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SANANDO LAS HERIDAS EN LA FAMILIA

Texto Bíblico: Efesios 5:33; 6:1-4

INTRODUCCIÓN:
El propósito de este tema es que los oyentes conozcan qué cosas causan heridas en la familia, como afectan el
alma humana, y que debemos hacer para sanar esas heridas. Las heridas entre familia se dan en forma directa o
indirecta, es decir unas son a propósito y otras por descuido.
En cuanto al sentir moral de los miembros de la familia no se toma en cuenta si la herida fue en forma directa o
indirecta, se toma como algo que daño su moral y comúnmente se convierte en raíz de amargura si no se trata
de solucionar el problema.

I. COSAS QUE CAUSAN HERIDAS EN LA FAMILIA

Existen muchas causas por las cuales la familia puede resultar herida. Estas heridas se pueden dar entre parejas
de esposos, entre padres e hijos, entre hermanos; o entre familiares en forma general.

A. ENTRE LA PAREJA DE ESPOSOS, LAS HERIDAS PUEDEN DARSE POR


1. Alguna falta moral por parte de alguno de los cónyuges
2. Un acto de menosprecio hacia su pareja o de su pareja
3. Una comparación desagradable acerca de su pareja
4. Actitud de celos constantemente
5. El mal trato por parte de alguno de los dos en su diario vivir
6. Actitud de menosprecio hacia algún miembro de la familia de su cónyuge
7. Promesas no cumplidas

B. ENTRE PADRES E HIJOS. LAS HERIDAS PUEDEN SURGIR POR


1. Falta de atención a las necesidades de los hijos por parte de los padres
2. Alguna falta cometida por parte de los hijos de daño la moral de la familia
3. Alguna falta cometida por parte de los hijos que daño la moral de la familia
4. Algún acto disciplinario aplicado injustamente contra los hijos
5. Preferencia de los padres hacia alguno de sus hijos y menosprecio para otros
6. Alguna promesa ofrecida pero no hecha realidad

C. ENTRE HERMANOS, LAS HERIDAS SE PUEDEN DAR POR


1. Algún secreto divulgado.
2. Una ofensa recibida
3. Sentimiento de menosprecio provocado por los padres
4. Actitud de burla hacia alguno de los hermanos

II. COSAS QUE SE RELACIONAN CON LAS HERIDAS EN LA FAMILIA

Entre las cosas que se relacionan con las heridas en la familia, están la mente, el corazón, los ojos, la boca y los
oídos.

A. LA MENTE:
Cuando se piensa o no se piensa lo que se va a decir contra las personas que nos rodean. Cuando se piensa lo
que se va a decir, son heridas provocadas con todo razonamiento. Al no pensar en lo que se va a decir contra las
personas, es cuando no se pensó que las palabras iban a ofender a la persona.

B. EL CORAZÓN:
Este es el asiento de los sentimientos de los seres humanos y cuando la persona se siente ofendida,
menospreciada o cree recibir mal trato, en el corazón se guardan los resentimientos contra los demás.

C. LA BOCA:
Cuando lo que decimos edifica o destruye a aquellos que nos rodean. Pueden ser palabras que edifiquen o
palabras que destruyan.
D. LOS OÍDOS:
Cuando lo que oímos no ocasiona agrado o nos ocasiona desagrado.

E. CONSECUENCIAS:
Como consecuencia de esto, hay enfermedades morales, físicas, mentales, emocionales, espirituales y
psicosomáticas. Las enfermedades psicosomáticas son enfermedades del alma y el espíritu, y no las puede curar
la medicina humana. Solo las puede curar (el poder de Dios).

III. LAS HERIDAS EN LA FAMILIA ENFERMAN EL ALMA

A. ¿QUÉ ES EL ALMA?
Los estudios bíblicos y mensajes cristianos nos dejan saber que es la portadora de la vida humana. Cuando esta
sale del hombre, el cuerpo perece. Es el asiento de las emociones de la vida humana. Ella es la que ríe por
medio de la boca, ella llora por medio de los ojos. Ella ama y odia, es decir, usa el cuerpo para manifestarse. Por
medio del alma, el hombre tiene conciencia de sí mismo, por medio del cuerpo tiene conciencia del mundo que le
rodea, por medio del espíritu tiene conciencia de Dios. El alma se puede enfermar durante su recorrido en esta
vida, pero puede ser sanada por el Poder de Dios.

B. ¿QUÉ COSAS ENFERMAN EL ALMA?


Los estudios bíblicos nos dejan saber que el odio hacia los demás, el adulterio y la fornicación, el resentimiento
(espíritu no perdonador), la amargura, y las contiendas, los celos, la ira y la mentira, la prostitución, el engaño y la
idolatría, la homosexualidad, la práctica del lesbianismo y la injusticias, el incesto (la unión sexual entre
familiares), el chisme y la borracheras, la lascivia (el deseo incesante de sexo) las calumnias (información y
difamación) los malos tratos y las metas no alcanzadas.

IV. ¿CON QUÉ CONTAMOS LOS SERES HUMANOS PARA LA SANIDAD DE LAS HERIDAS EN LA
FAMILIA?

A. LA PALABRA DE DIOS: ella tiene la solución para los problemas humanos.


¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu PALABRA (Salmo 119:9).
“Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105).
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el
alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”
(Hebreos 4:12).

B. LA ORACIÓN: Los estudios bíblicos nos enseñan que la oración toca las puertas del cielo, conmueve el
corazón de Dios, y derriba toda clase de barreras “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica por todos
los santos” (Efesios 6:18). «También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no
desmayar” (Lucas 18:1). “Más el fin de todas las cosas se acerca; sed pues. Sobrios y velad en oración” (1
Pedro. 4:7).

C. LA SANGRE DE JESUCRISTO: Ella nos limpia de todo pecado, y nos libra del pecado (1 Juan.1:7-9).

D. LA CONFESIÓN: La confesión evita en parte el sentido de culpa. “El que encubre sus pecados no prosperar;
mas el que los confiesa y se aparta alcanzara misericordia” (Proverbios 28:13).

E. LA CONSERJERÍA PROFESIONAL: Es bueno consultar con psicólogos, consejeros matrimoniales,


psiquiatras, pastores de experiencia y otros que puedan ayudarnos en nuestros problemas. Muchos desestiman
el consejo de los profesionales, pero debemos recordar que la ciencia es capaz de conocer al ser humano, y la
base a ello ayudar a quien lo necesita.

F. LA SEPARACIÓN DE LAS COSAS MALAS: La Palabra de Dios nos demanda la separación de las cosas
malas, ya que esto desagrada a Dios. (2 Corintios 6:17-18)

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