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¿Por qué la ayuda no ayuda?

:
Una aproximación al fracaso de la cooperación internacional en África.

Ana María Moreno Fonseca1

Normalmente, al hablar del África subsahariana es inevitable ligar a la zona situaciones de


pobreza, déficits irrecuperables, deuda externa, miseria, y sobre todo, ayuda y
cooperación internacional. Es normal encontrar en discusiones académicas y cotidianas
comentarios acerca de la gran cantidad de dinero destinado a África, y bien pues la
realidad coincide con dichas percepciones. El continente africano en 2010 recibió 47.932
millones de dólares de la ayuda neta destinada a países receptores de Asistencia Oficial
para el Desarrollo (AOD), es decir 131.087 millones de dólares2, en el marco del Comité
de Ayuda al Desarrollo (CAD)3 perteneciente a la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE).

Ahora bien, es necesario entender que significan estas cifras. Según el informe del Banco
Mundial sobre investigaciones relativas a políticas de desarrollo ‘Evolución de la Ayuda al
Desarrollo: Análisis de los éxitos y fracasos’, la AOD es “[…] un subconjunto de el
Financiamiento Oficial para el Desarrollo (FOD), el cual incluye donaciones más
prestamos concesionales que tienen un componente de al menos un 25 por ciento de
donación que fluye de los gobiernos y agencias multilaterales de países desarrollados
hacia el mundo en desarrollo”4. Se debe señalar que lo que usualmente es denominado
como ‘ayuda extranjera’ suele estar relacionada en mayor medida con la AOD.

La historia de la ayuda internacional, la cual evolucionó desde préstamos condonados


hasta lo que se acaba de describir como AOD y FOD, es muchos más antigua de lo que
generalmente se cree pues tiene sus raíces en el fin de la Segunda Guerra Mundial. El

1
Estudiante de VIII semestre de Gobierno y Relaciones Internacionales, Universidad Externado de Colombia.
2
OCDE. Gráfico 1.1.7. Net ODA and population of aid recipient countries by region in 2010 en
DEVELOPMENT AID AT A GLANCE STATISTICS BY REGION: 1. DEVELOPING COUNTRIES. 2012
edition. Pg 3. [En Línea] Disponible en: http://www.oecd.org/dataoecd/59/5/42139479.pdf
3
El CAD se dedica al seguimiento y la evaluación de las políticas de desarrollo de los países integrantes Los
miembros del CAD son los siguientes: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Comisión de las
Comunidades Europeas, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia,
Japón, Luxemburgo, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza.
Participan como observadores permanentes: el FMI (Fondo Monetario Internacional), el Banco Mundial y
el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo). Development Assistance Comittee Facts (DAC
FAQ). [En Línea] Disponible en:
http://www.oecd.org/faq/0,3433,en_2649_33721_1798258_1_1_1_1,00.html
4
Banco Mundial (1999). ‘Evolución de la Ayuda al Desarrollo: Análisis de los éxitos y fracasos’.. pg 7. [En
Línea]. Disponible en: http://www-
wds.worldbank.org/external/default/WDSContentServer/WDSP/IB/2007/05/11/000090341_20070511112929
/Rendered/PDF/182950SPANISH018174621191101PUBLIC1.pdf
conocido Plan Marshal llevado a cabo en 1947 por parte de los Estado Unidos de América
hacía los estados europeos fue catalogado como el primer ejemplo de transferencia de
ayuda de un estado(s) a otro(s) así como el más efectivo del mundo5. Lo anterior se debió
a la existencia de un solo donador, de una solo zona destinataria de la ayuda con un
número reducido de países, y de unos objetivos fácilmente identificables tales como
fortalecer la seguridad y la donación de capital con el fin de ayudar al progreso de dichos
países pero enfocada a ampliar el comercio6.

Posteriormente la prestación de ayuda se convirtió en una de las herramientas más


populares para sellar, fidelizar, y mantener alianzas propias de las dinámicas de la Guerra
Fría entre la extinta URSS y los Estados Unidos. Dentro del marco de los años setentas y
ochentas los esquemas de ayuda eran de carácter netamente bilateral y con un poco, casi
nulo, reporte de cuentas o lo que se conoce hoy día como accountability7. Valga añadir
que este tipo de desembolsos en pocas ocasiones estaban atados a la consecución de
objetivos de desarrollo. La ayuda era entregada al gobierno de turno en un país dado para
que este la utilizara de la manera que considerara prudente (normalmente en aumento de
fuerzas militares, adiestramiento o incluso despilfarramiento como en los casos africanos
de Zimbabwe o República Democrática del Congo)8, más no era condicionada a ser
invertida en algún proyecto para el desarrollo como la construcción de infraestructura,
hospitales o escuelas.

Ya en los últimos años de los ochentas se empieza a cambiar un poco la situación


anteriormente descrita. Crisis económicas como la dada en México durante tal periodo
crea requisitos dentro de los donantes que empiezan a ser aplicados a las solicitudes de
préstamos hechas por los receptores. Ejemplo de estas son el cumplimiento de
responsabilidad fiscal, el dialogo amplio entre las partes, y la destinación de los fondos al
saneamiento de las necesidades básicas de los países. Lo anterior se aprecia en casos
como el de Bangadesh9.

Posteriormente, la caída de la URSS en el amanecer de los noventa sumado al creciente


número de nuevos estados independientes en el mundo, hicieron que la arquitectura de
ayuda que había sido bilateral y relativamente fácil de manejar hasta ese entonces se
encontrara ahora con cada vez más actores, tanto receptores como donadores así como

5
Kharas, H. (2007). Trends and Issues in Developing Aid. WOLFENSOHN CENTER FOR
DEVELOPMENT. Brookings Global Economy and Development Working Paper. Brookings Institution.
November. pg 3. [En Línea] Disponible en:
http://www.brookings.edu/~/media/research/files/papers/2007/11/development%20aid%20kharas/11_develop
ment_aid_kharas.pdf
6
Dengbold-Martinussen, J. y Engberg-Pedersen, P, (2003) Aid. Understanding International Development
Cooperation, Londres: Zed Books.
7
Op. Cit: 5
8
Ibíd.
9
Op. Cit:4
un gran número de intermediarios (Se dio la creación de ONGs, fundaciones religiosas y
no religiosas, organizaciones multilaterales, organismos dentro de la ONU, entre otros.
Igualmente entidades como la Asociación Internacional de Fomento (AIF) perteneciente
al Banco Mundial que si bien había sido creada en 1960, en los noventa tuvo que manejar
el mayor número de trámites relativos a la donación de todo tipo de ayuda entre estados)
dispuestos a intervenir. La pululación de estos últimos creó una situación en la que si bien
se lograron reducir los costos de transacción así como se expandió la experiencia y el
asesoramiento que perfeccionó varios de los baches devenidos del periodo anterior10,
generó un descontrol y descoordinación entre agentes que ha contribuido con varios de
los problemas que hoy se mantienen dentro del esquema.

En cuanto a las condiciones para el préstamo de la ayuda, los noventas también le dieron
un giro que aún se mantiene y éste fue el claro sesgo neoliberal que presionaba a los
países que pretendían acceder a los préstamos, en especial los provenientes del Fondo
Monetario Internacional o el Banco Mundial, a liberalizar su mercado, disminuir aranceles
y desregular el mercado laboral, entre otras, ejemplo de lo anterior puede ser la llamada
‘apertura económica’ dada en Colombia durante el mandato de César Gaviria. El Banco
Mundial señala que el nacimiento del concepto de good governance y el fortalecimiento de
la democracia a nivel global se debe en buena parte gracias a lo que este organismo
denominó oficialmente la primera generación de ayuda condicionada11. Como ultimo
aporte, y talvez el más importante de la década, fue la apropiación de un ideario en el que
la ayuda era interpretada casi únicamente como donación de capital.

Entonces, después de 30 años de historia moderna de prestación de AOD, es decir, sin


incluir donantes privados ni fundaciones aportantes, se esperaría que el crecimiento
económico de los países receptores haya sido logrado al menos en algún porcentaje por
las astronómicas sumas de capital que aumentan año a año12. Pues bien, nada más
alejado de la realidad podría plantarse. Los países con mayor aporte de AOD y ayuda no
oficial en sus finanzas han permanecido los últimos 10 años fluctuando entre las mismas
posiciones de pobreza del mundo13. Lamentablemente, naciones en su mayoría africanas
como Mozambique, Etiopía y República Democrática del Congo no han presentado los
resultados deseados y siguen siendo lugares en los cuales la mayoría de su población
vive (sobrevive) con menos de 1 dólar al día14.

10
Op. Cit: 5. Pg 4
11
Op. Cit: 4
12
Centro de estadística OCDE, año 2002 a 2011. [En Línea] Disponible en:
http://stats.oecd.org/Index.aspx?DatasetCode=ODA_DONOR#
13
Op. Cit: 5 y Principales países receptores de AOD desde el CAD. [En Línea] Disponible en:
http://www.oecd.org/dataoecd/32/40/43540882.pdf
14
Proyecto del Milenio. Comisionado por el Secretario General de la ONU y apoyado por el grupo de la
ONU para el Desarrollo. Datos Básicos: La cara de la pobreza. 2010. [En Línea] Disponible en:
http://www.unmillenniumproject.org/documents/UNMP-FastFacts-S.pdf
Donantes, receptores y el esquema de ayuda: ¿Dónde esta el error?

Al ser un sistema en los que interactúan donantes y receptores se tiene que ser
exhaustivo con los errores concernientes a cada uno, los cuales finalmente en sumatoria
hacen que el sistema sea a 2012, tildado como un rotundo fracaso. Se empezará
describiendo los errores del esquema de ayuda de AOD (bilateral como multilateral), el
cuál posee principalmente 4 problemas: La multiplicidad de canales y actores; la llamada
‘ayuda fantasma’; la ayuda condicionada, y la concentración en destinación casi
únicamente de capital.

Primero, la multiplicidad de canales y actores se refiere al incremento en los flujos de AOD


por medio de las cerca de 6000 a 9.000 agencias de donación presentes en el mundo que
según el Instituto Brookings15 carecen de coordinación en sus políticas, debilitan la
arquitectura de la ayuda pasando de un sistema fácil de controlar a uno donde los
recursos se despilfarran precisamente por no poseer la información necesaria para que
cada agente pudiera concentrarse en un solo problema o en un solo país y lograr
maximizar dicha ayuda. A lo anterior se debe sumar el deterioro de los canales
institucionales, pues si bien la OCDE posee las cifras más rigurosas y actualizadas, es por
poco el agente que más recursos maneja, se especula que casi el mismo monto de
recursos es manejado a través de agencias privadas16 o incluso más. La preferencia por
estos privados deviene de que a diferencia del sistema multilateral, son creadas por los
mismos donantes y por ende poseen un mayor control por parte de estos así como
manejan un menor número de transacciones. En este orden de ideas la ayuda se ha
vuelto menos predecible, menos transparente y más volátil17.

Cabe aclarar que la asistencia bilateral que se menciona es la administrada por las
agencias de los gobiernos donantes (como la Agencia para el Desarrollo Internacional de
los Estados Unidos o el Fondo de Cooperación Económica Externa de Japón). La
asistencia multilateral en cambio, es financiada por las contribuciones de países de renta
alta y administrada por agencias como el Programa de Desarrollo de la ONU y el Banco
Mundial18.

Segundo, la denominada ‘ayuda fantasma’ (phantom aid) es el título que ha sido otorgado
a la ayuda AOD que es destinada a los países receptores pero que esta compuesta en su
mayoría por flujos destinados al mantenimiento del personal extranjero en el país

15
Op. Cit: 5
16
Centro de estadística OCDE. AOD para 2010: 141. 242. 98 millones de dólares.
http://stats.oecd.org/Index.aspx?DatasetCode=ODA_DONOR#
17
KHARAS, H. Makino, K., Jung, W. (2011). "Catalizing Development". Brookings Institution Press,
Washington D.C.
18
Op. Cit: 4
receptor, por los flujos que regresan al país donante, pero principalmente por la
condonación de duda o perdón de penalidades19, dejando a la ayuda neta por debajo de
la mitad de la suma desembolsada. El problema radica en que la mayoría de los donantes
que otorgan AOD presentan este tipo de donación20 ejemplo de ello fue la reunión dada
en 2005 ‘G8 Summit at Gleneagles in Scotland’ en la cuál uno de los logros fue el
compromiso de los miembros a una posible mayor cantidad de condonación de deuda a
países en vía de desarrollo ubicados en el África subsaharaina21.

Del total de la ayuda que se desembolsó en 2003 hacía el África subsahariana, sólo el
39.06% fue ayuda susceptible de ser invertida o transformada en proyectos para el
desarrollo de los receptores. El restante 61.94% se destina a costos de transacción,
costos administrativos, asistencia técnica, y con mayor intensidad en alivio de la deuda22.
Por alivio de la deuda se debe entender que el crecimiento de dicha deuda devenido de
las penalidades ocurridas por no pago sumadas a los intereses nominales que corren en
el tiempo, es la suma que es condonada por los donantes, no el capital neto o fracción de
este. Ejemplo de esto es la ayuda de Portugal a países africanos lusófonos, o la ayuda de
Bélgica, el país con mayor intensidad de ‘ayuda fantasma’23.

Bien lo dice Terry McKinley:

“During 1999-2005, 36 per cent of ODA went, at the margin, into reserve
accumulation—i.e. was not absorbed—and another 37 per cent was used to retire
domestic debt—i.e. was not spent. That left only a modest 27 per cent of ODA to
finance fiscal expansion.”24

Pero el único obstáculo no es la reducida cifra neta, en realidad la situación puede ser aún
más alarmante. Homi Kharas sostiene:

“Sub-Saharan Africa received $32 billion in aid in 2005, but just $12.1 billion of
this was in the form of money available for development programs, fractionally
more than the $11.6 billion these countries got in 198525 ” (Énfasis agregado
por la autora)

19
Op. Cit:5
20
ActionAid (2003). FIGURE 10 REAL AND PHANTOM ODA/GNI RATIOS BY DONORS en REAL
AID: An agenda for making aid work. Londres: ActionAid. 2005. pg 60. [En Línea]. Disponible en:
http://www.actionaid.org.uk/doc_lib/69_1_real_aid.pdf
21
The G8 Gleneagles Summit: Doubling Aid to Africa. 2005. [En Línea] Disponible
enhttp://www.unmillenniumproject.org/press/g8overview.htm:
22
Ibid. pg 18
23
Ibid. pg 61 y Op. Cit: 5 pg 32.
24
Mckinley, T. (2007) ‘Use Aid for Investing in the MDGs—Not for Reserves and Debts’ en Poverty in
Focus: Does Aid Work? — for the MDGs. International Poverty Center. [En Línea] Disponible en:
http://www.ipc-undp.org/pub/IPCPovertyInFocus12.pdf
25
Op. Cit: 5 pg 14
“This year [2006] we estimate that $37 billion—roughly half of global aid—is
“phantom aid”, that is, it is not genuinely available to poor countries to fight poverty.
[…] Nowhere is the challenge of increasing real aid as a share of overall aid
greater than in the case of technical assistance. At least one quarter of donor
budgets—some $19 billion in 2004—is spent in this way: on consultants, research
and training. […] Although this ineffectiveness is an open secret within the
development community, donors continue to insist on large technical
assistance components in most projects and programmes they fund. They
continue to use technical assistance as a “soft” lever to police and direct the policy
agendas of developing country governments, or to create ownership of the kinds of
reforms donors deem suitable. Donor funded advisers have even been brought in
to draft supposedly “country owned” poverty reduction strategies”26.

Lo anterior significa que así como la ayuda humanitaria, la ayuda de emergencia, la ayuda
alimentaria y la cooperación técnica, las condonaciones financieras son loables y de
alguna manera mejoran la radiografía del estado, lamentablemente son tipos de ayuda
que no pueden ser traducidos en programas para el desarrollo27. Y el problema no termina
ahí. Estados como Somalia, Sudán del Sur o República Democrática del Congo, es decir
países calificados como estados fallidos, nuevos estados o estados en dinámicas de
conflicto interno que no poseen instituciones operantes, bancos centrales con políticas
monetarias adecuadas y control de inflación, ni comercio estable, ven en dichas fórmulas
de condonación una receta creada para reducir el monto de la ayuda que compone gran
parte de sus ingresos y de la que depende el país entero28.

Tercero, la ayuda condicionada. Parte de la ayuda bilateral está condicionada, esto es,
debe usarse para procurar bienes y servicios de los países donantes. Estados africanos
tales como Mozambique poseen casi la totalidad de sus importaciones de bienes básicos
de países europeos, aún cuando sería más económico realizar transacciones de dicha
índole con su vecino Sudáfrica29. Las investigaciones han mostrado que la ayuda
condicionada reduce el valor de esa asistencia en un 25%30 hay una amplia coincidencia
en que el desatar la ayuda bilateral haría esta más efectiva. Entre los países de la OECD
hay una tendencia clara a alejarse de la ayuda condicionada, e incluso se puede decir que
esta ad portas de terminar. No obstante, a 2012 es un problema que aún persiste a pesar
de las amplias causas que tratan de desmontarla debido a escándalos como los que
señala el estudio hecho por Anup Shah:

26
Action Aid. (2006). Real Aid: Making Technical Assistance Work , July 5, pp.5-6
27
Op. Cit: 5
28
Ibíd.
29
Op. Cit: 4
30
Ibid.
“As a condition for aid money, many donors apply conditions that tie the recipient
to purchase products only from that donor. In a way this might seem fair and
“balanced”, because the donor gets something out of the relationship as well, but
on the other hand, for the poorer country, it can mean precious resources are used
buying more expensive options, which could otherwise have been used in other
situations. Furthermore, the recipient then has less control and decision-making on
how aid money is spent. In addition the very nations that typically promote free-
markets and less government involvement in trade, commerce, etc., ensure some
notion of welfare for some of their industries. […] IPS noted that aid tied with
conditions cut the value of aid to recipient countries by some 25-40 percent,
because it obliges them to purchase uncompetitively priced imports from the richer
nations. IPS was citing a UN Economic Council for Africa study [Economic Report
on Africa 2004: Unlocking Africa's Trade Potential in the Global Economy
Overview] which also noted that just four countries (Norway, Denmark, the
Netherlands and the United Kingdom) were breaking away from the idea of “tied
aid” with more than 90% of their aid “untied”31.

Cuarto, el problema con la intensidad de la ayuda en capital no promueve la inversión


extranjera o trata de adelantar partnership para la realización de proyectos para el
desarrollo. Parte del razonamiento inicial de la ayuda externa proviene de la famosa
doctrina neoliberal creada por el ‘consenso de Washington’ basándose en la premisa de
ayudar a los países a superar una "laguna en los ahorros"32 para financiar la inversión así
como crear una "laguna en divisas" para que la maquinaria importada pudiese ser la pieza
angular de la inversión.

Debido al auge acerca del desarrollo que hubo entre los cambios de siglos XX y XXI fue
aceptado por instituciones multilaterales de carácter global como el Banco Mundial que
era la falta de capital lo que estaba llevando a cerca del 40% de la población global hacía
niveles cada vez mayores de pobreza. La inexistencia de capital no permitía un control
adecuado de la inflación, no permitía flujos que financiaran el comercio e igualmente no
permitía un sector laboral estable33. Sin embargo, el error de esta idea se demuestra en
con el fallo de la ayuda.

El autor Kharas de nuevo se pronuncia hacia el tema recalcando que si bien la ayuda
AOD se ha incrementado en los últimos años, la ayuda humanitaria y de desastres ha
disminuido. El autor atribuye este cambio en las cifras a la facilidad que reporta para un
donante la simple, valga la redundancia, donación de dinero o condonación de deuda.
Esto último es preferible si se analizan los costos en los que se incurre cuando se presta
otro tipo de ayuda. Estos son la movilización de personas, empresas y otros tipos de

31
Shah, A. Foreign Aid for Development Assistance. [En Línea] Disponible en:
http://www.globalissues.org/print/article/35
32
Op. Cit:4
33
Ibid.
recursos que requieren supervisión, planeación y evaluación de proyectos además de una
posible intervención multilateral en aras de cumplir todo lo anterior34.

Ahora bien, el 2008 demostró el gran peso que tiene en el continente que una gran
porción de la ayuda AOD este compuesta por capital. El descalabro económico de 2008
demostró como la liberalización económica hecha en África, fruto de las presiones del
sistema económico internacional pero más aún de donantes que cuentan con economías
de mercado, expuso a los países a las consecuencias de dicha crisis. Dichas
consecuencias radican en una disminución de la cantidad de ayuda (Italia, Francia e
Islandia fueron las primeras naciones que disminuyeron la porción de ayuda en relación
con su PIB35) dada a una zona del mundo que prácticamente depende de ella. La carencia
de un tipo de industria fuerte, de finanzas sanas o de un sector primario consolidad que ha
devenido de la dependencia de la ayuda hace que, de manera un poco paradójica, una
crisis generada por irresponsabilidad fiscal en Europa y financiera en Estados Unidos
golpee de manera tan fuerte a África.

No obstante, los estados receptores poseen 2 principales causas que hacen que la ayuda
fracase, que engloban los motivos de la pérdida de recursos: La carencia de instituciones
funcionales y la corrupción y malas prácticas.

La falta de instituciones operantes, o la carencia total de ellas junto con la concentración


del poder en una sola persona (Robert Mugabe, Zimbabwe) suele ser un tema transversal
a los problemas africanos y más si se habla sobre la AOD, la cuál como ya se mencionó
es una transferencia intragubernamental con la mediación de instituciones multilaterales o
haciendo uso de programas bilaterales. En materia de ayuda es crucial hacer un estudio
acerca del tema, y es por ello que según la autora Nancy Birdsall en el África
subsahariana no se debe hablar de una trampa de pobreza sino trampa de instituciones
débiles:

“The problem is that ‘institutions’ covers many rules, habits, customs, cultural and
social factors and more […] The links from specific policy actions or aid programs to
the institutional outcomes they measure are complex; […]
Among likely underlying causes of a country’s suffering are:
1. Heavy dependence on mineral and oil exports, leading to Dutch disease and
limited investment in human capital, high income inequality, limited creation of
productive jobs, and little state accountability. 2. Low natural openness; landlocked,
limited access to the sea and non trading neighbours. That reduces opportunities for

34
Op. Cit: 5
35
OECD. Development: Aid to developing countries falls because of global recession. 04/04/2012. [En Línea]
Disponible en:
http://www.oecd.org/document/3/0,3746,en_21571361_44315115_50058883_1_1_1_1,00.html
trade and thus for export-driven growth. 3. Problematic borders combined with ethnic
heterogeneity, which together undermine the legitimacy of the state”36

Los síntomas que describe Birdsall son comunes a más de 20 países de África
subsahariana altamente dependientes de la ayuda AOD, es decir que su PIB posee una
participación de más del 10% de los fondos provenientes de dicha ayuda y el gasto del
gobierno en más del 50%37.

Es más, los ejemplos pululan en el tiempo. Mientras que Mobuto Sese Seko del antes
Zaire estaba, según reportes, amasando una de las fortunas personales más grandes del
mundo (invertida, naturalmente, fuera de su propio país), décadas de ayuda externa a
gran escala no dejaron ni un vestigio de progreso. Pero he allí el problema, es decir, si los
gobiernos africanos poseen características (debatibles pero asumidas) tales como
conflictos étnicos, mala gobernabilidad y carencia de instituciones, ¿Por qué entonces las
organizaciones multilaterales y aún más los donantes siguen utilizando los canales
regulares (es decir dichas instituciones fallidas) para llevar a cabo el desembolso de la
ayuda?.

La República Democrática del Congo ahora es uno de muchos ejemplos en donde un flujo
continuo de ayuda no consideró, si no es que alentó la incompetencia, corrupción y
políticas equivocadas. Consideremos Tanzania, donde los donantes vertieron una
cantidad colosal de $2 mil millones de dólares en la construcción de caminos a lo largo de
2 años donde debido a la falta de mantenimiento, frecuentemente dichos caminos se
deterioraban más rápido de lo que podían ser construidos38.

Sí la ‘culpa la tiene la víctima’ como afirman de alguna manera varios autores, entre ellos
la misma Birdshall, por que no se detienen los flujos de AOD inmediatamente y se
embarcan los países que están gustosos a donar en causas como adiestramiento,
asesoría o envío de personal a los estados receptores en aras de vigilar y detener el
despilfarro de recursos ejecutados por instituciones ineficientes o inexistentes:

“Alas, when President Bush visited Tanzania on Feb 18, he found that the country
which was receiving $698 million in MCA grant had no cabinet. The entire Cabinet had
been dissolved over a corruption scandal, involving the award of $172.5 million
contract to supply 100 megawatts of emergency power to a Texas based company that
did not exist”39.

36
Birdshall, N. (2007). ‘Do No Harm: Aid, Weak Institutions, and the Missing Middle in Africa’. [En Línea]
Disponible en: http://www.cgdev.org/content/publications/detail/13115
37
Ibid.
38
Op.Cit: 4
39
TED Interview. Dead Aid: George Ayittey on why aid is not working and how there is a better way for
Africa by Dambisa Moyo. 2006. [En Línea] Disponible en:
http://www.africanoutlookonline.com/index.php?option=com_content&view=article&id=122:114&catid=104
:interviews&Itemid=18
En cuanto a la corrupción, superarla es uno de los mayores problemas del continente
africano. Tal es su importancia que ha sido reconocido como uno de los objetivos de las
estrategias para el desarrollo de la Unión Africana:

“In August 2004, an African Union report claimed that Africa loses an estimated $148
billion annually to corrupt practices, a figure which represents 25 percent of the
continent's Gross Domestic Product (GDP). But this is a gross underestimate.
According to one UN estimate, $200 billion or 90 percent of the sub-Saharan part of
the continent's gross domestic product was shipped to foreign banks in 1991 alone.”40

En este orden de ideas se puede ver que el sistema y los donantes parecieran dotar de
combustible al fracaso mediante sus acciones. Ante verdades que han sido estudiadas y
apoyadas con cifras y estadísticas hechas de manera intensiva durante los últimos 5 años
hasta ahora se empiezan a vislumbrar nuevas opciones.

¿Como superar los problemas?

La ONU y la OECD han venido planteando soluciones a algunos de los problemas


anteriormente descritos en las cumbres y reuniones tales como la Declaración de París
(DP)(2005) y la Agenda de Accra para la Acción (AAA) (2008) se centran en conceptos
como la transparencia (Who gives money to which recipient, What project is being funded
and for what purpose, and Where (the 3 Ws of transparency)41), la ‘predictibilidad’ y el
manejo de un accountability. Es más, la Declaración de París configura a la necesidad de
ejercer accountability como uno de sus cinco objetivos a cumplir42. Estas son propuestas
que si bien son innovadores, carecen de un plan o estrategia que los materialice y aún
más importante, que obligue a los donantes y receptores a cumplir con ellos.

Las anteriores reuniones tuvieron interesantes aportes acerca del rol que instituciones
como el Banco Africano para el Desarrollo, Banco Asiático para el Desarrollo, el Banco
Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, pero siguen
enfocándose en ayudas que deben ser intensivas en capital43. Es por ello que, como
mencionó en 2004 José Antonio Ocampo, entonces sub-secretario general para asuntos
económicos y sociales de la ONU, la ayuda a las naciones pobres deben enfocarse en
construir economías fuertes44. La AOD debe enfocarse entonces a ser una parte de una

40
Ibid.
41
Kharas, H. (2011) "Transparency: Changing the Accountability Engagement, and Effectiveness of Aid", in:
Kharas, H., Makino, K., Jung, W., "Catalyzing Development", Brookings Institution Press: Washington, D.C.
42
Paris Declaration and Accra Agenda for Action. [En Línea] Disponible en:
http://www.oecd.org/document/18/0,3746,en_2649_3236398_35401554_1_1_1_1,00.html
43
Wathne C. y Hedger, E. (2009). Aid effectiveness through the recipient lens. Briefing Paper.Overseas
Development Institute. [En Línea] Disponible en: http://www.odi.org.uk/resources/docs/3593.pdf
44
UN News Center. (2004). Aid to poor countries should focus on building good economies - UN report. [En
Línea] Disponible en: http://www.un.org/apps/news/story.asp?NewsID=11188&Cr=ecosoc&Cr1=
estrategia de desarrollo y es por ello que de manera ambiciosa y válida la DP y la AAA
poseen un gran aporte y es el de darle forma a los pilares de lo que se esperaría podría
configurarse en un escenario nuevo que plantee una nueva forma de transferir ayuda.

La DP hace mella en el carácter neutral de la ayuda, es decir, la ayuda en sí misma no es


factor de desarrollo, sino su valor radica en las estrategas o planes de los que haga parte
y por ello propone un sistema de 4 principios básicos a ser cumplidos para darles, si se
quiere, un nuevo uso a la ayuda:

“1. Developing countries exercise leadership over their development policies and plans
(ownership). 2. Donors base their support on countries’ development strategies and
systems (alignment). 3. Donors coordinate and minimise the cost of delivering aid
(harmonisation). 4. Donors and partner countries orient their activities to achieve
results”45

Ahora bien, estos objetivos se leen de una manera esperanzadora y si bien deben ser
tomados como guías para lograr una dinámica en la cuál la ayuda sea aprovechada al
máximo, debe señalarse que su carácter no es precisamente innovador. Casos como la
recuperación de Vietnam dada hace ya 20 años dan fe de una dinámica que debería
replicarse: Ayuda internacional menos intensiva en capital y más en personal, asesoría,
ayuda y supervisión de procesos encaminados al desarrollo económico sumado a una
correcta administración de dicha ayuda.

El Banco Mundial cuenta que “[En Vietnam] La ayuda externa en Vietnam se centró en la
recomendación política y la asistencia técnica durante el ajuste y la reforma. El
financiamiento a gran escala llegó después de instalarse un buen marco político.
Vietnam es un buen ejemplo del cambio sistémico en el cual las innovaciones que habían
funcionado bien localmente fueron "escaladas" a todo el país. Con el mejoramiento del
ambiente político vino la necesidad de inversiones complementarias en carreteras,
energía, educación y otros sectores. Inmediatamente después de la reforma política, el
crecimiento se aceleró.”46

Se puede ver entonces como la ayuda internacional mediante asesoría en materia política
y económica así como coordinación y veeduría logró servir de tutor a un país en
reconstrucción que buscaba su inserción en el sistema económico mundial. Incluso, este
ejemplo así como el de países tales como Singapur, si bien logró consolidarse bajó las
dinámicas y los errores señalados a lo largo del texto, infortunadamente es la excepción a
la regla y no el general. Es por ello que se debe proponer un nuevo esquema de ayuda el
cual parece estar naciendo y este es la entrega de ayuda en el marco de la cooperación
Sur-Sur (CSS).

45
Cedergren, J. Aid Effectiveness: We’re Working on it: Development Partners’ Efforts for Effective Aid .
Ministry for Foreign Affairs, Sweden; Chair, DAC Working Party on International Poverty Centre. [En Línea]
Disponible en: http://www.oecd.org/dataoecd/58/28/39112140.pdf
46
Op. Cit: 4
Gracias a que en la pasada década países que aunque aún hoy son considerados como
destino de la ayuda han empezado a ser donantes, es decir las llamadas potencias
emergentes (China, Brasil, Arabia Saudita, India, entre otros), se han empezado a crear
dinámicas que se esperan permeen las dinámicas de entrega y recepción de ayuda. De
manera sintáctica la CSS combate la mayoría de los problemas establecidos
anteriormente debido a que: “[…] se proclaman algunos principios que la caracterizan y la
diferencian de la tradicional cooperación Norte–Sur, a saber: la no interferencia en
asuntos internos; la mayor sensibilidad a contextos específicos; la igualdad entre países
socios; el respeto a su independencia y a la soberanía nacional; la promoción de la
autosuficiencia; la diversificación de ideas, abordajes y métodos de cooperación; la
ausencia de condicionalidades explícitas; la preferencia por el empleo de recursos
locales que genera elementos más amplios de apropiación; su mayor flexibilidad, sencillez
y rapidez de ejecución; su carácter “desvinculado” al no implicar compra de bienes y
servicios en el país oferente; la adaptación a las prioridades nacionales; la
preservación de la diversidad y la identidad cultural y, entre muchos otros atributos, su
menor coste y mayor impacto”47

La CSS propone entonces un marco de colaboración diferente al clásico Norte-Sur, ni


mejor ni peor, debido a que los Estados partícipes en la CSS poseen actores diferentes
con coyunturas que en el plano global pueden parecer diversas, pero que a los ojos del
‘sur’ son comunes y he allí la motivación a la reunión. Este marco igualmente incluye
elementos de la AOD que se espera sean articulados con otros tales como la cooperación
política, el comercio, las inversiones o la ayuda financiera motivados por uno de sus
principales objetivos de la CSS, la reforma del orden internacional y del sistema
económico mundial48.

Hágase la salvedad de que no es AOD, ya que la CSS se celebra entre iguales, no entre
países a los dos extremos de la distribución de rentas mundiales. Es por ello que dentro
de sus propuestas se encuentran la elaboración de estrategias a partir de la observancia
de las especificidades locales y diagnósticos compartidos sobre las carencias a combatir o
los ámbitos a fortalecer. Todavía se suele pregonar que la meta última de la cooperación
es la retirada del país beneficiario una vez que se han alcanzado los objetivos y se han
transferido las competencias y capacidades a la población local49.

Conclusión:

Si bien pareciera ser la CSS una opción de por más tentadora, se debe aceptar que es un
proceso que carece de fuerza y que apunto logra imponer tendencias. Por ejemplo, se

47
AYLLÓN, B. (2009) Cooperación Sur-Sur: Innovación y Transformación en la Cooperación Internacional.
Madrid.. [En Línea] Disponible en: http://www.fundacioncarolina.es/es-
ES/nombrespropios/Documents/NPBAyll%C3%B3n0912.pdf
48
Ibid. pg 3
49
Ibid.
critica que la CSS tenga dificultades para demostrar resultados materiales y que se
convierta, con frecuencia, en un mero ejercicio retórico sobre la distribución de poder
mundial y las estructuras del sistema internacional.

Igualmente, generar propuestas que abarquen a la mayoría de los países receptores


cuando son estos heterogéneos en cuanto a sus economías, sociedades y relación con el
resto del mundo también es un enfoque algo errado, pues como plante Willian Easterly “la
única Gran Solución es que no existe tal Gran Solución”50, esto quiere decir que debe
haber un enfoque que si bien no será individualizado si debe ser adaptado a las
condiciones propias de cada uno de ellos.

Bibliografía:

Autores:

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