo tiempo, sintiendo que se rompe.

—Por favor —vuelve a suplicar.

Beso suavemente su estómago y su cintura mientras bajo aún más


entre sus piernas hasta encontrarme cara a cara con la perfección.

Lamo despacio de arriba abajo, cada lado de su montículo, evitando


el manojo de nervios que ella intenta desesperadamente que golpee con
la lengua. Me inclino hacia atrás y observo el espectáculo de su
excitación, luego introduzco dos dedos dentro de su brillante vagina.

—¿Es esto lo que quieres? ¿Quieres que follen tu coño? —pregunto.

—¡Sí!
—¿Sí qué?

—¡Sí, por favor! —suplica en voz alta.

—Buena chica.

Puedo sentir cómo se humedece aún más con esas dos simples
palabras de elogio.

Continúo moviendo mis dedos hacia adelante y hacia atrás dentro de


ella, mientras bajo de nuevo mi rostro y saco mi lengua para acariciar su
clítoris. No puede evitar moverse contra mi rostro. Quiere más, y eso es
precisamente lo que planeo darle.

En un momento más rápido de lo que ninguno de los dos espera, nos


he dado la vuelta conmigo de espaldas y la tomo por la cintura y la dejo
caer justo donde quiero.

—Monta en mi cara, pequeña. Toma lo que quieras. 62


Se mece frenéticamente de un lado a otro sobre mi lengua, sus jugos
gotean sobre mi rostro y ruedan por mi barbilla. Creo que nunca había
probado algo tan dulce.

Deslizo dos dedos dentro de ella para follarla de nuevo mientras uso
mi otra mano para sostener su cadera y apretarla más contra mi cara.

—Te sientes tan bien —dice mientras jadea de manera irregular.

La ayudo a aumentar la velocidad y recibo una recompensa poco


después, cuando siento que su vagina se contrae alrededor de mis dedos.

—Dámelo, nena. Todo —respondo. Momentos después, un chorro


de líquido entra en mi boca y gotea por mi barbilla y cuello. Continúo
chupando el néctar de su interior mientras ella tiembla y disminuye su
ritmo sobre mí.

Cae a mi lado, y en lugar de levantarnos para limpiarnos, vuelve a


recostarse contra mí y la abrazo de nuevo mientras ambos caemos en un
sueño más profundo y fácil de lo que había experimentado en mucho
tiempo.

63
Doce
Charlie

Esto es increíble. El sol que brilla hoy es una cálida bienvenida,


teniendo en cuenta que no he pasado mucho tiempo bajo sus rayos
dorados en el pasado. Extiendo mis brazos a los lados e intento echar la
cabeza hacia atrás para disfrutar del sol y la brisa, hasta que Jax extiende
su brazo hacia atrás y me da una bofetada en el muslo como advertencia.

Ups. Supongo que eso no está permitido.


64
Al parecer, tiene una motocicleta. No estoy segura de si estaba en
una cuando vino a la cafetería el otro día. No creo haber escuchado una
moto acercándose, pero podría estar equivocada.

Vamos de camino a reunirnos con Kai, Liam y Wren. Jax me


informó esta mañana de lo que hace para ganarse la vida. Asesino a
sueldo.

¿Por qué me parece tan sexy?

Mencionó a los chicos, pero no quiso entrar en demasiados detalles


porque no quiere que cuenten su negocio a otras personas, y ellos no lo
harían, así que quiere darles el mismo respeto.
Llegamos a lo que parece un recinto vallado con una verja de entrada.
Deben de estar esperándonos, porque cuando nos acercamos a esta, se
abre de golpe.

No noto el letrero hasta que estamos casi pasando junto a él, y aun
así sólo alcanzo a vislumbrarlo. Wicked algo MC. No puedo distinguir la
segunda palabra.

Oh, bueno.

Nos detenemos junto al edificio y Jax estaciona la moto. Después de


ayudarme a bajar, toma mi casco, lo cuelga en el manillar y agarra mi
mano mientras somos recibidos por una puerta que se abre y Wren nos
hace señas para que entremos.

—Hola, hombre —dice Jax cuando entramos por la puerta.

—Hermano —responde Wren a modo de saludo mientras avanza y


nos guía a través del edificio, al tiempo que hace un gesto hacia mí con
65
la cabeza al pasar.

No estoy segura de si la verja exterior es para mantener a la gente


dentro o fuera, posiblemente ambas cosas. Me recuerda al manicomio en
ese sentido, así que no me siento muy cómoda paseando por el lugar
como si perteneciera a él cuando está claro que no es así.

Wren nos conduce a una habitación tras introducir un código de


acceso en un panel junto a la puerta. No puedo evitar pensar que esto
parece una locura de espías, lo que me hace sonreír de oreja a oreja. Jax
se da cuenta, y suelta una pequeña risa, mientras Wren me mira con
curiosidad cuando nos acercamos a Liam y Kai.

Si pensé que un teclado era impresionante, no se compara con la


habitación llena de computadoras a la que entramos.

Todos tomamos asiento mientras Jax les cuenta la información


necesaria para ayudarnos a obtener algunas respuestas de mi pasado.
Después de unas horas, Jax parece creer que tenemos todo lo
necesario para empezar con mis planes. Nos despedimos y volvemos al
camino.

Entro en la sala y lo primero que veo es una pared cubierta de


pantallas de computadora.

—Cámaras de seguridad —dice Jax detrás de mí, apretándose contra


mi espalda, frotando mis brazos de arriba a abajo.

Inclino la cabeza hacia un lado para mirarlo. Su estatura debería


intimidarme, pero descubro que me gusta. Sólo de imaginar las cosas que
podríamos hacer...

Siento vibrar mi espalda cuando salgo de mi ensoñación para notar 66


que Jax intenta contener la risa que brilla con tanta facilidad a través de
sus ojos, haciendo que su pecho retumbe contra mí desde atrás.

—Me encantaría ver qué imágenes tienes en la cabeza ahora mismo.


Si esa mirada en tus ojos en una indicación, son traviesas como el
infierno —dice con humor y lujuria en su tono.

No puedo evitar la sonrisa que se dibuja en la comisura de mis labios


mientras me doy la vuelta y me adentro en la habitación.

—¿Esta es tu Baticueva? —pregunto.

—¿Mi Baticueva?

—Sí. Ya sabes. El héroe tiene una base o lo que sea.

—No soy un héroe, pequeña terrorífica. Soy el villano —afirma con


seguridad.

—Bien. Los villanos son más divertidos de todos modos.


Sigo adentrándome en la sala y paso por delante de los monitores.
Observo las armas que tiene expuestas y no puedo evitar sentir una
vibración en lo más profundo de mi ser. He oído a gente decir que sienten
mariposas en el estómago, pero esto es más como un enjambre de abejas
zumbando en el mío.

Sólo de imaginar lo que podríamos hacer con ellas, las posibilidades


son infinitas.

—¿Cuál quieres? —pregunta.

Observo nuevamente a mi alrededor y opto por la sección de


cuchillos, que parece ser la más accesible pero inusualmente tentadora.

—Buena elección.

—Bueno, tampoco es que sepa disparar un arma —murmuro con


decepción.
67
—Cierto. Toma lo que quieras.

Recorro las estanterías hasta encontrar un cinturón de cuero. Es


demasiado grueso. Demasiado ancho para ser un cinturón y tiene
demasiadas correas. Más de las que se pude ver a primera vista.
Entonces, me doy cuenta de que hay cinco ranuras vacías. Jax debe ver
mi confusión.

—Sostienen cuchillos —me informa.

—Comprado.

Se ríe de mi comentario, y toma los cuchillos y los coloca en sus


lugares adecuados en los bolsillos de las correas.

—Ahora esto se engancha en un hombro y pasa en diagonal por el


pecho, aterrizando en la cadera opuesta —dice Jax mientras sujeta el
cinturón con los cuchillos alrededor de mi cuerpo, asegurando mi
elección de arma—. ¿Cómo se siente?
—Como si estuviera a punto de causar caos —digo con seriedad.

No puede evitar reírse mientras sigue guardando algunas cosas para


él. Cosas que me encantaría tener en mis manos. Una pistola, un
cuchillo, espera. ¿Eso era una granada?

Probablemente, no debería estar tan emocionada, pero cuando era


pequeña, solía imaginar cómo sería recibir regalos en Navidad, y si
tuviera que asociar un sentimiento a la Navidad, sería este. Abejas
zumbando en mi estómago con granadas y objetos afilados que hacen
sangrar a la gente.

Termina de empacar y me gira para que lo mire, agarrando mi rostro


con ambas manos.

—Si algo va mal, regresas aquí —dice Jax mientras presiona su frente
contra la mía.

—Nada va a salir mal.


68
—Prométemelo, Charlie.

—¿Qué? Pensé que yo era la loca, pero estás actuando como si fueras
tú quien debería estar medicándose —digo con sorna, sin apreciar que él
piense que no podré llevar esto a cabo.

—Sólo... prométemelo.

—Bien. ¡Mierda! Te lo prometo. ¿Feliz?

Me dedica una sonrisa arrogante, se inclina hacia mí y presiona sus


labios contra los míos.

No puedo evitar acordarme de anoche y de todo lo que pasó entre


nosotros.

¿Me sorprendió que se disculpara? La verdad es que no. Puede


parecer arrogante, pero incluso con el comportamiento rudo que
muestra, no puede evitar mostrar un poco de dulzura de vez en cuando.
Lo que me sorprendió, sin embargo, fue el hecho de que yo misma
me encargue de meter la lengua hasta su garganta. Probablemente, no
pueda entender qué pasa conmigo y mi situación.

Odio la palabra. Odio incluso decirla. Violación. Me hace sentir débil


y sucia. No debería. La palabra en sí no es sucia. Los monstruos son los
responsables del acto. Los que toman y toman hasta que no queda nada,
pero... bueno... yo.

Mientras crecía, fui violada repetidamente por cualquiera que


encontrara su camino por sí solo hasta el sótano donde estaba encerrada
o por quienquiera que recibiera la orden específica de encontrarme.

No era constante. Perdí la noción del tiempo allí abajo, pero sé que a
veces pasaban meses sin que me tocaran en absoluto. Pero no siempre
fue así.

Con el tiempo empecé a aceptarlo. No me disculparé por eso. Me 69


estaba quebrando y que me aspen si iba a permitir que ellos me
quebraran. Así que, intenté convencerme de que podía seguir el juego.
Eso hizo que me desearan menos, pero no los detuvo.

Sin embargo, me di por vencida al final de mi tiempo allí. No


funcionaba y me estaba cansando de intentar convencerme de que no me
importaba. En cambio, lo último que recuerdo es haber luchado como
una loca para impedir que alguien utilizara mi cuerpo como si fuera
suyo.

Si no hubiera sido por todo eso, Jax habría sido mi primer beso. Sigue
siendo mi primer beso de verdad y no uno forzado. No puedo evitar
esperar que no piense menos de mí por eso.

—¿Sigues conmigo? —pregunta Jax mientras chasquea los dedos


delante de mi rostro.

—Sólo pensaba. Lo siento.

—¿Sabes a quién quieres visitar primero? —pregunta.


Otra vez esa sensación. Abejas zumbando en mi estómago.

—Ya sé a quién —respondo con una sonrisa de satisfacción.

Esto va a ser divertido.

70
Trece
Jax

Antes de salir de la cabaña, le di a Charlie un teléfono desechable y


una instrucción rápida sobre cómo usarlo, guardando mi número y el de
Ashlyn, así como los de los chicos, por si acaso lo necesitara para
cualquier cosa. También me aseguré de que tuviera suficiente dinero en
efectivo en caso de que nos separamos por alguna razón y necesitara
regresar a la cabaña, que también funciona como un refugio seguro para
mí. 71
Sé que ella piensa que estoy exagerando, pero después de hacer esto
durante tanto tiempo, aprendes que debes hacer estos planes en caso de
que las cosas no salgan como esperas.

Sólo espero que hacer esto sea todo lo que ella espera que sea. Quiero
que obtenga su venganza, y ambos sabemos que si la mantuvieron en ese
infierno toda su vida y nadie lo denunció, es porque alguien tiene
conexiones con las autoridades. No es sorprendente. Lástima para ellos
que están a punto de enfrentar consecuencias peores de las que
probablemente imaginaron.

—Ya casi llegamos a la ciudad. ¿Quién es primero? —pregunto.

Charlie saca la lista del bolsillo interior de su chaqueta de cuero


negra.

—El imbécil que me pegó antes de desmayarme. Es lo último que


recuerdo antes de despertar en esa tumba. Quiero saber qué pasó. Lo
necesito para llenar los vacíos de mi memoria antes de que deje de
respirar —afirma mientras estudia su lista por millonésima vez.

—No va a ninguna parte.

—Lo sé. Sólo quiero asegurarme de que tengo cada detalle


memorizado.

Dirijo mis ojos hacia ella una vez más antes de volver a dirigirlos
hacia la carretera.

Antes de salir de la sede del club con los chicos, nos hemos asegurado
de repasar cada lugar. Cubrimos todo, desde los puntos de entrada hasta
las amenazas potenciales dentro de la residencia, pero no puedo evitar
sentir que nos falta algo. No estoy seguro si es solamente mi ansiedad y
paranoia por llevar a una civil sin entrenamiento, o si hay algo más.
Supongo que sólo el tiempo lo dirá.
72
Catorce
Charlie

Jax se acerca y apoya su mano en mi muslo, dándome un pequeño


apretón. Muevo mi mano para cubrir la suya y le devuelvo un apretón
tranquilizador a cambio.

Sé que está intentando consolarme, pero no sé qué más tengo que


hacer para demostrarle que no necesito el consuelo que probablemente
necesitan la mayoría de las mujeres. No soy una damisela en apuros,
aunque imagino que eso es lo que parecía al entrar en aquel bar.
73
En los últimos días, he vivido muchas primeras experiencias, pero
una de ellas fue la aceptación que sentí anoche y hoy por parte de Jax,
sus amigos y su familia. Me he dado cuenta de que soy más fuerte de lo
que pensaba. Comparado con el interior del manicomio, todo el mundo
a este lado del muro se siente blando, débil, ¿protegido quizás? No estoy
segura de cuáles son los sentimientos correctos para esa conclusión.

Jax cree que es un monstruo de pesadillas. Aún no ha comprendido


que, aunque él sea un monstruo, yo soy una pesadilla hecha realidad.
Una de su propia creación.

—Ya casi llegamos —dice.

Hay alrededor de un kilómetro de árboles antes de llegar a la casa con


un pequeño desvío a mitad de camino. Giramos a la derecha y entramos
en el pequeño sendero entre los árboles. Hay una mezcla de tierra y finos
parches de hierba esparcidos esporádicamente por el sendero.
Jax apaga los faros y se aleja lo suficiente como para ocultarnos entre
los árboles del tráfico y de los vecinos. Cuando salimos del todoterreno,
compruebo las armas, pasando mis manos por cada manga para
asegurarme de que todos mis cuchillos estén en su lugar.

—¿Estás lista?

—Más que preparada —respondo ansiosa.

Se acerca y toma mi mano mientras me guía por el bosque. Me resulta


extrañamente familiar estar rodeada de árboles. Incluso la atmósfera de
esta noche, con la sensación de que el otoño se acerca rápidamente en el
aire fresco nocturno, es familiar. La única diferencia es que no estoy sola,
y en lugar de estar enfadada y conmocionada, estoy enfadada y
emocionada. El zumbido de emoción que llena mis venas es suficiente
para hacerme sonreír.

No presté mucha atención en el viaje hasta aquí, lo que sé que fue 74


estúpido, considerando que si nos separamos y necesito volver a la
cabaña no tengo ni idea de cómo volver. Estúpida, Charlie.

Mientras nos escondemos entre los árboles, contemplo la pequeña


casa blanca que parece haber tenido días mejores, con la pintura blanca
descascarándose por los lados y un porche delantero que parece que se
va a derrumbar si soporta algún peso. Espero que sea más fuerte de lo
que parece.

Jax me lleva hacia la casa, recordándome que me quede detrás de él.


No puedo evitar la mirada de asombro que expreso. En mi defensa, me
ha costado contenerme.

Jax se apoya contra la pared del dormitorio con los brazos cruzados,
frunciendo el ceño en preocupación mientras me observa sostener un
cuchillo en la garganta del hombre.
Una vez que estuvimos dentro de la casa, Jax me ayudó a desnudarlo
y atar cada muñeca y tobillo a la cama.

Parece que se le van a salir los ojos de las órbitas si los sigue abriendo.
No sé por qué parece tan afectado por mi presencia aquí, aparte del
hecho de que estoy fuera de mi prisión en lugar de estar adentro, donde
podría usar y abusar de mi cuerpo a su antojo.

Seguramente él ya sabía que yo no estaba allí.

—¿Qué quieres? —espeta.

—Responde a mis preguntas —digo con una sonrisa mientras aprieto


un poco más la cuchilla contra su garganta—. Lo último que recuerdo
eres tú, Jarod.

Mueve la cabeza de un lado a otro, olvidando el cuchillo por un


momento hasta que lo roza un poco. Ver la sangre perlada en su garganta
me emociona un poco, y espero ver más derramarse de este asqueroso
75
saco de carne.

—Sabes lo que hiciste. Lo último que recuerdo es tu rostro. ¿Qué pasó


después de que me violaras, de nuevo, enfermo de mierda? —le grito en
la cara mientras me inclino sobre él e intento bloquear el olor de su
penetrante aliento.

Espero un momento y luego hago un movimiento de muñeca,


causando otra herida en su piel mientras lo tomo por sorpresa.

—¡Pensé que habías muerto! —grita.

No puedo evitar la oleada de ira que bulle en mi interior. En lugar de


un zumbido de excitación, siento más como grava revolviéndose en mi
estómago.

—¿Pensaste que estaba muerta?

Asiente.
—¿Entonces me enterraste? —grito, mientras clavo el cuchillo en la
palma de su mano, que está atada al poste de la cama, dejándolo allí.
Luego saco otro cuchillo.

»¿Me enterraste viva? —grito de nuevo, incrédula, mientras clavo otro


cuchillo en su otra palma, sintiendo cómo la hoja atraviesa los pequeños
huesos de su mano, dejando ambas palmas atravesadas.

Una vez más, alzo la mano y tomo un tercer cuchillo del cinturón
que está atado a mi cuerpo.

—Cállalo —dice Jax, pero aún no puedo. Tengo más preguntas.

—Doctor Whitmore. Mi padre. ¿Por qué? —suplico una respuesta a


una pregunta que ni siquiera sé que estoy haciendo, y me enferma que
mi voz tome un tono débil, como ellos esperaban que fuera, en lugar de
la sobreviviente que sé que soy.

—¡No sé de qué me hablas! —dice mientras grita de dolor como la


76
perra que parece ser.

—No eres más que una perra débil. ¿No es así? No pudiste conseguir
que nadie más te dejara entrar, así que tomaste lo que no era tuyo.

Sus ojos recuperan un poco de vida y vuelven a bailar con alegría.


Una mirada familiar. Una que he visto antes.

—Creo recordar que no siempre tuviste problemas en dejarnos entrar


en ese coño, ¿verdad, Char? —espeta.

Veo a Jax avanzar por el rabillo del ojo, y que me jodan si permito
que me quite esto.

Agarro el cuarto cuchillo de mi cinturón y retrocedo, atravesando su


pene flácido con un cuchillo y lo levanto, haciendo que su carne quede
en posición vertical. Luego, con la otra mano, agito el cuchillo con un
movimiento de corte. Miro hacia abajo y veo su pequeño nódulo de
carne colgando de la otra hoja mientras su cuerpo sigue intentando
bombear sangre hacia la parte que falta.

Respiro aliviada, sabiendo que nunca podrá tomar nada más de mí.

Jarod sigue gritando de dolor. Decido en ese momento que está tan
muerto como pensó que yo estaba cuando me enterró, y nos hago un
favor a los dos, atravesando su garganta con mi cuchillo para que eso sea
una realidad.

Jax se mueve hacia mí nuevamente, esta vez se coloca a mi lado. Con


una sonrisa en su rostro, levanta su arma y dispara una bala en la frente
de Jarod.

—¿En serio? —Hago un puchero.

—Lo siento, pequeña terrorífica. Estaba tardando demasiado y


tenemos que irnos.
77
Me alejo de la cama y levanto mis manos frente a mi rostro para
simular que tengo una cámara frente a mis ojos. Luego muevo el dedo
hacia abajo y hago un chasquido con la lengua. Una imagen mental para
asegurarme de que esta noche quede grabada en mi memoria para
siempre.

Jax me quita los cuchillos y los enjuaga en el fregadero antes de salir


de la casa.

—Ve y párate en la línea de árboles —me indica.

Le dirijo una mirada interrogante, pero hago lo que me dice.

Una vez que llego a la línea de árboles, me doy la vuelta y veo que se
ha alejado más de la casa y ahora está hablando por teléfono mientras
camina hacia mí.

Cuando me alcanza, termina la llamada y toma mi mano. Echo un


vistazo más por encima del hombro a la casa que me dio pocas respuestas
y sólo puedo esperar que el siguiente nombre de mi lista sea capaz de
darme lo que necesito.

Llegamos a la casa segura, y Jax agarra ropa para ambos y se reúne


conmigo en el baño. Ya he encendido la ducha, y el baño se ha llenado
de vapor, empañando el espejo sobre el lavabo.

Me quito la ropa, aún cubierta de sangre, y él la embolsa mientras me


meto en la ducha. Parada bajo el chorro de agua caliente, cierro los ojos
y disfruto de la sensación de mis músculos comenzando a relajarse por
primera vez en un tiempo.

Unos brazos me rodean por detrás y sé que Jax se ha unido a mí.


Siento su cuerpo musculoso envolver el mío por detrás, su miembro
erecto presionando contra mi trasero. No puedo evitar el gemido 78
desesperado que se escapa de mi boca.

Él baja la cabeza hacia mis hombros y besa mi cuello, lamiendo y


mordisqueando entre cada beso. Mis manos se elevan hacia mi pecho,
donde aprieto mis pezones, retorciéndolos entre mis dedos. Siento cómo
emite un gruñido de satisfacción contra mi piel mientras me mira por
encima del hombro.

—¿Es eso lo que te gusta, nena? ¿Dolor con placer? —murmura en


mi cuello y luego hunde sus dientes en mi hombro, rasgando la piel lo
suficiente para que broten algunas gotas de sangre.

—¡Sí! —jadeo mientras dejo caer una mano y la paso por detrás de
mí para envolverla alrededor de su miembro, que está presionado contra
mí.

Jax comienza a mover su mano hacia el sur en mi cuerpo, pero quiero


asegurarme de que él reciba tanto placer de mi boca como yo de la suya.
Me doy la vuelta lentamente, y beso su pecho y vientre mientras me
arrodillo. Aprecio el tamaño de su pene hinchado y lo miro a los ojos
cuando lamo el presemen de la punta.

—Joder, Charlie —sisea Jax entre dientes mientras me mira con


determinación, igual que yo al mirarlo.

Lamo su eje de arriba abajo, y luego escupo para mojarlo y


acariciarlo. Meto sus testículos en mi boca por completo, y succiono
mientras acaricio su miembro al mismo tiempo. No puedo evitar el
gemido que suelto al sentir cómo crece la humedad entre mis piernas.

—Quiero estar dentro de ti —dice mientras gime.

—Fóllame, ¿por favor? —susurro mientras saco sus testículos de mi


boca.

Luego se aparta y se agacha para ayudarme a levantarme. O al menos


eso creo que hace, hasta que mis pies se despegan del suelo. Entonces,
79
rodeo su cintura con las piernas.

Me doy cuenta de que ha dejado la ducha abierta mientras nos saca


del baño, con los cuerpos aún mojados y goteando tanto de la ducha
como de deseo.

—¿Cómo lo quieres, nena? —pregunta suavemente.

—Duro. Fóllame como si me odiaras.

—Cuidado, pequeña, hay una delgada línea entre el amor y el odio.


Puede ser difícil saber cuál estoy persiguiendo.

Me rio cuando baja mis pies al suelo y luego me arrastro sobre la


cama a gatas, girando con el trasero en el aire a cuatro patas. Miro por
encima del hombro y sonrío con picardía ante sus ojos hambrientos,
rompiendo lo que quedaba de su autocontrol.
Sube a la cama, y su gruesa y pesada polla busca la entrada a mi
interior. Empujo hacia atrás contra su longitud, empalando mi vagina
con un solo y fuerte empujón.

80
Quince
Jax

Paraíso. Pensé que acabaría en el infierno, pero aquí estoy, metido


hasta las pelotas en el mismísimo paraíso.

Agarro con fuerza sus caderas con ambas manos.

—Maldita sea, nena. Si lo que quieres es duro, eso es lo que tendrás

81
—le digo.

Embisto con fuerza y rapidez en su interior, deslizándonos a ambos


por la cama mientras ella emite los sonidos más deliciosos.

Estiro mi mano, y agarro su largo y húmedo cabello morado, lo


enrollo alrededor de mi muñeca y tiro con fuerza, arqueando su cabeza
hacia atrás. Levanto mi otra mano y le doy una nalgada, dejando un
rubor instantáneo en su pálido y perfectamente redondeado glúteo.

—¿Te encanta esta verga?

—¡Sí! —responde ella.

—¿De quién es la verga, nena?

—Es mía.

—No te escucho.

—¡Mi verga! ¡Mía! —grita mientras golpeo su culo dos veces más.
—Así es, pequeña, ¿y de quién es este coño?

Alargo la mano por debajo de nosotros y golpeo su conchita


hinchada, llevándola al borde de la locura.

—¡Tuyo! ¡Tu coño! —grita mientras cubre mi polla con su dulce


crema.

Después de unas cuantas embestidas más, me agacho y pellizco su


clítoris en pleno clímax, haciéndola estallar y rociar sus jugos por toda
mi verga y mis bolas, mientras bombeo gruesas cuerdas de mi semen
profundamente en su caliente y apretado coño.

Charlie sigue temblando mientras ambos bajamos del subidón, no


sólo de nuestro acalorado encuentro, sino también de haber tachado un
nombre de la lista a primera hora de la noche.

Se desploma sobre la cama y caigo a su lado. Sonríe perezosamente


mientras sigue respirando con dificultad. Veo que está sumida en sus
82
pensamientos.

—¿En qué estás pensando? —pregunto.

Se gira hacia mí, levanta la cabeza y presiona sus labios contra los
míos. Una, dos veces, y luego vuelve a apoyar la cabeza en la almohada.
Alzo la mano y acaricio su cabello, apartándolo de su rostro.

—Creo que tu factura del agua va a salir un poco alta este mes.

—Vale la pena —digo, con una sonrisa arrogante y sin un ápice de


arrepentimiento.

Han pasado unos días desde que Charlie cometió su primer asesinato.
Nos hemos quedado en la cabaña desde esa noche.
He hablado con Ashlyn para asegurarme de que todo va bien y de
que no tiene problemas con los clientes del bar. Ella es fuerte, pero suelo
pasarme bastante a menudo para cuidar de ella, y la mayoría de la gente
sabe que no es alguien con quien debe meterse.

También he estado en contacto con Liam, Wren y Kai en la sede del


club. Nos están ayudando con algunas cosas. Los llamé después de que
dejamos el cadáver en la casa la otra noche y enviaron a un limpiador.

Suelo limpiar lo que ensucio. Prefiero hacer mi propia limpieza que


dejar mi libertad en manos de un desconocido, pero si confían en él, yo
también.

—¿Estás seguro de que no hay otra forma de entrar? —murmura


Charlie.

—Estoy seguro.

El siguiente paso de su «sangriento plan» es importante. Uno que


83
podría cambiarlo todo, y parece que tienen un sistema de seguridad
elaborado para estar a la altura de su importancia. Los tipos que manejan
la parte trasera, están en el lugar para esta ocasión, ayudándonos a
desactivar la seguridad de la puerta y los sensores de movimiento,
además de cualquier otro que pueda estar en la casa.

Como antes, Charlie me sigue por la verja. Decidimos que, aunque


las alarmas del perímetro estén desactivadas, no queremos correr el
riesgo de abrir la verja, así que la escalamos. No es mi primera opción,
pero mejor prevenir que lamentar.

Nos dirigimos a la parte trasera de la finca. La gran mansión se


asienta sobre unos veinte acres de terreno. La casa es una lujosa vivienda
de estilo artesanal con una mezcla de ladrillo marrón y detalles de
madera. Tiene un aire de casa de campo, pero es diez veces más grande
en cuanto a superficie.

Los chicos están en comunicación y nos dan luz verde para entrar.
Estudiamos el plano antes de salir de la cabaña.
—¿Segura que quieres hacer esto? —susurro.

—Estoy segura. Es una pieza de mi historia que hay que poner en su


lugar.

Mierda.

La última vez que me contó algo de su historia, me perdí en mi cabeza


y en mi pasado con mi propia historia.

Aprieta mi mano para tranquilizarme y nos dirigimos hacia la


entrada trasera, atravesamos varias habitaciones antes de llegar a la que
esperamos encontrar.

Estoy seguro de que en algún momento esta casa estaba llena de


familia y amor, pero en este momento está vacía y deprimente como el
infierno.

Levanto mi arma cuando entramos en la habitación. Lo que 84


encontramos es a la vez desgarrador y satisfactorio. Sin saber si el padre
de su madre, el abuelo de Charlie, tuvo algo que ver con todo esto, nos
quedamos sin respuestas. Por un lado, si fue él, sería atractivo verlo
conectado a máquinas y recibiendo cuidados paliativos. Por otro lado, si
era inocente en todo esto, esta es una parte de la familia de Charlie que
ella nunca conocerá.

Es jodido lo desequilibrada que es la vida a veces. No digo injusta


porque, ¿quién puede decir lo que es justo?, pero no puedes decirme que
una chica que sobrevivió a todo lo que tenía sólo para quedarse sin
familia real o respuestas es un equilibrio. No digo que crea en el karma,
porque si eso es real, también estoy bastante jodido. Supongo que
tendremos que seguir buscando respuestas.

Echo un vistazo a Charlie, que permanece inmóvil y sin expresión


alguna en su rostro. No creo que sepa qué pensar o sentir.

Le doy unos minutos para decidir su destino.


—Vamos —dice en un susurro.

Le doy una última mirada y ella asiente con la cabeza para hacerme
saber que le perdona la vida. Comprendo por qué. No me gustaría que
se sintiera culpable si más tarde descubrimos que es inocente. De todos
modos, está cerca del final de su vida. No hay necesidad de apresurarlo
cuando el final es inevitable de cualquier manera.

Regresamos abajo sólo para que Charlie sea repentinamente


sacudida y caiga al suelo. Me giro a tiempo para ver a un hombre muerto
caminando, que se dirige hacia ella.

Levanto mi arma y le disparo en el mismo lugar donde ella fue herida,


en el hombro. Rápidamente, compruebo que Charlie está bien. Así que
le disparo en ambas rodillas para asegurarme de que no puede ir a
ninguna parte y lo desarmo lo más rápido posible.

Charlie se está levantando cuando me dirijo a ella. 85


—¡Hijo de puta! —le grita al hombre. El hombre que descubrimos es
su tío. El hermano de su madre. Él era el siguiente, así que esto es un dos
por uno y con los acontecimientos que se desarrollan delante de nosotros,
no respirará cuando salgamos de aquí. Si ella no acaba con él, lo haré yo.

Ella va directo al baño más cercano y encuentra un par de toallas para


ayudar a detener la hemorragia de su herida. Atamos una alrededor de
su brazo y hombro para aplicar presión, y usamos la otra para hacer un
cabestrillo.

Una vez que me he ocupado de ella, arrastro a este bastardo hasta la


bodega y Charlie me sigue con nada más que rabia cubriendo su rostro.
Dieciséis
Charlie

No hay muchas cosas que me sorprendan en este mundo. No soy ni


optimista ni pesimista. No suelo pensar si el vaso está medio vacío o
medio lleno. Elijo la opción C. Rompe el puto vaso y lo vacías tú. Las
cosas frágiles se rompen. Así son las cosas. Así que asegúrate de no ser
una de esas cosas que se rompen.

He pasado toda mi vida con inmundicias que no querían otra cosa


que doblegarme. Hubo momentos en los que pensé que lo hacían.
86
Incluso los dejé durante un tiempo. Pero algo dentro de mí me decía que
nunca debía dejar que ganaran. Así que no lo hice, y aquí estoy.

Mi propio jodido tío acaba de dispararme. No puedo evitar


preguntarme si sabe quién soy. Estoy segura de que lo sabe. Me parezco
a mi madre. Si tan sólo pudiera llegar a ella, pero necesito ocuparme de
estas cosas primero. Entonces, podré sacarla de ese lugar.

Me falta un brazo, así que Jax ata al tío Dave a una silla. Ya me he
cansado de esto, así que voy directo al grano.

—¿Qué demonios estás haciendo? —pregunto, y recibo a cambio su


odiosa carcajada.

—Estoy protegiendo mi inversión —responde.

—¿En qué has invertido?


Suelta otra risa falsa. Está tratando de hacerlo parecer como si no
estuviera sentado allí, con las dos rodillas destrozadas y un agujero de
bala en el hombro que coincide con el mío.

—¿Disfrutaste de tu estancia en el manicomio de Oak Grove? —


pregunta.

Esto... no. No voy a dejar que me vea gritar y despotricar como una
loca. En lugar de eso, me acerco a uno de los estantes de vino y agarro
una botella, rompiéndola en el borde de la estantería. No sé cuánto
cuesta esta botella de vino, pero estoy segura de que no es barata.

Doy largas zancadas hasta su silla y sujeto el cuello de la botella


mientras lo acerco a su garganta.

—Quiero respuestas, y algo me dice que tú las tienes. Habla —exijo.

Sonríe.
87
Levanto la botella y arrastro el borde dentado por un lado de su
rostro, cortando profundas líneas torcidas en su piel, que, seguramente,
dejarán cicatrices.

Grita de dolor.

—Habla.

Nuevamente, se ríe, pero sólo pasan unos segundos antes de que


comience a soltar información. Su orgullo ganó después de todo.
Simplemente, tenía que echar sal en la herida. No puede resistirse a la
oportunidad de atribuirse el dolor que ha causado. Por supuesto, no pudo
resistirse. Puede que esté con la élite, pero, aparentemente, la clase no se
puede comprar después de todo.

—Tu madre no estaba loca. Quiero decir, sí. Tenía sus problemas.
Esquizofrenia y un desequilibrio del estado de ánimo. Lástima que no se
diera cuenta de que yo cambiaba sus medicamentos. —Se ríe, pero suena
más como un jadeo por el dolor que empieza a sentir a medida que
desaparece la adrenalina de haber sido disparado.

Jax decide tomar asiento ahora que Dave está hablando y gira la silla
en la esquina, sentándose a horcajadas sobre ella con la pistola aún en la
mano.

—Ella siempre fue la favorita. Oí a papá hablar de excluirme del


testamento porque una zorra estúpida decía que la había violado. Puta
mentirosa. Así que me aseguré de que Charlotte se fuera para siempre —
dice con una sonrisa.

—Pero, entonces, el buen viejo doctor no pudo mantenerlo en sus


malditos pantalones, ¿verdad?

Mi cabeza se gira hacia él, donde había comenzado a divagar en mis


pensamientos.

Con una sonrisa, continúa contándonos cómo mi madre encontró la


88
manera de ocultar el embarazo hasta que fue demasiado tarde y estuvo a
punto de dar a luz. Se había negado a hablar y seguía actuando igual que
cuando estaba sedada, así que no vieron la necesidad de medicarla. Unas
sudaderas holgadas, y al final se puso de parto. Mi padre la llevó a un
laboratorio donde me dio a luz. La encerró para cuidar de mí, y una vez
que empecé a caminar y hablar, la trasladaron de nuevo a las
habitaciones de los pacientes y a mí con ella.

Otros empleados sabían que no debían hacer preguntas.

Aparentemente, ella había intentado escapar conmigo varias veces


cuando no le estaban administrando los medicamentos, pero nunca llegó
más allá de la puerta. La misma triste historia que tuve cuando intenté
escapar años después. Nunca llegué más allá de la puerta, hasta que me
sacaron como un supuesto cadáver.

—A ver si lo entiendo. ¿Estabas celoso de mi madre y querías aún


más dinero del que ya tenías? ¿Por eso condenaste a mi madre a una vida
de miseria y nos dejaste pudrirnos a las dos incluso después de enterarte
de que tenía una hija? —pregunto incrédula.

—Eso es lo que dije —empieza a murmurar mientras parece más


somnoliento por momentos.

Jax se levanta, sacando un paquete de su bolsillo y rompiéndolo bajo


la nariz de Dave, lo que lo hace saltar y sentarse más erguido, pareciendo
más alerta que antes.

—Eres una puta de mierda. Igual que tu madre. Pero ya no está, así
que no tienes que preocuparte por ella —dice riéndose.

Miro a Jax y su expresión es ilegible. Sólo por eso ya sé que sabía que
estaba muerta. Quiero desahogarme y enojarme. Quiero estar furiosa
con él, pero no puedo.

Nunca dije nada sobre salvarla. Supongo que asumí que era un
hecho. No creo que él sepa que yo no sabía que ella ya estaba muerta.
89
Por dentro siento que se me rompe el corazón. Puede que a veces
tenga problemas con mis emociones, pero esta es claramente una
pérdida. Hago lo que mejor sé hacer y lo guardo bajo llave. Él nunca
puede saber que no tenía ya esa pieza faltante de la historia. Puede
llamarse a sí mismo el monstruo o el villano, pero sin importar eso, tiene
un gran corazón. Aunque a veces pueda ser un idiota.

No pondré esa carga sobre él. Ya ha hecho demasiado por mí.


Llevaré esto sola.

Jax me enseñó lo básico de disparar un arma en los últimos días e


incluso me tuvo afuera disparando a blancos. Así que decidimos que
llevaría una de reserva.

He sacado todo lo que necesitaba de este hombre. Y francamente,


estoy harta de todo esto.
Meto la mano en la funda junto a la que llevo los cuchillos,
desenfundo la pistola, me acerco, ya que aún no soy muy buena
disparando, y aprieto el gatillo, metiendo dos balas en su cabeza de la
misma forma que vi hacer a Jax la última vez que matamos a un hombre.

Jax me mira como si estuviera sorprendido. Puedo entender por qué.


También me sorprendí a mí misma.

—Voy a encargarme de la limpieza. Quiero asegurarme de que se


haga bien, ya que tu ADN está por todas partes arriba debido a tu sangre.
Liam está ocupándose de la situación de la enfermera de cuidados,
enviando una, pero no hasta que nos vayamos.

Asiento entendiendo y me siento en la silla en la que él estaba sentado


hace solo momentos. La adrenalina está desapareciendo rápidamente y
el dolor no está ayudando en nada esta noche, pero trato de ayudar como
puedo.
90
Un par de horas después, estamos de vuelta sobre la cerca y en
camino de regreso a la cabaña después de que llega la enfermera, quien
no tiene la menor idea de lo que acaba de suceder en esa casa.
Diecisiete
Jax

Charlie ha pasado las dos últimas semanas recuperándose de la


herida de bala que le infligió su tío. Durante ese tiempo, hemos vuelto a
la ciudad un par de veces para ver cómo estaba Ashlyn e incluso hemos
pasado en el restaurante para ver cómo estaba la señora Sonny y comprar
unas hamburguesas con queso, chile, y papas fritas para llevarnos a la
cabaña. A Charlie le encantan, incluso más que a mí. Creo que es porque
no ha tenido más remedio que apreciar las cosas buenas de la vida, como 91
la comida y el agua. Para ella, eran simplemente un lujo antes de estar
afuera, pero ahora que está aquí, puede tener tanto como quiera.

La alegría que obtiene de las cosas que damos por sentado, calienta
un lugar en mi corazón frío y muerto, y juraría que incluso siento que
late una vez o dos.

—¿Quieres pruebas? Aquí tienes tu prueba —dice Charlie mientras


sostiene los resultados frente a su rostro—. Producto de una violación,
encerrada en una prisión por mi propio donante de esperma y
abandonada para que lobos vinieran a buscar carne fresca —añade.

»Espero que hayas disfrutado de tu elegante vida de Ivy League y de


tus días en el club campestre, porque mi repugnante tío fue quien financió
tu estilo de vida frívolo. Sólo me tomó ser violada cuando quisieron, para
que tú vivieras una vida de lujo. De nada.
Charlie se lo cuenta todo con una sonrisa de satisfacción. Estoy
orgulloso de ella. No se echa atrás ni se siente inferior. Se ha ganado el
derecho a ser tratada con respeto, aunque no es que lo necesitara.

—Por favor. Déjanos ir. No tenía ni idea de nada de esto —suplica


su esposa mientras llora. Su hija llora igual o más.

Descubrimos de antemano que están diciendo la verdad. Sabemos


que no tenían idea de nada de esto durante todos estos años. Incluso los
chicos encontraron evidencia de violencia doméstica contra su esposa.
No había nada que encontrar sobre él con su hija, pero eso no significa
nada. Nunca se sabe con un hombre así.

Después de que Charlie hizo varias amenazas, las dejó empacar


algunas cosas necesarias y las envió por su camino, con la promesa de
que nunca volverían. Hermana o no, no quería tener nada de ellas.

Guardó lo mejor para el final. Tardamos un poco, pero cuando el 92


Doctor Whitmore volvió a casa, lo instalamos en un pequeño laboratorio
improvisado y lo atamos a una mesa de exploración.

—No te preocupes. No sentirás nada —dijo Charlie con una sonrisa


dulce y azucarada mientras procedía a darle una descarga a su padre con
la misma máquina que él había utilizado con ella.

Después de todo lo que ha aprendido en las últimas semanas,


llegamos a la conclusión de que le faltaban algunos fragmentos de
tiempo, probablemente debido a la amnesia retrógrada causada por su
padre jugando con la máquina que está utilizando en su mente.

Pasó mucho tiempo jugando con la máquina hasta que nos


preocupamos de que pudiera desmayarse y no despertar de las
convulsiones que parecía inducirle.

Observé cómo sacaba el equipo que habíamos traído con nosotros, y


abría el pecho de su padre mientras todavía estaba consciente.
Me encantó verla hacerlo. Siempre me excitaba más cuando estaba
en su elemento y disfrutaba, ya sea ahogándose en la sangre de otra
persona o bebiendo un vaso de agua. Si a ella le gustaba, a mí también.

Amor y odio. No estoy seguro de cuál de los dos estaba persiguiendo, mentiras.

93
Dieciocho
Charlie

No estoy seguro de si se desmayó por la pérdida de sangre, por la


terapia de electroshock o por el propio dolor, pero al final lo hizo. Por
desgracia, estoy bastante segura de que fue entonces cuando murió. Poco
después abrí su pecho. Al menos esperaba tener su corazón palpitando
en la palma de mi mano.

Tal vez en la próxima vida.


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—Mira eso, papá. Te has roto antes que yo —le dije a su cuerpo sin
vida con una sonrisa de satisfacción.

Me doy la vuelta para mirar a Jax y veo que intenta acomodarse. No


creo que entienda que no hay forma de ocultarlo, y eso es una de las
muchas cosas que... sí.

—¿Estás lista? —pregunta.

—Lista —respondo.

Después de todo lo que hemos pasado, estoy agotada y lista para que
esto termine.

Parte de mí quería encerrar a mi padre durante años, como él hizo


conmigo, pero otra parte pensó que no debería perder más tiempo en
alguien tan vil. Esa parte ganó.

Salimos de casa y llegamos a la puerta cuando Jax me detiene.


—¿Qué pasa? —pregunto mientras frunzo el ceño en señal de
preocupación.

—Tengo una sorpresa para ti —dice con su sonrisa arrogante.

—¿Y qué podría ser eso?

Me entrega un control remoto y todo lo que puedo hacer es mirarlo


con confusión. Él coloca sus brazos sobre mis hombros y me da la vuelta,
señalando la casa y luego mirando el control remoto con el gran botón
brillante.

—¡Oh, demonios, sí! —digo emocionada mientras muevo el dedo


más rápido de lo que sabía que era posible y presiono ese botón, haciendo
que la casa de mis horrores se convierta en una hermosa bola de fuego.

Nos quedamos hasta que llegan los bomberos y luego nos


adentramos en la noche, dejando atrás los últimos pedazos de mi antigua
vida.
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Tres meses después


Me acuesto boca abajo sobre la hierba muerta y recorro con los dedos
el ramo apoyado contra la lápida. Hay algo en las flores sobre una tumba,
que me da tranquilidad o incluso esperanza. Alguien se preocupó lo
suficiente como para llevarlas a la tumba y visitar a quien yace bajo la
tierra.

Tenía puesto un abrigo y todas las prendas de invierno


correspondientes cuando llegué, aunque no puedo evitar quitármelo todo
mientras extiendo mis brazos y apoyo mi cabeza, presionando mi mejilla
contra la tierra fría y congelada.
—Aquí yace Charlie —murmuro mientras leo las palabras de mi
lápida y me esfuerzo por apretar un abrazo contra el suelo. Realmente
me gustaría poder darle un abrazo a mi antigua yo y decirle lo orgullosa
que estoy de ella.

Cuando ella salió de esta tumba poco profunda, no tenía idea de qué
tipo de mundo la esperaba o los planes que pondría en marcha, causando
estragos en todos los que le hicieron daño, con un hombre que eligió
quedarse a su lado, pase lo que pase.

Hace unas semanas, el apoderado de mi abuelo se puso en contacto


conmigo para informarme de que su patrimonio era ahora mío debido a
su fallecimiento. Tengo la sospecha de que Jax y los chicos arreglaron
esto para que me beneficiara.

No tengo idea de qué hacer con millones de dólares, así que lo


primero que compré fue una lápida para conmemorar la tumba de la que
salí, dejando que representara el renacimiento. 96
Levanto la mirada y veo a Jax sentado en el suelo con la espalda
apoyada en la lápida. Últimamente, este lugar se ha convertido en
nuestro refugio. Él le encuentra sentido, igual que yo.

Extiende su mano, me siento de rodillas, y me arrastro hacia él. Me


levanta y me siento sobre su regazo, pasando mis uñas por su cabello,
rascando su cuero cabelludo. Él suelta un gemido cuando acorto la
distancia, presionando mis labios contra los suyos.

Lo miro a los ojos y libero las palabras.

—Te amo, Jaxton Jameson Jagger —digo por primera vez con una
sonrisa juguetona. Me tomó un tiempo, pero ahora sé lo que siento y no
hay forma de negarlo.

La lujuria que desprenden sus ojos es suficiente para que me agache


y desabroche sus jeans.
—Yo también te amo, pequeña terrorífica —me dice con más
sentimiento del que podría haber imaginado.

Me ayuda a bajar sus pantalones mientras yo prácticamente salgo de


los míos, ignorando el frío del invierno. Me siento sobre él una vez más
y me hundo lentamente en su erección rígida. Ya estoy lubricada de
anhelarlo toda la tarde mientras él me provocaba, llevándome al borde
de la locura y luego deteniéndose por completo.

Giro mis caderas mientras cabalgo sobre su pene más rápido,


balanceándome lo suficiente para conseguir fricción en mi punto más
sensible.

—Eso es. Monta esa verga, nena —exige.

—Me encanta cómo me llenas —gimo mientras paso mis manos por
su cabello, golpeando mi coño sobre su eje y luego balanceándome una
vez más. 97
—¿Vas a dejar que lama mi semen en ti y te limpie ese coñito tan
bonito después de follarlo? —murmura entre dientes, mientras trata de
mantener el control.

—¡Sí! Tengo tantas ganas de probar tu semen en mi lengua.

Agarra mi cuello con una mano y aprieta lo suficiente como para que
me cueste respirar, lo que hace que me apriete contra él y que el calor de
mi bajo vientre se extienda hacia el sur.

Siento palpitar su pene mientras mi visión se vuelve borrosa, y me


folla con más fuerza desde abajo, empujándome con fuerza.

No puedo evitar gritar mientras mi núcleo inunda su polla, goteando


por sus pelotas.

Unas cuantas embestidas más, y Jax suelta un gruñido exigente


mientras se viene en lo más profundo de mis paredes.
Luego, me levanta, coloca mi espalda desnuda sobre una fría lápida,
separa mis piernas y hunde su lengua en mis pliegues, lamiéndome hasta
que cada rastro de él reside en su boca. Se levanta y se inclina sobre mí,
echándome la cabeza hacia atrás.

—Abre —me ordena mientras frota mis labios con su pulgar.

Hago lo que me dice y soy recompensada cuando escupe su semen


en mi boca.

Se inclina para besarme de nuevo, entrelazando su lengua con la mía,


mientras trago una mezcla de mi fluido y su semen juntos por la
garganta.

No puedo evitar suspirar de satisfacción mientras ambos nos


levantamos y nos vestimos de nuevo.

—Tal vez, la próxima vez, ¿uno de los chicos pueda acompañarnos?


—pregunto en broma, sólo porque me encanta lo posesivo que puede
98
llegar a ser.

Se detiene bruscamente y frunce el ceño.

—Eres una mujer malvada. ¿Lo sabías? —me dice mientras me


levanta y me carga sobre su hombro, dándome una nalgada.

—¿Quién es el malvado ahora? —pregunto riendo.


Nota de la Autora
¡Muchas gracias por tomarte el tiempo de leer sobre Charlie y Jax!
¡De verdad, espero que hayas disfrutado su historia!

Mi meta es darte una novela completa, peor no estábamos en ese


punto, aún. Planeo, posiblemente extender esta novela corta en una
novela completa más adelante. Incluso mientras escribo estas palabras
puedo escuchar a Charlie y a Jax gritando en mi cabeza.

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Sobre la Autora

Tristina Brockway está viviendo una buena vida.

Ella vive en pijamas y es, en serio, adicta al néctar de la vida, tal vez
sea mejor conocido como macchiato de caramelo. Mientras se 100
autoproclama una perra, no es la única que vive ahí. También tiene un
perro rescatado llamada Bella, también junto con dos nuevos KitKats,
Oreo y Trix. Tristina está en favor de rescatar bebés peludos, y la mayoría
de los días los prefiere antes que a las personas.

Tristina cuenta al sarcasmo como su segundo idioma, y su humor es


tan oscuro que probablemente no debería estar diciendo chiste de Toc,
toc, en público.

Leer y escribir son sus pasatiempos principales y le encantan con


protagonistas fuertes, harén inverso, romance oscuro, paranormal, e
historias tabús. Llora fuerte con casi cualquier libro que lee. Es una
lectora que hace trampa, lee la última página antes de meterse de lleno
en la historia, así se puede preparar mentalmente y tener claras sus
expectativas.
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