mundo del transporte de cargas especiales o súper pesadas, en el que se aplica alta ingeniería aplicada y mucha paciencia para que una carga valiosa y de enormes dimensiones llegue a destino sin dificultades.
Estamos en esa larga recta que llega desde el sur por la
pampa hacia Antofagasta. Por aquí, con cierta regularidad, pasan los grandes camiones de la minería que transportan los pesados cátodos de cobre desde las plantas procedentes de las faenas mineras de la zona hacia los puertos de embarque. Este pavimento está acostumbrado al paso de pesos pesados, pero cada cierto tiempo la carpeta vibra más de lo habitual y las piedras del desierto se mueven ante el paso de colosos aún más grandes.
No se trata de una manada de dinosaurios -aunque más de alguien encuentre similitudes-, sino de un potente camión efectuando el trabajo que mejor hace: aplicaciones ultrapesadas o especiales, el transporte más delicado, de mayor precisión y más espectacular que transita por nuestros caminos.
Se trata de maquinarias de alta tecnología, gran potencia -generalmente más de 480 hp y un inusual par por sobre los 1.800 Nm-, capaces de arrastrar más de 150 toneladas (hasta 250 o más) de peso bruto, con sistemas potenciados de tracción y remolques especiales del tipo modular-, que arrastran sus pesadas y delicadas cargas con una constancia y fuerza que les permite llegar a destino con total seguridad.
¿Cuáles son las cargas? Transformadores gigantes, vigas estructurales de grandes dimensiones, espejos y antenas de alta precisión para observatorios, maquinaría de la gran minería y, básicamente, todo lo que se quiera transportar. Los límites son pocos.
“En términos logísticos, este tipo de trabajos involucra equipamiento de características especiales en cuanto a los elementos rodantes, como los tractocamiones y remolques. Potencia de motor, sistema de frenos, tren de tracción y cantidad de ejes son básicos para cumplir con un buen servicio. Adicionalmente debe existir un nivel de conducción y supervisión de los servicios de altísimo nivel, ya que un error de cálculo puede costar muy caro. La planificación también es clave, considerando la coordinación y apoyo de organismos externos como Vialidad y Carabineros de Chile”, explica Marcos Campos, gerente comercial de Ingeniería y Montajes Ferrovial, empresa de logística especializada en transportes peligrosos, especiales y de alto peso, la que nace de la unión de dos firmas de tradición: Transportes Molina y su área Molina Súper Peso y Transportes Ferrovial.
Mercado exclusivo
La carga transportada en este segmento es muy específica, de alto valor y muchas veces delicada. Estas especiales características, además de significar un alto valor en la industria, hacen que su transporte sea crítico.
“Para emprender una misión de este tipo realizamos un exhaustivo estudio de ingeniería, que considera todos los factores que pueden afectar al movimiento de la carga. Esto va desde los pesos a considerar del conjunto dinámico; las fuerzas (potencia y torque efectivo del camión); los peraltes, anchos y accidentes en la carpeta asfáltica; las fuerzas incidentes, como los vientos presentes en el camino; el sistema de sujeción de la carga y muchísimos factores más, todo para establecer un margen lo suficientemente amplio como para que el valioso contenido llega a su norte sin novedad”, cuenta Guillermo Maldonado, gerente comercial de la división cargas especiales de Schippacasse Transporte y Logística.
Esta nueva manera de entender el transporte es relativamente nueva, ya que gracias al trabajo conjunto de Vialidad, Carabineros y operadores del transporte profesional capaces de estas “misiones extremas” es posible que la mayoría de estas cargas cuenten con un nivel de seguridad muy superior a la del flete común.
“Es necesario presentar un proyecto de transporte que cuente con el visto bueno de Vialidad y el apoyo de seguridad de Carabineros de Chile, por lo que muchas veces debemos establecer una agenda muy ajustada para coordinar el trabajo de todos”, agrega Maldonado.
Las dificultades en el camino no son pocas para elementos muy pesados o sobredimensionados (que superan las amplitudes máximas de las carreteras, túneles, puentes o cableados). Un mal cálculo puede retrasar el transporte en uno o más días. “Los servicios donde los puntos de descarga son de difícil acceso, con pendientes fuertes y carpetas de rodado de distintos materiales; el tratamiento a los obstáculos aéreos como pasarelas, pasos sobre nivel y túneles, además de las consideraciones de estudios de ruta para sortear puentes y accesos complicados, son los que representan las mayores exigencias”, dice Campos, de Ferrovial.
Imposible no existe
Para la mayoría de las personas -no involucradas en el transporte- llevar una maquinaria de 100 toneladas por 800 o más kilómetros se resume a una sola palabra: imposible.
Pero esto no es limitante para empresas como Ferrovial o Schippacasse que, cuando deben responder están listos para enfrentar el desafío.
¿El secreto? Personal bien entrenado y de confianza, además de lo último en tecnología en tracto camiones y acoplados. Son las principales herramientas para enfrentar tareas, de verdad, titánicas.
Veamos cuales son las plataformas que utilizan los transportes más grandes del camino.
Mucha de la maquinaria pesada especial, por su sobredimensión, como palas pesadas, camiones gigantes de las gran minería y elementos para la industria como calderas, autoclaves o vigas estructurales, se transportan en las populares “camas bajas”, o “tranportatodo”. Se trata de semirremolques de gran capacidad de carga, con suspensión neumática, varios ejes, algunos de ellos flotantes, y un diseño que permite poner varios elementos sin variar su arquitectura.
Las verdaderas plataformas para elementos pesados son los equipos de remolques modulares. Nada menos que sistemas con semiejes cuádruples, es decir cuatro neumáticos por tren y ocho por eje, con direccionamiento en cada uno de ellos, y camas modulares para poder unirlas como si se tratara de carros de ferrocarril.
Veamos como se componen estas “orugas” de carga. Algunas de las más "pequeñas" (conjuntos de 8 ejes y 32 ruedas), tienen suspensión neumática, que permiten cargarlas más fácilmente, y direccionamiento en cada uno de sus ejes (en rigor se trata de semiejes, lo que permite reforzar la estructura con una viga central y el recambio de los neumáticos interiores). Este direccionamiento es movido por una guía hidráulica ubicada en la “lanza” de unión con el tractor que, por inercia, mueve los brazos hidráulicos dirigiendo las ruedas para que el radio de giro sea menor. Con este sistema, un tractor puede desplazar hasta cerca de 150 toneladas.
Sus frenos de aire están asociados al pedal del freno de servicio del camión. Toda una solución de ingeniería.
Los “hermanos mayores”
Básicamente, son plataformas que cuentan con un motor independiente del camión tractor y una arquitectura muy similar al modelo descrito con anterioridad. Este propulsor se encarga de las líneas hidráulicas y neumáticas de la suspensión y los frenos de la misma, ya que los circuitos de un camión no podrán dar abasto para el control total del conjunto dinámico.
Cuenta con una consola de control que permite variar la altura de la plataforma y el direccionamiento de las ruedas, además del dominio que pueda tener de ellas el operador del camión. Se pueden unir entre sí para cargar más peso o cosas más grandes. También cada semi-eje cuenta con movilidad no independiente, sino asociada a los demás, y la posibilidad de subir y bajar los planos para facilitar la carga.
A pesar de esta tecnología, cargar una grúa de 100 toneladas sigue siendo tarea de colosos. Por esto, en algunos casos se debe actuar a “la egipcia”, sistema en que una grúa levanta una parte de la carga, se introduce el trailer debajo, y se apoya el resto en madera. Luego, otro sector se levanta y se realiza el mismo trabajo, lentamente. Es la única manera de asegurar la “integridad física” de una maquinaria de varios millones de dólares. Y un dato técnico: cuando los poderosos tractores deben arrastrar mucha carga se debe poner un gran peso en los ejes tractores, como grandes bloques de concreto, todo para poder traspasar de buena forma todo el torque a la carretera. Secreto de “los que saben”.