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- INTRODUCCIÓN 1
- CONCLUSIÓN 6
- BIBLIOGRAFÍA 7
INTRODUCCIÓN
Hay que empezar diciendo que el término Arte Levantino, pese a ser el que se ha impuesto, no se
ajusta a la realidad, pues su distribución geográfica no sólo abarca la zona del Levante de la
Península, sino que va desde la provincia de Huesca, por el norte, hasta las de Jaen y Almería por el
sur, internándose por el oeste en las provincias de Cuenca y Teruel (lugar de procedencia de la
figura objeto de este trabajo). Es de destacar el hecho de que algunas cuevas gaditanas, en especial
la del Tajo de las Figuras, en Benalup-Casas Viejas, fueron incluidas dentro de este estilo, al
considerarlas como un ejemplo de transición del Arte Levantino al Esquemático.
Centrándonos en esta última escena, hay que decir que, como se ha visto anteriormente, es algo
común en el arte levantino la representación de escenas de caza, y, la pregunta evidente que surge
es: si hay, más o menos, consenso en datar este arte, en sus etapas más antiguas, como neolítico,
¿por qué son tan abundantes las escenas de caza, si se supone que el pilar económico de estas
sociedades era la agricultura y ganadería?. Aquí surgen dos respuestas, quizá quienes representaron
estas escenas eran sociedades autóctonas, aún no, o no del todo, neolitizadas, es decir, de tradición
epipaleolítica, en las que la caza jugaba todavía un papel fundamental en su economía o, si se trata,
efectivamente, de grupos neolíticos, puede que, aunque practicasen la ganadería como medio básico
de subsistencia, la caza jugara un papel importante, obviamente como aportación de recursos
adicionales pero, quizá, también fuese de gran importancia culturalmente hablando, como rito
iniciático, como demostración de superioridad. Una manera de valorar al individuo y reforzar su
papel en el grupo, una forma de promoción social⁴.
CONCLUSIÓN
Tras varios años de discusión sobre su cronología, por fín se llegó a un consenso sobre la datación
del arte levantino, encuadrándolo como un arte representativo de sociedades productoras. Sin
embargo, la repetida representación de escenas de caza, dejó abierto el debate sobre su
interpretación, pues no parece lógico, a priori, que unas sociedades eminentemente agrícolas y
ganaderas, den una importancia tan elevada a la caza. La respuesta, no obstante, puede ser que la
importancia dada a esta actividad es, no tanto de carácter económico, como socio-cultural.
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