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Introducción:

Este trabajo de investigación tiene como objetivo principal, el dar a conocer


las partes que componen a un sermón.

Y el desarrollo de cada uno de ellos, como por ejemplo la explicación de


cómo sacar el tema del sermón, el titulo etc.

Esto ayudará a que el predicador tenga una guía y no perderse en el


desarrollo del sermón.
Objetivos:

General:
- Dar a conocer las partes que conforman un sermón.

Específico:
- Que el conocimiento adquirido nos sirva para ponerlo en práctica.
LAS PARTES DEL SERMÓN

El mensaje procede de Dios, y a través del predicador mediante la personalidad y estilo


de éste se comunica al oyente.
El sermón es el arreglo y preparación de ese mensaje de manera que llegue
comprensible y que cumpla su para qué en los corazones de aquellos que lo han de
recibir.

1. El pasaje bíblico
Ya sabemos que un sermón para ser bíblico no tiene que estar basado en un pasaje bíblico
particular, sino en la revelación bíblica. No obstante, lo tradicional y más correcto sería
saltar a la aventura de la predicación sobre una base bíblica o escrituraria.
El pasaje bíblico debe escogerse con mucho cuidado y oración. Nunca un texto o pasaje
bíblico se debe divorciar de su contexto inmediato, posterior o general. Esto puede dar
lugar a suposiciones de parte del predicador que puedan acarrear controversias,
disparates o presunción. Se ha dicho que un TEXTO fuera del CONTEXTO es un PRETEXTO.
El predicador, antes de exponer el pasaje bíblico debe interpretarlo tanto
hermenéuticamente como homiléticamente.

2. El tema
En un pasaje bíblico por lo general se descubre un asunto particular, pero muchos temas.
Es innegable que un predicador por más homileta que sea no podrá jamás evitar pisar en
el territorio de varios temas secundarios. Es difícil, por no decir imposible, que
prediquemos sobre un solo tema.
Primero: El tema en sí. Este responderá al ―aspecto particular del asunto que ha de ser
desarrollado en el transcurso del mensaje ―El tema es la columna vertebral que sostiene
sobre la base del texto bíblico, el armazón o esqueleto del sermón.
Segundo: El asunto. El asunto depende de la clase de pasaje que se esté estudiando. El
pasaje puede tener un carácter biográfico, narrativo (un incidente tal como una
conversación, una batalla o un milagro), doctrinal o ético, o doctrinal y biográfico, en cuyo
caso el predicador deberá optar por el que tenga más fuerza‖.
Tercero: La proposición. La proposición es el tema expresado en una oración gramatical
completa, clara y concisa, que resume el contenido del mensaje y anuncia el curso a
seguir o el propósito que se quiere alcanzar‖.
3. El título
El título y el tema en propósito cumplen dos objetivos diferentes. El tema es la viga
principal del andamiaje homilético. Pero no todos los temas son atractivos y despiertan
curiosidad a la vista u oído de los oyentes. De ahí que el título tiene un propósito especial
de dar promoción o de anunciar el sermón. Muchos temas sirven las veces de títulos, pero
lo más correcto es que cada sermón tenga su título y exponga el tema. Un buen título se
puede recordar muchos años.
1- El título debe ser interesante.
2- El título debe ser fácil de recordar.
3- El título debe estar relacionado con el tema.
4- No se debe abusar del título.

La introducción
A ésta se le conoce también como el exordio. La introducción es un puente entre el
predicador y la audiencia, y pone en diálogo al oyente con el discurso. Por ejemplo:
a. Despertando la curiosidad.
b. Relacionando una historia de interés humano.
c. Empezando con una ilustración específica.
¿Cómo debe ser la introducción?
1. La introducción debe ser breve.
2. La introducción es transicional.
3. La introducción debe ser llamativa.
4. La introducción debe ser como un prólogo (puede dar una luz de la predicación).
5. La introducción pone al predicador en contacto con el auditorio.
6. La introducción del sermón muchas veces tiene que ser modificada y hasta cambiada.
7. La introducción es lo último que debe escribir el predicador.

Desarrollo del Tema


Es acá donde el predicador desarrolla los puntos a tratar; una vez que el predicador ha
concretado el asunto y el objeto de su sermón en una frase que se llama tema, la cuestión
inmediata es cómo debe tratar el asunto para lograr el objeto que se propone. ¿Qué cosas
tiene que decir y en qué orden ha de ir expresándolas? A este efecto transcribimos
literalmente lo que dice el Dr. Herrick Johnson en su libro El Ministro Ideal: "El
tratamiento del asunto significa plan, plan de algún género que agrupa todo para formar
un organismo, que colocará las partes en orden hacia un clímax, y presentará una sucesión
natural y ordenada que excluya todo lo que no sea a propósito, y que haga que las
diferentes líneas vayan creciendo en color, según convergen al foco ardiente, que es la
exhortación final. Esto es esencial para la eficacia del sermón. En la misma medida que el
plan sea claro, comprensivo y acumulativo, el sermón hará mayor impresión a los
oyentes."

La conclusión
Si empezar bien es importante, no lo es menos terminar bien y terminar a tiempo. Hay
predicadores que no encuentran la manera de terminar y divagan repitiendo
exhortaciones de carácter más o menos semejante, hasta que el público, en lugar de
sentirse conmovido por tales llamamientos, sólo desea angustiosamente que el
predicador ponga fin a su predicación. «Di lo que tengas que decir y termina cuando lo
hayas dicho», es el consejo de todos los maestros en la predicación.
Como debe ser la conclusión:
a. Una recapitulación.
b. Una aplicación general.
c. Algunas preguntas de reflexión personal.
d. Un llamado a la acción inmediata.
e. Un pensamiento importante.
f. Una ilustración interesante.
g. Una estrofa de un himno o poema.
h. Una mención de la proposición del sermón. i. Una oración.
j. Una apelación a la conciencia
La conclusión no debe ser ocasión para pedir clemencia a la audiencia.
La conclusión no es para tomar la oportunidad de mencionar algo que se le quedó al
predicador.
La conclusión lleva el sermón a su clímax, lleva a una decisión de parte del oyente y da el
último golpe.
Conclusión:
Es muy importante el conocer las partes de un sermón y la función de cada una de ellas,
para poder dar un buen mensaje de la palabra de Dios a los oyentes.
Cada predicador debe estructurar su sermón para no perder el objetivo principal del
mensaje que Dios está mandando.

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