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PRÓLOGO 2
DEFINIENDO EL MIEDO 3
EL CEREBRO Y EL MIEDO 9
¿CÓMO ENFRENTARLO? 16
TEMOR DE DIOS 22
MIEDO A LA PÉRDIDA 36
MIEDO A LA OPOSICIÓN 39
EPÍLOGO 52
Prisionero del Miedo
PRÓLOGO
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Prisionero del Miedo
DEFINIENDO EL MIEDO
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Prisionero del Miedo
NO MAGNIFIQUE SUS TEMORES
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Prisionero del Miedo
No vale la pena, correr y hacer a costa de nuestra
relación con Dios, a costa de nuestra familia y tiempo
de paz.
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Prisionero del Miedo
EL CEREBRO Y EL MIEDO
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Prisionero del Miedo
Pues bien, el miedo se origina en la Amígdala, pero va
más allá; es decir, a otras estructuras cerebrales
contribuyen con dicha sensación.
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Prisionero del Miedo
En ese punto, es cuando uno siente una carga de
energía como para salir corriendo. El corazón late más
rápido, los músculos se tensan, se dilatan las pupilas
y la respiración se acelera.
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Prisionero del Miedo
Razones suficientes para que desechemos los miedos
y en cambio, nos afiancemos en Él.
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Prisionero del Miedo
REACCIONES ANTE EL TEMOR
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Prisionero del Miedo
Dios dejó la medicina como medio para lograr sanidad,
dio el talento y la sabiduría al ala médica para que
ayuden a las personas con dolencias. De ahí que, si
fuese necesario debemos acudir al especialista,
empero, con la confianza puesta en Aquel que maneja
los hilos de nuestra historia.
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Prisionero del Miedo
¿CÓMO ENFRENTARLO?
1. Respira.
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Prisionero del Miedo
Cuando uno está asustado no piensa adecuadamente,
tiende a hiperventilar, lo cual aumenta los temores.
Respira completa y profundamente y relaja tu cuerpo.
2. Evalúa la situación.
4. Cuéntale a alguien.
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Prisionero del Miedo
Si tienes miedo a algo, habla con alguien de confianza.
Hablar con alguien siempre es bueno. Tu amigo
también puede ayudarte a tratar los miedos. A lo mejor
hasta te aconsejará porque pasó por algo parecido.
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Prisionero del Miedo
Es necesario llenarse de valentía, pedir a Dios
fortaleza, y reacondicionar tu cerebro para reaccionar
de manera diferente frente a las cosas que te producen
miedo.
Recuerda, cambia tus pensamientos dañinos por otros
benignos. No vivas en el pasado, no vivas
mortificándote con el daño que te hicieron o con la
mala experiencia. El pasado solo sirve para aprender
de él, no para menguar tu buen actuar.
8. Ora mucho.
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Prisionero del Miedo
¿TEMOR DE DIOS?
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Prisionero del Miedo
Porque pintan en Dios, un ser desposeído de
compasión.
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Prisionero del Miedo
“…y que de todo aquello de que no pudisteis ser
justificados por la Ley de Moisés, en Él
(Jesucristo) es justificado todo aquel que cree.”
Hechos 13:39
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Prisionero del Miedo
abierta al pecado, en el segundo, el temor de Dios en
sus corazones es un límite que le impide hacer lo malo.
1. Jehová es Todopoderoso.
Dios es infinitamente más poderoso que cualquier ser
humano. Tiene la facultad de contrarrestar cualquier
“arma” que venga contra sus servidores leales. (Isaías
54:17) Sin duda, lo mejor que podemos hacer es estar
de su lado. Pero eso implica obedecerle.
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Prisionero del Miedo
EL CRISTIANO FRENTE AL MIEDO
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Prisionero del Miedo
fundamento) logra frenar la obra que el Señor desea
realizar.
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Prisionero del Miedo
La respuesta estuvo a mi alcance siempre, solo que la
ingenuidad me ganaba.
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Prisionero del Miedo
En La Biblia, aparece 356 veces la frase “No temas”.
Para Dios es importante que sepamos que Él nos
acompaña en todo lapso de nuestra vida.
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Prisionero del Miedo
En inglés, la palabra miedo es “fear”. Algunos hicieron
un acrónimo con las letras de dicha palabra, y es éste:
F: FALSE
E: EVIDENCE
A: APPEAR
R: REAL
Es decir: "Falsa Evidencia que Aparenta ser Real".
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Prisionero del Miedo
No importa cuál sea ese miedo, todos debemos
confrontarlo de la misma manera: con La Palabra de
Dios. En ella hallamos respuesta a las preguntas más
importantes de la vida y obtenemos consejos útiles
para el día a día.
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Prisionero del Miedo
MIEDO A LA PÉRDIDA
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Prisionero del Miedo
¿Cuántos han quedado desempleados? ¿Cuántos no
han enfrentado quiebra económica? ¿Cuántos han
tenido que irse a tierra lejana para trabajar?
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Prisionero del Miedo
MIEDO A LA OPOSICIÓN
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Prisionero del Miedo
En el siglo XXI, el miedo al qué dirán en occidente, y
el miedo a la muerte por declararse cristiano en
oriente, siguen condicionando al hombre en su afán de
seguir a Cristo.
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Prisionero del Miedo
EL AMOR CONTRARRESTA AL MIEDO
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Prisionero del Miedo
Isaías 53:5 dice: “Mas él fue herido por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados. Por
darnos la paz, cayó sobre él el castigo y por sus
llagas, fuimos nosotros curados.”
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Prisionero del Miedo
Dios es amor. Si Dios habita en nosotros tenemos
amor, y el amor echa fuera el temor. El temor a ser
condenados, el temor al mañana, el temor a las
circunstancias.
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Prisionero del Miedo
EL MIEDO: ANCLA QUE NO DEJA AVANZAR
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Prisionero del Miedo
Valga la analogía para describir a las personas que no
emprenden porque ven la vida distorsionada. Gente
que se echa a morir. Por miedo, se quedan en la
posición donde se encuentran. No avanzan. Con el
paso de los días se entibian y están carentes de los
lentes de la fe.
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Prisionero del Miedo
EL MIEDO: A UN PASO DE LA DESESPERANZA
Dios cabe en todos lados, Él solo espera que le demos
su espacio.
En el mapa emocional de las personas se pueden
formar fisuras de desesperanza. Una negativa mental
que lleva a las personas a renunciar a cualquier
esfuerzo.
La escasa o inexistente esperanza es reflejo de una
vida desolada. A menudo, esa desesperanza es
consecuencia del miedo.
Cuando todo da igual y se pierde la objetividad, cuando
la fijación de metas es nula y no incluimos a Dios en
nuestro plan de acción, la vida está en las últimas. El
deseo de seguir en pie está en el paredón, pronto para
ser ejecutado.
En alguna ocasión, iba en el carro hacia el
supermercado. Cuando circulaba, observe caminando
en sentido contrario, a un jovencito de unos 18 o 20
años. De su mirada brotaba desazón. Concordará
usted conmigo, que en la mirada de las personas se
puede ver el interior.
Era una mirada extremadamente vaga. No había ese
brillo característico de una persona feliz.
Con mi novia, que me acompañaba, comenté si había
percibido lo mismo que yo. La respuesta de ella fue
que sí, y agregó: “una razón más para orar esta
noche.”
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Prisionero del Miedo
Hasta el día de hoy, recuerdo la mirada de aquel ser
errante sobre la vía.
Cuando el miedo por algo o por varias cosas ataca, y
le damos espacio para invadir, ya queda poco en pie.
Las estadísticas dicen que se puede vivir cerca de 2
meses sin comer, de 3 a 5 días sin beber agua, 11 días
sin dormir y toda la vida sin mantener relaciones
sexuales; pero no se puede vivir sin esperanza.
Para un cristiano, la esperanza tiene íntima relación
con la fe. El remedio para una persona que está casi
sin esperanza es empezar a ver las cosas que no se
ven, como si fuesen.
Sin importar el medio en el que vivas y te
desenvuelvas, la esperanza es ese ánimo diario que
impulsa a seguir.
Cuando una persona confía en algo o alguien y de
pronto, siente miedo de perder ese algo o a ese
alguien, empieza a perder esperanza y el miedo gana
terreno.
Por eso enfatizo en que el miedo es un mal que roba
el sentido de vivir. La seguridad no está entre cuatro
paredes, la seguridad está en Cristo, el consumador
de la fe.
Con fe damos color a la vida, soñamos en grande,
llevamos a cabo proyectos audaces y nos
sobreponemos a situaciones desesperantes.
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Prisionero del Miedo
La falta de esperanza y la resignación resultante, son
reflejo fiel de que el carácter no está fortalecido.
La desesperanza es un laberinto donde una y otra vez,
seguimos prisioneros. Laberinto del cual encontramos
salida sólo cuando asimilamos que nuestro éxito
depende de las posibilidades y habilidades de Dios, no
de las nuestras. Lo que si depende de nosotros es
creer en un mejor mañana, un mañana sin la piedra del
temor en el zapato.
Si tu miedo abrió el portillo a la desesperanza, ciérralo.
Y contempla el poderío de nuestro Dios. El lugar que
ocupa tu miedo le corresponde a Dios. Ordena la
jerarquía para que el sentido de vivir vuelva a ti.
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Prisionero del Miedo
EPÍLOGO
En Lucas 1:13, el mensaje es: no temas. El miedo no
es innato, es aprendido. Eso nos demuestra que, así
como el miedo entra en la vida de alguien, también
puede y debe salir.
Creo que el éxito de nuestra fe descansa en temer a
Dios, no a las circunstancias. Si le temes a Él, le
reconoces como majestuoso y soberano, y a partir de
ahí, buscaras por todos los medios, agradarle. Para
agradarle, actuarás conforme lo que solicita.
No hay que tener miedo de la pobreza ni de la soledad,
ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener
miedo es de la ausencia del sentido de vivir. Sólo con
Jesucristo, la vida tiene sentido.
Es tan tangible el vivir con miedo, que puedes notarlo
en las personas que lo padecen, sin siquiera conocer
su pasado. Parecen echadas a la suerte: que pase lo
que tenga que pasar, pensaran.
Los cristianos nos movemos en la esperanza. La
esperanza de un mejor futuro, la esperanza de poseer
lo necesario para vivir con dignidad, la esperanza de
que cada nuevo día, Dios está con nosotros para
guiarnos, para defendernos y para amarnos.
“Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de
ustedes.” 1 Pedro 5:7
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