Está en la página 1de 2

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO

FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Área: Educativa
Campus SJR

Nombre de la alumna: Cruz Hernández María José Grupo: 7-5


Materia: Adquisición de conceptos Docente: Ana Luisa Forzán De Lachica

“LA REPRESENTACIÓN DEL LENGUAJE Y EL PROCESO DE


ALFABETIZACIÓN”
La construcción de cualquier sistema de representación involucra un proceso de
diferenciación de los elementos y relaciones reconocidos en el objeto a ser
representado y una selección de aquellos elementos y relaciones que serán
retenidos en la representación. La invención de la escritura fue un proceso histórico
de construcción de un sistema de representación y no un proceso de codificación.
En el caso de los sistemas involucrados en el inicio de la escolarización, las
dificultades que enfrentan los niños son conceptuales similares a la de construcción
del sistema. No se trata de que los niños vayan a reinventar las letras ni los números
sino que, para utilizar estos elementos deben comprender su proceso de
construcción y sus reglas de producción. Las escrituras de tipo alfabético pueden
caracterizarse como sistemas de representación cuya intención primera o primordial
es representar las diferencias entre los significantes. En cambio las escrituras de
tipo ideográfico aparecen poder caracterizarse como sistemas de representación,
representar diferencias en los significados. Si se concibe a la escritura como un
código de transcripción que convierte las unidades en unidades gráficas, se pone
en primer plano la discriminación perceptiva en las modalidades involucradas (visual
y auditiva).
Los programas de preparación para la lectura y la escritura se centran en la
ejercitación de la discriminación, sin cuestionarse sobre la naturaleza de las
unidades utilizadas. El lenguaje es reducido a una serie de sonidos, si la escritura
se concibe como un código de transcripción, su aprendizaje se concibe como la
adquisición de una técnica; Si la escritura se concibe como un sistema de
representación, su aprendizaje se convierte en la apropiación de un nuevo objeto
de conocimiento, en un aprendizaje conceptual. Saber quiere decir haber construido
alguna conceptualización que da cuenta de un conjunto de fenómenos o de objetos
de la realidad.
El modo tradicional de considerar las escrituras infantiles consiste en atender
solamente a los aspectos figurales de dichas producciones, ignorando los aspectos
constructivos. Los aspectos figurales tienen que ver con la calidad del trazado, la
distribución espacial de las formas, la orientación predominante, la orientación de
los caracteres individuales .Los aspectos constructivos tienen que ver con lo que se
quiso representar y los medios utilizados para crear diferenciaciones entre las
representaciones. Desde el punto de vista constructivo, las escrituras infantiles
siguen una regular línea de evolución, a través de diversos medios culturales, de
diversas situaciones educativas y de diversas lenguas.
Tres son los periodos que pueden distinguirse:
1. Distinción entre el modo de representación y cónico y el no icónico
2. La construcción de formas de diferenciación (control progresivo de las variaciones
sobre los ejes cualitativo y cuantitativo).
3. La fonetización de la escritura (se inicia con un periodo silábico y culmina en el
periodo alfabético)
En el primer periodo se logran las dos distinciones básicas que sustentan las
construcciones siguientes: la diferenciación entre las marcas gráficas figurativas y
las no figurativas, y la constitución de la escritura en calidad de objetos sustituto por
la otra. Los niños no dedican sus esfuerzos intelectuales a inventar letras nuevas:
la forma de las letras la reciben de la sociedad y las adoptan tal cual, dedican en
cambio, un gran esfuerzo intelectual a construir formas de diferenciación entre las
escrituras, y eso es lo que caracteriza el periodo siguiente. Esos periodos de
diferenciación son intra relacionales, y consisten en el establecimiento de las
propiedades que un texto escrito debe poseer para poder ser interpretable. El
siguiente paso se caracteriza por la búsqueda de diferenciaciones objetivas entre
las escrituras producidas para decir cosas diferentes, los niños exploran criterios
que les permiten, variaciones sobre el eje cuantitativo (variar la cantidad de letras
de una escritura otra para obtener escrituras diferentes) y a veces sobre el eje
cualitativo (variar el repertorio de letras que se utiliza de una escritura a otra: variar
la posición de las mismas letras sin modificar la cantidad).
El periodo silábico es de importancia: permite tener un criterio general para regular
las variaciones en la cantidad de letras que deben escribirse y centra la atención del
niño sobre las variaciones sonoras entre las palabras. El periódico silábico alfabético
marca la transcripción entre los esquemas precios en vías de ser abandonadas y
los esquemas futuros en vías de ser construidos. Ninguna práctica pedagógica es
neutra, todas están apoyadas en cierto modo de concebir el proceso de aprendizaje
y el objeto de ese aprendizaje. Son esas prácticas las que tienen efectos más
perdurables a largo plazo en el dominio de la lengua escrita como en todos los otros.

También podría gustarte