 La historia pública presenta un desorden aparente de imágenes,  La tarea más difícil y más noble del historiador es

símbolos, etc. el debate y el reexamen.

 Nuestra vida pública no necesitaría de una historia ¨pública¨  El historiador debe ser conservador de la memoria
como fuente de legitimidad. debe someterlo a la crítica de siempre con todo el
rigor del positivismo.
 El historiador no puede aceptar la teoría muy popular según la
cual esta ¨memoria viva es la única capaz de decir lo justo y lo  El historiador como ¨científico social¨, garantizar
injusto¨. la ¨verdad¨, la veracidad de los llamados mitos
fundadores.
 La legitimidad viene de la tradición a una sociedad regida por el
modelo del contrato, al que cada uno aporta o no su adhesión.  La historia puede ser ¨maestra de vida¨ y, como
tal, factor positivo de la identidad nacional si es
capaz de rescatar la voz de los vencidos y de los
olvidados.

Justificación
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